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La novela de Nisman

Fuente: Raúl Kollmann | Página 12 Fecha: 23 de SEPT 2018 Es viernes 16 de enero de 2015 a la tarde. Alberto Nisman se pone el piyama y no sale más de su departamento. Baja las persianas, se queda en ese ambiente lúgubre hasta el final. Lo abandonó su principal aliado, Jaime Stiuso, quien no le atiende las llamadas. Tres jueces le bajaron el pulgar a su denuncia contra Cristina Fernández de Kirchner porque “carece de entidad probatoria”, no tiene evidencias y no será tratada hasta febrero. Interpol le dá la espalda y el ex secretario de la organización, el norteamericano Ronald Noble, dice que la denuncia “es falsa”. Las entidades judías no lo respaldan y el kirchnerismo se prepara para confrontarlo en el Congreso el lunes 19: sabe que tiene pocos elementos para defenderse. El mundo se le viene encima. Piensa que lo van a echar de la fiscalía, que van investigar todo el dinero que tiene escondido y que van a exponer su vida fastuosa, rodeado de modelos pagadas, viajes y gastos que no podrá justificar. Hasta su familia rompe con él tras una feroz pelea. Esta es la dramática situación de las últimas 72 horas de la vida de Alberto Nisman que expone el periodista Pablo Duggan en el capítulo final de su apasionante libro: ¿Quién mató a Nisman? La preventa a través del link www.idea.me/nisman se convirtió en un éxito asombroso. Escape El libro de Duggan pinta la desesperada huida hacia adelante de Nisman en sus últimos días. Piensa que lo van a echar de la fiscalía y sabe que ese sería el derrumbe de su pequeño-gran imperio de poder, dinero, prostitución VIP y viajes. Por eso vuelve a las apuradas de Europa para presentar la denuncia por el Memorándum con Irán y esta convencido que nadie se atreverá a echar de su puesto a un fiscal que acusó a una presidenta y a un canciller. En su carrera atropellada, Nisman deja a su hija a solas, sin ropa y sin dinero, en el aeropuerto de Barajas para volverse a Buenos Aires antes de que se reintegre la procuradora Alejandra Gils Carbó. Supone que ella lo va a echar. Desesperado, presenta una denuncia desprolija, sin pruebas, mal escrita, sin las verificaciones más elementales. Los primeros resultados lo ponen en lo más alto. Pasó a ser la figura política–judicial más importante del país, tapa de diarios y revistas. “Más que nunca vislumbra un futuro brillante en donde ser el procurador general de la Nación, jefe de todos los fiscales, aparece en su cabeza. El miércoles 14, día de la presentación de la denuncia, se convierte en una locura, se desata el éxtasis para el fiscal. Todos hablan de él, todos quieren verlo. El fiscal está exaltado, habla por teléfono y tiene numerosas reuniones. Habla a borbotones, sus interlocutores lo miran asombrado. Queda claro que está obsesionado con lo que está haciendo, parece obnubilado, enfervorizado. Durante la tarde ocurre algo que lo entusiasma. (Patricia) Bullrich le escribe para invitarlo al Congreso a informar sobre la denuncia. Se lo nota un poco dubitativo al recibir la invitación. ¿Será bueno ir? Dice que sí, después que no, pone reparos a la presencia de la prensa, luego ensaya una explicación sobre el carácter secreto de su informe. Nisman no está seguro de que ir al Congreso sea una buena idea, pero de a ratos parece entusiasmarse. Imagina a un país pendiente de sus dichos. Finalmente, se decide: acepta ir el lunes”. (Capítulo final). “Muchísimas personas le mandan mensajes, a todos les dice que miren la web de Clarín en donde está en primera plana su denuncia. Todos lo felicitan, Nisman no puede pedir más. De repente es el ídolo de todos los que lo conocen. Los periodistas y los políticos lo buscan incansablemente, aún aquellos que él sabe que no lo quieren”. (Capítulo final) Problemas Pero todo empieza a derrumbarse el jueves 15. El juez de la causa AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, no sólo lo cuestiona por “falta de elementos probatorios” sino adelanta que lo investigará por haber trabajado la denuncia sin ningún control judicial, a escondidas, durante dos años. Es grave porque Canicoba le dice que en lugar de investigar el atentado contra la AMIA, que era su tarea, dedicó tiempo y dinero a otra investigación, sin autorización de un magistrado. El segundo golpe viene de la jueza de turno, María Servini de Cubría, que anunció que no había motivos para investigar la denuncia hasta febrero, por lo que le quitó urgencia e importancia al texto de Nisman. Lo devaluó de un golpe. El juez Ariel Lijo coincidió con Servini y los dos dijeron que el fiscal no aportó pruebas. Alguien que lo podría ayudar, alguien que siempre estuvo detrás de todo lo que hizo, el otrora poderoso jefe de Operaciones de la SIDE, Jaime Stiuso, no le contesta el teléfono. El podría aportar alguna prueba adicional, más convincente: no era fácil una denuncia sobre un Memorándum aprobado por las dos cámaras del Congreso. “Nisman habla con Alberto Massino, mano derecha de Stiuso. Se produce una conversación que lo deja muy preocupado. Massino le cuestiona su denuncia, el fiscal insiste con su idea de que lo iban a echar y le pregunta con insistencia qué opina Stiuso. Massino confiesa que Jaime está enojado porque el kirchnerismo lo señala como culpable de todo esto”. (Capítulo final) Respuesta Ese jueves a la tarde, el canciller Héctor Timerman presenta documentación categórica en conferencia de prensa. Cartas de los primeros meses de 2013, ya firmado el Memorándum, dirigidas por el gobierno argentino a Interpol. Queda claro que las autoridades del país exigían que se mantengan las órdenes de captura con alertas rojas. Todo lo contrario de lo que dice su denuncia. Y está por escrito. “Dijo Timerman: ‘ahora resulta que en vez de investigar a los sospechosos se dedicó clandestinamente a investigar a la Presidenta, es muy fácil desenmascarar las mentiras de Nisman’. El fiscal acusa el golpe. Empieza a dudar de su propia denuncia

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Escenarios

Fuente: Horacio Verbitsky | El cohete a la luna Fecha: 23 de SEPT 2018 Cuando Maurizio Macrì pisa el umbral del último año de su mandato, los aprontes para la sucesión, tanto en la Alianza Cambiemos como en los peronismos, coinciden con el debate de las distintas posiciones ante el proyecto de presupuesto elaborado bajo la tutela del Fondo Monetario Internacional y con las cambiantes tácticas oficiales para contener la disparada del dólar. El vocero del Fondo, Gerry Rice, dijo que ese presupuesto es “una parte fundamental del plan de las autoridades para fortalecer la economía argentina y dar confianza”.  Extraoficialmente el gobierno hizo trascender que además de adelantar los desembolsos previstos en el acuerdo de mayo, el FMI ampliaría el préstamo a 65 o 70.000 millones de dólares y esto bastó para que el dólar se tomara un respiro. El acuerdo se anunciaría el lunes 24, cuando Lagarde reciba a Macrì en Washington. La tradición nacional Incrementar entre el 30 y el 40% los ya insólitos 50.000 millones del FMI es una desmesura que recuerda la admiración con que hace 130 años la revista británica The Banker sostuvo en su artículo Gaucho Bankingque “en materia monetaria, la imaginación de los argentinos no tiene límites”. Un cuarto de siglo más tarde, el viajero francés Jules Huret escribió sus impresiones sobre el país: “Hay una elite de hombres, entre el Jockey Club y el Club del Progreso, entre Florida y la Plaza de Mayo, que irradia hacia todos los centros de la actividad nacional. Tiene los ojos puestos sobre las buenas oportunidades de compra y venta de tierras, los datos confidenciales de la Bolsa y los precios que le llegan. Conoce las grandes empresas que se van a crear, las concesiones forestales que restan por otorgar, los proyectos de construcciones de fábricas, de molinos, los ingenios, las concesiones de ferrocarriles, de puertos, los contratos proyectados para proveer maquinarias y herramientas, las grandes obras públicas a emprender. Esta élite sabe todo esto y cuenta con los medios más seguros —y a veces los más oscuros y torcidos— para adelantarse a los competidores, bajo el ojo vigilante del capitalismo inglés y del capitalismo belga”. En 1911, cuando Huret firmó estas observaciones, el primer Macrì no había llegado a la Argentina, donde se casó con la heredera de una de las mayores familias terratenientes, ni habían nacido los primos Toto y Nicky, todos ellos entusiastas cultores de la tradición nacional. La ampliación a 65 o 70.000 millones de dólares surgió durante las negociaciones del ministro Nicolás Dujovne con la madame del FMI, Christine Lagarde. La solicitud inicial del gobierno fue que se adelantaran los desembolsos previstos en el acuerdo stand-by para 2019 y 2020. La objeción obvia fue que quien sucediera a Maurizio Macrì encontraría secas las pilas de todos los timbres financieros por apretar. Esto es grave, dado que nadie cree que en medio de una profunda y duradera recesión la inversión privada pueda entibiar la era del hielo económico. Así se realizara el 100% de las obras viales licitadas con el régimen de participación público-privada (PPP), sería apenas una gota en el terreno reseco por el derrumbe del consumo privado, cuya incidencia en el PIB es del 75% contra menos del 20% de la inversión. El tercer componente de la demanda agregada es el saldo comercial. La proyección de crecimiento en el presupuesto es inverosímil, dada la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el proteccionismo generalizado y la caída de los precios de los productos que exporta la Argentina. De hecho, lo que sigue creciendo es el monto de las importaciones. La única verdad es la economía real El presupuesto merece un análisis detallado, que se realiza en otras notas de esta edición. Aquí basta con señalar esas inconsistencias. Suponer que dentro de 15 meses se podrá comprar un dólar por los mismos 40 pesos que la última semana, cuando la inflación prevista para este año se acerca al 50% y para el próximo oscila entre el 20 y el 30%, es un prodigio de imaginación de cuyo cumplimiento los técnicos del FMI no pueden tener ninguna expectativa de cumplimiento. Si simularan lo contrario (y hasta ahora no hay más que expresiones genéricas de buena voluntad y versiones sin fuente responsable) habría que buscar en otro lado las razones. Por vía de hipótesis: en noviembre sesionará en Buenos Aires la cumbre presidencial del G20 y hasta entonces el sistema financiero global hará todo lo necesario para sostener al actual gobierno argentino, porque cualquier cambio en menos de dos meses sería una complicación que las potencias mundiales prefieren ahorrarse; la burocracia del Fondo ató su suerte a la de Macrì, de modo que un nuevo default daría lugar a una purga implacable; cada dólar que ingresa al barril sin fondo del Tesoro y el Banco Central sirve para proveer la materia prima indispensable para la fuga, que es una pieza central del régimen de valorización financiera del capital que reapareció en 2015. el gobierno estadounidense está aprovechando la permeabilidad del argentino para avanzar temas centrales de su agenda, como el control de la producción de petróleo y gas no convencionales y de la presencia china en la región; la militarización de las fronteras con el pretexto del narcotráfico y la criminalización de la protesta social alegando que se utilizan métodos terroristas. El horrible proyecto de ley antiterrorista de Macrì fue inspirado por los amigos norteamericanos. En los últimos meses han pasado por Buenos Aires tres oficiales superiores de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos: el secretario de Defensa, general James Mattis; el jefe del Comando Sur, almirante Kurt Tidd, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Mark Milley. más recursos implica lubricar la bicicleta financiera (su nombre más elegante es carry trade), con nuevos productos surgidos de la imaginación sin límites que asombraba a la revista de los banqueros ingleses en 1888. Después de las LEBACs y las LETES ahora es el turno de las LECAPs, Letras del Tesoro Capitalizables que ofrecen ganancias suculentas a quienes

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País de enemigos

Fuente: Graciana Peñafort | El cohete a la luna Fecha: 23 de SEPT 2018 Una de las partes más tristes de perder a alguien que querés y con quien conviviste, es ese momento espantoso en el cual no tenés más opción que reacomodar y deshacerte de las cosas que dejó ese otro tan querido como ausente. Nunca estás más solo que en ese momento en que sos el único que toma decisiones en un espacio que supo ser común. Y que ya no lo es. Cuando abrís un cajón para vaciarlo y todo tiene un olor que reconoces como cotidiano y que sabes va a desaparecer con el correr de los días. Doblar la ropa de otro que ya no va a usar. Seleccionar qué conservar y qué no, entre papeles y objetos que aun guardan el rastro de esas otras manos. El dolor infinito de desarmar lo cotidiano. Recuerdo la última vez que me separé. Recuerdo con especial dolor el momento en que tuve que sacar de la mesa de luz los libros de él, que habían quedado ahí. Fue lo último que hice. Pasé meses sin poder tocar esa mesa de luz ni los libros que ahí estaban. Dormía de espaldas a esa mesa de luz hasta que pude hacerlo. Y cuando conseguí juntar fuerzas, valor y resignación y sacar esos libros, lloré desconsoladamente durante horas. Y yo era afortunada. Solo era una separación. Sabía —y sé— que sólo se trataba de un desarmar un mundo de dos que se había acabado. Pero que en el mundo aun estábamos los dos, intentando volver a ser felices. Cada uno por su lado. Me consoló saber que estábamos vivos. Que ese final, por doloroso que fuese, era también un principio. Cuánto más terrible y triste de modo irremediable si hubiese tenido que hacer todo esto en el contexto de una muerte. Yo no sé si CFK es una sentimental. Pero el fin de semana pasado me acordé del dolor de sacar los libros de la mesa de luz, cuando ella mostró lo que Bonadío había hecho en su casa de Calafate. Porque recordé que en esa casa es donde Néstor murió. Deseo fuertemente que CFK no haya tenido las memorias de su cotidianeidad con Néstor ahí, a merced de Bonadío. O que no le tenga apego a ese tipo de cosas. Que lo que hizo ese juez, por el modo en que lo hizo, sólo haya sido un ultraje a la propiedad y no a la memoria. Esta semana como pocas quedaron de manifiesto las múltiples facetas del Poder Judicial. En Mendoza se dictó sentencia por los delitos de lesa humanidad cometidos contra 86 víctimas de la última dictadura militar. Fue el Tribunal Oral Federal Nº 1. Mientras tanto, la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza tuvo una efímera secretaria, cuya designación fue tan dura y públicamente cuestionada en virtud de carecer de los antecedentes y la experiencia mínimos para ser designada en ese cargo, que finalmente renunció a su sorprendente promoción. Más lejos de las montañas azules con las que crecí y que extraño, la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Py está a punto de recibir a su más flamante miembro. Tampoco concursó para ocupar ese lugar, sino que fue trasladado por el Consejo de la Magistratura. Que en estos días parece más una agencia de turismo interno de jueces que el órgano que constitucionalmente tiene a su cargo seleccionar mediante concursos públicos postulantes a las magistraturas. Y no es que los concursos sean una maravilla, a decir verdad, pero parecen un poquito menos caprichosos que estos traslados a dedo, sin mayores justificativos que la voluntad política de colonizar instancias judiciales. El flamante miembro de la Cámara de Apelaciones de Comodoro Py será uno de los jueces que deberá resolver las apelaciones que como catarata cayeron sobre la resolución del doctor Claudio Bonadío, que ordenó los procesamientos de muchos en la causa de la fotocopias del cuaderno de Centeno, el chofer con aspiraciones literarias. Las 551 páginas de la resolución de Bonadío son claro ejemplo de dos cosas: de lo mal que funciona una parte de la justicia federal sin controles y sin límites constitucionales y de las muchas veces que escribo Bonadío en esta computadora, tantas que al olvidarme del acento, me aparece el corrector señalándome que está mal escrita la palabra Bonadío. La coincidencia, puedo afirmar, no es casual. Sé que muchos no han podido leer la resolución. Entre otras cosas porque estuvo sólo un breve lapso disponible en la página del Centro de Información Judicial de la Corte Suprema. Señalan los que conocen los pasillos de la Corte que es eso una consecuencia del pequeño golpe de estado que sufrió Lorenzetti y que impactó también en la conducción del CIJ. He sido siempre muy crítica con el funcionamiento del CIJ pero señalo que en cualquier caso, la publicación de las sentencias es un aporte imprescindible al ejercicio del derecho a la información de la sociedad. Prefiero que exista el CIJ a que no exista. Y prefiero que publique las sentencias a que no las publique. La directora del CIJ explicó que son los jueces de primera instancia quienes deciden qué sentencias se publican en la página del CIJ y cuáles no. La breve publicación de la sentencia me hizo sospechar, en un arranque de optimismo carente de fundamento, que Bonadío tuvo un atisbo de vergüenza por lo que había escrito y por eso prefirió que nadie más lo pudiera leer. Sé que no fue así. Bonadío sabe que su sentencia es un verdadero mamarracho y que la única forma de validarla es que las personas no la puedan leer y sólo pueda leer lo que otros dicen de esa sentencia. Va una última reflexión estúpidamente optimista. Bonadío tiene más confianza en los múltiples house organs que en la solidez de sus escritos como juez. Ante esa falta de confianza, la solución del poder fue nombrar jueces de apelaciones que estén dispuestos a olvidar lo que saben

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La guerra de los mundos

Fuente: Andrés Ferrari Haines* | Página 12 Fecha: 22 de SEPT 2018 La adecuada comprensión del conflicto entre EEUU y China requiere descartar dos falsas interpretaciones: una, que se trata de una “guerra comercial”; otra que se genera por la personalidad peculiar del Presidente de Estados Unidos y que, además, va a contrapelo de los deseos en su propio país. Claro que Trump puede pesar y que el combate se inicia a partir decisiones económicas en su aspecto comercial. Pero el fundamento de la disputa es mucho más profundo y por lo tanto se trata de una cuestión que será duradera y que podrá manifestarse en otros aspectos además del comercial. El fondo del enfrentamiento es un conflicto insoluble sobre visiones o proyectos distintos del orden mundial que son incompatibles, aunque puedan llegar a convivir. Mientras la futurología de la trayectoria del conflicto está siempre abierta y difusa, es pertinente su análisis, que aquí toca solamente la visión de EEUU del mismo. A pesar de la expresión “guerra comercial” que definiría el conflicto, Trump anunció, en diciembre pasado, los cambios en su política comercial. En el documento de la futura estrategia de Seguridad Nacional China es calificada como competidora estratégica y como un país que desafía los valores y la influencia de Estados Unidos. Trump anuncia que aplicará medidas comerciales contra sus rivales – es decir, China – que hacen violaciones en este ámbito. Pero el informe también acusa a Pekín de cuestionar las normas internacionales y manifestó la preocupación del fracaso de décadas de esfuerzos de Estados Unidos para permitir que China se integre en el orden internacional y se liberalizara. Los líderes del Partido Comunista de China fueron acusados de intentar extender las características del sistema autoritario del país, de robo de propiedad intelectual y buscar la expansión de su modelo de economía. En resumen, China fue acusada de país ‘revisionista’ que pretende modelar el mundo de acuerdo a sus valores e intereses que son diferentes de los norteamericanos – o sea, establecer un orden mundial diferente al diseñado luego de la Segunda Guerra Mundial por Estados Unidos. Así, lo que se debe entender es cómo la “guerra comercial” es en realidad para Estados Unidos un conflicto de Seguridad Nacional y de definición de Orden Mundial. Se entiende que el orden mundial actual surgió de la Paz de Westfalia de 1648 que puso fin a la desgastante Guerra de 30 años en la cual prácticamente toda Europa se confrontó sin tregua. En realidad, era una continuidad de diversas confrontaciones que hacían parte de la vida cotidiana europea desde hacía siglos, que se venían agudizando fuertemente desde que Carlos de Habsburgo unificó gran parte del continente y procuró conquistar – mediante el proyecto de Monarquía Universal – el resto de Europa respaldado por la inmensa plata que extraía del recién conquistada América. Westfalia así sancionó el acuerdo que había sido una mera tregua en la Paz de Augsburgo (1555) entre católicos y protestantes que estipulaba Cuius regio, eius religió – a grosso modo “a tal rey, tal religión”. Es decir, el principio de no-intervención en asuntos internos de un Estado, concepto de soberanía que se considera — no sin controversias — está detrás el sistema moderno internacional de Estados-Nación. No que esto se haya respetado, en la práctica después de 1648; más bien lo contrario, no sólo se hizo más frecuente, sino también los conflictos se convirtieron de mayor envergadura en todos los sentidos hasta su ápice con la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas que, al transformar al siervo feudal en ciudadano-soldado en defensa de la “patria”, definió la transformación moderna de la soberanía de Westfalia como autodeterminación de los pueblos. Entre Westfalia y la caída de Napoleón (1815) con generosidad conceptual podrían señalarse unos pocos Estados europeos en ese sentido moderno (Holanda, Inglaterra-Reino Unido, Portugal, Suiza). Desde entonces, el proceso se acentúa luego de sobrepasar el Sistema Mitternich acordado en el Tratado Viena entre los Ancien Régimes europeos que sólo consiguieron contornarlo hasta mediados del siglo XIX.  Pero en el continente americano esa transformación social la inauguró Haití y tomó fuerza después en el resto de América Latina. Claro, el caso inicial fue Estados Unidos en 1783 cuyo pueblo había cortado la sujeción colonial británica. Así, el concepto del Estado-nación como expresión de un pueblo libre se encuentra íntimamente ligada a la visión de orden mundial estadounidense. Woodrow Wilson intentó aplicarlo en la fallida Liga de las Naciones después de la Primera Guerra Mundial y luego fue incorporado a la actual Naciones Unidas tras la Segunda. Según expresa la Carta de Naciones Unidas, todos los miembros son de “igualdad soberana” más allá de su tamaño o poder por lo que “nada puede autorizar la intervención en asuntos que son básicamente dentro de la jurisdicción doméstica de cualquier Estado”. Este concepto de “a cada pueblo, su Estado-nación” fue impulsado por EEUU en las descolonizaciones europeas y tras la caída de la Unión Soviética. Pero la continuidad entre el concepto de orden mundial de Westfalia y el actual promovido por EEUU presenta una importante diferencia. Como observa, en su “Orden mundial: Reflexiones sobre el carácter de las naciones y el curso de la historia” (2014), el perspicaz Henry Kissinger Westfalia constituyó una acomodación práctica a una realidad: ningún Estado conseguía dominar al resto porque existía un control mutuo de todos los demás frente al que les amenace su existencia con su expansión (la “Razón de Estado” del Cardenal Richelieu). Es decir, el reconocimiento que existía un balance o equilibrio de poder entre los Estados europeos. Aquí, Kissinger apunta que no hubo una motivación moral detrás de Westfalia. Aquí entiende Kissinger que reside una diferencia crucial entre este proyecto de Orden Mundial europeo del que germinaría en el “Nuevo Mundo”: el Orden Mundial surgido desde Estados Unidos no reconocía enemigos y procuraba la convivencia pacífica entre todos los Estados. Así, mientras el modelo europeo generó políticas externas calculistas en base al interés nacional, la política externa de EEUU sería fundamentalmente moral. En este aspecto, los estadounidenses se consideran diferentes al resto del mundo y portadores de una moral superior que deben preservar y extender por todo el planeta. El requisito de convivencia pacífica mundial para Estados Unidos no consistiría en un cierto equilibrio de poder, si no en la verificación de ciertos

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La ley israelí del apartheid, esa manía de representar

La reciente aprobación en la Kneset (parlamento israelí) de la ley definiendo a Israel como el “Estado-nación del pueblo judío” es de una gravedad inusitada y fue impulsada a instancia del gobierno derechista de Benjamín Netanyahu, aprobada por 62 votos contra 55.  A la nueva norma se le dio el carácter de Ley Básica y como Israel carece de Constitución adquiere un estatus especial en la legislación local. Esta ley consagra el apartheid ya que marca una diferenciación de derechos entre la población judía —privilegiada— y el resto de las minorías (étnicas, nacionales y/o religiosas) que viven en el Estado y que constituyen el 20% de los habitantes. Esta ley rompe con lo consagrado en la Declaración de la Independencia que, aunque nunca se convirtió en ley, venía fungiendo de referencia para la legislación israelí y fundamentalmente en su última instancia, la Corte Suprema. En ella se proclama que el Estado de Israel “estará basado en los principios de libertad, justicia y paz, a la luz de las enseñanzas de los profetas de Israel; asegurará la completa igualdad de derechos políticos y sociales a todos sus habitantes sin diferencia de credo, raza o sexo; garantizará libertad de culto, conciencia, idioma, educación y cultura”. Aunque este enunciado nunca fue respetado completamente por ningún gobierno de turno, ahora ese irrespeto es consagrado por la nueva ley. También rompe con el tratamiento del árabe como uno de los idiomas oficiales junto con el hebreo, como se reconocía en un estatuto que data del año 1922. A esto hay que agregar un claro proyecto anexionista cuando proclama a Jerusalén como capital de Israel incluyendo la parte árabe oriental y que “el Estado considera que el desarrollo de los asentamientos judíos es de interés nacional, y … tomará medidas para alentar, hacer avanzar y servir a dicho interés”. Se podría agregar mucho más pero con lo expuesto es más que evidente las aviesas intenciones de esta ley. El LLAMAMIENTO Argentino Judío repudia y rechaza la consagración de esta Ley del Estado-Nación del pueblo judío porque convierte a Israel en un estado de claro apartheid en contraposición a las “enseñanzas de los profetas” como se pretendía en la Declaración de la Independencia y como indica la historia del pueblo judío luchando por la libertad, la justicia y la igualdad, codo a codo con los pueblos de los países donde vivían. Pero hay otro aspecto que nos preocupa sobremanera: es la manía de representar. Declaran a Israel como estado-nación del “pueblo judío” lo que incluiría a todos los judíos cualquiera sea el lugar en el mundo donde habiten, llegando al absurdo de que algunos abogados —que representan los intereses del Estado ante la Corte Suprema—sostienen que la ley es de ¡aplicación extraterritorial! Los argentinos judíos somos parte del pueblo judío pero somos fundamentalmente ciudadanos argentinos que nos regimos por las leyes de nuestro país. Negamos la pretensión de un estado extranjero de asumir nuestra representación y de incluirnos dentro de su cuerpo normativo. Podemos sentirnos cultural o religiosamente judíos, incluso muchos seguramente abrigan sentimientos de afecto hacia Israel, pero tenemos plena conciencia de ser argentinos y que nuestro destino está íntimamente vinculado al destino de nuestra Patria. Por eso el LLAMAMIENTO Argentino Judío participa y lucha junto a las fuerzas, nacionales, populares y democráticas contra el modelo neoliberal que hoy está sumiendo en la pobreza y el hambre a la mayoría del pueblo. No nos representan ni aquí ni allá. Marcelo Horestein – Secretario Jorge Elbaum – Presidente |||    

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Ahora Israel tiene una ley racial

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 21 de SEPT 2018 Incluso si  tuviera hasta el final de los tiempos, Israel y la nación judía nunca podrán compensar a la nación palestina por todos los daños que le han causado. No podría por el daño material ni el daño intelectual, el daño físico ni el daño espiritual. No podría por el saqueo de sus tierras y propiedades, ni por su libertad y dignidad pisoteadas. No podría por el asesinato y el duelo, ni por las personas heridas o discapacitadas, sus vidas irrevocablemente arruinadas. No podría para los cientos de miles de inocentes que fueron torturados y encarcelados, ni podría para las generaciones a las que se les negó una oportunidad justa de llevar una vida normal. No hay nada como Iom Kipur para expresar esto. Israel, por supuesto, nunca ha considerado entrar en un proceso de compensación, reparación y toma de responsabilidad. No se puede esperar nada de un ocupante que se hace llamar la víctima, que culpa a todos menos a sí mismo por cada injusticia que comete. Pero incluso esto no es suficiente para eso. Ocasionalmente, se rompe otro récord: el estado, las organizaciones o individuos en Israel y el mundo judío demandan a los palestinos por los daños causados por actividades terroristas. Por ejemplo, Shurat HaDin Israel Law Center, una organización sin fines de lucro que se llama a sí misma una «organización judía de derechos humanos», mueve cielo y tierra en Israel y en el extranjero para demandar a personas y organizaciones palestinas en nombre de las víctimas judías. Este acto despreciable y detestable, según el cual la víctima es el criminal y solo la sangre judía es roja y, por lo tanto, merecedora de reparación, ocasionalmente tiene sus éxitos, principalmente en relaciones públicas. Mientras que Israel evita pagar cualquier compensación por su destrucción sistemática y asesinato en los territorios palestinos desde 1948, hay quienes todavía tienen la increíble audacia de exigir una compensación a los palestinos. La Franja de Gaza fue destruida por Israel una y otra vez, horriblemente, pero Israel nunca ha ayudado a su rehabilitación. Israel mató a decenas de miles de personas, incluidas innumerables personas inocentes, incluidos niños, mujeres y ancianos, a lo largo de los años y se pide a los palestinos que paguen una indemnización. Como parte de esta locura, las casas propiedad de judíos antes de 1948 son devueltas a sus dueños originales a través del sistema legal israelí, desposeyendo a personas que vivieron allí por décadas. Al mismo tiempo, la propiedad palestina robada o abandonada desde 1948 nunca ha sido devuelta a sus propietarios legales. En Silwan y Sheikh Jarrah en Jerusalén Este y en otros lugares, las banderas israelíes se multiplican, junto con los cientos de palestinos que quedaron sin hogar después de ser expulsados de sus hogares -para vergüenza- por orden de los tribunales igualitarios y justos del Estado de Israel. Si alguien alberga en su corazón la intención de  entender cuán desquiciado está el sistema legal israelí por la corrupción moral, y cuán lejos está de los principios fundamentales de igualdad y justicia, aquí está la prueba. Pero todo esto no es suficiente. Esta semana se estableció un nuevo récord. El juez del Tribunal de Distrito de Jerusalén, Moshe Drori, dictaminó que un judío que resultó herido en un ataque terrorista tiene derecho a una compensación adicional, porque es judío, sin pruebas de ningún daño, según la ley del estado-nación, que establece que el gobierno se esforzará para proteger el bienestar de los judíos. El círculo ha sido cerrado, completado y perfeccionado. Ahora es una ley racial real, de acuerdo con la interpretación inevitable del tribunal de la ley estatal nacional. A partir de ahora, existen dos tipos de sangre en Israel: sangre judía y sangre no judía, también en los libros de leyes. El precio de estos dos tipos de sangre también es diferente. La sangre judía no tiene precio, debe protegerse de todas las formas posibles. La sangre no judía es terriblemente barata, puede derramarse como agua. Una situación que existía hasta ahora solo de facto, con diferentes estándares y castigos para judíos y otros, es a partir de hoy de jure por resolución judicial. Setenta años de nacionalismo y racismo hacia las víctimas ahora reciben su respaldo legal apropiado. La ley del estado-nación, que dijeron que era solo declarativa, en la interpretación correcta de Drori, se ha ganado su verdadero significado: es la ley básica para la superioridad de la sangre judía. A partir de ahora, Israel tiene una ley racial. Traducción: Dardo Esterovich https://www.haaretz.com/opinion/.premium-now-israel-has-a-race-law-1.6492061

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Mujeres judías y árabes marchan por la paz en Jerusalén

Fuente:  Ofer Laszewicki Rubin | Aurora Fecha: 20 de SEPT 2018 Mujeres judías y árabes de la organización “Women Wage Peace” (WWP) marcharon este jueves por las calles de Jerusalén para exigir la vuelta a las negociaciones y poner fin al conflicto entre Israel y Palestina. El colectivo, formado en 2014 tras la última guerra de Gaza, está compuesto por miles de mujeres de todo el territorio que organizan continuas marchas, encuentros caseros y foros de debate para intentar reavivar las esperanzas de paz. La manifestación, que se inició frente a la puerta de Yaffo de la ciudad antigua de Jerusalén, contó con miles de participantes. La cantante Yael Deckelbaum, compositora de varias canciones relacionadas con el movimiento, se encargó de calentar motores desde un pequeño escenario, desde donde también se leyeron manifiestos reivindicativos. Entre las consignas de las concentradas podían leerse eslóganes como “solo un acuerdo de país traerá la seguridad”, “mujeres seculares y religiosas demandan un acuerdo o político”, o “si es posible”, junto a una imagen de los ex mandatarios de Egipto e Israel, Anwar Sadat y Menachem Begin, estrechándose la mano tras la firma del histórico acuerdo de paz entre ambas naciones. Marta Roytman afirmó a Aurora que acudió a la concentración “porque no podemos sentarnos y no hacer nada cuando sabemos que nuestros hijos están acá, y los hijos del pueblo con el que tenemos conflicto también son hijos importantes y queridos para ellos. Yo creo que las madres podemos influir de forma positiva y lo que estamos pidiendo es iniciar conversaciones, esperanza, hacer algo”. Junto a ella, Golde Shaim señaló que en la zona viven “varias religiones, y yo no creo, como madre, que ninguna madre de ninguna religión quiere guerra para sus hijos. Todos creemos en la paz”. Marieta Oppenheimer, por su parte, quiso hacer hincapié en el pluralismo del movimiento de mujeres: “hay de la derecha y de la izquierda, religiosas y no religiosas, o sea todo el espectro político. Eso a mí me parece la fuerza de este movimiento, lo más importante y lo más lindo”. Su compañera Esther Diner recordó cual es la influencia de WWP: “en realidad el ejemplo nuestro es Liberia, las mujeres en Liberia lograron llegar a la paz en una situación que era un conflicto entre católicos y musulmanes. Dos mujeres decidieron encontrarse como comunidad, y exigieron que se firme la paz». Preguntada sobre el papel que ejercen durante periodos de tensión, Diner puntualizó: “y demostrar que también en momentos difíciles nosotras no tenemos miedo”. Para Natalia Katz la clave es seguir movilizándose: “creo que la manera es seguir moviendo, seguir actuando, seguir reuniendo gente de todo el espectro político, de todo el espectro social, y sobre todo hacer la paz y lo que es la coexistencia en el día a día. Es una frase un tanto cliché, pero la paz es el camino, así que en ese estamos”.

Comunicados y Declaraciones

Pegasus, un sofisticado modo de control social

En el contexto en que se está llevando adelante un brutal ajuste, la represión es una de las respuestas que cuadra perfectamente con el manual de los gobiernos neoliberales. Pero hoy la represión cobra múltiples formas y no es solamente la que ejercen físicamente las fuerzas de seguridad contra el pueblo en la calle. Hay otra más sutil que consiste en el control de la población mediante el uso métodos sofisticados de vigilancia que permitirían anticipar escaladas de protestas callejeras, puntualizar  persecuciones y arrestos, generar miedo  y minimizar desbordes. En ese marco, la incorporación del sistema de alta tecnología israelí Pegasus —adquirido recientemente por el gobierno de Cambiemos— adquiere una significación superlativa. En qué consiste, para qué sirve y el marco jurídico de su aplicación es abordado en un vasto informe que preparó la Comisión de Asuntos Jurídicos del LLAMAMIENTO Argentino Judío que brindamos a continuación. INFORME “Pegasus”, el Estado de Policía de Macri y la provisión israelí del soft En los últimos años, la noticia de la existencia de un software capaz de espiarte en tu casa intrusando tu celular ganó en varias oportunidades páginas de los periódicos en diversos países del mundo. Últimamente, ha llegado a la Argentina. El soft del que hablamos es “Pegasus” un producto creado por una corporación —NSO Group— del complejo industrial-militar israelí. La existencia del software fue detectada a raíz de la denuncia hecha por un activista de Derechos Humanos en Emiratos Árabes Unidos, detenido por el gobierno de su país en 2011. Ahmed Mansoor logró aportar material sobre su denuncia al laboratorio de la Universidad de Toronto, donde el “malware” fue detectado. Porque se trata de eso, es un “malware”. (Contracción de “Malicious Software”, un software utilizado por alguien que penetra en un dispositivo para extraer —ilegalmente, por cierto— información, según lo define la empresa “Avast” editora de programas antivirus y de protección). Su utilización en Latinoamérica por los gobiernos de Panamá y México ha generado escándalos de los que se ha ocupado la prensa continental y de los Estados Unidos. Su fabricación y venta —sólo a Estados— constituye una violación a derechos humanos básicos aceptados sin controversia por la comunidad de naciones que colocan a este instrumento de inteligencia en una categoría similar —mutatis mutandi— a la de las armas químicas: en ambos casos la tecnología permite fabricarlas, y ciertamente otorgan, en un escenario de guerra una ventaja estratégica a quien las posea. Pero, el orden público internacional las prohíbe por cuanto su utilización constituye una gravísima violación a los derechos humanos. Su posesión otorga al Estado que lo posea una ventaja estratégica en su esfuerzo de seguridad. Pero los hechos demuestran que los Estados que lo adquieren lo usan para violar las garantías básicas de sus ciudadanos y que, en lugar de incrementar la seguridad de los ciudadanos, deja sin seguridad a todo aquel que sea opositor al gobierno que lo posee. Así lo revela particularmente el caso de México, entre los espiados hay periodistas —una de ellas sería la famosa periodista Carmen Arístegui— y México tiene uno de los récords mundiales en asesinato de periodistas. No es menor que el fabricante del soft en cuestión sea Israel por el rol que tiene en el tablero geoestratégico mundial y es inquietante que uno de los compradores sea el gobierno de Mauricio Macri, que ya lo estaría utilizando entre nosotros. Se trata de un soft diseñado para invadir la privacidad de las personas. Eso, contraviene el Sistema de Tratados de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que Israel (y Argentina) están obligados a respetar por ser parte de las Naciones Unidas (que, en definitiva, estambién un Tratado Internacional) Dice la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), adoptada por la Asamblea General de las NN.UU el 10/12/1948, en su Art. 12 “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”. El Art. 18 del mismo instrumento, establece el derecho a la libertad de pensamiento, y el Art. 28 —¡importantísimo!— dice “Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.” El Art. 17 inc. 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aprobado por la Asamblea General de la ONU en 1966, tiene el mismo texto. Israel, como país fabricante y comercializador a Estados del software “Pegasus” claramente incumple estos mandatos que le son obligatorios. El 31/10/2017, en el programa conducido por el periodista Roberto Navarro —por entonces en el canal C5N— el también periodista Horacio Verbitsky se refirió a la adquisición de “Pegasus” por el gobierno de Mauricio Macri y exhibió en cámara un brochure de la compañía fabricante “NSO Group”. De esa fuente, leyó Verbitsky en cámara: “PEGASUS, la completa solución de Inteligencia Cibernética que le permite a los organismos de orden público y a las agencias de inteligencia extraer de forma secreta y remota información remota y secreta desde prácticamente cualquier dispositivo móvil”. Este párrafo trascripto, confrontado con los textos de los tratados internacionales de derechos humanos que antes se ha citado, no deja lugar a dudas: lo que “NSO Group” fabrica es un instrumento de violación de Derechos Humanos. Ello es así porque lo que ofrecen, exclusivamente a Estados, no es un instrumento de uso judicial (para intervenir teléfonos bajo orden de un juez, por ejemplo) sino, lisa y llanamente, un instrumento para ser usado por organizaciones que eufemísticamente llaman “de orden público” o, más lisa y llanamente, “agencias de inteligencia”. Actividades que el sistema legal vigente globalmente, el sistema de Naciones Unidas, sólo permite para uso militar y expresamente veda, como se ha visto, para ser usadas inmiscuyéndose en la privacidad de los ciudadanos. Israel, lamentablemente, es un estado especializado en violar Derechos Humanos de todo tipo. Una reseña de sus graves violaciones no es

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La DAIA, Jean Pierre Noher y Goebbels

El LLAMAMIENTO Argentino Judío repudia la estigmatización que la DAIA realiza en relación a Jean Pierre Noher, quien asoció las repetidas falacias y mentiras del Gobierno nacional con las prácticas goebbelianas. El documento de la DAIA, dado a publicidad en el día de ayer, insiste en autoproclamarse (indebidamente) como referente político de la colectividad argentina judía  como un todo, cuando es de público conocimiento que NO nos representa en lo más mínimo. Más aún, la DAIA se ubica en las antípodas de lo que en el LLAMAMIENTO reivindicamos como una tradición nacional, popular y progresista de los judíos argentinos. En referencia a Noher, advertimos que la DAIA —curiosamente— se ha dedicado en los últimos años a repudiar con “sobreactuada virulencia” a argentinos judíos (como el caso de Timerman) mucho más que señalar a los verdaderos fascistas y nazis que militan en las cercanías del gobierno macrista. El LLAMAMIENTO advierte a la sociedad argentina que la DAIA sólo expresa a los sectores de la derecha de la colectividad y que únicamente desde ese marco se explica su actitud persecutoria hacia Jean Pierre Noher. Buenos Aires, 13 de septiembre de 2018.   Marcelo Horestein – Secretario Jorge Elbaum – Presidente   Video

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