Enviado y traducido por: Alberto Teszkiewicz
El viernes 22 de octubre, el nuevo gobierno de Israel cruzó una línea que ningún gobierno israelí se había atrevido a cruzar antes, al designar a seis organizaciones de la sociedad civil palestina como «organizaciones terroristas». La vergonzosa declaración no dice nada sobre estas organizaciones, pero dice mucho sobre la violencia, la brutalidad y la arrogancia que el régimen israelí ha estado empleando habitualmente contra los palestinos durante décadas.
B’Tselem se solidariza con nuestros colegas palestinos. Estamos orgullosos de nuestro trabajo conjunto a lo largo de los años y de nuestra lucha compartida contra el régimen del apartheid y la ocupación. Uno de los grupos recientemente ilegalizados es la organización palestina de derechos humanos más antigua, Al-Haq, que se estableció hace más de 40 años. Al-Haq y B’Tselem han ganado juntos varios premios internacionales. En 2018, el gobierno israelí intentó frustrar nuestra recepción conjunta del Premio de Derechos Humanos de la República Francesa, utilizando mentiras similares a las que se están expresando ahora. A pesar de las mentiras, se concedió el premio. A pesar de las amenazas, nuestro trabajo continuará.
Esta mañana, B’Tselem y más de 20 organizaciones de la sociedad civil israelíes publicaron un anuncio de primera plana en el diario Haaretz en el que afirmaban lo obvio: criminalizar a las organizaciones de derechos humanos es un acto cobarde característico de los regímenes autoritarios opresivos.
El régimen de apartheid israelí tiene amplios poderes cuando se trata de dirigir la vida de sus súbditos palestinos. No duda en utilizar estos poderes para evitar que los palestinos expongan sus acciones, exijan rendición de cuentas y ejerzan presión sobre la comunidad internacional. El régimen ahora está utilizando estos poderes para intentar cerrar las organizaciones de derechos humanos, una vez más citando «pruebas clasificadas». Puede que el ministro de Defensa haya firmado la orden esta vez, pero la responsabilidad y la desgracia recae en todo el gobierno, en cada ministro y en todas las partes de la coalición.
A lo largo de los años, Israel ha enmarcado constantemente cualquier movimiento palestino que no fuera una rendición al apartheid y la ocupación como «terrorismo». ¿Apelar ante la Corte Penal Internacional? Terrorismo legal. ¿Dirigirse a la ONU? Terrorismo diplomático. ¿Llamar a un boicot de consumidores? Terrorismo financiero. ¿Protestar? Terrorismo popular. Israel puede tratar de retratar la lucha por la libertad como terrorismo, pero sus actos son terroristas.
Cualquiera que sea el resultado de la reciente declaración, una cosa está clara: la lucha palestina por los derechos humanos, la libertad y la igualdad continuará y B’Tselem continuará solidarizándose con nuestros colegas palestinos, hasta que el apartheid sea abolido.
Hagai El-Ad – Director ejecutivo
B´Tselem – Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados