enero 2022

Comunicados y Declaraciones, Derechos Humanos, Portada

Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto

Declaración del Llamamiento Se cumple un nuevo aniversario de la liberación del campo de exterminio creado por la Alemania Nazi en el complejo conocido como Auschwitz -Birkenau. El 27 de enero de 1945 después de tres años de combate y de la pérdida de 27 millones de ciudadanos soviéticos, las fuerzas del Ejército Rojo ingresaron a la fábrica industrial de muerte más horrorosa de la historia. El campo había sido inaugurado en mayo de 1940 por la máxima autoridad de las Schutzstaffel (SS), Heinrich Himmler. El primer oficial soviético en ingresar al campo de exterminio fue el comandante del 106 cuerpo de fusileros, Anatoly Shapiro, de ascendencia judía. Los alemanes, en retirada, buscaban borrar las huellas de sus horrendos crímenes y minaron varios kilómetros alrededor del campo. El batallón comandado por Shapiro perdió la mitad de sus 500 hombres antes de ingresar al campo de exterminio. Hoy, 27 de enero, recordamos a las víctimas del nazismo. A todas. A los seis millones de judíxs, a todxs lxs prisionerxs , a lxs gitanxs, homosexuales, discapacitadxs; a lxs, Testigxs de Jehová, militantes comunistas, socialistas, anarquistas y a perseguidos de las distintas fuerzas democráticas que fueron parte de la resistencia en los seis años de esa espantosa guerra. Rememoramos también a lxs partisanxs y a lxs guerrillerxs que se enfrentaron con dignidad, honor y valentía a las hordas nazis, en cada uno de los países ocupados por el invasor. El 27 de enero supone una fecha de advertencia para toda la humanidad. Los discursos del odio –fundamentos de todo etiquetamiento, criminalización y persecución– han adquirido en la actualidad niveles de pregnancia y naturalización repulsivos, similares a los utilizados a principios del Siglo XX Las derechas supremacistas actuales, los cultores de toda forma de discriminación, los sembradores de la judeofobia, la xenofobia, la islamofobia y los lenguajes misóginos, son la prolongación de un discurso nazifascista que intenta invisibilizar su origen y su parentesco con las doctrinas hitleristas que llevaron a cabo una conflagración mundial en la que 50 millones de personas perdieron la vida. La mitad de ellas fueron soviéticas. El desconocimientos de la historia, su tergiversación para usos inadmisibles, y la ausencia de un señalamiento acerca de quienes han sido –y continúan siendo hoy– los verdaderos enemigos de la humanidad, es el máximo peligro que debemos enfrentar quienes promovemos la solidaridad, la paz, memoria y la justicia . Como argentinos sabemos que sólo se garantiza el Nunca Más si estamos atentos a detectar y desenmascarar los huevos de la serpiente que cíclicamente se presentan ante nosotros revestidos de civilización. Las derechas neoliberales y autodenominadas libertarias de hoy son la continuidad política de las doctrinas nazifascistas. Desenmascararlos es el deber de quienes honramos a las víctimas y de quienes asumimos el compromiso de enfrentar el desprecio y el belicismo de sus herederos. Buenos Aires, 26 de enero de 2022 Marcelo Horestein, Presidente Pablo Gorodneff, Secretario General

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REFLEXIONES SOBRE LA CORTE

Por: Alejandro Stein (Adherente del Llamamiento, desde Israel) | 11 de enero de 2022 Por: Alejandro Stein (Adherente del Llamamiento, desde Israel) Pero hablemos de la Corte Suprema. O de los Cortesanos, nombre que les viene mejor. Y de aquella manifestación multitudinaria de septiembre de 1945 en la que todos los partidos, la mayoría de ellos lo que hoy se da en llamar tradicionales, y que forman parte de esa infamia que es Juntos por el Cambio, y otros con historias vergonzantes como el Partido Comunista, que hoy apoya al Gobierno, oponiéndose a la dictablanda de Edelmiro Farrell con ese coronel como secretario de Trabajo y Previsión y vicepresidente (¿alguien recuerda su nombre?) exigiendo… entregar el gobierno al presidente de la Corte Suprema. Esa manifestación, que marchó desde el Congreso hasta Recoleta, desencadenó los acontecimientos que culminaron con la detención de Perón y el 17 de octubre, que agarró a todos los manifestantes a contrapié porque ellos mismos fueron los parteros del “hecho maldito del país burgués” John William Cooke dixit. Ya va para 77 años de ese momento, que reestructuró la historia argentina, que parió este fenómeno con el que nos acostumbramos a vivir, en cuyo nombre no sólo se construye, sino que se cometen infamias, y si no pregúntenle a Menem, que les va a contestar desde el infierno. Pero hablábamos de la Corte, de las Cortes. Nuestra Constitución establece la división de poderes, y es el presidente, con acuerdo del senado, quien designa a los jueces, que en definitiva seguirán en funciones en tanto su conducta sea correcta. Acá tengo la tentación de decir no me hagas reír que tengo el labio partido…Un listado de los ministros de las diferentes Cortes Supremas muestra sin duda que el presi que los nombra busca, cómo expresarlo, cierta comunidad ideológica con sus propuestos si se vive en democracia, o designados si se vive en dictadura. Y muestra que, como en general la conducta de sus señorías es impecable, y el senado, muchas más veces de lo que nos conviene tiene tendencia a actuar como un sello de goma, el presidente de turno tiene que comerse la herencia de su antecesor, a veces por varias generaciones (¿se acuerdan de Carlos Fayt paz descanse y su amor al sillón?). Independientemente, entonces, de que escribo esto como una forma de catarsis, me estoy cuestionando ese asuntillo de la división de poderes que me enseñaron en el cole cuando nos hablaron de la Constitución, y tuvimos que aprendernos de memoria lo que recitaba Alfonsín en su campaña electoral. Y el tiempo actúa con las leyendas como lo hace con el vino: Si es tinto, las mejora, si es blanco, las joroba. Tengo suficientes años para haber vivido las Cortes y el Poder Judicial de la dictadura de 1966-73 y su Cámara del Terror (la Cámara Federal en lo Penal), la de la última dictadura, que en su mayoría viví en el exilio, pero no por eso sentí menos vergüenza ajena e indignación propia, y miro desde aquí el desempeño de la Corte y el Poder Judicial macristas. Puede ser que no sepa bastante. Puede ser que esté desinformado. Pero creo que gana el campeonato. Milagro Sala, la persecución a Cristina, la conducta desalmada, cínica, enfermiza, cruel con Héctor Timerman, y que nadie me diga que esa no fue una forma refinada de tortura. Con asco, cito acá el infausto nombre de bonadío, y la minúscula no es un error. Y hay tanto más. Y el desempeño actual del Poder Judicial, y de los cuatro señores en sus sitiales, corriendo a veces con sus fallos, tomándoselo con calma otras, por decirlo de alguna manera, acorde a la conveniencia de sus trompas.Entonces, a ustedes, que me tuvieron la vela hasta aquí, yo les pregunto: ¿Dónde está esa División de Poderes? ¿Es independiente el Poder Judicial? (vuelvo a recordarles lo de mi labio partido). Este es mi modesto apoyo a la marcha a Tribunales, esta vez exigiendo “que se vayan todos”, o limpiar la casa, con Comodoro Py como primer lugar donde pasar la aspiradora, y perdonen que sea medio anarco (nunca libertario), es mi deseo que este sea el comienzo de una marcha que va a ser muy, muy larga.Hasta aquíAle, 11.1.22

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Deuda y grupo de tareas

Por: Jorge Elbaum | La Tecla Eñe (8/1/2022) El modelo neoliberal del macrismo pretendió sostenerse con el soporte de lo Estados Unidos, los aparatos de inteligencia, el blindaje comunicacional y persecución política a opositores Cuando se piensa estructuralmente las relaciones de poder en Argentina se observan líneas de continuidad indudables. El liberalismo decimonónico local adscribió tempranamente a la tradición económica neoclásica que tuvo en América Latina su lugar de inserción primigenia: en 1973 el general Augusto Pinochet, en el marco de una dictadura criminal, inauguró el modelo que hoy se conoce como neoliberalismo. Ese mismo proyecto fue replicado tres años más tarde en nuestro país, orientado por José Alfredo Martínez de Hoz. Pero su instauración requirió la represión genocida: los 30 mil detenidos-desaparecidos fueron tildados como parta de los “costos” y las consecuencias inherentes al programa planificado desde Washington. Desde 1976 la lógica neoliberal se instituyó como veracidad económica y política entre los sectores dominantes. La razón de fondo se vinculaba a la necesidad de quebrar las capacidades de organización de los trabajadores y sus expresiones políticas. La grilla neoliberal desreguló la dimensión financiera para permitirle a los grupos concentrados al sobrevivencia especulativa, liberada del vínculo con la clase obrera. Se reprodujo una historia a partir del último tercio del siglo XX con el claro objetivo de desconectar a los trabajadores de la reproducción del dinero: las grandes fortunas podían continuar con su carrera de beneficios a través de la rentabilidad que le brindaba la bicicleta financiera. Ese movimiento incrementó de forma exponencial la desocupación, debilitó a las sindicatos y multiplicó los indicadores de pobreza, marginalidad, indigencia. El capitalismo neoliberal buscó –y logró– quitarle poder a los trabajadores a través del aumento de la precariedad laboral: cuánto mayor es el nivel de desocupación menos capacidad de negociación salarial poseen los referentes gremiales. Pero las clases dominantes en argentina –los grupos concentrados– siempre aspiraron a ser parte del mundo occidental y cristino, es decir de Miami. Para maximizar sus rendimientos no solo lograron limitar los incrementos salariales –y las condiciones de trabajo– sino que buscaron en forma denodada dolarizarse. Y para capitalizarse en esa moneda extranjera –ceñidos al remanido deseo del exilio dorado– eligieron dos caminos: o bien absorber las divisas provenientes de las exportaciones, o bien a través de la consecución de créditos externos, sean privados o de organismos multilaterales como el FMI. El endeudamiento les permite abalanzarse sobre los dólares. A medida que ingresan son quienes tienen más pesos para cambiarlos. Y la desregulación financiera impulsada por las lógicas neoliberales los autorizan a vaciar dichas arcas, que debería servir –prioritariamente– para el desarrollo industrial local (bienes de capital, máquinas que no se construyen a nivel doméstico) y para insumos médicos que Argentina no produce. Los montos de los ciclos de endeudamiento coinciden con los ingresos por exportaciones o por líneas de crédito. Las elites locales se han coinvertido, en el último medio siglo, en una aspiradora de la riqueza social acumulada. Con la particularidad de que esa riqueza no se transforma en inversión productiva sino en guaridas fiscales. Pero los créditos no solo sirven para la fuga de capitales de los grandes grupos económicos. También garantizan controles externos de la economía. Además de posibilitar la rueda de la deuda, la evasión y la fuga imponen una lógica de pinzas: de un lado, el Departamento de Estado –a través del board del FMI– exige ajuste fiscal funcional a los intereses geopolíticos de los países centrales. Del otro lado de la ventanilla, los grupos concentrados locales colaboran con esas mismas exigencias para obtener el debilitamiento del Estado que de ser poderoso podría regularlos. Los ajustes fiscales, además, remiten a cercenar la inversión social, logrando una oferta de trabajo más precaria y más barata para los mismo empresarios. Por último, los ajustes también permiten configurar el poder al servicio del mercado, entorpeciendo el rol de locomotora del desarrollo, que hace más de un siglo busca aplicar el proyecto nacional y popular. Existe una correlación indudable entre los intereses de Washington y los grupos concentrados locales. Ambos polos coinciden en la necesidad de ahogar cualquier forma de soberanía que posibilite sacar los pies del plato de un orden mundial adecuado a la reproducción de los desequilibrios. Esa es la causa por la que han existido genocidios en América Latina. Y es la misma razón por la que el neoliberalismo –en su última versión macrista– institucionalizó mesas judiciales ilegales, persecución a referentes políticos, grupos de tareas armados por agentes de inteligencia y prisiones preventivas inauditas. Según el ministro de Economía, Martín Guzmán, el Fondo exige –para firmar un acuerdo que posibilite la extensión de los pagos– reducir el déficit y lograr un acuerdo político con la oposición. Sobre el primer punto no parece existir una aval por parte de la totalidad del Frente de Todos ni un consenso entre sus votantes. Sobre el segundo ítem, la oposición (neoliberal) se encuentra en un aprieto: (a) reconoce su responsabilidad en la irresponsable tramitación de la deuda, y apoya lo que el oficialismo propone o, (b) sabotea cualquier acuerdo con miras a lograr un default. La primera opción supone, como se observó en la última semana, un enfrentamiento entre el radicalismo y el PRO. La segunda supone el riesgo de promover el fortalecimiento del Frente de Todos en términos de un andamiaje latinoamericano más acorde a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En 2022 Argentina tiene vencimientos con el FMI por 3976 millones de dólares. Además tiene que sufragar 2000 millones al Club de Paris y 693 millones a los acreedores privados. El Banco Central carece de reservas suficientes para solventar esos desembolsos. Ante ese escenario se volverá a plantear la encrucijada de un país atravesado por un enfrentamiento consuetudinario: la decisión de una supremacía externa o la decisión soberana de una voluntad que busca relanzar su proyecto nacional. Existe una continuidad entre Álvaro Alsogaray, José Alfredo Martínez de Hoz, Domingo Cavallo y el macrismo. La ligazón que los une explica la conexión espuria

Historia, Lectura recomendada por compañeres, Mundo Judío

El Holocausto ‘local’ de Rumanía: 80 años desde la masacre olvidada de Bogdanovka

HITLER APROBÓ LA CRUELDAD DE LA GUARDIA DE HIERRO RUMANA En los últimos días de 1941, las autoridades rumanas masacraron a 40.000 judíos en un capítulo del genocidio en el que 420.000 judíos fueron asesinados a ‘plena luz del día’ con la ayuda de colaboradores. Por MATT LEBOVIC | The Times of Israel (1 enero 2022) Los gendarmes rumanos y colaboradores locales deportan judíos de Bricevas en 1941, con el rabino Dov Beri Yechiel a la cabeza (dominio público) Cuando estalló el tifus en un campo de concentración rumano hace 80 años, las autoridades de Bogdanovka decidieron asesinar a 40.000 presos judíos e incendiar el campo. Llevada a cabo en la Ucrania ocupada por Rumania por soldados rumanos, policía regular ucraniana y alemanes étnicos locales, la masacre de Bogdanovka ha sido ignorada en gran medida por los historiadores, junto con el papel «distintivo» de Rumania en el genocidio de los judíos de Europa. «Me avergüenza decir que no tenía conocimiento de esa atrocidad», dijo Efraim Zuroff, el principal cazador de nazis del Centro Simon Wiesenthal, a The Times of Israel en referencia a Bogdanovka.00: 12/09: 1610 segundos «La pregunta no es qué tan espantoso fue, ya que numerosas atrocidades del Holocausto fueron increíblemente horribles, sino que es una cuestión de ‘cobertura’, a falta de una palabra mejor», dijo Zuroff. El ejército rumano estuvo detrás de la mayoría de las masacres del Holocausto en el país, en contraste con el modelo posterior de campos de exterminio construidos por los alemanes en la Polonia ocupada. La mayoría de los judíos asesinados por rumanos procedían de la Ucrania ocupada, a diferencia de la llamada «Vieja Rumanía».Obtenga la edición diaria de The Times of Israelpor correo electrónico y no te pierdas nunca nuestras historias principalesDirección de correo electrónico del boletínCONSÍGUELOAl registrarse, acepta los términos Para complicar aún más la narrativa, algunos judíos rumanos cayeron bajo el control de Hungría después del «Diktat de Viena» de 1940. Esos judíos permanecieron relativamente seguros hasta la primavera de 1944, unos tres años después de que el ejército de Rumania «limpiara» las tierras ocupadas de judíos. Estudiantes fascistas rumanos trabajando en una fábrica de ladrillos como parte de sus actividades de campamento de verano, 1924, álbum de fotos de Kampf und Sieg (‘Lucha y victoria’). (Archivos Nacionales de Rumanía) «En general, los crímenes cometidos por colaboradores nazis fuera de sus países reciben menos ‘cobertura’ que los cometidos en territorio de origen», dijo Zuroff, quien señaló el ejemplo relacionado del Holocausto en Bielorrusia, en el que lituanos, letones y estonios participó en el asesinato de decenas de miles de judíos locales. En Rumania, el dictador aliado incondicional de Hitler, el mariscal Ion Antonescu, expandió sus fronteras después de la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941. Hitler le dio a Antonescu la libertad de resolver la propia «cuestión judía» de Rumania, y aproximadamente 420.000 judíos bajo el control de Antonescu fueron asesinados relativamente pronto. En la guerra.ANUNCIO PUBLICITARIO Antes de la Segunda Guerra Mundial, más de 750.000 judíos vivían en la Gran Rumanía. El antisemitismo fue una característica de la vida rumana durante décadas antes del Holocausto, pero el ascenso del fascismo incluyó una virulenta cepa de antisemitismo «racial». A partir de 1940, se aprobaron unas 32 leyes y 31 decretos contra los judíos de Rumania. . El pogromo de Bucarest del 23 de enero de 1941, iniciado por la Guardia de Hierro de Rumania (dominio público) Al igual que los camisas marrones en Alemania, Rumania tenía un grupo paramilitar llamado Guardia de Hierro, fundado en 1927. También conocido como los Legionarios o Camisas Verdes, la organización prometió vencer la «agresión rabínica contra el mundo cristiano». Tras un fallido intento de golpe de Estado en enero de 1941, la Guardia de Hierro llevó a cabo un pogromo contra los judíos de Bucarest. Al menos 125 judíos fueron asesinados antes de que Antonescu pusiera fin a la violencia, pero el genocidio de judíos, y de romaníes, se aceleró ese verano en las tierras recién adquiridas de Rumania. “El pueblo judío ha malversado y empobrecido, ha especulado e impedido el desarrollo del pueblo rumano durante varios siglos”, dijo Antonescu. «La necesidad de liberarnos de esta plaga es evidente «. ‘Tren de la muerte’ de Iasi La primera masacre del Holocausto a gran escala en Rumania tuvo lugar en Iasi, una ciudad universitaria cerca de la frontera con Moldavia, en junio de 1941. Alentados por Antonescu, los soldados rumanos se asociaron con la policía y las turbas locales para asesinar a 13.266 judíos. Los residentes de Iasi ayudaron a arrestar a judíos y saquear sus hogares, así como a humillar a los judíos que marcharon fuera de la ciudad. Judíos arrestados durante el pogromo de Iasi en Rumania, junio de 1941 (Yad Vashem) Como en Bucarest, la Guardia de Hierro lideró turbas para asesinar judíos en las calles y en sus hogares, desplegando palancas y cuchillos además de pistolas. Después de la masacre inicial, 5000 judíos fueron metidos en vagones para un viaje en «tren de la muerte» en el que perecieron 4.000 de ellos. En contraste con el Holocausto en Alemania, no hubo «operaciones encubiertas» en Rumania. El genocidio se llevó a cabo » a plena luz del día » bajo la dirección de las autoridades rumanas. Los artículos de prensa falsos sobre judíos que señalaban a los aviones aliados ayudaron a «justificar» las masacres e incitar a los colaboradores, pero esas historias no tenían la intención de engañar a los judíos. «Las masacres fueron en gran parte descoordinadas, y aunque la crueldad con la que el ejército rumano masacró a los judíos ucranianos y rumanos ganó la aprobación de Hitler, sin embargo se ganaron el desdén de muchos oficiales de las SS, quienes menospreciaron las técnicas primitivas empleadas por los rumanos», escribió el historiador Christopher. J. Kshyk. Los médicos militares rumanos examinan a los judíos en el ‘tren de la muerte’ de Iasi en 1941 (dominio público) Por primitivos que parecieran los métodos rumanos, el ejército, la fuerza policial y los colaboradores civiles del país establecieron un » plan » para las masacres del Holocausto en otros lugares, incluida Kiev.

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