agosto 2019

America Latina, Internacionales, Portada

Uruguay acusa a EEUU de meterse en la campaña electoral y tratar de invisibilizar sus masacres

Fuente: Luvis Pareja | www.estrategia.la Fecha: 07 de agosto de 2019 El canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, acusó a la administración de Donald Trump de intentar influir a favor de la oposición en la campaña electoral, de cara a las presidenciales de octubre próximo, quizá tratando de invisibilizar las dos masacres ocurridas el fin de semana en los estados de Texas y Ohio, que dejaron un saldo de 30 muertos y más de 60 heridos . “Se meten, se inmiscuyen (en la campaña) pero no es ninguna novedad por parte de las embajadas norteamericanas en América Latina», dijo. Ellos (los estadounidenses) tienen la misión divina de calificar a todos los países del mundo», afirmó el canciller y agregó que basta entrar a la página del Departamento de Estado para ver la calificación de todos los países. La intencionalidad de la advertencia del gobierno estadounidense parece quedar en claro, ya que se abstiene no solo de hablar de las continuas masacres en su propio país, de la persecución a migrantes, incluyendo niños, sino de la extrema violencia que existe en otros países –aliados a EEUU- como Colombia. Sin amilanarse, el gobierno uruguayo continuó respondiendo a los ataques de Washington, que días atrás advirtió a los ciudadanos que estadounidenses que no viajaran al país sudamericano ante un aumento en sus índices de delincuencia, registrado en base a informes del Departamento de Estado. El lunes había emitido un comunicado en el que alertaba a los ciudadanos que tuvieran pensado viajar a EEUU por la «creciente violencia indiscriminada» desatada en esa nación. Mano dura «Es una exageración, y es muy imprudente andar diciendo que aumenta la inseguridad en Uruguay, cuando el tema de la seguridad está metido en la campaña electoral», replicó Nin El senador blanco Jorge Larrañaga, uno de los candidatos preferidos por Washington, quedó fuera de la competencia por la presidencia, pero el proyecto de reforma constitucional que impulsó mediante la campaña “Vivir sin miedo” se votará el 30 de octubre, en forma simultánea con las elecciones nacionales, salteándose al Poder Legislativo para intentar, por otra vía, la aprobación de proyectos que ya fueran rechazados. A finales de julio, en un discurso lleno de falacias y efectismo, Larrañaga señaló vaguedades como que “no se puede seguir así” y que hay que “defender a la gente honesta”, y señaló que “si no hacemos esto, […] los delincuentes nos llevan puestos”. Medrando con el miedo y con el imaginario de la inseguridad, postuló una ilógica y peligrosa equivalencia entre orden y seguridad, típica de ideologías autoritarias y de intentos de desestabilización democrática Él último domingo de octubre los uruguayos votarán por un nuevo presidente y plebiscitarán la ley represiva de Larrañaga, que contó con apoyo de asesores estadounidenses e israelíes. Crímenes de odio El Ministerio de Relaciones Exteriores alertó por los crímenes de odio, fundados en “el racismo y la discriminación, que costaron la vida a más de 250 personas en los primeros siete meses de este año». El gobierno de Donald Trump anteriormente emitió una elevación del nivel de advertencia dirigida a ciudadanos estadounidenses que planeaban visitar Uruguay, por el «aumento de la delincuencia»: pasó del nivel 1 («tomar precauciones normales») al nivel 2 («ejercer mayor precaución debido a la criminalidad»). También la cancillería de Venezuela emitió un aviso de características similares, sugiriendo a los venezolanos “postergar sus viajes, o, en todo caso, extremar las precauciones” en caso de ir a Estados Unidos, y pidieron a sus viajeros evitar grandes aglomeraciones y algunas ciudades, que ubicaron entre las «20 más peligrosas del mundo». Nin Novoa redobló la apuesta el martes al sostener que EEUU busca entrometerse en la campaña electoral uruguaya, al tiempo que aseguró que con Washington «no hay ninguna tensión». Pero dejó en claro que la advertencia de Washington a sus ciudadanos respecto a Uruguay «es como mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio” y agregó que EEUU cree que tiene «la misión divina de calificar a todos los países del mundo». «Estados Unidos tiene una tasa de homicidios de 25 habitantes cada 100 mil, mientras que en Uruguay tenemos la mitad. Matan a 30 personas en tiroteos en bares, y nos vienen a decir a nosotros que tengan cuidado con Uruguay. ¡Por favor!», exclamó el canciller, quien remarcó que a su país no lo motiva un «ánimo belicista y confrontativo». «Hicimos un comunicado en los mismos términos en que lo hicieron ellos», agregó. En la nota consular presentada hace unos días, el gobierno norteamericano había señalado que «los delitos violentos, los homicidios, los asaltos a mano armada, el robo de vehículos y los hurtos» aumentaron en Uruguay. El Departamento de Estado pidió evitar la visita a 13 barrios de Montevideo, y advirtió acerca del incremento de los robos callejeros, y de viviendas durante el verano, en los principales balnearios del país, incluyendo Punta del Este. La inseguridad es uno de los temas más importantes dentro de la agenda pública uruguaya. A la espera de cifras oficiales, se estima que en 2018 Uruguay, país de 3,4 millones de habitantes, registró una cifra récord de homicidios (381), un 35 por ciento más que en 2017. Sin embargo, esos números provienen de un estudio que regularmente publica la fundación Fundapro, cercana a la oposición, y que sirvieron de insumo para la dura advertencia planteada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. **Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Estados Unidos, Internacionales, Portada

El terrorismo blanco y sus fantasías

Fuente:Jorge Majfud | América Latina en Movimiento Fecha: 06 de agosto de 2019 Hace décadas que escribimos y contestamos llamadas de medios para discutir las matanzas en Estados Unidos. Virginia Tech, Sandy Hook, Orlando, Las Vegas… Por no hablar de la criminalidad común de varias ciudades grandes que se aproximan bastante a los vergonzosos números de algunos países de América Central. Uruguay está bajo una fuerte crítica, interna y de Estados Unidos, por haber aumentado su tasa de asesinatos hasta 11.2 cada cien mil habitantes mientras sus turistas se sienten seguros en Miami Beach, sin reparar que la ciudad de Miami, en sus mínimos históricos, tiene la misma tasa de asesinatos. Por no hablar de otras cuarenta grandes ciudades que superan esos guarismos, como St. Louis, que llega a 60. No en pocas ocasiones me he despedido de esos amigos periodistas con el doloroso humor negro de “hasta la próxima matanza”. En mis clases, algunos estudiantes me han reprochado la dureza de este tipo de expresiones. Tal vez es parte del problema que comparte la religión de las armas con el racismo rampante de este país: se cuida demasiado el lenguaje para no ofender a nadie pero no se soluciona el problema. Se lo empeora. Las dos últimas matanzas por tiroteo, de las 250 que van en el año, llamaron la atención por su número de muertos y por su proximidad una de otra (13 horas). Ambas poseen elementos en común, pero en su naturaleza ideológica difieren mucho. Empecemos por la segunda, la de Dayton en Ohio. El asesino, un joven de 24 años, no tenía motivaciones raciales, ni siquiera ideológicas. Como le gustan decir a los políticos especialistas en rezar como único recurso, era un “enfermo mental”. De hecho era simpatizante de la izquierda y de la regulación de las armas y entre las nueve de sus víctimas estaba su propia hermana, de 22 años. Claro que entre enfrentarse a un enfermo mental con un rifle y a otro con un palo, cualquiera elegiría este último. La tragedia ocurrida 13 horas antes en El Paso, Texas, ya está alimentada y motivada por razones claramente raciales. El asesino de 21 años, de cuyo nombre no quiero recordar, manejó nueve horas de Dallas hasta la frontera sur para matar hispanos. En un manifiesto plagado de faltas ortográficas y, peor, de conceptos históricos, advierte de su plan debido a la “invasión de hispanos a Texas”. El Paso posee una población del 80 por ciento de estadounidenses mexicanos, además de mexicanos visitantes. Gran parte del tercio oeste de Estados Unidos posee una fuerte cultura y una numerosa población hispana no sólo porque desde que Estados Unidos tomó posesión de esas tierras los mexicanos han cruzado permanentemente una frontera invisible para trabajar en las zafras del norte, regresando al sur ese mismo año, sino porque por siglos fue tierra de España o de México. Texas, que tanto enojaba al asesino, se independizó de México en 1836 porque los mexicanos habían abolido la esclavitud en esa provincia y los nuevos inmigrantes anglos no podían prosperar sin esclavos negros, los que solían escapar hacia México buscando la libertad. Cuando Texas se une a Estados Unidos y el Norte entra en guerra civil con el Sur, Texas se une a la Confederación para mantener sus privilegios esclavistas. Desde su derrota a manos de Lincoln, el Sur esclavista convirtió esa derrota en una victimización moral de los blancos, desviando la atención sobre la esclavitud y narrando en libros, películas y salones de clase la idea de que la Guerra Civil fue una lucha desigual por “los valores” del Sur. La misma fundación de Texas tiene una raíz profundamente racista, como la fundación de Estados Unidos. Pero tanto Estados Unidos como Texas han sido capaces de integrarse a las grandes luchas sociales de los años 60s, no sólo de Martín Luther King sino de muchos otros líderes latinos como Cesar Chávez, Dolores Huerta o Sal Castro. Los países no tienen dueños. Incluso Jefferson había dicho algo por demás obvio: la tierra le pertenece a los vivos; no a los muertos. Sin embargo, aquí radica el centro del problema de la ideología supremacista blanca: el concepto de defensa de una raza para que su predominio perdure más allá de los individuos. ¿Por qué me importaría que mi país conservase una población que se parezca a mí? Es más, sería una pesadilla levantarse un día y ver que todos se parecen a nosotros y piensan como nosotros. El moderno concepto de supremacía blanca en Occidente surge a principios del siglo XX en las colonias británicas. Vaya casualidad. Justo cuando Europa y Gran Bretaña comienzan a perder el privilegio de esclavizar al resto del mundo aparece una teoría infantil del “genocidio blanco”. Según esta teoría que se hace popular en Estados Unidos en la década del 20, la “raza blanca” está bajo amenaza de extinción por parte de las otras razas, negra, marrón, amarilla, roja… Todo a pesar de que ninguna de estas “razas” nunca en la Era Moderna invadió ni Europa ni Estados Unidos sino, exactamente, lo contrario. África fue, por trecientos años, hasta muy recientemente, el patio trasero de Europa y allí los crímenes se contaban por decenas de millones de negros, por decenas de gobiernos destruidos, intervenidos o aniquilados. En los últimos tiempos en nombre de la lucha contra el comunismo pero desde mucho antes en nombre de la defensa de la “raza hermosa”, la raza blanca que debía dominar al resto. Exterminación, lisa y llana. Lo mismo América Latina con respecto a Estados Unidos. Lo mismo diferentes pueblos de Asia y Medio Oriente con respecto a las potencias Occidentales. Pues, resulta que ahora los niños de bien se quejan de una “invasión hispana”, de una “genocidio blanco” y otras pataletas. ¿Por qué? Estados Unidos es el único país “desarrollado” cuya expectativa de vida ha decrecido en los últimos años. Los estudios indican que se debe al deterioro de la salud de la población blanca debido a la epidemia de

Derechos Humanos, Nacionales, Politica, Portada

Los Derechos Humanos según Avruj

Fuente: Por Rodolfo Yanzón* | La Tecl@ Eñe Fecha: 5 de agosto de 2019 Con aroma a campaña electoral, Clarín publicó el pasado 27 de julio una entrevista al Secretario de DDHH, Claudio Avruj, realizada por la periodista Natasha Niebieskikwiat, en la que abordó distintos temas. (https://www.clarin.com/politica/claudio-avruj-reclamo-familiares-victimas-guerrilla-legitimo_0_ukq5DZK89.html) Analizó el rol de la Secretaría DDHH al recibir testimonios de venezolanos sobre presuntas violaciones a los DDHH en ese país, un modo de dejar en claro el posicionamiento de Macri en el contexto internacional; de la mano de Trump, el FMI hace campaña para el macrismo aportando no sólo dólares sino también declaraciones. Y, para enlazar aliados, Avruj justificó la declaración de Hezbolla como organización terrorista en expresiones dadas por el embajador israelí en nuestro país. Al preguntársele por la identificación de soldados muertos en las islas Malvinas, Avruj habló de héroes y de las conversaciones con el embajador británico. No dijo nada sobre las torturas padecidas por los soldados ni de la causa penal en la que están imputados militares argentinos. Cuando habla de héroes oculta víctimas de violaciones a DDHH. Sobre el reclamo para indemnizar a víctimas del accionar de organizaciones armadas (aquí sí utilizó la palabra víctima), Avruj se refirió e hizo suya la denuncia presentada por la hermana de un conscripto fallecido durante el intento de copamiento del Regimiento de Infantería de Monte 29 en Formosa por parte de Montoneros, auspiciada y promovida por abogados defensores de procesados y condenados por crímenes de lesa humanidad: María Laura Olea dejó su cargo de secretaria del juez de la Cámara Federal de Casación Penal, Eduardo Riggi, para defender a genocidas, y Ricardo Alberto Saint Jean, hijo del represor Ibérico Saint Jean y uno de los voceros de los militares presos. La denuncia es apadrinada por la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, un grupo de letrados de extrema derecha que reivindica la dictadura, de estrechos vínculos con el Colegio de Abogados de la calle Montevideo, que nuclea a algunos de esos abogados y a profesionales de grandes grupos económicos. La Asociación escribió días atrás una carta al Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. Oscar Ojea, en la que le reclamó por los militares presos y le achacó una “desmedida ponderación” a las Abuelas de Plaza de Mayo, preguntándose qué servicio brindaron a la patria en el “encuentro de la verdad que sana”. Tales son quienes están detrás de la denuncia que Avruj hizo suya. Saint Jean también defendió al comisario Carlos Sablich, condenado por torturas impuestas a personas detenidas acusadas del secuestro de Mauricio Macri, quien, siendo candidato a Presidente y mientras se debatía la condena de Sablich en la Cámara de Casación, reivindicó al torturador en el programa de Mirtha Legrand. Los denunciantes dicen que se indemnizó a gente que atacó el regimiento. Lo que no dicen -y tampoco lo hace Avruj, puesto que está en campaña, y la mentira y el ocultamiento son armas predilectas de Cambiemos- es que para acceder a ese tipo de indemnizaciones debe haber una resolución fundada en elementos de prueba por la que se confirma, no la calidad de atacante, sino la de víctima del accionar ilegal de la represión ilegal que, por cierto, no comenzó el 24 de marzo de 1976, sino mucho antes. Entre los antecedentes que dan por tierra la institucionalidad y el orden constitucional aludidos por Avruj, se puede mencionar que el sistema judicial calificó de crimen de lesa humanidad la masacre de Trelew (22 de agosto de 1972); que en febrero de 1975 María Estela Martínez de Perón delegó en las FFAA todo lo relativo a la denominada “lucha contra la subversión”, fecha en la que comenzó a funcionar el centro clandestino de violaciones, torturas y desapariciones, conocido como la “escuelita de Famaillá” en Tucumán, en el marco del “operativo Independencia”; los reglamentos secretos militares de 1968 (vigentes hasta 1995) en los que se preveía y por los cuales se aplicó la tortura como método entre las acciones para generar terror entre la población; que desde ese año 1968, sin interrupción, el Batallón 601 del Ejército infiltró partidos políticos, sindicatos, centros de estudiantes, organizaciones sociales, entre otras, para perseguir, detener y hasta torturar a militantes políticos; que la Directiva 404 de octubre de 1975 del Ejército incluyó entre las organizaciones a “combatir” a organismos de DDHH, la CGT de los Argentinos, agrupaciones de base, Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y a las juventudes políticas argentinas; y que durante la recuperación del regimiento en Formosa en 1975, se aplicaron torturas y se mató gente indefensa. Sin embargo, Avruj dice que, como había un gobierno constitucional, se trataba de defender a la patria, la institucionalidad y la democracia. A las familias de quienes murieron como consecuencia del ataque al regimiento se les otorgó una pensión, se los reconoció desde el primer minuto, hubo un proceso penal, un juez y un fiscal que investigaron y abogados que representaron intereses de las víctimas. Todo lo contrario a lo sucedido con las víctimas del terrorismo de Estado, que no comenzó el 24 de marzo de 1976, como Avruj pretende hacer creer, probablemente como un modo de justificar las muertes y actos represivos de su propio gobierno, como si un gobierno surgido de las urnas no pudiera violar los DDHH e, incluso, cometer crímenes de lesa humanidad o genocidio. La periodista de Clarín le preguntó si en un nuevo gobierno de Macri podría haber una ley reparatoria para las FFAA y Avruj dijo que estaban trabajando en eso. Luego preguntó cuánto dinero “dio” el Estado en indemnizaciones a víctimas del terrorismo de Estado. Avruj habló de “exageración” en el gobierno de CFK, que habilitó un resarcimiento a quienes fueron privados de libertad entre 1955 y 1983 por cualquier causa política. Hay que aclararle a la periodista de Clarín que no se “dio” dinero, sino que, en base a un imperativo legal y luego de los procedimientos de prueba ya mencionados, se otorgaron indemnizaciones en concepto de reparación a las víctimas. Algo muy distinto, por no decir

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