octubre 2017

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El huevo PRO de la serpiente

Fuente: Jorge Elbaum | Nuestras Voces Fecha: 31 de OCT 2017 Desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri, distintos periodistas e investigadores describieron al modelo del PRO y de “Cambiemos” como la expresión de una derecha moderna, republicana y democrática. La expusieron, incluso, ajena a los modelos tradicionales corporativos y discriminatorios, característicos de las diferentes formas que asumieron a lo largo de la historia. Gran parte de sus análisis se concentraron en la discursividad, la cultura política, la observación de sus usos tecnocráticos, su presentación pública y sus manifestaciones comunicacionales. Todos esos análisis dejaron de lado llamativamente dos aspectos centrales de cualquier caracterización política situada: su vínculo con la esfera de la producción y el trabajo y su impronta en relación a la utilización de la violencia “legítima” del Estado. La escena marquetinera del macrismo no solo obnubiló votantes, esperanzados con una derecha dialoguista y republicana, sino que sedujo –al igual que en tiempos de la primera Alianza- a distintos observadores que confundieron la delicadeza infantil de los globos y su musicalización evangélica de optimismos abstractos, con un territorio fértil para la construcción de equitativos consensos ciudadanos. Esos mismos referentes “biempensantes” postularon una “pacificación” de las álgidas discusiones políticas que se diversificaron como producto de la reimplantación, durante doce años, del Proyecto Nacional. Los medios hegemónicos, y sus intelectuales orgánicos, caratularon de “grieta” a lo que supuso un nuevo patrón de distribución de la renta, donde se beneficiaba a los trabajadores y desocupados, cuestionando la matriz instalada desde 1976 hasta los inicios del siglo XXI. La “concordia” anunciada tuvo, desde sus orígenes, la subyacente intencionalidad de disolver la capacidad de transformación que se anidaba en la continuidad -y profundización- del debate público ciudadano, con el sector más empobrecido de la sociedad, empoderado como sujeto social legitimado. La publicidad de una “derecha moderna” duró poco y sus difusores hacen en la actualidad malabarismos teóricos para explicar las mutaciones de aquello que estaba en su origen. Paralelamente, el gobierno de cambiemos empezó a mostrar a su “rey desnudo”, apelando a una discursividad más autoritaria y persecutoria, combinándola con las consabidas frases hechas, eslóganes e invitaciones a esperanzas abstractas y meritocráticas. La escenificación “popular” del macrismo se instituye en la actualidad a partir de fotos carentes de espontaneidad, montadas en calles desiertas o rutas despejadas de potenciales opositores. Todos sus movimientos exponen la identidad intrínseca y estructural de un modelo oligárquico que requiere de tres condiciones para perpetuarse: (a) acoplarse a las corrientes internacionales que disciplinan a los trabajadores, para garantizar su renta, (b) reimplantar el sitial de privilegios para sus grupos hegemónicos, para legitimar su dominación, y (c) apelar a la represión como mecanismo de visibilización de autoridad. Históricamente se denomina “reaccionarios” a los sectores que responden con violencia ante la potencial o real irrupción de cambios sociales. En nombre de su “orden social”, los sectores portadores de privilegios son –y han sido- capaces de despedazar a quienes se atreven a desafiar un estatus quo en el que asienten su espacio de prerrogativas. En la actualidad, el modelo neoliberal rentista se ha lanzado brutalmente a la recuperación del terreno perdido en Latinoamérica desde inicios del siglo. Esta restauración incluye, como en todos los procesos similares sucedidos en el último siglo, la utilización del miedo a los “extraños” y la apelación al enfrentamiento de la “corrupción” como dos caras de la misma moneda, dispuestas para la reimplantación de una tasa de ganancia acorde a sus expectativas, Tanto Europa como América se encuentran atravesados por el mismo intento de “restauración” que tiende a etiquetar a migrantes, minorías y desocupados como los peligros instituidos que deben ser disciplinados, reprimidos, segregados o encarcelados. El terrorismo internacional y el narcotráfico son los subterfugios para instalar peligros e hipótesis de conflicto. Mientras Trump sugiere expulsar a los niños y adolescentes latinoamericanos que permanecen sin sus familias en Estados Unidos e intenta construir un muro a lo largo de la frontera con México, Macri, su ministra de seguridad, Patricia Bullrich, y sus medios de comunicación afines, buscan relacionar la desaparición de Santiago Maldonado con movimientos subversivos ligados con guerrilleros kurdos y con las (disueltas) Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Los datos cotidianos de los últimos años contribuyen a conformar un clima de época que exige la implantación de una agenda pública que justifique intervenciones, inversiones en material de seguridad, armamentos, discursos belicistas y políticas represivas. Luego de la masacre en Las Vegas, Trump acusa al “mal supremo” de ser la causa de los casi sesenta asesinados, sin hacer referencia a los empresarios fabricantes de armas o a políticas de control de las mismas. Las “amenazas” se multiplican y el lenguaje de la multilateralidad diplomática es sustituido por permanentes advertencias de intervenciones militares –en Venezuela, en Corea del Norte, en Irán- contribuyendo a una escalada de belicismo discursivo (con ecos nucleares) desconocido en los últimos cincuenta años, desde la denominada crisis de los misiles hasta nuestros días. El aislacionismo británico expresado en el “Brexit”, la irrupción del partido neonazi “Alternativa por Alemania” que cuestiona las políticas de Merkel por considerarlas permisivas, la presencia de discursos fascistas en Francia, enunciados por el partido de Marine Le Pen que humillan diariamente a los musulmanes, los discursos islamofóbicos de Geert Wilders y su Partido por la Libertad holandés y la guerra civil en Siria completan un escenario de inestabilidad cuyo trasfondo es la crisis económica producida por la financiarización de la economía mundial, y sus consecuentes conflictos migratorios, derivados de la ausencia de proyectos internacionales de desarrollo sustentable. Esta inestabilidad es acompañada por otro aspecto del mismo proceso, consistente es un nuevo ciclo de endeudamiento, especialmente por parte de varios Estados latinoamericanos, entre ellos el nuestro, que presagian un futuro de mayor sumisión a los centros financieros internacionales, quienes reiterarán sus exigencias de desregulación, flexibilidad laboral y achicamiento del gasto público. Esta situación brinda un clima propicio para formatear “chivos expiatorios” y fantasmas capaces de instalar la existencia de “grupos de alta peligrosidad social” o simplemente instaurar modelos de jerarquía social

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Cambiemos, una manera de ser

Fuente: Gustavo Varela | Socomba Fecha: 16 de OCT 2017 Son otra cosa. No son la rancia aristocracia del siglo XIX; no son las fieras fascistas del treinta. Se parecen a los de la Revolución Libertadora (los antiperonistas se parecen, cualquiera sea la filiación política o ideológica). Pero estos de ahora son definitivamente otra cosa. Varias, no una, pero lo que más son es efectivos (por eso mismo son patoteros). En la política son de genealogía reciente, de fines de los años setenta y comienzos de los ochenta: finanzas y era digital. O sea, máquinas de producción y resultado. Ni Roca, ni Agustín P. Justo, ni Frondizi. Ni Onganía, ni De la Sota, ni Cobos. Eso es carne vieja. Los de ahora son buitres de carroña actual. No son de derecha: no es ese el rango que los mide. Son otra cosa; neo-empresarios, de bicicleta, aire libre y viernes casual. No tienen país de origen, no les importa la Argentina. Pueden vivir aquí o en cualquier lado. No son conservadores ni ilustrados. Son gentes a pura eficiencia y con muchos recursos técnicos. No tienen cultura, apenas aquella necesaria para el desplazamiento. En general son iletrados, de bostezo fácil frente a un libro. Tienen preocupación por las formas, porque es parte del mismo asunto. Formas superficiales, de packaging de felicidad y armonía, de cartel en el subte que dice: “Si alguien se siente mal, ayudémoslo”. Lo obvio se convierte en slogan. Este marketing de vida sana y comprensión es la exudación de la economía política que sostienen. Son corporaciones que negocian. Ni fábricas fordistas ni empresa familiar. Estas corporaciones no tienen dueño, los excede. Son más grandes las acciones que la voluntad individual de un dueño. Por eso no importa si es Mauricio Macri o quién sea. Macri es un muy buen exponente, sí, pero el asunto es más amplio, de inscripción internacional, de lazos más complicados, de intereses cruzados. Tienen entrenamiento en el exterior, todos bajo el ala de las finanzas; son eficaces, muy eficaces para lo que quieren. Insisto: no son la derecha ni son conservadores. Son neo. Pura demolición a fuerza de anticipación financiera. Neo; no es ambición sino procedimiento: es la forma de operación sobre los otros. La eficacia no admite caras, ni parentescos, ni pertenencia grupal. Cuando hablan de equipo es porque los vínculos responden a esquemas funcionales. Son cuerpos de abrazo rígido, de compromiso con la tarea y nada de comunión. Es un equipo gélido. Por eso se abrazan como repeliéndose. La forma de operar sobre los otros es bajo una apariencia (amenaza) de modernización permanente. El Ministerio de modernización es la institucionalización del dominio financiero por encima de cualquier otra razón. No son humanistas, no dudan. Retroceden, a veces, pero no dudan. Saben a dónde van y no necesitan que haya alguna mediación. No tienen un proyecto de país. No les importa. Son lo más agudo del capitalismo, su bisturí más impiadoso. No es un nombre. Son otra cosa: una raza política nueva que casi no conocemos. La administración del gobierno actual tiene una forma específica de ejercer poder: es la política vaciada como aplicación (app). No hay votantes, hay usuarios. Eso ofrecieron en las elecciones: aplicaciones para usuarios. Es decir, herramientas de uso y habilitación personal: ser felices, estar todos juntos, la alegría es poder colaborar, en todo estás vos, mirar al futuro. La aplicación más elocuente: cambiemos. Ante cualquiera de estas aplicaciones, la fuerza argumental en contra es vista como violencia. Y en el colmo de la aplicación, como soberbia. La política como aplicación es el desplazamiento del elector al usuario móvil. La eficacia y la extensión de los íconos salen de las pantallas y se instalan y actualizan en la vida cotidiana. Google play: 700 mil aplicaciones bajadas. Android: más de un millón. Apple, millón y medio aprobadas desde 2008. 35.000 millones de descargas. La extensión no reconoce clase social ni lugar de origen. 35.000 millones (sólo de Apple) es signo de una práctica orgánica, de un tipo de necesidad vital. 35.000 millones: no elegimos, estamos adentro. Sergio Massa como opositor peronista es una aplicación del gobierno actual. En otras funciones, lo mismo Hugo Moyano y también lo fue el Momo Venegas. Los intendentes radicales, volver al mundo, el fin del cepo, ñoqui, contramilitancia, todas son aplicaciones conminadas al uso y la propagación. Y efectivas para administrar usuarios. El yaguareté de los billetes es la aplicación “basta de historia política”. Multitasking Pro. Narcotráfico: la reiteración del tema, la insistencia y difusión permanente, es la composición de una nueva aplicación. Es necesario instalar el ícono en cada pantalla: Narcotráfico. No vemos claramente qué es; es suficiente el ícono. Eugenio Zaffaroni da un reportaje. Argumenta: “Al narcotráfico no le importa la Argentina porque queda lejos de Estados Unidos, lejos del lugar del consumo. El narcotráfico no es un problema aquí”. La aplicación se distribuye igual. A la aplicación no le importa Zaffaroni, no hay lugar para los argumentos de Zaffaroni. La aplicación es eficiencia sin ética ni compromiso. Por eso puede ser una y lo contrario. Carlos Melconián: “Vamos a devaluar”; Macri, un día después: “No devaluamos”. La aplicación se actualiza. Todo es posible. Cedamos siempre el asiento. Dejemos bajar antes de subir. Tiremos la basura en los cestos: aplicaciones para la vida Pro. La más clara, la que indica el gesto de un solapado disciplinamiento social: Esperemos siempre detrás de la línea amarilla. No todo es aplicación. El poder judicial, el poder mediático y las fuerzas de seguridad no son aplicaciones, son la garantía de funcionamiento de las aplicaciones. ¿Para qué? Para la marcha precisa de la economía financiera y del vaciado político. La aplicación que ya no sirve, se borra o se elimina (Ernesto Sanz y buena parte del radicalismo). El ícono Pro, con su tecla de avance, no es un partido sino una aplicación con voluntad de vaciado político. El gobierno Pro no fue votado, fue descargado por un 51 por ciento de usuarios. Esa es su conquista inesperada.

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Quién es quién en la operación Indalo

Fuente: Ari Lijalad | Nuestras Voces Fecha: 29 de OCT 2017 Hace algunas semanas se conoció que Cristóbal López y Fabián de Sousa buscan desprenderse del Grupo Indalo. Entre los compradores está Jorge Rosner, financista del Grupo Macri y de Clarín. Pero también el fondo OP Investments, radicado en Estados Unidos. Hasta Marcelo Tinelli opinó sobre la venta. Un joven pero potente buffete de la city porteña interviene en el negocio. Todo a pesar de que las empresas que integran el holding están inhibidas por orden del juez Ercolini por una deuda con AFIP. ¿Quién es quién en esta operación que puede reducir aún más el arco de medios críticos al gobierno? El futuro del Grupo Indalo, el holding multirubro comandado hasta ahora por Cristóbal López y Fabián De Sousa, es una de las incógnitas centrales de los últimos días. Si bien hace meses que circulan versiones de una venta debido a la ruinosa situación fiscal y judicial que atraviesan, ahora los rumores se convirtieron en avances concretos. Quedan, sin embargo, varios obstáculos para que se concrete el pase de manos. Una operación que incluye fondos radicados en Estados Unidos, un financista ligado a los grupos Macri y Clarín, abogados de la city, a Marcelo Tinelli, jueces permeables que mantienen inhibidos los bienes en disputa y un Gobierno que, entre otras cosas, tiene especial interés en esta operación por el destino de los medios de comunicación del Grupo Indalo, entre ellos C5N y Radio 10, que asomaban como voces discordantes en el afinado coro mediático oficialista. Compraventa Los vendedores son más conocidos. Se trata de Cristóbal López y Fabián De Sousa, que construyeron un grupo empresario partiendo de sus negocios con el juego y luego diversificado hacia la energía, combustibles, infraestructura, alimentos, industria, finanzas y medios de comunicación. Su antigua relación con la familia Kirchner es vox populi. Lo mismo sus asuntos con el fisco: acumulan una deuda de más de 8 mil millones de pesos con la AFIP, generada al no pagar el Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC). La idea de López y De Sousa era deprenderse de algunas empresas para pagar la deuda, pero el juez contencioso administrativo Enrique Furnari impidió que se desmembrara el Grupo hasta que no resolviera el pago de su deuda. La AFIP denunció penalmente a ambos dueños de Indalo, causa que quedó en manos del juez Julián Ercolini –de los más permeables y maleables de Comodoro Py– que inhibió todos sus bienes. Con este panorama, López dejó trascender que no soportaría ir preso y aceleró las negociaciones para desprenderse de sus empresas. El primer intento fallido fue con los mendocinos del Grupo Terranova, cercanos a Macri. Ahora aparecieron nuevos interesados. Los compradores reales son aún un misterio. Alguna de las partes de esta operación decidió filtrarla a la prensa. La vía elegida, el diario La Nación. El pasado miércoles, el periodista Hugo Alconada Mon publicó que el Grupo Indalo quedará en manos de un financista, Ignacio Jorge Rosner. Al día siguiente, el mismo medio y el mismo periodista dieron por concretada la venta del Grupo Indalo al fondo OP Investments, pese a que las empresas que integran el holding están inhibidas por orden del juez Ercolini. OP Investments es un nombre genérico que utilizan los fondos de inversión. Aún no se sabe quiénes serán realmente los que aporten el dinero. Estos inversores emitieron un comunicado donde anuncian la adquisición del 100 por ciento del Grupo Indalo que, según el texto, comprende más de 170 sociedades. “OP Investments firmó el acuerdo de adquisición el pasado 20 de octubre”, afirmaron. El único dato que dieron es que está radicado en Estados Unidos. Según el portal opencorporates.com, en Estados Unidos hay varios fondos con ese nombre. El financista Diez años en el Grupo Macri, diez años en el Grupo Clarín. Ese es el núcleo del currículum de Ignacio Jorge Rosner, que parece ser el ariete de la operación Indalo. Cuando reveló su nombre como el armador de la operación, el periodista Alconada Mon lo presentó de forma escueta: “Egresado en 1975 del colegio Cardenal Newman –en la promoción anterior a la del presidente Mauricio Macri–, Rosner trabajó para el Grupo Clarín, integró el directorio de Papel Prensa, pasó por los grupos agropecuarios El Tejar y La Banda, y desde 2005 es el director ejecutivo del fondo Latin American Assets Management LLC, con oficinas en Buenos Aires, San Pablo, México DF, Nueva York y Londres”. Hay algunos datos más en la biografía de este financista. En su perfil de Linkedin, Rosner revela que no sólo compartió el Newman con Macri. Al igual que el presidente, también se recibió de ingeniero civil en la Universidad Católica Argentina. Luego hizo un seminario en el Massachusetts Institute of Technology entre 1991 y 1992. Dice que tiene más de 30 años de experiencia en medios, negocios agropecuarios, energéticos, eléctricos y en la construcción. Detalla su paso por proyectos de infraestructura como las hidroeléctricas Yaciretá y Piedra del Águila, entre otros. En 1985 ingresó a IECSA, por entonces aún bajo el mando del pater familia, Franco Macri. Se quedó hasta 1995, cuando pasó al Grupo Clarín. El currículum de Rosner muestra una prolífica carrera dentro del Grupo Clarín, donde integró los directorios de sus principales empresas. En 1998 ya era director de CIMECO, la compañía que comparten Clarín y La Nación para administrar los diarios La Voz del Interior y Los Andes de Mendoza. Compartía la mesa de trabajo, nada menos, que con Julio César Saguier, José Antonio Aranda y José Saenz Valiente. Es decir, parte de los dueños de los diarios y su abogado de confianza. En 1999 fue director titular en CTI y en 2002 llegó a ocupar la vicepresidencia. En 2000 ya figura como director titular en el directorio del Grupo Clarín comandado por Héctor Magnetto y José Antonio Aranda. El cargo de director titular lo tenían también Lucio Pagliario (el cuarto accionista del Grupo), los Sáenz Valiente (abogados de confianza), Saturnino Herrero Mitjans (lobbista

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“Cambiemos impuso su interpretación”

Fuente: Martín Granovsky | Página 12 Fecha: 24 de OCT 2017 Alejandro Grimson dijo a este diario que “la antropología no es la única disciplina que ve la importancia de no perder jamás la determinación de cuál es el punto de vista de los actores sociales”. Admitió que lo mismo hacen muchos sociólogos o historiadores. Pero aclaró que “los antropólogos buscamos ese punto de vista obsesivamente, porque si te olvidás de la subjetividad de los demás dejás de ser antropólogo”. –No tengo relativismo ético, moral o político –dijo a PáginaI12 este investigador del Conicet y la Universidad de San Martín–. Pero como antropólogo debo comprender incluso lo que no comparto. Y, ya que estamos, no sería una mala cosa para la política, ¿no? O para analizar las elecciones. –¿Por qué triunfó Cambiemos? –A mi juicio, no ganó porque pudo resolver los problemas sociales y económicos que se agudizaron en los últimos años. Ganó porque pudo resolver la interpretación de la causa de esos problemas y, para sus electores, consiguió quedar fuera de la responsabilidad. Una gran parte de los votantes de Cambiemos no considera que está mejor que antes. Pero piensa que los problemas actuales no son culpa de Cambiemos. Y sigue teniendo una expectativa alta de que las cosas mejoren en el futuro. Hace más de un año que existe una brecha entre personas con altas expectativas hacia el futuro, que son alrededor del 50 por ciento, y personas que dicen estar mejor y son una franje mucho más chica: alrededor del 20 o 25 por ciento. Néstor Kirchner dijo una vez que la política es cash más expectativas, Cambiemos no ganó por cash sino por expectativas. En algún momento esa brecha entre los dos grupos puede cerrarse. –¿Cómo? –Una posibilidad es que la gente esté mejor y lo sienta así. Otra es que esté peor y las expectativas se diluyan. Muchos de nosotros pensamos que esa brecha se resolvería pronto. El logro de Cambiemos es haberla mantenido mucho tiempo. No se cerró en su favor, pero tampoco en su contra. –¿Los votantes tienen intereses objetivos? –Hay un problema de concepción de la política y de lo social que parte de una presunción muy polémica: la de suponer que alguien sabría con certeza absoluta cuáles son los intereses de los votantes. Como si fueran intereses totalmente objetivos. Por ejemplo, es probable que todos querramos ganar salarios más altos y pagar menos de luz y de agua. Pero la gente tiene ilusiones, confianzas, desconfianzas. A veces puede identificar su propio interés con el interés del personal jerárquico de su propio trabajo y no con sus pares. Puede querer por sobre todo una inflación baja porque prefiere cierta previsibilidad a situaciones que considera inestables. Y podría seguir. –¿Los intereses son fijos? –No. Se van desplazando a lo largo del tiempo. Si las personas consiguen ciertos objetivos en términos económicos cambian sus demandas y pasan a tener otras, por ejemplo vinculadas a la transparencia, al transporte público o a la seguridad ciudadana. Es erróneo tener una concepción objetivista de la política, que pase por alto los imaginarios o el deseo. –Sin ser objetivista, ¿no hay un terreno objetivo? –Tomemos la ciudad de Buenos Aires, donde el índice de aprobación de Horacio Rodríguez Larreta, de alrededor de un 70 por ciento, supera inclusive la votación de Elisa Carrió. La gestión no hizo subtes pero sí cumplió con otras cosas o cositas que las personas perciben como concretas y en su beneficio. Y para hablar a nivel nacional, la inflación de 2017 es altísima pero menor que en 2016. El desempleo todavía no se disparó a las cifras a las que podría llegar sin el famoso gradualismo del Gobierno. O quizás la percepción sobre Cambiemos fue buena porque el Gobierno recién hará desde hoy lo que hasta ahora postergaba porque buscaba una legitimación electoral de medio término. –Sin embargo el Gobierno no prometió un tarifazo pero no escondió que subirá tarifas o practicará una reforma laboral. –La campaña de Macri en 2015 se enmarca en la famosa frase de Menem: “Si les decía lo que pensaba hacer no me hubieran votado”. La elección del último domingo 22 fue distinta. No solo fueron anunciando lo que vendría sino que resultaron efectivos en cargar las culpas de la inflación de 2016 sobre el kirchnerismo, sobre muchos de cuyos funcionarios pesan cuestiones judiciales. –Pero hubo procesos de movilización. –Sí, con una intensidad pocas veces vista en una situación que no es terminal como en 2001 o 2002. Hubo marchas por temas científicos, educativos, sociales y de derechos humanos. Pero se trató de heterogeneidades políticas que no pudieron ser sintetizados por ninguna fuerza política por sí sola. Cambiemos pudo imponer su interpretación sobre los problemas de la realidad y al mismo tiempo hubo fragmentación de las oposiciones al proyecto político del Gobierno. –Los grandes medios jugaron a su favor. –Sin duda. Y no menosprecio su enorme poder pero tampoco lo absolutizo. En la Argentina y en América Latina triunfaron y se mantuvieron en el Poder Ejecutivo procesos políticos que no coincidieron con la visión de los grandes medios. Cuentan las oleadas, los ciclos o los momentos. –¿Lo mismo pasa con las redes sociales? –Es una dimensión diferente. A veces incluso sirven para fenómenos de democratización. Hay grandes movilizaciones convocadas a través de las redes. –La marcha contra el dos por uno sentenciado por la Corte Suprema, en mayo último. –Sí. Una marcha que fue posible porque reflejó el rechazo visceral de la sociedad argentina ante el fallo. –¿Todo es visceral en política? –En el voto se juegan emociones, identidades, relaciones entre emociones y bolsillo, entre emociones y casa propia, entre emociones y derechos… Ahora está de moda decir que todo es nuevo. Pero el voto de febrero de 1946, cuando Juan Perón le ganó a la Unión Democrática, también puede ser analizado como un voto visceral. Si pensabas que Perón era nazi votabas visceralmente a Tamborini-Mosca. Si estabas convencido de que la Unión Democrática era la oligarquía votabas

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Mirar de frente

Fuente: Alejandro Mosquera | La barraca Fecha 23 de OCT 2017 El triunfo de Cambiemos en los principales bastiones populares y su extensión territorial con excelentes guarismos en todo el país expresa la consolidación del Macrismo como maquinaria electoral y como fuerza política de gobierno. A la vez la dispersión de la oposición, las mil variantes del pan-peronismo, la buena elección de Cristina pero que perdió en la provincia, la derrota del peronismo colaboracionista, el buen papel de la izquierda trotskista pero distante de las luchas por el poder, son los condimentos para analizar de frente el nuevo escenario político, sus posibilidades. Algunas primeras reflexiones que intentan apuntar a un debate necesario para comenzar un etapa de reconstrucción de una alternativa política con capacidad de mayorías para luchar contra el ajuste, el achicamiento de la democracia y de los derechos y endeudamiento masivo, y sobre todo para derrotar a la derecha democráticamente en el 2019. EL PRO-Cambiemos El poder real ha construido una fuerza política (PRO-Cambiemos) con capacidad e inteligencia para plantear una agenda de reformas neoliberales y a la vez consolidar su apoyo electoral. Subestimar esta fuerza es un yerro que se paga en el desarrollo de estrategias que en muchos casos son funcionales al oficialismo. La idea del engaño, de la estafa electoral no alcanza a explicar la magnitud del apoyo popular. Hay una disputa sobre valores, sentidos, una batalla cultural que impone también sus correlaciones de fuerza. Es más determinante en la estrategia del poder la grieta por ellos construida, estimulada y propagandizada hasta el hartazgo. El radicalismo ha sido prácticamente deglutido por el PRO. Cambiemos es verticalmente dirigido por la mesa chica del PRO. Y los cacicazgos territoriales radicales que perduran no conforman una fuerza política nacional. El PRO ha logrado construir ofertas de posibles relevos del liderazgo (hoy indiscutido) de Mauricio Macri: Peña, Vidal, Larreta. Cuestión que el espacio nacional-popular no logró en 12 años de hegemonía y gobierno. El nuevo escenario deja al gobierno con la capacidad de situar en el centro político su agenda de reformas, que más allá de las formas de lograr los consensos en el Congreso, son básicamente el tradicional plan neoliberal.   El No Macrismo El peronismo presenta diversas variantes que van desde el colaboracionismo abierto, a los pactos de gobernabilidad, a la oposición y la resistencia al ajuste. La división ha sido funcional al PRO-Cambiemos. Los dos ejemplos más evidentes son la provincia de Buenos Aires y el Chaco. Los sectores colaboracionistas y los gobernadores que se allanaron al chantaje del gobierno central recibieron un golpe electoral. El caso paradigmático ha sido el Gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, que defendió tantas las políticas del Macrismo, criticó tanto a Cristina Fernández de Kirchner, que ayudo a que el electorado terminara apoyando mayoritariamente a Cambiemos, hundiendo aparentemente su idea de lanzarse como candidato a Presidente. El kirchnerismo logró situarse como segunda fuerza en el orden nacional, pero los efectos de la derrota de CFK todavía no están claros. Oportunamente en el discurso de anoche la expresidenta marcó correctamente el desafío de la unidad para construir una alternativa, que se suma a la idea de continuidad de Unidad Ciudadana, y a un poco entendible señalamiento solo será posible esa unidad teniendo como columna central a su fuerza política. En la Ciudad de Buenos Aires el triunfo de Elisa Carrió y Rodríguez Larreta fue arrollador, que se explica por el aval que tiene la gestión de la ciudad, por ser el distrito donde más penetro la estrategia de la grieta, y también se pagan años de falta de una estrategia de poder del espacio nacional y popular, y un privilegio de acuerdos restringidos y al reparto de cargos que a una ampliación del frente amplio plural e inserto en las particularidades y necesidades de los porteños. Si bien Cambiemos gano holgadamente en Santa Fe, el papel de Agustín Rossi alienta la posibilidad de una política de construcción de un frente amplio fuera del territorio bonaerense. El massismo ha sido uno de los principales derrotados en estas elecciones. La pérdida de votos a favor del PRO-Cambiemos muestra a las claras que su respaldo en anteriores elecciones estaba ligado a su anti-kirchnerismo, que su política de poner como centro de su crítica a CFK y el colaboracionismo con el gobierno ayudó a que se debilitara a favor del oficialismo. Si bien parece lesionado en sus deseos de encabezar un proceso de renovación y unidad del peronismo sin el kirchnerismo, es un espacio político que tiene capacidad de maniobra y sus votos en el Congreso serán necesarios tanto para enfrentar las leyes neoliberales o para lograr los apoyos que necesita el gobierno para llevarlas a cabo. Si fuera por el discurso después de los resultados electorales de su líder parecen acercarse a esta última variante, aunque no parecen las convicciones de Solá ni de Mendiguren. Veremos. En el caso de Florencio Randazzo varias cuestiones quedaron ratificadas. La más evidente que contar con el sello del PJ no trae aparejado los votos que tiene el peronismo en la provincia de Buenos Aires. La derrota sufrida, sobre todo por sus guarismos y quedar últimos detrás del trotskismo, lo deslegitiman para liderar un proceso de “modernización” del peronismo. Y les será muy difícil que en la conciencia popular de los sectores más activos no quedé a flor de piel que fueron funcionales al triunfo de Vidal y Cambiemos. Faltan actores para una Alternativa Cuando se revisa toda la extensión del país se constata la desaparición de las fuerzas de centro-izquierda, de izquierdas populares o nacional-populares y transformadores por fuera del kirchnerismo. Una parte de sus expresiones políticas y dirigenciales abandonaron sus postulados para sumarse más o menos abiertamente a las fuerzas de la derecha en sus variantes neoliberales o conservadoras, otros conservaron identidad pero asumieron las políticas de la derecha. La derrota del Socialismo en Santa Fe habrá que estudiarla en esas coordenadas para no achicar la política solo a candidatos, la gestión o la polarización.

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La responsabilidad de Gendarmería

Fuente: Juan Alonso | Nuestras Voces Fecha: 22 de OCT 2017 El juez Gustavo Lleral dijo que habrá que esperar dos semanas más para determinar, según los datos que arroje la autopsia, la fecha aproximada de la muerte de Santiago Maldonado y saber cómo se produjo. El gobierno salió nuevamente a despegarse de la responsabilidad del caso. Repasamos en esta nota los puntos centrales que demuestran que Gendarmería está involucrada en la muerte de Maldonado: el rol de Noceti, los gendarmes identificados durante la respresión, el terror del sargento Pelozo y las contradicciones del subalférez Echazú. ¿Por qué todavía no se allanó la estancia de Benetton? ¿Por qué no se peritó el teléfono de Noceti? Esta crónica está hecha sobre la muerte. Una muerte joven. La de Santiago Maldonado. A veces escribir es lacerante. Los primeros datos de la autopsia determinaron, según fuentes confiables, que no hubo lesiones visibles o aparentes, pero eso no significa que no haya sido obligado a arrojarse al río con el agua fría que calaba los huesos. Los resultados finales de la autopsia estarán en quince días. Santiago murió durante un operativo represivo de la Gendarmería. De ahí en más (casi) todo es debatible, menos la consecuencia funesta de haber puesto en marcha un aparato militarizado capaz de acorralar la vida. Argentina vive uno de los momentos más oscuros de su historia. Un gobierno negador que intentó tapar la responsabilidad de la Gendarmería en la muerte de Santiago desde el 1 de agosto. Hay al menos siete gendarmes identificados. Llegaron a la vera del río después de las 11:32 del 1 de agosto, luego de que la propia fuerza tomó una fotografía de Santiago vestido de azul-celeste a la izquierda de una casilla de la Lof en resistencia mapuche de Cushamen, Chubut. Lo que sucedió después de ese fragmento de tiempo encriptado hasta las 12:30 es un misterio macabro. Santiago hoy estaría vivo si no fuese porque la Gendarmería entró de forma ilegal con la ruta despejada. Este gobierno eligió al pueblo mapuche como chivo expiatorio y lanzó una cacería criminal que aquí venimos narrando desde enero. Santiago tenía una causa sublime: fue hermano de los otros. Por eso estaba en el kilómetro 1848 de la ruta 40 a las 18 horas del 31 de julio. Para pedir por la libertad del lonko mapuche Facundo Jones Huala, preso desde fines de junio en Esquel, con pedido de extradición de Chile. Podría decirse que el dramático desenlace de la vida de Santiago comenzó cuando Mauricio Macri y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, decidieron elegir a los mapuches como hipótesis de conflicto. A las 10 de la mañana del 31 de julio, el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, encabezó una reunión en la ciudad de Bariloche. Allí estaban los jefes regionales de las fuerzas federales, sus pares de la Policía de Chubut y de Río Negro, y el ministro de Gobierno de Chubut, Pablo Durán. ¿Qué discutieron? Un informe de Inteligencia de Gendarmería que decía “R.A.M.” (Resistencia Ancestral Mapuche). Allí constaban seguimientos de antigua data, que definieron como de “seguridad nacional” y aconsejaron no revelar el contenido completo de esa carpeta sigilosa. Aquella vez Noceti hizo una arenga sobre lo “inconveniente” para “el turismo y las inversiones agropecuarias de los productores locales y extranjeros” el hecho de convivir en la Patagonia con “un grupo de mapuches extremistas”. Con esos mapuches, que Noceti y los funcionarios de su Ministerio, entre ellos, Daniel Barberis y Gonzalo Cané tildaron como “terroristas” estaba Santiago Maldonado. Viajó desde El Bolsón a Cushamen en la camioneta 4×4 de la testigo Claudina Pilquiman y participó del corte de ruta del 31. Así fue grabado por el Canal 4 de Esquel y reconocido por sus familiares, amigos y la comunidad mapuche. ¿Qué sucedió después? Pasó la noche en la Pu Lof con varios testigos, entre ellos Matías Santana, tan hostigado por estas horas de odio y persecución contra el pueblo mapuche. Todo comenzó a transformarse en una sombra maligna. Fue luego de las 11:15 del 1 de agosto. Al verse en minoría, los mapuches y Santiago huyeron rumbo al río Chubut, y en ese lugar Santiago se topó con los gendarmes y su muerte. Dentro de la comunidad sólo quedaron dos mujeres y sus niños. ¿Qué gendarmes estaban en los alrededores? Uno de ellos era el sargento Juan Carlos Pelozo, quien declaró ante el juez Guido Otranto, las querellas y el defensor oficial Fernando Machado. En esa ocasión, Pelozo estaba muy nervioso. Vestía una campera negra y la risa que esgrimió durante “el procedimiento” al andar por las vías de La Trochita, se le esfumó del rostro cuando le preguntaron sobre el subalférez Emmanuel Echazú: –¿Lo vio a Echazú dentro de la comunidad? –Sí, haciendo las actuaciones. –¿Y en el río? –No, yo en el río no lo vi… Es curioso lo de Pelozo. En estas horas llamó a un familiar para que lo asista en su abismo personal. Tiene miedo al miedo. Es decir: pánico. Vive dentro de un cuartel y teme a sus camaradas, a los mapuches y al destino. La última vez que estuvo frente al Juez pidió garantías para él y su familia. Declaró que fue uno de los primeros en llegar al río, pero dice que no vio a Echazú, del que hemos hablado varias veces aquí. El subalférez Echazú bajó al río con una escopeta calibre 12/70 que carga postas de goma y plomo, y volvió con una fractura de pómulo y serias heridas en el maxilar. Dijo que había sido herido con una piedra al igual que su colega Ernesto Yáñez antes de ingresar por la tranquera de la Pu Lof. Pero no. El enfermero Juan Ramos y los escopeteros Darío Rafael Zoilán y Aníbal Cardozo aseguraron en la causa que lo vieron con un abundante sangrado hasta el cuello del uniforme dentro del territorio mapuche y no afuera. ¿Si Echazú y Yáñez fueron heridos dentro de la Lof, hubo delito en flagrancia?

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Un nuevo comienzo

Fuente: Uri Avneri | Gush Shalom Fecha: 21 de OCT 2017 Un día, el Partido Laborista israelí sintió que necesitaba un nuevo líder. Le sucede a este partido cada dos años. El partido está en mal estado. Se parece más a un cadáver político que a un organismo vivo. Buscaron un nuevo líder, carismático, enérgico, entusiasta. Encontraron a Avi Gabbay. ¿Por qué él? Nadie está realmente seguro. Avi Gabbay no tiene cualidades visibles de liderazgo político. No tiene en absoluto carisma. Sin energía especial. Sin entusiasmo y sin la capacidad de inspirar entusiasmo en los demás. Después de haber servido como un funcionario del gobierno en el área de la telefonía móvil, él mismo se convirtió en el director exitoso de la mayor empresa de telefonía móvil. Luego entró en la política y se unió a un partido moderado de derecha, y fue nombrado Ministro de Protección del Medio Ambiente. Cuando el ultraderechista Avigdor Lieberman fue nombrado ministro de Defensa, Gabbay renunció al gobierno y a su partido y se unió a los laboristas. Eso fue hace sólo un año. Gabbay tiene un activo importante, es un mizrahí, un judío oriental. Sus padres son inmigrantes de Marruecos y él es el séptimo de ocho hijos. Como el Partido Laborista se considera una agrupación elitista occidental, asquenazí, estos atributos pasivos son importantes. Hasta cierto punto. Gabbay no perdió el tiempo en presentar su tarjeta de identidad política. Primero hizo un discurso afirmando que no se sentará en el mismo gobierno con la «Lista conjunta». La Lista conjunta es la lista unida (o desunida) de la comunidad árabe en Israel. Une a tres partidos «árabes» muy diferentes: el Partido Comunista, que es abrumadoramente árabe, pero incluye algunos judíos (incluido un miembro judío del parlamento), el partido Balad, que es secular y nacionalista, y un partido religioso islámico. ¿Cómo es que estas diversas partes crearon una lista conjunta? Deben este logro al genio del gran enemigo de los árabes, Avigdor Lieberman, que vio que los tres partidos eran pequeños y decidió eliminarlos elevando el umbral electoral. Pero en lugar de perecer por separado, decidieron sobrevivir juntos. No hay dudas que su lista representa a la gran mayoría de los ciudadanos palestinos de Israel, que constituyen más del 20% de la población. Por extraño que parezca, un quinto de los israelíes es árabe. El simple hecho numérico es que sin el apoyo de los miembros árabes en la Knesset, ningún gobierno de izquierda puede existir. Yitzhak Rabin no se habría convertido en primer ministro, y el acuerdo de Oslo no habría surgido sin el apoyo «desde afuera» del bloque árabe. Entonces, ¿por qué no se unieron al gobierno de Rabin? Ambas partes tenían miedo de perder votos. Muchos judíos no pueden concebir un gobierno que incluya a los árabes, y muchos árabes no pueden imaginar que sus representantes compartan «responsabilidad colectiva» en un gobierno ocupado principalmente en la lucha contra los árabes. Esto no ha cambiado Es muy poco probable que los árabes se unan a un gobierno de Gabbay si son invitados, y aún es más improbable que reciban tal invitación. Entonces, ¿por qué hacer tal declaración? Gabbay no es tonto. Lejos de eso, cree que los árabes están en su bolsillo de todos modos. No podrían unirse a un gobierno del Likud. Al hacer una declaración abiertamente antiárabe, espera atraer a los votantes de derecha. Su predecesor, Yitzhak Herzog, se quejó públicamente de que demasiadas personas consideraban que el Partido Laborista era «amante de los árabes». Terrible. Si alguien esperaba que esto fuera una anomalía por única vez, Gabbay lo ratificó rápidamente. Después del primer golpe vino más. Declaró que «no tenemos pareja para la paz». Este es el lema más peligroso de los populistas. «Sin pareja» significa que no tiene sentido hacer un esfuerzo. Nunca habrá paz. Nunca jamás. Él declaró que Dios prometió a los judíos toda la tierra entre el mar y el Jordán. Eso no es del todo correcto: Dios nos prometió toda la tierra desde el Éufrates hasta el río de Egipto. Dios nunca cumplió esa promesa. La semana pasada Gabbay declaró que en cualquier futuro acuerdo de paz con los palestinos, ni un solo asentamiento judío en Cisjordania sería evacuado. Hasta ahora, ha habido un acuerdo tácito entre los activistas por la paz israelíes y palestinos de que la paz se basará en un intercambio limitado de territorios. Los llamados «bloques de asentamientos» (grupos de asentamientos cercanos a la frontera de la línea verde) se unirán a Israel, y una zona equivalente del territorio israelí (por ejemplo, a lo largo de la Franja de Gaza) se cederá a Palestina. Esto dejaría algunas docenas de asentamientos «aislados» en Cisjordania, generalmente habitados por fanáticos religiosos de derecha, que deben ser evacuados por la fuerza. La nueva declaración de Gabbay significa que después de un acuerdo de paz, estas islas de extremismo racista continuarán existiendo donde están. Ningún palestino lo aceptará. Hace que la paz sea imposible, incluso en teoría. En general, Gabbay acepta la «solución de dos estados», pero bajo ciertas condiciones. Primero, el ejército de Israel sería libre de actuar en todo el estado palestino desmilitarizado. El ejército israelí también se posicionaría a lo largo del río Jordán, convirtiendo el «estado» palestino en una especie de enclave. Este es un «plan de paz» sin compradores. Gabbay es demasiado inteligente para no darse cuenta de esto. Pero todo esto no está diseñado para oídos árabes. Está destinado a atraer a los israelíes de derecha. Dado que una coalición de «centroizquierda» liderada por los laboristas necesita votos derechistas o religiosos, el razonamiento parece acertado. Pero no lo es. No hay ninguna posibilidad de que un número significativo de derechistas se mueva hacia la izquierda, incluso si la izquierda es liderada por una persona como Gabbay. Los derechistas detestan al Partido Laborista, no desde ayer, sino que lo han hecho por generaciones. El Partido Laborista nació hace cien años. Fue la principal fuerza política que condujo a la creación

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Los ojos

Fuente: Jorge Elbaum | Página 12 Fecha: 21 de OCT 2017 Nosotros queríamos que vean sus murales, sus dibujos hechos con palitos en la tierra pedregosa de Chubut, que se tomen el tiempo para ver cómo hacía pacientemente sus tatuajes sobre la piel desnuda. Queríamos que sepan que él estaba emparentado con las causas chiquitas de pueblos dolidos y estábamos desesperados por hacer visible aquello que no se ve en los monitores ni en las letras borrosas de varios periódicos. Eso que sólo puede apreciarse en la luz que se dibuja en los charcos de agua, alguna mañana: que el pibe no andaba por ahí para salir en la foto. Muchos buscábamos palabras debajo de todas las cosas, en los rincones, en la memoria de otras décadas, para poder poner en evidencia que Santiago andaba con sujetos vulnerables, cuyas inmensas y peligrosas posesiones eran sus identidades, sus palabras, sus enojos y sus tierritas reivindicadas. Llegó un momento en que nos empezamos a desesperar por transmitir la obviedad de una historia que hace de policías, gendarmes y prefectos los grupos de tareas adiestrados nuevamente contra los humildes. Ahí fue que nos obstinamos en ejemplificar analógicamente que no es posible culpabilizar por la violación a una mujer por la simple utilización de una falda cortita: que acompañar a los que exigen, a los que demandan, a los que se expresan, no podía originar la pena de muerte. Nosotros queríamos que mirasen sus rastas pero sin dejar de mirar sus ojos. Que hubiesen tenido el coraje de enfrentarse a su proyecto vital colmado de noches inmensas, veranos de mar, fueguitos cordilleranos y sonrisas cómplices. Que lograsen sentir la compasión orientada a la pureza del tipo que se solidariza con los más necesitados, que pudiesen conmoverse con un pibe que no se desespera por entrar a empujones en los palacios lustrosos, donde se mercantilizan voluntades, para congregar razones ordenaditas de odio y dinero. Nosotros queríamos que advirtiesen lo evidente, lo que hay oculto hoy entre brumas catódicas y los discursos cínicos, apurados por la marcha de uniformes blindados, con augurio de violencias. Por eso nos desesperábamos para que supiesen identificar a quiénes están allá, del otro lado del río: los aceros del extractivismo, los terratenientes devotos de empresarios/gobernantes, los inversores que compran tierras con artificios financieros garantizadas por manejos neoliberales y pagaderos por la sociedad toda. Nosotros estábamos ilusionados con transmitir la evidencia de que Santiago acompañaba a quienes descienden de las víctimas de las “Campañas al desierto”. Que fue a abrazarse con los nietos de los fusilados de la Patagonia trágica. Que escoltaba a los mapuches porque desconfiaba de las lógicas miserables y crueles instaladas en nombre de las sacrosantas verdades del mercado. Nosotros estábamos ilusionados con la posibilidad de identificar, de señalar, a los pretorianos perseguidores de toda ternura, armados una y otra vez –hasta los dientes– en nombre de sus brutales razones de meticulosa eficiencia. Nosotros queríamos transmitir –como un virus protector– su esperanza en la fraternidad, su indignación, su sensibilidad ante el crujir de los otros, su rechazo a todas las formas encargadas de triturar ilusiones. Queríamos que sea él quien nos haga el tatuaje de una estrella en cada ojo para poder mirarnos con un poco más de ternura y esperanza. Pero, lo que más queríamos, lo que más esperábamos, era que estuviese vivo.

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Cómo es la operación de Macri contra Gils Carbó

Fuente: Ari Lijalad | Nuestras Voces Fecha: 20 de OCT 2017 El juez Pablo Cayssials declaró que es inconstitucional el artículo de la Ley Orgánica del Ministerio Público que establece que el juicio político es la única forma de remoción del Procurador General. Con esta decisión deja habilitada la posibilidad de que Mauricio Macri pueda desplazar a Alejandra Gils Carbó con un simple decreto. La operatoria fue tramada entre el Gobierno, un juez vinculado a Macri y el Grupo Clarín. Mauricio Macri logró un fallo a medida para intentar remover a la Procuradora General Alejandra Gils Carbó sin juicio político. El juez Pablo Cayssials resolvió que el requisito del juicio político es inconstitucional. Es en una causa iniciada por el Colegio de Abogados de la calle Montevideo y uno de sus apéndices, la asociación Será Justicia. La operación fue coordinada con el Gobierno y avalada por un juez con estrechos vínculos con Macri y el Grupo Clarín. El Gobierno, la city y el sello de goma La operación contra Gils Carbó desnuda las relaciones entre el Gobierno y los abogados de la city, alineados en esta cruzada. El modus operandi fue la presentación de dos denuncias gemelas. Una presentada por el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires (CACBA), cuya sede en la calle Montevideo alberga lo que Horacio Verbitsky definió como “el establishment jurídico que postró al país”. La otra, por un sello de goma creado por el mismo Colegio de la calle Montevideo, la agrupación Será Justicia. Ambos, con un vínculo estrecho con el Gobierno. La relación del Gobierno con Será Justicia –el apéndice de los abogados del establishment– es explícita. Lo demuestran sus posicionamientos políticos y los funcionarios que provienen de sus filas. Un ejemplo es Maria Eugenia Talerico, la vicepresidenta de la Unidad de Información Financiera (UIF), fundadora de la agrupación. Fue su primera protesorera. Otro, Juan Curutchet, actual presidente del Banco Provincia designado por Maria Eugenia Vidal, que fue vocal de Será Justicia en su fundación. El vínculo entre el CACBA y Será Justicia también es alevoso. El acto fundacional de Será Justicia, en 2012, fue en la sede del Colegio en la calle Montevideo. Su objetivo primordial fue accionar contra las reformas judiciales encaradas entonces por el kirchnerismo. Fueron los artífices de las movilizaciones a favor del eterno supremo Carlos Fayt y de la marcha del 18 de febrero de 2015, al cumplirse un mes del fallecimiento del fiscal Natalio Alberto Nisman. Será Justicia apenas funciona formalmente: tienen una página de Facebook pero el link a su web institucional no está operativo. El presidente del CACBA es Guillermo Lipera, socio del estudio Bulló. Antes, fue presidente fundador de Será Justicia. Hicieron enroque con Máximo Fonrouge, que pasó de conducir el Colegio de la calle Montevideo a presidir Será Justicia. Fonrouge es socio del estudio Cassagne, uno de los más prominentes de la city porteña. Otro de los socios es Ezequiel Cassagne, que oficia de Secretario del Colegio de Abogados de la calle Montevideo. Forum shopping La presentación de denuncias gemelas es una de las formas de lo que en la jerga judicial se conoce como forum shopping. En criollo, son maniobras para manipular el destino de las causas judiciales y que le toque resolver a jueces y fiscales permeables o cercanos. La denuncia de Será Justicia le tocó al juez Ernesto Marinelli, la del CACBA a Rita Ailán. El juez Marinelli, luego de un pedido del CACBA, las unificó. Este juez tuvo una tensa relación con el kirchnerismo. Con el macrismo, por el contrario, tuvo buenos gestos. Por ejemplo, rechazó la suspensión del decreto que permitió ampliar la amnistía de delitos financieros (que el Gobierno llamó “blanqueo”) a los familiares de los funcionarios. Las denuncias tenían un sólo objetivo: lograr el desplazamiento de Gils Carbó. Pedían que se declare inconstitucional el artículo 76 de ley Orgánica del Ministerio Público, que establece que a Gils Carbó sólo se la puede remover por vía del juicio político. Es lo que ahora les concedió el juez Cayssials. Enseguida se notó la mano del Gobierno en esta operación. En lugar de defender al Estado y la legalidad de las leyes, el Ministerio de Justicia comandado por Germán Garavano le dio la razón a los demandantes. Fue la confesión implícita de que era una maniobra coordinada, ya que el Estado siempre debe defender la legalidad de las leyes. El artículo 76 de la ley que regula el funcionamiento del Ministerio Público Fiscal establece que “el Procurador General de la Nación solo puede ser removido por las causales y mediante el procedimiento establecidos en los artículos 53 y 59 de la Constitución Nacional”. El 53 dice que la Cámara de Diputados puede iniciar un juicio político y el 59 que el Senado es quien juzga. En ambas Cámaras se requieren dos tercios de los presentes. Macri no tiene esos números parlamentarios y, por ende, intenta avanzar por otras vías non sanctas. La Procuración quiso intervenir en esta causa que apunta contra Gils Carbó, pero el juez Marinelli no aceptó. Sólo admitió a la propia Gils Carbó como tercera interesada. Esta intervención de la Procuradora logró un primer freno a esta maniobra a todas luces coordinada entre el Gobierno y los grupos de abogados afines. La cuestión era obvia: si alguien demanda y el demandado le da la razón, el juez falla a favor del demandante. En este caso, le iba a dejar despejado el camino a Macri para remover a Gils Carbó por un mecanismo fuera del juicio político. Finalmente, el juez Marinelli fue recusado y el expediente recayó en manos del juez Cayssials. Entre los últimos fallos de Cayssials se destacó la anulación de la adecuación de oficio del Grupo Clarin a la ley audiovisual (hoy derogada por Macri). Tal como informó Nuestras Voces, el juez Cayssials tiene en sus manos la demanda de la familia Macri contra el Estado por la estatización de Correo Argentino donde reclaman 2.365 millones de pesos. Nuestras Voces también informó

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