Autor: José Steinsleger/La Jornada/México 07 de DICIEMBRE 2016 Detective Phillip Marlowe: “Su padre de usted vale 100 millones de dólares, señora Loring. No sabría decir cómo los ha ganado, pero sé perfectamente que no los habría conseguido sin una organización que llega muy lejos… Y hay que hacer negocios con gente curiosa. Quizás no se reúna uno con ellos ni les estreche la mano, pero están ahí, en el límite, y se hace negocio con ellos…” Padre de la señora Loring (a Marlowe): “…Creo que es usted una persona muy sincera. Pero no se esfuerce por ser un héroe, mi joven amigo. No se consigue ningún tanto por ciento”. Los parlamentos apuntados aparecen en la novela de Raymond Chandler El largo adiós (capítulos 22/32), obra que podría ser más pedagógica que 50 mil análisis sobre el capitalismo salvaje. Pero si un maestro del género negro como Chandler tratara de imaginar a personajes como Donald Trump o Mauricio Macri, constataría que ficción y realidad son sinónimos. Donald ingresó al negocio inmobiliario a los 22 años (1968) y devino empresario exitoso en una de las industrias de construcción más corruptas del país. En 1971 se hizo cargo de la empresa familiar, y cultivó a los ricos y poderosos haciendo donaciones regulares a miembros prominentes de la maquinaria política de Nueva York, como el alcalde demócrata Edward Koch. Cuanto más rico me volvía, más dinero donaba, solía decir Trump. En cambio, los Macri surgieron como empresarios contratistas del Estado (siempre hay que ser oficialista era la consigna de Franco Macri) y fueron apoyados por Licio Gelli (1919-2015), jefe de la logia masónica italiana Propaganda Due, que en sus filas tenía al Banco Ambrosiano del Vaticano, los dueños de la FIAT, y una larga nómina de impresentables vinculados a las extremas derechas de Italia, Europa y América Latina. El imperio de Donald Trump creció a través de grandes contribuciones a campañas políticas y haciendo negocios de construcción y sindicatos manejados por la mafia. Ningún candidato presidencial ha tenido el mismo nivel de profundidad documentada de negocios con entidades controladas por mafiosos, afirmó The Washington Post. En 1973, la Sociedad Macri (Socma) disponía de siete empresas. Diez años después, gracias a la dictadura cívico militar (1976-83), tenía 46 empresas. En 1982, el Banco Central, encabezado por Domingo Cavallo, estatizó la deuda privada de empresas que colaboraron con la dictadura (Socma, Grupo Clarín, diario La Nación, Papel Prensa, y otras) por un monto de 40 mil millones de dólares. Simultáneamente, la Trump Organization erigía edificios colosales en Manhattan, recuperaba lóbregos barrios de Nueva York que hoy valen 10 mil dólares el metro cuadrado, y superaba con creces las expectativas del viejo Fred, su padre. Pero Mauricio nunca consiguió el reconocimiento del suyo. Hasta que un día, Franco lo hizo presidente del Boca Juniors y después, viendo que era bueno para nada, le sugirió que se metiera en política. En casi todos los grandes proyectos de construcción de Manhattan, Trump recibió el respaldo de la mafia. Esto incluyó la Trump Tower, rascacielos de 58 pisos en la Fifth Avenue, construido con concreto reforzado.Igualmente, para entrar al negocio de casinos, Donald hizo negocios con la mafia de Atlantic City. Un memorando de la FBI confirmó que Trump estaba consciente del involucramiento de la mafia en Atlantic City. Entre las empresas controladas por mafiosos que tuvieron negocios con Trump figuran S&A Concrete, que proveyó materiales para la Trump Plaza en el East Side de Manhattan. Los dueños de S&A eran Anthony Fat Tony Salerno, jefe de la familia Genovese, y Paul Castellano, jefe de la familia Gambino. Salerno terminó en prisión acusado de pandillerismo. Su abogado Roy Cohn era también amigo y abogado ocasional de Trump, quien no ha sido acusado de ninguna ilegalidad. Y Macri fue procesado por contrabando, y absuelto por una Corte que rechazó la causa. Observación final del detective Marlowe: “Que los abogados hagan la tarea sucia. Son ellos quienes redactan leyes para que otros abogados las analicen delante de otros abogados llamados jueces, de manera que otros jueces puedan decir a su vez que los primeros no tenían razón y el tribunal supremo dictamine que el segundo grupo se equivocó… ¿Cuánto cree que durarían los peces gordos de la mafia si los abogados no les enseñaran cómo actuar?” (op. cit. capítulo 43). Surgidos en sociedades que se precian de civilizadas y situados en los polos opuestos de la dialéctica hegeliana amo/esclavo, Trump y Macri cosecharon decenas de millones de votos en elecciones libres y democráticas sin haber sido nunca líderes sociales, dirigentes comunitarios, funcionarios, legisladores, académicos, predicadores religiosos, pensadores o militares. (Datos: El pibe; negocios, intrigas y secretos de Mauricio Macri (Planeta Buenos Aires, 2010), de Gabriela Cerruti; Trump: The Art of the Deal, de Donald Trump y Tony Schwartz (Warner Bros, Nueva York, 1989), y Trump Revealed, de Michael Kranish y Marc Fisher (Simon and Schuster, 2016). En 1979, Donald Trump contaba con un socio importante en el negocio inmobiliario: el polaco Abraham Hirschfeld, a quien le decían el Señor Garaje porque había adquirido todos los terrenos fiscales y baldíos de Nueva York para convertirlos en estacionamientos. Ambos eran dueños del predio más caro de la ciudad, ubicado en Lincoln West (entre las calles 59 y 72), barrio del Alto Manhattan: 23 hectáreas de un antiguo patio de maniobras de ferrocarriles, a orillas del Hudson (Penn Sation), donde Trump soñaba con erigir un edificio de 150 pisos. Sin embargo, las protestas de vecinos, urbanistas y ambientalistas, y los exigentes requisitos de la alcaldía para la rezonificación del lugar, obstaculizaban el faraónico proyecto de la Trump Organization, y los consiguientes créditos bancarios. Simultáneamente, en otro lugar de la big apple, Franco Macri y su hijo Mauricio (entonces de 22 años) cerraban un negocio con Waste Management Inc para formar una recolectora de basura y desechos sólidos, y así modernizar Manliba (Mantenga Limpia a Buenos Aires), empresa privatizada por la dictadura militar y entregada al Grupo Macri. Los Macri fueron introducidos por Giorgio Nocella