Y la utopía abandonó a Israel
Fuente: Juan Carlos Sanz | El País Fecha: 3 de JUN 2018 Decenas de jóvenes escuchan a un elenco de viejas glorias de la izquierda, pacifistas e intelectuales frente a la sede del Teatro Nacional de Israel, en la plaza de Habima en Tel Aviv, mientras un puñado de ultraderechistas les increpa desde la esquina del bulevar Rothschild, tras un cordón policial: “¡Marchaos a vivir a Gaza!”. Orillado por edificios de estilo Bauhaus, este paseo, donde se declaró hace 70 años la independencia del Estado hebreo, aún conserva el marchamo de la modernidad. “Hemos olvidado la historia, los valores del judaísmo”, musita desde su silla de ruedas Yael Dayan, exdiputada del partido laborista. “En [las protestas de] Gaza ha habido muchos muertos por los disparos de nuestros soldados”, desgrana con una mueca de dolor, tras haber leído en la tribuna el testimonio de un francotirador militar anónimo que combatió en el enclave palestino. Antigua vicealcaldesa de Tel Aviv, Yael, la hija de Moshe Dayan —el general que derrotó en seis días a tres Ejércitos árabes e inauguró la ocupación—, mantiene a los 78 años la intensidad de la mirada de las generaciones pioneras de Israel. “¡Fuera traidores!”, arrecian los gritos de los extremistas mientras hacen ondear banderas de la estrella de David, y los agentes los contienen con aire de aburrimiento. “También nos hemos vuelto racistas”, sostiene Dayan, conectada a un respirador. “Aunque nacimos como un país de inmigrantes perseguidos, el Gobierno ha intentado deportar a miles de refugiados africanos”. La veterana política ha venido a apoyar un acto público organizado por el movimiento de soldados veteranos Romper el Silencio, una de las organizaciones pacifistas que aspiran a ser la conciencia crítica de la sociedad hebrea, cada vez más escorada hacia el nacionalismo. “Solo unos pocos se atreven a decir hoy la verdad sobre la ocupación. El país ya no es el mismo”, sentencia Dayan, “pero no es tanto Israel el que ha cambiado como su liderazgo”. La compleja división política israelí se debe a la fragmentación provocada por un sistema electoral con fuerte proporcionalidad en el reparto de los 120 diputados de la Kneset (Parlamento), según el analista político Daniel Kupervaser. “Si se revisan resultados y sondeos, se aprecia la solidez de un bloque de la derecha, con 57 escaños, formado por el partido conservador Likud de Benjamín Netanyahu, y la extrema derecha de Avigdor Lieberman [actual ministro de Defensa], al que se suma el nacionalismo religioso de los colonos y los ultraortodoxos. Luego, hay un segundo bloque de fuerzas de centro, que incluye al laborismo, con 45 diputados, y, por último, un tercer grupo que suma 18 escaños, en el que están Meretz [izquierda pacifista] y los partidos árabes israelíes”. Los partidos de este último bloque están considerados como “inadmisibles” para conformar “una coalición sionista”, así que el centro solo puede gobernar con la derecha, explica Kupervaser. Así, en las elecciones legislativas de 2009 la dirigente liberal Tzipi Livni obtuvo más votos que Netanyahu, pero no pudo formar un Gabinete de coalición por el veto de los partidos conservadores. “El Likud de Netanyahu solo controla una cuarta parte del Parlamento”, advertía recientemente la liberal Livni en un encuentro con periodistas en Jerusalén. “Las alianzas pueden cambiar dentro de poco”. Sus palabras aludían a los casos de corrupción que planean sobre el primer ministro, Netanyahu, y amenazan con forzar su dimisión si el fiscal general le inculpa por fraude y soborno. Livni ha ocupado el cargo de viceprimera ministra, y ha sido la titular de Exteriores, Justicia y de otras carteras, convirtiéndose en la mujer que más ha ascendido en la pirámide del poder en la historia de Israel, tras Golda Meir, jefa de Gobierno entre 1969 y 1974. También encabezó las últimas negociaciones de paz con los palestinos, suspendidas hace cuatro años. Desde la oposición de centro-izquierda, cita los sondeos para apoyar sus argumentos: “La sociedad está mayoritariamente a favor de la solución de los dos Estados, aunque no sabe cuándo se podrá alcanzar. Solo unos pocos defienden un Estado binacional [la anexión de los territorios palestinos]”. El partido de Livni, Hatnuah, está asociado al laborismo en la denominada Unión Sionista. Coincidiendo con su 70º aniversario, en un mes Israel ha sentido el vértigo de una aceleración histórica. Ha habido una rápida sucesión de acciones y reacciones. En un alarde de protagonismo de Netanyahu, se presentó en televisión el archivo atómico secreto localizado por agentes del Mosad en Teherán, poco antes de la ruptura por parte de EE UU del acuerdo nuclear con Irán, y del ataque militar israelí a gran escala contra objetivos de la Guardia Revolucionaria de Irán en Siria. Pero el hito que ha marcado la conmemoración de la independencia ha sido sin duda el traslado de la Embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, que ha consolidado el alineamiento del presidente Donald Trump con los intereses estratégicos del Gobierno de Netanyahu. Mientras la hija del mandatario de EE UU Ivanka Trump inauguraba en su nombre la legación diplomática de la Ciudad Santa en un clima de euforia local, los disparos de los francotiradores del Ejército causaban la muerte de 62 manifestantes ante la valla de separación fronteriza. La Autoridad Palestina incluyó esos hechos en la denuncia por crímenes de guerra que días más tarde presentó en la Corte Penal Internacional de La Haya. Esta misma semana, la escalada bélica entre Israel y Hamás —el movimiento islamista que gobierna de facto en el enclave— ha estado a punto de desbordarse, con el mayor lanzamiento de cohetes registrado desde la Franja, y los bombardeos más intensos de la aviación hebrea desde el fin de la guerra de 2014. Las repercusiones de esta crisis en Gaza han ido más allá de la condena a Israel en foros internacionales. El cantante brasileño Gilberto Gil ha cancelado su concierto en Tel Aviv ante la situación en la Franja. El primer ministro francés, Édouard Philippe, ha pospuesto indefinidamente una visita oficial alegando problemas de agenda. Otros artistas y políticos han decidido retrasar viajes previstos a Israel tras los incidentes del 14 de mayo. Pocas