No mancharon la camiseta argentina: A pesar de la presión de Macri e Israel
Fuente: Carlos A. Villalba* | Nuestras Voces Fecha: 8 de JUN 2018 En plena noche catalana del martes 5 de junio los jugadores de la Selección Argentina de fútbol hicieron oír su decisión de no viajar a Israel para jugar en Jerusalén. Fue el momento en que se desmoronó el riesgoso castillo de naipes político, diplomático y comercial construido por el gobierno de Mauricio Macri y el premier Benjamín Netanyahu. El intento del presidente de usar a la selección argentina y a Messi, el jugador de fútbol más famoso del mundo, como herramienta favorable a su alineamiento con Estados Unidos y con el gobierno derechista de Israel, su proveedor de las armas de control poblacional interno al Ministerio de Seguridad liderado por Patricia Bullrich, terminó en un escándalo internacional y desnudó el manejo interesado de los colores nacionales por parte de la Casa Rosada y de su operador Daniel Angelici . En plena noche catalana del martes 5 de junio los jugadores de la Selección Argentina de fútbol hicieron oír su decisión de no viajar a Israel para jugar en Jerusalén. Fue el momento en que se desmoronó el riesgoso castillo de naipes político, diplomático y comercial construido por las autoridades argentinas y el premier Benjamín Netanyahu. Las denuncias internacionales, el efecto de cartas cargadas de emoción -dirigidas sobre todo a Lionel Messi-, los ruegos a los gritos de un grupo de argentinos, barceloneses y de algún palestino durante el entrenamiento matutino del plantel, las conclusiones sobre el daño a sus propias imágenes de ídolos deportivos globales, cargados de contratos con marcas que se venden en lugares tan distantes como América, Europa, China y, también en mercados de millones de personas del mundo árabe y países de creencias musulmanas empujaron el rechazo. El intento del presidente Mauricio Macri de usar a la selección argentina y a Messi, el jugador de fútbol más famoso del mundo, en la previa del mundial de Rusia, como herramienta favorable a su alineamiento con Estados Unidos y con el gobierno derechista de Israel, su proveedor de las armas de control poblacional interno al Ministerio de Seguridad liderado por Patricia Bullrich, terminó en un escándalo internacional que desnudó el manejo interesado de los colores nacionales por parte de la Casa Rosada, de su operador Daniel Angelici y, una vez más, de la Cancillería que maneja Jorge Faurie quien, con el desastre consumado, trató de ocultar las huellas de la participación del Ejecutivo en la maniobra frustrada y de echarle el fardo “de las decisiones de la AFA”, a pesar de reconocer que existió una conversación entre el Presidente y su par de Israel, Benjamín Netanyahu, que “intentó convencer” al argentino de que actuara para que la selección concretase el viaje. No fueron la Presidencia de la Nación, la diplomacia argentina, la asociación que maneja el futbol nacional ni la empresa televisiva organizadora los que pusieron coto al dislate. Por el contrario cada uno se encargó de tirar más leña a las llamas de una herida abierta hace décadas, con la invasión israelí a territorios palestinos y la persecución permanente de su pueblo, en el marco de un conflicto que arroja un saldo de 9.476 palestinos muertos a manos del ejército israelí, tanto en Israel como en los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza y de bajas de 1.246 israelíes como consecuencia de las acciones de resistencia palestina desde el año 2000, según el recuento del Centro de Información Israelí por los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (B’TSELEM), organización insospechada de “antisemitismo”. Subestimación de la ignorancia El Mundial es una reunión deportiva que absorbe la atención de la mayoría de los argentinos, cuyo impacto ensordecedor del resto de los temas de la agenda diaria hasta más allá de la final del mediodía del 15 de julio próximo será usado por el gobierno nacional para avanzar en las políticas de ajuste y empobrecimiento que ya pactó con el Fondo Monetario Internacional. En este caso, y a pesar de las estrategias comunicacionales de sus “expertos”, el fracaso en toda la línea de la “maniobra Israel” que Macri dejó en las manos directas de su secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, constituyó de manera simultánea: Una derrota diplomáticapara la política de la Alianza Cambiemos, casi tan potente como el fracaso en el intento de instalar a su primera canciller, Susana Malcorra, en la Secretaría General de la ONU. • Un impacto negativo para Tel Avivpor el aumento de la visibilización de su política. antipalestina considerada un auténtico “genocidio” por ese pueblo y sus defensores; donde el pretendido uso de la imagen de Messi actuó como bumerán y todos atendieron a las denuncias, por encima de la opinión que les merezca. • Desprestigio para la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que, a instancias del dúo Macri-Angelici, impuso la realización del partido contra la opinión del plantel nacional, incluido el DT Jorge Sampaoli • Descrédito internacional para Torneos y Competencias/Clarín, empresa que maneja los intereses televisivos internacionales de la celeste y blanca, a pesar de que su anterior gerente, Alejandro Burzaco, permanece bajo prisión domiciliaria en Estados Unidos, engrampado a una pulsera electrónica, por el papel estelar que cumplió en el “FIFA Gate”, el proceso por sobornos, fraude y lavado de dinero efectuados por la productora deportiva de TV por cable para corromper a las dirigencias nacionales e internacionales del fútbol y garantizarse los derechos de comercialización de los juegos de la FIFA en América. El partido que debía realizarse el sábado 8 de junio, también formaba parte de la campaña recaudatoria de la AFA, presidida por Claudio Fabián “Chiqui” Tapia, dirigente de la primera “C” del fútbol del ascenso, pasible de volar por los aires en cuanto no sea funcional a los intereses del poder detrás del trono que detenta Angelici, operador macrista y presidente de un club del peso del que hoy goza Boca Juniors, el laboratorio administrativo de Macri y su equipo antes de desembarcar en Balcarce 50. El también titular del Club Atlético Barracas Central, está además sujeto a los vaivenes de la relación del poder político nacional con su suegro, el líder sindical Hugo Moyano, actualmente distanciado del gobierno y con un poder de fuego con capacidad de movilización y paralización de las actividades del país. Las razones estratégicas, y millonarias, que impulsaron su realización hicieron que la