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Un fallo a pedido de la Casa Rosada

Fuente: Raúl Kollmann | Página 12 Fecha: 02 de JUN 2018 La Cámara Federal dictó ayer, en la causa por la muerte de Alberto Nisman, el fallo que le pedía la Casa Rosada y los aliados internacionales del gobierno de Cambiemos. Sin pruebas, sin elementos, en un fallo totalmente descolorido, el tribunal confirmó que el fiscal fue víctima de un supuesto homicidio, sobre el que los camaristas no pudieron describir nada: ni quién fue, ni como entraron, ni cómo salieron, ni cuál pudo haber sido la mecánica del supuesto crimen, ni cómo podría ser el vínculo con el informático Diego Lagomarsino, propietario del arma del disparo letal. Pero, además, elucubraron que la muerte fue producto de la denuncia que presentó Nisman contra Cristina Fernández de Kirchner, Héctor Timerman y otros funcionarios kirchneristas por haber firmado el Memorándum de Entendimiento con Irán. Sobre esta hipótesis tampoco aportaron un nuevo dato ni una evidencia. La Cámara no aceptó calificar la muerte de Nisman como un magnicidio ni nombró a CFK en su fallo –tal como pedía Pablo Lanusse, abogado de la madre del fiscal–, pero le dijo al juez que debe investigar a funcionarios del kirchnerismo que hablaron mucho por celular el sábado 17 de enero de 2015, día anterior al deceso del fiscal, y el mismo 18 de enero, cuando apareció el cuerpo. Suponen que esos funcionarios fueron parte de un complot. También insistieron –sin pruebas– en que los policías federales que integraban la custodia de Nisman actuaron ineficientemente a propósito para facilitar el plan del homicidio. Los camaristas Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia –muy cercanos al gobierno de Cambiemos– le hicieron su ofrenda a la administración Macri que, como está visto, necesita seguir acusando al gobierno anterior de todos los males. Dice el fallo de ayer: “se encuentra prima facie acreditado que Natalio Alberto Nisman fue asesinado y que dicho suceso fue directa consecuencia de la denuncia que formulara el 14 de enero de 2015 como titular de la Unidad Fiscal de Investigación del atentado terrorista perpetrado contra la sede de la AMIA. Se afirmó también que, a partir de la prueba reunida, su concreción resultó posible a partir del despliegue de una correlativa logística que debió contar necesariamente con la cohesión de diversas voluntades orientadas a la concreción con éxito del plan urdido”. Este es uno de los párrafos centrales de la resolución: se parte de que a Nisman lo mataron y que hubo un complot muy sofisticado que necesitó de mucha gente –“diversas voluntades”– para cometer el crimen. La base del fallo es el estudio que hizo la Gendarmería Nacional, fuerza bajo las órdenes de Patricia Bullrich. No se confrontan las conclusiones con lo que dijeron, primero, los especialistas de la Policía Federal y luego la Junta de Criminalistas: “no había ninguna otra persona en el baño en el momento del disparo”. Irurzun y Bruglia directamente ignoran esa conclusión. Al mismo tiempo, se tergiversa el informe del Cuerpo Médico Forense que sostuvo que no es su papel dictaminar sobre homicidio o suicidio, porque eso corresponde al juez, quien tiene que mirar todos los elementos. Sin embargo, en la mañana de la autopsia, la fiscal Viviana Fein informó que recibió una llamada del titular de la Morgue Judicial, Fernando Trezza, adelantándole que no existía indicio de que otro persona hubiera disparado y que era probable el autodisparo. A lo largo de los meses, ante la insistencia de los forenses contratados por Sandra Arroyo Salgado, ex pareja de Nisman, los integrantes de la Junta Médica señalaron que “no hay evidencia desde el punto de vista pericial de lo afirmado por la querella”. La querella insistía con que fue un homicidio y los forenses de la Corte dijeron que no existía evidencia de tal cosa. Lo más notorio respecto del texto de Irurzun y Bruglia es que dedicaron una buena parte de las 39 páginas de la resolución a sostener la hipótesis del homicidio. Sin embargo no pudieron aportar nada: No existe el menor indicio de quienes fueron los autores del supuesto crimen. Dicen que Lagomarsino fue partícipe porque aportó el arma, pero no se sabe de quién fue cómplice. El técnico informático no registra ni llamadas ni mensajes con alguno de los integrantes del supuesto complot ni hay un testigo que lo haya visto en situación extraña. Hablan de que fue parte de una “célula dormida”, pero trabajó en la fiscalía durante nueve años, contratado directamente por Nisman. No se indican cómo entraron los supuestos homicidas y mucho menos como salieron del departamento ni del edificio Le Parc. La unidad del piso 13 estaba cerrada del lado de adentro y el propio baño no se podía abrir, tal como declaró la madre del fiscal. No se explica cómo Nisman ni siquiera se defendió, ya que los camaristas abandonaron la absurda hipótesis de que le dieron una sustancia, ketamina, para dejarlo indefenso. Bruglia e Irurzun convalidan que a Nisman le dieron una paliza, algo categóricamente desmentido por el Cuerpo Médico Forense. Tampoco se explica cómo es que si le pegaron una paliza no se encontró nada desordenado ni un rastro de sangre en todo el departamento. La serie de incongruencias es ilimitada, pero la Cámara pasó por encima de esos obstáculos y concluyó que detrás del crimen hubo un amplio y sofisticado complot. Por eso le dice al juez que investigue: “el caso estuvo rodeado de llamativas, reiteradas y no habituales comunicaciones desde la noche del sábado hasta avanzado el domingo entre funcionarios de diversas áreas del Estado Nacional -Poder Ejecutivo, Ministerio de Justicia, Ministerio de Seguridad provincial, Jefatura II Inteligencia del Ejército Argentino. El momento en que se cometió el delito, el grado de organización evidenciado y la amplitud de la cobertura colocan en una razonable perspectiva funcional el desarrollo del hecho, pues todos ellos se presentan como indicios de entidad suficiente como para sustentar seriamente como hipótesis que el destino de Nisman fue decidido a consecuencia de la naturaleza, gravedad y alcances de la denuncia que presentara unos

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De subsidios y omisiones

Fuente: Teodoro Boot | Revista Zoom Fecha: 01 de JUN  2018 La discusión en torno al subsidio a las tarifas de servicios públicos –que en realidad empezó en tiempos en que el actual oficialismo era oposición y, bueno es recordarlo, la mayoría de las distintas oposiciones de hoy eran un oficialismo– hubiera sido una buena oportunidad para reflexionar, no ya sobre los méritos o deméritos de los subsidios, sino sobre la naturaleza de los servicios públicos. Otro tanto ocurrió –y sigue ocurriendo– respecto a las retenciones a la exportación de productos primarios, uno de los posibles modos de redistribución de la renta extraordinaria de la pampa húmeda así como de separación de los precios internos de los alimentos de sus ocasionales valores internacionales. Para los defensores del régimen anterior, subsidio a las tarifas y retenciones van de la mano: lo que el Estado recibía de, supuestamente, los grandes productores y exportadores de granos lo redistribuía entre el conjunto de la sociedad, en especial los sectores más empobrecidos, mediante el subsidio al precio del gas, la electricidad y otros recursos energéticos. Con ser bienintencionado, el esquema tenía serios huecos y numerosos puntos cuestionables, pero va de suyo que la opción alternativa de ninguna manera puede ser la elegida por el actual oficialismo, que consiste en succionar los recursos del conjunto de la sociedad y las fuerzas productivas para ponerlos en manos de los proveedores de servicios públicos. Aparte parafrénico Más allá de la extraña tirria con que algunos ex oficialistas hoy tributarios de algunas de las sectas menores de la oposición recibieron el discurso en el Senado de Cristina Fernández, objetando que haya consistido en reivindicar su gestión (la pulsión de parte de estos ex fanatizados acólitos suyos por encontrarle el pelo al huevo a cuanto diga o deje de decir, haga o deje de hacer la ex presidenta es como para un estudio siquiátrico), es bastante razonable que la ex presidenta se elogie a sí misma. Si usara su banca en el Senado para criticarse y autoflagerarse, quien debería ser remitida a un frenopático sería ella y no sus fanatizados acólitos de ayer, a quienes –dicho sea de paso– recomendaríamos internar con una imagen en lo posible tridimensional de la ex presidenta, como para que tengan algún tema de conversación. A quién subsidian los subsidios Los indudables beneficios sociales y económicos de la política de subsidios adoptada por los gobiernos kirchneristas no deberían hacer olvidar –ni se debió haber obturado la discusión a los gritos y descalificaciones, anatematizando a los objetores– la naturaleza endeble y engañosa de sus bases de sustentación. Por ejemplo al paso, no era subsidiado el consumidor (¿acaso alguien recibió alguna vez un cheque del Estado para pagar la factura de la luz?) sino las empresas –“detalle” no casualmente pasado por alto por los grandes medios de comunicación, al servicio de los objetores al sistema de subsidios–, lo que si bien conllevaba cierto relativo control sobre costos, inversiones, calidad del servicio y distribución de dividendos, suponía también el subsidio a los altos salarios de ceos, gerentes y, principalmente, funcionarios irrelevantes o innecesarios, como los encargados de prensa y relaciones públicas de las empresas de servicios. ¿Para qué diablos sino para lobby puede necesitar una estructura de “prensa” y otra de “relaciones públicas” una empresa que por gracia estatal administra un servicio esencial en forma monopólica y subsidiada? ¿Por qué los salarios de esos lobbistas debían ser pagados –a través del Estado– por el conjunto de la sociedad contra la que esos lobbistas inevitablemente actuaban? Resignación, fatalismo, complicidad El esquema de subsidios adoptado por los gobiernos kirchneristas partió de la convicción en la irreversibilidad de la profunda alteración de la estructura productiva argentina iniciada por la última dictadura, seguida por la mayor parte de la gestión alfonsinista (de la mano de Terragno, Sourrouille y Machinea) y consumada por el menemismo con el concurso de buena parte de los oficialistas y opositores de ayer y hoy. La dictadura no sólo hizo todo lo posible por destruir la estructura financiera y productiva sobre la que durante 40 años se había sostenido la política de industrialización por sustitución de importaciones, no siempre exitosa y a menudo jaqueada por la recurrente falta de divisas, pero cuyas limitaciones se estaba en condiciones de superar, tal vez definitivamente, de no haber mediado el “oportuno” Rodrigazo de 1975. La dictadura también produjo una gran concentración económica y financiera y alentó el surgimiento de una nueva “oligarquía”, tan parasitaria como la anterior, con la que se mimetizó y a la que terminó sumándose. Es el gran momento de unos y el despegue de otros, como Bulgheroni, Astra, Acindar, Bunge y Born, Loma Negra, Macri, Pérez Companc, Techint, Arcor, Mastellone, Ledesma y todos los parásitos del Estado denominados “capitanes de la industria” que luego prosperaron durante el gobierno de Alfonsín, hasta colonizarlo por completo. Pero faltaba el toque final. Lo daría Carlos Menem con laparticipación estelar de la UCD, la complicidad de gran parte de la UCR y –no debería olvidarse– el sector mayoritario del peronismo, el Partido Justicialista y los principales gremios, con excepción de los agrupados en el MTA y CTA: el descuartizamiento y privatización de YPF, Gas del Estado, Agua y Energía Eléctrica, YCF, Obras Sanitarias, Entel, así como Aerolíneas Argentinas, Elma, la Flota Fluvial del Estado y la privatización de la Caja de Ahorro y Seguros y numerosos puertos fluviales y marítimos. Será también la gestión menemista la que elimine las retenciones a la exportación de productos primarios, reinstauradas por la dictadura libertadora y democrática tras la liquidación del IAPI y pergeñadas originalmente –de la mano de las juntas de granos y carnes– por Federico Pinedo y Raúl Prebisch durante la Década Infame. ¡Así de novedosas, izquierdistas, populistas y estatistas son las retenciones que tanto horrorizan “al campo” y la mediaclase argentina! Sintonías Con las retenciones a la exportación de productos primarios –eliminadas por Menem-Cavallo en el mismo acto en que impusieron la convertibilidad– pasa algo similar a lo que ocurre con

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El Comando Sur en Neuquén

Fuente: Elsa M. Bruzzone | alainet.org Fecha: 30 MAY 2018 Hace unos días nos enteramos de la infausta nueva: El Comando Sur de los EE UU lograba imponer, luego de un primer intento abortado en el año 2012, su objetivo de hacer pie en nuestro país para disponer una base militar en la Provincia de Neuquén. Durante el año 2017 el entonces embajador norteamericano interino Tom Cooney había recorrido la Provincia y ratificado la intención de reactivar la construcción de la base. Al mismo tiempo destacó las inversiones que Chevron y Exxon Mobil realizaban en Vaca Muerta. Los medios de comunicación provinciales informaron, en la semana del 7 de mayo, que un grupo de “técnicos” norteamericanos habían arribado la Provincia para construir las instalaciones, donadas por el Comando Sur bajo la figura de “Ayuda Humanitaria”, donde funcionará la Defensa Civil Provincial. El costo de la obra asciende a 2.000.000 dólares y consta de una sede y un galpón de 600 metros cuadrados que podría funcionar como centro de evacuación ante catástrofes eventuales ya que contará con dormitorios, baños, cocina, una sala de cuidados médicos, otra para conferencias y un helipuerto. Se ubica sobre la Autovía Norte y a escasa distancia del Aeropuerto Internacional de Neuquén . “No se trata de una base militar, sino del Programa de Ayuda Humanitaria para retomar la marcha de la obra que se suspendió en 2.012 y que consiste en un depósito y un edificio de oficinas para la coordinación de Defensa Civil y otros organismos ante una emergencia”, afirmó Leonel Dacharry, Secretario General de la Gobernación Provincial. Agregó “Comenzamos los contactos en 2009 y a través del programa conseguimos un campamento para evacuados para 250 personas, que nos vino muy bien cuando se produjo la erupción del volcán Puyehue, en 2011”. El año pasado llegó la segunda etapa del campamento, que ahora puede albergar hasta 500 personas”. Informó además que la ayuda incluyó vehículos todo terreno que integran el Plan de Manejo del Fuego, se encuentran en Junín de los Andes y pueden ser utilizados para búsqueda y rescate. Señaló que “el lugar elegido está junto a la autovía Norte y cerca de un centro de distribución estratégica como es el aeropuerto (Internacional Juan D. Perón) para el traslado de elementos a zonas que lo ameriten y que no es una base porque los edificios quedan bajo el registro dominial de la Provincia”.Añadió que las obras habían comenzado en 2012, se habían detenido y que recientemente habían llegado de EE UU “tres ingenieros y un arquitecto del programa de ayuda humanitaria para supervisar la continuidad de las tareas”. Agregó que “se trata de una estructura “muy liviana, con posibilidad de expansión, estará dotada de un grupo electrógeno por posibles cortes de energía eléctrica y servirá para el acopio de víveres, los campamentos móviles y, eventualmente, para alojar personas ante alguna emergencia”. Reiteramos para Neuquén lo que sostuvimos en nuestro documento “El Comando Sur en El Chaco”. Presentamos un análisis de la forma cómo se ha aplicado y se aplica la estrategia para el control militar y de los recursos naturales estratégicos de la Región por parte del llamado “Comando Sur” de EE UU. Todo se inició cuando el Comando Sur y la embajada norteamericana impulsaron un “Programa de Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias,” que fue aprobado en 2006 por el ex Ministro Aníbal Fernández, como un aporte a los programas sociales que desarrollaba el gobierno. De esta manera y enmascarando las reales intenciones se posibilitaba la entrada de dicho Comando en territorio argentino por la puerta de servicio. Ello implicó realizar inicialmente campañas de «concientización humanitaria» y de instrucción a la población con el objetivo de establecer, en un futuro que manifestaron cercano, personal para colaborar con la «ayuda humanitaria», tal como había ocurrido con anterioridad en Ecuador, Honduras, Costa Rica, Paraguay y Colombia. Lo que el representante del Comando Sur para Argentina no ha explicado ahora, como tampoco lo hizo en el año 2012 el Coronel Edwin Pastor cuando hacía las gestiones en la Provincia del Chaco, es como un programa con apariencia civil es realizado por un comando militar de EE UU, el cual no guarda relación de dependencia con la embajada de ese país, que es la que debería tener a su cargo o patrocinar programas realmente solidarios y exclusivamente civiles. Existiendo múltiples organismos no militares nacionales e internacionales cuya actividad se orienta hacia una misión social y humanitaria no queda claro por qué estas tareas se encomendaron al Comando Sur en forma altamente sospechosa ya que es conocida la doble misión de las embajadas y los organismos militares de EE UU en los diversos programas civiles y militares de ese país para ayuda, capacitación, intercambio, cooperación, trabajo bilateral y que culminan con la realización de ejercicios militares “combinados” con los efectivos de los países involucrados . Además todo ello constituye el fundamento del funcionamiento del llamado SIAD (Sistema Interamericano de Defensa) creado por EE UU dentro del cual el Comando Sur es el principal órgano operador para Latinoamérica y el Caribe, independientemente de las atribuciones políticas de las embajadas norteamericanas en el Continente. Por un lado, Washington presenta un componente humanitario visible al público, estructurado sobre actividades que la sociedad visualiza como ‘justas’ y en su beneficio, de modo tal que pueda justificarse una interacción bilateral. Causas como ayuda humanitaria, sanidad y salud pública, emergencias y desastres naturales, derechos humanos, seguridad, lucha contra el narcotráfico y el narcoterrorismo. Pero por otro lado existe una componente no visible que se encuadra en los objetivos estratégicos afines a los intereses de EE UU y muchas veces contrapuestos a los del país asistido conducidos por un comando militar. Además se suman a esta operatoria los ”Acuerdos de Cooperación” que el Gobierno Nacional Argentino ya viene manteniendo con EEUU en el plano militar y civil; sea por ejemplo para capacitación de civiles y militares con instructores estadounidenses, como son los Programas Internacionales para Educación y Entrenamiento Militar, de Seguridad de Fronteras y Control de Exportaciones

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¿Termina como en 1995 o como en 2001?

Fuente: Julian Zícari* | Página 12 Fecha: 29 de MAY 2018 Durante la década que rigió la convertibilidad el país tuvo dos crisis severas, una en 1995 y otra en 2001. Ambas pusieron bajo presión al sistema y llevaron a que los gobiernos a cargo de capearlas recurrieran al Fondo Monetario Internacional como prestamista de última instancia. Los resultados fueron totalmente opuestos en uno y otro caso. En 1995, tras sufrir una recesión de un año, la economía se recuperó y volvió a crecer durante dos años. En cambio, la crisis de 2001 no pudo revertirse y terminó en un terrible hundimiento. ¿Por qué se obtuvieron resultados tan distintos? La crisis de 1995 tuvo una causa clara. Estados Unidos comenzó una fuerte suba de su tasa de interés generando como consecuencia algo similar a lo que está ocurriendo hoy: muchos capitales especulativos decidieron dejar las economías periféricas -en especial las latinoamericanas- y refugiarse en destinos más seguros para captar las altas tasas. Tal huida de capital llevó a la economía mexicana a devaluar en diciembre de 1994. Lo sucedido en México pareció un anticipo de lo que podría ocurrir en Argentina, por lo que las corridas bancarias y cambiarias se hicieron sentir con fuerza, proyectando un derrumbe de la convertibilidad y de la economía. Para enfrentar el shock externo, el entonces presidente Menem y su ministro Cavallo recurrieron al FMI para obtener un salvataje, algo similar a lo que está intentando el macrismo en la actualidad. A su vez, se aplicó un fuerte programa de ajuste a partir de marzo de 1995, que incluyó el aumento del IVA, el despido de empleados estatales y la promesa de más privatizaciones. Lo llamativo fue que apenas dos meses después se realizaron las elecciones presidenciales (mayo de 1995), con la economía en recesión y el desempleo arriba del 18 por ciento, y pese a ello la población ratificó a Menem en la Casa Rosada. En suma, la mayoría demostró estar dispuesta a pagar cualquier precio con tal de mantener la convertibilidad, tolerando el ajuste. Años después, la situación volvió a ser complicada. La economía entró en recesión en 1998, se fue cerrando el flujo de fondos externos y se sembraron dudas sobre la continuidad de la convertibilidad. Por eso, en diciembre de 2000 el presidente De la Rúa cerró un acuerdo con el FMI para despejar temores y así obtuvo el Blindaje, con el cual pretendía cubrir las necesidades financieras del gobierno por los años siguientes. Eso demostró no ser suficiente y a mediados de 2001 se debió renegociar parte de la deuda externa con los acreedores, realizándose el megacanje. A su vez, al igual que Menem en 1995, el tándem De la Rúa-Cavallo buscó demostrar su compromiso con el pago de deuda y aplicó un gigantesco ajuste en julio, con la “ley de déficit cero”. Gracias a este “esfuerzo”, el FMI premió al país con el “salvataje” en septiembre de 2001, otorgándole otros 8 mil millones de dólares para terminar con las dudas frente a la crisis. El final de la historia de 2001 es conocida: apenas tres meses después del “salvataje” llegó el corralito, los saqueos y la rebelión popular que le puso fin a Cavallo y De la Rúa. ¿Por qué esta vez el resultado fue diferente? La respuesta no hay que buscarla en lo que hizo el FMI, ya que en 1995 asistió a Menem con 2300 millones de dólares y en 2001 con 10.600 millones. Es decir, en la crisis que terminó por estallar su intervención fue cinco veces más “generosa” y sin embargo todo explotó. La clave para la respuesta está en la capacidad de la tolerancia popular frente al ajuste: en 1995 la población pareció avalarlo, ya que ratificó a Menem en las elecciones. En cambio, en 2001 la población respondió con el “voto bronca”, con los piqueteros, los sectores medios activos y un sindicalismo que no dio tregua. En 2001 ya no hubo tolerancia a las políticas de ajuste. Por ello, para saber si el programa de recortes y de flexibilización laboral que el FMI busque imponerle al macrismo tendrá éxito o no, debemos preguntarnos si la población estará dispuesta a movilizarse o será pasiva. Esa es la cuestión hacia el futuro. *Julián Zícari: Autor del libro Camino al colapso. Cómo llegamos los argentinos al 2001.  

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La derecha latinoamericana dijo a qué vino

Fuente: Emir Sader | La Jornada Fecha: 26 de MAY 2018 Después de años duros, en que parecía que el neoliberalismo había venido para quedarse en América Latina, fuerzas populares han logrado construir programas de gobierno antineoliberales, ganar elecciones y protagonizar los años más virtuosos de nuestra historia, en algunos de nuestros países. Pero la derecha, aun derrotada, no ha dejado de maniobrar para intentar frenar a esos procesos, que representan el desenmascaramiento de todo lo que la derecha había dicho que era nuestro destino inevitable. Planteaba distintas cosas, pero su política económica siempre era el viejo modelo centrado en los ajustes fiscales, como medicamento contra la enfermedad de los gastos estatales. Tras el periodo de gobiernos posneoliberales, la derecha ha vuelto a la carga, conquistando el gobierno en Argentina mediante elecciones, logrando el poder en Brasil mediante un golpe. Y tuvo la posibilidad de decir a qué vino, porque peleó tanto, con todas sus fuerzas, legales e ilegales, para retornar al gobierno. ¿Qué es lo que tiene que proponer y realizar en América Latina? En verdad, no fue necesario aguardar ese retorno, porque podemos saber lo que la derecha latinoamericana tiene que proponer ante la situación de países como México, gobernado hace tantas décadas por la derecha, con su modelo neoliberal ya hace por lo menos dos décadas y media. Las preferencias a favor de Andrés Manuel de López Obrador para volverse el próximo presidente de México es el resultado directo del fracaso de los gobiernos de PRI y PAN, que se han alternado en el gobierno, sin cambiar la política económica neoliberal, llevando México a una situación catastrófica, desde todos los puntos de vista. El país que iba a marcar la senda para los otros países del continente, habiendo sido el primero en firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos (y con Canadá, en ese caso) representa, al contrario de lo propuesto, el fracaso de esos tratados y esas políticas. Los dos partidos de derecha sumados no tienen las preferencias de López Obrador, que aparece como la ruptura con la corrupta oligarquía tradicional en México. Pero el retorno de la derecha al gobierno en Argentina y en Brasil podría significar una actualización de las propuestas de la derecha. Sin embargo, en los dos países se ha aplicado el mismísimo modelo que ya había fracasado en los años 90. El mismo diagnóstico de que los problemas de nuestras economías son los gastos excesivos del Estado tuvieron el mismo tipo de respuesta: la centralidad del ajuste fiscal. Con las desastrosas consecuencias apraejadas: profunda y prolongada recesión, desempleo, recorte, desindustrialización de la economía, fuga de capitales, alza del déficit público. ¿A eso vinieron las derechas en Argentina y en Brasil? ¿Eso prometen? ¿Por ello han luchado contra los gobiernos populares, valiéndose de acusaciones falsas, campañas de mentiras, cerco a los gobiernos desde los medios y desde los capitales especulativos? Ello demuestra, para México, Colombia, Bolivia y otros países que están o tendrán procesos electorales, lo que pueden esperar de los partidos y candidatos de derecha en América Latina, cualesquiera que sean sus promesas. En Venezuela se llegó a prometer la dolarización de la economía. En Brasil se privatizan los mejores bienes nacionales, los de Petrobras. En Argentina se vuelve a la entrega a los brazos del Fondo Monetario Internacional, volviendo a comprometer el futuro del país. Las alternativas de retomar el desarrollo económico con distribución de renta suponen la ruptura con el modelo neoliberal, lo cual solamente gobiernos de izquierda pueden hacer, como se ha demostrado en este siglo. De la capacidad de la izquierda para unificarse donde está dividida, a superar los obstáculos jurídicos donde la derecha se vale contra líderes de izquierda, de la reformulación de los proyectos que han resultado, adecuándolos a las condiciones internas y externas actuales, y del rescate de los valores solidarios, cooperativos, humanistas, depende una solución positiva de la crisis actual que afecta a todo el continente.

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La planta insolente del Comando Sur

Fuente: Luis Britto García* | luisbrittogarcia.blogspot.com Fecha: 18 de MAY 2018 Alguna vez dije que vivíamos en la época del imperialismo humanitario y el genocidio filantrópico. Prueba de ello, el plan Masterstroke, del almirante Kurt Tidd, comandante en jefe delSouth Command, sección del ejército de una potencia del Norte que nada tiene que hacer en nuestro Sur (http://www.voltairenet.org/article201091.html.). Lo publica Voltairenet; lo comenta Stella Calloni, especialista en operaciones de genocidio, y su contenido es coherente con anteriores políticas y documentos de Washington.  Si el dueño del circo “no descarta” la intervención armada contra Venezuela, es creíble que los payasos disparen papelillo. El solo título, “Plan to overthrow the Venezuelan Dictatorship” (Plan para derrocar la dictadura venezolana), es ya una confesión delictiva. En términos  de la Carta de la ONU y de la de la OEA, ningún Estado puede ni debe intervenir en las cuestiones internas de otro, y mucho menos derrocar su gobierno. A confesión de parte, relevo de pruebas. Tidd confiesa desvergonzadamente en el texto  la implicación de su gobierno en las acciones contra Venezuela: “Es tiempo de que Estados Unidos pruebe, con acciones concretas, que está implicado en el proceso de derrocar la dictadura venezolana, lo cual significará un punto decisivo”. Pero también admite con mayor cinismo todavía que ese proceso no va a ser cumplido por venezolanos, pues las fuerzas opositoras “no tienen el poder de poner fin a la pesadilla”, ya que “las disputas internas, la supremacía de los favoritismos particulares, la corrupción similar a la de sus rivales, su escaso arraigo, no les garantizan la oportunidad de aprovechar la situación y dar los pasos necesarios”. Mayor desprecio no puede caber hacia los opositores en cuyo beneficio se pretende destruir un país. Esta oposición perniciosa es además minoritaria, pues  el plan está dirigido contra “los ciudadanos de menores ingresos -quienes apoyan a los gobernantes actuales” –o sea, la mayoría democrática. El almirante  desarrolla su plan para exterminarla:“-Obstruir completamente las importaciones, y al mismo tiempo, desalentar a los potenciales inversionistas extranjeros a fin de contribuir a hacer más crítica la situación de la población -sobre todo en lo relativo al combustible, esencial para cualquier intento de recuperación de la economía nacional”. A fin de agravar la crisis que supuestamente quiere solucionar, el humanitario Comando Sur propone: “Alentar la insatisfacción popular incrementando la escasez y el alza en precio de los alimentos, medicinas y otros bienes, con la intención de provocar la deserción de los ciudadanos por todas las fronteras, poniendo en riesgo así la seguridad nacional de los países fronterizos. Causando víctimas y haciendo responsable al gobierno de ellas. Exagerando ante el mundo la crisis humanitaria a la cual ha sido sometido el país”. No se olvidan detalles: hay que estructurar un plan para lograr la profusa deserción de los más calificados profesionales, a fin de “dejarlo absolutamente sin profesionales”, lo que agravará todavía más la situación interna, y culpar de ello al gobierno. Un “Golpe Maestro” no ahorra crímenes: “Incrementar la inestabilidad interna hasta un nivel crítico  intensificando la descapitalización del país, la fuga de las divisas extranjeras y el deterioro de su base monetaria, provocando la aplicación de nuevas medidas inflacionarias que incrementen su deterioro y que simultáneamente provoquen a los ciudadanos de menores ingresos -quienes apoyan a los gobernantes actuales- y a aquellos que están en mejor situación, a ver su status social como amenazado”. No se le escapa al aprovechado almirante que a pesar de todas estas fechorías,  una oposición minoritaria, sin poder, “de escaso arraigo”, sumida en “disputas, favoritismos y corrupción” seguramente será incapaz de arrebatarle el gobierno a la mayoría democrática. Por tanto, se impondrá la democracia minoritaria con los métodos más antidemocráticos: “Usar a los oficiales del ejército como una solución alternativa o definitiva… endureciendo las condiciones dentro de las Fuerzas armadas para que ejecuten un golpe antes de que acabe el año  2018”. Pero Estados Unidos y cierta oposición llevan veinte años fraguando un golpe de Estado   que nunca cuaja. Habrá entonces que derrocar al gobierno con fuerzas foráneas.  A tal fin, urge Tidd “Apelar a los aliados domésticos, así como a otras personas insertas desde el exterior en la escena nacional a fin de que generen protestas, motines e inseguridad, saqueos, robos, asaltos y secuestros de transportes de naves y de otros medios de transporte, con la intención de sumergir al país en una crisis a través de las fronteras y otras posibles vías, dificultando de tal modo la Seguridad Nacional de los países fronterizos. Causando víctimas y haciendo al gobierno responsable de ellas. Magnificando ante el mundo la crisis humanitaria a la cual el país ha sido sometido”. “Avanzar en la instalación en bases de aeroplanos de combate y helicópteros, vehículos blindados, posiciones de inteligencia, y unidades militares especiales y logísticas (de policía y militares, fiscales de distrito y prisiones)”. O, para hablar más claro: la imposición por la fuerza bruta de ejércitos de ocupación extranjeros, pues los estadounidenses generosamente están dispuestos a sacrificar como carne de cañón ciudadanos de otros países latinoamericanos: “Comprometer a Brasil, Argentina,  Colombia y Panamá para contribuir con un mayor número de tropas, para utilizar su proximidad geográfica y su experiencia en operaciones en regiones selváticas. Fortalecer su condición internacional con la presencia de unidades de combate de los Estados Unidos de América y los países citados, bajo el comando de un Estado Mayor conjunto dirigido por Estados Unidos”. Los estadounidenses estarán allí para fortalecer y comandar: que los desechables hispanos se quemen el pecho por ellos. Se engañan entonces los opositores que anhelan  una fotogénica invasión de rubios marines airosamente uniformados. Estados Unidos utiliza actualmente en sus guerras sucias los más inmundos mercenarios. Planea Tidd “Reclutar paramilitares principalmente en los campos de refugiados en Cúcuta, la Guajira y el Norte de  Santander, áreas densamente pobladas por ciudadanos colombianos que emigraron a Venezuela y ahora regresan huyendo del régimen, para intensificar las actividades desestabilizadoras en la frontera común entre ambos países. Hacer uso del espacio vacío dejado por las FARC, la beligerancia del ELN y las actividades en el área del Clan del Golfo. Preparar la involucración

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La novela de Nisman llega a la Cámara

Fuente: Raúl Kollman e Irina Hauser | Pág. 12 Fecha: 20 de MAY 2018 En aproximadamente dos semanas se conocerá un fallo trascendente de la Cámara Federal, ya dominada en forma total por el macrismo, en el que se establecerán definiciones sobre la muerte de Alberto Nisman. El título pomposo que se le pretende dar es magnicidio que, en verdad, significa muerte violenta de una persona importante por su cargo. También se hablará de crimen de Estado. En realidad lo que se busca en Comodoro Py es vincular el deceso del fiscal con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, politizando la causa y armando una asombrosa teoría de complot en la que todos se unieron en un plan para matar a Nisman. Esto incluiría a los policías que lo custodiaban, a funcionarios de la Federal, efectivos de la Prefectura, la ex SIDE, los funcionarios kirchneristas, el ex jefe del Ejército, César Milani, la fiscal Viviana Fein -que habría tenido el papel de tapar las cosas- y el juez Manuel De Campos, que estuvo en Le Parc la noche del deceso. En ese marco, se pretende dibujar que el informático Diego Lagomarsino integraba una célula dormida, lo que significa que era un agente al servicio de no se sabe quién: Irán, el kirchnerismo, el chavismo. Los camaristas Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia tienen que resolver sobre todo ese entramado, lo que plantea una larga serie de preguntas, algunas de ellas sin respuestas. 1 ¿Cuál es el punto de partida de lo que tiene que definir la Cámara Federal? El expediente instruido por el fiscal Eduardo Taiano y el juez Julián Ercolini tiene un punto de partida falso, originado en la pericia de Gendarmería, fuerza que responde a Patricia Bullrich. En el Ministerio de Seguridad y en el Edificio Centinela, sede de Gendarmería, se armó una descabellada historia sobre la muerte de Nisman: que un comando entró al departamento de Le Parc, le pegó una tremenda paliza al fiscal sin desordenar nada, luego le suministró una sustancia, ketamina, de la que no se pudo determinar la cantidad ni la forma de administración, y finalmente lo llevaron al baño donde uno lo tenía agarrado, el otro disparó e incluso pudo haber un tercero en la escena. El juez tuvo un poco de pudor y en el procesamiento a Lagomarsino desechó algunas de las insólitas bases planteadas por la Gendarmería. Por ejemplo, redujo casi a la nada lo de la ketamina, borró el horario de la muerte propuesto por la fuerza verde –2.46 de la mañana– ya que es la única pericia del mundo en el que se establece una data de muerte en un minuto determinado, sacó de la cancha también la hipótesis de que uno de los agresores fue un karateca y dejó en un limbo buena parte de la mecánica del supuesto asesinato. Ercolini saldó todo diciendo que fue homicidio, que se produjo en el baño y que los ejecutores fueron “una o más personas no identificadas”. Esa historia insostenible es contradictoria con todas la pericias anteriores, incluyendo los estudios del Cuerpo Médico Forense –“no se verifica pericialmente hablando el accionar de terceras personas”–, la junta de criminalistas –“no había ninguna otra persona en el baño en el momento del disparo”– y los balísticos de Salta –“en las manos del fiscal se hallaron partículas consistentes con residuos de disparo”–. Pese a ello, ni el fiscal ni el juez convocaron a que se debatan conclusiones entre los distintos especialistas de la Gendarmería y de todos los que actuaron antes. Sólo se buscó y se impuso una conclusión que era la que ordenó el aparato político-mediático. 2 ¿Puede la Cámara Federal establecer que la muerte de Nisman fue un magnicidio? Es una de las posibilidades y es lo que pretende Pablo Lanusse, abogado de la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Lanusse, fanático de Cambiemos, twitea en forma permanente alentando al presidente Mauricio Macri. “Sólo quiero más Cambiemos. Reelección 2019. Destierro del populismo”, escribió el 8 de mayo. Lanusse es el que pidió que la muerte de Nisman se considere un magnicidio y que se establezca que a Nisman lo mataron porque hizo la denuncia contra Fernández de Kirchner. Por lo tanto, tácitamente reclama que se una la causa del Memorándum de Entendimiento con Irán con el expediente por la muerte del fiscal. Pero, además, existe otra causa, iniciada en su momento por Elisa Carrió, en la que se denunció la existencia de una zona liberada para matar al fiscal, según ella con la intervención de un comando iraní-venezolano con cobertura kirchnerista. En esta última trama se involucró a los custodios, prefectos, al ex secretario de Seguridad Sergio Berni, a funcionarios de Inteligencia, a Milani y, luego, a la fiscal Fein y al juez De Campos. Esta es la teoría de un gigantesco complot: todos fueron parte del plan del supuesto homicidio. Lanusse también quiere que se una esta causa de la zona liberada a la de la muerte de Nisman y a la del Memorándum. El objetivo primordial es la ex presidenta. La mayoría de las fuentes sostienen que Irurzun y Bruglia no irían por esta variante de unir muerte de Nisman con Memorándum y zona liberada, entre otras cosas porque no hay una sola prueba, ni una llamada, ni un testigo, que acredite relaciones entre los imputados en esas causas. Podrían, sin embargo, buscar alternativas más light. 3 ¿En qué consiste la hipótesis de la célula dormida? Fue el fundamento utilizado por Lanusse en la audiencia realizada ante el camarista Bruglia. Las células dormidas son pequeños núcleos, principalmente del fundamentalismo islámico, que se mantienen sin actividad alguna, a la espera de un momento dado para cometer, por ejemplo, un atentado. Es una especie de infiltración. Lo que plantea Lanusse es que Lagomarsino se metió en la Unidad Fiscal AMIA como un espía y que se mantuvo “dormido” durante los ocho años que trabajó en la fiscalía de Nisman. El tema es que Lanusse no aporta ni una evidencia, alguna comunicación

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El acoso de Esmeralda y las internas en la DAIA

Fuente: Ricardo Ragendorger | Nuestras Voces Fecha: 20 de MAY 2018 La acusación de Esmeralda Mitre contra el ahora ex titular de la DAIA, Ariel Cohen Sabban, por “tocamientos inverecundos” y pedidos improcedentes de dinero ya es un caso superado por otras calamidades de la actualidad. Pero puso al descubierto las graves disfunciones que palpitan en la dirigencia de esa institución. Un nido de intrigas donde también salen a la luz las internas en la antigua SIDE –llamada sucesivamente SI (Secretaría de Inteligencia) y AFI (Agencia Federal de Inteligencia) –.Y con las imposturas volcadas en la causa AMIA como música de fondo. Al respecto bien vale evocar dos episodios de notable peso simbólico. El 25 de julio de 2004, Gustavo Beliz –quien acababa de ser eyectado del Ministerio de Justicia por el entonces presidente Néstor Kirchner a raíz de la actuación policial en una protesta ante la Legislatura porteña– protagonizó un momento sublime de la televisión argentina al exhibir en el programa Hora Clave una fotografía del famoso espía Horacio Antonio Stiuso. Su rostro era el secreto mejor guardado del país. Al tiempo se supo que esa joya documental se la había proporcionado el no menos célebre comisario Jorge “Fino” Palacios. Este hombre había sido echado de la Policía Federal apenas unos meses antes –el 13 de abril–, después de que le llegara a Kirchner la grabación de un diálogo telefónico entre él y su dilecto amigo, el ex comisario Carlos Gallone (actualmente condenado por delitos de lesa humanidad), con Jorge Sagorsky, un reducidor de autos vinculado al secuestro y asesinato de Axel Blumberg. En la cinta, el Fino –quien en esos días estaba al frente de la Superintendencia de Investigaciones– se muestra muy interesado en comprar una camioneta para ir de pesca a la localidad correntina de Esquina. Al tiempo se supo que esa joya documental se la había proporcionado al presidente nada menos que Stiuso. No contento con ello, éste filtró tales escuchas a la prensa en 2009 para así malograr la designación de Palacios en la Policía Metropolitana. Cabe destacar que su gran encono hacia el insigne uniformado era una secuela del enfrentamiento que mantenía con dos colegas suyos: los agentes Patricio Finnen y Alejandro Brousson, aliados con Palacios en la investigación del atentado a la mutual israelita. Una pesquisa apoyada incondicionalmente por la DAIA. Contacto en Paraguay Aquellos dos agentes –al igual que Stiuso– eran en la SIDE parte de una capa geológica originada durante la última dictadura. Una generación de fisgones profesionales que se educó bajo las reglas del terrorismo de Estado y que, con el paso del tiempo, maduraría al amparo de gobiernos democráticos. Un grave descuido de la República. Y una inagotable fuente de trapisondas, crímenes y dislates, entre otros espantos. Finnen se inició en la llamada Base Billinghurst, bajo cuya ala estaba el centro de exterminio Automotores Orletti. Brousson era un oficial del Ejército asimilado a la SIDE luego de servir en el Batallón 601. Ya en los ’90 lideraron la denominada “Sala Patria”, un grupo de “La Casa”, cuya cueva secreta –todo el barrio lo sabía– se encontraba en el cuarto piso del Edificio Barolo, sobre la Avenida de Mayo. Eran los espías de cabecera del entonces “Señor 5”, Hugo Anzorreguy. Y entre sus logros resalta el secuestro en México del guerrillero Enrique Gorriarán Merlo. Bendecidos con poderes y recursos presupuestarios sin límites, jamás imaginaron el estrepitoso final de sus carreras. Eso ocurrió en 2001, a raíz de un falso atentado contra Bill Clinton. Aquella historia tuvo su origen cuando el marido de Hillary, a poco de dejar la presidencia, viajaba a Buenos Aires para un coloquio internacional. La dupla Finnen-Brousson vio entonces la ocasión propicia para articular una fina operación de inteligencia. Su objetivo: ganarse la confianza de la CIA. Así fue como contrataron en la Triple Frontera a un soplón paraguayo que antes había trabajado para los norteamericanos. A cambio de un suculento fajo de billetes, concurrió a la Embajada de los Estados Unidos en Asunción para informar que se preparaba un complot en contra del ex mandatario. Al mismo tiempo, desde Buenos Aires, Sala Patria irradiaba un informe idéntico. Los autores del plan creían que ambas advertencias, llegadas en paralelo por vías supuestamente distintas, encenderían todas las luces de Washington, logrando así la estima de la central de inteligencia más poderosa del mundo. Pero algo falló: los agentes criollos no habían previsto que el paraguayo sería sometido en la embajada al detector de mentiras; el tipo terminó confesando que la SIDE le había pagado para llevar el dato apócrifo. Y proporcionó la identidad de sus empleadores. El escándalo fue mayúsculo. A partir de entonces, Finnen y Brousson pasaron a integrar el ejército de desocupados. La proeza de Sala Patria fue haber manejado a su antojo la pesquisa de la causa AMIA en franca complicidad con el juez Galeano, los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, además del comisario Palacios. Y bajo una precisa directiva del presidente Carlos Menem: no investigar la llamada “pista siria” y concluir el caso lo más rápido posible. Lo primero se tradujo en el “extravío” de pruebas valiosas y en el aviso a sospechosos sobre la inminente realización de procedimientos en su contra. Lo segundo, en fabricar la “hipótesis” de la “Conexión local”, una pieza de dramaturgia que incluyó la detención del lote de policías bonaerenses encabezados por Juan José Ribelli, y el soborno de 400 mil dólares a Carlos Telleldín para involucrarlos en su testimonio. Lo más notable es que semejante estrategia contó con el conocimiento, el beneplácito y hasta la financiación de la dirigencia de la DAIA, liderada en aquella época por Rubén Beraja. Ahora todos ellos –junto a otros actores de reparto– ocupan el banquillo de los acusados en el juicio por encubrimiento. Pero lo cierto es que la caída en desgracia de esta gavilla de simuladores propició el irresistible ascenso de la línea interna de la SIDE conocida como “Grupo Estados Unidos” (por la calle en donde anidaba). Su jefe era

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El día de la vergüenza

Fuente: Uri Avneri | Gush Shalom Fecha: 19 de MAY 2018 En el lunes sangriento, esta semana, cuando el número de muertos y heridos palestinos aumentaba por hora, me pregunté: ¿qué habría hecho si hubiera sido un joven de 15 años en la Franja de Gaza? Mi respuesta fue, sin dudarlo: me habría parado cerca del alambrado de la frontera y habría manifestado, arriesgando mi vida y mis extremidades a cada minuto. ¿Cómo estoy tan seguro? Simple: hice lo mismo cuando tenía 15 años. Fui miembro de la Organización Militar Nacional («Irgun»), un grupo clandestino armado llamado «terrorista». Palestina estaba en ese momento bajo la ocupación británica (llamada «mandato»). En mayo de 1939, los británicos promulgaron una ley que limita el derecho de los judíos a adquirir tierras. Recibí una orden para estar en un momento determinado cerca de la orilla del mar en Tel Aviv para participar en una manifestación. Tenía que esperar una señal de trompeta. Sonó la trompeta y comenzamos la marcha por la calle Allenby, que era la principal de la ciudad. Cerca de la sinagoga principal, alguien subió las escaleras y pronunció un discurso incendiario. Luego marchamos hasta el final de la calle donde se encontraban las oficinas de la administración británica. Allí cantamos el himno nacional, «Hatikvah», mientras algunos miembros adultos prendían fuego a las oficinas. De repente, varios camiones que transportaban soldados británicos se detuvieron y una salva de disparos resonó. Los británicos dispararon sobre nuestras cabezas y huimos. Recordando este evento 79 años después, se me pasó por la mente que los niños de Gaza son más grandes héroes que entonces. No huyeron. Se mantuvieron firmes durante horas, mientras que el número de muertos aumentó a 61 y el número de heridos por munición real a unos 1.500, además de 1.000 afectados por el gas. En ese día, la mayoría de las estaciones de televisión en Israel y en el extranjero dividiron su pantalla. A la derecha, los eventos en Gaza. A la izquierda, la inauguración de la Embajada de los Estados Unidos en Jerusalén. En el año 136 de la guerra sionista-palestina, esa pantalla dividida es la imagen de la realidad: la celebración en Jerusalén y el baño de sangre en Gaza. No en dos planetas diferentes, no en dos continentes diferentes, sino apenas a una hora de distancia. La celebración en Jerusalén comenzó como un evento tonto. Un grupo de hombres adecuados, inflados de auto-importancia, celebrando ¿qué, exactamente? El movimiento simbólico de una oficina de una ciudad a otra. Jerusalén es la manzana de la discordia. Todo el mundo sabe que no habrá paz, ni ahora, ni nunca, sin un compromiso allí. Para cada palestino, cada árabe, cada musulmán en todo el mundo, es impensable renunciar a Jerusalén. Es de allí, según la tradición musulmana, que el profeta Mahoma ascendió al cielo, después de atar su caballo a la roca que ahora es el centro de los lugares sagrados. Después de La Meca y Medina, Jerusalén es el tercer lugar más sagrado del Islam. Para los judíos, por supuesto, Jerusalén significa el lugar donde, hace unos 2000 años, se encontraba el templo construido por el rey Herodes, un cruel medio judío. Un remanente de una pared exterior aún se encuentra allí y es reverenciado como el «Muro Occidental». Solía llamarse el «Muro de las Lamentaciones», y es el lugar más sagrado de los judíos. Los estadistas han tratado de cuadrar el círculo y encontrar una solución. El comité de las Naciones Unidas de 1947, que decretó la partición de Palestina en un estado árabe y uno judío —una solución respaldada con entusiasmo por los líderes judíos— sugirió separar Jerusalén de ambos estados y constituirla como una unidad separada dentro de lo que se suponía que era de hecho un tipo de confederación La guerra de 1948 resultó en una ciudad dividida, la parte oriental fue ocupada por el lado árabe (el Reino de Jordania) y la parte occidental se convirtió en la capital de Israel. (Mi aporte más modesto fue luchar en la batalla por el camino que la une a Tel Aviv). A nadie le gustaba la división de la ciudad. Entonces mis amigos y yo ideamos una tercera solución, que ahora se ha convertido en un consenso mundial: mantener la ciudad unida en el nivel municipal y dividirla políticamente. Occidente como capital del Estado de Israel, Oriente como capital del Estado de Palestina. El líder de los palestinos locales, Faisal al-Husseini, vástago de una distinguida familia palestina local e hijo de un héroe nacional que fue muerto no lejos de mi posición en la misma batalla, aprobó esta fórmula públicamente. Yasser Arafat me dio su consentimiento tácito. Si el presidente Donald Trump hubiera declarado que Jerusalén Occidental era la capital de Israel y hubiera trasladado allí su embajada, casi nadie se hubiera emocionado. Al omitir la palabra «Oeste», Trump encendió un fuego. Quizás sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, y probablemente sin importarle nada. Para mí, el traslado de la embajada de EE. UU. no significa nada. Es un acto simbólico que no cambia la realidad. Si llega la paz, a nadie le importará un acto estúpido de un presidente estadounidense ya medio olvidado. ¡Inshallah! (Dios quiera) Así que estaban allí, este manojo de don nadies auto-suficientes, israelíes, estadounidenses y otros entre medio de ellos teniendo su pequeño festival, mientras que los ríos de sangre fluían en Gaza. Los seres humanos fueron asesinados de a docenas y heridos por miles. La ceremonia comenzó como una reunión cínica que rápidamente se volvió grotesca y terminó siendo siniestra. Nerón tocaba mientras Roma ardía. Cuando se intercambió el último abrazo y se realizó el último cumplido (especialmente a la agraciada Ivanka), Gaza siguió siendo lo que era: un enorme campo de concentración con hospitales severamente superpoblados, carentes de medicinas y alimentos, agua potable y electricidad. Se lanzó una ridícula campaña de propaganda mundial para contrarrestar la condena mundial. Por ejemplo: la historia que el terrorista Hamas había obligado

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