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«Los que critican al gobierno, o piden que se vaya, no son destituyentes o sediciosos»

Fuente: José Cornejo y Daniel Galvagno | APU Fecha: 20 de FEB 2018 El constitucionalista Eduardo Barcesat analizó las declaraciones del ex presidente de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, quien dijo «quería que este gobierno se fuera lo antes posible». Al respecto, reflexionó sobre el estado de las instituciones nacionales. AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué opina de las recientes declaraciones de Raúl Zaffaroni? Eduardo Barcesat: Hay que hacer un diagnóstico económico y otro político institucional. En lo económico se advierte que el plan ineluctablemente ha fracasado. No hay crecimiento ni “pobreza cero”. Estamos endeudados en una cifra ya superior al 50% del PBI. Recordemos que cuando se provocó la crisis en 2001 era el 46 %. Se achica el déficit fiscal pero contrayendo deuda en condiciones ruinosas con una entrega de nuestra soberanía legislativa y jurisdiccional y renunciando a toda forma de reclamo. ¿Y en el aspecto institucional? La parte institucional no le va en saga en cuanto a derrumbe del estado de derecho. Desde el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) (que quiso imponer dos jueces de la Corte Suprema) ya se demuestra que este gobierno iba a manejase de manera autocrática. Además de los DNU están los decretos simples. ¿Por qué? Es la picardía de las cacatúas togadas que asesoran al gobierno. Los decretos han abordado las cuatro materias que están taxativamente prohibidas por la Constitución: lo penal y procesal penal; lo tributario; el régimen de partidos políticos y el régimen electoral. Lo hacen por decreto simple para evitarse el control del Congreso. ¿Los decretos simples también exceden las temáticas vedadas? Peor, exceden y ni siquiera tienen intervención del Congreso. Pongo como ejemplo paradigmático el decreto en emergencia de la seguridad pública, de 2016, que modifica figuras y procedimientos penales, reinstala la pena de muerte a través de la Ley del Derribo. El bautismo de fuego fue el hundimiento de aquel pesquero chino, lo mandaron a pique con 38 personas a bordo. Cuatro fueron rescatados por el destructor que lo hundió y 34 por otro pesquero chino. Pudo haber sido un incidente internacional de lo peor. El 10 de enero, el gobierno firmó un DNU llamado megadecreto de 192 artículos. Deroga y modifica leyes vigentes. Al respecto, la Constitución señala en el artículo 99 inciso 3: «El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo». Uno hubiera deseado que algún fiscal hiciera la denuncia. ¿Usted hizo la denuncia? El Dr. Julián Domínguez, expresidente de la Cámara de Diputados y yo. El 1 de febrero la denuncia empezó a moverse, dado que el fiscal Ramiro González pidió medidas antes de ver si acusa. Además el ministro de Justicia Germán Garavano y su equipo incurrieron en prevaricato, es decir, han firmado el decreto a sabiendas que está en contra de la Constitución. Bueno este quiebre de la división de poderes significa que hemos abandonado el Estado de derecho. ¿No hay Estado de derecho en Argentina? No. La piedra fundamental del Estado de derecho, desde los padres de la Constitución de EE.UU. para acá es la división y el respeto del sistema de contrapesos entre los poderes. Esto está en la obra de Montesquieu. Lamentablemente la división de poderes ha sido afectada y también está afectado el Poder Judicial. Esto está confeso por el presidente (Mauricio Macri) cuando dice «necesitamos jueces que nos representen». Es decir, pide que sean hombres que trabajen para este gobierno. Ahora mire la ley 27, por el número se dará cuenta que fue sancionada casi inmediatamente posterior a la reforma de 1860 con la incorporación de la provincia de Buenos Aires a la Confederación Argentina. Esa ley establece taxativamente que el deber primero de los jueces es asegurar la observancia a la supremacía de la Constitución Nacional por sobre los actos de los otros poderes. Los tres primeros artículos de esa ley siguen vigentes. Entonces los que critican al gobierno, o piden que se vaya, no son destituyentes o sediciosos, lo que hacen es denunciar la conducta destituyente del propio gobierno. Porque quien ha generado la perdida de funcionalidad constitucional es el gobierno. Observe también el artículo 36 del deber de obediencia a la supremacía de la Constitución, uno de cuyos párrafos dice: “todos los habitantes de la Nación argentina tienen derecho a resistir los actos de violencia institucional de gobierno”. El argumento del gobierno es “dado que a nosotros nos votaron, ustedes no pueden criticarnos, de lo contrario son golpistas”. También votamos diputados y senadores y otras autoridades locales pero a todos ellos les exigimos con la misma vara es decir cumplir y hacer cumplir la Constitución. ¿Caracterizaría esto como una dictadura? Esto lo puse en los escritos que presentamos en sede judicial: si me gobiernan de una forma distinta a la que establece la Constitución, tengo que decir esto es un Estado de excepción. Recordemos además que las dictaduras más temibles llegaron con voto popular, el nazismo, a Mussolini. Otro de los argumentos mediáticos es que “los kirchneristas que violaban la Republica ahora exigen observancia”. Los tres gobiernos kirchneristas han sido respetuosos a la observancia de la división de poderes. Pecaron de déficit, de no introducir una reforma para controlar uno de los poderes que no es representativo ni republicano, el Poder Judicial. Mi crítica es que hay que pensar primero en la Constitución Nacional, no hacer parches. Por ejemplo, se introdujo un nuevo Código Civil y Comercial, cuya parte civil es bastante buena en lo que hace a la persona y cuestiones de familia. Pero en lo que hace a la parte económica, es deplorable, la postura de (Dalmacio) Vélez Sarsfield es de patriota frente al texto actual. No se pueden revisar los laudos arbitrales, ya sean nacionales o de organismos internacionales, entre los que está el CIADI, la Bolsa de Comercio de Londres o de Nueva York. Lo desvío: ¿qué opina de esos organismos? Yo fui asesor de la Procuración del Tesoro de 2011 a 2015. Fui a la mayoría de las

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La ambigüedad de la Unidad

Fuente: Ricardo Aronskind* | La Tecla Eñe Fecha: 19 de FEB 2018 La unidad opositora como imperativo se plantea en estrecha relación con el daño que el régimen macrista le hace al país, lo cual tiene mucho sentido. Entre los criterios para delimitar el campo opositor, que en 2019 debería tener la suficiente potencia electoral como para desplazar a Cambiemos, se escucha decir: “el límite es Macri”. Por lo tanto será necesario ponerse de acuerdo sobre una cuestión central: ¿qué es Macri? Creemos que “lo Macri” se puede definir de tres formas muy diferentes, lo que a su vez define perspectivas políticas muy distintas. Si el problema es con Macri como persona, o grupo familiar y de negocios, se puede solucionar sin demasiado esfuerzo. Hay muchas otras personas y grupos dispuestos a ejecutar el mismo proyecto económico-social que el actual presidente. E incluso de una forma más elegante e inteligente: Vidal, Urtubey, Rodríguez Larreta y tantos otros. El propio Massa, cuando fue a Davos para que “los inversionistas” lo conozcan como hombre “serio” (o sea, favorable a los intereses empresarios), parecía estarse proponiendo como la “alternativa peronista” a Macri, dentro del esquema neoliberal.  En esta definición de “lo Macri”, cualquier cosa sería válida para “ganarle” en 2019, pero serían esperables muy pocos cambios en relación al “cambio” actual. Si el problema, en cambio, es con la Alianza Cambiemos, en tanto construcción política, el tipo de desafío que se plantea es otro. Se trata de discutir qué se le critica al actual esquema político. Y tiene otro tipo de peligros. Puede pasar lo que ocurrió con la Alianza,  que después de una década de hacer anti-menemismo, llevó a la victoria a De la Rúa, que continuó prolijamente con los mismos lineamientos económicos menemistas (subordinación a las finanzas y a las multinacionales) y ¡hasta desembocó en Cavallo! Eso sí, sin Menem. La Alianza renunció a discutir el modelo socio-económico de base, y trasladó todo el peso argumentativo a “la corrupción menemista”. Había que cambiar un personal político “corrupto” por uno honesto para gestionar… el mismo modelo económico-social. Fue la mejor forma de garantizar la continuidad “renovada” del régimen antinacional y antipopular que se construyó en los ´90. El riesgo de adoptar este enfoque “de aparato” es que todo el énfasis se ponga en la captura de espacios en el sector público, cargos y control de fondos, sin una visión clara de qué país se quiere construir. Es la opción que hizo la UCR cuando se alió con el PRO para llevar a Macri al poder: no importa para qué, necesitamos ganar. El aparato político demanda puestos, más allá del para qué. Hay una tercera lectura: el macrismo visto como la forma circunstancial que adopta una alianza social entre diversos intereses económicos locales y externos, para ejercer el monopolio del poder en Argentina, y subordinar al resto de los sectores a la lógica de sus negocios particulares. El macrismo es la tercera versión de un proyecto que apareció en 1976, y reapareció en 1989. Si este es el significado de “Macri es el límite”, la propuesta de Unidad tendrá enfrente al poder real, su construcción será más dificultosa y más exigente, y unos cuantos interesados en prebendas fáciles y rápidas seguramente perderán el interés en participar en el convite. Entender la historia: El 2003 es irrepetible: la aparición de Néstor Kirchner en el gobierno de la Nación fue una carambola histórica. De pronto llegó a la cúspide del poder formal una pareja que no respondía al consenso conservador previo, y que estaba dispuesta a construir poder autónomo y dar la batalla por un proyecto mucho más avanzado de lo que toleraba el poder real. Luego de 12 años de dura confrontación para remover del poder a esos “indeseables”, todos los sectores conservadores del país están avisados: “eso” no puede volver a pasar. La derecha macrista se muestra hoy mucho más combativa contra el polo popular que lo que fue la Alianza. El gobierno, aliado con los medios hegemónicos y parte del poder judicial, aparece decidido a reducir a la verdadera oposición a la impotencia mediante la demonización mediática, la persecución judicial y la represión abierta. Pero también los dirigentes peronistas conservadores no quieren volver a pasar por confrontaciones en las que no creen, ni subordinarse a conducciones cuyas metas sobrepasan largamente su (chato) horizonte de ideas. Cuesta creer que esa dirigencia quiera participar en un frente que se oponga en serio al proyecto de sociedad macrista. Sin embargo, lo que aparece como novedoso en el actual escenario, es que el actual proyecto conservador neoliberal tiende a arrasar ese lugar del conservadorismo popular peronista, invitándolo a rendirse e incorporarse a las filas del pan-macrismo. La trituración política de Massa, el silencio completo de Randazzo, o la derrota de peronistas conservadores a manos de clones neoliberales en las provincias es una señal de lo que está ocurriendo.  Si este fuera un modelo de “crecimiento” los peronistas conservadores podrían soñar con un espacio propio. Pero como es un modelo de desposesión de los sectores populares, su posibilidad de supervivencia política se reduce cada día. Los componentes de la unidad: No cabe duda que hay que buscar una amplia confluencia popular, pero no se puede construir a condición de que desaparezcan de escena los espacios políticos con vocación transformadora. En ese sentido, la resistencia a Cristina Kirchner, el veto a su figura no debe ser pensado simplemente como falta de realismo político (¡37% de los votos en provincia de Buenos Aires sin recursos ni medios!), sino como liso y llano boicot a la construcción de un espacio realmente alternativo al macrismo. Hay, por supuesto, críticas válidas a Cristina por estilos, actitudes, decisiones que tomó. Pero no cabe duda que el problema que tienen muchos dirigentes peronistas nacionales, provinciales o gremiales con Cristina es que puesta en la circunstancia histórica de subordinarse frente al “campo”, a “Clarín”, a los “buitres” o a la embajada norteamericana, no se rindió. Estos son puntos de profunda discrepancia. Los que contestan que frente a todo

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El loop del debate por el dólar

Fuente: Claudio Scaletta | El Destape Web Fecha: 18 de FEB 2018 En dos meses el dólar pasó de menos de 18 pesos por unidad a más de 20. Como cada vez que la cotización sube un escalón, es decir, como cada vez que se produce una nueva devaluación significativa, regresa la discusión sobre costos, beneficios, causas y efectos. Un eterno loop de argumentos erróneos en el debate económico local. ¿Por qué determinadas discusiones siempre regresan? ¿La teoría económica no resolvió el debate? La respuesta es “sí”. Los macroeconomistas argentinos trataron prolíficamente la cuestión cambiaria y existen abundantes conclusiones en función de los objetivos de política. Un buen ejemplo es el capítulo 10 de “Doctrinas económicas, desarrollo e independencia”, el trabajo de Marcelo Diamand de 1971. O para no retroceder casi medio siglo, el reciente libro de la Universidad Nacional de Moreno, editado por Florencia Medici, “Discusiones sobre el tipo de cambio. El eterno retorno de lo mismo”, de 2017. La razón por la que el debate siempre regresa no se encuentra en sus dificultades teóricas, más bien sencillas, sino en aquello que, a la vez, es una de las definiciones centrales del problema: el precio del dólar (o “nivel del tipo de cambio”) es una “variable distributiva”, una variable que determina la distribución del ingreso al interior de la sociedad. El debate regresa eternamente, entonces, porque no es meramente técnico, sino un problema de economía política, una ciencia que se ocupa, entre otras cosas, de cómo se distribuye el excedente generado en el momento de la producción. Y dado que se discute cómo se distribuye el ingreso, el debate está cruzado todo el tiempo por intereses muy potentes. Como se sabe, la clase de los empresarios siempre demanda, bajo distintos formatos, tres cuestiones principales: menores impuestos, salarios bajos y dólar alto.Buena parte de la teoría económica convencional o vulgar apunta a justificar estas demandas, las que son traducidas por los medios de comunicación en sentido común. Es necesario, entonces, detenerse en los componentes de la construcción de este sentido. El dólar es una variable distributiva porque cuando aumenta su precio, los salarios en pesos bajan en dólares, a la vez que los exportadores reciben más pesos por sus ventas. El resultado neto es una transferencia desde los salarios a los exportadores. Esta relación no está socialmente oculta, no es desconocida ni negada, pero se afirma que ello sería bueno en tanto serviría para resolver “la solvencia externa de la economía”, es decir sería útil para aliviar o evitar el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos, hoy en niveles récord. El argumento parece de sentido común, se encarecen las importaciones a la vez que se vuelve más caro viajar al exterior y dolarizar carteras (fugar divisas), lo cual es por un tiempo cierto. Pero luego se agrega un cuarto elemento que no se verifica en la realidad: la mejora de la competitividad de la economía. Se supone que si se devalúa bajan los costos de producción internos en dólares, lo que permitiría aumentar las exportaciones. El argumento parece lógico, pero que no se verifica en la realidad. Las estadísticas muestran que las devaluaciones no mueven las cantidades exportadas. No hace falta repasar toda la serie histórica que lo verifica. En 2016 comenzó con una potente devaluación del 40 por ciento, pero las exportaciones no variaron, permanecieron estancadas. Sólo se registró una liquidación inicial de los saldos que estaban esperando la devaluación, pero nada más. Ello se debe a que, a diferencia de lo que sucede en países más desarrollados, las exportaciones locales no compiten por precios en el mercado internacional, sino que son tomadoras de los precios externos. En consecuencia, el cambio de costos de producción internos sólo significa “efecto riqueza” para el exportador, no aumento de cantidades vendidas. Luego, por tratarse mayoritariamente de commodities, el efecto riqueza tampoco tiene como contrapartida automática inversiones para aumentar la producción futura. Ergo, en materia de cuentas externas la devaluación sólo es una protección muy transitoria para las importaciones (incluidos los servicios turísticos como los viajes de residentes al exterior) y la salida de capitales. Pero el problema no se limita a la insuficiencia de esta foto, sino especialmente al proceso de ajuste que se pone en marcha tras la devaluación. Las estadísticas sí registran que las devaluaciones siempre provocan recesiones o como mínimo, si son pequeñas, frenan la evolución del PIB. Otra vez, 2016 es el ejemplo cercano. La explicación se encuentra en la pérdida del poder adquisitivo del salario por dos razones, al margen de su evidente e inmediata menor valuación en dólares. La primera es que los productos de la canasta salarial coinciden bastante con la canasta de exportaciones. La segunda es porque alrededor de la mitad de los insumos de la producción local se importan. Por lo tanto, producida la devaluación comienza un proceso inflacionario, primero de origen puramente cambiario, el ajuste de los precios locales a los internacionales, y luego por puja distributiva, los trabajadores comienzan a demandar subas salariales. El problema se agrava cuando, como en el presente, existen combustibles y tarifas dolarizadas que trasladan semiautomáticamente la devaluación a precios. El final de la película es que después de una suba del dólar (o devaluación del peso) los precios de toda la economía crecen más o menos rápidamente, generando inflación y licuando los pocos beneficios iniciales (barrera cambiaria a las importaciones y freno a la fuga) por lo que es un error conceptual afirmar que un tipo de cambio alto “recompone la sustentabilidad externa”. Puede ser un viejo sueño de la economía convencional, pero los problemas estructurales de la economía no pueden, lamentablemente, resolverse por la vía cambiaria. Explicitada la secuencia inflacionaria que se abre a partir de la devaluación, es evidente que su “éxito” relativo se mide por el tiempo que los precios demoran en acomodarse a la nueva paridad (el llamado pass through), en la capacidad de los asalariados de recobrar la pérdida de poder adquisitivo y en la concomitante capacidad de la economía de retomar el crecimiento. La de 2001-2002, por ejemplo, fue una “devaluación exitosa” porque luego

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«La unidad opositora en las calles va a seguir, hay que ver si la dirigencia política puede representarla»

Fuente: Enrique de la Calle | Ag. Paco Urondo Fecha: 07 de FEB 2018 El antropólogo Alejandro Grimson dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre la situación de la oposición al macrismo. «La unidad es posible si quienes participen aceptan que la discusión programática está antes que el debate por la conducción política». APU: ¿Cómo ve el debate en torno a la unidad de la oposición al macrismo? Alejandro Grimson: Desde que asumió Mauricio Macri veo un gran proceso de movilización social por diferentes temas: violencia contra las mujeres, trabajo, reforma previsional, derechos humanos, contra los tarifazos, etc. Han habido movilizaciones muy importantes protagonizadas por sectores muy diversos de la sociedad. Ninguna de esas movilizaciones fue de un solo sector político. Tampoco en el caso de las últimas, contra la reforma previsional. Confluyeron allí muchos actores que van más allá del peronismo, sea de la izquierda clásica o popular, y también «independientes», que no se definen políticamente. APU: En principio, ¿todos se definen opositores al macrismo? AG: Lo defino como oposición al neoliberalismo, sea la variante macrista o cualquier otra. Son movilizaciones contrarias a cualquier intento de restauración en ese sentido y buscan garantizar derechos. Ahí hubo unidad. Uno de los cantos más impresionantes en las últimas marchas fue «unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode». Ese fue un cantito que estuvo muy presente y tiene que ver con un deseo extendido: la idea de que la unidad que está en las calles tenga una representación política. Pasa que por ahora ningún sector político puede representar esa diversidad. Ahí aparece el primer problema: ¿es posible representar políticamente a la unidad que hay en las calles? Creo que es posible pero todo el mundo que participe de esa unidad debe aceptar que la discusión programática está antes que el debate por la conducción política. Primero debe haber unidad programática, que exprese la diversidad de reclamos que hay en las calles. APU: ¿Cree que el macrismo también leyó ese nivel de movilización existente en la sociedad, y por eso se inclinó por el «gradualismo» antes que por ajuste más ortodoxo? AG: Sí, porque el macrismo antepone la política a la economía. Por eso está tan preocupado ahora por las encuestas que circulan. Tienen en claro sus objetivos económicos pero también quiere ganar elecciones. Eso se le complicó en diciembre pasado. Hasta el momento funcionó así Cambiemos. APU: Hay que ver hasta cuándo puede anteponer la política a la economía… AG: Claro, porque eso depende de factores internos y externos, vinculados a las tasas y a la situación financiera internacional. De cualquier modo, se trata de procesos que están abiertos, hay que ver qué pasa con las paritarias de este año, donde la respuesta de la opinión pública también va a ser dispar a ese proceso. Por eso digo que la situación está abierta. El Gobierno salió golpeado del debate previsional y ahora sumó otros temas como lo de Triaca, el ARA San Juan, Etchevehere. APU: Vuelvo a la pregunta por la unidad: ¿Usted piensa en una unidad que trascienda al peronismo? AG: Hay que construir un gran frente contra el neoliberalismo. En ese marco, puede haber sectores minoritarios del peronismo que queden afuera o subordinados a ese programa. Es muy difícil que sectores tradicionales de la izquierda se integren por su propia concepción política. Eso lo sabemos. Eso es así. Pero es importante invitar a todos los sectores. APU: Analizó recién las movilizaciones de resistencia contra el neoliberalismo. ¿Por qué cree que ese programa neoliberal mantiene importantes niveles de adhesión?  AG: Hay varios elementos para explicar por qué el kirchnerismo perdió las elecciones de 2015. Por un lado, está la explicación más clásica, que tiene que ver con los factores de poder. La restricción externa, el poder de los medios, la Justicia, etc. Más allá de esos análisis hay otros elementos. En 2013, escribí en Página 12 que de seguir así en términos políticos se podía perder. Porque entendí que no se puede gobernar sin construir hegemonía, sin articular alianzas, sin ampararse en una base social más heterogénea. A todos los poderes reales que ya conocemos hay que sumarle esos errores políticos. Si eso no se entiende caemos en el problema de volver a repetirlos. No se pueden discutir las diferencias políticas en términos morales. El otro que piensa diferente no es un traidor. Eso tiene que ver con el bajo nivel de muchos cuadros políticos. APU: ¿Ese quiebre político es responsabilidad de los cuadros políticos o por detrás hay una fractura social que explica esas diferencias? AG: Si nos quedamos solo con el análisis de los liderazgos políticos no entendimos nada. Lo digo mirando para adelante: la unidad se construye no tanto sumando dirigentes diversos como construyendo una alternativa de gobierno. Para eso hay que recorrer un largo camino. Mirado hacia atrás surge ese balance: si no era Sergio Massa hubiese sido otro, como lo fue Francisco de Narváez. Los procesos siempre son más profundos, no tienen que ver con un nombre. El kirchnerismo terminó perdiendo en muchas ciudades de todo el país. Y tampoco tiene que ver solo con el kirchnerismo: eso pasó en toda la región. Como sea, me parece que 2011 fue un año clave, porque el error de caracterización del 54% fue devastador para la gestión política del Frente para la Victoria. Fue un error interpretar ese 54% como voto kirchnerista. Por definición, si uno saca ese porcentaje siempre se trata de un voto diverso. Ahí abajo hay muchas cosas. Pasa lo mismo con el 51% que sacó el macrismo. Ningún proyecto político construye una mayoría homogénea. APU: Como cierre: ¿usted coincide con aquellos que sostienen que la unidad se va a dar antes en las calles que en la superestructura política? AG: La unidad en las calles va a seguir. Hay que ver si la dirigencia política logra representar esa unidad que se da en las calles y que es diversa, o será que esa unidad busca sus propios representantes políticos. Lo mejor que

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Elisa Carrió a Germán Garavano: “Le solicité enfáticamente que no impidiera el trabajo de la Dra. Stilman”

Fuente: Vis a Vis Fecha: 07 de FEB 2018 La diputada nacional por Cambiemos, Dra. Elisa Carrio publicó en su cuenta de Twitter una carta enviada, el 28 de abril del 2017, a la titular de la Oficina Anticorrupción Lic. Laura Alonso, en la que se refiere a los manejos del Ministerio de Justicia, más precisamente del ministro Dr. Germán Garavano, con respecto a la querella del Estado en el juicio oral y público por irregularidades del atentado a la AMIA que, en este momento, se encuentra en la etapa de los alegatos. En dicha misiva, que tiene un relato cronológico, la diputada revela el ingreso de la Dra. Mariana Stilman como querellante por parte del Estado debido a que los letrados que estaban siguiendo el juicio durante el gobierno de Cristina Kirchner habían presentando sus renuncias. En la extensa carta relata que a partir de su nombramiento y por una situación que sucedió durante el juicio, le “llamaron la atención” y le sugirieron que le iban a dar el “pase” a otro lugar dentro del mismo ministerio. A partir de ahí se le colocó un “veedor” que se sentaba detrás de la Dra. Stilman para presenciar el juicio. Cabe señalar que en ningún momento de la carta hace mención al nombre de este letrado que comenzó a presenciar el juicio, aunque pareciera que se refiere a José Console, el abogado que leyó el alegato el 1 de febrero:  “A partir de esa decisión y de ese empoderamiento otorgado por el Sr. Ministro al otro letrado, éste le impidió contestar un traslado respecto de una impugnación que hicieran las defensas para que no declarara un testigo ofrecido por la propia querella del Estado, la Fiscalía y el resto de las querellas; testigo de suma importancia para el Juicio, en tanto fue quien con sus denuncias dio origen al trámite de la causa. Luego de lo cual, el mismo letrado también le requirió de muy mala manera que no mantuviera ningún contacto o conversación con el letrado de otras de las querellas, refiriéndole la necesidad de hacer un cambio en la actitud de la querella”.  El martes por la tarde, a través de un comunicado de la Coalición Cívica ARI, se refirió a la carta que difundió hoy en su cuenta de Twitter la diputada nacional y, además, aseveró: “No formamos parte ni del amiguismo, ni del nepotismo ni del encubrimiento judicial alguno”. 

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La acusación que preocupa a la dirigencia judía

Fuente: Horacio Lutzky | pucheronews.com Fecha: 06 de FEB 2018 Frente a la gravedad de los sucesos recientes en el juicio por encubrimiento en la causa AMIA, nos urge publicar una trilogía sobre qué se encubre, qué se juzga y porqué la acusación molesta a la dirigencia judía. Lo reciente El jueves 1 de febrero de 2018, el Ministro de Justicia Garavano tras mucho presionar al titular de la Unidad AMIA, el radical Mario Cimadevilla, y pese a la opinión de éste último en contrario, ordenó desplazar al abogado que ese mismo día iba a leer el alegato acusatorio del Ministerio en el juicio por el encubrimiento del atentado, y reemplazarlo por José Console, un abogado «del Tribunal de Disciplina de Boca Juniors»,  entidad que preside el operador judicial de Macri, Daniel Angelici.  El gobierno cómplice del encubrimiento Lo esencial no era la voz de quien leería el alegato, sino el contenido de esa pieza que había sido elaborada por la Unidad AMIA del Ministerio, en la misma línea de la acusación formulada por los fiscales de la UFI AMIA en diciembre del año pasado . La nueva orden del gobierno -que trascendió con intercambio de misivas incluido- era eliminar la acusación contra los colaboradores del ex juez Galeano: sus entonces fiscales Mullen y Barbaccia, imputados de colaborar en la maniobra consumada con en el pago de U$400.000 al preso Telleldín para comprarle una declaración con la cual se desvió la causa. Ya en marzo 2017, los abogados Stilman, Strajman y Ferrari renunciaron a seguir representando la querella del Ministerio, denunciando las presiones de Garavano para “sacar el pie del acelerador” con las acusaciones. El abogado José Console, siguiendo instrucciones de Garavano, el 1º de febrero de 2018 cambió sobre la marcha el contenido de la acusación que había preparado la Unidad AMIA, y, en lugar de acusar, pasó a defender a los ex fiscales colaboradores del procesado Galeano,  Mullen y Barbaccia, desautorizando el trabajo de la Unidad, y contradiciendo el pedido de penas de 8 años de prisión planteado por el Ministerio Público Fiscal en diciembre. Tampoco acusará al Comisario “Fino” Palacios. Los ex fiscales Mullen y Barbaccia, así como el “Fino” Palacios, mantienen desde hace años fuertes lazos con el macrismo, y los tres con la dirigencia judía desde la época del atentado. Palacios, además, fue el elegido por Macri para dirigir la recién formada Policía Metropolitana. En el desprolijo recorte de último momento, no obstante sacar del escenario encubridor a Palacios, Mullen y Barbaccia, en el alegato del Ministerio quedó en pie la acusación por el encubrimiento de la “pista siria”, siempre negada por la DAIA-AMIA y la historia oficial,  y la acusación contra el propio Beraja, ex presidente de la DAIA. Déjà vu: AMIA y DAIA apoyan a los encubridores Es entonces la hora de acudir a los viejos operadores de DAIA-AMIA para embestir contra la Unidad especial de investigación, tarea que en este caso asume uno de los mismos protagonistas que se encargaron de similares tareas hace años, el actual titular de AMIA Agustín Zbar. En twitter,  Zbar define la investigación del encubrimiento como “delirios interpretativos” y “teorías inverosímiles”, y ese tuit fue avalado por Garavano, que lo reenvió. Zbar finalizó el comunicado en el que niega la existencia de encubrimiento alguno y defiende enfáticamente a los ex fiscales y a Beraja, interpelando a la DAIA para que fije  posición. El comunicado de DAIA apoyando a Beraja llegó apenas horas después: La asombrosa liviandad de Agustín Zbar Desde hace muchos años Zbar despliega denodados esfuerzos en neutralizar la investigación del encubrimiento que quita el sueño a la dirigencia judía de la década menemista. El infatigable padre de una de las víctimas del atentado a la Embajada, Carlos Susevich, a sus 82 años de edad fue infructuosamente hostigado por Zbar para que bajara el tono de sus reclamos. El fiscal Alberto Nisman en su momento decidió querellar penalmente a Zbar porque afirmó haber sido por él coaccionado el 22 de mayo de 2009 para que no continuara investigando esa turbia historia. Según refirió Nisman, Zbar lo habría amenazado telefónicamente, diciéndole que si no paraba de investigar a Beraja, al destituido juez Galeano y a los ex fiscales “te tiro la comunidad encima”. Ante la querella promovida, se presentaron como defensores de Zbar los abogados Jorge Kirszenbaum (ex presidente de DAIA, asesor de Beraja, defensor penal además de Fernando de la Rúa) y Juan José Ávila. Este último actuó en el juicio oral por el atentado,  defendiendo en nombre de la AMIA lo realizado por el ex juez Galeano y sus adláteres,  codo a codo con la abogada Nercellas. Las pruebas de Nisman resultaron insuficientes y la querella no prosperó, pero el conflicto quedó en evidencia. Zbar intentó en el 2009 convertirse en presidente de DAIA, pero a último momento retiró su candidatura al no reunir los apoyos suficientes, aunque acusando al fiscal Nisman de ser el causante de su defección. «No es la primera vez -ni será la última- que la mala fe y la mezquindad, llevan a una persona a colocar todas las culpas en otro», replicó Nisman respecto de Zbar en un comunicado. Como parte de la polémica, en diálogo con La Nación Zbar además acusó a Nisman de «haber consagrado la impunidad de la conexión local del atentado» terrorista de julio de 1994. Y en una gacetilla, sostuvo que a horas de la votación para la DAIA «el señor Alberto Nisman insistió en afirmar falsedades en mi contra solicitando mi procesamiento y mi prisión en una causa que él mismo inició por un delito que sólo existe en sus maquinaciones». «Utilizando su investidura de funcionario público, el señor Nisman se dedicó en la última semana a difamarme públicamente, con una asombrosa liviandad y sin el aval de ningún elemento probatorio«,  agregó. Probablemente los dos tuvieran razón. «Delito que solo existe en sus maquinaciones»,  «asombrosa liviandad», y «sin el aval de ningún elemento probatorio»,  decía Zbar cuando la acusación era contra él por coaccionar para frenar la investigación sobre Beraja, Galeano y los fiscales Mullen y Barbaccia. En cambio, años después, luce la firma de Zbar al pie de la indignada solicitada en apoyo de la

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Por opinar contra un macrista

Fuente: Pagina 12 Fecha: 06 de FEB 2018 En una llamativa decisión, el juez federal Sergio Torres citó ayer a indagatoria al diputado de Unidad Ciudadana Leopoldo Moreau, en el marco de una denuncia presentada por el diputado macrista Waldo Wolff, quien lo acusó de incumplimiento de los deberes de funcionario público y de violar la ley antidiscriminatoria porque lo relacionó con la Mossad, los servicios secretos israelíes. “Es todo una gran mentira. La discusión no es en torno a la religión, es sobre el rol que está jugando la derecha israelí en el proceso inventado en torno a la causa Nisman”, le dijo Moreau a Página 12. El diputado se enteró por los medios de la citación, a la que ya debieron cambiarle la fecha, porque se había convocado para el 1º de marzo, día en que los legisladores deben asistir a la apertura de sesiones del Congreso. “El 8/11/17 L. Moreau me extranjerizó diciendo que soy agente israelí por mi condición de judío como se hizo en los peores momentos de la historia. Dije que no lo iba a permitir. Hoy fue llamado a indagatoria por la ley antidiscriminatoria”, celebró ayer Wolff, que además fue vicepresidente de la DAIA, por Twitter. La denuncia se produjo luego de la participación de Moreau en un programa de televisión. En su momento, Moreau respondió a la presentación de Wolff con una carta documento. “Honre a los judíos y deje de invocarlos para justificar su personal alineamiento con la derecha argentina, encarnada hoy por el PRO, con la derecha norteamericana y con la ultra derecha israelí. No hace falta inferir ese agravio a su propia colectividad para darle un sentido épico, que no tiene, a sus intereses y filosofía política”, escribió el diputado de UC. Moreau afirmó que el legislador de Cambiemos “pisotea” la Constitución “con reiteradas mentiras, inventos de supuestas conspiraciones y en el impulso de causas judiciales que parecieran servir a intereses geopolíticos ajenos a nuestra realidad nacional y continental”, y resaltó que “tan grave y canallesco como el negacionismo con respecto al Holocausto es utilizar esa tragedia que vivió la humanidad en defensa propia para justificar determinados intereses políticos y jurídicos”. Moreau se remitió en su descargo a un informe del Llamamiento Argentino Judío, en abril de 2017, en el que se afirma que Wolff participó en conferencias de ciberseguridad y armamentos en la ciudad de Tel Aviv y describe los vínculos del diputado con el ministro de Defensa de Israel, Avigdor Lieberman. “Sobre su relación con el Mossad, Ud. sabrá mejor que nadie qué características tiene”, afirmó. Por otro lado, el titular del Llamamiento Argentino Judío, Jorge Elbaum,  consideró que en su denuncia Wolff “asocia la agencia de inteligencia israelí a la identidad judía, confundiendo a la opinión pública acerca del significado real de la judeofobia: se puede pertenecer al Mossad sin ser judío. El antisemitismo –que Wolff intenta constituir como su escudo político– no puede ni debe ser utilizado como subterfugio para defenderse, ni para agraviar”. Añadió que “dicha utilización, de paso, le ha permitido licuar su íntima relación con los servicios de inteligencia israelíes con los que trabajó siendo vicepresidente de la DAIA. De hecho, el cargo asumido por Wolff el 19 de noviembre de 2012 en la entidad de Pasteur 633 supone la responsabilidad prioritaria de coordinar oficialmente con la seguridad de la embajada de Israel en la Argentina. Esos vínculos son los que le permitieron llegar hasta las más altas esferas del PRO, para garantizarse un sitial en comisión bicameral de fiscalización de órganos y actividades de seguridad interior”. El ex fiscal Manuel Garrido, que durante su labor en la Justicia presentó numerosas denuncias contra el gobierno kirchnerista, afirmó sobre la causa contra Moreau: “Otro mamarracho judicial. Un delito inventado y la persecución por opiniones políticas de un diputado nacional que ya han sido respondidas en la Cámara y en los medios”. Nota relacionadas Interna en el Gobierno: Elisa Carrió cargó contra el ministro de Justicia por la causa del encubrimiento de la AMIA Caso AMIA: Germán Garavano abrió un frente con la UCR y otro con Elisa Carrió  

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El ocultamiento del cambio

Fuente J. Strada, E. Sacco y H. Letcher | Suplemento Cash Fecha: 4 de FEB 2018 Desde la asunción de Cambiemos, el Gobierno puso especial ahínco en la política oficial respecto al índice de precios. Esta política se sustentó en dos ejes centrales. Por un lado, la deliberada discontinuidad en la serie de inflación, impidiendo comparar la información. En los últimos 10 años hubo 5 cambios de metodología en el índice de precios al consumidor, de los cuales 3 se realizaron en los primeros dos años de la administración de Jorge Todesca. Además, en 2019, según la información que brinda el Indec, está previsto un nuevo cambio. La implementación repetida de cambios metodológicos en poco tiempo genera discontinuidad en la serie, poniendo a disposición información incomparable entre sí. Por otro lado, ya que un índice de precios mide la evolución del costo de una canasta representativa de consumo, la subestimación del peso de los servicios sobre tal canasta desnaturaliza la función del indicador. Las canastas de consumo (qué cosas consumen los argentinos y en qué proporciones) se determinan a partir de Encuestas de Gastos que se realizan aproximadamente cada 10 años. Es importante realizar estas actualizaciones para introducir las novedades que vayan surgiendo en los hábitos de consumo. El problema actual reside en el cambio profundo de política de Cambiemos en materia de servicios, y los efectos que la quita de retenciones y el desmantelamiento de la Secretaria de Comercio tuvieron en relación al precio de los alimentos. El efecto que los cambios bruscos de precios relativos pueden tener sobre la estructura de consumo de los hogares dificulta la representatividad de cualquier encuesta, ya que en solo dos años el peso de los servicios y alimentos sobre el total de gastos aumentó sensiblemente. Si bien existe una tensión entre la estabilidad y la representatividad de un índice de precios, la administración de Jorge Todesca aplicó numerosos cambios que afectan la estabilidad y a pesar de esto el resultado obtenido es muy poco satisfactorio respecto de la representatividad. El cambio permanente En 2007 se comienza a publicar el índice de precios basado en la encuesta de gastos 2004-2005. Apenas unos meses más tarde surgen críticas sobre la veracidad de los datos de inflación y se construyen índices que buscan reemplazar la información oficial a partir de los relevamientos de precios de institutos provinciales. En 2014, en la gestión de Axel Kicillof y en acuerdo con el FMI, se comienza a publicar un nuevo IPC (IPC-Nacional Urbano o IPC-Nu) basado en la encuesta de gastos de 2012-2013 (la última vigente hasta hoy). Al principio, sectores de la oposición y medios afines reivindicaron el índice, ya que los guarismos arrojaban resultados en sintonía con lo esperado por la “opinión pública” y las mediciones no oficiales. Pero sólo unos meses más tarde, nuevamente dichos sectores retomaron sus críticas al IPC-Nu. Desde diciembre de 2015, la nueva administración del Indec decretó la “emergencia estadística” y dejó de publicar el IPC-Nu. Los índices oficiales pasaron a ser el IPC-CABA y el IPC-San Luis. A pesar de lo escasamente representativo del mismo, el Gobierno utilizó este indicador durante algunos meses. En efecto: ¿resulta ilustrativa de la variación de precios del conjunto del país utilizar exclusivamente la canasta de consumo y la variación de precios de la provincia de San Luis, o alternativamente de la Ciudad de Buenos Aires? Ya en abril de 2016 se publica un nuevo índice de precios. A pesar de que la crítica a los IPC anteriores se centraba en los relevamientos de precios, y no sobre las estructuras de las canastas de consumo, se descarta utilizar la encuesta de gastos de 2012-2013. La justificación resulta muy pobre: habría una gran cantidad de datos perdidos y falta de documentación adecuada. La decisión fue insólita: volver a utilizar la encuesta de gastos de 2005. Como consecuencia, el índice de precios calculado utilizó una estructura de consumo que tiene más de 10 años y no se ajusta a la realidad actual. Paralelamente se implementó un importante ajuste de tarifas, pero como en la estructura de consumos del año 2005 el gasto de gas y electricidad tenía un peso despreciable, el impacto sobre el IPC resultó realmente escaso (sólo 8 por ciento del gasto está destinado a vivienda y tarifas según la vieja ponderación). El consumo deprimido, derivado de la crisis económica, y con hogares que no contaban para aquel entonces con una significativa cantidad de electrodomésticos (fenómeno que fue cambiando a lo largo de los últimos diez años) daba cuenta de una estructura de consumo que no es representativa al día de hoy. Tampoco lo es aquella reflejada en la encuesta de gastos de 2012-2013, caracterizada por un fuerte subsidio al consumo energético, enormemente reducido desde 2015. En definitiva, mediante la Emergencia Estadística y el artilugio de recuperar una estructura de gastos anacrónica, el INDEC obvió medir los saltos de precios más grandes experimentados en los dos primeros años de Cambiemos: la devaluación y quita de retenciones de principios de 2016, que generaron una importante suba de precios de alimentos y, por otro lado, los tarifazos de gas, luz y agua (a los que hoy se suma el transporte). Por último, aunque se preveía cambiar el cálculo del IPC en 2019, en junio de 2017 se estableció un nuevo índice oficial de cobertura nacional y para éste se continuó usando la vieja encuesta de 2005. Esta nueva medición amplió la cobertura geográfica, siendo que anteriormente se limitaba al área de CABA y AMBA (GBA). Por otro lado, el Indec continuó publicando el IPC correspondiente a GBA, pero en lo que respecta a la continuidad de esta serie, aparecieron canastas que en la misma área geográfica tampoco son equivalentes, lo cual afectó nuevamente la comparabilidad. Ponderadores no representativos Como se mencionó, el cambio tan profundo y acelerado respecto de la política de subsidios y en relación a los acuerdos de precios de alimentos, sumado a la quita de retenciones y la devaluación, invalidan cualquier encuesta de gastos previa

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Un frío bárbaro

Fuente: Jorge Elbaum | elcohetealaluna.com Fecha: 28 de ENE 2018 El demorado arribo de las inversiones pronosticadas por el gobierno de Cambiemos, la reticencia de Estados Unidos y Europa occidental a ampliar la adquisición de productos argentinos y el consecuente fracaso de la catalogada “apertura inteligente al mundo”, han llevado a Macri a visitar a su par ruso, Vladimir Putin. El periplo iniciado en Moscú se desarrolló mientras en el ARA San Juan continúa siendo buscado por naves de cuatro países, entre las cuales se encuentran navíos del Reino Unido de Gran Bretaña. Según el agregado adjunto de defensa de la Embajada de la Federación Rusa en Argentina, el coronel Vyasheslav Safranov, la coordinación unificada de la exploración incluye la participación cotidiana, cooperante y unificada de cuatro comandancias navales: la argentina, la rusa, la estadounidense y la británica. Las reales o fantasiosas sospechas acerca de que el submarino argentino pudiese haber sido hundido por error o disposición voluntaria por parte de integrantes de la flota de la OTAN, ubicado en la zona de influencia de Malvinas, no parece guardar coherencia con la participación activa, en la búsqueda, de uno de los potenciales sospechados. Y menos aún con la participación en la coordinación unificada de la búsqueda. El viaje de Macri a Moscú permitió además relevar algunos detalles del intercambio sucedido el 21 de enero de 2018, cuando el premier ruso propuso, por primera vez, la colaboración en las tareas de rastrillaje marino. En aquella ocasión, se entabló un dialogo de veinte minutos en el que Putin ofreció la tecnología rusa de búsqueda. El presidente argentino tardó casi diez horas en aceptar. Las diversas conjeturas sobre la lentitud en consentir la asistencia rusa se relacionan con las consultas realizadas con la Armada argentina y sus colegas de EEUU y el Reino Unido, curiosos copartícipes iniciales de la exploración. La demora fue interpretada, literalmente, como una forma de subordinación del gobierno de Macri a las sugerencias digitadas en última instancia por la OTAN. La ulterior aceptación de la colaboración rusa requirió de un maquillaje de la insondable Doctrina Carrió, cuyos capítulos fueron transmitidos por cables diplomáticos desde Buenos Aires a Moscú, mediante los diplomáticos rusos acreditados. En 2015 la diputada chaqueña, integrante de la Primera y de la Segunda Alianza, aseveró que “este gobierno es igual al del pacto Roca-Ruciman, que era un gobierno que necesitaba dinero y se entrega a Gran Bretaña. El de Cristina Kirchner lo hace con Putin, que dice que la Argentina es su socio estratégico. Ahí vemos de qué manera se posiciona geopolíticamente”. Fue la misma legisladora quien catalogó años atrás a Vladimir Putin como “un desalmado que fue jefe de la Gestapo”, sin que ninguno de sus sesudos asesores le advirtiera que el primer mandatario ruso fue víctima directa de la maquinaria nazi, al perder un hermano de apenas dos años de vida en 1942, durante el sitio de Leningrado. Viktor Vladimirovitch Putin nació en 1940 y falleció producto del hambre y el frío en 1942, ante el asedio de las tropas de la Wehrmacht. La denominada por los rusos Gran Guerra Patria supuso la muerte de treinta millones de soviéticos, de los cuales sólo catorce fueron militares o milicianos activos. El resto fueron civiles. Entre ellos dos millones de niños menores de diez años. La mitad de todos los asesinados y muertos durante la Segunda Guerra fueron soviéticos. En ese marco trágico, Macri y Awada visitaron la tumba del soldado desconocido, sin guardar la ubicuidad que exigía la visita. Ambos sonrieron despreocupados frente a lo que en Rusia es uno de los centros más sagrados y conmovedores de la memoria social y la risa desubicada se constituyó en el disparador para postear feroces críticas. En Vkontakte (cuya traducción es En Contacto, algo similar al Facebook con cien millones de cuentas), las sátiras y las maldiciones tuvieron el mismo nivel de viralización y desprecio. La Doctrina Carrió, además, postula(ba) el vínculo político y comercial prioritario con los Estados Unidos e Israel, al tiempo que cuestionaba (y proponía congelar) todos los mecanismos de integración regional con el resto de América Latina, como la CELAC, la UNASUR y el MERCOSUR. Gran parte de esa agenda imprecisa continúa con su impulso confuso: el encuentro de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños sin la presencia de Canadá y EEUU) con China, que se llevó a cabo en Santiago de Chile durante la gira macrista, fue obviado por la cancillería argentina. El modelo de la integración inteligente al mundo —título rimbombante con el que se pretende describir las relaciones exteriores del actual periodo macrista—suma la discontinuidad de los acuerdos estratégicos con China y Rusia, por ser considerados ajenos a los modelos occidentales y republicanos. La descomposición parcial del paradigma diplomático eurocéntrico-norteamericano, basado únicamente en los prejuicios raciales e ideológicos, empezó a recibir los crudos embates de la realidad: la guerra al biodiesel argentino por parte de la comunidad económica europea y las pequeñas cuotas de cítricos para el mercado estadounidense son algunos de los límites que se impusieron. La presentación de credenciales del nuevo embajador argentino ante Washington, Fernando Oris de Roa, el último 24 de enero, confirmó el lugar que Argentina tiene para Donald Trump: “Lemons, lemons, lemons” fue la humorada con la que Trump recibió al nuevo enviado diplomático. El macrismo parece empezar a asumir —tardía, desordenadamente y a regañadientes— que la multipolaridad internacional promovida por el kirchnerismo no era tan extraviada y que la inserción inteligente en el mundo promovida por Cambiemos no era tan perspicaz ni lúcida. Con contradictorios manotazos de ahogado se empieza a filtrar la realidad de un mundo multipolar donde China y Rusia tienen un rol relevante, no asociado a coordenadas ideológicas sino geopolíticas. Pero —como era de esperar— la ineptitud y la impericia no parecen evaporarse del todo: según el primer mandatario, la conversación mantenida con Putin incluyó, por decisión de Macri, la temática de Venezuela, nación que mantiene convenios con Moscú por 20.000 millones de dólares en áreas estratégicas, sobre

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