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El cambio de paradigma sobre Palestina

Fuente:  Shlomó Ben Amí (*) | The Times of Israel Fecha: 18 de febrero de 2020 A nadie debería sorprenderle que la propuesta de paz para Oriente Medio del presidente norteamericano, Donald Trump, esté marcadamente inclinada a favor de los israelíes. Lo que sí sorprende es que, en lugar de rechazar la propuesta de Trump, el mundo haya dejado a los palestinos esencialmente librados a su suerte. Al mismo tiempo que desoye los anhelos nacionales de los palestinos con la promesa paternalista de “mejorar sus vidas”, el plan de paz de Trump abraza el relato nacional israelí de que sólo Israel tiene reclamos históricos válidos sobre Judea y Samaria, la tierra bíblica de los judíos. De manera que, si bien les daría a los palestinos su propio estado, sería un territorio fragmentado que cubriría Gaza y el 70% de una Cisjordania salpicada de asentamientos israelíes y rodeada en todos los flancos por territorio anexado israelí. Su capital estaría ubicada en un suburbio de Jerusalén Este, que seguiría siendo la capital indivisa de Israel. El plan ignora las demandas palestinas del derecho a regresar a hogares abandonados cuando se estableció Israel en 1948 –un derecho que fue reconocido en su momento por la Resolución 194 de la Asamblea General de las Naciones Unidas-. Es más, en línea con las ambiciones etnocráticas de extrema derecha de Israel, la frontera se trazaría de manera tal que despojaría a 300.000 árabes israelíes de su ciudadanía, convirtiéndolos en ciudadanos del estado palestino. Los territorios palestinos estarían conectados por una maraña de túneles y puentes y, al igual que los bantustanes de Sudáfrica en tiempos del apartheid, serían objeto de un control militar israelí abrumador. Cualquiera que ingresara a la nueva Palestina –por aire, mar o tierra- tendría que pasar por Israel. Mientras tanto, a los palestinos no se les permitiría crear sus propias fuerzas armadas o involucrarse en cualquier actividad “que afecte adversamente la seguridad del Estado de Israel” –tal como determinó el gobierno de Israel-. De la misma manera, los palestinos tendrían que ganarse el derecho a este falso estado desarmando a Hamas y probando –no sólo ante los organismos internacionales, sino ante Israel y Estados Unidos- que han creado un sistema democrático gobernado por el régimen de derecho. Al presentar un plan tan profundamente injusto, Trump ha destruido toda credibilidad que Estados Unidos aún podría haber tenido como mediador honesto. Es más, ha minado la idea –crucial para un progreso hacia un acuerdo justo- de que los principios del proceso de paz palestino-israelí acordados internacionalmente, desde la necesidad de adherir a las fronteras previas a 1967 hasta la ilegalidad de los asentamientos israelíes, son irrefutables. Considerando lo dispuesto que parece estar el resto del mundo a abandonar a los palestinos, estas pérdidas no serán fáciles de revertir, inclusive si Trump pierde la elección presidencial de noviembre y su sucesor abandona el plan, como parecen estar dispuestos a hacer Bernie Sanders y Elizabeth Warren. El hecho de que nadie esté tomando en serio el plan sesgado de Trump es un testimonio, primero y principal, de la transformación radical que Oriente Medio ha experimentado en los últimos años. La solidaridad con los palestinos solía ser el adhesivo que mantenía unido a un mundo árabe de otra manera fragmentado; ahora, su difícil situación es una molestia, una carga y, sobre todo, un obstáculo para un reacercamiento con Israel. Efectivamente, la Liga Árabe repudió el plan de Estados Unidos en una reunión de sus cancilleres en El Cairo. Pero la verdad, como señaló el movimiento Hezbollah del Líbano, es que “el acuerdo de la vergüenza” de Trump no habría sucedido sin “la complicidad y la traición” de varios estados árabes. Los embajadores de Bahréin, Omán y los Emiratos Árabes Unidos participaron en la ceremonia de inauguración de la Casa Blanca, lo que implicó la aprobación de estos países. Es más, a pesar de “renovar su afirmación” de respaldo al pueblo palestino, Arabia Saudita observó que “valora los esfuerzos” de la administración Trump para “desarrollar un acuerdo de paz integral entre israelíes y palestinos”. Dada la aparente lealtad de Trump hacia Arabia Saudita –basada, sobre todo, en acuerdos de armas lucrativos-, el príncipe de la corona del reino, Mohammed bin Salman, probablemente estuviera al tanto de los contenidos del plan antes de que se diera a conocer. En Jordania, el rey Abdullah en un principio advirtió que la anexión por parte de Israel del Valle del Jordán tendría serias consecuencias para la seguridad. Pero luego aconsejó a otros países a “mirar el vaso medio lleno”. A juzgar por su actitud ambigua hacia el estado palestino, cabe preguntarse si Jordania no preferiría tener como vecino a Israel, con el que ha conspirado históricamente para frenar las ambiciones palestinas, que a un estado palestino. De la misma manera, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto instó a ambas partes a “considerar cuidadosamente” el plan de paz, y hasta dijo que crear un estado independiente y soberano en los territorios ocupados restablecería todos los “derechos legítimos” de los palestinos. Y si bien el presidente de Túnez condenó el plan de paz como “la injusticia del siglo”, el embajador del país ante las Naciones Unidas enseguida fue destituido por liderar un desafío en su contra en el Consejo de Seguridad. Pero no es sólo el mundo árabe el que está desilusionando a los palestinos. El alto representante para asuntos exteriores y políticas de seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, condenó fuertemente el plan. Pero su declaración unilateral fue necesaria precisamente porque algunos países de la UE –entre ellos República Checa, Hungría e Italia- bloquearon una resolución compartida. Francia, por su parte, le dio al plan una acogida cautelosa. Más allá de la UE, el gobierno del Reino Unido celebró el plan de paz de Trump como “una propuesta seria” y “un paso adelante positivo”. Y a pesar de condenar oficialmente el plan por “contradecir las resoluciones de las Naciones Unidas”, Rusia lleva las de ganar a partir de lo que

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La bofetada de Gantz en la cara a todos los israelíes democráticos

Fuente:  Editorial de Haaretz Fecha: 12 de febrero de 2020 Los comentarios del martes por la noche del jefe de Kahol Lavan, Benny Gantz, son una bofetada para los israelíes democráticos, judíos y árabes por igual, que anhelan un cambio en la peligrosa dirección política de Israel. Durante un evento en el que lanzó la sede electoral de su partido para mujeres árabes en Kafr Bana, Gantz dijo que la Lista Conjunta de partidos árabes no podría ser parte de ningún gobierno que formaría. «Hay profundos desacuerdos entre mí y la Lista con respecto a cuestiones diplomáticas, nacionales y de seguridad», dijo. «Mis desacuerdos con su liderazgo son serios e insuperables». Los comentarios de Gantz se produjeron en respuesta a los comentarios del presidente de la Lista Conjunta, Ayman Odeh, esa mañana. En declaraciones a la Radio del Ejército, Odeh dijo que su partido no recomendaría que Gantz forme el próximo gobierno a menos que su formación escuche «una declaración muy clara de él contra la transferencia y la anexión» en respuesta al «acuerdo del siglo» del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Odeh se enfureció porque Kahol Lavan permaneció en silencio durante lo que llamó los ataques del primer ministro Benjamin Netanyahu contra la comunidad árabe. “Esperamos que Gantz diga algo. ¿Piensa que estamos en su bolsillo?” dijo. Evidentemente, Gantz no estuvo a la altura del desafío y renunció a una asociación judía-árabe. Es muy posible que al rechazar una asociación con los árabes, Gantz ha cerrado la puerta a la posibilidad de formar un gobierno que reemplace al régimen de Netanyahu. Luego está el entusiasmo con el que Gantz recibió el plan de Medio Oriente de Trump, que exige la anexión de partes de Cisjordania, y la falta de respuesta del liderazgo de su partido a los comentarios racistas y excluyentes de Yoaz Hendel, que representa el ala derecha de Kahol Levan, en una entrevista con Haaretz la semana pasada. Si tomamos todo esto en cuenta, no está claro qué gran ventaja proporcionaría un cambio en el gobierno. Kahol Lavan se formó como una alternativa al gobierno de derecha del primer ministro Benjamin Netanyahu, pero ahora, con pequeñas diferencias pero ciertos matices de estilo, no está claro por qué el partido de Gantz debería preferirse al régimen actual. Es cierto que Gantz no ha sido acusado de corrupción, pero una alternativa política debe presentar un programa político completo y diferenciado, no solo una versión barata y pálida de lo que ya está en su lugar. Después de las últimas elecciones, Odeh dio un paso valiente al hacer que la mayoría de los legisladores de la Lista Conjunta recomendaran al presidente Reuven Rivlin que Gantz sea primer ministro. Odeh también presentó una agenda cívica dirigida a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos árabes israelíes. Gantz y Odeh podrían liderar un cambio dramático que Israel necesita tanto como los israelíes necesitan aire para respirar. Al cooperar, podrían ofrecer una manera de sanar las heridas que los años del gobierno violento, racista e inflamatorio de Netanyahu han infligido a la sociedad israelí. Pero al inclinarse hacia la derecha, Kahol Lavan ha elegido dejar colgando la mano extendida de los árabes.  

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El holocausto, el gran capital y Palestina

Fuente: Luis Varese(*) | Agencia Latinoamericana de Información Fecha:  31 enero 2020 Dos primos hermanos de mi mamá, Nanni y Salvatore Tuo Ivaldi, estuvieron en el campo de concentración de Mathausen. Ingenieros genoveses que trabajaban en la Ansaldo fueron secuestrados y llevados a Alemania como diseñadores industriales, probablemente de barcos. Regresaron vivos a Génova después de tres años, pesando 37 y 39 kilos respectivamente. Los conocí. Algún día traduciré el libro que escribieron. Las dantescas escenas que vivimos estos días por la televisión, haciéndonos recordar la barbarie nazi, son desgarradoras, repudiables. El exterminio planificado y sistemático de 11 millones de personas (6 millones de judíos y 5 millones de polacos, gitanos, homosexuales, comunistas, socialistas y cualquier otro que le cayera mal al nazi de la esquina o la chica que no le dio cabida al sargento Schmidt). En los campos de concentración, auténticas fábricas alemanas de producción y de molienda de seres humanos. Esta gran industria del exterminio enriqueció a muchas familias de industriales de la época de varios países. La familia Thyssen-Krupp que hasta hoy vende ascensores (los hay en Quito) entre otras cosas, era una de las principales productoras de armas de la época. La Bayern que producía los insumos para las cámaras de gas, Hugo Boss, los uniformes o la General Motors y la Coca Cola, solamente para dar algunos ejemplos (Sugiero a los lectores investigar estos temas). Los más bestias, comerciaron con los dientes de oro de los muertos y las muertas. La banca suiza se benefició de todo ello. El holocausto no tiene parangón por lo sistemático y organizado y por la dimensión del exterminio planificado. La guerra es el gran negocio del capital y esta planificación permitió sistematizar los ingresos de esa oligarquía industrial, de manera ordenada y diabólica. Todo ello propagandizado por una ideología racista, excluyente, nacionalista, que daba instrumentos y justificación en nombre de una raza superior (la supremacía aria) y de una nacionalidad única y dirigente (¿No les hace recordar algunos discursos recientes de Bolsonaro, el Ministro de Interior del Perú contra los venezolanos o el omnipresente Mr. Trump?). La crueldad y el odio son inherentes al ser humano. Forman parte de nuestra esencia, el bien y el mal. Unos caen en ello sin querer, sin tomar la opción, otros escogen esa ruta como sistema de vida. Brutales, no menos sanguinarios, sistemáticos los treinta mil asesinados/ desaparecidos de la Argentina. El exterminio de comunidades indígenas en Perú; los desaparecidos y torturados de Chile; las bestialidades de los Kaibiles contra 250 mil indígenas en Guatemala; los recientes muchachitos de Ayotzinapa, los asesinados de las comunidades indígenas o negras de hoy en Colombia u Honduras, o lo que están haciendo y preparando en Bolivia. El gran capital elimina lo que le molesta y el ser humano, los seres humanos estamos dispuestos a cometer atrocidades en todo momento de la historia, pero las bestialidades planificadas y la acumulación de dinero vienen mayoritariamente del gran capital (Pongo mayoritariamente porque hay casos de genocidio como en Camboya o Ruanda donde el leitmotiv no es ese). Gente como Álvaro Uribe Vélez que crea cuerpos paramilitares para sostener su poder y riqueza o su deseo de exterminio ideológico, es parte de este sector de la humanidad perversa, el de la codicia desmedida. El otro elemento demoniaco es el poder para jugar a ser Dios o el Demonio. Hitler ejerció como tal y su entorno lo secundó en las matanzas. Otros muy conscientes lo apoyaron y lucraron, se enriquecieron con ello. Ellos existen y existirán. Trump es un genio del mal como lo son Mike Pompeo, Elliot Abrams o Jair Bolsonaro Palestina y los y las palestinas, grandes sacrificados inocentes Lo que hacen los Estados Unidos y el Estado de Israel (no los judíos) contra los palestinos es algo similar, sistemático, organizado brutal contra hombres, mujeres, niñas y niños. Confinándolos desde hace más de 70 años, persiguiéndolos, cercándolos, reduciéndolos a cada vez menos espacio, solamente por ser palestinos y ocupar el espacio donde ellos vivieron, viven y tienen enterrados a sus ancestros. Esta es una guerra que tiene que ver con temas históricos, religiosos, de 5000 años, pero hoy en día tiene que ver con el papel que le ha asignado Occidente al Estado de Israel. Y esto no es antisemitismo, es antiimperialismo y defensa del derecho internacional, de los derechos humanos, derecho a tener una nacionalidad un pasaporte, derecho al libre tránsito, a una Patria con su capital, una tierra donde cultivar la vid y el olivo. En este contexto, y utilizando el 75 aniversario de la liberación del campo de Auschwitz por las tropas soviéticas, la bestia apocalíptica de Donald Trump hace una propuesta de solución del conflicto palestino-israelí, evidentemente inaceptable, que nadie cree, nadie que busque la Paz. Tan descarado es el planteamiento en favor de Israel, que lo presenta conjuntamente con Benjamín Netanyahu , Primer Ministro Israelí, sin ni siquiera conversar con la otra parte: los palestinos y palestinas. Qué importante que el presidente de Alemania haga una autocrítica desde su pueblo y su gobierno, como alemanes, sobre el holocausto. Qué importante que se haga un esfuerzo por tomar conciencia contra el fascismo y el nazismo que crece en Europa. Lo más importante para las nuevas generaciones y las viejas, es tomar conciencia contra el capitalismo voraz, que destruye a la humanidad. No hay que aceptar todo este esfuerzo informativo como un hecho aislado. Es inherente al capitalismo y las guerras de agresión, el imperialismo, el colonialismo construyen matanzas. La educación por la paz, el respeto al Estado de derechos, el derecho a crear su propio destino y el derecho a construir sociedades distributivas, solidarias y soberanas es el único camino para cambiar la historia. Trump, el Imperio y sus serviles se oponen a ello y nos exponen a un holocausto planetario de manera consciente y planificada, sin importarle las generaciones futuras, ni siquiera las presentes. Nosotros hemos optado por la Patria Grande, por la redistribución de las riquezas abundantes de nuestros países a través

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Trump declaró la tercera Nakba

Fuente: Gideon Levy | Haaretz  Fecha:  30 enero 2020 Con una bata de hospital endeble, herido, descalzo y confundido, sin comida ni agua, con un catéter conectado y usando un pañal, el residente de Gaza, Omar Abu Jeriban, fue arrojado al costado de la carretera el 13 de junio de 2008 y murió. Chaim Levinson informó la historia en Haaretz en ese momento, David Grossman estaba horrorizado por ella. El otro día, todo el pueblo palestino se convirtió en Abu Jeriban. El papel de la policía que arrojó a un hombre herido en medio de la noche fue asumido por el presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El papel del hospital que acaba de mantenerse en pie fue asumido por el mundo. En 2008 fue una tragedia humana; hace dos días, fue una tragedia nacional: la Casa Blanca declaró el comienzo de la tercera Nakba. Los palestinos fueron arrojados al costado del camino y abandonados a su suerte. El Israel de derecha está encantado, el Israel de izquierda está perdido como siempre, y el mundo está en silencio. Es el fin del mundo. La Casa Blanca se parecía el otro día a Habayit Hayehudi (1), inundada de kippot e Yiddishkeit (2). ¿Hay que ser antisemita para preguntarse sobre esto? Con todos los comerciantes inescrupulosos asumidos en  pacificadores, todos estos Friedmans, Adelsons, Greenblatts, Kushners y Berkowitzes, estos mediadores supuestamente justos e imparciales, es imposible siquiera pensar en el comienzo de un acuerdo justo. No es difícil adivinar lo que pasa por la mente de todos los palestinos y todos los buscadores de justicia al ver esta imagen de todos los judíos y de toda esta clase de derecha. Pero los palestinos no solo se habían perdido por completo la ceremonia, tampoco estaban en ningún lugar del plan que pudiera sellar su futuro y que anunciara la eliminación de su última oportunidad de alguna decencia tardía, un poco de justicia, una gota de compasión. Los dejaron sangrando al costado del camino. Esta es su tercera Nakba. Después de perder la mayor parte de su tierra, propiedad y dignidad en la primera y su libertad en la segunda, ahora viene la tercera para aplastar lo que queda de su esperanza. Lo han intentado todo. Lucha diplomática y lucha armada, protesta no violenta y boicot económico. Nada ha ayudado. El «acuerdo del siglo» solo confirma lo que se sabía: el mal prospera, esta vez en una edición particularmente extrema de unilateralidad, racismo y arrogancia. Los poderosos se llevan todo. Todo. Los palestinos obtienen una caricatura de un estado independiente después de muchos años, si acaso, y solo mientras estén de acuerdo con una serie de condiciones degradantes de rendición que incluso el colaboracionista más bajo nunca aceptaría. Israel, por otro lado, obtiene casi todo, y de inmediato. ¿Por qué solo los palestinos tienen que demostrar su valía antes de obtener algo? ¿Se ha distinguido Israel en el medio siglo de ocupación? ¿Ha obedecido absolutamente el derecho internacional? ¿Ha prestado atención a la comunidad internacional? ¿Debería haber un premio para el brutal ocupante? ¿Para los colonos? ¿Para qué y por qué EE.UU.? Israel lo consigue todo y sin condiciones, mientras que los palestinos, un pueblo bastante refrenado dado el terrible abuso que padece, todavía tienen que demostrar su valía para recibir las pequeñas migajas de justicia que el presidente estadounidense les arroja. ¿Por qué la seguridad de Israel tiene que estar garantizada una y otra vez, a lo largo de las generaciones y contra todo riesgo, sin que nadie tenga que mover un dedo para garantizar la seguridad de los palestinos, cuya sangre es tan barata derramada por Israel? Una niña en Gaza también merece una noche de sueño reparador, pero ¿a quién le importa ella en Habayit Hayehudi, el Hogar Judío, en 1600 Pennsylvania Avenue? Si este plan se cumple, Dios no lo quiera, será el fin del pueblo palestino. No es el fin físico, el fin nacional. Quien piense que esta es una razón para celebrar, está invitado a unirse a la celebración en la Plaza Rabin por la liberación de Naama Issachar (3) y a votar a Likud o Kahol Lavan. ¿Cuál es la diferencia? Pero cualquiera que todavía tenga una gota de compromiso moral debería estar horrorizado por esta terrible paz de los vencedores que puede terminar bien para Israel pero nunca terminará bien para los israelíes. Israel nunca asumió la responsabilidad de la primer y segunda Nakbas, quizás también evadirá su responsabilidad por la tercera. Pero nunca podrá escapar de la culpa y la desgracia por acabar con otras personas. Notas del Traductor Hogar Judío. Partido de los colonos judíos religiosos ultranacionalistas (N. del T.) Apego emocional e identificación con el pueblo judío. Se expresa generalmente en idish, idioma que usan los judíos ultra ortodoxos. Israelí recientemente indultada por Putin, que permaneció 10 meses presa en Rusia por posesión de marihuana. Traducción: Dardo Esterovich

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La izquierda suicida de Israel

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 28 de diciembre de 2019 La izquierda israelí está en un frenesí, un frenesí fatal: artículos de opinión, peticiones, manifiestos y anuncios. «La izquierda se une o se suicida», gritó una petición publicada el viernes. No hemos tenido una izquierda tan activa y animada durante mucho tiempo, no desde las últimas elecciones. ¿Qué es todo este alboroto? ¿El ataque aéreo que mató a nueve miembros de una familia de Gaza en noviembre? ¿La decisión en La Haya de investigar a Israel por crímenes de guerra, en preparación para un juicio? ¿Las deportaciones de los hijos de refugiados nacidos en Israel? ¿El belicismo contra Irán? Ni siquiera cerca. Lo que despertó a la izquierda israelí de su sueño es la cuestión existencial de si Miembro de la Knesset  Revital Swid servirá en la próxima Knesset, si MK Ilan Gilon estará dentro o fuera. Esa es la verdad sobre la batalla para unir a la izquierda. Gira en torno a si el número 6 en la boleta de Avodá-Gesher y el número 5 en la lista de la Unión Democrática estarán dentro o fuera. La izquierda sionista de Israel cambia los nombres y las alianzas electorales como calcetines. Eso es lo que sucede cuando un gran y poderoso movimiento desborda sus orillas. Bien podríamos preguntar, suponer que organizaron una reunión política -o dos o tres- y nadie vino. Para la derecha -no me pidas que recuerde todos los nombres- los objetivos son claros: apretar el nudo de la ocupación, expandir los asentamientos, aumentar el abuso de los palestinos, lograr el mayor derramamiento de sangre y despojo posible, lo que aumenta las privaciones de los ciudadanos árabes de Israel, demoliendo más hogares, silenciando a los críticos potenciales, paralizando el sistema judicial y manteniendo a Benjamín Netanyahu en el poder hasta el final de los tiempos. Todo está muy claro. ¿Y qué quiere la izquierda sionista? Su único objetivo obvio es deshacerse de Netanyahu. Un objetivo digno, pero no digno de la histeria que lo rodea. Por la misma razón, la cuestión de si el presidente del Partido Laborista, Amir Peretz, cederá ante la presión de unirse a la Unión Democrática para la izquierda no es una pregunta crucial. ¿Por qué se uniría? ¿Para ganar suficientes votos para pasar el umbral electoral? ¿Por qué pasar el umbral electoral? Para que Swid y Gilon lleguen a la Knesset. Las últimas encuestas sugieren que ninguno de los dos partidos de izquierda sionistas está en peligro de fracasar. Pero si eso sucediera, no sería el fin del mundo. Es cierto que se perderían decenas de miles de votos para el bloque, pero en cualquier caso nos encaminamos hacia un gobierno de unidad con el Likud en el que la izquierda no tendrá voz. Incluso si se formara un gobierno de centroizquierda, ¿y qué? Meretz no podría influenciarlo, los laboristas ni siquiera lo intentarían. Cuando el único objetivo es expulsar a Netanyahu, todo lo demás desaparece. La campaña «Dump Netanyahu» debería haber incluido una propuesta para un nuevo camino a seguir, más allá de los eslóganes que han pasado su fecha de caducidad. Pero cuando no hay un camino alternativo, ¿por qué deberíamos preocuparnos por el futuro de estos dos partidos mohosos? Una izquierda suicida no es una izquierda que no se une, una izquierda suicida es una izquierda silenciosa. Una izquierda suicida es una izquierda que ha perdido el rumbo. Es una izquierda que apoya casi todas las acciones militares, una izquierda que cree que el sistema judicial y de aplicación de la ley de Israel salvará al país y, por lo tanto, no debe ser tocado. Una izquierda suicida es una izquierda que no renueva su liderazgo. Una izquierda suicida es una izquierda que sigue creyendo en una solución de dos estados a pesar de saber que ya no es posible. Una izquierda suicida es una izquierda que no se atreve a proponer un diálogo con Hamas en la Franja de Gaza. Una izquierda suicida es una izquierda que no intenta unirse con la Lista Conjunta de partidos árabes. Una izquierda suicida es una izquierda que sueña con un gobierno de generales de Kahol Lavan*  y cree que esto sería bueno. Una izquierda suicida es una izquierda que cree que reclutar hombres ultraortodoxos en el ejército es una virtud. Una izquierda suicida es una izquierda silenciosa, e incluso solidaria, cuando ser anti-israelí en el extranjero se equipara con antisemitismo. Una izquierda suicida es una izquierda que solo se preocupa por los problemas de la organización, quién está disputando con quién y cuándo. ¿Cuál es el punto de aumentar su fuerza electoral? Aquí es donde las palabras me fallan. «¿Entonces tal vez la izquierda simplemente necesita morir?», le preguntó Carolina Landsmann al sociólogo Nissim Mizrachi al final de una entrevista reveladora y asombrosa en el Haaretz Magazine en idioma hebreo el viernes. «Ya está muerta», fue la respuesta aleccionadora e inspiradora. * Partido Azul y Blanco, del General Gantz y Iosi Lapid que obtuvo la primera minoría en la última elección (N del T) Traducción: Dardo Esterovich

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Advertencia final a Israel de la Corte Penal Internacional

Fuente: Editorial de Haaretz Fecha: 22 de diciembre de 2019 Los manifestantes llevan pancartas y banderas palestinas fuera de la Corte Penal Internacional, La Haya, Países Bajos, 29 de noviembre de 2019. Peter Dejong, AP La decisión de la Oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional de que hay una base para investigar a Israel bajo sospecha de crímenes de guerra, así como a Hamas y las facciones palestinas, no debería haber sorprendido a nadie. Durante los cinco años en que el examen preliminar del fiscal de la CPI Fatou Bensouda estaba en marcha, el gobierno israelí le proporcionó más y más material. La investigación puede haber comenzado a raíz de los eventos de la Operación Margen Protector en Gaza en 2014, pero desde entonces se le han agregado un sinfín de incidentes. Primero en la lista está la cuestión de los disparos contra los manifestantes a lo largo de la frontera con Gaza. La cuestión de los asentamientos, que nunca dejaron de expandirse, también aparecieron ante los ojos del fiscal, y el hecho más reciente fueron los planes declarados de anexión del primer ministro Benjamin Netanyahu . Israel ha demostrado un desprecio crudo y continuo por el derecho internacional. Al mismo tiempo, en ausencia de negociaciones, Israel ha empujado a los palestinos directamente a los brazos de las instituciones internacionales. Lo único sorprendente es la propia respuesta de Israel. El Fiscal General Avijai Mendelblit se apresuró a liberar, justo un momento antes del anuncio del fiscal, una opinión legal urgente cuyo punto principal era la antigua afirmación de que la CPI no tiene jurisdicción sobre el asunto porque Israel nunca confirmó su membresía en el tratado, y porque Palestina no es un estado real y, por lo tanto, no puede proporcionar al tribunal la autoridad judicial penal requerida. Estos reclamos son bien conocidos por la comunidad internacional, y por el fiscal y su personal. Además, la confianza en el reclamo de falta de autoridad es extraña, por decir lo menos. En la práctica, Israel no niega la realización de crímenes de guerra, sino que se centra en la cuestión de quién está autorizado para juzgarlo, si es que se lo hace, y acusa a la CPI de politización. Aún más difícil de entender es la afirmación de que la cuestión del conflicto israelo-palestino debe dejarse para el diálogo y las negociaciones, y el proceso legal solo lo dañará, mientras que para todos está claro que no hay tal proceso sobre la mesa porque el gobierno de Israel no está interesado en ello. Más aún, el propio gobierno expresa públicamente un creciente apoyo a la anexión. Los abogados de Israel también afirmaron que los palestinos deben decidir si son un país soberano, si otorgan autoridad a la CPI, o son un territorio ocupado que no tiene soberanía. Este también es un argumento legal antiguo y bien conocido, pero ridículamente diplomático: Israel en realidad está admitiendo  que los palestinos están bajo ocupación y no soberanía. La decisión del fiscal es una alarma final de advertencia para el gobierno israelí y sus instituciones interesadas en negar la realidad de la ocupación. En los próximos meses, el tribunal decidirá si abre una investigación. Junto con el temor a los posibles resultados de la investigación, es lamentable que Israel no sea capaz de reconocer la tragedia que ha provocado a través de la ceguera y la arrogancia, la ocupación y los asentamientos, y es lamentable que solo una amenaza externa pueda abrirle los ojos. El artículo es el editorial principal de Haaretz, publicado en los periódicos hebreo e inglés en Israel. Traducción: Marcelo Barón  

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La vida después de Netanyahu

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 15 de diciembre de 2019 Algún día en un futuro no muy lejano va a suceder: Benjamin Netanyahu ya no será primer ministro. El sol saldrá en el este y se pondrá en el oeste igual que siempre, pero para muchos israelíes, quizás para la mayoría, será uno de los mejores días de sus vidas. Un día para abandonar el camino de la oscuridad y abrazar la luz, pasar de la esclavitud a la libertad, el amanecer de un nuevo día, algo entre la caída del Muro de Berlín y la liberación de Nelson Mandela de la prisión. Surgirá un nuevo gobierno, un gobierno de unidad nacional. Se dará cuenta de los deseos de la mayoría de los israelíes. Será dirigido por Benny Gantz y Gideon Sa’ar, o ambos en rotación, y se abrirá un nuevo y prometedor capítulo en los anales de la historia israelí. «Cambiaremos de ahora en adelante la vieja tradición. Y sacudiremos el polvo para ganar la recompensa». “Estableceremos un mundo nuevo, nada como ayer, mañana, lo tendremos todo «. Se escuchará un suspiro de alivio de un lado del país al otro. Osnat Hagi, la maestra de jardín de infantes que bajó la foto de Netanyahu, se apresurará a colgar una fotografía del nuevo primer ministro en su salón de clases de kindergarten, a la que se le permitirá regresar. Los primeros días habrá mucha aturdimiento. Si Gantz se convierte en primer ministro, y esa es la opción que parece que estamos viendo, se comunicará con Mahmoud Abbas para reunirse con él. Se encontrarán e intercambiarán sonrisas, las banderas israelíes y palestinas ondearán en el fondo. Las campanas de la paz estarán a la vista. El ministro de Defensa, Saar, amenazará con abandonar la coalición. Gantz propondrá establecer un mecanismo para el diálogo y un calendario. Se comprometerá a que una Jerusalén unida permanezca para siempre como parte de Israel, además del Valle del Jordán y los bloques de asentamientos, incluidos Ariel y Peduel, y propondrá a Abbas que Israel expida decenas de miles de permisos de trabajo más. La Unión Europea emitirá una nota de bienvenida especial para el primer ministro electo, la Casa Blanca también lo abrazará. Gantz y Sa’ar volarán a Washington para mantener reuniones informativas donde serán recompensados con cumplidos y expresiones de esperanza. El ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, volverá a pararse en una plaza europea y liderará un coro de una banda de primeros ministros que recitará: «Amamos a Israel». Y las personas que aspiran al coro y los primeros ministros y ministros de Asuntos Exteriores se alinearán para visitar Jerusalén y deleitarán sus ojos en una de las maravillas del mundo: un primer ministro israelí que no es Netanyahu. También habrá nuevos vientos en casa. El primer ministro se comprometerá a poner fin a los ataques contra el sistema de justicia, los árabes y los medios de comunicación. El juicio de Netanyahu se llevará a cabo rápidamente. Muchos israelíes sentirán que están recuperando su país, el que amaban, se enorgullecían, el que les fue arrebatado. Gantz visitará la tumba de Rabin, Sa’ar colocará una nota en el Muro de los Lamentos. Yediot Ahronot, un periódico leal solo a sus lectores, publicará una fotografía del nuevo gobierno. Un mundo nuevo y maravilloso nos espera. Y entonces pasarán los días. Gaza será nuevamente olvidada: el nuevo primer ministro, Gantz o Sa’ar, no tendrá intención de terminar con el asedio del enclave, por lo que Gaza tendrá que recordar a todos su existencia de la única manera que pueda. Los cohetes Qassam se estrellarán en el sur. El nuevo primer ministro que tendrá que demostrar su valía, Gantz como no izquierdista, Sa’ar como general, convocará al gabinete de seguridad. Será un nuevo gabinete de seguridad, uno que no solo habla. Los resultados llegarán rápidamente: la Operación Fundación de Nuestra Existencia se lanzará con ataques aéreos y una incursión terrestre. Miles morirán. El mundo estará en silencio, porque Netanyahu ya no es el primer ministro y se le debe dar una oportunidad al nuevo. Hezbolá no se quedará de brazos cruzados. El nuevo primer ministro, que tiene que demostrar su valía, también atacará en el Líbano. Finalmente, Israel tendrá un primer ministro que también tomará medidas. Miles serán asesinados, Abbas cancelará la cumbre. El mundo comenzará a enojarse. Habrá un acuerdo de culpabilidad en el juicio de Netanyahu. Los ciudadanos árabes que asistan a las protestas de solidaridad con sus hermanos en Gaza y el Líbano serán fusilados por la policía por orden del nuevo ministro de seguridad pública, Avigdor Lieberman, el héroe de la izquierda. El sistema legal reanudará sus travesuras como esclavo maldito del aparato de seguridad y los colonos, mientras actúa razonablemente en todos los demás asuntos. Tendremos que reservar una mesa en un buen restaurante en Tel Aviv con al menos dos semanas de anticipación, mientras que los scooters eléctricos atropellarán a los ancianos y los atascos serán constantes, como siempre. Netanyahu comenzará a cumplir su condena. Las dudas comenzarán a corroer nuestros corazones: ¿Qué es lo que en realidad ha cambiado realmente? Traducción: Dardo Esterovich

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El “Caso 3000” visto como uno de los peores escándalos de soborno en la historia de Israel

Fuente: Radio Jai web Fecha: 4 de diciembre de 2019 Los fiscales estatales anunciaron el jueves cargos contra exfuncionarios de defensa y asociados del primer ministro Benjamin Netanyahu, incluido su primo, quien fue su ex abogado, en un importante caso de corrupción que involucra presunta corrupción en la compra de embarcaciones navales. El caso 3000, como se sabe, se centra en un posible conflicto de intereses en torno a la adquisición de barcos militares y submarinos de miles de millones de shekels del constructor de barcos alemán Thyssenkrupp en 2016. Los fiscales alegan que funcionarios israelíes fueron sobornados para impulsar un acuerdo masivo por las embarcaciones que valen cientos de millones de dólares. El caso ha sido descrito por algunos como el mayor escándalo de corrupción en la historia de Israel. Una declaración del Ministerio de Justicia dijo que Miki Ganor, ex agente de Thyssenkrupp en Israel, estaba siendo acusado de soborno, lavado de dinero y delitos fiscales, al igual que Eliezer Marom, ex jefe de la Armada israelí. El ministerio también anunció cargos de soborno, abuso de confianza y lavado de dinero contra David Sharan, ex asesor de Netanyahu y del ministro de Energía, Yuval Steinetz, así como cargos de soborno, lavado de dinero, fraude, abuso de confianza y delitos fiscales contra ex ministro Eliezer Sandberg. Rami Taib, ex asesor político de Steinitz, iba a ser acusado de soborno y Yitzhak Lieber, consultor de medios con vínculos con Sharan, acusado de lavado de dinero y asistencia por delitos fiscales. David Shimron, ex abogado personal y primo de Netanyahu, será acusado de lavado de dinero. Ganor y Sharan también enfrentan cargos por violar una ley que regula los partidos políticos. Todos los cargos estaban pendientes de una audiencia previa a la acusación. La declaración no especificó si Avriel Bar-Yosef, ex asesor adjunto de seguridad nacional, sería acusado en el caso, pero describió presuntos vínculos corruptos que tenía con Ganor. Según los fiscales, Bar-Yosef primero se acercó a Ganor para convertirse en el representante de Thyssenkrupp en Israel porque “quería obtener un beneficio financiero”. Luego, supuestamente, reclutó a Marom, quien era el jefe de la marina en ese momento, para ayudar a presionar para el nombramiento de Ganor. Ganor más tarde reemplazó a Yishaya Barkat como representante de Thyssenkrupp en el país. “Durante las reuniones que Ganor, Marom y Bar-Yosef celebraron desde el comienzo de 2009… se formuló un entendimiento, acuerdo y expectativa entre ellos mediante el cual Marom y Bar-Yosef recibirían una compensación de Ganor por su trabajo a favor de su nombramiento”, decía el comunicado. Ganor supuestamente pagó doscientos mil shekels en total, y los fiscales acusaron a Bar-Yosef de trabajar para adelantar las compras navales mientras se desempeñaba como asesor adjunto de seguridad nacional. La declaración del Ministerio de Justicia también detalla los presuntos vínculos corruptos que Ganor tenía con Sharan y Sandberg, a quien se le acusa de sobornar a cambio de promover sus intereses, así como la sospecha de lavado de dinero por parte de Shimron en nombre de Ganor. Shimron desestimó el cargo de lavado de dinero pendiente en su contra y predijo que el asunto se retirará después de la audiencia antes de la presentación de los cargos formales. “Recibí la hoja de carga y la miré. No hay submarinos. No hay soborno. No hay fraude Entonces, ¿qué hay ahí? Una violación técnica que se ha descrito de manera pomposa con un error considerable “, dijo, según informes en medios hebreos. Ganor inicialmente firmó un acuerdo para convertirse en el testigo clave de la fiscalía en el caso en el que, según los informes, admitió haber sobornado a una serie de altos funcionarios para ayudar a asegurar los contratos de la empresa con el Ministerio de Defensa de Israel. Pero en una conmoción en marzo, le dijo a la policía que deseaba alterar partes clave del testimonio que dio en el caso. Ganor afirmó que si bien respaldaba los hechos que había dado a la policía, los pagos que daba eran honorarios de consultoría y no sobornos. Dijo que la policía lo había presionado para que describiera las circunstancias, de modo que respaldaran la afirmación de que había actuado para sobornar a empleados estatales de alto rango. Según los informes, esa medida se produjo después de que Ganor descubriera que firmar un acuerdo de testigos estatales había puesto su nombre en una lista negra de la banca internacional y bloqueado su acceso a decenas de millones de shekels en bancos de Chipre y Austria. En mayo, los fiscales estatales informaron a Ganor que su trato con el estado había sido cancelado, despojándolo de su inmunidad de enjuiciamiento en el caso. Había sido declarado culpable solo de cargos de evasión de impuestos y cumplir una condena de prisión de un año como parte del acuerdo. La investigación de alto perfil atrapó a varios socios cercanos de Netanyahu, pero el primer ministro no era sospechoso. Netanyahu ha sido acusado de fraude y abuso de confianza en tres casos de corrupción, así como de soborno en uno de ellos. Él niega haber actuado mal. Traducida por Alicia Weiss con información de JTA

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No temas, Israel, el estado ha sido salvado

Fuente: Gideon Levy  |Haaretz   Fecha: 30 de noviembre de 2019 La batalla política en Israel ha pasado de la fase grotesca a la psicótica. Comenzó con sospechas criminales contra Benjamín Netanyahu y un centro letárgico que había perdido el rumbo, encontró un objetivo para atacar e inflar en proporciones monstruosas: Netanyahu, ¿sí o no? – Y continúa con la violencia verbal demente de la derecha pro-Bibi. Lo que las dos partes tienen en común es una exageración salvaje y una desconexión de la realidad. Al principio fue divertido, un poco menos a medida que continúa. No hay diferencia entre las profecías apocalípticas de los dos campos. Si Netanyahu deja de ser primer ministro, es el fin del mundo. Si Netanyahu permanece en el cargo, es el fin de la civilización. Ningún lado se conformará con nada menos. El Holocausto incluso protagoniza ambas visiones: Netanyahu el nazi, el fiscal estatal Shai Nitzan el nazi. Hay matones verbales en ambos lados, aunque el lenguaje de la derecha es inferior y más amenazante que el del centro izquierda. «Derrotamos a los alemanes y venceremos a todos los que te persiguen» desde la derecha; Netanyahu con un bigote de Hitler y una esvástica desde la izquierda. Turquía y Corea del Norte han venido a Israel, por ambos. El activista de derecha Ran Karmi Buzaglo amenaza: «No te metas con nosotros. No puedes manejarlo. Hazte un favor». Por su parte, Uri Misgav predice:» Terminará en un asesinato. Netanyahu y  [el Ministro de Justicia Amir] Ohana están incitando a un ataque físico contra Nitzan  y el [Fiscal Adjunto del Estado para Delitos Financieros] Liat Ben-Ari” (Haaretz en hebreo, 27 de noviembre). ¡Ayuda! Estamos al borde de la guerra civil. El despliegue de tropas está comenzando. La realidad es mucho más inductora al bostezo. Así es cuando hay un vacío ideológico en ambos campos. Pusieron hombres de paja para luchar y los hicieron parecer una amenaza existencial. Netanyahu por un lado y la oficina del fiscal y los medios de comunicación por el otro, a cada uno de sus enemigos. Y cualquiera que haya estado ridiculizando las protestas de la derecha haría bien en mirar los comentarios que los contrarrestan, que a veces no son menos ridículos. La realidad es así: se presentó una acusación contra el primer ministro. No es el político más corrupto en la historia de Israel, pero así y todo es lo suficiente para que renuncie de inmediato. El sistema de aplicación de la ley está haciendo su trabajo lo mejor que puede. El final de Netanyahu llegará pronto. No será seguido por una nueva era. La realidad está siendo distorsionada por ambos lados para sus propios fines. Netanyahu es un dios para uno, el diablo para el otro. Pero en realidad no es ninguna de las dos. Su corrupción es menos grave de lo que parece, y la acusación tampoco es lo que la derecha la acusa de ser. El peligro para la única democracia en el Medio Oriente es menor de lo que afirma cualquiera de las partes. En cualquier caso, el régimen en Israel no puede considerarse democrático, ya que un tercio de sus súbditos vive bajo una cruel dictadura militar. Los defensores del estado de derecho, tan preocupados por el futuro del poder judicial, están ocultando esa traición continua a su posición. Pero incluso aquellos que temen por la democracia que existe para los judíos pueden calmarse. La acusación contra el primer ministro ha sido emitida. Netanyahu será procesado. Ningún intento de incitación o diversión cambiará la cosa. Y mientras tanto, la única pregunta que le importa a Israel es el futuro de su primer ministro. Nada más importa. Eso es lo que un esfuerzo público concertado, una sociedad civil «despertada», un medio de comunicación lider, tienen que mostrar para sí mismos. Y tal vez esa es la agenda oculta de la tormenta en la que se encuentra Israel. En lugar de comprometernos con los problemas que darán forma a la cara y el futuro del estado, nos comprometemos con Netanyahu. ¿Y exactamente qué pasará con Israel el día después? El centro político saltará a la fuente en la plaza del pueblo. La derecha se pondrá arpillera y cenizas. ¿Y entonces qué? ¿Estaremos en un estado diferente? Absolutamente no. Esto es lo que escribió Uri Misgav, en el típico eufemismo del centro izquierda, sobre la situación de Netanyahu: “El lema electoral debe ser ‘Estamos salvando al país’. De antemano quedará claro que estamos en una situación de emergencia… Deja de estar temerosos y sembrar desesperación y miedo. Hay hambre y rabia en nuestro campo, y por otro lado, hay signos de que han tenido suficiente y están cansados, junto con la división interna y una pérdida de rumbo… No temas, Israel». Qué alivio. El estado ha sido salvado. La democracia ha sobrevivido. Y el Mesías está en camino. Traducción: Dardo Esterovich

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