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El Centro Ana Frank critica los comentarios sobre el antisemitismo de Trump

Autor: Melissa Chan / Revista Time 21 de FEBRERO 2017 Título completo: El Centro Ana Frank critica los comentarios sobre el antisemitismo del presidente Trump: «Demasiado poco, demasiado tarde» El director del Centro Ana Frank de Respeto Mutuo criticó el martes al presidente Donald Trump por hablar en contra del antisemitismo «demasiado poco» y «demasiado tarde». Trump denunció el fanatismo y condenó los incidentes de vandalismo y las amenazas dirigidas a centros judíos en todo el país durante su primer recorrido por el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana. Steven Goldstein, director ejecutivo del Centro Ana Frank, acusó al presidente de sólo hacer los comentarios en medio de una creciente presión para abordar el antisemitismo. «El repentino reconocimiento del Presidente es una curita sobre el cáncer del antisemitismo que ha infectado a su propia Administración», dijo Goldstein en un comunicado. «No se equivoquen: El antisemitismo que sale de esta Administración es lo peor que tenemos, jamás visto en ninguna otra Administración». Goldstein dijo que la Casa Blanca se negó a mencionar a los judíos en su declaración del Día del Recuerdo del Holocausto y se notó el silencio de Trump cuando los centros judíos recibieron por primera vez amenazas de bomba. «Cuando el Presidente Trump responda al antisemitismo proactivamente y en tiempo real, podremos decir que este presidente ha dado la vuelta «, dijo. «Este no es ese momento.» Traducción: Dardo Esterovich

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Quién es Stephen Bannon, el polémico hombre de confianza y asesor de Trump

Autor: BBC Mundo 01 de FEBRERO 2017 Título completo: Estados Unidos: quién es Stephen Bannon, el polémico hombre de confianza y ahora asesor de Donald Trump al que acusan de racismo y antisemitismo Dentro del círculo de confianza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Stephen Bannon no era una cara conocida. Pero ahora es un integrante del Consejo de Seguridad Nacional del gobierno de EE.UU., el órgano en el que se toman importantes decisiones de seguridad interior y exterior, incluida la estrategia contra el terrorismo. Y pese a ser un hombre que no se expone demasiado a los focos, sus ideas sí son conocidas por los conservadores más radicales de Estados Unidos. Su discurso anti-establishment ayudó a sentar las bases de la candidatura de Trump a través del sitio de noticias Breitbart News, del cual fue su cabeza desde 2012 hasta agosto pasado. Ese mes Bannon asumió el cargo de jefe ejecutivo de la campaña del republicano y su mensaje pasó a tener una audiencia nacional. ¿Cómo piensa? Bajo el liderazgo de Bannon, Breitbart dejó de ser un simple sitio de noticias y opiniones conservadoras. El portal se posicionó como uno de los medios favoritos de los conservadores, con visiones populistas y belicistas, cargado de teorías conspirativas y un marcado tono de desilusión hacia los políticos tradicionales. Sus críticos incluso van un paso más allá y dicen que es un medio transmisor de las ideas misóginas, racistas, antisemitas y homófobas de la ultraderecha, algo que desde Breitbart niegan. * 5 cosas que cambiarán en Estados Unidos durante la presidencia de Donald Trump A lo largo de estos años, Breitbart ha generado controversia por llamar «judío renegado» a un comentarista conservador o comparar el trabajo de la organización de derechos reproductivos Planned Parenthood con el Holocausto. También han publicado titulares como «La pastilla anticonceptiva las vuelve feas y locas» o videos en los que se preguntaba a la gente si preferían que sus hijos fuesen feministas o tuvieran cáncer. También han llegado a asegurar que la mejor forma de terminar con el acoso machista en internet es que las mujeres se desconecten de la red. * Quiénes son exactamente los estadounidenses que llevaron a Donald Trump hasta la Casa Blanca En declaraciones citadas por la revista The Atlantic, Bannon aseguraba: «El enojo es algo bueno. Este país está en crisis. Y si estás peleando para salvar y recuperar al país, no puedes ser un patriota optimista. Hay que estar dispuesto a pelear». En distintas oportunidades ha dicho que en Breitbart se llaman a sí mismos «El club de la lucha», en referencia a la novela de Chuck Palahniuk que luego fue adaptada al cine y protagonizada por Brad Pitt y Edward Norton, sobre un grupo de hombres violentos que buscan destruir el sistema. «Somos virulentamente anti-establishment, en particular estamos en contra de la clase política permanente», dijo Bannon al diario The Washington Post. * Kellyanne Conway, la mujer que «domesticó» a Trump para impulsarlo hacia la presidencia de Estados Unidos ¿Quién es? Nacido en Virginia en 1953, Bannon sirvió cuatro años en el ejército estadounidense antes de completar un máster en administración de empresas en la Universidad de Harvard. Trabajó en el área de inversiones en la compañía financiera Goldman Sachs pero, a pesar de su éxito y dinero, se retiró del rubro para ingresar en uno diferente: producir películas. Luego de estar un tiempo en Hollywood e invertir en filmes como Titus con Anthony Hopkins y series como Seinfeld, Bannon comenzó a producir documentales políticos independientes con una clara visión conservadora. Financió documentales sobre el expresidente republicano Ronald Reagan y la exgobernadora de Alaska Sarah Palin, así como sobre el movimiento ultraconservador Tea Party. Fue durante estos años que Bannon conoció a Andrew Breitbart, un conservador incondicional y emprendedor de medios que quería crear un sitio de noticias online que desafiara lo que consideraba era un ambiente mediático dominado por las ideas liberales. Con ese espíritu combativo nació Breitbart News, del cual Bannon se hizo cargo tras la muerte de su fundador. * Por qué darte noticias falsas es buen negocio ¿Qué opinan de él? La designación de Bannon ha sido duramente criticada por los demócratas y por algunos republicanos. «Es fácil ver por qué el Ku Klux Klan ve a Trump como su candidato cuando Trump nombra a uno de los difusores de los temas y retórica de los supremacistas blancos como su principal consejero», dijo en la campaña Adam Jentleson, vocero del senador demócrata Harry Reid. También se pronunciaron en su contra distintas organizaciones de derechos civiles, como la Liga Anti Difamación (ADL, por sus siglas en inglés), que se opone al antisemitismo, y el Centro Legal para la Pobreza del Sur (SPLC, por sus siglas en inglés), que trabaja para terminar con los crímenes de odio. SPLC llamó a Breitbart un «cabo suelto de ideologías de ultra derecha» con la «identidad blanca» como el centro de su mensaje. El jefe ejecutivo de la ADL, Jonathan Greenblatt, describió a Bannon como «un hombre que presidió un sitio de ultraderecha» lleno de «desvergonzados nacionalistas blancos, antisemitas y racistas». Los defensores de Bannon niegan que este sea racista o antisemita, y señalan que desde Breitbart News simplemente se han dedicado a informar del surgimiento de movimientos como el ultraderechista Alt-right, que sí tiene posiciones de ese tipo. * «Alt-right», el controvertido «grupo de choque» ultraderechista que defiende a Donald Trump en internet Según dicen, que informen sobre ello no significa que defiendan esas ideas. Lo cierto es que, como le dijo a la BBC Eli Lake, columnista del medio Bloomberg View, «es algo muy nuevo que alguien como Bannon vaya a estar en la Casa Blanca y le hable al oído del líder del mundo libre». *Esta nota fue publicada originalmente el 15 de noviembre de 2016 y actualizada el 31 de enero luego de que Bannon fuera nombrado miembro del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU.

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Angela Davis en la Marcha de Mujeres

21 de ENERO 2017 Angela Davis, nació en Estados Unidos en 1944 y es una filósofa, política marxista, activista afroamericana y profesora emérita distinguida del Departamento de Historia de la Conciencia en Universidad de California en Santa Cruz, Estados Unidos. En 1969 fue expulsada de la Universidad de California, donde impartía clases de Filosofía como profesora auxiliar al descubrirse su afiliación al Partido Comunista de Estados Unidos. Estuvo relacionada con el movimiento Panteras Negras. Se vio también involucrada en el caso de «Los hermanos de Soledad», por el cual fue acusada de asesinato y secuestro en 1972. El caso alcanzó repercusión mundial, lo que impidió su condena. Fue absuelta en 1973. Ronald Reagan, se opuso a que a Davis diera clases en ninguna de las universidades estatales. En 1974 pasó a formar parte del Comité Central del Partido Comunista de los Estados Unidos. En 1976, tras publicar su autobiografía, regresó a la docencia. Años más tarde, en 1984, presentó junto a Gus Hall, el entonces líder del PC, su candidatura a la vicepresidencia de su país. En 1979, Davis visitó la Unión Soviética donde recibió el Premio Lenin de la Paz. A principios de los ’90 Davis regresó a la Universidad de California, dictando cursos en el campus de Santa Cruz. En 2006 fue galardonada con el premio Thomas Merton en reconocimiento de su lucha por la justicia en Estados Unidos y en el mundo. En diciembre de 2014 recibió el Doctor Honoris Causa de la Universidad de Nanterre, Francia. Fue la oradora más clara y contundente en el acto de la Marcha de las Mujeres en Washington, EEUU. En su discurso anticapitalista, anti heteropatriarcal y anticolonial realizó un pantallazo de gran parte de los conflictos que padece y produce Estados Unidos. A su vez, incitó a la población a resistir y a luchar organizados durante los próximos años del gobierno de Donald Trump. Link al video

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Trump y los judíos estadounidenses

Autor: Dardo Esterovich/Convergencia 30 de NOVIEMBRE 2016 El general Omar Torrijos, expresidente de Panamá que murió en un sospechoso accidente de aviación que muchos calificaron de intencional, acuñó una frase que se ajusta como anillo al dedo a lo sucedido en la elecciones de Estados Unidos: «En política no hay sorpresas, hay sorprendidos”. En efecto, no es sorpresivo que una parte importante de la población, especialmente la del centro del país y en particular la de los Estados denominados Rust Belt (cinturón oxidado), estuviera enojada con las políticas neoliberales del gobierno de Obama y sus antecesores. El problema era cuantificar ese enojo y si iba a cambiar su voto tradicional. Las políticas neoliberales que se comenzaron a aplicar desde la presidencia de Regan, destruyeron millones de puestos de trabajos industriales en Pennsylvania (acero), Michigan (automotriz), Wisconsin y Ohio (pymes y medianas empresas autopartistas y proveedoras de grandes industrias). Las multinacionales se trasladaron a México y al Sudeste Asiático donde los costos laborales e impuestos eran mucho más bajos al mismo tiempo que esto presionaba a la baja los salarios domésticos. Los tres primeros estados mencionados, tradicionalmente demócratas, fueron ganados por los republicanos por escasísima diferencia y sus 46 electores podían haberle dado el triunfo a H. Clinton. Evidentemente los encuestadores no pudieron o no quisieron —para favorecer a la candidata de Wall Street— evidenciar la magnitud del enojo. Sin embargo, ignoraron sus propios sondeos realizados cuando estaba por finalizar la interna demócrata y Trump ya era ganador de la republicana. Esos sondeos indicaban que si la confrontación era Trump-Sanders, el ganador sería el demócrata; en cambio si fuera Trump-Clinton el ganador sería el republicano. Entonces la sorpresa no fue tanta. Sobre la cuestionable calidad democrática del sistema electoral estadounidense podemos señalar que el triunfo de Trump para el Colegio Electoral no se reflejó en la cantidad de votos totales. Los últimos resultados conocidos le dan a Clinton 64.247.231 votos (47.9%) y a Trump 62.240.741 (46.4%), una diferencia de 2.006.490 votos (1.5%). Por márgenes porcentuales muy parecidos resultaron electos presidentes en Venezuela, Brasil y Argentina en las últimas elecciones en esos países. A esto se le agregan innumerables denuncias sobre el deficiente funcionamiento del voto electrónico y de fraude informático particularmente en los lugares donde Trump ganó por muy poco margen. Independientemente de lo anterior, el análisis de los votos marca que Trump logró perforar ciertas fidelidades como la de la clase obrera blanca en los denominados estados oscilantes, logrando porcentajes que no lograron otros candidatos republicanos en elecciones anteriores. En el padrón general Clinton ganó entre las mujeres por el 10% de los votos, mientras que el electorado femenino blanco le dio el triunfo a Trump también por un 10% pese a las declaraciones misóginas del candidato. Los electores que se declaran católicos están divididos: los blancos votaron mayoritariamente por Trump mientras que los hispanos lo hicieron por Clinton. Entre los blancos evangelistas el triunfo de Trump fue abrumador: (80% a 16%). Clinton recibe la mayoría de los votos de gente con alto nivel de educación e ingresos superiores a u$s 200.000 (48 % a 45 % de Trump). Salvo Obama en este nivel de ingresos (5 % de la población) siempre ganaban los republicanos, señal que esta vez Wall Street se inclinó por Clinton. El grado de rechazo a ambos candidatos es muy alto, Clinton 54 % en contra y 44 % a favor, Trump 61 % en contra y 37 % a favor. Si se lo compara con los votos recibidos se concluye que, salvo los que votaron los candidatos alternativos, muchos emitieron su vota a pesar de no tener opinión favorable por su elegido. Respecto a cómo se está conduciendo la lucha contra ISIS, la mayoría opina que va muy o algo mal (52 %) contra bien o algo bien (42 %). La mayoría opina que el principal problema es la economía (52 %) seguidos muy distante por el terrorismo (18 %), la política exterior (13 %) y la inmigración (12 %). Es interesante comprobar que pese al discurso xenófobo de Trump contra los inmigrantes, es el tema que menos preocupa a la población estadounidense. Toda esta información ha sido tomada del informe de Data Point, un destacado grupo interno de análisis político de la cadena de televisión NBC News, sobre la base de la encuesta en boca de urna llevada a cabo por la misma cadena. Los que quieran profundizar en los resultados pueden hacerlo en la página web de NBCNews. En este marco general veamos cómo se comportaron los estadosunidenses que se asumieron como judíos. La encuesta en boca de urna fue encargada, como lo viene haciendo durante las elecciones de los últimos años, por JStreet* y conducida por GBA Strategies a nivel nacional. El voto de los judíos siguió siendo fiel a los demócratas recibiendo Clinton el 70% de los votos contra el 25% de Trump, el 3% de Johnson (Partido Libertario) y 2% de Stein (Partido Verde). Los números coinciden con la encuesta realizada por el New York Time y se corresponde con el promedio de las últimas elecciones presidenciales. El apoyo a Clinton fue mayor entre los no ortodoxos que entre éstos. Los que no se identificaron con ninguna de las corrientes religiosos fueron el 29% del total lo que representa el mayor porcentajes con respecto a otras minorías. La encuesta mostró que Israel no es un ítem clave para los votantes judíos. Entre 10 temas de mayor preocupación, ocuparon los tres primeros puestos la economía, la atención de la salud e ISIS y el terrorismo, igual que en la población estadounidense en general, mientras que Israel ocupó el 8vo. lugar. El 81% de los americanos judíos apoya la solución de dos estados para el conflicto israelo-palestino, porcentaje semejante a año anteriores y el 78% opina que Israel debe detener la construcción de los asentamientos en Cisjordana. También una substancial mayoría, el 63% apoya el tratado nuclear con Irán. Al igual que el resto de sus compatriotas, ambos candidatos tuvieron un

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El aislamiento de EU

Autor: Noam Chomsky/La Jornada 31 de DIC 2016 El 23 de diciembre de 2016, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó por unanimidad la resolución 2334, con la abstención de Estados Unidos. La resolución reafirmó que la política y prácticas de Israel al establecer asentamientos en territorios palestinos y otros territorios árabes ocupados desde 1967 no tiene validez legal y constituye una seria obstrucción para lograr una paz amplia, justa y duradera en Medio Oriente (y) llama una vez más a Israel, como potencia ocupante, a regirse escrupulosamente por la Cuarta Convención de Ginebra de 1949, rescindir sus medidas previas y desistir de llevar a cabo cualquier acción que resulte en un cambio del estatus legal y la naturaleza geográfica y que afecte materialmente la composición demográfica de los territorios árabes ocupados desde 1967, incluida Jerusalén y, en particular, a no transferir partes de su propia población civil a los territorios árabes ocupados. Reafirmado. Un asunto de cierta importancia. Es importante reconocer que la 2334 no es nada nuevo. La cita anterior es de la resolución 446 del Consejo, del 12 de marzo de 1979, reiterada en esencia en la resolución 2334. La 446 fue aprobada 12-0 con la abstención de Estados Unidos, al que se unieron Reino Unido y Noruega. Las diferencias primordiales son que ahora Estados Unidos está solo contra el mundo entero, y que es un mundo diferente. Las violaciones israelíes a las órdenes del Consejo de Seguridad, y al derecho internacional, son ahora mucho más extremas que en 1979 y suscitan mucha mayor condena en gran parte del mundo. Por tanto, hay que tomar más en serio los contenidos de las resoluciones 446-2334. De ahí la intensa reacción a la 2334, tanto en cobertura como en comentario y, en Israel y Estados Unidos, en considerable histeria. Esas son impactantes indicaciones del creciente aislamiento de Estados Unidos en la escena mundial. Esto es, con Obama. Con Trump, es probable que el aislamiento se incremente, y de hecho así ha sido incluso antes de que asuma el poder. El paso más significativo de Trump en promover el aislamiento estadunidense se dio el 8 de noviembre, cuando obtuvo dos victorias. La menor fue en su país, donde ganó el voto electoral. La mayor fue en Marrakech, Marruecos, donde unas 200 naciones se reunían para tratar de poner algún contenido real en los acuerdos de París de diciembre de 2015 con respecto al cambio climático, los cuales quedaron como promesas más que como el tratado que se pretendía, porque el Congreso republicano no aceptaría compromisos vinculantes. Al llegar los votos electorales el 8 de noviembre, la conferencia de Marrakech se desvió de su programa sustantivo hacia la cuestión de si podría haber alguna acción significativa para enfrentar la severa amenaza de catástrofe ambiental ahora que el país más poderoso de la Tierra está levantándose de la mesa. Esa fue, sin duda, la mayor victoria de Trump el 8 de noviembre, de verdadera trascendencia. También definió el aislamiento de Estados Unidos respecto de los más severos problemas humanos jamás enfrentados en la historia del planeta. El mundo puso sus esperanzas de liderazgo en China, ahora que el Líder del Mundo Libre ha declarado que no sólo se retirará del esfuerzo sino, con la elección de Trump, aplicará medidas de fuerza para acelerar la carrera hacia el desastre. Un asombroso espectáculo, que pasó virtualmente sin comentario. El hecho de que Estados Unidos esté solo ahora en su rechazo al consenso internacional se reafirmó en la declaración 2334, en la que perdió incluso a la Gran Bretaña de Theresa May. La razón por la que Obama optó por la abstención en vez del veto es una pregunta abierta: no tenemos evidencia directa. Pero hay algunas suposiciones plausibles. Hubo algunas reacciones de sorpresa (y escarnio) después del veto de Obama en febrero de 2011 a una resolución del Consejo de Seguridad que llamaba a adoptar una política oficial en Estados Unidos, y tal vez sintió que sería demasiado repetirlo si quería salvar algo de su maltrecho legado entre sectores de la población que tienen cierto interés por el derecho internacional y los derechos humanos. También vale la pena recordar que entre los demócratas liberales, si no en el Congreso, y en particular entre los jóvenes, la opinión acerca de Israel-Palestina ha virado hacia la crítica a las políticas israelíes en años recientes, tanto que el núcleo del apoyo a esas políticas se ha desplazado a la extrema derecha, incluida la base evangélica del Partido Republicano. Tal vez esos factores influyeron. La abstención de 2016 causó furor en Israel y en el Congreso estadunidense, tanto entre republicanos como en prominentes demócratas, incluso con propuestas de retirar fondos a la ONU en represalia por el crimen del mundo. El primer ministro israelí Netanyahu denunció a Obama por sus acciones deshonestas contra Israel. Su oficina acusó a Obama de coludirse tras bambalinas con esa conjura del Consejo de Seguridad, y presentó partículas de evidencia que apenas se elevan al nivel del humor enfermo. Un alto funcionario israelí añadió que la abstención reveló el verdadero rostro del gobierno de Obama y que ahora entendemos con qué hemos estado tratando en los ocho años pasados. La realidad es muy diferente. Obama de hecho ha roto todos los récords de apoyo a Israel, tanto diplomático como económico. La realidad es descrita con exactitud por el especialista del Financial Times en Medio Oriente, David Gardner: “Los tratos personales de Obama con Netanyahu tal vez fueron ponzoñosos con frecuencia, pero ha sido el más pro israelí de los presidentes: el más pródigo con la ayuda militar y el más confiable en el ejercicio del voto estadunidense en el Consejo de Seguridad… La elección de Donald Trump hasta ahora ha traído poco más que espumarajos de tuits sobre éste y otros embrollos geopolíticos. Pero los augurios son ominosos. Un gobierno irredento en Israel, inclinado hacia la ultraderecha, se ve unido ahora por un gobierno nacional populista en Washington que transpira islamofobia”.

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Noam Chomsky: «Incluso si no gana, Trump será muy peligroso»

Por Antonio Baquero / El Periódico / Barcelona 05 de NOVIEMBRE 2016 El lingüista y filósofo estadounidense advierte que los seguidores del magnate están acumulando armas y que, si su candidato pierde, conciben el día después de los comicios como un día de rabia. Referente intelectual a nivel planetario en la denuncia de los abusos de las grandes multinacionales y de los excesos de la maquinaria militar de EEUU, el lingüista y filósofo Noam Chomsky ha aterrizado este sábado en Barcelona para realizar una conferencia sobre los refugiados, invitado por el Instituto sobre Globalización, Cultura y Movilidad de la Universidad de Naciones Unidas (UNU-GCM). Ediciones B acaba de publicar también su último libro, ‘¿Quién domina el mundo?’. A sus 87 años, reconoce la inquietud que le produce Trump, tanto si pierde como si gana. -¿Como lingüista qué impresión le producen los discursos de Donald Trump y Hillary Clinton? -No es una cuestión de lingüista. Personalmente no me gusta ninguno de los dos. Y creo que Trump sería un desastre. Pero el hecho es que si miran cómo se desenvuelven en televisión, verán que Trump suele hablar de asuntos que le importan a la gente a la que él se dirige. Habla su lenguaje y actúa como si fuera a obrar para defender sus intereses sobre lo que a esa gente le preocupa: el comercio, el trabajo, la inmigración. -¿Y Clinton? -Clinton dedica buena parte de su tiempo solo a atacar a Trump personalmente. Que no está capacitado para ser presidente, denuncia su modo de actuar… El modo de desenvolverse de Clinton no es muy bueno. Lo más grave es que ninguno de los dos habla de los asuntos realmente importantes, ni plantean de qué modo van a enfrentarse a los grandes problemas. Y los medios no están denunciando eso. Solo se atacan el uno al otro pero no nos dicen cómo piensan afrontar los problemas. -¿Hasta qué punto la cobertura de los medios de todo lo que hace o dice ha propiciado el auge de Donald Trump? -Ha sido dramático. El foco de los medios ha estado de una forma masiva sobre Trump. No solo Fox News. También aquellos medios que se le oponen. Por ejemplo, una semana, como experimento, miré el ‘New Yorker’, que es una publicación liberal. Y me fijé en las caricaturas. En todas aparecía Trump. Y eso en todos los medios. El jefe de la CBS, cuando le preguntaron por qué dedicaba tanto tiempo a Trump, contestó que Trump ‘era maravilloso para sus audiencias’, lo que suponía más anuncios. Los medios de comunicación son empresas privadas que quieren ganar dinero. Son los medios los que han hecho que la figura política de Trump se convierta en relevante. -¿Había imaginado alguna vez que alguien como Trump pudiera llegar a ser presidente de EEUU? -Es una persona que ha llegado sin ningún tipo de pasado político ni de experiencia política. Un hombre de negocios que gana mucho dinero, que pierde mucho dinero. Es un hombre espectáculo, básicamente. Recuerda un poco a Ronald Reagan que, eso sí, era un poco más serio que Trump. Tampoco tenía mucha idea del mundo. Era un actor. La diferencia es que Reagan era un instrumento del Partido Republicano, y del ‘establishment’ y las grandes corporaciones y tradujo sus preocupaciones. En cambio Trump viene de ninguna parte, es odiado por el ‘establishment’. -¿Qué ha cambiado con Trump? -Es muy interesante. Si mira en las últimas campañas, en las primarias republicanas, cada vez que aparecía un candidato aupado por la base, y con apoyo popular, solía ser un candidato extremo que, antes o después, era aplastado por el aparato. Hasta ahora, los republicanos habían sido capaces de liquidar a esos candidatos. Con Trump ha sido la primera vez que no lo han conseguido. Y lo que refleja es hasta qué punto la base republicana siente una desafección creciente por el ‘establishment’ del partido. -¿Por qué esa desafección? -Lo que ha pasado es que ambos partidos, Republicanos y Demócratas, pero sobre todo los Republicanos, se han ido tan a la derecha, han defendido tanto los intereses de las grandes empresas, que ya no consiguen atraer votos de la gente. El partido ya no es capaz de movilizar a grandes sectores de la población. -¿Qué capas de la población? -Por ejemplo, los cristianos evangélicos. EEUU es un país con una sociedad básicamente fundamentalista. Uno de los problemas para concienciar a la gente sobre el riesgo del cambio climático es que el 40% no cree que sea un problema. Y no lo cree porque está convencida de que Jesús va a volver en unos pocos años. También creen que el mundo se creó hace unos pocos miles de años. Y esto son franjas de la población que antes no eran una fuerza política y que ahora sí lo son. -¿Hay otras causas? -Sí. Hay una parte de la población blanca que está aterrorizada con la pérdida de la supremacía blanca en la sociedad estadounidense. En 10 o 15 años, la mayoría de la población ya no será blanca. Y EEUU es un país levantado sobre una idea extrema de supremacía blanca. Y perder esta posición dominante desde un punto de vista social y también económico es una conmoción. Además, los éxitos en la lucha por los derechos de las mujeres, o del colectivo homosexual, es visto por una parte de la sociedad como un ataque a su sistema de privilegios, a su sistema de valores, a los valores del sistema patriarcal… -Y Trump los ha activado. -Trump ha movilizado esa base social. Trump va a bajar los impuestos a los más ricos y a las grandes corporaciones, va a aumentar el presupuesto militar y va a hundir el sistema público, que no tendrá recursos. Incluso si Trump no llega a ser presidente puede ser muy peligroso. Sus seguidores están acumulando armas, se han convencido de que Clinton va a instaurar la ley marcial, que va atacarles y que tendrán que defenderse. El propio Trump ha hecho circular la

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