Encubrimiento: «El rol de Clarín en todo el caso AMIA fue nefasto»
Autor: Enrique de la Calle / Ag. Paco Urondo 08 de FEBRERO 2017 El periodista y abogado Horacio Lutzky es autor del libro «Brindando sobre escombros», que resume una investigación de 15 años sobre el caso AMIA. Su mirada sobre el caso, las diferentes pistas de investigación y sobre el papel de los principales medios. APU: Se está desarrollando un juicio por encubrimiento, a partir de lo que fue la investigación del ex juez Juan José Galeano. Sorprende (o no, en realidad) el silencio de los grandes medios sobre ese juicio. ¿Cuál fue el rol de los medios después del atentado? Horacio Lutzky: El rol de los medios varía de discreto a lamentable. Cuando se cayó el juicio trucho AMIA I, hubo una encuesta a 10 periodistas que investigamos el caso y las respuestas fueron unánime sobre el papel desastroso de los medios de comunicación. Algunos tuvieron un rol nefasto. Me refiero concretamente al Grupo Clarín. Hoy eso sigue viendo con el silencio en torno a este juicio por encubrimiento. Clarín ignora lo que está pasando en las audiencias. Son hechos que deberían ser tapa, incluso. APU: ¿Por qué cree que Clarín y otros medios acompañaron las hipótesis de investigación del ex juez Galeano, a pesar de las evidentes irregularidades? HL: Te voy a leer lo que escribió un periodista, es algo que no es muy recordado. Es de un periodista que ahora trabaja para el Grupo Clarín. Te leo textual (salió en La Maga, en 1998), de Gabriel Levinas: «El periodista Omar Lavieri hace un pacto con Galeano. Hubo testigos del pacto, y se puede mostrar leyendo Clarín. En Clarín hubo una reunión con Galeano, donde hay un testigo que es amigo mío y está dispuesto a declarar. Pero no hizo falta ya porque Lavieri habló y dijo que el pacto no lo hizo él, sino Clarín». Esto es una afirmación muy grave y pone la lupa sobre el rol de un gran medio de comunicación en torno a lo actuado por el ex juez Galeano. Si esto así como dijo Levinas, esto explicaría la actitud actual del diario, que está comprometido con una historia y niega otra, como por ejemplo la pista siria. En eso tuvo mucha responsabilidad el periodista Daniel Santoro, que tiene un interés acentuado en publicar que esa pista es una fantasía. Eso es falso. APU: No recuerdo quién ahora dijo cosas muy graves de Santoro, como que hacía las tapas de Clarín en el despacho de Galeano. HL: No lo sé, no tengo elementos para afirmar eso. Pero no me cuesta imaginar la situación por esto que te decía antes. Es verosímil. APU: ¿Cuál fue el rol de La Nación? HL: Una cosa es la línea editorial, que tiene ver con la utilización política de la causa AMIA. Es lo que pasa también hoy. Pero por otro lado rescato a alguno de sus periodistas. Quisiera rescatar en particular a Jorge Urien Berri, un verdadero maestro. Sus investigaciones fueron muy importantes. Lamentablemente no se vieron más sus notas. APU: Galeano siguió siempre la llamada pista iraní. Por supuesto, toda la investigación de Galeano fue cuestionada por las irregularidades que ahora están en juicio. Sin embargo, la pista iraní siguió siendo, hasta hace dos años, la principal línea de explicación de lo que pasó en AMIA. ¿Por qué ocurrió eso? HL: Ahí tiene que ver con la geopolítica del momento y posterior, que nos remite a acuerdos secretos, a tráfico de armas, a acuerdos previos entre víctimas y victimarios. En los servicios se maneja más información de la que se vuelca al expediente, pero se eliminaron las constancias materiales, porque eso involucraba a gente muy poderosa a nivel local. Se dejaron a los autores mediatos. Hasta el día de hoy todo está sustentado en informes de Inteligencia. Por mi parte, no descarto la coparticipación de Irán, pero por motivos diferentes a los que están en la causa. Creo que los estados y los servicios de inteligencia tienen su propia agenda. APU: En el caso AMIA todavía hoy no se conoce con precisión si hubo o no un coche bomba, y si se trató de un suicida. ¿Cuál es su visión sobre ese punto? HL: Si de algo no se puede hablar en la causa AMIA es de certezas. Es así. Ahora aparece una supuesta nueva evidencia sobre la Trafic, que para mi no lo es. Si algo aprendimos de la causa AMIA es a desconfiar de la multiplicidad de pruebas que aparecen de la nada. Miles de veces pasó. En algún momento se había dicho que el autor del atentado era Osama Ben Laden. A fines de 2001 se dijo eso: fue tapa de muchos diarios. El ex fiscal Alberto Nisman anunció en conferencia la existencia de pruebas sobre un conductor suicida. Fue un papelón. En el caso de la Embajada dijeron que identificaron al suicidida por un supuesto dedo gordo que dijeron pertenecía a una persona acostumbrada a caminar descalza, que entonces provenía de Medio Oriente. que ahora aparezca una nueva prueba, con restos de la supuesta Trafic, no me convence para nada. APU: ¿Qué rol cumplió Nisman en el encubrimiento de AMIA? ¿Estaría imputado en el juicio si estuviera vivo? HL: Lo conocí personalmente. Tengo muchas críticas pero no me gusta ser determinante. Hacía años que Nisman no se dedicaba a investigar y se había sumado a este engranaje nacional e internacional que estaba para otra cosa. No obstante lo cual, en un primer momento, por los años 2004, 2005, impulsó algunas actuaciones que parte de ellas posibilitaron este juicio. Después se arrepintió y pidió disculpas en la Embajada de Estados Unidos y nunca más se metió con el tema. Su papel fue decepcionante. Se dedicó a hacer política, negocios, viajes. Esa es mi evaluación. Si debió estar procesado no lo sé, pero no me extrañaría. Él formó parte del equipo con Eamon Mullen y José Barbaccia (dos ex fiscales que están imputados) y llevó adelante la acusación contra Carlos Telleldín. Tuvo un