Fuente: Adolfo Pérez Esquivel*
Fecha: 28 de ABRIL 2017
Venezuela es blanco de agresiones del imperio norteamericano que no cede en su embestida con el objetivo de derrocar al gobierno electo democráticamente. Tarea para la cual cuenta con cómplices, internos y externos, entre ellos, el Presidente Macri de Argentina.
La oposición venezolana se niega al diálogo con el gobierno. No han respetado las instancias propuestos por la UNASUR y facilitadas por el Papa Francisco, junto con varios ex presidentes a fin de llegar a acuerdos que garanticen la Paz social, y que ayuden a encontrar soluciones a las dificultades que vive el pueblo, que hoy sufre el desabastecimiento económico provocado por las grandes empresas.
Los golpistas están montando una fuerte campaña internacional denigrando y acusando al gobierno venezolano de ser una “dictadura”, pero la realidad venezolana no es un hecho aislado en Latinoamérica. Hay crisis impuestas por los EEUU, que no quiere perder su influencia y control continental, y busca impedir la autodeterminación de los pueblos a través de golpes blandos que hagan retroceder en las conquistas sociales, culturales y políticas que tantos esfuerzos costó alcanzar. Ya pasó en Honduras, Haití, en Paraguay y en Brasil, los golpes blandos exitosos.
Los medios de comunicación están al servicio de los grandes intereses económicos y políticos, buscan desacreditar al gobierno venezolano propagando noticias falsas para provocar el deterioro general. Pero el pueblo veenzolano debe reclamar a todos sus represnetantes, del oficialismo y la oposición, que haya diálogo entre ellos y organizaciones sociales, iglesias, partidos políticos, sindicatos, movimientos estudiantiles, organizaciones empresariales, con el objetivo de encontrar alternativas superadoras de la violencia que vive el pueblo venezolano. Diálogo para no perder las conquistas sociales alcanzadas por la revolución bolivariana en las últimas décadas.
No hay democracia perfecta, pero toda democracia es perfectible, es el gran desafío en nuestro continente. Si los pueblos participan y son protagonistas de sus propias vidas y constructores de su propia historia, va a encontrar su propio camino sin someterse al coloniaje de la gran potencia.
* Premio Nobel de la Paz