El jefe del primo Angelo
Autor: Gabriela Cerruti/Nuestras voces 5 de ENERO 2017 Angelo Calcaterra, el primo del presidente Mauricio Macri, será investigado por su presunta participación en los pagos de coimas admitidos recientemente por la constructora brasileña Odebrecht. Sin embargo, mientras Angelo pone la cara, hay detrás un hombre que maneja las empresas de Macri: Santiago Altieri. Intrigas y secretos de la mafia que hoy maneja el estado. La Procuraduría de Investigaciones Administrativas, a cargo del fiscal Sergio Rodríguez, investigará al presidente de la empresa Iecsa y primo del presidente, Angelo Calcaterra, luego de que fuera denunciado en la Justicia por sus presuntos vínculos en los pagos de coimas admitidos por la constructora brasileña Odebrecht en la Argentina. Según las investigaciones en marcha, a nivel global, Odebrecht habría pagado cerca de 790 millones de dólares en sobornos a funcionarios de distintas latitudes para obtener beneficios en adjudicaciones de obras con el sector público. De acuerdo al informe de una corte de Estados Unidos, los sobornos en la Argentina habrían rondado los 35 millones de dólares pero la empresa obtuvo beneficios cercanos a los 278 millones. Tal como publicó Nuestras Voces semanas atrás los medios locales enfocaron sus cañones en el ex ministro de Planificación Federal, Julio de Vido y el ex Secretario de Transportes -hoy preso- Ricardo Jaime. Julio de Vido desmintió la acusación pero la noticia de que uno de los principales socios de Odebrecht en nuestro país no es otro que Angelo Calcaterra pasó desapercibida. El primo del Presidente integra una importante unidad transitoria de empresas (UTE) con la firma brasileña en la obra por el soterramiento del ferrocarril Sarmiento. A su vez, también comparte con Odebrecht la construcción de los gasoductos troncales en la provincia de Córdoba. Hace dos meses este portal denunció que en ambos casos Calcaterra fue beneficiado por su primo el Presidente. Sin embargo, detrás de Angelo Calcaterra hay otro otro hombre ligado a Mauricio Macri: Santiago Ramón Altieri. El que manda Panamá es el recuerdo de la muerte para Santiago Altieri. Margarita Mantova, su mujer, volvía de un tour de “compras y finanzas”, como llaman los gerentes de las empresas a esos viajes por paraísos fiscales para firmar papeles y hacer movimientos entre cuentas. Día libre hasta el momento de la cita en la puerta del Banco. Esposas, primos, parientes, dispuestos a poner la firma y callar a cambio de dinero y placer. A veces Alemania y Londres en unos días. Esta vez, Centroamérica. Algo le cayó mal en la última comida antes de subir al avión, ese 1 de julio de 2010. Margarita se descompuso y el viaje fue un calvario. Seguía en el baño descompuesta cuando comenzó el aterrizaje. La ataron a una camilla en el piso. Pero se ahogó, y murió antes de que el avión tocara la pista. La familia de Mantova nunca le perdonó a Altieri esa muerte, pese a que muchos siguen trabajando todavía en IECSA y otras empresas del grupo. Pero los relatos de Margarita sobre esos viajes en que la obligaban a mover fondos entre cuentas a cambio de tarjeta libre para sus compras ya no son divertidos ni glamorosos: son el preámbulo del horror. El listado de empresas encolumnado en las necrológicas mostró claramente quién es Altieri. La mano derecha de Mauricio Macri desde que se hizo cargo de las empresas de su padre a mediados de los noventa y que sigue siendo hoy quien maneja IECSA y CREAURBAN, a pesar de los esfuerzos por aparentar que pertenece formalmente a su primo, Angelo Calcaterra. Durante algunos años, cuando se anunció el pase de manos de Mauricio y sus hermanos a su primo Angelo, Altieri pasó a un segundo plano. Coincidió con la muerte de Margarita pero también con su procesamiento en la causa en la que se denunció a Ricardo Jaime por haber recibido dádivas a cambio de direccionar licitaciones. Quien había otorgado las dádivas en nombre de la empresa de los Macri era precisamente Altieri. La juventud PRO es panameña La empresa de Margarita aparece en los Panamá Papers y fue creada por M & M Bomchil, un estudio de abogados con sede en la calle Suipacha 268, piso 12, intermediaria de doce sociedades off shore según esta investigación. Los Bomchil son el aceite del engranaje empresario: defensores de empresarios que litigan contra el gobierno argentino, asesores de ministros que llevaron adelante las privatizaciones durante el menemismo, pasaron de redactar escritos para la Corte Suprema que presidía Julio Nazareno a ser parte del aparato judicial que confrontó con el gobierno kirchnerista en los últimos años. El estudio M&M Bomchil representó durante las últimas décadas a varias empresas multinacionales que tenían litigios contra la Argentina en el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencia Relativa a Inversiones), el tribunal arbitral del Banco Mundial. Algunas de esas compañías, que demandan a la Argentina por un total de aproximadamente 10 mil millones de dólares, son Azurix, Siemens, Camuzzi Internacional, Telefónica y Unysis. Pero, además, dos socios de ese estudio, Máximo Bomchil y Guido Tawil fueron investigados, acusados de haber modificado los pliegos de licitación de los aeropuertos para beneficiar a esa empresa. Bomchil fue asesor de la corte menemista en los noventa, y abogados de las empresas que se beneficiaron con las privatizaciones entre ellas, claro, el grupo SOCMA de los Macri. Tawil, encabezó las marchas en defensa de Carlos Fayt o en apoyo a los reclamos relacionados con la muerte del fiscal Nisman. La segunda M de M&M es Miguel Bomchil. Siguiendo el derrotero de la derecha argentina, el abogado de empresas contratistas primero y de las privatizaciones después ahora se volcó a la política. Miguel Jr. es vicepresidente de La Generación, la agrupación de jóvenes del PRO, y jefe de gabinete de la Dirección de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires. Altieri está en todas Santiago Altieri es prolífico en apariciones en el Boletín oficial de la República Argentina y en los reportes de la Comisión Nacional de Valores. Una rápida búsqueda deja claro que fue, por