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Trastienda de una frustrada operación contra Casanello

Fuente: Néstor Espósito | TiempoAr Fecha: 07 de OCT 2017 El fallo que confirmó los procesamientos de dos personas que dijeron haber visto al juez Sebastián Casanello en la Quinta de Olivos, en la antesala de una reunión con Cristina Fernández, invita a profundizar la investigación para determinar quiénes estuvieron detrás de esa maniobra. Gabriel Corizzo y Carlos Scozzino, los dos procesados por “falso testimonio agravado”, corren riesgo de condena de hasta diez años de cárcel. Y, según se desprende del expediente, no les será fácil zafar. Ya no pueden argumentar que confundieron a Casanello con alguien parecido. No vieron a nadie parecido porque ni siquiera estuvieron en Olivos: “Las pruebas que desacreditan la visita del Magistrado a la morada presidencial revelan, al mismo tiempo, que ninguno de los imputados concurrió al complejo en la fecha declarada”, dice el fallo. Mintieron a sabiendas. El Código Penal lo define como “una divergencia entre lo que el (imputado) transmite y lo que conoce como verdadero”. ¿Hay alguna forma de mejorar sus situaciones procesales? Los difusos contornos del régimen de “delación premiada” no están pensados para el delito de falso testimonio. Pero las mentiras de ambos procesados parecían apuntar a apartar a un juez federal que está investigando un caso de presunta corrupción. Y para eso sí aplica la delación premiada. Corizzo y Scozzino deberían, en ese caso, revelar quiénes pergeñaron la mentira, y para qué. Corizzo se presentó en el expediente como “un soldado del proyecto” kirchnerista. Pero el fiscal Carlos Stornelli (quien no puede ser considerado K) advirtió que su relato “significaba una acusación grave contra la persona que conducía el ‘proyecto’ con el cual se identificaba fuertemente”. ¿Quién es, en realidad, Corizzo? El fallo de la Cámara aporta dos primeros nombres para una investigación ulterior y más profunda: Martín, uno de los hijos de Lázaro Báez, y su abogado, Santiago Viola. Pero la supuesta presencia de Casanello en Olivos y su relación con CFK sólo existieron en la literatura periodística, que luego fue reconocida por los propios autores de las notas como “pescado podrido”. Sin embargo, sobre la base de esos artículos que luego se revelaron falsos, Graciela Ocaña pidió el juicio político de Casanello ante el Consejo de la Magistratura. Peor aún: las publicaciones dieron cuenta de comunicaciones telefónicas reales que había sostenido el juez con parientes y allegados. Pero Casanello no tenía su teléfono intervenido por orden judicial. Es decir, lo espiaron ilegalmente. Lo que resta investigar está en manos del juez federal Luis Rodríguez. Tirar de esa cuerda podría dejar al desnudo una vergonzosa operación político-mediático-servicial.

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«Son amenazas directas y claras»

Fuente: Página 12 Fecha: 07 de OCT 2017 «El presidente ha dicho que soy la peor lacra que existe en el país, y luego ha dicho que el país andaría bien si pusieran en un cohete y enviaran a la luna a 562 personas, entre las cuales dijo que hay periodistas. Yo por las dudas me ajusto el cinturón”. Con estas palabras, Horacio Verbitsky graficó sus sensaciones ante la ofensiva de Mauricio Macri contra aquellos que critican con pruebas el gobierno de Cambiemos. El periodista y titular del CELS quedó en el ojo de la tormenta por la publicación en Página/12 de una nota en la que revelaba que Gianfranco Macri, hermano del presidente, había blanqueado más dinero que el propio Mauricio, aprovechando las bondades del decreto a través del cual modificó la ley de blanqueo y permitió que los familiares de funcionarios públicos se sumen a este beneficio. “El Presidente esta omitiendo bienes en su declaración, de otro modo es incomprensible que su hermano menor, que ha tenido siempre un rol secundario en los negocios de la familia, pueda blanquear cinco veces más de lo que el Presidente declara», dijo Verbitsky en FM La Patriada. El columnista dejó traslucir su molestia por la serie de trascendidos respecto de la irritación de Macri por esa nota y la ofensiva oficial a través de otros medios. «Son amenazas muy directas, muy claras, que yo no las minimizo en absoluto. Puedo decir que los insultos de Macri son un galardón, que me honran, pero de todos modos prefiero que no me lo coloque personalmente al galardón», aseguró. También consideró que “la irritación presidencial, incluso con el principal accionista de Página/12, Victor Santa María, no es por él específicamente, sino por las cosas que yo he publicado específicamente en la nota ‘Gianfrancamente hablando’ sobre el blanqueo del hermanito». Así, no dudó en calificar como “represalia” el enojo de Macri, que llevó a buscar en la AFIP la fuente que pudo haber suministrado información sobre el blanqueo de capitales. Para Verbitsky, también tuvo que ver la labor del CELS en tres casos: el 2×1 en el fallo de la Corte Suprema que benefició a genocidas, la desaparición de Santiago Maldonado y la denuncia por el arresto arbitrario de Milagro Sala en Jujuy. «Me parece que esos son los motivos de la furia presidencial, eso es lo que dicen periodistas que no son afines ni a mí, ni al CELS, como Carlos Pagni o Alconada Mon, por ejemplo”, afirmó el autor de Robo para la corona. «En el caso de Menem, por ejemplo, quién me llamo ‘terrorista de la pluma’, ponía la cara y lo decía él, en consecuencia esto estaba dentro de un marco institucional y habían formas de enfrentar esto”, agregó. Precisó que “no lo dice el Presidente, lo deja trascender a través de funcionarios, a través de voceros, de periodistas, incluyen amenazas de muerte”, y que “desde el año 75 con las notas de la revista El Caudillo no recuerdo algo similar en la Argentina». Respecto del caso de Milagro Sala y el trabajo del CELS, narró que el gobernador Gerardo Morales respondió al pedido de la CIDH llevándola “a una vivienda que no es su domicilio y que la eligió él arbitrariamente, y colocar allí un destacamento de Gendarmería en la puerta. Es una violación directa de la Ley de Ejecución Penal”. Para comprender la magnitud de la medida, dijo que “hay 150 funcionarios de la última dictadura, procesados o condenados por crímenes de Lesa Humanidad que tienen el beneficio de la prisión domiciliaria y ni uno de ellos tienen la menor custodia de fuerzas de seguridad”, lo cual da la pauta de lo “absolutamente ilegal” de lo ocurrido en Jujuy. Verbitsky habló además del caso Maldonado y estimó que “la resolución de Naciones Unidas de ayer habla claramente de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de sus declaraciones, de sus actitudes, del retaceo de información, de la información falsa que suministró a la opinión pública y a las propias Naciones Unidas. Es una declaración muy dura, si a ellos les consuela pensar que yo manejo los organismos internacionales, bueno, cosa de ellos». Sobre el caso del joven desaparecido desde el 1º de agosto, remarcó que el informe de la ONU consigna “ese diálogo terrible entre el subsecretario Barbieri, de Seguridad, con un grupo de gendarmes donde Barbieri dice ‘Estamos en el mismo bote, nos salvamos todos juntos o nos hundimos todos juntos’, lo cual, a su juicio, “no es el lenguaje institucional de la Seguridad sino es el lenguaje de la mafia”. El titular del CELS puntualizó que “no ha habido ninguna sanción a Barbieri por decir eso, no ha habido ninguna sanción a ningún gendarme, al margen de que si judicialmente se prueba o no se prueba quién hizo qué con Santiago Maldonado”; y fue categórico al resaltar que “está acreditado absolutamente que varios de los gendarmes han mentido, entre ellos el segundo jefe del operativo de represión”.

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Bajo el signo del poder de policía

Fuente: Raúl Zaffaroni* | La Tecl@ Eñe Fecha: 05 de OCT 2017 Nuestra idea de “dictadura” suele evocar la última y, para los más memoriosos, la de 1955 o incluso la de 1930, sin contar con otros periodos más discutibles. Preocupa que con ese concepto difuso a veces se hable hoy de una “dictadura”, porque confunde la naturaleza del actual momento político y equivoca la crítica. Decididamente, no vivimos bajo una dictadura, porque ese modelo está pasado de moda: corresponde a una etapa anterior del colonialismo, que si bien continúa con su estrategia de profundizar nuestra condición periférica, lo hace ahora con tácticas diferentes a las dictatoriales. Después de la implosión del totalitarismo del llamado “socialismo real”, el capitalismo hizo un giro hacia el totalitarismo que acabó con su variable keynesiana, instalando en el poder a los tecnócratas que manejan corporaciones transnacionales en detrimento de la política, que lo va perdiendo en beneficio de estos chiefs executive officers, que son la nueva oligarquía planetaria, que ya concentra en el 1% de la humanidad el equivalente a lo que recibe el 57% más pobre de ella. “… no vivimos bajo una dictadura, porque ese modelo está pasado de moda: corresponde a una etapa anterior del colonialismo, que si bien continúa con su estrategia de profundizar nuestra condición periférica, lo hace ahora con tácticas diferentes a las dictatoriales.” Esto no es el producto de la concentración de capital que vaticinaba la Suprema Corte norteamericana a fines del siglo XIX, imaginando que un día los monopolios debían “derramar” alguna riqueza para crear mercado de consumo, o el que preveía Lenin con un final completamente diferente. Las cosas no fueron por ninguno de esos caminos, porque hace cien años no se podía calcular que un día irrumpirían masas de dinero de propietarios ignotos, manejadas por tecnócratas, que buscasen sólo concentrar más dinero en el menor tiempo a costa de cometer “macrodelitos”, cuyo crecimiento superase con creces al de la producción y que ese afán plutocrático ni siquiera se detuviese ante el deterioro acelerado de las condiciones de vida humana en el planeta. Para colmo, el dinero que se concentra no existe, ni siquiera en los billetes verdes en que todos confiamos, porque aunque parezca mentira sólo una mínima parte de todos los billetes que se contabilizan y circulan por computadora existe en la realidad. ¿Cómo es esto posible? Muy sencillo: el dinero que depositamos en los bancos se presta y vuelve a los bancos que lo vuelven a prestar y, al final, los billetes que quedan en el banco son apenas una séptima parte de los que entregamos al depositar, de modo que si todos retirásemos nuestros depósitos, los bancos no podrían devolverlos, quebrarían porque no los tienen. El llamado “neoliberalismo” (con perdón de los viejos liberales, que con todos sus defectos nunca pensaron semejantes incoherencias) defiende la “libertad” de esas ficciones que son las corporaciones, pero no de los seres humanos de carne y hueso y, además la teoriza, adueñado de las universidades, del Premio Nobel de Economía y de los monopolios de medios. Este poder totalitario avanza por el mundo a propulsión delitos de dimensiones astronómicas: estafas, coacciones, administraciones fraudulentas, cohechos, trabajo esclavo a distancia, y un enorme aparato de encubrimiento por receptación, que es el servicio de reciclaje de dinero del hemisferio norte, que legaliza el producto de toda la criminalidad organizada y de la evasión fiscal de todo el mundo. El totalitarismo corporativo lucha contra la política debilitando su instrumento, o sea, el Estado. En los países sede de las corporaciones sus líderes políticos son agentes de las corporaciones, al menos desde la traición mundial a la política protagonizada por Reagan y Tatcher. Nuestra región no escapa a la regla: debilitan nuestros Estados. ¿Cómo lo hacen? Mediante el cohecho activo, es decir, ofreciendo y pagando “coimas” que les permiten tomar como rehenes a los politicastros que les son funcionales; debilitando la autonomía de los poderes judiciales con jueces “propios”; corrompiendo a las policías mediante la prohibición de tóxicos; neutralizando la defensa nacional al involucrar a las fuerzas armadas en funciones policiales; mostrando a la política como sucia, corrupta y perversa; creando políticos que no se presentan como políticos (imitación de Trump); estigmatizando al sindicalismo; fabricando enemigos, como los Mapuche y los adolescentes de barrios precarios; metiéndose en los servicios de informaciones autonomizados; difamando a cualquier disidente y a los defensores de Derechos Humanos y del medio ambiente; haciendo callar toda voz diferente; y cuando todo eso no alcanza, acudiendo a la violencia institucional, y podríamos seguir varias páginas más detalladas. Por supuesto que la columna vertebral o instrumento central indispensable a esta faena destructora son los monopolios de medios de comunicación, que también son corporaciones y que crean una realidad virtual que hoy se llama “posverdad”, pero que no es nada nuevo ni muy diferente a Göbbels ni a la fábula de los “Protocolos de los sabios de Sión”, salvo en que hoy está más desarrollada la tecnología del “marketing”. “El totalitarismo corporativo lucha contra la política debilitando el Estado mediante el instrumento central indispensable a esta faena destructora que son los monopolios de medios de comunicación …» Este poder totalitario colonialista y delincuencial no instala una “dictadura”, sino que deteriora y degrada al Estado de Derecho (que somete a todos por igual a la ley), que nunca en el mundo real llega a ser como su modelo ideal. El Estado de Derecho es una cápsula que contiene a su contrario, que es el Estado de policía (que somete a todos a la voluntad arbitraria de los que mandan), que tampoco nunca es como su modelo ideal. Los Estados reales oscilan entre los dos modelos ideales en una continua tensión de pulsiones entre la cápsula que trata de contener las del Estado de policía, y éste que trata de perforarla y hacerla estallar. Lo que vivimos es producto de las perforaciones que logra el Estado de policía en la cápsula del Estado de Derecho, es decir, el debilitamiento programado

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La CGT y el vandorismo herbívoro

Fuente: Carlos Romero | Revista Zoom Fecha: 05 de OCT 2017 La paulatina pero constante domesticación de la CGT ocupa un lugar destacado entre los méritos políticos del gobierno de Mauricio Macri. En menos de dos años, sin alterar demasiado el curso de sus decisiones y ahora en la antesala de un pleito electoral clave, Cambiemos volvió a ubicar a la conducción cegetista en la fila de sus interlocutores bajo control, a los que suele proponer una negociación con muy poco margen de maniobra y en la que el Ejecutivo establece y altera a su gusto las reglas de juego, los tiempos y la lógica del intercambio, con más destrato que cortesías. El saldo del Comité Central Confederal, celebrado el martes en la sede de La Fraternidad, vino a formalizar esta relación de fuerzas: la CGT llamó a deponer las amenazas lanzadas al aire, apuntalar la integridad del triunvirato, cajonear eventuales planes de lucha y reencausar el diálogo con Balcarce 50, misión para la que se facultó el Consejo Directivo. Así las cosas, a pesar de que se acercan las temperaturas más cálidas, la CGT seguirá en cuarteles de invierno, a la espera de que pasen las elecciones de octubre y se aclare el panorama. En la nada quedó la advertencia que el 22 de agosto realizó Juan Carlos Schmid. En esa jornada de protesta, desde un escenario en la Plaza de Mayo, el triunviro había asegurado que la reunión del Confederal serviría “para decidir un plan de lucha que incluya un paro general”. “Si en un momento la Rosada y la CGT simulaban dos autos acelerando en rumbo de colisión, no fue el gobierno quien pegó el volantazo o redujo la velocidad” Antes que a la paciencia del cauto, la postura de los líderes sindicales se parece más a la resignación de quien espera lo inevitable: un resultado que en las urnas confirme la potestad del oficialismo para continuar con su programa en materia económica y laboral, reforma mediante. Si meses atrás, cuando el panorama no le era tan adverso y la nueva conducción todavía generaba más expectativas que desencantos, la central obrera nunca mostró la astucia necesaria para disputar con el gobierno, ahora hay un convencimiento general de que las condiciones sólo permiten replegarse y defender. Igual de cierto es que esa fue la conclusión a la que la cúpula de la calle Azopardo arribó, una y otra vez, desde que Macri llegó a la presidencia. Reivindicando su prédica cristiana, la CGT nunca dejó de poner la otra mejilla. Prueba de la situación desfavorable que presiente la dirigencia gremial es la unidad conseguida: a la cita del Confederal asistieron todos, excepto los Moyano, que igualmente acompañaron a la distancia, en un gesto que los preserva para articular por la libre, en vista de los intereses diversificados que encarnan el líder Hugo y sus hijos Pablo y Facundo. Con distintos argumentos y temperamentos, los “gordos”, los independientes, el barrionuevismo, e inclusive los díscolos, se abroquelaron en torno al triunvirato y respaldaron la decisión de reemplazar los tambores de guerra por la bandera blanca del diálogo. Sólo si las tratativas no llegan a buen puerto –algo con profusión de antecedentes en los contactos con la Rosada– volverá a hablarse de pasar a la acción. Esta fue la cláusula gatillo impuesta por Sergio Palazzo, referente de La Bancaria y una de las voces fuertes de la Corriente Federal de Trabajadores, una línea interna que no tiene representación en el secretariado y que apoya abiertamente a Unidad Ciudadana. Palazzo, quien tiempo atrás pedía tensar la soga y confrontar, consideró que hoy salir a la calle sólo traería beneficios para la estrategia electoral de Cambiemos. Otro sector que retornó al seno cegetista fue el de los cerca de 40 gremios del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), liderado por Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sasia, que tiene como exigencia dejar de lado el mando colegiado y, en 2018, volver al esquema de un solo secretario, un pedido que hace rato conforma mayorías. En apenas dos horas y sin mayores conflictos, salvo algún chisporroteo menor, se ratificó lo acordado en reuniones previas. Lejos del tono inflamado que tuvo a mediados de agosto, Schmid explicó a la prensa las razones de la mesura: “Llevaremos adelante medidas de protesta de no prosperar el diálogo, pero es una resolución que va a ir madurando. Agradecería que no empecemos a poner fechas o establecer límites”. El pedido vino a cuento de uno de los episodios más sonados en el historial del triunvirato, ocurrido en marzo último, cuando los secretarios generales convocaron a un paro nacional, pero sin precisar qué día iba a realizarse, mientras desde abajo del palco montado frente al Ministerio de Producción les gritaban “poné la fecha, la puta que lo parió”. “Antes que a la paciencia del cauto, la postura de los líderes sindicales se parece más a la resignación de quien espera lo inevitable: un resultado que en las urnas confirme la potestad del oficialismo para continuar con su programa en materia económica y laboral, reforma mediante” Héctor Daer fue el encargado de subrayar los “límites innegociables” que pondrán sobre la “mesa de entendimiento” reflotada con el macrismo: no permitir que los cambios en la formación profesional “se transformen en un mercado laboral de pasantes”; seguir de cerca el denominado blanqueo de trabajadores, para lo cual pretenden “compartir la potestad de fiscalizar aquellos nichos y actividades que tienen empleados en la informalidad”; y monitorear “la situación de las organizaciones sindicales que están intervenidas”, un tema que hace sonar todas las alarmas en el mundo gremial. Como contraparte, los compromisos asumidos informalmente por el gobierno tienen ese perfil que caracteriza al oficialismo en la negociación: prometen que no harán lo que todavía no pueden hacer. En el caso concreto de la reforma laboral, el ministro Jorge Triaca ya garantizó que no tendrá un espíritu antisindical y que se evaluará sector por sector. “No va a ser a la brasileña”, resumió el ministro. Palomas

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Mindlin, el empresario favorito de Macri

Fuente: Ari Lijalad | Nuestras Voces Fecha: 03 de OCT 2017 Marcelo Mindlin goza de negocios y cerco mediático desde el bajo perfil. Es el rey de la energía eléctrica, con empresas de extracción, generación, transporte y distribución que incluyen a Petrobras Argentina, Edenor, Transener entre muchas otras manejadas desde Pampa Holding. Además compró la empresa del primo del presidente para realizar el soterramiento del Sarmiento y fue uno de los grandes beneficiados del perdón fiscal de Macri a millonarios y corporaciones. Radiografía del mayor empresario M. Marcelo Mindlin es, sin dudas, uno de los empresarios del momento. La proliferación de sus negocios bajo el influjo de Mauricio Macri sólo se compara con los beneficios que recibió el Grupo Clarín. Pero, a diferencia de Héctor Magnetto, Mindlin aún goza del beneficio del anonimato, fruto de un blindaje mediático equiparable al que disfrutan Macri y sus principales laderos. Este ocultamiento de su rostro, su historia y sus negocios hacen que el empresario que concentra en sus manos Edenor, Petrobras y el soterramiento del tren Sarmiento, que encabeza la lista de beneficiarios de la amnistía para delitos financieros decretada por Macri y que fue investigado por lavado de dinero, sea prácticamente desconocido para millones de personas que, en su cotidianidad, consumen electricidad, nafta, viajan en tren y no acceden a la condonación de sus deudas con el fisco. Electricista Marcelo Mindlin y Mauricio Macri no sólo comparten las iniciales, sino su optimismo por la nueva etapa económica del país. “La excusa de la falta de financiamiento no existe, ahora hay que invertir», aseguró Mindlin en enero de 2017. Estaba exultante. Desde la asunción de Macri no paró de hacer negocios y de expandir su holding, bautizado originalmente como Pampa Energía y que, con su diversificación en la era Macri, se cambió el nombre a Sociedad Argentina de Construcción y Desarrollo Estratégico (SACDE) Para Mindlin, el cambio de Gobierno fue una bendición. Si bien tiene un historial de buenos negocios mantuvo una relación tensa con el kirchnerismo en los últimos años por una cuestión clave: las tarifas eléctricas. La tarifa eléctrica tuvo el mismo destino que muchas de las concesiones otorgadas por Carlos Menem en los ’90. En 2002, tras la implosión de diciembre de 2001, la Ley de Emergencia Económica pesificó las tarifas. Edenor, que por entonces estaba en manos de la francesa Electricité de France, tenía una cláusula que establecía que las tarifas se ajustaban en dólares que quedó descartada. Esto generó uno de los tantos juicios contra el país en el CIADI. Con este contexto, Mindlin se lanzó a la compra de varias empresas vinculadas a la electricidad. Tal vez adivinó un negocio, tal vez sabía que tarde o temprano las tarifas se actualizarían, tal vez tenía todo eso conversado con Néstor Kirchner y Julio De Vido. Empezó en 2004 con Transener, que tiene casi el monopolio (95%) de la transmisión de electricidad en todo el país. En 2005 se quedó con el 65% de Edenor, y al poco tiempo logró el retiro la demanda en el Ciadi, un claro gesto hacia Kirchner. A los pocos meses, Mindlin obtuvo la revisión de las tarifas, que se hacían a través de la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos (UNIREN). Pero no fue suficiente. Durante todo el kichnerismo hubo reclamos públicos de las empresas eléctricas para aumentar las tarifas. Buenos negocios No es que a Mindlin le fuera mal durante el kirchnerismo. Hace años que su nave insignia es Pampa Holding, desde donde Mindlin pilotea empresas que acaparan toda la estructura del negocio de la energía: generación, trasmisión y distribución. En la generación tiene la mayoría accionaria de las Hidroeléctricas Los Nihuiles y Diamante, de las Centrales Térmicas Piedra Buena y Güemes y acciones también en las termoeléctricas José de San Martín y Manuel Belgrano. En la trasmisión controla Transelec y a través de ella Transener, cuya gestión reparte ahora en mitades con el Estado. En la distribución cuenta con Edenor y Emdersa, que agrupa a las distribuidoras regionales Edelar (La Rioja), Edesa (Salta), Edesal (San Luis). Sólo Edenor tiene cerca de 3 millones de clientes. Desde Pampa Energía también controla la Transportadora Gas del Sur (TGS), Petrolera Pampa y Loma la Lata. La Anses, a través del Fondo de Garantía de Sustentabildiad (FGS) tiene porcentajes importantes de las acciones de las empresas del grupo Mindlin. Tiene el 26,8% de Edenor, el 23,23% de Pampa Energía, el 20,96% de Emdersa, el 19,57% de Transener, el 20,96% de Edesa. Pese a sus quejas constantes, transmitidas muchas veces sin firma a través de medios de comunicación, Pampa Holding reporta ganancias en 2007, 2008, 2009, 2013, 2014 y pérdidas en 2010, 2011 y 2012. Lo que sucede algunos años es que en el rubro Distribución, en especial en Edenor, tuvo pérdidas. En 2007, la trasmisión eléctrica (Edenor y otras) le generaron 2.834 millones de pesos de ganancias. Pero, con los años, está área de Pampa Holding fue la que morigeró las ganancias o profundizó, en ciertos años, las pérdidas. En 2015, el último año de gobierno kirchnerista, el holding de Mindlin tuvo ganancias por 3.484 millones de pesos. Edenor, pese a las sistemáticas quejas por aumentar tarifas, aportó 613, el 17,6%. Macri y su ministro de Energía, Juan José Aranguren, le solucionaron el problema con los sucesivos tarifazos. Los balances de Pampa Energía reflejaron el cambio de época. “El ejercicio 2016 trajo sin dudas un hito transformacional para Pampa: la adquisición de Petrobras Argentina, la ex Pérez Companc, compañía insignia del país durante décadas. En casi 12 años de historia de Pampa, no sólo alcanzamos a ser la empresa integrada de electricidad más grande del país, sino también Pampa es ahora la empresa independiente totalmente integrada de energía más grande de Argentina”, dice el balance de la empresa. En lo que va de 2017 Pampa Energía tuvo ventas por más de 30.000 millones de pesos, un 267% más que el mismo período de 2016. De esos, 2.346 millones de pesos

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El cuento del análisis de Gendarmería

Fuente: Raúl Kollman | Página 12 Fecha: 24 de SEPTIEMBRE 2017 El informe sobre la muerte de Alberto Nisman entregado el viernes por la Gendarmería –fuerza que no tiene ninguna trayectoria en el mundo de las autopsias ni los estudios médicos– se basa en una secuencia especulativa sobre la cual no hay evidencia científica alguna. Se supone que dos personas entraron al departamento del fiscal porque él les abrió la puerta. Es que no hay nada forzado y él cerraba las puertas por dentro, como quedó comprobado. Las visitas le habrían dado una bruta paliza, pero sin desordenar nada: le fracturaron la nariz, le pegaron en la zona de los riñones y en las piernas. Todos esos golpes –detectados por un grupo de peritos sin experiencia médica– no fueron advertidos ni por la médica policial, que analizó el cuerpo en el propio baño, ni por los dos experimentados profesionales que hicieron la autopsia unas horas más tarde, ni por trece médicos forenses designados por la Corte Suprema. Es decir que la Gendarmería sugiere que los médicos con más autopsias del país no vieron una fractura de nariz que, además, debió dejar un hematoma. El siguiente paso fue la supuesta administración de ketamina –tampoco detectada por los toxicólogos del máximo tribunal– a un fiscal que estaba ya desmayado por los golpes. No hay constancia alguna de la cantidad ni de cómo se le administró, ya que no registra rastros de inyección, la única manera de dormir a un individuo con ketamina. Estas manipulaciones son parte del arsenal usado para concluir lo que los poderes nacional e internacional exigían que fuera la conclusión: que a Nisman lo mataron. Es su forma de continuar la ofensiva contra el gobierno anterior, ya que le adjudicarán la responsabilidad, e incluso meterán en la bolsa a Irán y Venezuela, que integraron el comando sicario, según especulan sin una sola prueba. Se necesitaba mucha elucubración para contrarrestar las pericias anteriores que no dejaban demasiado resquicio para la hipótesis del homicidio. No había rastros de pelea ni en el departamento ni en el baño. No había desorden Las gotas de sangre salpicaron hacia los cuatro costados, lo que indicaba que no había ninguna otra persona en el baño No hay pisadas No hay huellas, salvo de Nisman y del informático Diego Lagomarsino, en una taza, en la que tomó café el sábado No hay ingreso forzado Nadie vió a personas sospechosas o ajenas al edificio Nisman le pidió el arma a Lagomarsino, pero antes lo hizo con el custodio Rubén Benítez y el ex comisario Bogoliuk. Es decir que buscó el arma. Nisman ingresó a su computadora el domingo 18 de enero a las 7.30 de la mañana y terminó revisando una página sobre el regreso de la muerte Golpiza Lo que le dieron a la Gendarmería era un guión escrito, un resultado marcado antes de iniciar la pericia. Por lo tanto había que buscar cómo encajar las piezas. La Gendarmería tiene un cuerpo de peritos con trayectoria en temas como balística, porque siempre les dieron los estudios en casos de gatillo fácil en que estaba apartada la Federal o alguna fuerza policial provincial. Lo mismo respecto de pericias de voz o, hasta cierto punto, comunicaciones. Pero la Gendarmería no tiene la menor trayectoria en lo que tiene que ver con autopsias, análisis médico de muertes, porque justamente la última palabra siempre fue del Cuerpo Médico Forense, dependiente de la Corte Suprema. Uno de los obstáculos mayores que afrontaban los gendarmes es que no hay ningún rastro de pelea. Resulta poco aceptable que un hombre de 1,90 de altura, como Nisman, no haya opuesto ninguna resistencia a un disparo realizado a menos de un centímetro. La solución que encontraron los gendarmes es que a Nisman lo tuvieron groggy gracias a una paliza singular. En primer lugar, concretada por alguien a quien el fiscal le abrió la puerta. No se puede sospechar en este caso de Lagomarsino porque cuando el informático subió al departamento de Nisman estaba acompañado por el custodio, Néstor Durán. Ambos subieron juntos en el ascensor, algo que quedó filmado por la cámara del propio ascensor. Como no hay ningún vestigio de cerradura violada, el fiscal le abrió la puerta a sus agresores, según la versión tácita de la Gendarmería. Y, además, Nisman no se dió cuenta del peligro, porque después le dieron la paliza. Todo ocurrió sin romper nada ni desordenar nada. La madre de Nisman, Sara Garfunkel, testimonió: “Cuando entramos al departamento estaba todo en su lugar, como cuando yo fui de visita dos días antes”. Los especialistas del CMF registraron dos golpes. Uno, en la cabeza, producto de la caída. El segundo en una pierna, de antigua data. En cambio los de la Gendarmería, que no tienen experiencia ni trayectoria en autopsias, sostienen que le fracturaron la nariz, algo que se le habría pasado a la doctora Gabriela Piroso, de la Policía Federal, que fue la primera que revisó el cuerpo en el propio baño. Unas horas más tarde, a las ocho de la mañana del lunes 19 de enero, dos veteranísimos forenses hicieron la autopsia: Héctor Di Salvo y Fernando Trezza, ambos del CMF. Tampoco vieron la fractura de nariz. Y finalmente, trece forenses, la gran mayoría del cuerpo de la Corte, tampoco percibieron algo tan obvio como una fractura reciente de la nariz que, por supuesto, deja hematoma. A esto se agrega que, según los gendarmes, también tenía un golpe al costado del cuerpo. Los especialistas de la defensa de Lagomarsino afirman, en cambio, que los gendarmes no tienen los equipos para hacer esos análisis y que usaron radiografías que no sirven para ese estudio. No sólo consideran que no tiene ninguna fractura sino que, en caso de existir, tiene que ser muy anterior. Ketamina Para seguir el guión prefijado, los gendarmes diseñaron una especulación en base a un químico que supuestamente se le encontró a Nisman en el hígado. La sustancia no fue detectada por el equipo de toxicología

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¿Hasta cuándo?

Fuente: Julio Maier | Página 12 Fecha: 23 de SEPTIEMBRE 2017 Supe que vida y salud de Milagro Sala corrían peligro si ella no salía de la cárcel. Decidí callarme para no interferir en una solución en la que nunca creí y que yo vivo desde afuera, como ella misma me lo hizo saber cuando la visité en la cárcel. Hoy ella ya está fuera de la cárcel, al menos formalmente, y yo, según creo, fuera del riesgo que no quise provocar. Quiero decir, entonces, un par de cosas. En primer lugar, nunca creí en la solución que elaboró la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Como todo organismo burocrático no fue contundente y dejó resquicios para la interpretación de nuestros jueces actuales: en lugar de disponer la liberación lisa y llana, prefirió darle opciones a quienes ya habían mostrado sus uñas, sus odios, y hasta dónde el Derecho les importa un bledo. Sólo cambiaron el lugar de encierro y se dieron el lujo de “basurear” a la mentada Comisión. A semejanza de un jerarca nazi, recluido en una cárcel que sólo lo albergaba a él, destinaron a la reclusa, maliciosamente, a un domicilio que no es el de ella, destruido, custodiada por fuerzas armadas, que se encargan de hacerle cumplir un reglamento inventado por los jueces para la ocasión y sin fundamento alguno. La solidaridad pudo remontar el abandono y la ruina del nuevo hogar, pero no podrá devolverle la libertad, ni siquiera en el mínimo que representa la llamada detención domiciliaria. Ni criminales ya declarados culpables de horrendos crímenes son recluidos de esa manera cuando se les concede el cumplimiento de la pena en sus domicilios. De frente a esa realidad, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos debería aclarar la medida ordenada por ella misma, ya ordenando lisa y llanamente su liberación, ya con claridad y precisión en las pautas que gobiernan su detención domiciliaria, solución que siempre le dejará a jueces banales e impúdicos resquicios interpretativos. En segundo lugar, la medida adoptada ni siquiera alcanza a otros encarcelados por la misma persecución que sufrió Milagro Sala. ¿Qué será de ellos?, que no disponen de la misma notoriedad que ampara a Milagro Sala. No conozco en firme las razones que ha tenido la CIDH para proteger a Milagro Sala, pero no me cabe duda que los demás encarcelados sufren injustamente un castigo “preventivo”, sin condena e infundado. Pregunto: ¿la Comisión no se ocupa de los ciudadanos simples, comunes, del montón? En tercer lugar, no les bastó a gobierno y jueces jujeños la destrucción de una vasta obra social, que no tenía sentido dejar abandonada: el odio de clase y raza exigía ese sacrificio. Pero, además, como dijo un amigo, carecen de pudor. Ya no le imputan a Milagro Sala instigación a tirar huevos, y pretenden castigarla a penas de prisión prolongadas por ello, sino que, increíblemente (ver Verbitsky, PáginaI12, domingo 3/9), le atribuyen –y, seguramente, a la organización que dirigió– homicidios dolosos varios, incluso de personas que murieron por muerte natural, tratándolos de asesinos. A todo esto, el gobierno nacional no sólo consiente ese trato y se lava las manos, como Pilatos respecto de la condena de Cristo, sin reconocer que es la Nación el sujeto de Derecho internacional obligado por los tratados y convenciones internacionales que ella suscribe y ratifica, sino que, además, nos sume en la vergüenza que significa amparar al delito de desaparición forzada de un ciudadano –¿dónde está Santiago Maldonado?– y de calificar a siete indígenas, pertenecientes a pueblos originarios, de terroristas internacionales, aliados de los más macabros grupos que provocan masacres y, aún más, protegidos y subsidiados por esas organizaciones. La lista de agresiones a la vida democrática no acaba aquí, pero tampoco es necesario agotarla para concluir, como ya lo he hecho en exposiciones no publicadas, en que el Estado social y democrático de Derecho no finaliza en la verificación de comicios libres y sin fraudes –hasta esto último es discutible en nuestra situación actual–, sino que sólo comienza allí. Para todos estos desaguisados nuestra Constitución nacional tiene remedios para reparar la vida democrática no bien el Congreso de la Nación se ponga los pantalones largos, y diputados y senadores no ocupen bancas sólo para calentar los asientos y cobrar sus sueldos a fin de mes.

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Ajedrez de minorías

Fuente: Pablo Papini | Revista Zoom Fecha: 22 de SEPTIEMBRE 2017 De los distintos análisis que se han publicado desde las PASO surge una única coincidencia: el oficialismo y su mayor antagonista, Unidad Ciudadana, compartirán un rito en el no muy largo trecho que queda de campaña hasta el comicio definitivo de octubre próximo: el rezo. Se trata de pedir por la permanencia en combate de otros dos actores: Sergio Massa y Florencio Randazzo. Por el primero ruega Cristina Fernández; por el segundo, Mauricio Macri. Cuidado: no hay imputaciones aquí, apenas simple lectura de posiciones y conveniencias. Sucede que 2015 marcó el fin de la hegemonía de la fase K del peronismo y, al mismo tiempo, el inicio de otra etapa en la que no sólo el nuevo gobierno no tiene mayoría, sino nadie. La escena se ha quedado congelada en la noche del 22 de junio de 2013, cuando el ex alcalde de Tigre presentó su candidatura a diputado nacional y, con eso, fracturó la sociología peronista. Desde aquella jornada y hasta hoy, las proporciones estructurales de voto no se han alterado significativamente. Lo que cada tanto parecen novedades, al tiempo se comprueba que no son más que episodios laterales de una ecuación compleja que no hay quien atine a despejar porque no la abordan en su esencia. La posibilidad de una competencia en primarias entre CFK y Randazzo tenía buenas chances de suturar el drenaje porque el perfil del ex ministro lo hacía presumiblemente apto de convocar voluntades representadas por el massismo que su antigua jefa ya no logra penetrar. Las cosas no sucedieron así, y no sólo por voluntad de la líder de UC. Ninguno de sus críticos construyó algo alternativo desde la consagración macrista, con lo que ella al final puede hasta haber dado en el clavo cuando diseñó otro frente. Encerrándose en una aritmética que la tiene a maltraer desde que labró una reelección rotunda, pero pateando lejos una polémica interna que, cerca de las urnas, se vuelve inflamable en tanto previamente no haya otros entendimientos. No se arregla en dos meses. Sería justo y necesario que Jorge Taiana ingrese al Senado, porque esto sigue y cada poroto vale. Además, el ex canciller sintetiza varias cualidades que a veces parecen incompatibles. Aquello de diplomacia en las formas y dureza en el fondo. Pero, se sabe, no es suficiente con los merecimientos en estos negocios. Aunque el kirchnerismo logre su cometido, ello no implicará que se destrabe el paisaje balotajista en que ha quedado atrapada Argentina, donde se crece a través del descrédito ajeno (así se vota en tales instancias: en contra y no a favor de). De ahí tanto protagonismo de los tribunales en la política por estas épocas. Mientras el desgaste de este gobierno no alcance un punto determinante, seguir apostando a esa lotería es un riesgo altísimo. Con ventaja CEOcrática aún en la derrota. Es que si bien no da igual perder que ganar, para maniatar al statu quo no basta con un sufragio más. Para algo son poder permanente. Y no variando esa perspectiva, difícil, cualquiera sea el reparto de bancas, frenar nada. Asistimos, pues, a un ajedrez de minorías donde cada jugada viene precedida de un engorroso equilibrio entre los intereses y las necesidades de los múltiples duelistas en que se ha fragmentado el mapa político. Por eso, por su composición social, el macrismo lo tolera sin mayor drama: se sabe naturalmente minoritario. Hoy se presume que quienes en las primarias optaron por Massa migrarían mayormente hacia Esteban Bullrich, y quienes lo hicieron por Randazzo al ciudadanismo. ¿Y si la arremetida de María Eugenia Vidal en las horas previas al 13 de agosto ya chupó todo el massismo que podía, y por eso se emparejó una contienda que muchos presumían liquidada, habiendo pues ya explorado su techo los amarillos? ¿Y si la herida abierta entre la presidenta mandato cumplido y su otrora ministro, más que un espadeo de narcisismos, expresa incapacidades recíprocas de sintetizar al otro? ¿Qué rol jugarán, en este marco, los votos de las izquierdas ya eliminadas del juego y los de las que aún viven? ¿Cuál los ausentes? Frente a tanta incógnita, quizás habría que ser menos duro con los encuestadores. Tal vez resulte difícil pronosticar comportamientos en un mosaico social hiperfragmentado. *** Alejandro Bercovich contó, en su columna del 1º de septiembre en el diario BAE Negocios, que, tras las PASO, el establishment saldó sus disidencias domésticas para comprometerse, en bloque, con Macri. Para relegar esas contradicciones fue preciso el espanto por un gobierno que les mostró los dientes como desde hacía medio siglo no se veía. Es la novedad de una elite conduciendo un proceso político después de décadas de contentarse con influir culturalmente sin partido que la represente en el trámite democrático (lo que motivara tantas interrupciones institucionales), acierta María Esperanza Casullo en la última edición de Le Monde Diplomatique Argentina. Y es lo que falta en la vereda de enfrente: sacudirse la modorra que aquieta. En el reportaje con Luis Novaresio, sin embargo, CFK hizo explícito por primera vez algo que jamás se le había oído. Dijo que sería capaz de correrse si su persona fuera un obstáculo para la reunificación peronista. ¿Indicativo de que estaría dispuesta a participar en otro marco de alianzas, incluso uno que no encabece? No habrá salida del laberinto si, por lo menos, no exhibe disposición a tomar ese riesgo. Quizá no alcance pero, ¿quién más está haciendo algo, lo que sea? Con todos sus defectos a cuestas, intenta y se esfuerza en hablarle a la gente. Será la justicialista más votada en octubre, y ya tiene su banca propia y las de un buen pedazo de su tropa aseguradas. Le sobrará paño para condicionar, aún si no le tocara recuperar la lapicera. Ha recibido apoyos gremiales y no todos los gobernadores la rechazan. Quienes crean que la receta pasa por jubilarla cometen el mismo error que quienes dilapidaron el 54%, pero a la inversa. Se comprenden tantos

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Sergio Bergman, el impostor

Fuente: Jorge Elbaum | Nuestras Voces Fecha: 19 de SEPTIEMBRE 2017 El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable que compra televisores en Chile y se disfraza de árbol, también tiene oscuros secretos. Los manejos financieros de la escuela comunitaria Arlene Fern. Su propuesta “enterrar la causa AMIA en Plaza Lavalle” al irse de Memoria Activa y el más reciente desaire de la viuda del rabino y activista de DDHH Marshall Meyer en el propio diario La Nación, que lo había presentado como su discípulo: “Nada más alejado de la verdad (…) está en las antípodas del pensamiento de Marshall Meyer”. El domingo primero de julio de 2007, el matutino La Nación publicó una carta de lectores firmada por Naomi Mayer, la viuda del rabino Marshall Meyer con quien convivió en la argentina durante 25 años, entre 1959 y 1984. En esa misiva, Naomí señalaba: “Su diario ha presentado al rabino Sergio Bergman como discípulo de mi difunto esposo, el rabino Marshall Meyer. Nada más alejado de la verdad. Le puedo asegurar que los actos y posiciones políticas del rabino Bergman están en las antípodas del pensamiento de Marshall Meyer. (…) Quienes conocimos a Marshall sabemos que como parte de su fe religiosa estuvo en la Plaza de Mayo junto con las Madres durante la dictadura y visitó las cárceles donde recluyeron a Jacobo Timerman y a tantos prisioneros políticos. Le ruego que deje de utilizar la figura de mi esposo sin conocer ni su obra ni a sus verdaderos discípulos.” Marshall Meyer había sido fue un comprometido activista de los Derechos Humanos que colaboró con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo durante los años más oscuros de la dictadura genocida. Fue integrante de la CONADEP, formador de jóvenes rabinos y un gran opositor a las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final aprobadas durante los gobiernos de Alfonsín y Menem. Desde sus inicios en el Seminario Rabínico Latinoamericano –donde Marshall era el referente más importante-, Sergio Bergman se auto promocionó como su discípulo, e incluso como su continuador. Esa fue la pretendida legitimidad desde la cual, luego del atentado a la AMIA en 1994, se sumó a los familiares de las víctimas. Su presencia en los actos de Memoria Activa, frente a los tribunales ubicados en la Plaza Lavalle, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, durante el año 1994 –curiosamente un año después del fallecimiento de Meyer- se constituyó en su plataforma de su lanzamiento a la visibilidad pública. Tiempo después, debido a la utilización espuria del nombre “Memoria Activa” como trampolín de su lanzamiento mediático, fue repudiado por los familiares y las víctimas del atentado: “Bergman se retiró de Memoria Activa en Marzo de 1996 –decía el documento-, expresando que debíamos enterrar la causa AMIA en la Plaza Lavalle (…) por lo que se pidió que aclarara que no pertenece más a Memoria Activa, cosa que Bergman no ha hecho.” Escalera a la fama Las recurrentes apariciones televisivas, acompañadas de una pretendida aureola humanista y pseudo-mística, lo ayudaron a catapultarse hacia su posterior destino de exhibición, en el que se transfiguró como adalid de la seguridad pública, junto al “ingeniero” Blumberg. Ambos se construirán en los encargados de acaparar cámaras en la “Plaza de la Seguridad” en la que se repudió el homicidio del joven Axel, como producto de un secuestro extorsivo. El propio Bergman se desmarcará tiempo después de Blumberg –en un reiterado ejercicio de prestidigitación política– afirmando haber saldado la “hipoteca Blumberg”, producida por la usurpación de título académico en la que incurrió el padre de Axel. En forma paralela a este ascenso meteórico, caracterizado por la impostación, la apariencia y los negociados, el farmacéutico recibido en la UBA, erigió el Centro Comunitario Arlene Fern en homenaje a una joven fallecida a inicios de los años ´90. Los padres de Arlene donaron un millón de dólares para construir dicho centro de enseñanza, que se constituyó desde su origen en la “caja negra” de gran parte de su subsistencia personal. La institución, ubicada en el barrio de Belgrano demanda en la actualidad una mensualidad por alumno de alrededor de 15 mil pesos, pero —llamativamente para la población a la que se dirige— ha garantizado parte de su superávit gracias a subsidios otorgados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La “escuela comunitaria” ha sido, desde su fundación, una garantía de financiación para el propio farmacéutico , quien ha reorientado donaciones y subsidios a su pecunio personal desde el año 1994. Un ex ejecutivo de la entidad, que pidió confidencialidad antes de dar su testimonio para esta investigación, que fue despedido por revelar dichos manejos “non-sanctos”, intentó en vano difundir los desmanejos financieros entre los familiares de la escuela Arlene Fern, pero sucumbió a repetidos “aprietes” laborales y sociales por intentar hacerlos visibles. Según el informante, para 2012 el farmacéutico retiraba de las arcas de la institución alrededor de cien mil pesos mensuales. La profesional encargada en la escuela Arlene Fern de establecer la “contabilidad creativa” destinada a solventar la suntuosa vida del rabino fue su histórica persona de confianza, Patricia Holzman, quien además sustenta en la actualidad la presidencia de la “Fundación Judaica”, entidad a través de la cual el rabino recauda donaciones de ingenuos aportantes estadounidenses. Lo llamativo de dicha “Fundación” es que la justificación de dichos aportes se lleva a cabo bajo el paragua ideológico-institucional de la “Unión Mundial del judaísmo progresista”, sin brindar mucha definición precisa acerca de la acepción otorgada a la categoría de “progresista”, por parte de dicho conglomerado. Para darle continuidad a la alianza estrecha con su adlátere Patricia Holzman, Bergman la ha nombrado como Jefa de Gabinete del Ministerio de Medio Ambiente y aparece en las listas del PRO como candidata a diputada nacional en “sábana” que encabeza Lilita Carrió. La inclusión de Holzman en el puesto número once la lista, por exigencia de Bergman, supuso un chisporroteo entre la ex militante radical y el farmacéutico-rabino. Este último había caracterizado en 2103 a Carrió –que

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