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Venezuela: 20 años bajo ataque

Fuente: Dardo Esterovich | Convergencia N° 73   Fecha: abril 2019   Golpe negro Los acontecimientos que se están desarrollando en la República Bolivariana de Venezuela tienen a Estados Unidos como protagonista principal. Tal es la importancia que les asigna el gobierno estadounidense que Donald Trump ha formado un equipo de cinco halcones integrado por Elliott Abrams, John Bolton, Mike Pompeo, Marco Rubio y Mauricio Claver-Carone –todo un gabinete de crisis- para conducir su propósito de terminar con la presidencia del Nicolás Maduro y el chavismo, “limpiar” su patio trasero de gobiernos insumisos y fundamentalmente para apoderarse de la primera reserva petrolera comprobada del mundo y las importantes reserva de oro y minerales estratégicos como el coltán y otros. En el año 1998, el triunfo en las elecciones presidenciales del comandante Hugo Chávez y las primeas medidas adoptada por el nuevo gobierno, pusieron en alerta a los EE.UU. que venía ejerciendo un dominio ininterrumpido de la explotación petrolera venezolana desde principios del siglo XX. La conspiración para terminar con el experimento chavista es tan vieja como el chavismo mismo. Fracasado el golpe contra el presidente Hugo Chávez del 11 de abril de 2002 el imperialismo estadounidense y la derecha vernácula optaron por atacar al corazón de economía venezolana, la industria petrolera. Estas acciones respondían a la negativa de Chávez de retirar un paquete de 47 leyes adoptadas bajo la Ley Habilitante, prevista en la Constitución. Estas leyes introducían cambios profundos en diversas áreas, especialmente en la económica. Con ese fin el gobierno decretó la Ley Orgánica de Hidrocarburos, que incrementaba al 30% la tributación de las transnacionales en las actividades de extracción petrolífera, y fijaba en el 51% la participación mínima del Estado en sociedades mixtas con petroleras extranjeras. Otra ley que le quitaba el sueño a la oligarquía local es la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, que permitía expropiar latifundios y beneficiaba a los campesinos que buscaban cultivar pequeñas extensiones de tierra. El golpe negro, en alusión al color del hidrocarburo, comenzó con un lockout convocado por la patronal agrupada en Fedecámaras  para el lunes 2 de diciembre de 2002. Su duración inicialmente sería de 24 horas, pero se extendió hasta convertirse en una huelga indefinida en plena temporada navideña. A este accionar se unieron la alta gerencia de la petrolera estatal PDVSA y un sector altamente remunerado de sus técnicos y trabajadores, que temían perder los privilegios que la corrupción generalizada les proporcionaba. Hay que señalar que no se presentó ningún pliego reivindicativo salarial ni de condiciones de trabajo. El reclamo se limitaba a la derogación de las leyes dictadas por el gobierno y a la renuncia de Chávez. Adhirieron la burocrática Confederación de Trabajadores de Venezuela, la Coordinadora Democrática que agrupaba a los partidos de oposición y medios de comunicación privados. El hecho culminante de la escalada ocurrió dos días después cuando el capitán del tanquero de PDV Marina, Pillín León, fondea su barco en el canal de navegación del Lago Maracaibo, a lo cual se suman luego otros tanqueros. Se interrumpe así totalmente el transporte de hidrocarburos desde esa cuenca, En tierra se le fueron sumando gerentes y operadores de las refinerías, profesionales y técnicos de las áreas de informática, personal de distintas áreas con capacidad real para perturbar seriamente el funcionamiento de la principal industria nacional lo que en cierta medida consiguieron ya que las dificultades en la provisión de combustible provocaron una parálisis de las actividades en muchas ramas de la economía. El 21 de diciembre de 2002 el gobierno logra recuperar el Pillín León, en una acción de abordaje con fuerzas de Marina, e instala una tripulación que no había adherido al paro que lleva el tanquero a puerto seguro y a los pocos días, cargado, comienza a llevar petróleo a las refinerías. Fue el comienzo de la derrota del golpe. En enero del 2003, los empleados y obreros que no pararon acompañado por simpatizantes del gobierno recuperan las refinerías y playas de carga de combustibles y los camiones comenzaron a distribuirlos a las estaciones de servicio. El gobierno logra recuperar el control de PDVSA. El proyecto de provocar un «golpe de Estado petrolero” fue abandonado el 3 de febrero de 2003, luego de dos meses de duración. En el aspecto macroeconómico las consecuencias fueron muy negativas: la inflación se disparó, al igual que el desempleo y el Producto Interno Bruto (PIB) del país registró una caída de 15,8 % durante el cuarto trimestre de 2002, y de 24, 9%, durante el primer trimestre de 2003. En el sector petrolero la caída del PIB fue de 25,9% y 39,3% respectivamente. Las consecuencias también fueron nefastas para la población y el país. Hubo escasez de alimentos y gasolina durante y después del paro. Golpe oscuro Lo que está ocurriendo actualmente en Venezuela guarda similitud con lo ocurrido con el golpe negro. Comienza el intento de derrocar a Maduro con la autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó(1) como presidente interino el 23 de enero de este año. Guaidó programa para el 23 de febrero un golpe intentando introducir por la fuerza desde Colombia y Brasil, una pseudo ayuda humanitaria sin la anuencia del gobierno venezolano ni de organismos internacionales de ayuda como la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Estos organismos se negaron a participar denunciando la intencionalidad política de ese intento. Guaidó, EE.UU. y el Grupo de Lima, formado por países sudamericanos afines a la política imperialista estadounidense, presionaron sobre las Fuerzas Armadas Bolivarianas para lograr su defección y que reconocieran a Guidó como presidente. No tuvieron éxito. Solo medio centenar de efectivos, muchos de ellos prófugos por robo de armas y otros delitos, todos de baja graduación y tropa, cruzaron la frontera con Colombia. Una acción militar iniciada por éstos y paramilitares colombianos, como estaba planificada, resultó imposible quedando así frustrada también una posible intervención militar extranjera que era una “opción que estaba sobre la mesa” como repetían insistentemente Trump, Abrams, Bolton, Pompeo y otros funcionarios. El intento de introducir los camiones por Colombia y Brasil fracasó

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Me extraña, señora Bachelet

Fuente: Matías Bosch Carcuro | Telesurtv.net Fecha: 21 de MAR 2019 Me extraña, señora Bachelet, que hablara usted hoy de criminalización de la protesta en Venezuela. Me ha dejado casi convencido de que aluciné cuando recordaba que siendo usted Presidenta, Carabineros de Chile frente a La Moneda y en toda la Alameda hasta Santa Lucía, bombardeó con gases, agua y detenciones una manifestación de trabajadores en la que yo participaba. Me extraña, señora Bachelet, que hablara usted hoy de criminalización de la protesta en Venezuela. Me ha dejado casi convencido de que aluciné cuando recordaba que siendo usted Presidenta, Carabineros de Chile frente a La Moneda y en toda la Alameda hasta Santa Lucía, bombardeó con gases, agua y detenciones una manifestación de trabajadores en la que yo participaba. Lanzaban chorros de gases en la cara de maestros y maestras que sólo sostenían pancartas. Teníamos que correr y escondernos en el laberinto de las calles París y Londres para no ser detenidos. Y como esa, se pueden contar decenas de veces. Logré recordar también las marchas de los «pingüinos» defendiéndose de la arremetida policial. Estudiantes de secundaria tratados como «vándalos», incluso detenidos, por estar protestando en nombre  del básico derecho humano y social (eso que usted hoy defiende sobre Venezuela) a una educación pública de calidad e igualitaria. En los albores de su mandato en 2006, usted aún no izaba la bandera de la gratuidad educativa, que fue peleada en las calles a pesar suyo y de sus ministros de Educación e Interior. Me di cuenta que no alucino cuando leí sus párrafos sobre la «etnia» (se dice pueblo) warao en Venezuela, pues recordé a Matías Catrileo Quezada, mapuche baleado por la policía bajo su mandato; recordé a Johnny Cariqueo Yañez, muerto tras una brutal golpiza policíaca; y a Jaime Facundo Mendoza Collío, otro mapuche, asesinado por la espalda por un policía, todos durante su presidencia. En el gobierno de Ricardo Lagos, en el que usted sirvió como ministra de Salud y de Defensa, los mapuche asesinados fueron siete ¿Ha asumido usted cuotas de responsabilidad por ello alguna vez o promovido que se establezcan cargos ante el Estado de Chile? ¿De verdad quiere hablar de criminalización de la protesta, con el fardo de la Ley de Seguridad Interior del Estado para acusar de terrorismo a diestra y siniestra? Por demás, resulta a lo sumo curioso que su informe sobre Venezuela recoja como «conclusiones» y «hallazgos» lo que son frases textuales que se pueden encontrar en twitts y retwitts suyos y su equipo de HACE CASI UN MES ATRÁS (24 de febrero 2019) ¿Capacidad sobrenatural de premonición que la ciencia no conoce? Señora Bachelet: es impresionante que una persona del rango y prestigio internacional que Usted ostenta, asevere que las primeras sanciones se impusieron a Venezuela en 2017, cuando iniciaron mucho antes, por órdenes de Obama. También lo es que base sus afirmaciones en cosas como «según encuestas», «presuntamente», «me preocupa», «me inquieta», «se conoce»; todo un documento lleno de aseveraciones sin ofrecer una sola fuente, pero a la vez diciendo que un equipo «de su oficina» está en Venezuela (para el cual vuelve a pedir garantías, dejando insinuado que no las tiene) ¿Qué hace ese equipo, que seguro cobra muy bien, y apenas puede llegar a mandarle una lista de conjeturas, sin aportar una sola información corroborable? ¿Cómo no se hace cargo -ni siquiera por elegancia- de las sospechas de un sabotaje al sistema eléctrico vinculado al apagón general de días pasados? Sobre la crisis del sistema de salud -y mire que usted es médica y fue ministra de Salud- eso ya lo han dicho otros organismos, incluyendo el serio cuadro materno-infantil y de enfermedades infecto-contagiosas. Y sin embargo siendo organizaciones más pequeñas y limitadas, y sin la RESPONSABILIDAD GLOBAL DE USTED Y DE LA ONU, han hecho INFORMES MUCHO MÁS SERIOS y sin la ambigüedad política de este «informe». Usted, señora Bachelet, se anima a decir que Venezuela es hoy «inquietante factor de desestabilización regional», faltando poco para dejar dicho que representa una causal de intervención humanitaria. Usted afirma y valida lo que su correligionario de ideas, Rodríguez Zapatero, desmiente en todos lados, y su supuesto adversario, Piñera, proclama a los cuatro vientos. ¿Acaso quedó ya lejos la Michelle Bachelet que se interpuso al golpe en Bolivia y que acogió con honores en La Moneda al derrocado Manuel Zelaya? Lamentable es que usted, señora Bachelet, mujer, latinoamericana e hija de un general digno asesinado por el golpe cívico-militar de Pinochet, la derecha chilena, el Gobierno de Nixon y la CIA, se maneje de tal forma en este escenario de un país amenazado con una invasión de EEUU y otros países vecinos, gobernados hoy por aventureros y piratas como Bolsonaro y Duque, que podrían llevarnos sin temor a una conflagración regional, como se perpetró contra República Dominicana en 1965 y se intentó hacer de la mano de Uribe entre 2007 y 2008. Que quede claro: nada de esto busca ser argumento «ad hominem» o «ad feminem» para desviar la atención hacia usted y relativizar la gravedad de la situación, sea en el país que sea. Cualquier violación de Derechos Humanos de cualquier Estado debe ser condenada. El sufrimiento y las injusticias contra todo pueblo deben indignarnos; así nos enseñaron Allende y el Che. Solo que uno debe reclamar que los informes y hallazgos de este calibre cumplan un mínimo de seriedad, ecuanimidad y honestidad metodológica y ética, para no ser armas destructivas disfrazadas de legalidad. Más cuando está en juego todo lo que Trump y compañía planean, y los derechos de millones de personas por las que usted debe abogar.  Ahí está Haití esperando que alguien se digne a asumir la responsabilidad de la ONU en el crimen en masa de la epidemia del cólera. ¿Quién mejor que usted para hacerlo, con su participación directa en la presencia de los Cascos Azules en ese país? Dos cosas si quiero reconocerle: Que prometió un informe de verdad en junio, y eso

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Venezuela: un apagón a la medida de los golpistas

Fuente: Boyanovsky Bazán | TiempoAr Fecha: 10 de MAR 2019 El masivo apagón que afectó a toda Venezuela y que al cierre de esta edición todavía no estaba resuelto en su totalidad, motivó la denuncia del gobierno de Nicolás Maduro directamente contra los Estados Unidos, acusando a la administración de Donald Trump de promover un «sabotaje» a la medida del Plan Maestro elaborado por el Comando Sur del Pentágono para derrocar al presidente chavista , según se reveló en estas páginas en mayo del año pasado. La falla masiva en la principal planta generadora de electricidad del país, ubicada en la represa de Guri en el estado de Bolívar, dejó sin luz a casi todo el país desde el jueves. Según dijo al día siguiente el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, el gobierno basa su acusación en declaraciones del senador estadounidense Marco Rubio, del secretario de Estado, Mike Pompeo y del líder opositor y autoproclamado presidente encargado, Juan Guaidó, que ayer encabezó una nueva protesta callejera «contra el régimen usurpador, corrupto e incapaz que ha puesto a oscuras a nuestro país», dijo apelando a la circunstancia energética. Ayer también hubo una marcha «antiimperialista» del chavismo, a cuatro años del día que Estados Unidos declaró a Venezuela «amenaza» para su seguridad. El apagón fue el peor en la historia del país y obligó a suspender las clases y jornadas laborales. Según venezolanos consultados, ayer se notaba un lento pero progresivo avance en el restablecimiento del suministro, pero en estos días hubo cortes en 22 de los 23 estados y en la capital, con fallas en las líneas telefónicas e Internet; hospitales colapsados, vuelos cancelados desde el aeropuerto internacional Simón Bolívar y otras terminales aéreas, muchos hogares sin agua, las calles de las principales ciudades desoladas y negocios cerrados. Aquel documento firmado por el almirante Kurt Walker Tidd, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, hablaba de «intensificar el derrocamiento definitivo del chavismo y la expulsión de su representante» alentando a la «insatisfacción popular, aumentando el proceso de desestabilización y el desabastecimiento». Si bien no habla específicamente de un sabotaje eléctrico, aunque sí lo hacen otros manuales desclasificados de la CIA como recurso en la «guerra no convencional», el paper de Tidd mencionaba la necesidad de «incrementar la inestabilidad interna a niveles críticos, intensificando la descapitalización del país, la fuga de capital extranjero y el deterioro de la moneda nacional, mediante la aplicación de medidas inflacionarias que incrementen ese deterioro». También señalaba que se debía «magnificar frente al mundo la crisis humanitaria, a la que está sometida el país», «utilizar a los oficiales del ejército como una alternativa de solución definitiva», generar «caos» en la frontera con Colombia. Todo con el apoyo de la oposición local y con el liderazgo del presidente Trump cuya «participación activa es crucial», decía el documento, «no sólo para la administración sino para el continente y el mundo. El momento ha llegado». Nada de lo que está escrito en ese documento revelado hace casi un año parece lejano a todas las acciones que se montaron contra el gobierno de Venezuela, intensificadas en los últimos meses con la aparición de Guaidó, la fallida acción humanitaria, la intervención decidida del gobierno estadounidense y sus aliados regionales. Rodríguez adelantó que el gobierno venezolano denunciará ante distintos organismos internacionales «el ataque que generó el apagón». Sobre el senador republicano Marco Rubio, dijo que «tiene dotes adivinatorias». Es porque minutos después de producido el apagón el representante del estado de Florida daba detalles de las fallas en su cuenta de Twitter que, según Rodríguez, no los conocía aún el gobierno. «Minutos después, Mike Pompeo señala: sin alimentos, sin medicina, ahora sin electricidad, próximamente sin Maduro», expuso en la misma línea, poco digna para un secretario de Estado. Y calificó a las declaraciones de Guaidó como de «confesión criminal de un psicópata», porque afirmó que la luz llegaría «con el cese de la usurpación». En la misma red, Rubio se burló de la acusación y responsabilizó la grave falla a la falta de mantenimiento. En la misma línea se manifestó todo el arco opositor y el frente antichavista regional e internacional. El chavismo afirma que la represa de Guri tiene un control cibernético de última generación cuyos «protocolos de seguridad son de los más modernos y seguros del mundo» y que la única forma de quebrar esa seguridad es con un ciberataque masivo sólo a la altura de un poder desproporcionado. Bachelet envía inspectores Esta semana llegará a Caracas la misión enviada por la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, para realizar una «evaluación», mientras la expresidenta chilena continuará «monitoreando la situación» desde Panamá, donde está asentado el Consejo. Bachelet tomó la decisión después de la última presentación del canciller venezolano Jorge Arreaza en la reunión de ese organismo de Naciones Unidas del 27 de febrero, cuando los representantes de países miembro del Grupo de Lima y algunos de Europa se retiraron al iniciar el discurso. Bachelet ha tenido hasta ahora una posición crítica del gobierno de Maduro, al que acusa de «violación de los derechos civiles y políticos, incluyendo la falta de respeto a las libertades fundamentales y a la independencia de instituciones claves, puede acentuar el declive de los derechos económicos y sociales». Por eso el gobierno de Maduro reforzó la invitación para que vea «con absoluta libertad la realidad del país y los efectos que han generado las sanciones». Si bien la chilena aceptó, resolvió antes enviar a su avanzada. «Quiero asegurarme de que las condiciones de mi visita garanticen que puedo cumplir mi labor como debería, que voy a poder reunirme y hablar con todas las partes, de otro modo sería inútil», aseguró Bachelet, quien asimismo advirtió que la crisis en el país «ha sido exacerbada por las sanciones» económicas impuestas al gobierno de Maduro. Pese a sus críticas, los miembros del GL, incluido Chile, la criticaron por «no haber condenado al régimen de Maduro».

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La bala de plata

Fuente: Dardo Esterovich* | Liliana Lopez Foresi Fecha: 09 de MAR 2019   Las sanciones de EE.UU. a Venezuela  “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”. Carta del Libertador Simón Bolívar al Cnel. Patricio Campbell Guayaquil, 5 de agosto de 1829   Para entender los acontecimientos que condujeron al 23F en Venezuela hay que introducirse en las sucesivas acciones del imperialismo estadounidense que precedieron al intento de golpe. Es una conducta que tiene antecedentes históricos que se remontan a más de un siglo. El bloqueo no es algo nuevo. Es un arma que se usa en las guerras desde que estas existen. Se trata de aislar y debilitar al enemigo impidiéndole abastecerse para obligarlo a la rendición o no ofrecer una resistencia eficaz en caso de ataque. Hoy ya no hay que utilizar la política de las cañoneras  para bloquear.  La globalización, la concentración del poder financiero, la velocidad con que circula la información, el alineamiento de los medios de comunicación que a su vez pertenecen a grandes conglomerados económicos,  le brinda al imperialismo las herramientas para lograr objetivos similares al uso directo de la fuerza. A ésta se la reserva como recurso de última instancia en caso de que la resistencia de los pueblos sea tal que exija su utilización. Ya no se busca que un general deponga su espada y firme la rendición. De lo que se trata es de generar el mayor de los sufrimientos al pueblo del país bloqueado con el objetivo de que éste sea el protagonista del derrocamiento de gobiernos insumisos al mando imperial. Estas acciones fueron siempre ampliamente visibilizadas porque daban un mensaje de fortaleza al bloqueador para que sirviera de ejemplo para aquellos que pretendieran desafiar a los designios imperiales. Valga el ejemplo de Cuba. Pero ocurre que en el mundo actual esta política, como los golpes de estado, ha merecido el repudio de los pueblos. Por eso en Venezuela se da la paradoja de un bloqueo económico-financiero brutal que no tiene ninguna o muy poca prensa, porque se quiere desvincularlo de una presunta crisis humanitaria utilizada como pretexto para un golpe e intervención armada extranjera. Un poco de historia A principio del siglo XX, durante los años 1902 y 1903, las marinas de guerra del Imperio Británico, el Imperio alemán y el Reino de Italia ​bloquearon las costas y puertos de Venezuela exigiendo el pago inmediato de las obligaciones contraídas con las compañías de sus connacionales. A las deudas tomadas por el gobierno se agregaron la de los caudillos regionales que solicitaron préstamos para financiar las sangrientas guerras civiles que asolaron al país desde 1898 hasta que finalmente triunfa Cipriano Castro y se hace cargo de la presidencia. Cada vez hay más elementos de juicio que confirmarían que la decisión de bloquear fue una jugada destinada a mostrar el músculo a EE.UU para que morigere su política expresada en la Doctrina Monroe y permitirse la libre expansión de la influencia de las potencias europeas en Sudamérica. Un rol fundamental en esa decisión lo jugó el Imperio Alemán a partir de la doctrina de la Welttpolitik  (1)  [2]con la que el II Reich fijó sus objetivos de expansión colonial tardía en el siglo XIX. Para entonces EE.UU. había consolidado su dominio total sobre la cuenca del Caribe con su participación en 1898 en la derrota de España en su última colonia americana, Cuba, y le impone a este país un estatus colonial mediante la Enmienda Platt.  Al principio el presidente de EE.UU. Theodore Roosevelt aceptó el bloqueo como recurso para cobrar las deudas –algunos sostienen que lo hizo para provocar el conflicto-  pero, al agravarse la conflagración con bombardeos a las costas y puertos venezolanos, interviene  ante Gran Bretaña y Alemania y fuerza un acuerdo de pago  para finalizar el bloqueo, que se firma en Washington el 13 de febrero de 1903. A este conflicto se debe la formulación el 29 de diciembre de 1902 de la famosa doctrina Drago, por entonces Ministro de Relaciones Exteriores argentino en el segundo gobierno del presidente Julio Roca,  que establece que ningún Estado extranjero puede utilizar la fuerza contra una nación americana con la finalidad de cobrar una deuda financiera Las consecuencias del bloqueo naval se manifestaron en un incremento de la influencia norteamericana en América Latina mediante la promulgación del Corolario Roosevelt de 1904, una sustancial “enmienda” a la Doctrina Monroe por parte del presidente Roosevelt que ahora consideraría a América Latina como territorio para expandir los intereses comerciales de los Estados Unidos en la región, adicional a su propósito original de mantener a la hegemonía europea fuera del hemisferio. . Fue el fin de la posibilidad de intervención directa de las potencias europeas en América Latina. En esta enmienda el presidente Roosevelt afirmó que si un país latino-americano y del Caribe bajo influencia de los EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de EE.UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país «desquiciado» para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. El Corolario Roosevelt –institucionalización del Big Stick (gran garrote)- fue invocado como sustento de las intervenciones armadas norteamericanas que asolaron a la región. La primera prueba tuvo lugar en diciembre de 1908 cuando naves de EE.UU., con apoyo británico y francés, bloquearon el puerto de La Guaira para impedir el regreso del presidente nacionalista  Cipriano Castro que volvía dispuesto a recuperar el poder del que había sido despojado por JuanVicente Gomes, impuesto por los intereses estadounidenses con el  advenimiento de la era petrolera en Venezuela. Desde ese momento EE.UU. no ha dejado de intervenir para conservar el dominio de ese recurso estratégico tan cercano a su territorio. Más historia, pero reciente En una conferencia en la Carnegie Endowmen for Internacional Peace, en marzo de 2016,  Jacob J. Lew Secretario del Tesoro de EE.UU. durante la presidencia de Barack Obama, haciendo un balance de las políticas de sancione de la última década de su país, manifestó que “las sanciones son la bala de plata de la política exterior de Estados Unidos porque son más efectivas y

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“Esa es nuestra región”

Fuente: Jorge Elbaum | El cohete a la luna Fecha: 24 de FEB 2019 El fracaso del promocionado 23F, con el que Estados Unidos pretendió obtener la implosión venezolana junto al desmembramiento de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, concluyó este sábado en un fiasco coronado por la ruptura de las relaciones diplomáticas con Colombia. La pretendida ayuda humanitaria y las escaramuzas fronterizas motorizadas desde Washington son parte constitutiva de la desesperada búsqueda por recuperar el dominio total en América Latina, controlar sus recursos naturales y evitar el crecimiento de la multilateralidad económica y política —de la región— con China y Rusia. El Departamento de Estado, el gobierno de Colombia y la oposición liderada por Juan Guaidó no lograron  justificar la salida militar a la crítica situación Venezolana. La ayuda humanitaria que el Comando Sur y los paramilitares colombianos pretendieron ingresar a través de la frontera que divide ambos países es cuestionada tanto por la Cruz Roja Internacional, por carecer del protocolo estipulado para ese tipo de cooperación, como por las Naciones Unidas. Además faltó la multitud esper aba el presidente autodesignado. Estados Unidos ha decidido asfixiar la economía de Caracas a través del cerco financiero, la prohibición de importar medicinas y una proscripción a terceros países para que provean alimentos. El boicot económico-financiero ha producido un profundo descalabro en la economía venezolana cuyas pérdidas han sido evaluadas por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) en 350.000 millones de dólares, sólo entre 2013 y 2017. La ayuda humanitaria que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID) pretendió ingresar en forma violenta a través de la frontera con Colombia, supone el 0.001 % de los quebrantos generados por el bloqueo. Si la primera etapa de la ofensiva de Washington consistió en inducir al deterioro de la situación social del país caribeño, la fase actual busca legitimar, a través de potenciales escaramuzas fronterizas en Cúcuta (o una masacre sin responsables ciertos), la invasión, el bombardeo o el incentivo para el desarrollo de una guerra civil. El último lunes 18 de febrero, el presidente Donald Trump se dirigió a exiliados venezolanos y cubanos desde la Universidad de Miami con un discurso que puso en evidencia la triple motivación de su ofensiva contra Nicolás Maduro. La utilización del fabricado conflicto con Venezuela para recuperar porciones de liderazgo perdidos, sobre todo vinculados a la construcción del muro con México, entremezclados con los avances de las investigaciones sobre sus contubernios durante la campaña electoral de 2014-2016. El recurrente intento por disciplinar a América Latina para socavar cualquier intento de proyectos soberanos, y  la advertencia, por elevación, a China y a Rusia acerca de quién controla el hemisferio occidental, como Estados Unidos prefiere llamar a nuestra América. El discurso de Trump en la capital anticastrista incluyó un saludo de Juan Guaidó, enviado a través de videoconferencia. El autoproclamado primer mandatario de Venezuela, que fue reconocido únicamente por el 30 % de los países asociados a las Naciones Unidas, agradeció el encomiado apoyo de Washington, donde se formó años atrás gracias a una beca financiada por USAID. Guaidó fue cooptado por el National Endowment for Democracy (NED), una de las entidades de fachada de USAID, a través de la cual realizó un posgrado en la Universidad George Washington, bajo la dirección del economista venezolano Luis Enrique Berrizbeitia, ex director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sus enseñanzas no fueron en vano. A principios de febrero de 2019 Juan Guaidó presentó un plan para el futuro de Venezuela titulado Plan País, que contiene las máximas de ese organismo multilateral: la liberalización financiera y económica, la flexibilización laboral y la privatización de todas las empresas venezolanas, incluso sectores de PDVSA, la empresa de energía que cuenta con las reservas de petróleo y gas (en conjunto) más importantes del mundo. La Fundación para la Educación Económica (FEE), una de las instituciones que recoge el legado de Milton Friedman, se expidió de inmediato frente a la propuesta: “Sería un honor [para FEE] poder reconstruir a Venezuela”. Una ayudita de Satán USAID cuenta como entidad proveedora de información estratégica al Albert Einstein Institute (AEI) un centro que dirigió hasta su fallecimiento, en enero de 2018, Gene Sharp. Este cientista político nacido en North Baltimore en 1928 escribió el famoso libro De la dictadura a la democracia, donde detalla los mecanismos más eficaces para derrocar gobiernos a través de golpes de Estados suaves, mediante tácticas de infiltración, comunicación, confusión, generación de caos y siembra de desconfianza pública. Sus recomendaciones fueron utilizadas explícitamente por las delegaciones diplomáticas de Estados Unidos en el Magreb, durante la llamada primavera árabe, en los Balcanes para dividir la ex Yugoslavia, y en Crimea, con el objeto de atizar los viejos resquemores entre ucranianos y rusos. La historia de USAID incluye parte de la subvención, implementada a fines del siglo pasado, durante el gobierno de Alberto Fujimori en Perú, del programa de esterilización forzada. Según investigaciones del Ministerio de Salud de ese país se llevaron a cabo 331.600 esterilizaciones de mujeres y 25.590 de varones, sin que las víctimas brindaran autorización para el procedimiento. Por su parte, en Ecuador la USAID se ajustó con precisión a los decálogos sugeridos por Sharp, motivo por el cual Rafael Correa les exigió que abandonen el país el 28 de junio de 2012. La fundamentación de la expulsión se sustentó en que había promovido, en forma oculta, detrás de la ayuda humanitaria, la organización de grupos opositores. Algo similar sucedió en Bolivia poco tiempo después. El 1° de mayo de 2013, Evo Morales echó a esa misma avanzada del Pentágono bajo la acusación de conspirar contra el gobierno. En 2016 varios cables filtrados a través de Wikileaks validaron las denuncias del presidente boliviano y pusieron en evidencia que los funcionarios de Washington ligados a USAID ocultaron información, al gobierno de Morales, sobre la planificación de un magnicidio en su contra. [1] Las tareas de USAID en Venezuela, previas a la actual ayuda humanitaria, gestionada por el Comando Sur, se remontan a 2002 cuando fracasó

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Guaidó, el primer presidente autoelegido

Fuente: Dardo Esterovich | La García Fecha: 20 de FEB 2019 “Un joven de 35 años que hasta hace poco era un diputado casi desconocido se adueñó este martes de los titulares de los principales medios del mundo”. Así comienza una nota de la BBC Mundo del 26 de enero de este año sobre quién es Juan Guaidó. No aporta mayores datos salvo alguna información sobre sus orígenes de clase media, sus estudios de ingeniería en la Universidad (privada) Católica Andrés Bello donde hace sus primeas armas como dirigente estudiantil en actividades opositoras al gobierno de Chávez, distinguiéndose en acciones de calle. Luego salta a su participación en la fundación en 2009 de Voluntad Popular junto a Leopoldo López y otros, a su elección como diputado, a su designación como presidente de la Asamblea Nacional este año y su autoproclamación como “presidente encargado”. En el medio queda todo un período que es ocultado, lo que justifica su condición de “casi desconocido”. Al momento de su autoproclamación en Venezuela un 81% respondió en una encuesta que no lo conocía. Pero donde no era un desconocido es en los sectores del Departamento de Estado y del Congreso que se ocupan de América Latina y en las agencias de inteligencia encubiertas como ONGs que, bajo pretexto de ayuda, participan de la desestabilización de gobiernos que no se someten a los dictados de EE.UU. El golpe blando Hace aproximadamente un cuarto de siglo EE. UU., para evitar ser acusados de patrocinar golpes de estados violentos y dictaduras como las que asolaron a varios países de América Latina y del Tercer Mundo, comenzó a aplicar una estrategia para reemplazarlos, conocida como “golpe blando”. Quien le dio el sustento teórico más acabado fue el politólogo estadounidense Gene Sharp, fundador de la Albert Einstein Institution y consiste esencialmente en hacer que una minoría parezca una mayoría, amplificando los reclamos, profundizando la crispación y los enfrentamientos de manera de esmerilar a verdaderos gobiernos de mayoría hasta hacerlos caer. Para esto utilizan la prensa hegemónica, los fakenews en las redes, el Poder Judicial como en Brasil o el parlamentario como en Paraguay. Cuando todo esto no da resultados se trata de forzar una intervención extranjera, como en Siria. La propuesta de Sharp ha sido sintetizada en cinco pasos: 1ra etapa: ablandamiento: a) Matrices de opinión centradas en déficit reales o potenciales. b) Promoción del descontento. c) desabastecimiento, criminalidad, inseguridad, manipulación del dólar. d) Denuncias de corrupción. 2da etapa: deslegitimación: a) Manipulación de los prejuicios anticomunistas o anti-populistas. b) Campañas en defensa de la libertad de prensa, derechos humanos y libertades públicas. c) Acusaciones de totalitarismo y pensamiento único. 3ra etapa: calentamiento de calle: a) Fomento de la movilización de calle. b) Globalización de las demandas políticas y sociales. c) Generalización de todo tipo de protestas, exponenciando fallas y errores gubernamentales. d) Organización de manifestaciones, cortes y tomas de instituciones públicas. 4ta etapa: combinación de diversas formas de lucha: a) A lo anterior se agregan operaciones de guerra psicológica y acciones armadas para justificar medidas represivas y crear un clima de ingobernabilidad. c) Impulso de campaña de rumores entre fuerzas militares y tratar de desmoralizar los organismos de seguridad 5ta etapa: fractura institucional: a) Sobre la base de las acciones callejeras, tomas de instituciones y pronunciamiento militares, se obliga la renuncia del presidente. b) En casos de fracasos, se mantiene la presión de calle y se migra hacia la resistencia armada. c) Preparación del terreno para una intervención militar o el desarrollo de una guerra civil prolongada. c) Promoción del aislamiento internacional y el cerco económico. La similitud de este plan de acción, con los hechos que están ocurriendo en Venezuela es paradigmática, lo convierten en un caso de manual, un espejo que nos devuelve la imagen de lo que sucede hoy. La quinta etapa está en pleno desarrollo en la patria de Bolívar. El reclutamiento Para llevar adelante un golpe blando es necesario una etapa de preparación que incluye el reclutamiento de cuadros locales entrenados en esas tácticas y coordinados por un comando único, generalmente a cargo de un servicio de inteligencia, travestidos en ONGs cuyas finalidades son “promover la democracia” o ayudar a fundaciones locales de derecha, y en la parte final, si se requiere de la fuerza, por el Pentágono. Juan Guaidó pasó por ese proceso de reclutamiento y entrenamiento durante diez años. El 5 de octubre de 2005 cinco líderes estudiantiles venezolanos de derecha llegaron a Belgrado, Serbia, dando comienzo a su entrenamiento para una insurrección. Legaron por cortesía del Centro de Acción y Estrategias No Violentas Aplicadas (CANVAS), financiado en su mayor parte la National Endowment for Democracy (NED un apéndice de la CIA. CANVAS es un grupo escindido de la Otpor (resistencia, en serbio) creado por estudiantes de la Universidad de Belgrado que tuvo una actuación muy promocionada en los acontecimientos que llevaron a la caída de Slobodan Milosevic durante 1999/2000. Guaidó no formó parte de esta primera avanzada, pero sí durante muchos años actuó y se formó junto a Yon Goicochea que integró el grupo de los cinco. Este último tuvo una destacada actuación al frente movilizaciones estudiantiles a las que se le atribuyeron la derrota del chavismo en el primer referéndum por la reforma constitucional. Por estas acciones se le otorgó el Premio Milton Friedman por Promover la Libertad, del Instituto Cato, creado por los hermanos Koch, poseedores de una de las fortunas más grandes de EE.UU. y fuertes contribuyentes del Partido Republicano. Esto quedó certificado el 19 de enero, cuando ya se sabía que se iba a autoproclamar el 23, Goicochea escribió en Tweeter: “Hoy, en Caricuao. Llevo 15 años trabajando con @jguaido. Confío en él. Conozco la constancia y la inteligencia con la que se ha construido a sí mismo. Está haciendo las cosas con bondad, pero sin ingenuidad. Hay una posibilidad abierta hacia la libertad”. Guaidó después de graduarse en la Universidad Católica Andrés Bello, en el año 2007 se traslada a Washington DC donde se inscribe en

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Todo lo que no se sabe sobre Venezuela

Fuente:  Alfredo Serrano Mancilla | celag.org Fecha: 07 de FEB 2019 En estos tiempos de dictadura de la coyuntura, afloran los expertos sabelotodo. Sin embargo, la mayoría de ellos no aprobaría el más mínimo test de conocimiento del objeto en cuestión. Con salvadas excepciones, de aquellos que escriben o hablan sobre Venezuela, ninguno tiene la más remota idea si Lara es una ciudad o un Estado, y mucho menos dónde queda geográficamente. O sea, falta un poco de base para aventurarse a dar lecciones. En aras de subsanar ciertos errores de bulto que condicionan los análisis y comentarios, si me lo permiten, he aquí algunos datos “desconocidos” para contribuir a la mejor salud del debate global sobre Venezuela: Juan Guaidó fue electo por el mismo órgano electoral con el cual se eligió al presidente Maduro. Guaidó obtuvo 97.492 votos en Estado de Vargas en el año 2015. La Organización de los Estados Americanos no ha reconocido a Guaidó como presidente de nada. Lo ha hecho su secretario general por su cuenta y riesgo, pero no sus estados miembro como bloque. Naciones Unidas tampoco ha reconocido a Guaidó; y así lo ha dejado saber claramente en una carta publicada su secretario general, António Guterres, que dio su visto bueno a dar ayudar humanitaria en tanto fuera solicitado por el actual Gobierno. El papa Francisco tampoco se sumó a lo propuesto por Trump sobre Guaidó ante una pregunta explicita hecha por una periodista en el vuelo de vuelta de Panamá. Países de cierta importancia geopolítica, como China, Rusia, Turquía, Irán, México y Sudáfrica, tampoco validan la opción de otro presidente que no sea Maduro. No todos los países de la Unión Europea (UE) se suman al desconocimiento de Maduro. Hasta el momento no lo han hecho Italia, Grecia, Rumanía, Irlanda, Bulgaria, Chipre, Malta y Eslovaquia. Otro dato: la jefa de la diplomacia europea, la italiana Federica Mogherini ha aceptado estar en Montevideo este 7 de febrero para iniciar el diálogo en el seno del grupo de contacto internacional sobre Venezuela. Por su parte, el Parlasur, el parlamento del Mercosur, tampoco ha considerado de ninguna manera la existencia de otro presidente que no sea Maduro. Y no olvidemos a la Comunidad del Caribe, CARICOM, que tampoco reconoce a Guaidó. Venezuela es el octavo país del mundo con mayor cantidad de reservas probadas de gas; el primero en petróleo; en oro, el valor sus reservas supera el PIB de Chile o Dinamarca; en hierro, el valor supera al PIB de México o España; en diamantes, la cifra es mayor al PIB de Paraguay o Bolivia; y, para colmo, recientemente se ha demostrado que hay mucho coltán en su territorio. En términos de propiedad, el 98,5% de las empresas constituidas en Venezuela son privadas; 0,5% son mixtas y 1% completamente públicas. Y otro dato: el 80% de los medios de comunicación en Venezuela son privados. Según un artículo en el New York Times, de acuerdo con las estimaciones del Gobierno de Trump, las nuevas sanciones le costarán a la economía venezolana 11.000 millones de dólares en ingresos perdidos del petróleo. Y esto se suma a los efectos ya consumados de decretos previos. El primero fue el de Obama, aprobado el 9 de marzo de 2015, donde se anunciaron las primeras sanciones contra Venezuela en base al “riesgo extraordinario” para la seguridad de EE. UU. Luego vinieron muchos más, ya con la administración Trump en marcha. En el siglo XXI, Venezuela ha diversificado sus relaciones económicas y políticas. Y China se convierte en uno de sus principales socios. Por ejemplo, Venezuela representa el 40% de la financiación que Pekín concede a toda América Latina. Rusia y Turquía también son clave en estas nuevas alianzas. A veces se nos olvida que Venezuela tiene frontera con Estados Unidos regulada por el Tratado de Límites marítimos de 1978, que fija los límites marítimos entre las islas de Venezuela en el mar Caribe y los territorios dependientes de Estados Unidos (Puerto Rico e Islas Vírgenes). Estos son algunos elementos significativos que debemos considerar a la hora de juzgar lo que está pasando sobre Venezuela. A partir de ahí, hacer análisis hacia delante se convierte en un ejercicio altamente complejo. Lo único cierto es que cada vez que Estados Unidos habla de ayuda humanitaria, la cosa no termina bien. Ojalá esta vez todo se quede en la misma guerra que Trump declaró contra Corea del Norte, en el muro que jamás se pudo construir en la frontera mexicana. Veremos.   Notas relacionadas: La nueva Guerra Fría y Venezuela Venezuela: epicentro geopolítico mundial

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Allan Nairn: El enviado de Trump para Venezuela es criminal de guerra y cómplice de genocidio

Fuente: Democracy Now | Amy Goodman Fecha: 30 ENE 2019 Como parte de los esfuerzos de EE.UU. para derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro, el vicepresidente Mike Pence se reunió el martes en la Casa Blanca con miembros de la oposición venezolana, junto al nuevo enviado especial de Trump para Venezuela, Elliot Abrams. Abrams es un “halcón” de derecha, procesado en 1991 por mentir al Congreso durante el escándalo Irán-Contras, aunque más tarde fue absuelto por el presidente George H.W. Bush. En la década de 1980, Abrams defendió al dictador Efraín Ríos Montt mientras supervisaba su campaña de asesinatos y tortura masiva de comunidades indígenas en Guatemala. Años más tarde, Ríos Montt fue condenado por genocidio. Además, en el año 2002 Abrams estuvo vinculado al intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en Venezuela. Para ampliar esta información, vea el análisis del historial de Abrams que hacemos en Democracy Now! junto al galardonado periodista de investigación Allan Nairn, que le viene siguiendo el rastro hace más de tres décadas. Nairn ha ganado el premio George Polk en dos oportunidades y también ha recibido el premio de la organización Robert F. Kennedy Memorial. *** AMY GOODMAN: Mientras se desarrolla la crisis en Venezuela, regresamos a mi conversación con el premiado periodista de investigación Allan Nairn. Le pedí que nos hablara sobre Elliott Abrams, el nuevo enviado especial de Estados Unidos para Venezuela. ALLAN NAIRN: Abrams fue el hombre clave en la política del Gobierno de Reagan hacia Centroamérica, cuando ese Gobierno estaba instigando lo que un tribunal dictaminó recientemente como un genocidio en Guatemala, cuando Estados Unidos estaba apoyando al Ejército de El Salvador en una serie de asesinatos y masacres realizadas por escuadrones de la muerte, y cuando Estados Unidos estaba invadiendo Nicaragua con grupos armados de la Contra que atacaban lo que un general estadounidense describió como “objetivos fáciles”, en referencia a civiles, cooperativas y cosas así. Abrams luego regresó durante el Gobierno de George W. Bush, se unió al Consejo de Seguridad Nacional y fue un hombre clave en la implementación de la política estadounidense de respaldo a los ataques israelíes contra Gaza, cuando Estados Unidos se negó a aceptar los resultados de las elecciones en Gaza en las que Hamas derrotó a Fatah, y en cambio Abrams y sus secuaces respaldaron una operación de guerra para anular los resultados de las elecciones y respaldar a las fuerzas de Mohammed Dahlan. Algunos comentaristas han dicho: “Bueno, Abrams no es del grupo de Trump. El representa lo tradicional, la política exterior de Estados Unidos ya establecida”. Y eso es verdad. El problema es que esa política de Estados Unidos ha sido la de fomentar los genocidios cuando Estados Unidos lo ha creído necesario. En el caso de Guatemala, Abrams y el Gobierno de Reagan estaban aprobando el envío de armas, dinero, inteligencia y la provisión de cobertura política al Ejército de Guatemala mientras este estaba arrasando las zonas mayas de las montañas del noroeste, borrando de la faz de la tierra 662 pueblos, según cifras del propio Ejército, decapitando niños, crucificando personas, usando las tácticas que ahora asociamos con el ISIS. En un caso particular, en 1985, una activista que trabajaba con familiares de personas desaparecidas, llamada Rosario Godoy, fue secuestrada por el ejército. Ella fue violada y su cuerpo mutilado fue encontrado junto al de su bebé. Las uñas del bebé habían sido arrancadas. Cuando se le preguntó al Ejército guatemalteco acerca de esta atrocidad, dijo: “¡Oh!, murieron en un accidente de tráfico”. Cuando se le preguntó a Elliott Abrams sobre este incidente, él afirmó también que murieron en un accidente de tráfico. Esta activista fue violada y mutilada, y su bebé apareció con las uñas arrancadas, y Abrams dijo que fue un accidente de tráfico. Es algo muy similar a la postura que Abrams tomó sobre Panamá. Cuando Noriega, el dictador de Panamá respaldado por la CIA, quien estuvo involucrado en el narcotráfico, y al que Estados Unidos más tarde decidió derrocar… cuando las fuerzas de Noriega secuestraron al disidente panameño Hugo Spadafora y le cortaron la cabeza con un cuchillo de cocina, Jesse Helms fue el único que intentó investigar en el Congreso de Estados Unidos, y Elliott Abrams lo detuvo, diciendo: “No, necesitamos a Noriega. Él está haciendo un muy buen trabajo. Está cooperando con nosotros”. En el caso de El Salvador, luego de la masacre en El Mozote, donde un batallón entrenado por Estados Unidos masacró a más de 500 civiles, degollando a niños por el camino, Abrams tomó la iniciativa en negar que tal cosa hubiera sucedido. Y luego describió los resultados de las políticas del Gobierno de Reagan hacía El Salvador como un logro fabuloso. Lo dijo incluso después de que la Comisión de la Verdad de El Salvador emitiera un informe diciendo que más del 85% de las atrocidades habían sido cometidas por las fuerzas armadas y los escuadrones de la muerte, que tenían una práctica particular que consistía en cortar los genitales de sus víctimas, metérselos luego en la boca, y dejarlos a la vista de todos en los bordes de las carreteras de El Salvador. Cuando yo aparecí en el programa de televisión de Charlie Rose con Elliott Abrams, sugerí que él debería ser sometido a juicio, llevado ante un tribunal al estilo de Nuremberg y juzgado por su papel en la facilitación de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Abrams se burló de la idea, y dijo que era algo “ridículo”, pero en realidad no negó ninguno de los hechos respecto a lo que había hecho. Dijo que todo había sido necesario en el contexto de la Guerra Fría. Entonces, este es Elliott Abrams, quien ahora ha sido nombrado como la persona a cargo de los aspectos clave de la política de Estados Unidos hacia Venezuela. AMY GOODMAN: Allan, veamos ese video. Esto ocurrió en marzo de 1995, cuando usted y Elliott Abrams estuvieron en el programa de Charlie Rose de la cadena PBS. El video empieza con usted. ALLAN NAIRN: Es decir, creo debemos aplicar

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La crisis venezolana en el Consejo de Seguridad: la razón contra el insulto

Fuente: Atilio Borón  Telesur Fecha: 26 de ENE 2019 El debate de este sábado 27 de enero de 2019 en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas seguramente será incorporado a los anales que registra algunas de las más grandes confrontaciones políticas sostenidas en ese ámbito. Allí quedó plasmada con total claridad la brutalidad e insolencia del imperio cuando el secretario de Estado Michael Pompeo caracterizó al estado bolivariano como “mafioso ilegítimo” para tras cartón agregar “que muchos venezolanos se están muriendo de hambre” debido a “un experimento socialista que provocó un colapso de la economía”. Que Pompeo acuse a cualquier persona, organización o gobierno de este planeta de “mafioso” aparte de ser un gesto típico de matón de arrabal que desprecia no sólo las tradiciones diplomáticas sino las buenas maneras es a la vez un monumental contrasentido para quien durante casi un año y medio fue jefe de la mayor organización criminal y mafiosa del planeta: la CIA. Hombre de discurso trabado y trabajoso, sólo pudo proferir insultos y regurgitar desgastadas consignas de la época de la Guerra Fría en contra de Rusia, China y Cuba. Esas groserías merecieron la aprobación de los representantes de su peonada regional y, muy particularmente, del impresentable canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, un raro fósil del pleistoceno cuyo discurso lleno de mentiras e insultos fue un ultraje al buen decir de colombianas y colombianos y una enésima demostración del enorme daño que el uribismo le ha hecho –y sigue haciendo- a la entrañable Colombia. Prefiero ni hablar de lo que fue la intervención del representante de Canadá, otrora un gran país y hoy sometido al arbitrio de un gobierno que pareciera tener como única misión convertirse en la estrella número 51 en la bandera de los Estados Unidos. Paso asimismo por alto, por cuestiones de profilaxis mental, las intervenciones de algunos de los conspicuos representantes del Cartel de Lima. Frente a estos esperpentos brilló con luz enceguecedora la intervención de Jorge Arreaza, que brindó una soberbia lección de lo que debe ser un diplomático. El bolivariano demolió uno tras otro las acusaciones -que no argumentos- de Pompeo y su pandilla. Sin caer en las provocaciones y con una sangre fría admirable, mientras quienes veíamos la transmisión del debate sentíamos que nos hervía la sangre, Arreaza aportó un detallado análisis de la situación en su país, identificó el origen de la presente crisis en la perversa campaña de agresiones y hostigamientos de todo tipo lanzadas por la Casa Blanca que infligieron daños del orden de los 23.000 millones de dólares a la República Bolivariana de Venezuela agravando considerablemente la situación económica del país. Sus palabras están en línea con un reciente informe de Servicio de Investigación del Congreso de la Unión Americana que en noviembre de 2018 decía que “si bien las sanciones económicas más fuertes podrían influir en el comportamiento del gobierno venezolano, también podrían tener efectos negativos y consecuencias no deseadas. A los analistas les preocupa que las sanciones más fuertes puedan exacerbar la difícil situación humanitaria de Venezuela, que se ha caracterizado por la escasez de alimentos y medicamentos, el aumento de la pobreza y la migración masiva. Muchos grupos de la sociedad civil venezolana se oponen a sanciones que podrían empeorar las condiciones humanitarias”. No sólo eso. Además Arreaza demostró que a diferencia de la tentativa golpista del 11 de abril del 2002 cuando el gobierno de Estados Unidos (George W. Bush) estaba “detrás del golpe” en el caso actual la Casa Blanca está “delante del golpe, es su verdadera vanguadia”, reiterando por enésima vez una irrefrenable vocación de dominio y expoliación que la Roma americana, al decir de José Martí, comenzó a hacer manifiesta tan tempranamente como en el año 1823, fecha de nacimiento de la Doctrina Monroe. La inequívoca conclusión extraída por Arreaza fue que Washington ratifica a lo largo de casi dos siglos su prepotencia imperial, su absoluto desprecio por los valores que dice defender: la libertad, los derechos humanos, la democracia, meras pantallas que mal disimulan su pretensión de apoderarse de las enormes riquezas de un país, en este caso Venezuela, cuyo petróleo, oro, coltan y otros minerales estratégicos suscitan el desenfrenado apetito de las clases dominantes de Estados Unidos. El debate demostró la incoherencia y debilidad argumentativa de los críticos de la Revolución Bolivariana y los ardientes defensores del “autoproclamado” presidente de Venezuela, un hombre que en cualquier momento podría ser “descartado” por la Casa Blanca en caso de que para progresar en su plan de sembrar el caos en Venezuela tuviera que recurrir a un autoatentado para justificar y llevar a los extremos su accionar criminal. Esta es una vieja tradición estadounidense, cuyos hitos más importantes son la voladura del acorazado Maine en la bahía de La Habana en 1898, el ataque a Pearl Harbor en 1941 y, según algunos estudiosos norteamericanos, los atentados del 11 de Septiembre del 2001. No hay ninguna razón para suponer que la Casa Blanca ha abandonado ese vicio y que no esté preparada para incurrir una vez más en él en la actual coyuntura venezolana. Para concluir: lo de Arreaza fue excepcional por su contenido y por sus formas, cuestión ésta para nada marginal en las relaciones internacionales. Notable también por su versación y por el prolijo desarrollo de sus razonamientos que contrariamente a los borbotones de sus contendientes fluían con elegancia y naturalidad para defender la legitimidad y constitucionalidad del único presidente de Venezuela que no es otro que Nicolás Maduro.  Por eso quienes recordamos los grandes debates sostenidos en el seno de las Naciones Unidas por Raúl Roa -el gran ministro de Relaciones Exteriores de Fidel entre 1959 y 1976- y conocido como el “Canciller de la dignidad” por su elocuente e irrefutable defensa de la Revolución Cubana, nos regocijamos al comprobar que la tradición abierta por el cubano ha encontrado en Jorge Arreaza su auténtico heredero. ¡Felicitaciones Canciller Arreaza y larga vida a la Revolución Bolivariana!. Video relacionado  Intervención del canciller venezolano ante la

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