Por: Alberto Teszkiewicz
La opinión de los judíos estadounidenses
Una encuesta de votantes judíos estadounidenses publicada en julio de este año revela que una minoría considerable cree en algunas de las críticas más duras a Israel, incluido el hecho de que está cometiendo genocidio y apartheid.
Entre los que respondieron a la encuesta encargada por el Jewish Electorate Institute, un grupo liderado por prominentes judíos demócratas, el 34 por ciento estuvo de acuerdo en que «el trato de Israel a los palestinos es similar al racismo en los Estados Unidos», el 25% estuvo de acuerdo en que «Israel es un estado de apartheid», y el 22% estuvo de acuerdo en que «Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos».
Entre los votantes más jóvenes el acuerdo con esas declaraciones fue mayor, aunque todavía en minoría. Un tercio de ellos estuvo de acuerdo en que Israel está cometiendo genocidio, más de un tercio estuvo de acuerdo en que Israel es un estado de apartheid.[i]
Opinan judíos en Israel
Estas opiniones no son patrimonio exclusivamente de un grupo minoritario pero significativo de los judíos de USA. Este mismo año más de mil judíos israelíes, académicos, periodistas, profesionales, y otros, emitió un llamado a la Comunidad Internacional “Parar el Apartheid de Israel”.[ii]
El documento de B’Tselem
Pero no se trata sólo de opiniones individuales.
El 12 de enero B´Tselem, la organización israelí por los DDHH en los Territorios Ocupados, difundió un documento de 11 páginas titulado “Un régimen de supremacía judía entre el mar Mediterráneo y el río Jordán: eso es el apartheid”[iii]. Este documento empieza con esta descripción “Más de 14 millones de personas, aproximadamente la mitad de ellas judías y la otra mitad palestinas, viven en el territorio situado entre el río Jordán y el mar Mediterráneo bajo un mismo régimen. En los discursos públicos, políticos, jurídicos y mediáticos, la percepción común es que se trata de dos regímenes separados que actúan cada uno por su lado, separados por la Línea Verde. Un régimen, dentro de los límites del Estado soberano de Israel, es una democracia permanente, con una población de unos 9 millones de habitantes, todos ellos ciudadanos israelíes. El otro régimen, en los territorios ocupados por Israel desde 1967, cuyo estatuto definitivo se supone que se determinará en futuras negociaciones, es una ocupación militar temporal impuesta sobre unos 5 millones de súbditos palestinos. Con el curso del tiempo, la distinción entre estos dos regímenes se encuentra cada vez más alejada de la realidad. Esta situación existe dese hace más de 50 años, el doble de tiempo que el Estado de Israel ha existido sin ella. Cientos de miles de colonos judíos residen actualmente en asentamientos permanentes al este de la Línea Verde, viviendo como si estuviesen al oeste de la misma. Jerusalén Este ha sido oficialmente anexionado al territorio soberano de Israel y Cisjordania ha sido anexionada en la práctica. Es más, la distinción entre los dos regímenes oscurece el hecho de que toda la región entre el mar Mediterráneo y el río Jordán está organizada de acuerdo a un mismo principio: hacer progresar y fortalecer la supremacía de un grupo – los judíos – sobre otro – los palestinos. Todo esto lleva a la conclusión de que no se trata de dos regímenes paralelos que simplemente mantienen el mismo principio. Hay un solo régimen que gobierna toda la zona y las personas que en ella viven, basado en un mismo principio organizativo.” Y finaliza con esta convocatoria: “¿Cómo combatir una injusticia si no se la nombra? El apartheid es el principio organizador, reconocerlo no significa rendirse. Al contrario: es una llamada al cambio. Hoy más que nunca, luchar por un futuro basado en los derechos humanos, la libertad y la justicia es crucial. Existen varios caminos políticos hacia un futuro justo, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, pero en primer lugar debemos todos optar por decir no al apartheid.”
El documento de Human Rights Watch
El 27 de abril, Human Rights Watch, una organización internacional con sede en Nueva York, nunca acusada de izquierdista sino más bien de haber sido influenciada por la agenda de asuntos exteriores de los Estados Unidos, publicó un documento de 225 páginas titulado “Se ha cruzado un umbral. Las autoridades israelíes y los crímenes de apartheid y persecución”. [iv]
Este documento concluye: “Las autoridades israelíes han privado a millones de personas de sus derechos básicos en virtud de su identidad como palestinos. Estas políticas y prácticas sistemáticas de larga data encajonan, desposeen, separan por la fuerza, marginan y de otro modo infligen sufrimiento a los palestinos. En los Territorios Palestinos Ocupados, las restricciones de movimiento, la expropiación de tierras, el traslado forzoso, la denegación de residencia y nacionalidad y la suspensión masiva de los derechos civiles constituyen “actos inhumanos” establecidos en la Convención del Apartheid y el Estatuto de Roma. Bajo ambos estándares legales, los actos inhumanos cuando se llevan a cabo en medio de una opresión sistemática y con la intención de mantener la dominación constituyen el crimen de lesa humanidad del apartheid. En conjunto, estas políticas y prácticas en los Territorios Palestinos Ocupados privan gravemente a los palestinos de los derechos humanos fundamentales, incluidos la residencia, la propiedad privada y el acceso a la tierra, los servicios y los recursos, de forma generalizada y sistemática. Cuando se cometen con intención discriminatoria, sobre la base de la identidad de las víctimas como parte de un grupo o colectividad, constituyen un crimen de lesa humanidad de persecución con arreglo al Estatuto de Roma y al derecho internacional consuetudinario. Aparte de los actos inhumanos llevados a cabo en los Territorios Palestinos Ocupados, el gobierno israelí viola los derechos de los palestinos dentro de Israel debido a su identidad, incluidas medidas que han hecho prácticamente imposible que decenas de miles de palestinos beduinos que viven en el Negev vivan legalmente en las comunidades; la negación a cientos de miles de palestinos de la posibilidad de acceder o utilizar tierras que históricamente les han sido confiscadas; la prohibición efectiva de que los ciudadanos y residentes obtengan un estatus legal a largo plazo y, por lo tanto, vivan juntos de forma permanente en Israel con sus cónyuges de Cisjordania y Gaza; y la negación de los derechos de residencia a los palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus hogares en los acontecimientos relacionados con el establecimiento del Estado. Estos abusos continúan y no hay indicios de que las autoridades hayan investigado, y mucho menos responsabilizado, a nadie involucrado en su comisión.”
Y finaliza con una serie de recomendaciones al Estado de Israel, a la Autoridad Nacional Palestina (a la que reclama que cese toda coordinación de seguridad con Israel), a la Corte Penal Internacional, a las Naciones Unidas, a los Estados y a las Empresas, en las que se proponen severas sanciones.
El Crimen de Apartheid
La calificación de la situación actual como una situación de Apartheid tiene importantes consecuencias, porque existen compromisos internacionales para no permitir que nunca más se cometa este crimen.
Como parte de estos compromisos, el 30 de noviembre de 1973, la Asamblea General de las Naciones Unidas inició la firma y ratificación de la Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid. Esta convención definió a los crímenes de apartheid como «actos inhumanos cometidos con el propósito de establecer y mantener la dominación de un grupo racial de personas sobre cualquier otro grupo racial de personas y de oprimirlo sistemáticamente». Y estableció obligaciones de los estados firmantes de castigar este crimen. Nuestro país ratificó esta Convención en 1985.
Palabras finales
Quisiera concluir estas notas expresando mi esperanza, de que más allá de la calificación como régimen de Apartheid o no, las acciones por la plena vigencia de los DDHH para israelíes y palestinos finalmente tendrán éxito y que estos tiempos tristes serán finalmente superados. Al respecto la posición del Llamamiento es clara: dos estados para dos pueblos y plenos derechos para todas y todos.
Alberto Daniel Teszkiewicz
[i] https://www.timesofisrael.com/poll-finds-a-quarter-of-us-jews-think-israel-is-apartheid-state/amp/
[ii] https://jews4decolonization.wordpress.com/espanol/
[iii] https://www.btselem.org/sites/default/files/publications/202101_this_is_apartheid_es.pdf
[iv] https://www.hrw.org/report/2021/04/27/threshold-crossed/israeli-authorities-and-crimes-apartheid-and-persecution
Un estupendo y bien documentado artículo que pone en evidencia hechos de que indignarnos y también avergonzarnos al mismo tiempo que hace honor a los principios de nuestro Llamamiento.
Me permito un interrogante sobre las «Palabras finales» y sobre el deseo de que sean finalmente superados «estos tiempos tristes» ¿cuándo, en que tiempos desde Herzl para acá, los que habitaron el país durante incontables generaciones antes de que llegáramos nosotros fueron considerados como seres humanos con igual dignidad e iguales derechos que nosotros?
Porque no me parece que ni nuestros propios mitos bíblicos ni una descabellada pretensión de redibujar el mapa del mundo según era milenios atrás justifiquen que se los haya tratado siempre como indeseables intrusos.
Claro que existen los hechos consumados y de ellos se hace muchas veces la historia. Pero ya hace 33 años que los palestinos han reconocido la existencia de Israel mientras que Israel solo parece pensar en seguir «consumando hechos» hasta terminar de quedarse con toda Palestina.
Para lo cual no parece importarle cometer las barbaridades que tan bien y tan honestamente se describen en este artículo. Felicitaciones y gracias a nuestro Llamamiento.
Nunca van a escuchar al presidente palestino Abu Mazen decir “ dos estados para dos pueblos” , él siempre dice “dos estados” nada más, se refiere a un estado palestino libre de judíos, que serían los territorios que le correspondería a los palestinos, y otro estado mixto, compuesto por judíos y árabes. Los árabes nunca aceptaron ni aceptarán dos estados para dos pueblos.
Por otro lado mencionar la posición de mil israelíes, representa a una ínfima minoría en un país de 9 millones. Pero a la opinión de esa mayoría no se hace mención en el artículo.