Por: Luis Kon y Marcelo Cosín
En abril de 2013, hace ocho años, se me ocurrió esto que mantiene vigencia, cuando todavía no había aparecido el affaire NISMAN.
Tiro una idea sobre lo que les pasa a ciertos judíos con el kirchnerismo. Jorge Schussheim denuncia que lo sindicaron como judenrath por su simpatías con el gobierno. Para los que no lo tienen claro, los judenrath eran los judíos que elegían los nazis de modo que en la ocupación de Polonia les sirvieran de intermediarios en la tarea de cogobernar sobre la comunidad hebrea, seleccionar a quienes mandaban a los campos, ejecutar normas de segregación, expulsar de viviendas y en suma organizar la vida en los guetos. Comisiones de notables, como sería hoy la DAIA o la AMIA para conducir a su propia grey, ya que los elegían en los propios organismos comunitarios que tenían los judíos en Polonia antes de que la invadieran lo nazis en 1939, cuando iniciaron la Segunda Guerra Mundial. Para los judíos verticalizados con los intereses geopolíticos del Estado de Israel y su alianza con EEUU, Timerman es un judenrath.
La idea que tiro es pensar si el rol de los judenrath, a la luz de lo que pasa en America Latina y en el mundo, no lo juegan en realidad ellos ? Desviar la investigación del atentado a la AMIA a una pista falsa durante diez años, destrozar el proceso de investigación y luego salir de esa mamarracho con cara de no se que porque me miran, no es más propio de un judenrath que esto que le atribuyen a quienes tienen un comportamiento diferente? Sabotear un acuerdo diplomático para avanzar en la indagatoria a los sospechosos iraníes? Que es eso?
Me produce emoción el recuerdo de Jorge Schussheim y al mismo tiempo reconocer su ausencia, sus ironías, desplantes y sobre todo sus relatos. Era difícil descifrar su convicción pro-judía, territorial y cultural con su apoyo a la descolonización de tierras y personas conquistadas por Israel. Hay, creo, hay una clave. En realidad Jorge no era kirchnerista y menos peronista y menos aún un «judenrath. Jorge era un «denunciante y hábil declarante». Sus posiciones siempre eran originales. Progresista, hedonista, vanidoso, original, de múltiples habilidades artísticas. Políticamente, Jorge era incorrecto. Por eso, afiliado a la AMIA y a la DAIA (no se si es correcto decir afiliado) no dudaba en combatir la ideología conservadora y neoliberal de las instituciones.
Jorge era más que ateo: era un militante ateo. Defensor del idish, de las costumbres, del misterio de ser un judío que lo convertía en alguien capaz de conocer los misterios de la Torá o si fuera necesario, inventarlos. Le daba lo mismo. Jorge se deleitaba con ser expulsado de las instituciones. Este retrato personal que lo hago contestando a un post tuyo, Luis Kon ,quizás solo tenga como meta recordar a un tipo único, como fue Jorge Schussheim. Pero detrás hay una convicción política: a esta altura de mi vida pelearía con las ideas para tratar de borrar ideológicamente a las dos instituciones que mencionas. DAIA Y AMIA son tan dañinas como el OPUS DEI. En plena década del auge del movimiento feminista y del despliegue de la derecha en el mundo la disputa es una centrada en los pocos de arriba contra los muchos de abajo. Y lamento ser pesimista, momentáneamente están ganando los pocos de arriba.
Hola, que hermoso homenaje han hecho ambos, Luis y Marcelo a Jorge Schussheim !
será porque me siento y siempre me sentí muy identificada con él y por eso, como
no tenía yo, ese espíritu de Jorge, de sentirse bien siendo echado de algunas
instituciones, yo…..me fui alejando. Y es así que estoy muy alejada de la colec
tividad.
Y ahora me siento muy consustanciada con las ideas de Uds. y me estoy arrimando
de a poco.
Muchas gracias por ser y pensar como lo hacen!
Mi abuelo materno se suicidó en 1942 para no ser cómplice de los nazis en su pequeño pueblo de Polonia.
Tenía 72 años
Llevo orgulloso su recuerdo y la dignidad con que enfrentó al nazismo
Y sí concuerdo con que la actual conducción de la Daia juega el papel de judenratnikes