“Llegó el momento de imaginarnos Israel como el hogar judío, que no es un estado judío”

Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser

Fecha: 17 de julio de 2020

Finalmente, aunque muy lentamente, a la izquierda judía le comienza a caer la ficha. La visión de la solución del conflicto palestino-israelí en base a la fórmula “dos estados para dos pueblos” no es mas que una utopía.

Peter Beinart es, tal vez, el periodista e intelectual judío estadounidense más sobresaliente en estos tiempos dentro de la denominada línea liberal y progresista (peyorativamente catalogada como “izquierda”). De familia judía tradicional, cumple estrictamente las normas kosher de la vida familiar judía con asistencia permanente a sinagogas.

Sus punzantes y argumentadas notas periodísticas lo convirtieron en punta de lanza y la voz parlante del judaísmo liberal estadounidense. Durante años, como toda la corriente a la que se incorporó, se posicionó abierta e insistentemente detrás de la formula “dos estados para dos pueblos, en la solución del conflicto palestino-israelí.

Para sorpresa de muchos, días atrás publicó un artículo nada menos que en el New York Times, en donde anunció su divorcio incondicional y definitivo con la fórmula de dos estados bajo el título “No creo más en un Estado Judío” (“I No Longer Believe in a Jewish State”, New York Times, 8-7-2020). Finalmente se dio cuenta lo que para algunos de nosotros lo anunciamos hace tiempo y hoy ya es un hecho consumado: la mayoría del componente judío de la sociedad israelí, con la anuencia de gran parte de la diáspora judía, condujo inexorablemente a Israel hacia un estado binacional judío-palestino. Ya no hay posibilidad de retorno.  

Lo mas impactante de su confesión se concentra en una conmovedora frase: “llegó el momento de imaginarnos Israel como el hogar judío, que no es un estado judío”.

El liderazgo judío de Israel consolidó una estructura institucional en todo el territorio desde el Mediterráneo hasta el Rio Jordán (incluyendo Gaza) en donde su población (unos 13 millones) más o menos se distribuye 50% palestinos y 50% judíos. Este estado binacional, por su componente poblacional, está bajo dominio prácticamente absoluto de su componente judío y su carácter democrático u opresor y antidemocrático dependerá del nivel de grados de libertad y derechos civiles que ese componente judío le adjudique a toda su población palestina. Hasta el momento, solo un pequeño porcentaje de los denominados árabes israelíes (2 millones) goza de plenos derechos civiles, aunque sufren alto grado de discriminación.

La afirmación de Beinart es indiscutible, en la práctica Israel dejó de ser un estado judío para ser un estado binacional judío-palestino. Lo único que queda por definir es si el componente judío se propone continuar con su dominio total imponiendo normas de Apartheid (normas legales distintas para judíos y palestinos en el mismo territorio, incluyendo los 300 mil palestinos dentro de Jerusalén bajo soberanía israelí) o se propone otorgar a toda la población palestina plenos derechos civiles de manera que se pierda la mayoría judía en elecciones.

De una manera u otra, el componente judío de Israel tendrá que acostumbrarse que su futuro le impondrá vivir, codearse y compartir el estado con población palestina de su mismo tamaño durante toda su vida.

Los hay quienes argumentan que toda esta problemática es de corto plazo por la dañina injerencia de Trump como resultado de las presiones de las millonarias donaciones de magnates judíos a su campaña electoral. Los sondeos de intención de votos en Estados Unidos nos anuncian que en un par de meses probablemente nos podremos desligar de Trump y así se podrá retornar a la mesa de negociaciones.

Craso error. Con todo el discurso de Biden y la cúpula del partido demócrata estadounidense a favor del retorno a la formula “dos estados para dos pueblos”, muy probablemente el único logro que podrán registrar en su currículo será una vuelta al conocido statu quo que no es mas que un lento avance hacia la configuración definitiva del estado único binacional, frente al avance acelerado que nos promete el plan de anexión de Netanyahu.

En estos días se reveló el componente israelí de la plataforma del Partido Demócrata en mira a las próximas elecciones presidenciales en USA. Según esta fuente, el comité redactor rechazó la exigencia de sectores más liberales que demandaban la condena de la ocupación israelí de Cisjordania. El documento retorna a las viejas promesas de apoyo a Israel con el proyecto de dos estados, ayuda a la defensa y rechazo de todo boicot contra Israel. La única advertencia es contra la anexión (“Despite pressure from progressives, no major changes in Democratic platform on Israel”, Jewish Telegraphic Agency, 16-7-2020).

La diáspora judía tiene que tener claro que fue cómplice de un hecho consumado – Israel como estado judío-palestino – y en su futuro tiene una disyuntiva histórica: Israel estado democrático en donde los judíos pierden la mayoría y el poder, o Israel estado Apartheid con dominio judío. Tienen que elegir de qué lado están. El mundo y los pueblos que los acogen los están esperando.

Ojalá me equivoque.

Herzlya – Israel 17-7-2020

kupervaser.daniel@gmail.com@KupervaserD  

Nota relacionada:

1 comentario en ““Llegó el momento de imaginarnos Israel como el hogar judío, que no es un estado judío””

  1. Kurt Brainin

    Un artículo muy positivo en busca de una solución. Me permito algunos comentarios:

    – ¿Estado judío? Muy adecuado si fuéramos una nación pero, como parece más evidente que el judaísmo es una religión, se parece demasiado a «república islámica» o al «nacional catolicismo» de Franco.
    – ¿Una «diáspora» originada en una supuesta «expulsión» en el año 70? No existe ningún registro histórico de semejante movimiento de población en cambio hay muchas constancias de presencia judía posterior. Si por «diáspora» se entiende «presencia judía fuera de Palestina» eso ya existía siglos antes de que llegara el primer romano, la ciudad con más judíos no era Jerusalén sino Alejandría. Originada en gran parte en conversiones, lo mismo que nuestros ancestros askenazis de la Europa del este en que los famosos jázaros tuvieron parte importante.
    – ¿Palestina patria eterna de los judíos? Los antiguos hebreos estuvieron allí en zonas limitadas y durante un tiempo también limitado. Hubo otros pueblos antes, otros al mismo tiempo y otros después. Que nuestros textos y rituales religiosos digan que es nuestra tiene el mismo valor que una escritura de propiedad solo firmada por el comprador. El cristianismo contribuyó mucho a esta creencia, siempre nos han necesitado como origen y también como asesinos de su Dios y sus textos sagrados destacan tanto la presencia judía que es fácil creer que ha sido única y eterna.
    ¿Qué solución? Cualquier solución humana para todos debe tener en cuenta que durante más del último milenio los habitantes de Palestina han sido los árabes, que casi todos los que habitaban Israel fueron expulsados y transformados en refugiados y también que ya hay varias generaciones de judíos nacidos allí y que no tienen otro país. Los que somos «de palo» somos los judíos de «afuera», no veo ninguna razón para que desde Buenos Aires, por ejemplo, podamos considerarnos los únicos legítimos dueños de Palestina.

Los comentarios están cerrados.

Scroll al inicio