Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser
Fecha: 6 de junio de 2020
Subtĺtulo: Netanyahu lanza advertencia al liderazgo judĺo de la diáspora: o apoyan públicamnte sus polĺticas o pasan a ser parte de la historia.
La lista de personalidades políticas que activaron hombro a hombro por el Likud y Netanyahu y que terminaron como cadáveres políticos en la banquina de la historia durante la última década es cada día mas larga. A diferencia de la conducción democrática que caracterizó a este partido durante la era de Begin, en este sentido Netanyahu impuso el principio despótico de los utensilios descartables: use, ensucie y tire.
Ahora le llegó el turno a AIPAC. El histórico y poderoso lobby proisraelí de la sociedad estadounidense que durante décadas se constituyó en columna vertebral del apoyo prácticamente incondicional de ese país a Israel. Si bien la conducta de esta institución trasmitió en ojos de la sociedad circundante una imagen de doble lealtad judía, no se puede dejar de señalar su exitosa labor sin diferencias de partido gobernante en Israel o en EE.UU.
Todo comenzó a crujir con el arribo de Trump a la Casa Blanca. La extrema intimidad entre Netanyahu, el nuevo presidente estadounidense y sus parlamentarios del partido republicano, dejó tambaleando a AIPAC que históricamente se jactó de trabajar con demócratas y republicanos indistintamente.
El distanciamiento entre Netanyahu y AIPAC se acentuó a medida que el primer ministro israelí se alejaba de aquella promesa de la solución de dos estados que oportunamente la adoptó en el año 2009 en su famoso discurso de la Universidad de Bar Ilan. Por el contrario, AIPAC, con su visión bipartidista de la política estadounidense, persistió en la formula basada en el dialogo con los palestinos que finalmente permita llegar a una solución de compromiso territorial.
Otro aspecto que demostró a lideres de AIPAC que su función histórica está arribando a su fin lo constituyó un drástico cambio en la actitud de Trump. El excéntrico presidente estadounidense comenzó a identificar a otra institución como la representante de los intereses israelíes en EE.UU. Se trata de la Coalición Judía Republicana (RJC por sus siglas en ingles), organismo que agrupa a potentados ciudadanos estadounidenses con una clara identificación ideológica y partidaria de quienes presionan al presidente para la toma de decisiones a favor de Israel. Paralelamente, a través de su Comité de Acción Política (PAC por sus siglas en ingles) movilizan donaciones para: “cumplir con su mayor objetivo en el año 2020, reelección de Donald Trump, por siempre el presidente pro Israel más significativo”. Otro ejemplo de doble lealtad judía.
La constitución del nuevo gobierno israelí con la firma del acuerdo de coalición que establece el derecho de Netanyahu de aprobar la anexión unilateral de territorios de Cisjordania fue determinante en la comprensión que la función histórica de AIPAC está pasando a la historia.
Sus escuetos comunicados por Twitter lo confiesan claramente. En el primero congratula la constitución del nuevo gobierno de Netanyahu y Gantz. En el segundo, más bien se debe interpretar como una plegaria para aquellos que los reemplacen. Textualmente dice: “No se debe permitir que la anexión debilite la vital relación entre Estados Unidos e Israel”. Una clara referencia a la inevitable ruptura con el ala liberal y demócrata de la sociedad estadounidense.
El Dr. Keith Kahn-Harris, sociólogo inglés, fue quien le adjudicó el título apropiado: “La anexión es un claro mensaje para AIPAC: empaquen y váyanse a casa” (“Annexation Means AIPAC Can Pack Up and Go Home”, Haaretz, 21-5-2020).
Pero este acontecer tiene otra implicación. Seria un grave error de interpretación si las instituciones que lideran las colectividades judías en la diáspora no le dedican la suficiente atención. Si estos organismos como DAIA en Argentina, CONIB en Brasil, CJCH en Chile o CCIU en Uruguay, como ejemplo, no se alistan detrás de los planes de anexión de Cisjordania, Netanyahu se va a preocupar para que pasen a ser parte de la historia.
El cuento de los valores del judaísmo humanista al que tanto recurren en las diásporas, Netanyahu se encargó de hacerlo desaparecer. Las direcciones comunitarias judías del mundo solo disponen de dos alternativas: apoyar a Netanyahu y enfrentarse con las sociedades que los circundan, o, enfrentarse con Netanyahu en defensa de esos valores históricos del judaísmo.
No se pueden escabullir, tienen que decidir.
Ojalá me equivoque
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 6-6-2020http://daniel.kupervaser.com/kupervaser.daniel@gmail.com
@KupervaserD
Me parece una buena noticia. Si entre todas las cosas que Netanyahu está destruyendo se incluyen también el AIPAC así como la DAIA y sus similares, solo faltará que se destruya a sí mismo como en un final de película catástrofe para que podamos seguirnos sintiendo orgullosos de ser judíos en paz.