Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser
Fecha: 23 de abril de 2020
Foto: El palacete privado de la familia netanyahu
Durante más de 7 décadas la sociedad israelí se vio afrontada a varias crisis que conmovieron su estructura política. Sin embargo, ninguna de ellas se acerca a las trágicas consecuencias a su futuro que seguramente serán el resultado del último estancamiento político aparentemente sin salida que se prolongó por año y medio. Según se perfila la solución que promueven en la legislatura los líderes políticos israelíes de la coalición de Gantz y Netanyahu, el Estado Judío, que se jacta de conducirse por los valores del judaísmo, se acercará peligrosamente a un estado despótico, antidemocrático, que protege la corrupción y con aspiraciones concretas de expansión territorial.
Romper repetidamente promesas preelectorales y aliarse a acérrimos rivales políticos de las campañas proselitistas no es una conducta para vanagloriarse, pero tampoco es una novedad en este joven estado que se jacta de ser un modelo de democracia. En un país cuya población tiene enraizado un profundo carácter sumiso, que ha perdido totalmente el sentido crítico y la memoria institucional, su liderazgo político juega permanentemente con sus electores como fichas de un tablero que las mueve en cualquier dirección. El pueblo es tan maleable que solo es cuestión de buscar el asesor mediático que encuentra la consigna adecuada para que la manada corra detrás del líder.
No hay duda que la iniciativa de esta funesta conducta de embuste político corresponde al partido Avodá. Según la tradición impuesta por Shimon Peres, esta agrupación política tiene sus escaparates plenos de copas y medallas por traicionar a sus discípulos para arrodillarse periódicamente frente al Likud con la promesa falsa que desde el gobierno se puede influir más que de la oposición. Al menos, en esta oportunidad gran parte de la sociedad israelí se aferra al optimismo que, por el bien de la salud política del país, este partido sea sepultado definitivamente y desaparezca de la constelación partidaria israelí. Un farsante menos.
La tendencia a desprenderse de principios democráticos tradicionales que tanto caracterizaron a Israel, junto a una inexplicable e irresponsable sumisión de obediencia de gran parte de la sociedad (con el tácito apoyo de las la mayoría de los líderes de las diásporas judías) comienzan a despedir un horrible tufo a descomposición histórica.
Gantz de Azul y Blanco y Peretz de Avoda prometieron explícitamente que no solo no serian participes de un gobierno con una persona que pesa sobre ella una acusación penal de corrupción (Netanyahu), sino que combatirían todo intento de debilitar las instituciones democráticas, el poder judicial y la división de poderes. Puras y groseras mentiras.
Hoy no solo que firmaron un acuerdo de coalición con Netanyahu, sino que se convirtieron en cómplices de un pisoteo al orden democrático del que tanto se jactó Israel. Actuaron con tanta alevosía y complicidad típica de malhechores que modificaran la ley para permitir la continuidad en funciones de Netanyahu como primer ministro en alternancia, aun en caso que el juzgado le condene por corrupción. Convirtieron a Israel en una típica república bananera.
Pero no se conformaron solo con esta degeneración política. También se dedicarán a ratear las arcas públicas para satisfacer las necesidades personales de sus compinches y las ambiciones principescas de la familia Netanyahu. Con más de un millón de desocupados (26% de la fuerza de trabajo) y una profunda crisis que arrasa empresas e independientes, se proponen despilfarrar millonarias sumas en su propio beneficio.
Basta solo un ejemplo muy demostrativo de la indiferencia hacia el pueblo envuelto en una de las peores crisis de su historia. Como en la alternancia de Gantz al frente del gobierno le corresponde el uso de la residencia oficial existente, el presupuesto oficial (es decir el dinero del pueblo) tendrá que financiar otra majestuosa residencia para la familia Netanyahu. Su palacete privado de Cesárea (valorado en no menos de 6 millones de dólares) no le es suficiente para el nivel de vida principesco de Bibi y Sara (delincuente convicta penal) al que se acostumbraron durante la última década. Pura codicia.
A nivel institucional el nuevo gobierno se propone castrar políticamente toda institución que pueda de alguna manera interferir en lo que ellos denominan “la gobernabilidad”. Es decir que nadie se pueda oponer a sus oscuros planes autoritarios. El parlamento y la oposición prácticamente se convertirán en adornos dentro de un triste escenario despótico, sin ningún tipo de freno y equilibrio tan necesarios en una democracia. El uso de los servicios de seguridad para espiar a ciudadanos del país sin ningún motivo de seguridad nacional ya abrió una puerta. Las otras solo es cuestión de tiempo.
En este marco de desmoronamiento de los pilares básicos del orden institucional democrático, que nadie se sorprenda si en un futuro muy cercano por una circunstancia fortuita o casual, la imbecilidad política que hasta este momento tanto caracteriza a Gantz, se dé lugar a que se borren las acusaciones de corrupción a Netanyahu.
Probablemente Netanyahu no deje pasar la oportunidad de anexar Cisjordania a Israel antes que concluya el mandato de Trump. Es su sueño y es de suponer que se esté preparando para su última y gran hazaña por Israel. En este caso, los judíos de la diáspora también deberían prepararse. Seria conveniente que dispongan a mano de suficientes maletas. Es muy probable que las necesiten a corto plazo.
Ojalá me equivoque.
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 24-4-2020 http://daniel.kupervaser.com/ kupervaser.daniel@gmail.com @KupervaserD
Un artículo a leer y releer para tener bien claro a qué adherimos cuando creemos tener una «obligación patriótica incondicional» hacia Israel y en qué consisten los verdaderos valores del judaísmo.
Para terminar de una vez con la confusión que lleva a creer que para ser un buen judío hay que apoyar lo que sea solo porque lo hacen judíos, en nombre de todos los judíos, en un estado judío.
Y para terminar también con que hay que apoyar a Israel porque sería una supuesta solución para el antisemitismo. Con lo que Israel hace en nombre de todos los judíos del mundo, el estado judío es hoy todo un estímulo para fabricar antisemitas.
Y es amigo de gobiernos y partidos políticos básicamente antisemitas (Orban, Bolsonaro, fundamentalistas protestantes USA, partidos europeos de ultraderecha recibidos con honores en la Knesset) cuyo odio a los judíos ya no importa tanto porque ahora odian más a los musulmanes y son amigos del «estado judío».
Muchas gracias, Daniel Kupervaser, su artículo es un soplo de aire fresco para terminar con tanta confusión y para ayudarnos a ser buenos judíos de verdad. Como es usted.