Fuente: Daniel Kupervaser
Fecha: 21 de FEB 2019
El rabino Meir Kahane fundó el movimiento Kaj en el año 1971. Esta organización se constituyó en la base del marco ideológico de la concepción extremista y segregacionista de la supremacía judía en las históricas tierras del gran Israel.
En el año 1984 esta organización obtuvo un sorprende logro cuando el rabino Kahane fue elegido miembro del parlamento israelí en elecciones general. En una clara demostración de la preponderancia de la visión judía y democrática tradicional, todas las facciones que componían ese parlamento, incluyendo al Likud, boicotearon a Kahane. Los medios de información de esa época resaltaron la insólita imagen histórica del recinto del parlamento totalmente vacío frente a los discursos de Kahane.
En el año 1988 el partido Kaj se presentó nuevamente a elecciones general, aunque en esta oportunidad la Corte Suprema de Justicia de Israel vetó su participación electoral debido a su mensaje antidemocrático y racista.
En el año 1990, el rabino Kahane fue asesinado en EE.UU por un terrorista islamista.
El movimiento Kaj continuó activo y en el año 1994 fue declarado en Israel “organización terrorista” y puesto fuera de la ley, acto que fue homologado por las autoridades de EE.UU, Canadá y la Unión Europea.
A partir de ese momento los componentes de este movimiento optaron por reorganizarse en nuevos marcos, con nuevos nombres, manteniendo la visión ideológica racista del rabino Kahane, aunque expresada en términos menos radicales y no tan provocativos. No por ello dejan de señalar y recordar permanentemente su estrecha vinculación con la tradición racista que dejó el rabino Meir Kahane.
Así es que a partir de 2015 la organización opera bajo el nombre de Otzma Judía (Poder Judío). En esa oportunidad repitieron su participación en las elecciones generales, aunque por sus pobres resultados permanecieron sin representante en el recinto legislativo israelí.
Teniendo en cuenta el sistema parlamentario israelí, Netanyahu tiene muy claro que más allá del éxito electoral de su partido Likud, mucho más importante para mantenerse como primer ministro son los resultados previstos para los partidos del bloque partidario afín. Se trata del bloque denominado de derecha que incluye los partidos de la coalición gubernamental del presente gobierno.
El Likud de Netanyahu de hoy no es Likud de entonces. En su desesperado intento de mantenerse en el poder, Netanyahu se lanzó a una campaña de fortalecimiento, no ya de su partido, sino de otros partidos que puedan respaldarlo para formar el próximo gobierno. En ese sentido no escatima en llegar a situación cercanas a ser denominadas soborno político, o como lo catalogan ciertos periodistas, prostitución política.
A los efectos de evitar la posibilidad que el partido Bait Yehudi, representantes de la corriente religiosa nacional judía, no obtengan el mínimo para ingresar representantes al parlamento, Netanyahu los presionó para que se fusionen con Otzma Judía. Con ese objetivo no dudó en ofrecerles de antemano un exorbitante precio: dos carteras ministeriales en su próximo gobierno y reservarles un puesto real en la lista de candidatos de su partido Likud a costa de legítimos representantes de su partido.
Mantenerse en el poder a todo precio se convirtió en el objetivo primordial de Netanyahu. Bajo ese precepto, da la impresión que el apoyo del antisemitismo polaco ya no le es suficiente. Ahora se hace necesario movilizar el racismo judío.
La degeneración del judaísmo en manos de Netanyahu no tiene límites.
Ojalá me equivoque.
Herzl imagino que el antisemitismo no tenia otra solucion que algo similar a lo que propugnaban los antisemitas, separar a los judios en una especie de ghetto, esta vez llamado «estado judio».
Desde entonces, el sionismo y el racismo han seguido caminos desgradablemente paralelos:
– Entrevistas y tratos con los antisemitas con la idea general de «si quieren librarse de los judios, ayudennos a crear un estado judio en Palestina. Asi fue como Herzl se entrevisto en 1903 con el baron von Plehve, ministro del interior del zar y responsable del pogrom de Kishinev; como Jabotinsky se entrevisto en los años 20 con Simon Petliura, masacradror de decenas de miles de judios en Ucrania; y como la dirigencia del Yishuv mantuvo entre 1933 y 1939 un acuerdo llamado la «Haavara» con la mismisima Alemania nazi. Sin hablar de la propuesta de la banda Stern, a la cual pertenecia Isaac Shamir, de ser un fiel aliado de la Alemania nazi si les ayudaban a crear un estado judio.
– Actualmente hay muchos antisemitas que son muy amigos de Israel, desde los integristas evangelicos americanos que son fundamentales en el lobby israeli USA, hasta los gobiernos y partidos politicos mas ultraderechistas de Europa que son recibidos con todos los honores en Israel porque su antisemitismo esta algo oculto por un racismo mas explicito contra los musulmanes.
– Y en Israel tambien hay racismo, los judios tenemos alli derechos que los no judios no tienen y aun entre los judios, los negros falashas son abiertamente discriminados.
Muchas gracias Que triste!!!!!!!!!!!