diciembre 2017

Nacionales, Opinion, Portada

Supermiércoles

Fuente: Luis Bruschtein | Página 12 Fecha: 02 DIC 2017 El remolino de interrogantes que dejó el hundimiento del ARA San Juan funciona como metáfora del país. La Armada anunció que ya no se buscarán sobrevivientes y no hubo una declaración, un gesto mínimo presidencial hasta que en el Gobierno se dieron cuenta del malestar que produjo esa falta de sensibilidad. El mismo día del anuncio de la Armada, Mauricio Macri habló al asumir como presidente in pectore del G-20: “Nos sumamos a un diálogo global sin alzar la voz enojados” dijo, al tiempo que el derechista Financial Times se sorprendía por el autoritarismo reflejado en la decisión del gobierno argentino de impedir el ingreso al país a más de 60 representantes de ONG’s internacionales que normalmente participan en estas reuniones. Una súpersemana con un supermiércoles. El Senado aprobó las reformas a pesar de la masiva marcha que expresó su repudio en la puerta del Congreso. Sin asumir, Cristina Kirchner había jurado como senadora pocos minutos antes. Los legisladores que la siguen, votaron en contra. Y pocos minutos después en Comodoro Py hubo profusión de perpetuas para los criminales del GT de la ESMA. Un supermiércoles en una supersemana donde pese a que siguen los juicios a los represores, el gobierno se cansó de usar los mismos argumentos que ellos para justificar el crimen de Rafael Nahuel. Una semana donde el gobierno desconoció una exigencia irrevocable de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, contraviniendo así lo establecido en la Constitución. Y Milagro Sala compareció en otro juicio absurdo y les gritó a los jueces que ya tenían la condena escrita por el gobernador Gerardo Morales, una verdad más grande que una casa. La desaparición del ARA San Juan con sus 44 tripulantes a bordo proyecta la gran sombra de una tragedia que interpela al gobierno, deriva sobre recortes y ajustes, sobre las consideraciones de lo que se gasta y sobre su sensibilidad frente al drama de seres humanos. Como un cuerpo desaparecido, su hallazgo daría algunas respuestas. Pero no aparece, y la perspectiva de que eso suceda son mínimas. Millones de jubilados aparecen como las víctimas de otro hundimiento social aprobado en un Senado con restos del naufragio del peronismo en las urnas y manos levantadas. Los senadores radicales, los del PRO y los peronistas que responden al senador Miguel Angel Pichetto levantaron la mano para empezar a hundir a los jubilados. Después Pichetto reconoció que les había tocado “la ingrata tarea”, manos levantadas para desfinanciar a los jubilados, sacarles impuestos a los ricos y recortarles consumo a los sectores medios y bajos. En la puerta del Congreso, decenas de miles de trabajadores expresaban su indignación ese miércoles. No era una protesta resignada, ni serena. Había indignación, había enojo con los legisladores que votarían en el recinto. Cada una de las reformas, laboral, provisional, impositiva y fiscal implica un ajuste a sus bolsillos, un recorte a sus derechos, un deterioro en su futuro. No estaba toda la CGT. Una parte optó por una vía más conciliadora. Pero los que convocaban, por lo menos en cuanto a su composición, expresaban a los mismos sectores que se opusieron a las reformas laborales del menemismo y la Alianza. Las CTA, la izquierda, los movimientos sociales y los gremios combativos que en su momento agrupó el MTA. Los unieron nuevamente las políticas neoliberales cuya esencia se define por una brusca transferencia de recursos de los trabajadores hacia los sectores concentrados de la economía. Otra vez la calle, las mismas identidades, los mismos problemas. Para los que estaban en la calle y los que serán afectados por estas reformas, hubo un cambio con Macri, pero no fue para adelante, sino para atrás. Los escenarios parecen salidos de una máquina del tiempo, el vértigo de “esto ya lo vi” agrega un dramatismo sin tiempo, el de las calamidades que nunca quedan atrás y siempre vuelven. Este retorno vertiginoso al pasado resultó desconcertante por la efectividad inesperada del impacto cultural arrasador de la derecha sobre la sociedad. Antes del retroceso económico se produjo un brutal retroceso cultural que no se explica sólo por errores y limitaciones del kirchnerismo sino fundamentalmente por el intenso bombardeo mediático y la mesa inclinada de un sistema donde el mapa de medios concentrados y un poder judicial feudal, siempre favorecen a los poderosos. De lo que menos se trata en esa maquinaria cultural de la derecha es de la lucha contra la corrupción, el centro está puesto en el rechazo de cualquier política solidaria. La denuncia de la corrupción es una excusa, una palanca que deriva hacia la otra idea que busca destruir el fundamento de una sociedad solidaria, desprestigiar y difamar como mentirosas y demagógicas a las políticas de distribución del ingreso y ampliación de derechos. La reivindicación del republicanismo y la independencia de la justicia también es otra excusa que no respetan, como lo demostró Milagro Sala al hablar el jueves en el juicio absurdo por la causa de las bombachas. Cuando entró a la sala denunció a los jueces: la condena ya está decidida en la gobernación. “Peleen ustedes por sus derechos, los periodistas, tengan independencia, no se dejen llevar por Gerardo Morales, que no va a estar gobernando toda la vida, tengan dignidad, defiendan al país, a ustedes los periodistas los usan para que hablen mal de mí, dos años diciendo a los jujeños que soy la peor basura de Jujuy” dijo. Eso fue el jueves, el martes había llegado el exhorto de la CIDH para que devuelvan a Milagro a su domicilio. Pese a que los pactos internacionales, como el que administra la CIDH, están reconocidos en la Constitución, el gobierno argentino y el jujeño lo ignoran olímpicamente, lo cual es un fuerte retroceso también en los derechos humanos. Milagro se solidarizó con los trabajadores que rechazaron la reforma laboral y gritó “¡Basta de matar a los hermanos mapuches, peleen por sus tierras!” Puso la mira fuera del tribunal, le dio a ese cuadro espesor y

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Arde Honduras

Fuente: Ezequiel Sánchez* | TiempoAr Fecha: 02 DIC 2017 Honduras está literalmente prendida fuego. Y tras una semana de las elecciones, y sin resultados definitivos, aumentaron las sospechas que existían previas a los comicios. Que habría fraude para legitimar a un gobierno que buscaba sostenerse en el poder, a pesar de que la Constitución prohíbe la reelección. El actual presidente, Juan Orlando Hernández, impuso una Corte Suprema que avaló su postulación, aunque en 2009 se le dio un golpe de Estado a Manuel Zelaya por querer preguntarle a la gente si estaba de acuerdo en reformar la Constitución y permitir un segundo mandato. Consumado el golpe, los actuales gobernantes convirtieron a esta nación en un narco-Estado. Meses atrás, una corte de Nueva York condenó al hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa (2010-2014) a 24 años de cárcel por ayudar a ingresar cocaína en Estados Unidos con avionetas del Estado. El testimonio clave fue de los propios narcos a la DEA. En sus declaraciones, también admitieron negocios con el diputado y hermano del actual presidente. Mientras tanto, Honduras es un país donde el 65% de la población vive debajo de la línea de la pobreza y más del 40% es indigente. Donde casi el 20% de Producto Bruto Interno es generado por las remesas que envían los migrantes desde Estados Unidos. Ya no es un «país bananero», ahora es exportador de seres humanos que no garantiza derechos como educación y salud. En 2015 se conoció un multimillonario desfalco al Instituto Hondureño de Seguridad Social, que habría causado la muerte de por lo menos 3000 personas. Parte de esa plata financió la campaña del actual presidente. Pepe Lobo, su predecesor, admitió saber del robo, aunque prefirió callarlo para «no perjudicar el curso electoral». A pesar de que un caso de corrupción menor en Guatemala causó la renuncia de Otto Pérez Molina, en Honduras ningún funcionario con alto cargo fue sentenciado. Al contrario, existe un 95% de impunidad y es uno de los cinco países más violentos del mundo. Lo prueba el asesinato hace 20 meses de la líder social Berta Cáceres. Su entorno siempre sostuvo que la orden había venido «desde arriba» y según un informe independiente de hace menos de un mes, el Ministerio Público tiene pruebas suficientes para condenar a gerentes de una empresa hidroeléctrica, a funcionarios del Estado y a militares aún activos. Pero la Justicia nunca llega. En este contexto se realizaron las elecciones. Y las sospechas de fraude empezaron a agigantarse porque el Tribunal Supremo Electoral le dio cinco puntos de ventaja al opositor Salvador Nasralla, mantuvo dos días de silencio y al actualizar la información, Hernández pasó a aventajarlo por un punto. Sumado esto a una población que estuvo muy atenta en la fiscalización de actas y presentó pruebas de irregularidades en el recuento de votos. El descrédito por las instituciones y la evidencia de fraude es tan grande que, si llegaran a declarar ganador a Juan Orlando Hernández, nadie creería en el resultado y empeoraría la situación. Si es que aún eso fuera posible. « * Periodista argentino, residente en Tegucigalpa.

Comunicados y Declaraciones

Myriam Bregman, judíos y mapuches

El LLAMAMIENTO Argentino Judío repudia los insultos judeofóbicos proferidos por familiares y seguidores de los represores condenados por la causa ESMA, dirigidos contra la abogada y dirigente política Myriam Bregman. No aparecen como originales las injurias emitidas por quienes siguen reivindicando hasta el día de hoy el terrorismo de estado ejecutado por genocidas que fueron —y continúan siendo— la expresión local del fascismo y de la cultura nazi. Tampoco resulta llamativo que estos agravios se emitan en un clima de época en el que desde el gobierno de Cambiemos se persigue a los mapuches, indudables “judíos” de la actualidad, a quienes se demoniza para construirlos como un «enemigo interno». Marcelo Horestein – Secretario Jorge Elbaum – Presidente

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Geopolítica digital latinoamericana

Fuente: Jorge Elbaum | Nodal Fecha 01 de DIC 2017 La comunicación a través de la red de redes se ha constituido es un espacio de disputa geopolítico que incluye aspectos ligados a la soberanía territorial, la seguridad internacional y a las lógicas de acumulación capitalista. Sólo una mirada ingenua puede describir su actual relevancia como un mero canal de interacción horizontal carente de manipulación digitada por actores políticos y económicos cuyos intereses están íntimamente ligados al control y a la concentración (y ampliación) de poder. Internet es en la actualidad un mecanismo de arbitraje geopolítico inscripto estructuralmente a través de una arquitectura de satélites y tendido de fibra óptica y una minería de datos apta para la vigilancia, el seguimiento, el espionaje y –concomitantemente— su utilización como insumo de Inteligencia Artificial (prospectiva) para la manipulación de mercados y consumidores. La larga lista de operaciones que se realizan sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) incluyen la segmentación de públicos destinadas a ser manipuladas (incluso electoralmente) mediante “fake news” (noticias falsas) y la multiplicación de ejércitos de “trolls” (perfiles falsos) virtuales o robotizados, encargados de sembrar confusión, pánico y/o agendas alternativas contra opositores y o receptores ingenuos. Un aparte de estos dispositivos, además, están encauzadas contra quienes se atreven a proponer normas democráticas y antimonopólicas capaces de regular de forma soberana a la arquitectura de la web. La característica central de internet es el monopolio: un 72 por ciento de los tendidos de fibra óptica existentes en el mundo le pertenecen a la corporación Century Link, que cuenta con ingresos de 24 mil millones de dólares anuales. Dos terceras partes de los 3500 satélites que giran alrededor del planeta pertenecen a Estados Unidos, Rusia y China, y el 95 por ciento de la comunicación de América Latina circula por fuera de su geografía. El creciente peso del comercio por internet y la deslocalización de los circuitos de monetización y distribución de bienes y servicios han permitido a las trasnacionales nuevas formas de evasión impositiva y afianzar con esa lógica patrones de concentración económica beneficiosos para quienes administran los nodos estratégicos de las redes. Los beneficios de esas transacciones que no se tributan en nuestros países son absorbidos por las propias metrópolis centrales que alientan de esa manera el vaciamiento fiscal de nuestras economías favoreciendo los déficits fiscales en forma creciente. La desregulación económica que internet habilita –sin controles soberanos— consiente el difuso “pase de manos” de la inmensa intermediación financiera y su consiguiente refugio de “contabilidad creativa”, capaz de incrementar los recursos depositados en los paraísos fiscales y en las guaridas bancarias ubicadas (o dependientes de) los países centrales. Internet se constituye así en una actualizada forma de dominación, enclavada bipolarmente en dos aspectos convergentes: la ciber-vigilancia(asociada al monitoreo militar) y la obtención de rentas internacionales incapaces de ser captadas por los Estados subalternos. El 98 por ciento del tráfico de Internet entre América Latina y el mundo circula por servidores de los EEUU. El 75 por ciento de la información que transita por el interior de nuestro subcontinente, también tiene domicilio “físico” en “nubes” estadounidenses. En el año 2010 Julian Assange divulgó miles de documentos (WikiLeaks) en los que se evidenciaba la utilización de las redes para inspeccionar y digitar políticas comerciales y de seguridad, monopolizadas tanto por el Departamento de Estado como por empresas dispuestas a agenciarse ventajas competitivas mediante la utilización de información privilegiada. Durante ese mismo año la OTAN llevó a cabo la primera “Cumbre de los comunes estratégicos” donde se analizó prioritariamente aspectos relacionados con la ciber-defensa, el ciber terrorismo y la elaboración de protocolos ligados a la guerra virtualizada mediante el uso de drones y aparatología misilística asociada a redes de celulares telefónicos. Desde 2010 se calcula que han sido 2500 las personas ejecutadas a través de drones guiados por la información provista por datos obtenidos de internet. En 2013 Edward Snowden sumó certidumbres acerca de la colaboración entre las empresas monopólicas Alphabet (Google) y Facebook con la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos NSA, para ceder información privada y confidencial para ser utilizados con fines eminentemente políticos, algunos de los cuales incluyeron el socavamiento de proyectos emancipatorios de varios países latinoamericanos. Presidentes de gobiernos de destinos países –como Angela Merkel de Alemania y Dilma Rousseff de Brasil–, y corporaciones de energía, como Petrobras, fueron monitoreadas durante años por distintas agencias de inteligencia de Washington para favorecersus intereses geopolíticos. El subterfugio de la lucha contra el terrorismo justificó su acceso a la casi totalidad de la circulación informativa de la web permitiendo la ampliación de la vigilancia global, la intervención política en asuntos soberanos de terceros países y la utilización de información privilegiada para favorecer a empresas trasnacionales con sede en esos mismos países centrales. Este reforzamiento del control y la subordinación a intereses hegemónicos implica una forma de “colonialismo digital” caracterizado por una creciente monopolización de la comunicación humana, constituida históricamente como un “bien común”. Hoy la circulación de la imagen, la palabra, los perfiles sanitarios (demandados por las compañías de seguros y de medicina), la geolocalización y los perfiles de consumo aparecen como datos imprescindibles para esas cinco empresas monopólicas (que comercializan dichos insumos a terceras empresas) y para los gobiernos asociados a ellas que se dedican a perseguir a opositores a través del monitoreo y la divulgación de aspectos de la vida privada de los vigilados. Uno de los temas centrales de próxima reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a desarrollarse en diciembre venidero en Buenos Aires es justamente la legitimación de los mecanismos de desregulación de la web –en nombre de la reiterada y sacrosanta libertad neoliberal– y la prohibición explícita a cualquier forma de regulación soberana sobre la protección de la información y de su circulación. Hace quince años atrás, las diez empresas más poderosas del orbe tenían una inscripción en el mundo de la energía: generalmente eran corporaciones petroleras. En la actualidad el ranking muestra que han sido desplazadas por

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