agosto 2017

Comunicados y Declaraciones

Frente a las próximas elecciones nacionales

  El LLAMAMIENTO Argentino Judío se ha convertido en la expresión política de un importante sector de la colectividad judía —que comparte un conjunto de valores éticos judíos y humanistas— y se siente heredera de las mejores tradiciones populares y progresistas de aquellos argentinos judíos que a lo largo de décadas participaron activamente en la construcción de la Argentina; militando desde dentro o fuera de las instituciones de la colectividad, en los ámbitos estudiantil, educativo, artístico, científico, cultural, sindical y político en la búsqueda de una sociedad más justa e igualitaria Como colectivo político —además de social y cultural— reafirmamos que no tenemos alineamientos partidarios y conviven en nuestro movimiento compañeras y compañeros identificados con muchas corrientes políticas. Sin embargo, frente a las próximas elecciones nacionales tomamos posición ya que el camino emprendido por el gobierno macrista significa un retroceso nefasto y un inaceptable avance de las fuerzas más conservadoras en el marco de un proyecto neoliberal que se pretende aplicar en todo Latinoamérica. Rechazamos sin dobleces la pérdida de los innumerables derechos adquiridos por los sectores más vulnerables de la sociedad; el deterioro del nivel socio-económico de la mayor parte de la población; la apertura indiscriminada de las importaciones que destruyen el trabajo nacional y generan desocupación; la destrucción de los proyectos científicos y tecnológicos que nos enorgullecían; las reducciones de presupuestos o subejecuciones en los programas educativos, culturales y de salud; el aumento de la mortalidad infantil y el hambre;  y el alineamiento con los sectores de la derecha ultramontana y retrógrada en el ámbito internacional. Denunciamos con voz firme las incompatibilidades éticas y conflicto de intereses de los funcionarios; el cinismo y la mentira en los discursos que buscan tapar estas realidades; la concentración y hegemonización de los medios de comunicación; la transferencia de recursos hacia los sectores más privilegiados y como consecuencia de estas nefastas políticas advertimos un acelerado aumento de la desigualdad social y una maniquea manipulación de las políticas DD.HH. Decimos con firme convicción que con presos políticos, detenidos desaparecidos, violencia institucional y la criminalización de la protesta, no hay democracia posible. Por todo esto —y mucho más— el LLAMAMIENTO Argentino Judío se alinea junto a las agrupaciones que denuncian sin medias tintas esta situación imperante. Además, denunciamos a las conducciones de la DAIA y de la AMIA —que se arrogan la representación política de la toda la colectividad judía argentina— por su alineamiento incondicional a este gobierno. Mantienen un peligroso y cínico silencio frente a hechos bochornosos y vergonzantes de claro sesgo nazi, negacionistas y de menoscabo a la histórica lucha por los Derechos Humanos. Algunos de estos hechos fueron incluso protagonizados por funcionarios nacionales, ex dirigentes de la colectividad. Privilegian la defensa de sus intereses económicos y políticos, a la sombra de los poderes dominantes que han vuelto de la mano del neoliberalismo y el autoritarismo de los grupos económicos más concentrados, alejados de los orígenes y valores éticos que fueron eje en el accionar de la colectividad judía por generaciones. Por todo lo expuesto, el LLAMAMIENTO Argentino Judío, convoca a sus adherentes y a toda la ciudadanía a cumplir con su deber de ejercer su derecho al voto con convicción en defensa de los valores antes señalados y por los medios democráticos vigentes. Unamos nuestros esfuerzos para frenar y cambiar el rumbo político imperante. Marcelo Horestein – Secretario Jorge Elbaum – Presidente    

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Los problemas legales de Binyamin Netanyahu están aumentando

Fuente: The Economist Fecha: 10 de AGOSTO 2017 Parecen no tener fin los problemas legales que se acumulan en torno al primer ministro israelí Binyamin Netanyahu, su familia y su círculo íntimo. En el transcurso de una semana, su exjefe de personal, Ari Harow, firmó un acuerdo con la fiscalía como testigo privilegiado y la policía confirmó que está investigando un caso de soborno, fraude y falta de confianza en el cual Netanyahu es sospechoso. Su esposa Sara fue interrogada por la policía bajo la acusación de malversación de fondos públicos y su hijo Yair fue demandado por difamación por un post subido a Facebook. Harow, quien trabajó con Netanyahu durante más de una década, accedió a declarar a cambio de una condena reducida en su propio juicio por defraudación al fisco. Se espera que su testimonio sirva como evidencia contra Netanyahu quien es sospechoso de recibir dádivas de empresarios. El primer ministro también es sospechoso de un acuerdo por el cual ofreció limitar la distribución de Israel Hayom (una diario de distribución gratuita financiado por Sheldon Adelson, un millonario estadounidense y partidario de Netanyahu) a cambio de la cobertura favorable en el matutino Iediot Ajaronot* propiedad de Arnón Mozes. El 7 de agosto, el Tribunal Supremo de Israel dictaminó que Netanyahu debe hacer públicas las grabaciones de las conversaciones telefónicas con Adelson. Harow también puede arrojar luz sobre otras dos investigaciones, potencialmente más graves, que involucran a allegados a Netanyahu. Su abogado personal a lo largo de casi cuatro décadas es sospechoso de aceptar sobornos a cambio de facilitar la venta de submarinos alemanes y buques de guerra a la armada israelí. Otro exjefe de personal, Shlomo Filber, fue suspendido en su cargo en el Ministerio de Comunicaciones bajo acusaciones de facilitar documentos confidenciales a la compañía de telecomunicaciones más grande de Israel con los que podía beneficiarse. Hasta ahora el primer ministro no es sospechoso en ninguno de estos dos casos. En este contexto se producen protestas semanales que tienen como objetivo mantener la presión sobre el fiscal general Avichai Mandelblit. Sin embargo, las investigaciones que involucran a Netanyahu se han prolongado durante más de un año. Mientras tanto, el primer ministro y sus partidarios han adoptado las tácticas de “trumpianas”. En sus cuentas en la redes sociales Netanyahu ha calificado a la prensa israelí como autora de «noticias falsas». Sus adeptos la acusan de tratar de derribar al gobierno. Incluso los derechistas que han criticado al Netanyahu en el pasado se han incorporado sumisamente a esa línea de defensa. «Ni los medios de comunicación, ni las protestas contra el fiscal general deben decidir, sólo los hechos [deberían]«, dijo Naftali Bennett, ministro de Educación quien es visto como un rival político del primer ministro. «Estamos apoyando al gobierno de Netanyahu y mi evaluación es que las elecciones tendrán lugar a tiempo en 2019.» A pesar de la intensificación de las investigaciones Netanyahu puede aguantar mucho tiempo. Una vez que la policía termine sus investigaciones, será responsabilidad del fiscal general formular las acusaciones después de llevar a cabo las audiencias con los sospechosos. El proceso llevar meses. Y aunque sea acusado, Netanyahu asegura que planea permanecer en el cargo defenderse de las acusaciones. Según la ley israelí, el primer ministro no está obligado a renunciar a menos que sea condenado. Mientras su coalición de partidos derechistas y religiosos se mantengan agrupados es poco probable que sea expulsado antes de las próximas elecciones. * Yedioth Ahronoth, el diario de mayor circulación en Israel (N. del T.) Traducción: Dardo Esterovich

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Noceti, la mano ultraderecha de Bullrich

Fuente: Ricardo Ragendorfer | Nuestras Voces Fecha: 10 de AGOSTO 2017 “¡Este hijo de puta buen mozo es mi jefe de gabinete!”, lo presentó en sociedad Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad, en un video casero que se volvió viral. El funcionario Pablo Noceti fue defensor de represores, reivindica públicamente la represión ilegal y es el autor ideológico y material de la “lucha contra el indio” en la administración de Mauricio Macri. Con varios viajes al Sur, Noceti venía “preparando el terreno” para la represión a los mapuche, que culminó con la desparición de Santiago Maldonado. “Quedate tranquila; este es un tema de Mario (Das Neves)”, indicó el camino negacionista Macri a la oreja de la ministra Bullrich. El jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, vestía un traje gris y sobretodo oscuro. Con esa vestimenta en medio del paisaje cordillerano su silueta pasaba tan desapercibida como una tarántula en un plato lleno de leche. Así fue fotografiado mientras hablaba con un oficial de la Gendarmería a la vera de la estancia Benetton en Leleque, al noroeste de Chubut. Corría la primera tarde de agosto. Sólo habían transcurrido un par de horas desde la desaparición forzada del mochilero Santiago Maldonado, visto por última vez mientras lo cargaban a una camioneta blanca de esa fuerza durante la brutal represión encabezada por Noceti en la lof de Cushamen, apenas a tres kilómetros de allí. Lo cierto es que esa fotografía –captada a hurtadillas por un gendarme y difundida por Nuestras Voces el 7 de agosto– subraya su participación en ese delito de lesa humanidad, el primero de la era macrista. Para descorrer el velo de su génesis bien vale reparar en la figura de su presunto “hacedor”. Y también en sus pasos hacia aquel ominoso martes en el que Santiago fue visto por última vez cuando lo subían a una camioneta de Gendarmería Nacional. El doctor Torquemada Este abogado de 51 años es un sujeto de hábitos casi espartanos y bajo perfil. Por eso resulta paradójico que tras exactamente un año de silencioso trabajo en la función pública su nombre haya saltado a la luz el 13 de diciembre de 2016 por un desliz jolgorioso de su jefa, Patricia Bullrich. “¡Este hijo de puta buen mozo es mi jefe de gabinete!”, exclamó esa noche a viva voz y ya con dicción incierta, durante un festejo por el fin de año en la sede ministerial de la calle Gelly y Obes. “¡Todas andan locas por él!”, volvió a clamar. A su lado, el aludido forzaba una sonrisa incómoda. Un video del asunto no tardó en viralizarse. Hasta entonces el doctor Noceti había circulado como un fantasma por los pasillos del actual gobierno. Era consciente de que su profusa labor como defensor de represores y apologista de la dictadura le podría jugar en contra. Sin embargo, en el ámbito tribunalicio no es un secreto que su postura ideológica lo sitúa a la derecha de Atila. Por eso no debe asombrar que en sus alegatos califique los juicios contra genocidas como la “legalización de una venganza diseñada por el poder político al servicio de inconfesables intereses” o que la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final “tendría que avergonzar a todo jurista serio de la República”. Fogueado profesionalmente bajo el ala del camarista durante el “Proceso”, Alfredo Battaglia –quien luego tuvo a Galtieri entre sus defendidos–, Noceti supo afinar su visión del mundo en las filas de la Corporación de Abogados Católicos, un distinguido antro de propagandistas del terrorismo de Estado influenciado en su momento por la organización ultraderechista La Cité Catholique, cuyo imaginario bailoteaba sobre los siguientes pilares: la doctrina de la guerra contrarrevolucionaria, el método de la tortura y su fundamento dogmático tomista, cuya dialéctica se sostenía en el “principio del mal menor por el bien común”. De modo que con tal soporte él redondeó su reivindicación teórica de la desaparición forzada de opositores. Y con una escalofriante economía de palabras: “Un enemigo no convencional exige protocolos atípicos”. En realidad su gran problema es que ahora alucina una guerra imaginaria. Tal ensoñación en esta etapa de su vida se cristaliza en una “hipótesis de conflicto” sostenida por él con notable empeño: la amenaza indigenista. Algo que la señora Bullrich adoptó como propio y que además le vino de perillas al gobernador de Chubut, Mario Das Neves, en el marco del litigio por tierras de la comunidad mapuche con el Grupo Benetton. Ya el 30 de agosto del año pasado el Ministerio de Seguridad elaboró un informe de gestión con el siguiente andamiaje argumental: los reclamos de los pueblos originarios no constituyen un derecho garantizado por la Constitución sino un delito federal porque “se proponen imponer sus ideas por la fuerza con actos que incluyen la usurpación de tierras, incendios, daños y amenazas”. Una dinámica cuasi subversiva, puesto que –siempre según ese documento– “afecta servicios estratégicos de los recursos del Estado, especialmente en las zonas petroleras y gasíferas”. Ahora se sabe que ese paper es fruto del puño y la letra de Noceti, quien 20 días antes había sido detectado en Esquel por la Asociación de Abogados de Derecho Indígena (AADI). Tal revelación provocó su segundo traspié: ser sorprendido por un reportero gráfico del medio Noticias de Esquel durante el juicio por la extradición a Chile del líder mapuche Facundo Jones Huala. Su foto fue publicada esa misma tarde. Entonces le fue imposible eludir una entrevista con Radio Nacional de aquella ciudad en la que blanqueó sus intenciones: “Evaluar la comisión de un delito federal, porque acá hay un grupo que pretende atemorizar a la gente con el método de la violencia”. Fue el inicio de la estigmatización del movimiento Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). Ya en ese instante él se jactó de poder encarcelar a sus integrantes sin orden de un juez, en base a una interpretación algo antojadiza del artículo 213 bis del Código Procesal, referido a situaciones que ponen en riesgo la seguridad interna de la nación. A

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El show del cuñado

Fuente:Raúl Kollman | Página 12 Fecha: 7 de AGOSTO 2017 El insólito show de la detención de Claudio «El Mono» Minnicelli oculta un hecho elemental: se lo buscaba por un escándalo aduanero ocurrido en el actual gobierno, no en el anterior. Todo su vínculo con las administraciones Kirchner consiste en que es el cuñado de Julio De Vido, pero el ex ministro no tenía ningún trato con él. Ni siquiera concurrió al ostentoso casamiento del Mono con la vedette en 2004, o sea hace 13 años. En cambio Minnicelli tenía relación con Oldemar «Cuqui» Barreiro Laborda, un personaje con numerosos antecedentes por maniobras económicas y que se presentaba como la mano derecha del titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión. En base a esa relación, Barreiro Laborda supuestamente puso en marcha una maniobra para sacar seis contenedores que estaban retenidos en la Aduana, cobrando un adelanto de 50.000 dólares por cada contenedor. Eso ocurrió en mayo de 2016, durante la administración de Mauricio Macri. El juez en lo Penal Económico, Marcelo Aguinsky, procesó por tentativa de contrabando a todo el grupo que rodeaba a Barreiro Laborda, pero curiosamente dejó afuera a Gómez Centurión. El magistrado sostiene que no tiene suficientes pruebas contra el jefe de la Aduana macrista, pese a que hay constancias clarísimas de que Barreiro Laborda y Gómez Centurión se encontraban y mantenían un vínculo. El funcionario aduce que lo usaba como buche, es decir como informante. Sin embargo, hay testimonios que no solo confirman que se encontraban en el shopping conocido como Design Center, en la Recoleta, sino también que se visitaban y cenaban juntos en sus domicilios. No es un detalle menor que el abogado de Gómez Centurión es Alejandro Pérez Chada, quien también es abogado de Mauricio Macri. Un dato curioso es que cuando explotó el escándalo, en mayo de 2016, una de las principales acusadoras de Gómez Centurión y su banda fue Patricia Bullrich, quien este lunes protagonizó el show del casco, los chalecos anti-balas y el movimiento de decenas de efectivos de la Policía Federal. En su momento, la ministra de Seguridad presentó un anónimo para fundamentar al acusación de coimas contra Gómez Centurión y Barreiro Laborda. Bullrich decía que ambos cobraban por entrar containers de forma ilegal. Como respuesta, Gómez Centurión hizo aparecer otro anónimo y con ese texto acusó a Patricia Bullrich de encubrir la llegada de 250 kilos de pseudo-efedrina, sustancia usada como precursor químico para la cocaína. En esa guerra, Gómez Centurión acusó a Bullrich de ponerle micrófonos en la casa. Muchos dicen que detrás de Bullrich estaba Jaime Stiuso, el otrora poderoso jefe de Operaciones de la SIDE. El vínculo de Minnicelli con la causa de los containers arranca con una escucha telefónica en la que Cuqui Barreiro Laborda le dijo al representante de comerciantes coreanos —Mister Korea lo apodaron—, que si no lo podía ubicar a él que hablara con El Mono. «Si yo no los puedo atender, hablen con el Mono que es como si hablaran conmigo», fue el textual. O sea que Minnicelli era el subordinado de Cuqui. El grupo coreano tenía el problema que les habían retenido seis contenedores en la Aduana. Mister Korea, que en realidad se llama Sung Ku Hwang, llamó a Cuqui y éste, presentado como la voz de Gómez Centurión, les dijo que los sacaría de la Aduana. Se elaboró nueva documentación para esos contenedores —apócrifa— y se puso en marcha la maniobra. Como adelanto, Cuqui habría pedido 50.000 dólares por container. La maniobra fracasó, la mercancía nunca salió de la Aduana, pero todo el grupo fue detenido. En realidad, la mayoría fue excarcelada hasta el juicio oral, Barreiro Laborda cuenta con el beneficio de la prisión domiciliaria y Minnicelli se escondió en Chapadmalal. El más beneficiado de todos fue Gómez Centurión: Aguinsky asegura que no tuvo suficientes pruebas. Si Minnicelli se hubiera presentado al principio, seguro que hoy en día estaría caminando por la calle, básicamente porque lo habría abarcado la excarcelación que otorgó el juez. En fuentes cercanas a su defensa aseguran que no quiso presentarse porque estaba con problemas cardíacos, algo que se percibió ayer cuando sufrió una descompensación en Comodoro Py. Su presión máxima estaba por arriba de 150 y por lo tanto el magistrado ordenó que el Cuerpo Médico Forense lo revise, lo estudie y produzca un informe. Mientras tanto, el ex prófugo se negó a declarar. Todo indica que tal vez lo haga el miércoles. La lógica indica que Aguinsky le negará la excarcelación dado que estuvo prófugo nueve meses. Un repaso detallado de la historia muestra que el escándalo de Minnicelli no tiene nada que ver con el gobierno anterior. El único punto es que se trata del cuñado de De Vido. El ex ministro no sólo no fue al casamiento de Minnicelli con Celina Rucci sino que nunca mantuvo trato. Lo consideraba una especie de oportunista que, además, produjo la pérdida de la única propiedad que tenía el padre de los Minnicelli. El ahora detenido se metió en negocios que salieron mal, quedó con deudas, y esa propiedad de Santa Cruz fue embargada por la justicia. Pero como en campaña electoral la alianza político-mediática-judicial recurre a lo que sea, entre el domingo y el lunes se despacharon con titulares y más titulares. En ninguno figuraba que a Minnicelli lo buscaban por una tentativa de contrabando durante el gobierno de Mauricio Macri y con funcionarios macristas involucrados.

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Represión y totalitarismo plutocrático

Fuente: Raúl Zaffaroni* | La Tecl@ Eñe Fecha: 07 de AGOSTO 2017 El gobierno de Macri ya tiene una presa política y, al parecer, ahora un desaparecido. Por cierto, debemos ponernos de pie y reclamar la aparición con vida del joven Maldonado y, por ende, denunciar y repudiar la actual ola represiva y la lamentable conducción política de las policías que, en detrimento de las tareas propias de ese servicio civil, distrae esfuerzo y personal en represión y vigilancia política, al tiempo que la defectuosa conducción permite el surgimiento de conductas desviadas en las propias instituciones. No obstante, más allá de nuestros penosos datos folklóricos nacionales, lo cierto es que el actual gobierno, siguiendo el modelo de Chile, pretende criminalizar como terroristas a los Mapuche. Pero la ley que introdujo la figura penal de terrorismo en nuestra legislación fue extorsionada al gobierno anterior por el GAFI, so pena de fuertes sanciones económicas a nuestro país. En síntesis: lo que nos sucede dista mucho de tener su origen en la Argentina, pues es producto de un cambio sustancial en el poder planetario. Sin este contexto, no comprenderemos qué nos está sucediendo y, en consecuencia, no sabremos contra quién luchar. La Tercera Posición peronista es un buen punto de arranque para entender el presente: se trataba en sustancia de rechazar, por un lado, al totalitarismo stalinista y, por el otro, la explotación del hombre por el hombre del capitalismo. Lo que no se podía vislumbrar con claridad en ese momento, era que el primero era un totalitarismo en acto, en tanto que el segundo también lo era, pero en potencia. Desde que se implosionó el primero, el segundo viene desplegando todo su potencial de totalitarismo plutocrático, arrasando los estados sociales de derecho y cualquier intento aún discretamente keynesiano, para dar paso al reemplazo de los soviets y sucedáneos por la dictadura de los Ceos de las corporaciones transnacionales. No puede menos que llamar la atención la facilidad y rapidez con que los regímenes del totalitarismo implosionado se adaptaron al nuevo. Poco va quedando de la democracia: los políticos de los países elegidos como sede de los Ceos mayores que concentran riqueza en función de los negociados y sueldos que se asignan, son hoy meros gestores de los intereses de las corporaciones, nosotros estamos en manos de Ceos de segunda categoría, los medios masivos monopolizados crean realidad y formatean la subjetividad de sus receptores decidiendo elecciones, los estados pasan a ser marionetas en sus manos y, si molestan, se los destruye militarmente o se lo debilita corrompiendo su institucionalidad. Este esquema de poder sostiene a una humanidad cuyo 1% concentra en riqueza el equivalente a lo que la mitad más pobre de nuestra especie necesita para subsistir o para morirse con paciencia, dos tercios de la humanidad se halla en estado de necesidad y un tercio consume lo que no necesita para vivir, aunque para sostener esta situación se estén destruyendo con celeridad las condiciones de habitabilidad de la especie en el planeta. El catecismo ideológico de este totalitarismo plutocrático corporativo es la versión laica de la Divina Providencia recreada como mano invisible del mercado, aunque usurpe desvergonzadamente el nombre del viejo liberalismo. El actual totalitarismo plutocrático corporativo pretende configurar un modelo de sociedad con un 30% de incluidos y un 70% de excluidos. Para eso requiere contener a los excluidos, lo que hace formateando subjetividad mediante sus corporaciones de medios masivos y, necesariamente, con represión. La represión se legitima mediante una abierta confesión del ideal totalitario con una distopía de orden: una sociedad con seguridad total y libre de toda amenaza, con extrema prevención, tolerancia cero a la desviación, vigilancia y generalizado control tecnológico, con desconfianza al extranjero y al extraño, estigmatización de la crítica e institucionalización masiva. Esta distopía de orden no está exenta de contradicciones, en las que no se repara puesto que su enunciado no apela a la razón sino a la emotividad: no se explica la necesidad del fuerte aparato tecnológico de control si, al mismo, deposita una irracional confianza en la función preventiva y disuasoria de la punición y la prisionización. Estamos, pues, en lucha contra un totalitarismo que hoy (a diferencia de los tiempos en que se enunciaba la Tercera Posición) está en franca expansión en acto. El joven Maldonado puede ser el Felipe Vallese de esta etapa que, por cierto, no se abre por nuestros folklóricos avatares argentinos. Es menester usar las neuronas que la biología o Dios nos ha dado y poner los dedos en el enchufe de la conciencia nacional y regional, para ponernos de pie. Hoy todos debemos ser Mapuche: Queremos al pibe Maldonado vivo. *Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires  

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