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Repudio: Nazis en la Casa Rosada

  R E P U D I O El LLAMAMIENTO Argentino Judío repudia categóricamente la invitación cursada por la Jefatura de Gabinete de Ministros al Partido Bandera Vecinal —organización neonazi de nuestro país, liderada por Alejandro Biondini— para concurrir a una actividad de las «juventudes políticas», llevada a cabo el jueves 14 de julio en la Casa Rosada.En esa ocasión solicitaron la restitución del servicio militar obligatorio, en línea con la participación de represores del Operativo Independencia en el desfile en Tucumán con motivo del Bicentenario, de Aldo Rico en la Capital Federal y en Junín una caravana de Ford Falcon como usaban los represores durante la dictadura. Todas acciones motorizadas desde la prensa hegemónica en sugestiva sintonía con el reciente editorial de La Nación en el cual se volvió a calificar de “guerra contra la subversión” a la feroz represión de la dictadura cívico militar. Es indudable que este inédito hecho busca dotar de legitimidad a una organización antisemita, negacionista y promotora de la discriminación hacia diferentes minorías. Pero supone, además, una evidencia más de la carencia de responsabilidad de la alianza “Cambiemos” frente a hechos traumáticos de nuestra historia nacional y mundial.  

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Los Muchachos judíos peroniostas

Lunes, 24 de agosto de 2015  DIALOGOS › EL HISTORIADOR ISRAELI RAANAN REIN REVELA UN COSTADO POCO EXPLORADO DEL JUSTICIALISMO Los judíos del peronismo El investigador vino a Buenos Aires a presentar Los muchachos judíos peronistas, un libro que rescata la voz de los judíos que formaron parte activa del peronismo. En esta entrevista explica que fueron muchos más que los que se cree y cuenta por qué fueron ocultados por la historiografía oficial sobre la comunidad judía argentina.  Por Verónica Engler   Cuando llega a la entrevista dice “hoy es un día peronista”, y se ríe. Se refiere al día soleado y templado del invierno porteño que le ha tocado. La frase, aclara, fue acuñada por Luis Elías Sojit, un argentino de origen judío, que fue un cronista deportivo muy popular en las décadas del cuarenta y cincuenta. El historiador israelí Raanan Rein ya es un habitué de muchos reductos porteños, sobre todo de Villa Crespo, que es el barrio en el que generalmente se aloja cuando viene a Buenos Aires, al menos una vez al año. Raanan Rein es uno de los investigadores extranjeros que más ha publicado sobre peronismo, en el último cuarto de siglo fueron más de veinte libros (en castellano), algunos en los que él ofició como compilador. Su derrotero, a esta altura, ya resulta bastante conocido para el público local: en realidad todo comenzó con la historia de España, especialmente la dictadura franquista, en sus años de estudio de pregrado. Y cuando tuvo que elegir tema para su tesis doctoral, optó por la relaciones entre España y Argentina durante la década peronista. Ese fue el germen, pero también en el inicio de su pasión por los temas de nuestro país está su esposa y colega, argentina ella. “Decidí trabajar sobre la historia argentina porque esta sociedad de inmigrantes, que siempre está en búsqueda de su identidad colectiva, me fascinó. Y como quería trabajar sobre la segunda mitad del siglo veinte, era casi imprescindible estudiar el fenómeno peronista”. Desde que comenzó con sus investigaciones Rein se ha dedicado a derribar mitos en torno al peronismo: como el de la buena relación entre Perón y Franco, o el de la Argentina peronista como “refugio” de criminales nazis, o el del antisemitismo peronista o inclusive el de la relación directa de Perón con las masas. En esta ocasión Rein vino a Buenos Aires a presentar “Los muchachos judíos peronistas”, un libro en donde se propuso rescatar la voz de los judíos que formaron parte activa del peronismo, que no fueron tan pocos como hasta ahora hacía pensar la historiografía oficial sobre la comunidad judía argentina. –¿Cómo surge esta investigación en la que usted se propone rebatir una idea muy difundida que indica una supuesta hostilidad de la comunidad judía hacia el peronismo? –Yo me considero un historiador de la Argentina, no de los judíos en Argentina. Cuando trabajo sobre los judíos en este país los estudio como argentinos, mientras que los especialistas en historia judía piensan primero y sobre todo en los judíos en este país como judíos. Y por eso yo insisto en emplear el término argentinojudíos y no judíoargentinos. Y las mismas divisiones, los mismos conflictos, las rivalidades, la polarización que caracterizan a la sociedad argentina en su conjunto, se notan también entre los argentinojudíos. Lo que sucedió es que con el correr de los años me encontré con muchos testimonios acerca de la supuesta hostilidad de toda la comunidad judía hacia el peronismo. Pero al mismo tiempo, de vez en cuando, me encontré con comentarios del tipo: “éste que sí militaba en el primer peronismo”, “el otro sindicalista que estaba apoyando el justicialismo en sus inicios antes de la llegada de Perón al poder”, entonces no podía reconciliar esta imagen tan común acerca de la hostilidad judía hacia el peronismo. Por eso decidí volver a las fuentes, como hacen los historiadores, y busqué material acerca de argentinos judíos que apoyaban al peronismo en los años cuarenta y cincuenta. Ahora, debo aclarar al principio una cosa: la historiografía de las experiencias judías en Argentina padece de unas ausencias muy notables, porque se ha enfocado solamente en los judíos afiliados a las instituciones comunitarias. Sin embargo, la mayoría de los judíos en este país, como la mayoría de los judíos en Estados Unidos por ejemplo, nunca se han afiliado a las instituciones comunitarias, así que sabemos muy poco acerca de estos miles y miles de argentinos de origen judío, y de sus aportes en la esfera económica, social y cultural. –¿Por qué no se quería hablar de la participación judía en el peronismo? –A veces porque en las publicaciones comunitarias no se hacía mención a esta gente, alguna gente importante. Así que estuve buscando en documentación relacionada con el movimiento, con los intelectuales judíos en este país. Y de repente descubrí una gran variedad de individuos y grupos que sí apoyaban al peronismo, y que tenían un papel importante en la movilización del apoyo al peronismo o en la elaboración de la doctrina peronista. Y también me encontré con que todo el mundo, por diferentes motivos, prefería no hablar demasiado del aporte judío al movimiento peronista. Entre los judíos porque la comunidad organizada estaba dominada por sectores no afines al peronismo, y entre los peronistas algunos no se sentían cómodos en mencionar el apoyo judío a este movimiento popular. Si se observa, por ejemplo, los sindicatos de principios de los años cuarenta, el sindicato más importante del país de aquellos años fue la Unión Ferroviaria, cuyo secretario general era Rafael Kogan. El puso todo el peso de este sindicato, que era fuerte en el movimiento trabajador, para que apoyara al secretario de Trabajo y Previsión, Juan Domingo Perón. Pero yo no conozco casi ningún trabajo que mencione el papel de Rafael Kogan en esta movilización. En la rama de los metalúrgicos estaba Angel Perelman, que tenía su importancia. Y había otros judíos que tenían puestos clave en distintos sindicatos. No solamente apoyaban al peronismo, sino que trabajaban para

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Los Muchachos judíos peronistas

Lunes, 24 de agosto de 2015  DIALOGOS › EL HISTORIADOR ISRAELI RAANAN REIN REVELA UN COSTADO POCO EXPLORADO DEL JUSTICIALISMO Los judíos del peronismo El investigador vino a Buenos Aires a presentar Los muchachos judíos peronistas, un libro que rescata la voz de los judíos que formaron parte activa del peronismo. En esta entrevista explica que fueron muchos más que los que se cree y cuenta por qué fueron ocultados por la historiografía oficial sobre la comunidad judía argentina.  Por Verónica Engler   Cuando llega a la entrevista dice “hoy es un día peronista”, y se ríe. Se refiere al día soleado y templado del invierno porteño que le ha tocado. La frase, aclara, fue acuñada por Luis Elías Sojit, un argentino de origen judío, que fue un cronista deportivo muy popular en las décadas del cuarenta y cincuenta. El historiador israelí Raanan Rein ya es un habitué de muchos reductos porteños, sobre todo de Villa Crespo, que es el barrio en el que generalmente se aloja cuando viene a Buenos Aires, al menos una vez al año. Raanan Rein es uno de los investigadores extranjeros que más ha publicado sobre peronismo, en el último cuarto de siglo fueron más de veinte libros (en castellano), algunos en los que él ofició como compilador. Su derrotero, a esta altura, ya resulta bastante conocido para el público local: en realidad todo comenzó con la historia de España, especialmente la dictadura franquista, en sus años de estudio de pregrado. Y cuando tuvo que elegir tema para su tesis doctoral, optó por la relaciones entre España y Argentina durante la década peronista. Ese fue el germen, pero también en el inicio de su pasión por los temas de nuestro país está su esposa y colega, argentina ella. “Decidí trabajar sobre la historia argentina porque esta sociedad de inmigrantes, que siempre está en búsqueda de su identidad colectiva, me fascinó. Y como quería trabajar sobre la segunda mitad del siglo veinte, era casi imprescindible estudiar el fenómeno peronista”. Desde que comenzó con sus investigaciones Rein se ha dedicado a derribar mitos en torno al peronismo: como el de la buena relación entre Perón y Franco, o el de la Argentina peronista como “refugio” de criminales nazis, o el del antisemitismo peronista o inclusive el de la relación directa de Perón con las masas. En esta ocasión Rein vino a Buenos Aires a presentar “Los muchachos judíos peronistas”, un libro en donde se propuso rescatar la voz de los judíos que formaron parte activa del peronismo, que no fueron tan pocos como hasta ahora hacía pensar la historiografía oficial sobre la comunidad judía argentina. –¿Cómo surge esta investigación en la que usted se propone rebatir una idea muy difundida que indica una supuesta hostilidad de la comunidad judía hacia el peronismo? –Yo me considero un historiador de la Argentina, no de los judíos en Argentina. Cuando trabajo sobre los judíos en este país los estudio como argentinos, mientras que los especialistas en historia judía piensan primero y sobre todo en los judíos en este país como judíos. Y por eso yo insisto en emplear el término argentinojudíos y no judíoargentinos. Y las mismas divisiones, los mismos conflictos, las rivalidades, la polarización que caracterizan a la sociedad argentina en su conjunto, se notan también entre los argentinojudíos. Lo que sucedió es que con el correr de los años me encontré con muchos testimonios acerca de la supuesta hostilidad de toda la comunidad judía hacia el peronismo. Pero al mismo tiempo, de vez en cuando, me encontré con comentarios del tipo: “éste que sí militaba en el primer peronismo”, “el otro sindicalista que estaba apoyando el justicialismo en sus inicios antes de la llegada de Perón al poder”, entonces no podía reconciliar esta imagen tan común acerca de la hostilidad judía hacia el peronismo. Por eso decidí volver a las fuentes, como hacen los historiadores, y busqué material acerca de argentinos judíos que apoyaban al peronismo en los años cuarenta y cincuenta. Ahora, debo aclarar al principio una cosa: la historiografía de las experiencias judías en Argentina padece de unas ausencias muy notables, porque se ha enfocado solamente en los judíos afiliados a las instituciones comunitarias. Sin embargo, la mayoría de los judíos en este país, como la mayoría de los judíos en Estados Unidos por ejemplo, nunca se han afiliado a las instituciones comunitarias, así que sabemos muy poco acerca de estos miles y miles de argentinos de origen judío, y de sus aportes en la esfera económica, social y cultural. –¿Por qué no se quería hablar de la participación judía en el peronismo? –A veces porque en las publicaciones comunitarias no se hacía mención a esta gente, alguna gente importante. Así que estuve buscando en documentación relacionada con el movimiento, con los intelectuales judíos en este país. Y de repente descubrí una gran variedad de individuos y grupos que sí apoyaban al peronismo, y que tenían un papel importante en la movilización del apoyo al peronismo o en la elaboración de la doctrina peronista. Y también me encontré con que todo el mundo, por diferentes motivos, prefería no hablar demasiado del aporte judío al movimiento peronista. Entre los judíos porque la comunidad organizada estaba dominada por sectores no afines al peronismo, y entre los peronistas algunos no se sentían cómodos en mencionar el apoyo judío a este movimiento popular. Si se observa, por ejemplo, los sindicatos de principios de los años cuarenta, el sindicato más importante del país de aquellos años fue la Unión Ferroviaria, cuyo secretario general era Rafael Kogan. El puso todo el peso de este sindicato, que era fuerte en el movimiento trabajador, para que apoyara al secretario de Trabajo y Previsión, Juan Domingo Perón. Pero yo no conozco casi ningún trabajo que mencione el papel de Rafael Kogan en esta movilización. En la rama de los metalúrgicos estaba Angel Perelman, que tenía su importancia. Y había otros judíos que tenían puestos clave en distintos sindicatos. No solamente apoyaban al peronismo, sino que trabajaban para

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