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El ajuste, para después de las elecciones

Fuente: Carlos Heller | TiempoAr Fecha: 22 de ABRIL 2017 «La prioridad es ganar las elecciones y convalidar en octubre las propuestas del gobierno. Después vamos a encarar las asignaturas pendientes», expresó el ministro de Finanzas Luis Caputo, según relata Marcelo Bonelli (Clarín, 21.04.17). La frase fue dicha en una reunión «secreta» en Nueva York con 30 banqueros y representantes de fondos de Wall Street. Los asistentes le preguntaban por la capacidad de gobernabilidad de Macri. Los citados inversores están en una zona de comodidad. Según la nota citada: «Se trata de los bancos que facilitan el endeudamiento a la Argentina, haciendo exuberantes ganancias financieras». La opinión no es solitaria. Fue comunicada en Nueva York a los inversores por el propio ministro Nicolás Dujovne: Argentina «ofrece niveles de retorno que son muy difíciles de lograr en otros países del mundo». No obstante, las inquietudes de los inversores están originadas en las sucesivas marchas, piquetes y huelgas generales que se vienen produciendo en Argentina, aunque su verdadera preocupación es el elevado déficit fiscal que, sostienen, alcanza al 6,2% del PBI. Si en el futuro el balance fiscal no mejora, complicaría el repago de las deudas financieras, una cuestión que siempre desvela a los inversores. Para comprender a qué se refiere Caputo con las asignaturas pendientes, acudimos a otra frase del ministro explicando la necesidad de ganar las elecciones: «No se puede encarar ahora el problema fiscal. Si atacamos el déficit, habrá más piquetes y la vida será imposible en Argentina». Es decir, fortísimo ajuste fiscal tras las elecciones. En aras de lograr la tan ansiada victoria en los comicios, los inversores reunidos en Nueva York cuestionaron «la decisión del gobierno (argentino) de no intentar abrir un diálogo con la oposición, tipo Frente Renovador», según los comentarios sobre la reunión «secreta». Este ajuste fiscal también es reclamado por sectores de poder vernáculos, que se expresan a través de varios economistas. En la semana resonaron con fuerza los dichos del «gurú» Miguel Ángel Broda: «Se eligió un camino de una política monetaria, de metas de inflación, para reducir la inflación, y una política fiscal extraordinariamente expansiva financiada con ahorro externo, y esta combinación genera problemas en el corto y largo plazo». Con su estilo, agregó: «El enfermo está grave. No hay plan A ni B, esto es insostenible en el largo plazo». No es un argumento que le disguste al macrismo. Durante la firma del «Compromiso Federal por la Modernización del Estado» con 13 gobernadores provinciales, el presidente solicitó «dejar de lado la intervención nociva que ha tenido la política en transformar el Estado en un aguantadero». Es la vieja intención de desvincular la gestión estatal de la política: es inviable. El Estado, en sí mismo, es un reflejo de la política. Así debe ser. Colocar CEO en los principales puestos de dirección del gobierno nacional es también una definición profunda de política. En la misma línea de reducir la participación estatal, aun con incumplimiento de la ley, Macri ratificó que no convocará a paritaria nacional docente, porque la fijación del salario «corresponde a cada gobernador, los docentes son empleados provinciales». Sostuvo: «Es obvio que tenemos un problema de calidad de la educación pública argentina. Claramente no hay igualdad de oportunidades si no hay educación pública de calidad.» Una definición no exenta de sarcasmo, ya que al dejar el nivel de salarios docentes a lo que puedan pagar las provincias, la educación de las regiones más pobres sufrirá significativamente, destruyendo la supuesta «igualdad de oportunidades» que tanto alaba Macri. Un sarcasmo que se refuerza al decidir, a través de un DNU, la eximición a los colegios privados del pago de contribuciones patronales hasta fin de año para limitar el aumento de las cuotas. Un paso más en el intento de destruir la escuela pública. La economía no despega Resultó impactante el dato de la facturación de supermercados para febrero, que evidenció un aumento de sólo el 16,3% comparado con el mismo mes del 2016. Un guarismo muy por debajo de la inflación que se ubicó en el 35,6% según el IPC CABA (el Indec no publica datos para este período). El enfriamiento llegó a la CABA, con un incremento interanual de la facturación del 13,8%, al Gran Buenos Aires (15,5%, similar al guarismo de las provincias del Norte), y una suba de apenas el 8,9% para el grupo de Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis. Una evolución desigual que refuerza los efectos nocivos del derrumbe del consumo. Si tomamos las cifras de empleo publicadas por el Indec, se observa una destrucción de 68.314 puestos de trabajo privados en 2016 (midiendo el cuarto trimestre de cada año). La reducción más significativa se produce en la industria (46.728 puestos), seguida de la construcción (35.289), con algunos sectores con un leve crecimiento como los servicios sociales y salud, y el comercio.Las empresas muy grandes (más de 1000 asalariados) fueron las responsables del 73% de la merma, mientras que las que poseen entre 51 y 200 trabajadores perdieron el 19% del total. Un panorama laboral preocupante. La recuperación que no arranca también es recogida por analistas y organismos internacionales. En esta oportunidad, el FMI revisó a la baja la proyección de crecimiento de la economía argentina para 2017, con un nuevo pronóstico del 2,2 por ciento. Respecto de la inflación, estimó un incremento del 21,6% para este año, bastante por encima de la meta del BCRA fijada entre el 12 al 17 por ciento. No obstante, Dujovne ratificó las metas de inflación, y comentó su postura. El INCAA El proyecto de Reforma Tributaria en el que trabaja Dujovne tiene como base un documento de FIEL de agosto de 2015, denominado «El sistema tributario argentino. Análisis y evaluación de propuestas para reformarlo». Allí se sugiere eliminar varios impuestos de bajo potencial recaudatorio y que, en algunos casos, financian fondos con asignación presupuestaria específica. Incluye, entre otros: «El impuesto de 10% a las entradas de cines y videogramas grabados.» El gravamen se destina al Fondo de Fomento

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Un relato alejado de la realidad

Autor: Carlos Heller/Tiempo Argentino 4 de MARZO 2017 Dinamarca es un país con un Estado de Bienestar aún muy fuerte, con bajo desempleo y que está buscando la inmigración de trabajadores calificados para poder incrementar su producción. Esa nación me vino a la mente al escuchar el discurso del presidente Mauricio Macri en la Asamblea Legislativa de apertura de sesiones ordinarias, por la descripción que hizo de la situación económica y social de nuestro país. Lo expresado por el presidente está en «perfecta oposición» a lo que producen sus políticas: dice que su «desafío más grande es sacar a los argentinos de la pobreza», mientras el modelo económico que implementa va contra esa premisa y genera cada vez más pobreza. Propone trabajo mientras genera más desocupación, habla de educación de calidad y salarios dignos para los docentes mientras les quiere imponer un techo (y además, bastante bajo) a las paritarias del sector y rechaza la paritaria nacional. En su guion prioriza los temas de vivienda y salud, mientras desfinancia y vacía esas áreas. Habla de «robots y autos que se manejan solos» mientras recorta el presupuesto del Conicet y hay suspensiones en el sector automotriz. Las noticias de los diarios del día siguiente de la Asamblea nos llevan amargamente a la cruda realidad. Aparecen la suspensión de trabajadores en General Motors y Volkswagen, y suspensiones y despidos en el Parque Industrial de La Rioja, por citar algunos de los ejemplos de sectores que están reduciendo personal. La Nación informa que las consultoras prevén una inflación de entre el 2,3% al 2,9% para febrero, y algo más del 2% en marzo. No obstante, Macri sostiene que la inflación está amainando y refuerza la meta del 12% al 17% del BCRA para todo el año. El discurso del presidente estuvo lleno de inexactitudes. «Venimos de cinco años de no crecer», dijo Macri, cuando en realidad en 2013 se creció el 2,41% y en 2015 el 2,65%, según datos del Indec actual. Si se cumpliera el más optimista de los pronósticos del gobierno, que sostiene que el PBI argentino crecería el 3% en 2017, a fin de año estaríamos en similar nivel de producción que en diciembre de 2015, pero con una fenomenal distribución negativa del ingreso. Es decir: el PBI sería del mismo tamaño, pero con menos gente ocupada, salarios que pierden valor, jubilaciones que se achican, pymes que cierran e importaciones que remplazan producción nacional. «Hace cinco años que no generamos empleos», dijo Macri. Según un informe del CEPA, entre noviembre de 2010 y noviembre de 2015 el empleo privado registró un aumento de 441.240 trabajadores, con datos oficiales del SIPA. No es cierto que había estancamiento en la generación de empleos, se podría decir que en los últimos años no hubo suficiente, pero es muy distinto a la reducción de 70 mil empleos privados, según la misma estadística producida en 2016. Ahora está creciendo el desempleo. «Sancionamos un Presupuesto calculado sobre números reales», dijo Macri, copiando el concepto de su exministro Alfonso Prat-Gay. Sin embargo, el Presupuesto para este año fue sancionado partiendo de una sobreestimación de ingresos, dado que estima una baja del 1,5% del PBI para 2016, cuando las proyecciones indican una caída de entre el 2,3% (datos provisorios del Indec) al 2,6% de varias consultoras. También, la ley de leyes estima un crecimiento del PBI del 3,5% para este año, cuando el propio FMI lo ubica en el 2,2 por ciento. «Necesitamos docentes formados, motivados y reconocidos», dijo Macri y sostuvo que hay que cuidarlos. Para cuidar, formar y motivar a los docentes hay que asignarles salarios dignos y condiciones estructurales adecuadas, y hay que cumplir con las leyes, como la que obliga a convocar a la paritaria nacional docente. «Con la reparación histórica, terminamos con una estafa de décadas y hoy casi un millón de jubilados tienen lo que les corresponde», dijo Macri. Referirse a un sistema que llegó a una cobertura previsional de más del 96% de los adultos mayores como «estafa» es insostenible. Pero, además, no es cierto que los jubilados tengan lo que les corresponde. La mentada «reparación histórica» de jubilaciones y pensiones no fue más que una argucia para reducir los derechos adquiridos que los jubilados tienen sobre los juicios ganados a la ANSES y sobre los haberes actuales. Se los obliga a aceptar una rebaja de sus derechos para poder cobrar relativamente pronto, aprovechándose de sus necesidades. «El acuerdo de Vaca Muerta nos muestra el camino, donde Nación, provincias, trabajadores y empresas fijamos las condiciones para recuperar el liderazgo», dijo Macri. En realidad ese camino se centra en imponer la flexibilización laboral para los trabajadores. El presidente aseguró también que su administración comenzó «a normalizar el sector energético». Aunque lo único que hizo el gobierno de Cambiemos fue subir las tarifas, afectando el bolsillo de los usuarios. Subieron las tarifas con dos objetivos: reducir subsidios e incrementar las ganancias de las empresas, y no hubo compromisos de inversión. Posverdad Al inicio de su discurso Macri pidió «menos relato y más verdad», aunque en su disertación sobró relato y escaseó verdad. Podría decirse que toda su arenga estuvo comprendida en la posverdad, un concepto que refiere a las circunstancias por las cuales, a la hora de modelar la opinión pública, los hechos objetivos influyen menos que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal. Macri utilizó los datos que le resultaron convenientes, tergiversó otros, y ocultó cualquier información que pudiera tener connotación negativa, aunque fuera tan importante como el aumento del desempleo o el incremento de la pobreza durante su gestión. Por el tono general puede decirse que fue un discurso más orientado a las próximas elecciones que a la gestión. La misma orientación que los discursos de María Eugenia Vidal y de Horacio Rodríguez Larreta. Macri no dejó de hacer referencia a la herencia recibida, a la «década de despilfarro y corrupción», justo cuando tiene cinco imputaciones por corrupción, desde los Panamá Papers hasta los vuelos de bajo

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