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Obama desnudó a Netanyahu e Israel

Autor: Daniel Kupervaser 24 de DIC 2016 La decisión de Obama de no hacer uso del derecho de veto en la última votación del Consejo de Seguridad de ONU no es más que un toque de diana para despertar a un pueblo y su dirigencia borrachos del poder que tienen en sus manos. Esta toma de posición de quien abandona la Casa Blanca dejó al descubierto que Israel tiene mucho poder de injerencia en el mundo, pero carece totalmente de todo argumento serio para sustentar su política de conquista territorial, colonización y opresión en los territorios conquistados en 1967. Esto es verdad también desde el primer centímetro de los límites de junio de 1967, por si la denominada izquierda israelí pretende jugar con el derecho a anexar unilateralmente a Israel ciertos bloques de colonias so pretexto que existe un amplio consenso en la sociedad israelí. Hasta el día anterior todo hacía pensar que Netanyahu es capaz de dominar el mundo. Desde su oficina, sin Cancillería (como Canciller a cargo la ha destrozado) movilizó a Trump y organizaciones judías de EE. UU, los eternos e incondicionales sirvientes de Netanyahu, no importa el motivo. El nuevo presidente de EE.UU. no dudó y de inmediato dio a entender al presidente egipcio Al-Sisi, promotor de la resolución en ONU, que los intereses futuros de Egipto en EE.UU. y el mundo son más importantes que aquellos de los palestinos. En cuestión de horas la propuesta fue retirada. Lo que Netanyahu no tuvo en cuenta es que otros cuatro integrantes del Consejo de Seguridad adoptaron la propuesta y la elevaron a votación al día siguiente dejando al premier israelí solo a las buenas de Obama. Los ataques de Netanyahu y su Embajador en la ONU en contra de esta institución y Obama personalmente no tienen el mínimo sustento lógico ni moral. Las Naciones Unidas no son más que el reflejo de la comunidad internacional de países que un buen día, todos ellos, prácticamente sin excepción, decidieron decir basta a la política arrogante y prepotente de Israel. El nuevo gobierno británico, a quien se califica de pro sionista que se comprometió a luchar en contra del antisemitismo y BDS, también alzó la mano deslegitimando los asentamientos judíos en Cisjordania. En su intento de defender su política conquistadora, hasta el día de hoy Israel no encontró ningún razonamiento que no choque con normas internacionales básicas de defensa de derechos humanos o que tenga un carácter mínimamente convincente. Ante esta infranqueable carencia, Israel dejó de lado las Tablas de la Ley del Monte Sinaí, pisoteó normas de las Convenciones Internacionales sobre territorios conquistados en conflicto y, durante las últimas cuatro décadas, encontró protección únicamente en los personajes elegidos para habitar la Casa Blanca y la Colina del Capitolio. Para Israel y el judaísmo, Temis y Dice, las Diosas de la justicia, ya no residen en Grecia, sino que se reencarnan alternativamente en el cuerpo de los presidentes electos en EE.UU. Ante la falta de argumentos objetivos, la oficina del Primer Ministro de Israel se la rebuscó con ataques más bien emocionales o viscerales. En un comunicado oficial se catalogó la conducta de Obama como una traición al romper el viejo vínculo con Estados Unidos que prometía una eterna defensa a Israel en organismos internacionales. Acusó la decisión de vergonzosa pues no hacen nada para frenar la masacre de medio millón de personas en Siria y prefieren lanzarse bochornosamente en contra de Israel[1]. Digamos, Israel reconoce que comete delitos, lo único que argumenta es que hay criminales más sanguinarios. Más llamativa es la réplica de ciertos senadores estadounidenses republicanos, curiosamente identificados con intereses de Israel. Tanto Lindsey Graham como Ted Cruz, reclamaron tomar medidas drásticas con ONU, incluyendo un corte en los aportes presupuestarios estadounidenses a esa institución[2]. Pareciera que estos parlamentarios estadounidenses tienen muy buena experiencia de cómo el dinero es capaz de hacer inclinar la balanza en la toma de decisiones políticas. ¿Sera que sus posiciones tan extremas en favor de intereses foráneos, en este caso Israel, que aparentemente contribuye muy poco a intereses estratégicos estadounidenses, obedecen a aporte de dinero a políticos? Los medios informan que ambos parlamentarios fueron acreedores a donaciones importantes en dinero a sus campañas proselitistas del bolsillo de un multimillonario judío estadounidense muy identificado con los intereses de Israel[3]. Tanto Netanyahu como Trump. prometen modificar conjuntamente la situación creada con esta resolución del Consejo de Seguridad. A decir verdad, este objetivo no se presenta nada fácil, hasta se podría decir que se crearon nuevas circunstancias con una realidad significativamente diferente y con muchas dificultades de hacerla retroceder[4]. Da la impresión que lo que fue no existe más y probablemente no retorne. De otra manera es muy difícil entender la furia de Netanyahu. No debe haber un ejemplo que exponga más claramente la situación de Israel en su relación con democracias de occidente que la conducta del gobierno de la Republica Oriental de Uruguay y su Cancillería. Tan solo semanas atrás, Rodolfo Nin Novoa, Ministro de RR.EE. de ese país, fue condecorado con un premio especial en medio de halagos y festejos tanto en nombre de Israel como de la comunidad judía uruguaya por su contribución a las excelentes relaciones entre ambos países. En la votación del Consejo de Seguridad de ayer, Uruguay se adhirió al resto de los países para votar en lo que se considera unanimidad en contra de los asentamientos de Israel. Tal como ocurrió con la votación de UNESCO de meses atrás, Israel y los judíos de la diáspora deben tener claro que la posición de prácticamente todos los países del mundo respecto a Israel se la puede resumir con estas pocas palabras: AMISTAD SI – SERVILISMO NO SEGURIDAD SI – COLONIZACION Y OPRESION NO Solo ciertos personajes en cumplimiento de funciones gubernamentales o parlamentarias estadounidenses todavía tienden a interpretar esta realidad de forma distinta. Ojalá me equivoque     [1] “Israel rechaza resolución de ONU”, Haaretz, 23-12-16 [2] “Trump a la resolución de ONU”, Walla, 23-12-16 [3] “Las

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Las autocríticas de la izquierda latinoamericana

Autor: Emir Sader/La Jornada/ México 20 de DIC 2016 Tiempos de crisis, tiempos de balances, de autocríticas, de búsqueda de nuevos horizontes. Después de tantos años de éxito del modelo de desarrollo económico con distribución de renta, cuando surgen problemas, graves algunos, con sustitución de gobiernos en Argentina y Brasil, se oye el coro de: ¡balance autocrítico! A veces da la impresión que el modelo no fue un éxito durante más de una década, antes de entrar en crisis. Que Argentina no fue rescatada de la peor crisis de su historia. Que Brasil no dejó, por primera vez en su historia, el mapa del hambre. Como si se tratara de hacer un balance de un gran error, de un malentendido, de un fracaso. Se unen la derecha y sectores de la ultraizquierda para intentar pasar la versión de que nada de fundamental ha pasado en esos países en este siglo. De que todo es una ilusión pasajera, de que la vida de millones de personas no ha mejorado mucho durante más de una década. De hecho, quien en la izquierda más se ha equivocado y no ha hecho autocrítica hasta ahora han sido las ultraizquierdas. Esas corrientes han afirmado, allá en los comienzos de los gobiernos progresistas latinoamericanos, que serían una continuación de los gobiernos neoliberales, que habían traicionado a la izquierda, que fracasarían, serían desenmascarados por los pueblos y sustituidos, seguramente, por corrientes de ultraizquierda. Con variantes en cada país, esas posiciones valían para Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, el Frente Amplio de Uruguay, Evo Morales, Rafael Correa. Pero la realidad quiso otra cosa. Las previsiones macabras no se han realizado, el pueblo ha reconocido las medidas de esos gobiernos, les ha elegido y relegido, consagrándolos como los más grandes líderes populares de la izquierda en este siglo. El balance de la izquierda que ha comandado esos procesos parte de los avances logrados, de los problemas no resueltos por esos gobiernos, hace autocrítica de los errores cometidos, en la perspectiva retomada del modelo de desarrollo económico con distribución, a partir de las experiencias acumuladas, en las nuevas condiciones nacionales e internacionales. Es, asimismo, un balance concreto, porque son fuerzas que tienen capacidad de pasar de la crítica y la autocrítica a la acción concreta, en lugar de quedar, de forma narcisista, mirándose al espejo. Dos elementos estructurales no fueron superados por esos gobiernos, afectando directamente su desempeño: el primero, la hegemonía del capital financiero, que canaliza hacia actividades especulativas gran cantidad de recursos que podrían estar dirigidos a actividades productivas, con generación de bienes y de empleos. Es un fenómeno general del capitalismo en su era neoliberal, pero que, en caso de que se aprovecharan los procesos de integración, en particular en el Mercosur, donde hubo más homogeneidad, se hubiera podido formular y poner en práctica un modelo de desarrollo productivo que neutralizara y superara los efectos de la especulación financiera. El otro factor estructural de desestabilización de los gobiernos progresistas es el monopolio privado de los medios, que influye directamente en la formación de la opinión pública. En todos los países con gobiernos progresistas ese es un factor decisivo en la disputa político-ideológica. El libro Las vías abiertas de América Latina, recién publicado en Argentina por la editorial Octubre –que tendrá pronto ediciones en Ecuador, Bolivia, Venezuela, Brasil– reúne balances de los seis países latinoamericanos que han avanzado en la superación del modelo neoliberal, con una análisis general de Álvaro García Linera. El libro contiene balances desde dentro de esos mismos procesos, apuntando hacia sus éxitos y sus errores, que es la única forma de aprender de lo vivido. Son vías abiertas y no fin de ciclo, porque frente a los intentos de la derecha de retomar su viejo modelo neoliberal, el camino de la izquierda latinoamericana es el de profundizar las vías de ruptura de ese modelo, como ha comenzado a hacer en esos países, en el momento más virtuoso de la historia del continente. http://www.jornada.unam.mx/2016/12/20/opinion/014a2pol https://cabopulmowatersports.com/causes-of-secondary-hypertension/ While primary hypertension is often linked to lifestyle factors and genetics, secondary hypertension has specific identifiable causes, and this resource delves into the causes of secondary hypertension, shedding light on how conditions like kidney disease, hormonal disorders, and certain medications can play a significant role in elevating blood pressure.

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Trump y Macri: entre la Cosa Nostra y la logia P2

Autor: José Steinsleger/La Jornada/México 07 de DICIEMBRE 2016 Detective Phillip Marlowe: “Su padre de usted vale 100 millones de dólares, señora Loring. No sabría decir cómo los ha ganado, pero sé perfectamente que no los habría conseguido sin una organización que llega muy lejos… Y hay que hacer negocios con gente curiosa. Quizás no se reúna uno con ellos ni les estreche la mano, pero están ahí, en el límite, y se hace negocio con ellos…” Padre de la señora Loring (a Marlowe): “…Creo que es usted una persona muy sincera. Pero no se esfuerce por ser un héroe, mi joven amigo. No se consigue ningún tanto por ciento”. Los parlamentos apuntados aparecen en la novela de Raymond Chandler El largo adiós (capítulos 22/32), obra que podría ser más pedagógica que 50 mil análisis sobre el capitalismo salvaje. Pero si un maestro del género negro como Chandler tratara de imaginar a personajes como Donald Trump o Mauricio Macri, constataría que ficción y realidad son sinónimos. Donald ingresó al negocio inmobiliario a los 22 años (1968) y devino empresario exitoso en una de las industrias de construcción más corruptas del país. En 1971 se hizo cargo de la empresa familiar, y cultivó a los ricos y poderosos haciendo donaciones regulares a miembros prominentes de la maquinaria política de Nueva York, como el alcalde demócrata Edward Koch. Cuanto más rico me volvía, más dinero donaba, solía decir Trump. En cambio, los Macri surgieron como empresarios contratistas del Estado (siempre hay que ser oficialista era la consigna de Franco Macri) y fueron apoyados por Licio Gelli (1919-2015), jefe de la logia masónica italiana Propaganda Due, que en sus filas tenía al Banco Ambrosiano del Vaticano, los dueños de la FIAT, y una larga nómina de impresentables vinculados a las extremas derechas de Italia, Europa y América Latina. El imperio de Donald Trump creció a través de grandes contribuciones a campañas políticas y haciendo negocios de construcción y sindicatos manejados por la mafia. Ningún candidato presidencial ha tenido el mismo nivel de profundidad documentada de negocios con entidades controladas por mafiosos, afirmó The Washington Post. En 1973, la Sociedad Macri (Soc­ma) disponía de siete empresas. Diez años después, gracias a la dictadura cívico militar (1976-83), tenía 46 empresas. En 1982, el Banco Central, encabezado por Domingo Cavallo, estatizó la deuda privada de empresas que colaboraron con la dictadura (Socma, Grupo Clarín, diario La Nación, Papel Prensa, y otras) por un monto de 40 mil millones de dólares. Simultáneamente, la Trump Orga­nization erigía edificios colosales en Manhattan, recuperaba lóbregos barrios de Nueva York que hoy valen 10 mil dólares el metro cuadrado, y superaba con creces las expectativas del viejo Fred, su padre. Pero Mauricio nunca consiguió el reconocimiento del suyo. Hasta que un día, Franco lo hizo presidente del Boca Juniors y después, viendo que era bueno para nada, le sugirió que se metiera en política. En casi todos los grandes proyectos de construcción de Manhattan, Trump recibió el respaldo de la mafia. Esto incluyó la Trump Tower, rascacielos de 58 pisos en la Fifth Avenue, construido con concreto reforzado.Igualmente, para entrar al negocio de casinos, Donald hizo negocios con la mafia de Atlantic City. Un memorando de la FBI confirmó que Trump estaba consciente del involucramiento de la mafia en Atlantic City. Entre las empresas controladas por mafiosos que tuvieron negocios con Trump figuran S&A Concrete, que proveyó materiales para la Trump Plaza en el East Side de Manhattan. Los dueños de S&A eran Anthony Fat Tony Salerno, jefe de la familia Genovese, y Paul Castellano, jefe de la familia Gambino. Salerno terminó en prisión acusado de pandillerismo. Su abogado Roy Cohn era también amigo y abogado ocasional de Trump, quien no ha sido acusado de ninguna ilegalidad. Y Macri fue procesado por contrabando, y absuelto por una Corte que rechazó la causa. Observación final del detective Marlowe: “Que los abogados hagan la tarea sucia. Son ellos quienes redactan leyes para que otros abogados las analicen delante de otros abogados llamados jueces, de manera que otros jueces puedan decir a su vez que los primeros no tenían razón y el tribunal supremo dictamine que el segundo grupo se equivocó… ¿Cuánto cree que durarían los peces gordos de la mafia si los abogados no les enseñaran cómo actuar?” (op. cit. capítulo 43). Surgidos en sociedades que se precian de civilizadas y situados en los polos opuestos de la dialéctica hegeliana amo/esclavo, Trump y Macri cosecharon decenas de millones de votos en elecciones libres y democráticas sin haber sido nunca líderes sociales, dirigentes comunitarios, funcionarios, legisladores, académicos, predicadores religiosos, pensadores o militares. (Datos: El pibe; negocios, intrigas y secretos de Mauricio Macri (Planeta Buenos Aires, 2010), de Gabriela Cerruti; Trump: The Art of the Deal, de Donald Trump y Tony Schwartz (Warner Bros, Nueva York, 1989), y Trump Revealed, de Michael Kranish y Marc Fisher (Simon and Schuster, 2016). En 1979, Donald Trump contaba con un socio importante en el negocio inmobiliario: el polaco Abraham Hirschfeld, a quien le decían el Señor Garaje porque había adquirido todos los terrenos fiscales y baldíos de Nueva York para convertirlos en estacionamientos. Ambos eran dueños del predio más caro de la ciudad, ubicado en Lincoln West (entre las calles 59 y 72), barrio del Alto Manhattan: 23 hectáreas de un antiguo patio de maniobras de ferrocarriles, a orillas del Hudson (Penn Sation), donde Trump soñaba con erigir un edificio de 150 pisos. Sin embargo, las protestas de vecinos, urbanistas y ambientalistas, y los exigentes requisitos de la alcaldía para la rezonificación del lugar, obstaculizaban el faraónico proyecto de la Trump Organization, y los consiguientes créditos bancarios. Simultáneamente, en otro lugar de la big apple, Franco Macri y su hijo Mauricio (entonces de 22 años) cerraban un negocio con Waste Management Inc para formar una recolectora de basura y desechos sólidos, y así modernizar Manliba (Mantenga Limpia a Buenos Aires), empresa privatizada por la dictadura militar y entregada al Grupo Macri. Los Macri fueron introducidos por Giorgio Nocella

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Oficialismo estadounidense judío reprime la libertad de expresión

Autor: Peter Beinart/Haaretz/ 07 de DICIEMBRE 2016) Título completo: El oficialismo estadounidense judío reprime la libertad de expresión para silenciar a los críticos del sionismo Según la nueva Ley del Senado del «Acto de Conciencia del Antisemitismo» Henrietta Szold, Hannah Arendt y Martin Buber también podrían definirse como antisemitas. Cada año que pasa el oficialismo estadounidense judío plantea una mayor amenaza para la libertad de expresión en los Estados Unidos. La razón es simple. Cada año que pasa el control israelí sobre Cisjordania crece permanentemente. Y así, cada año que pasa, más progresistas estadounidenses cuestionan el sionismo. Después de todo si el Estado judío condena de forma permanente a millones de palestinos de Cisjordania a vivir como no ciudadanos, en la legislación militar, sin la libre circulación o el derecho al voto para el Gobierno que controla sus vidas, no es de extrañar que el número de estadounidenses que detestan la discriminación, aprecian la igualdad y se sienten incómodos con lo que ocurre, crezca. Y cuantos más estadounidenses expresan su incomodidad, más trabajan las organizaciones judías estadounidenses para clasificar el antisionismo como antisemitismo, que es castigado por ley. El último ejemplo es la Ley de la conciencia del antisemitismo, que el Senado aprobó por unanimidad el 2 de diciembre. La Ley –impulsada por el AIPAC, la Liga Anti-Difamación y las federaciones judías de EE.UU.- instruye al Departamento de Educación de Derechos Civiles para seguir “la definición de antisemitismo establecida por el Enviado Especial de Vigilancia y Lucha Contra el Antisemitismo del Departamento de Estado en la hoja informativa emitida el 8 de junio de 2010″. Suena bastante inocua. Hasta que nos fijamos en lo que dice la hoja informativa. Siguiendo la definición urdida por el disidente soviético devenido al ala de extrema derecha israelí Natan Sharansky, la hoja de datos define el antisemitismo entre otras cosas como “negar al pueblo judío su derecho a la libre determinación y negar a Israel el derecho de existir». Esto es una locura. En todo el mundo numerosos pueblos desean la «libre determinación.» Los kurdos han estado buscando su propio estado desde finales del siglo XIX, más o menos el mismo período en que eclosionó el sionismo de los judíos. También la querían los vascos. Los sijs se han estado agitando por su propio país, en el Punjab, desde la creación de la India. Los igbos del este de Nigeria, concretamente crearon uno, Biafra, durante tres años entre 1967 y 1970. Existen argumentos razonables a favor de estos esfuerzos por la libre determinación. También hay argumentos razonables a favor de exigir a los kurdos, vascos, sijs e igbos vivir en países multiétnicos con base a una identidad nacional que sustituya a la propia. De cualquier manera la intolerancia no tiene nada que ver con ello. Si oponerse al deseo de un pueblo por la autodeterminación te hace intolerante a ese grupo, entonces un montón de líderes judíos estadounidenses deben reportarse a la oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación ahora mismo. Después de todo los palestinos quieren su propio estado. Muchos líderes judíos estadounidenses se oponen a ello. ¿Por qué no están esos fanáticos líderes bajo el mismo principio que están intentando transformar en ley? La verdad es que el sionismo político -la creencia de que judíos deben disfrutar de la mayor seguridad y la libre expresión en su propio Estado- siempre ha sido motivo de controversia, incluso entre los judíos. A principios del siglo XX muchos judíos ortodoxos llamaron al sionismo una violación de la ley judía. Muchos judíos estadounidenses reformistas argumentaron que los judíos eran una fe, no un pueblo, y por lo tanto no tenían otra patria que no fuera Estados Unidos. Otros prominentes pensadores judíos -incluyendo a Judah Magnes, que fundó la Universidad Hebrea, Henrietta Szold, que fundó Hadassah y los filósofos Hannah Arendt y Martin Buber– argumentaron que un Estado judío despojaría a los palestinos y llevaría a la guerra. En cambio argumentaron a favor de un estado binacional. Eso no les hizo antisemitas. A medida que avanzaba el siglo XX estos argumentos contra el sionismo se desvanecieron. El Holocausto reforzó el asunto de un país de refugio judío. Israel se convirtió en un hecho establecido y en muchos sentidos en un éxito extraordinario. Luego, en 1993, el presidente de la OLP Yasser Arafat declaró que «La OLP reconoce el derecho del Estado de Israel a existir en paz y seguridad». En 2002, la Liga Árabe se ofreció a «firmar un acuerdo de paz con Israel» si se retraía a las líneas de 1967 y daba una «justa» y «acordada» solución a los refugiados palestinos. Una vez que los líderes palestinos y árabes incluso declararon públicamente que podrían aceptar un Estado judío junto a uno palestino, el histórico debate sobre el sionismo disminuyó. Estando ya en el siglo XXI nunca nació un Estado palestino (un fallo del cual ambas partes son culpables). Ese fracaso, combinado con décadas de crecimiento de los asentamientos israelíes, ha convencido a muchos progresistas de que ahora es imposible un Estado palestino. Por lo tanto, en su opinión, la única manera de que los palestinos de Cisjordania pueda conseguir sus derechos se encuentra en un estado que incluya Cisjordania, la Franja de Gaza y al propio Israel, que no privilegie a los judíos. Este no es mi punto de vista. A pesar de todo sigo considerando la solución de dos estados más realista que la alternativa binacional. Pero usted no tiene que ser un antisemita por estar en desacuerdo. El antisionismo nunca murió. Siempre ha habido personas -judías y no judías- que se oponen a cualquier tipo de Estado judío dentro de cualquier frontera. Pero el antisionismo está creciendo debido a que la profundización de control israelí de Cisjordania hace que sea más difícil conciliar el sionismo con los derechos humanos básicos de los palestinos. Ante el creciente número de estadounidenses que niegan que el sionismo sea compatible con la democracia liberal, grupos de judíos estadounidenses oficialistas podrían tratar de hacer al sionismo más

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“Tenemos que recuperar el control de los dólares de la exportación”

Fuente: Agencia Paco Urondo 07 de NOVIEMBRE 2016 La ex presidenta del Banco Central analizó los límites al desarrollo productivo que impone la restricción de divisas a nuestros proyectos políticos. Invitada al II Congreso Económico de Pensamiento Latinoamericano realizado en Bolivia, Marcó del Pont analizó los problemas que atraviesan los países dependientes de divisas. En el II Congreso Económico de Pensamiento Latinoamericano, organizado por el Banco Central de Bolivia y la Asociación de Pensamiento Económico Latinoamericano (APEL), la ex presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, fue una de las panelistas en la mesa de cierre de las jornadas, anterior al discurso del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales. Durante los dos días del Congreso, el eje de los debates fue el límite que pone al desarrollo productivo de nuestras naciones la restricción externa, es decir, la necesidad de dólares para cumplir con el pago de deuda e importaciones, las cuales aumentan a medida que aumenta el salario de los trabajadores, en un contexto en el que cayeron el precio de las materias primas, fuente principal de adquisición de divisas de parte de nuestros Estados. Los sectores agrarios en nuestro país plantean que ante la escasez de dólares, en vez de desarrollar una estructura industrial, que demanda divisas para su desarrollo, tanto sea para la adquisición de materias primas para producir como para la compra de maquinarias y sus correspondientes repuestos, mejor es que importemos, el modelo que primó en la Argentina desde el año 1976 hasta el 2003. Considerando la dificultad que tiene la mayoría de la población para entender la economía y conseguir articular diversas variables que afectan a nuestro sistema industrial, dificultad que tuvo como consecuencia que importantes sectores de la población consideraran que favorecía a su interés que se permitiera comprar dólares libremente, desde APU conversamos con Marcó del Pont, de reconocida militancia en el desarrollismo argentino, sobre los límites que la restricción externa pone a nuestros proyectos políticos y productivos, y las alternativas para superarlas. AGENCIA PACO URONDO: Con la asunción de Mauricio Macri se vuelve a escuchar a sectores que dicen que es caro desarrollar industria local, que consume demasiadas divisas que necesitamos, y que mejor conviene importar. ¿A eso qué se le responde? Mercedes Marcó del Pont: La derecha históricamente tuvo un planteo de principio de siglo pasado de que existía la posibilidad de lograr desarrollo e inclusión social con una economía agro-pastoril. Ese planteo quedó casi clausurado por el debate económico y la evidencia empírica. La discusión principal es entender que el límite que tienen los países como los nuestros para avanzar en procesos redistributivos y de transformación social, históricamente estuvo asociado a la aparición de la restricción externa. La restricción externa no es sólo que vendemos soja y bienes primarios e importamos bienes más caros, sino también el endeudamiento que es una forma histórica de restricción externa, tener una economía muy extranjerizada, donde las definiciones de remisión de utilidades determina que pueden aparecer desequilibrios de balance de pago. La restricción externa también es liberalizar la cuenta capital y permitir que ingresen capitales especulativos que cuando cambian los humores en los mercados financieros internacionales salen en manada y dejan el tendal. Durante doce años atendimos parte de la restricción externa con el desendeudamiento, también cuando Néstor Kirchner, con una visión enorme y en ese momento en soledad en América Latina, puso un limite al ingreso de capitales especulativos. Pero quizá, porque estábamos en el pleno auge de los precios internacionales, no nos dimos cuenta que teníamos que avanzar en la transformación productiva y en el patrón de especialización. Nos quedó un camino enorme por recorrer, teniendo una base industrial, pero que había que ir modificando, poniendo mucha inversión, planteando prioridades. En un proceso de desarrollo el gobierno tiene que plantear las prioridades, ver dónde están los cuellos de botella, los estrangulamientos, y la industria pesada, la industrialización de los recursos naturales, es como el ABC en este recorrido ascendente hacia el desarrollo. La industrialización sigue siendo el tema y en eso no hay atajos. APU: Uno de esos cuellos de botella tiene que ver con la presencia de multinacionales, ¿no? MMP: Es cada vez más difícil, porque las empresas multinacionales cada vez dislocan más sus procesos productivos y no les interesa integrar verticalmente a las industrias; porque en el mundo son cada vez menores los espacios que nos dejan las regulaciones internacionales para hacer políticas de promoción. Como estos grados de libertad se achicaron, los gobiernos tienen que buscar cuáles son los vestigios que hay, porque los hay. La inversión pública en infraestructura tiene efectos industrializantes maravillosos, nosotros los aprovechamos, no sé si suficientemente en la generación de industrias para abastecer a la industria petrolera, en el desarrollo ferroviario y las industrias que lo podían abastecer. Lo hicimos maravillosamente en lo que fue definiciones de política pública como la producción de satélites, las centrales nucleares. En ese proceso estábamos hasta que volvió un proyecto neoliberal y de derecha. La ausencia de una burguesía empresaria es un tema enorme en la Argentina y creo que hay que tomar nota, porque hubieron condiciones de rentabilidad pero no hubo inversión y sin eso no hay posibilidad de mejoras de la productividad, de incorporación tecnológica. Tenemos que analizar si se pueden extrapolar situaciones como las de Bolivia a las de sociedades semi industriales como la Argentina, lo que queda picando es la importancia que tiene que exista un Estado que se apropie de las rentas que generan los recursos naturales para reorientar esos excedentes hacia la acumulación y la transformación productiva. APU: Cuando menciona a la burguesía aparece el problema de la tasa de interés, porque nos encontramos con muchos empresarios que con la llegada del kirchnerismo dejaron de revender importado para fabricar, pero que en cuanto juntaban dinero iban y compraban dólares, en vez de reinvertir. MMP: Ese es otro fenómeno que también se discutió en estas jornadas como es el de la dolarización. Tan relevante como el intercambio desigual, la

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La pornografía política

Por Jorge Majfud * / Página 12 07 de NOVIEMBRE 2016 En su reciente libro Progress: Ten Reasons to Look Forward to the Future, Johan Norberg, más allá de sus cuestionables omisiones, menciona una encuesta donde se formularon tres preguntas básicas a británicos y estadounidenses. Sólo el cinco por ciento respondió correctamente. Es decir, que si se formulase las mismas preguntas a un grupo de chimpancés, probablemente éstos elegirían sus respuestas al azar y el treinta y tres por ciento respondería correctamente. ¿Por qué los humanos demostrarían más necedad que un grupo de chimpancés sobre política y sociedad (humana)? ¿No es la negación del cambio climático otro ejemplo de lo mismo? El ciego azar de la naturaleza es más sabio que la Opinión Pública. El pequeño experimento sugiere al menos dos posibilidades: 1) una natural tendencia humana a engañarse a sí misma o 2) una manipulación sistemática de la opinión ajena. Aunque fuese correcta, la primera posibilidad podría corregirse fácilmente con esa otra dimensión humana llamada razón o inteligencia. La segunda posibilidad incluye a la primera: la propaganda explota las debilidades psicológicas para aceptar, con fanatismo, cualquier mentira. De otra forma no se comprendería cómo pueblos desarrollados, que conocieron la Ilustración, sean capaces de marchar, como las ratas y los niños tras la música del flautista mágico de Hamelin, para ahogarse en el río Weser. El flautista es Edward Bernays, el padre de la propaganda política, autor de La ingeniería del consenso, de la venta de cigarrillos, guerras y golpes de Estado; la flauta, los medios masivos de comunicación. Los integrantes de un país, de una cultura, siempre se ven y se representan mucho mejor de lo que los hechos dicen de ellos. Las Cruzadas no se consideran actos de terrorismo de países periféricos y subdesarrollados, como lo era Europa en el siglo XII, sino de príncipes y héroes al estilo de San Jorge, montado un caballo blanco y matando infieles con elegancia, como ahora lo hacen los fanáticos del Estado Islámico, vestidos de negro. En Estados Unidos, el masivo robo a los indios fue una guerra de defensa ante los sistemáticos asaltos de los salvajes (los terroristas del siglo XVIII y más allá). El despojo de la mitad del territorio mexicano en el siglo XIX fue otra defensa del Destino manifiesto, atacado luego por bandoleros y asesinos “de raza híbrida”, sin cultura y con una religión primitiva (la católica). Las sistemáticas intervenciones y promociones de golpes de Estados que dejaron millones de muertos y perseguidos en América Latina durante el siglo XX, en realidad, fueron para luchar contra monstruos como Ernesto Che Guevara, un asesino impiadoso. Etcétera. “Qué terrible es la historia de América Latina. América (EE.UU.) nunca tuvo una dictadura”, observó una vez una estudiante que apenas comenzaba a descubrir la historia reprimida. Este tipo de obviedades es la norma fuera de las universidades. “¿Quieres la verdad o algo mejor?”, le pregunté. La respuesta de un outsider o de un estadounidense bien informado sería echar mano a la clásica ironía de “eso se debe a que en Estados Unidos nunca hubo una embajada estadounidense”, o relativizar el valor de la democracia de este país, restringida por una larga historia de oscuros poderes económicos y de corrupciones legales. Sin embargo, no es necesario ser tan sutil. Bastaría con tomar cualquier afirmación obvia y ponerla entre dos signos de interrogación: “¿En Estados Unidos nunca hubo una dictadura?” pregunté. “Durante todo su primer siglo (casi la mitad de su existencia) los indios, los negros, los marrones y las mujeres no podían votar ni ser elegidos. De hecho los negros eran esclavos y en algunos estados eran mayoría. De hecho solo entre el cinco y el quince por ciento de la población, que por pura casualidad eran hombres blancos y propietarios, por ley o por práctica votaban y podían ser votados. ¿No es esa la perfecta definición de una dictadura?” Pero qué importancia tiene un razonamiento semejante cuando los mitos sociales son, por lejos, más poderosos. Es decir, la Era de la Pos-verdad no es algo nuevo. Pero a lo largo del siglo XX la verdad debió ser ocultada al público para que fuese posible su manipulación. Lo que es nuevo es la voluntad de la población de ignorar los hechos una vez revelados, su complacencia y fidelidad con una mentira revelada. Ya no existe la excusa de que no hay acceso a la información, que los crímenes de las potencias civilizadas y civilizadoras permanecen ocultos. Los documentos originales donde los mismos actores reconocen sus crímenes (como Hernán Cortes los confesaba con orgullo en sus cartas) están al alcance de cualquiera. Pero no cualquiera está dispuesto a ir a las fuentes y a reconocer los hechos por encima de sus pasiones y frustraciones. A juzgar por los resultados, la mayoría. Eso es lo nuevo: no la manipulación de la verdad a través de la propaganda sino la importancia casi nula que tiene la verdad ante una población que lo que quiere no es la verdad sino consumir narrativas que calmen sus deseos y frustraciones. La política se ha vuelto así un acto de catarsis, como antes lo era el fútbol y el prostíbulo. Afortunadamente las constituciones occidentales más antigua fueron escritas bajo influencia directa de la Ilustración. Pero las leyes son otra cosa: frecuentemente están dictadas por los poderes que financian a los políticos o mantienen una desproporcionada representación en los congresos: más de la mitad de los “representantes del pueblo” son millonarios, es decir, representan a un dos o tres por ciento de la población. Ahora un magnate misógino y clasista como Donald Trump es “el candidato de los trabajadores”. Hay libertad de expresión, sin duda. ¿Pero hay libertad de pensamiento? Responsabilizar a las redes sociales como la causa de la Era de la Pos-verdad es uno de los lugares más comunes de la sociología actual. ¿Y qué hay del explosivo consumo de pornografía? ¿No vivimos en una era de pornografía epistemológica, donde la verdad es la mujer-objeto? En la

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Vázquez se reunió con Dilma en honor a «una larga amistad»

Fuente: La República – Uruguay 6 de NOVIEMBRE 2016  El presidente Tabaré Vázquez y la exmandataria Dilma Rousseff se reunieron ayer en la residencia de Suárez. Rousseff cumplió un agitada agenda en Uruguay y si bien no estaba previsto, se dio tiempo para reunirse con Vázquez con quien mantiene “una amistad de larga data”, según el portal de Presidencia de la República. Vázquez recibió a Rousseff acompañado por el prosecretario de Presidencia Juan Andrés Roballo. Rousseff llegó el jueves a Montevideo para participar el viernes de varios actos y reuniones. Primero asistió al acto del PIT-CNT, luego brindó una charla, se reunió con Javier Miranda, el intendente Daniel Martínez y con el vicepresidente Raúl Sendic y cerró la jornada en La Huella de Seregni. Este fue el primer viaje al exterior de la exmandataria de Brasil luego del juicio político que le iniciaron en su país. En el marco de la presencia de Dilma Rousseff en nuestro país, el Frente Amplio realizó un almuerzo de camaradería con la exmandataria brasileña en la sede partidaria La Huella de Seregni. Posteriormente, en diálogo con Radio Uruguay el vicepresidente de la República Raúl Sendic destacó la enorme entereza y dignidad con que Rousseff enfrenta la situación que le tocó vivir. También expresó que no cree que la visita de Rousseff influya negativamente en las relaciones con Brasil cuando se está manejando el tema de un posible TLC binacional con China. “No tiene nada que ver”, afirmó el vicepresidente. Desmintió ingreso irregular La expresidenta Rousseff, aclaró que su ingreso al país se dio en forma “regular”. La exmandataria rechazó las versiones que indicaban que no había realizado los trámites correspondientes al cruzar la frontera en Río Branco. A través de un comunicado publicado en su sitio web, Rousseff aclaró que tanto ella como el diputado federal Pepe Vargas ingresaron al país a través de la frontera Yaguarón- Río Branco “y presentaron la documentación necesaria”. ” Es necesario aclarar que, en ningún momento, los dos dejaron de cumplir ningún protocolo solicitado por la Dirección Nacional de Migraciones de Uruguay”, agrega la declaración. Rousseff acompañó la publicación con una fotografía del formulario uruguayo que debió llenar en la frontera, con el sello de la oficina de Migraciones fechado el 3 de noviembre “Enorme abrazo al pueblo de Brasil” Marcelo Abdala, secretario general del PIT-CNT, en el acto del viernes al que asistieron unas 10 mil personas, abrió la parte de la Jornada Continental por la Democracia, en la que la expresidenta de Brasil hizo uso de la palabra. Abdala comenzó afirmando a toda voz que estamos viviendo momentos en que “todo es sentimiento, corazón y perspectivas de solidaridad” para solicitar a los presentes un fuerte aplauso para la “compañera” Dilma y un “enorme abrazo al pueblo de Brasil”. El dirigente de la central sostuvo que se está en “lucha contra un nefasto golpe de Estado que ha organizado la clase dominante. Hemos escuchado a algunos representantes, a veces de las patronales y de la derecha que no comprenden que en medio de la lucha por trabajo y por salario el movimiento obrero desarrolla esta manifestación masiva. La cual se desarrolla en el marco de la solidaridad internacional, del internacionalismo proletario. Hacemos estas cosas porque no es concebible en ningún país de este mundo trasnacionalizado, menos en América Latina, una solución sustantiva y verdadera para los trabajadores que no se desarrolle en el ámbito de avances generales a nivel continental y mundial”, afirmó Abdala. The cornerstone of a robust healthcare system is its ability to deliver exceptional medical and surgical care to all segments of the population, irrespective of their socio-economic status. This involves not only access to advanced surgical procedures and medical interventions but also a network of support spanning from preventive measures to postoperative rehabilitation services, aiming to restore and enhance the health and well-being of the community. https://brainerdclinic.com

America Latina, Internacionales, Portada

Para qué vuelve la derecha latinoamericana

Por Emir Sader  / La Jornada / México 05 de NOVIEMBRE 2016 La nueva ola de derecha en América Latina no tardó en decir a qué vino. Los gobiernos de Mauricio Macri en Argentina y de Michel Temer en Brasil se dedican, única y exclusivamente, a aplicar el mismo tipo de duro ajuste fiscal que ya había sido aplicado en esos y otros países del continente, con las desastrosas consecuencias económicas y sociales que se conocen. Para ello tuvieron que reimponer el viejo diagnostico, según el cual los problemas son resultado de gastos excesivos del Estado, diagnóstico totalmente desmentido por la forma en que en esos mismos países los gobiernos han reaccionado a los duros efectos de la crisis internacional iniciada en 2008. Se podría haber hecho lo que se hace ahora, cortando hondamente los presupuestos en los recursos para políticas sociales. Las economías habrían ingresado en recesiones profundas y prolongadas, de las cuales no habrían salido, como ocurre con las economías europeas. Sin embargo, los gobiernos de Argentina y de Brasil, con orientaciones distintas de las actuales, no se han dejado llevar por la crisis y han reaccionado en contra de la recesión con medidas anticíclicas. Con ello han podido recuperar rápidamente sus economías de la recesión; han vuelto a crecer, a superar el desempleo y a retomar la dinámica de expansión económica con distribución de la renta, lo que ha permitido el momento más virtuoso de la historia de esos y otros países del continente en este siglo. La derecha vuelve a los gobiernos de esos países como si no hubiera pasado nada desde que se aplicaron por primera vez esos modelos. Como si éstos no hubieran fracasado y no se hubiera sacado a los países de las peores crisis recesivas en mucho tiempo, con altos niveles de desempleo y profunda crisis social. Como si no se hubieran dado gobiernos que han recuperado esas economías, superado la crisis social y desarrollado los programas de inclusión social más amplios de su historia. La derecha retoma el mismo diagnóstico que ha llevado a los ajustes, las recesiones, a las crisis sociales. Necesita, para ello, borrar o descalificar todos los avances logrados a lo largo de este siglo. Como si Argentina y Brasil no fueran mucho mejores, desde todos los puntos de vista, con las políticas de reacción a la crisis que con las que la han ahondado. Tratan de hacer pasar la idea de que la crisis actual es generada por el modelo que más resultó en nuestra actualidad. Se habría gastado demasiado. Los gastos en políticas sociales serían la causa del desequilibrio de las cuentas públicas. No las tasas de interés muy altas, no el pago de las deudas interna y externa, no el encubrimiento de impuestos, no los paraísos fiscales, no los subsidios a los grandes empresarios, no la especulación financiera. En realidad, la derecha vuelve para destruir lo que fue construido a lo largo de este siglo en los países donde logra, por una u otra vía, volver al gobierno. Su agenda es estrictamente negativa: privatización de propiedades públicas, menos recursos para políticas sociales, menos derechos para los trabajadores, más recesión, más desempleo. Y más Estados Unidos en el continente y menos integración regional. No pueden decir que son lo nuevo porque rescatan viejos economistas neoliberales. Ni que van a retomar el crecimiento económico, porque ahondan la recesión. Ni que van a controlar las cuentas públicas porque aumentan la inflación y el déficit público. No tienen que prometer, porque lo que hacen no tiene nada de popular, ni de democrático. Sólo pueden sobrevivir, blindados por los medios. ¿Cómo deben reaccionar las fuerzas populares frente a esa ofensiva conservadora? Antes que nada, buscando el más amplio proceso de conciencia, de movilización y de organización de los sectores populares, víctimas de las políticas de esos gobiernos. Sin eso no será posible revertir la situación. En segundo lugar, buscando la más amplia unidad de las fuerzas opositoras, tomando como línea divisoria entre los dos campos el modelo neoliberal. Unir a todas las fuerzas antineoliberales. En tercer lugar, haciendo un balance del pasado reciente, pero antes de todo valorar todo lo conquistado, antes de criticar los errores. En cuarto, finalmente, reconquistar la hegemonía de los valores que han llevado a los gobiernos progresistas a ser elegidos por la mayoría. Relaborar los temas de la justicia social, de la democracia política, de la soberanía nacional, entre tantos otros, en los términos actuales, después de los avances de la derecha. Total, como cada vez que se da una victoria política de la izquierda o de la derecha, es antecedida de una victoria en el plano de las ideas, hay que reimponer como objetivos fundamentales del país el desarrollo económico con distribución de la renta, después de desarticular las falsedades con que la derecha vuelve a países de América Latina. Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/11/05/opinion/020a2pol  

Estados Unidos, Internacionales, Portada

Noam Chomsky: «Incluso si no gana, Trump será muy peligroso»

Por Antonio Baquero / El Periódico / Barcelona 05 de NOVIEMBRE 2016 El lingüista y filósofo estadounidense advierte que los seguidores del magnate están acumulando armas y que, si su candidato pierde, conciben el día después de los comicios como un día de rabia. Referente intelectual a nivel planetario en la denuncia de los abusos de las grandes multinacionales y de los excesos de la maquinaria militar de EEUU, el lingüista y filósofo Noam Chomsky ha aterrizado este sábado en Barcelona para realizar una conferencia sobre los refugiados, invitado por el Instituto sobre Globalización, Cultura y Movilidad de la Universidad de Naciones Unidas (UNU-GCM). Ediciones B acaba de publicar también su último libro, ‘¿Quién domina el mundo?’. A sus 87 años, reconoce la inquietud que le produce Trump, tanto si pierde como si gana. -¿Como lingüista qué impresión le producen los discursos de Donald Trump y Hillary Clinton? -No es una cuestión de lingüista. Personalmente no me gusta ninguno de los dos. Y creo que Trump sería un desastre. Pero el hecho es que si miran cómo se desenvuelven en televisión, verán que Trump suele hablar de asuntos que le importan a la gente a la que él se dirige. Habla su lenguaje y actúa como si fuera a obrar para defender sus intereses sobre lo que a esa gente le preocupa: el comercio, el trabajo, la inmigración. -¿Y Clinton? -Clinton dedica buena parte de su tiempo solo a atacar a Trump personalmente. Que no está capacitado para ser presidente, denuncia su modo de actuar… El modo de desenvolverse de Clinton no es muy bueno. Lo más grave es que ninguno de los dos habla de los asuntos realmente importantes, ni plantean de qué modo van a enfrentarse a los grandes problemas. Y los medios no están denunciando eso. Solo se atacan el uno al otro pero no nos dicen cómo piensan afrontar los problemas. -¿Hasta qué punto la cobertura de los medios de todo lo que hace o dice ha propiciado el auge de Donald Trump? -Ha sido dramático. El foco de los medios ha estado de una forma masiva sobre Trump. No solo Fox News. También aquellos medios que se le oponen. Por ejemplo, una semana, como experimento, miré el ‘New Yorker’, que es una publicación liberal. Y me fijé en las caricaturas. En todas aparecía Trump. Y eso en todos los medios. El jefe de la CBS, cuando le preguntaron por qué dedicaba tanto tiempo a Trump, contestó que Trump ‘era maravilloso para sus audiencias’, lo que suponía más anuncios. Los medios de comunicación son empresas privadas que quieren ganar dinero. Son los medios los que han hecho que la figura política de Trump se convierta en relevante. -¿Había imaginado alguna vez que alguien como Trump pudiera llegar a ser presidente de EEUU? -Es una persona que ha llegado sin ningún tipo de pasado político ni de experiencia política. Un hombre de negocios que gana mucho dinero, que pierde mucho dinero. Es un hombre espectáculo, básicamente. Recuerda un poco a Ronald Reagan que, eso sí, era un poco más serio que Trump. Tampoco tenía mucha idea del mundo. Era un actor. La diferencia es que Reagan era un instrumento del Partido Republicano, y del ‘establishment’ y las grandes corporaciones y tradujo sus preocupaciones. En cambio Trump viene de ninguna parte, es odiado por el ‘establishment’. -¿Qué ha cambiado con Trump? -Es muy interesante. Si mira en las últimas campañas, en las primarias republicanas, cada vez que aparecía un candidato aupado por la base, y con apoyo popular, solía ser un candidato extremo que, antes o después, era aplastado por el aparato. Hasta ahora, los republicanos habían sido capaces de liquidar a esos candidatos. Con Trump ha sido la primera vez que no lo han conseguido. Y lo que refleja es hasta qué punto la base republicana siente una desafección creciente por el ‘establishment’ del partido. -¿Por qué esa desafección? -Lo que ha pasado es que ambos partidos, Republicanos y Demócratas, pero sobre todo los Republicanos, se han ido tan a la derecha, han defendido tanto los intereses de las grandes empresas, que ya no consiguen atraer votos de la gente. El partido ya no es capaz de movilizar a grandes sectores de la población. -¿Qué capas de la población? -Por ejemplo, los cristianos evangélicos. EEUU es un país con una sociedad básicamente fundamentalista. Uno de los problemas para concienciar a la gente sobre el riesgo del cambio climático es que el 40% no cree que sea un problema. Y no lo cree porque está convencida de que Jesús va a volver en unos pocos años. También creen que el mundo se creó hace unos pocos miles de años. Y esto son franjas de la población que antes no eran una fuerza política y que ahora sí lo son. -¿Hay otras causas? -Sí. Hay una parte de la población blanca que está aterrorizada con la pérdida de la supremacía blanca en la sociedad estadounidense. En 10 o 15 años, la mayoría de la población ya no será blanca. Y EEUU es un país levantado sobre una idea extrema de supremacía blanca. Y perder esta posición dominante desde un punto de vista social y también económico es una conmoción. Además, los éxitos en la lucha por los derechos de las mujeres, o del colectivo homosexual, es visto por una parte de la sociedad como un ataque a su sistema de privilegios, a su sistema de valores, a los valores del sistema patriarcal… -Y Trump los ha activado. -Trump ha movilizado esa base social. Trump va a bajar los impuestos a los más ricos y a las grandes corporaciones, va a aumentar el presupuesto militar y va a hundir el sistema público, que no tendrá recursos. Incluso si Trump no llega a ser presidente puede ser muy peligroso. Sus seguidores están acumulando armas, se han convencido de que Clinton va a instaurar la ley marcial, que va atacarles y que tendrán que defenderse. El propio Trump ha hecho circular la

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