Internacionales

America Latina, Internacionales, Portada

El gobierno de Trump discutió un posible golpe de Estado con militares rebeldes en Venezuela

Fuente:  Ernesto Londoño y NicholasCasey | The New York Times Fecha: 08 de SEPT 2018 El gobierno de Donald Trump sostuvo reuniones secretas con militares venezolanos rebeldes para hablar sobre sus planes para derrocar al presidente Nicolás Maduro, según funcionarios estadounidenses y un excomandante militar venezolano que participaron en las conversaciones. Establecer contactos clandestinos con golpistas en Venezuela fue una gran apuesta para Washington, dado su largo historial de intervenciones encubiertas en toda América Latina. Muchas personas de la región aún sienten un gran resentimiento contra Estados Unidos por haber respaldado rebeliones, golpes de Estado y complots en países como Cuba, Nicaragua, Brasil y Chile, así como por haber guardado silencio ante los abusos que los regímenes militares cometieron durante la Guerra Fría. En respuesta a las preguntas sobre esas conversaciones secretas, la Casa Blanca señaló mediante un comunicado que era necesario participar en un “diálogo con todos los venezolanos que expresan el deseo de restablecer la democracia” con el fin de “aportar un cambio positivo a un país que ha sufrido mucho bajo el gobierno de Maduro”. Sin embargo, un comandante militar de ese país que estuvo involucrado en las conversaciones difícilmente puede ser considerado como un emisario democrático: está en la lista de funcionarios corruptos de Venezuela que han sido sancionados por el gobierno estadounidense. Él y otros miembros del aparato de seguridad venezolano han sido acusados por Washington de un gran número de delitos graves, entre ellos torturar a los opositores del régimen, encarcelar a cientos de prisioneros políticos, herir a miles de civiles, traficar drogas y colaborar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), un grupo guerrillero que Estados Unidos considera como una organización terrorista. La mayoría de los líderes latinoamericanos están de acuerdo en que Nicolás Maduro, el presidente venezolano, es un gobernante cada vez más autoritario que arruinó la economía de su país ocasionando una escasez extrema de alimentos y medicinas. El colapso desató el éxodo de los venezolanos desesperados que escapan por las fronteras, y con ello abruman a los países vecinos. Al final, los funcionarios estadounidenses decidieron que no ayudarían a los conspiradores, y el plan del golpe de Estado quedó estancado. No obstante, la disposición del gobierno de Trump de reunirse varias veces con oficiales rebeldes que pretenden derrocar a un mandatario de este hemisferio podría resultar políticamente contraproducente. Desde hace mucho tiempo, Maduro ha justificado su autoritarismo con la afirmación de que los imperialistas de Washington están intentando destituirlo de manera activa, y las reuniones secretas podrían proporcionarle argumentos para cambiar la postura de la región que, en general, se muestra en su contra. “Esto caerá como una bomba” en la región, comentó Mari Carmen Aponte, quien fungió como la principal diplomática en asuntos de América Latina durante los últimos meses del gobierno de Barack Obama. Además del complot golpista, el gobierno de Maduro ya ha eludido varios ataques a pequeña escala, entre ellos una descarga de artillería desde un helicóptero el año pasado y un dron que explotó mientras pronunciaba un discurso en agosto. Los ataques han contribuido a la idea de que el presidente es vulnerable. Los militares venezolanos buscaron tener acceso directo al gobierno estadounidense durante la presidencia de Obama, pero fueron rechazados, señalaron los funcionarios. Después, en agosto del año pasado, el presidente Trump declaró que Estados Unidos tenía una “opción militar” para Venezuela, una afirmación que atrajo el repudio de los aliados de Estados Unidos en la región, pero que animó a los militares rebeldes venezolanos a comunicarse con Washington una vez más. “Ahora era el presidente quien lo decía”, señaló el excomandante venezolano que se encuentra en la lista de sancionados durante una entrevista, quien habló con la condición de conservar su anonimato por temor a represalias por parte del gobierno de Venezuela. “No iba a dudar de la información si provenía de ese mensajero”. Durante una serie de reuniones secretas en el extranjero —que comenzaron el otoño pasado y continuaron este año— los militares le dijeron al gobierno estadounidense que representaban a varios cientos de miembros de las fuerzas armadas que no estaban de acuerdo con el autoritarismo de Maduro. Le pidieron a Estados Unidos que les proporcionara radios cifrados, pues aseguraron que necesitaban comunicarse de manera segura, mientras desarrollaban un plan para instalar un gobierno de transición liderado por el Ejército con el fin de gestionar el país hasta que pudieran convocar elecciones. Los funcionarios estadounidenses decidieron no proporcionar el material de apoyo y los planes se vinieron abajo después de un operativo de represión en el que se detuvo a decenas de conspiradores. El recuento de las reuniones clandestinas y los debates políticos que las precedieron se elaboró a partir de entrevistas con once funcionarios y exfuncionarios estadounidenses, además del excomandante venezolano. Este dijo que por lo menos tres grupos distintos dentro de las fuerzas armadas venezolanas habían conspirado contra el gobierno de Maduro. Uno estableció contacto con el gobierno estadounidense a través de la embajada de Estados Unidos en una capital europea. Cuando se informó a Washington sobre este acercamiento, los funcionarios de la Casa Blanca se mostraron intrigados pero recelosos. Les preocupaba que la solicitud de reunirse pudiera ser una trampa para grabar clandestinamente a algún agente estadounidense mientras al parecer conspiraba contra el gobierno venezolano, señalaron los funcionarios. No obstante, conforme la crisis humanitaria de Venezuela empeoraba el año pasado, los estadounidenses decidieron que valía la pena correr el riesgo con el fin de tener un panorama más claro de los planes y los oficiales que buscaban destituir a Maduro. “Después de muchas discusiones, acordamos que debíamos escuchar lo que querían decirnos”, comentó un funcionario gubernamental de alto nivel que no tiene autorización para hablar sobre las reuniones secretas. Al principio, el gobierno consideró enviar a Juan Cruz, un agente veterano de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que recientemente renunció a su puesto como principal autoridad normativa de la Casa Blanca en asuntos de América Latina. Sin embargo, los abogados de la Casa Blanca dijeron que sería más prudente enviar a un diplomático de carrera. Le pidieron al enviado estadounidense que asistiera a las reuniones “solo para escucharlos”, y no le dieron

America Latina, Internacionales, Portada

Salvador Allende: un recordatorio y una enseñanza

Fuente: Atilio Borón | atilioboron.com.ar Fecha:  06 de SEPT 2018 Días atrás, el 4 de Septiembre, para ser más precisos, se cumplieron 48 años del triunfo de Salvador Allende en las elecciones presidenciales de Chile de 1970. Con el paso de los años se comprueba, con dolor, que su figura no ha cosechado la valoración que se merece mismo dentro de algunos sectores de la izquierda, dentro y fuera de Chile. En vez de honrar la figura del presidente-mártir y su obra muchos se plegaron irreflexiblemente a las críticas que el consenso neoliberal dominante formuló a su gestión, sin ofrecer un análisis alternativo que tuviese en cuenta las dificilísimas, extremadamente adversas condiciones que rodearon su acceso a La Moneda y toda su labor de gobierno. El advenimiento de la “democracia de baja intensidad” en el Chile pos-Pinochet -producto de una sobrevaluada transición cuyas limitaciones económicas, sociales y políticas son hoy evidentes- corrigió sólo en parte la subestimación que había sufrido la figura de Allende y el gobierno de la Unidad Popular. No obstante, luego de casi treinta años de una decepcionante transición que acentuó las inequidades de la sociedad chilena y su dependencia externa las cosas comienzan a cambiar y, afortunadamente, se notan numerosas tentativas de revalorizar su fértil legado. Se trata de un acto de estricta justicia porque, como lo hemos manifestado en más de una ocasión, Allende fue el precursor del “ciclo de izquierda” que conmovió América Latina (y el sistema interamericano) hasta sus cimientos a partir de finales del siglo pasado. Las experiencias vividas en Venezuela con Hugo Chávez, en Ecuador con Rafael Correa, en Bolivia con Evo Morales en donde se recuperaron los recursos naturales tienen en el gobierno de Allende un luminoso precedente en la nacionalización de la gran minería del cobre en manos de oligopolios norteamericanos, en la nacionalización de la banca, la expropiación de los principales conglomerados industriales y la reforma agraria. Teniendo en cuenta las condiciones de esa época, comienzos de los años setenta, lo que hizo el gobierno de la UP fue una proeza en un país rodeado de dictaduras de derecha y atacado con saña por Estados Unidos. De estricta justicia, decíamos, porque Allende fue un hombre extraordinario de Nuestra América. Un socialista sin renuncios, un antiimperialista sin concesiones, un latinoamericanista ejemplar. Cuando Cuba padecía de un aislamiento casi completo y el Che iniciaba su última campaña en Bolivia Allende asumió nada menos que la presidencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) para apoyar a la Isla rebelde y al Comandante Heroico. Era por entonces Senador por su partido, y ya entonces fueron muchas las voces que se alzaron para reprocharle por su incondicional apoyo a la isla caribeña y a la insurgencia que brotaba no sólo en Bolivia de la mano del Che sino en casi toda América Latina. Yo vivía en Chile en esos años y fui testigo de la campaña de difamaciones, agresiones, insultos y escarnio que se descargó en su contra. El diario El Mercurio, una de las expresiones más indignas del periodismo latinoamericano    –en realidad, no es periodismo sino propaganda y nada más- lo atacaba a diario en sus páginas políticas y en sus opiniones editoriales, invariablemente acompañadas por una caricatura que reproducía al líder socialista en la carta del rey (K) en el naipe de póquer, la mitad superior empuñando una metralleta y sosteniendo en sus manos la campana de Senado en la mitad inferior. El mensaje era clarísimo: Allende no era sino un guerrillero castrista que se había puesto la piel de cordero de un demócrata y que desde su posición en el Senado engañaba a chilenas y chilenos. Este también era el diagnóstico de la CIA, que detectó tempranamente el peligro que su figura representaba para los intereses de Estados Unidos. Ya en la campaña presidencial de 1964 la agencia había movilizado grandes recursos para impedir el posible triunfo de la coalición de izquierda que lo postulaba para el cargo. Documentos recientemente desclasificados demuestran que destinó para tales fines 2.6 millones de dólares para financiar la campaña de Eduardo Frei, paladín de la Democracia Cristiana y la malhadada “Revolución en Libertad” que se proponía como la alternativa a la Revolución Cubana. Y otros 3 millones para financiar una campaña de terror en donde la figura del dirigente socialista era presentada como la de un monstruo que enviaría niños chilenos a estudiar a Cuba o a la URSS y acusaciones por el estilo. En total, unos 45 millones de dólares si los computamos a su valor actual[1] De lo anterior se desprende con meridiana claridad las razones por las que Washington se opuso desde la noche misma del 4 de Septiembre de 1970 a la posibilidad de que Allende asumiera la presidencia de la república. Había triunfado en la elección popular pero al no alcanzar la mayoría absoluta necesitaba ser ratificado como presidente por el voto del Congreso Pleno. Su victoria era un resultado inaceptable en plena contraofensiva imperial, y el dinero invertido para frustrar la llegada de Allende a La Moneda fue mucho mayor que el canalizado para la anterior elección, aunque todavía no hay un consenso acerca de la cifra exacta. Estados Unidos se encaminaba hacia una derrota inapelable en Vietnam y había saturado el continente con dictaduras militares. Lo de Allende era un grito de guerra contra el imperio y para Washington esto era totalmente inadmisible. Había que acabar con él de cualquier manera. Según la documentación de la CIA, el 15 de Septiembre de 1970, pocos días después de las elecciones, el Presidente Richard Nixon convocó a su despacho a Henry Kissinger, Consejero de Seguridad Nacional; a Richard Helms, Director de la CIA y a William Colby, su Director Adjunto, y al Fiscal General John Mitchell a una reunión en la Oficina Oval de la Casa Blanca para elaborar la política a seguir en relación a las malas nuevas procedentes desde Chile. En sus notas Colby escribió que “Nixon estaba furioso” porque estaba convencido que una presidencia de Allende potenciaría la diseminación de la

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Los derechistas de Israel son los verdaderos criminales de Oslo

Fuente: Carolina Landsman | Haaretz Fecha: 01 SEPT 2018 Conmemorando el 25° aniversario del primer acuerdo de Oslo, mi colega de Haaretz Israel Harel (colono, intelectual de derecha) se pregunta sarcásticamente: «¿No vale la pena reconstruir los estallidos de alegría en un día como este?» «No siento ninguna emoción especial», agrega, siéndole difícil ocultar su «schadenfreude» (júbilo). «¿No deberíamos enfocarnos en el apretón de manos entre Yitzhak Rabin y Yasser Arafat, el hombre que lo traicionaría y destruiría con sangre, y con fuego de terror atacaría el acuerdo que acababa de firmar con él?», sugiere Harel con la misma famosa «buena fe» con la que se relaciona a los puestos de avanzada de Cisjordania que fueron legalmente avalados la semana pasada. «¿No fue su carácter asesino», concluye, «que avivó el gran movimiento de protesta contra los Acuerdos de Oslo y contra sus arquitectos, hasta el trágico final?», en un tono de mojigata hipocresía. ¡Qué falsedad! Como si en ese momento en Israel no existiera y sigue existiendo, un movimiento de rechazo a dividir la tierra, que no tiene conexión alguna con el terror palestino, sino que está respaldado por una teología mesiánica que opera sin restricciones legales o morales Como si en realidad no fuera un terrorista judío, Baruch Goldstein, quien asesinó a docenas de palestinos en la Tumba de los Patriarcas en Hebrón, el que encendió la cadena de ataques de venganza. Como si fuera Yasser Arafat quien asesinó al ex Primer Ministro Yitzhak Rabin, en lugar de un terrorista judío que fue producto del extremismo mesiánico que defendía la idea del Gran Israel. Harel insta a los medios a publicar los textos de la época (de Oslo) y las imágenes que acompañaron a la ceremonia de firma. ¿Recomendaría este experto reimprimir los diarios del 5 de noviembre de 1995 (asesinato de Rabin) y todas las imágenes de la incitación criminal que precedió al asesinato, una incitación que fue presidida con orgullo por el entonces líder opositor Benjamin Netanyahu? ¿Oposición que asesinó y luego heredó el gobierno? Harel protesta contra la injusticia. «En aquél entonces, en los días de éxtasis, no nos permitieron que expresar crítica alguna», escribe. Puros disparates. Vivimos una ruidosa oposición a Oslo, manifestaciones e incitación. Los que no están siendo justos con Oslo son Harel y la derecha. Primero, porque ignoran el papel decisivo desempeñado por la oposición de rechazo judía en frustrar el proceso de Oslo a través de su brazo de colonos, su brazo propagandístico (desafiando la autoridad del gobierno de Rabin para dividir la tierra, promulgando el principio legal judío del «din rodef» que permite matar a alguien que intenta matarte) y a través de su brazo militar (Goldstein y el asesino de Rabin, Yigal Amir). Segundo, debido a la forma extrema con la que los derechistas, de entre todas las personas, declaran a Oslo un fracaso. Como si no estuviéramos viviendo hasta hoy en una realidad moldeada por Oslo. Como si la derecha hubiera hecho algo desde Oslo (obra del Partido Laborista) y desde la retirada de Gaza (obra del partido Kadima). La derecha no escribió ni una sola línea en el registro de la diplomacia. ¿Qué ha construido aparte de bienes raíces y carreteras de circunvalación en tierras robadas? Que me muestren un puente de paz, un poco de infraestructura para la convivencia. El campo político que recibió a Oslo como herencia, incluido Netanyahu, se ha nutrido de sus frutos: el ejército se encuentra fuera de Gaza y de gran parte de las ciudades de Cisjordania, los palestinos se ocupan de sus propios asuntos y existe una coordinación en asuntos de seguridad. Así es también como un día la derecha dejará de gobernar, sin dejar a su paso ni un solo logro diplomático como legado. Netanyahu se queja de la incitación de los palestinos, su negativa a reconocer el derecho del pueblo judío a la autodeterminación y su insistencia en el derecho al retorno de los refugiados. ¡Mira quién habla! Él es el incitador, él niega la nacionalidad palestina, y es la derecha la que conspira para quedarse con toda la tierra. Desviar la discusión hacia el derecho al retorno de los palestinos sirve a los que como él rechazan la paz, los que quieren desviar la discusión de 1967 a 1948 para reducir el conflicto ad absurdum. Como si hubiera una demanda real (por parte de los palestinos) de que los judíos abandonen sus tierras. Netanyahu es un experto en construir falsedades, manipulaciones propagandísticas y marketing político, todo con el objetivo de posponer el final, fruto de una mezquindad patológica. La arrogancia de Harel – así como el hecho de que el término «criminales de Oslo» refiriéndose a Rabin y Shimon Peres ha echado raíces entre los líderes de Israel- refleja el hecho de que en su opinión, el asesinato de Rabin fue un paso en la dirección correcta de la Historia. Traducción: J-Amlat https://www.haaretz.com/opinion/.premium-israel-s-right-wingers-are-the-real-oslo-criminals-1.6434327

America Latina, Internacionales, Portada

“Lula sabe que ahora estamos en resistencia”

Fuente: Sofía Solari | Página 12 Fecha: 26 de AGO 2018 Después de un largo camino desde el centro de Curitiba para visitar a Lula, Adolfo Pérez Esquivel llegó a la puerta de la Superintendencia de la Policía Federal. “A las afueras estaba el campamento en apoyo a Lula, soportando la lluvia. Cuando entramos a la cárcel tuvimos que presentar el documento y seguidamente nos requisaron. Nos pasaron por el escáner para ver si portábamos algo y nos sacaron el celular”, recordó el premio Nobel de la Paz, una de las pocas personas autorizadas para visitar al ex presidente brasileño, además de su familia y sus abogados. Llegó al lugar de detención junto al ex canciller brasileño Celso Amorim. Escoltados por policías subieron en ascensor hasta el tercer piso, cruzaron un pasillo,  dieron con una puerta vigilada por dos guardias, uno a cada lado, y entraron. “Lula me estaba esperando, él había pedido que yo lo visitara. Está en una habitación angosta. Tiene su cama contra una pared, una cinta para correr, un televisor, algunos libros, una mesita, un bañito y nada más. También hay una ventana pero no vi nada por ahí. Ese día Lula estaba contento porque más temprano había recibido a sus familiares. Ellos le llevan frutas, libros y ropa. Lula tiene días estipulados para las visitas. A veces van amigos y otros días grupos religiosos, pero él no puede salir de la celda.” El ex mandatario está preso desde el siete de abril por orden del juez Sérgio Moro, quien lo condenó por supuesta adquisición fraudulenta de un departamento, cuestión que Lula niega y de la que no existe evidencia documental. “Cuando lo vi nos abrazamos. Le hice saber que él no está solo y que hay gente en todas partes del mundo que lo está apoyando”, explicó Esquivel en conversación con PáginaI12 a la vuelta de su viaje. En su intensa recorrida, el defensor de derechos humanos, denunció la persecución política hacia el ex mandatario junto a Celso Amorim, ministro de relaciones exteriores (2003-2010) y Fernando Haddad, ex alcalde de San Pablo. Además Esquivel se reunió con Cármen Lúcia, presidenta del Supremo Tribunal Federal de Brasil, para exigirle la liberación de Lula. –¿Cómo lo vio a Lula? –Entré y nos abrazamos. Lo encontré bien físicamente pero no deja de estar aislado a pesar de las pocas visitas que puede recibir. No le permiten que vaya nadie de prensa, no le permiten comunicarse con el afuera. No tiene derechos políticos, está bloqueado. Lula está muy consciente de todo y sabe que esto es una lucha y que ahora estamos en resistencia. Ahora a él le toca estar adentro y a nosotros afuera, pero también adentro. En cada visita le hacemos saber que él no está solo, le decimos que hay gente en todas partes del mundo que lo está apoyando. También lo vi muy lúcido políticamente, sabe que su caso no es un hecho aislado. En el encierro aprovecha para leer mucho lo que le llevan sus hijos y sus amigos. –¿Cuál es la principal preocupación que le transmitió Lula? –Él está muy preocupado por el aumento de la represión y de las muertes,  fundamentalmente por el accionar del ejército en las calles de Río de Janeiro. Está preocupado también porque hubo amenazas, de generales de Brasil, que afirmaron que si Lula queda en libertad, ellos estaban dispuestos a dar un nuevo golpe de estado. Los poderes de derecha están tratando de bloquear cualquier posibilidad de que Lula vuelva al poder. También mostró su preocupación por el inminente peligro de recolonización que se está llevando a cabo en nuestros países con las políticas neoliberales como, por ejemplo, la propuesta de Temer de privatizar Petrobras. –Usted visitó a Lula el mismo día que lo vio su compañero de fórmula, Fernando Haddad. –Haddad llegó media hora más tarde que nosotros y luego se quedó un tiempo más. Mientras yo estaba ahí hablaron sobre la cuestión más partidaria y sobre cómo estaba la organización. El asunto es que ahora están esperando que el Supremo Tribunal Electoral se expida sobre la inscripción de la candidatura de Lula. Sin embargo muchos brasileños dicen que si Lula no puede presentarse a elecciones, declararán fraude, por eso es que Lula, junto a Haddad, está pensando alternativas. Además que ya saben cómo viene el panorama, si bien hay una resolución de Naciones Unidas donde exige que Lula tenga derechos políticos, ya saben que la procuradora general defenestró al ex presidente. –¿Lula hizo alguna mención a lo que ocurre en la región? –Sí, alertó sobre el cuidado que hay que tener porque esto es una política continental, con la complicidad de los grandes medios de comunicación. está muy preocupado. La misma metodología que se le aplicó a el es lo que se está aplicando ahora con Cristina. Bonadío es el Sergio Moro de Cristina. Lo podemos ver en el caso de Cristina, en el de Correa, o en Venezuela. En los golpes de estado en Honduras y en Paraguay. Brasil tiene un gobierno con un estado de excepción, dónde los derechos constitucionales y democráticos no se respetan. –¿Qué dijo sobre la visita a la región de James Mattis, el secretario de Defensa de Estados Unidos? –Dijo que es una vergüenza que venga este personaje a Brasil para imponer sus condiciones. Y dijo que su llegada justo en este momento no es una casualidad. Yo agregaría que el imperio nunca se quedó quieto con nuestra primavera latinoamericana. Se quedó maquinando y empezó con experiencias piloto para neutralizar y destruir los movimientos populares, porque América Latina, para el imperio, siempre fue una reserva de bienes y recursos. –¿Cómo fue su encuentro con la Presidenta del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Carmen Lúcia? –En primer lugar yo le dije que Lula es un preso político y que es inocente. Además le dije que la causa por la que Lula está preso es parte de una acción para impedir que él se presente como candidato a la presidencia

Internacionales, Medio Oriente, Portada

¿Un Israel diferente?

Fuente: Ignacio Klich | El cohete a la luna Fecha: 26 de AGO 2018 Tres semanas antes de celebrar su nacimiento hace 95 años, falleció en Tel Aviv el periodista, escritor y ex parlamentario israelí Uri Avnery, miembro de su legislatura unicameral durante más de una década. En la quincena previa había tenido que ser internado, tras desmoronarse en su departamento, después de concluido su comentario semanal para distintos medios, entre los cuales se contó El Cohete a la Luna. Su última pieza, una robusta crítica de la novel legislación israelí sobre nacionalidad, con sus elementos discriminatorios para el 20% de la población de ese país que conforman sus minorías no judías, se incluye en esta misma edición. La muerte de este lúcido analista e incansable luchador por la paz árabe-israelí ocurrió infortunadamente antes de concretado un Estado palestino independiente, libre y soberano, y en convivencia con Israel, causa a la que le dedicó buena parte de su vida. Esa labor le ganó una sumatoria de galardones y reconocimientos. Su muerte ocurrió asimismo cuando el asesor de seguridad nacional estadounidense, John Bolton, llegó a Tel Aviv para coordinar con el premier Benjamin Netanyahu otras vueltas de torniquete para poner de rodillas al gobierno iraní y provocar su caída, si no ver desatada la guerra largamente incentivada por ambos: Bolton, desde su actuación previa como representante de Washington en la ONU, para que la desatase Israel; Netanyahu para que lo hiciese Estados Unidos. De ahí la dosis de escepticismo de Avnery a propósito de guerrear con Irán. Originariamente Helmut Ostermann, un Uri Avnery preadolescente llegó a Palestina en 1933, hebraizando allí su nombre. Junto a sus mayores, dejó atrás la Alemania natal, ya entonces bajo el nazismo. A los 15 años se unió a la lucha armada antibritánica del Irgún, vale decir al terrorismo del brazo armado de un partido nacionalista judío de derecha ―Herut, liderado por Menahem Begin, y más tarde núcleo basal del Likud― al que pueden rastrearse los antecedentes familiares de Netanyahu y otras figuras de ese partido. Gobernante casi ininterrumpido desde 1977, el Likud y sus socios coalicionarios se han estado alejando cada vez más de la solución biestatal recomendada por el concierto internacional para resolver el conflicto palestino-israelí. Tras reponerse de las heridas sufridas en el frente egipcio durante la primera guerra árabe-israelí (1948-1949), Avnery fue uno de los adquirientes de Haolam Haze, semanario surgido bajo otro nombre en la década de 1930, combinándose en este el periodismo investigativo de alto nivel con rubros más mundanos. Por más de cuatro decenios, su dirección de esta publicación legendaria hasta su cierre en 1993 combinó investigaciones con otros rubros, retratados como sensacionalistas por la pacata prensa israelí. En los años ’50 Avnery comenzó a abogar por un Estado palestino, bastante antes que la canciller y eventual jefa de gobierno israelí, Golda Meir, se permitiera una negación quimérica: declaró la inexistencia de los palestinos y por elevación la de su derecho a un Estado propio. Avnery descubrió más temprano que Meir y otros que a partir de 1967 las aspiraciones nacionales palestinas no serían menores que las israelíes. Durante la primera guerra israelo-libanesa (1982), lanzada por Ariel Sharon para alejar a los combatientes palestinos del límite norte de Israel y dividir al mundo árabe con un acuerdo de paz con el Líbano, Avnery viajó clandestinamente a Beirut para reunirse con el líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat. Ese primer encuentro inauguró una seguidilla de reuniones, antecedente de las negociaciones palestino-israelíes que desembocaron en los hoy mortecinos acuerdos de Oslo. Dichos acuerdos incluían el reconocimiento de Israel por parte de la OLP y el de esta como representante del pueblo palestino, así como la creación de la Autoridad [Nacional] Palestina, con jurisdicción sobre parte de los territorios palestinos que Israel lleva ocupando desde 1967. Autor de no pocos libros, sólo dos son conocidos en el mundo hispano hablante gracias a sus respectivas ediciones argentinas:  Los zorros de Sansón, diario de la intervención de Avnery en la guerra de 1948, e Israel sin sionistas, que Ediciones de la Flor publicó en 1970. Dicho título habilita su lectura como obra de autor no sionista, filiación más tarde matizada al declararse Avnery patriota, sólo que de un Israel diferente, en paz con sus vecinos árabes y musulmanes, incluido el Estado de Palestina que, pese a la ocupación israelí, es reconocido por más de 130 países. O como lo puso un periodista británico, un Avnery que abogaba por una versión progresista de Israel, valiente a la vez que humilde, y afín a la “luz entre las naciones” pregonada por los publicistas del nacionalismo judío desde antes del período genésico del Estado de Israel. Es de esperar que el creciente interés despertado por sus escritos en España y América latina ―al igual que en otras latitudes, interés lamentablemente mayor que entre sus connacionales israelíes y otros judíos―, se traduzca eventualmente en un tomo en español de su frondosa obra autobiográfica, titulada Optimist. Y para los interesados en tal optimismo y la lucha por la paz árabe-israelí, en 2016 los papeles personales de Avnery fueron donados a la Biblioteca Nacional de Israel, sita en Jerusalén. Nota relacionada: ¿QUIÉN DIABLOS SOMOS?    

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Deje en paz al Holocausto Mr Netanyahu

Fuente: Yehuda Bauer* | Haaretz  Fecha: 21 de AGO 2018 La humillante declaración polaco-israelí, en la que el gobierno de Israel básicamente acepta la narrativa nacionalista polaca sobre lo que le sucedió a los judíos en suelo polaco durante el Holocausto, debe entenderse en el contexto internacional. Fue el primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien en 2014 acuñó el término democracia antiliberal, que ahora persigue. La importancia de este término es demasiado clara: el nacionalismo radical que elimina o restringe la independencia judicial usa herramientas oficiales para luchar contra una prensa crítica, suprime las organizaciones de derechos humanos, restringe los derechos de las minorías, se opone ferozmente a la inmigración y lucha por un régimen centralizado si no autoritario . Por supuesto, existen diferencias significativas entre los países en los que esta tendencia se está extendiendo, pero hay muchas similitudes entre ellos. La lista incluye a Rusia, Estados Unidos, Polonia, Hungría, Israel y, últimamente, Italia y Pakistán. ¿Se puede llamar a tales regímenes democráticos? Parecería así. Sin duda, a pesar de la intervención gubernamental aquí y allá, las elecciones en los países antes mencionados y otras como ellas fueron libres, y los ciudadanos votaron por el antiliberalismo por elección. Por supuesto, uno podría afirmar que el candidato demócrata en los Estados Unidos recibió 2,8 millones de votos más que el presidente electo, pero sin duda goza de un apoyo sustancial. Estas tendencias están ocurriendo en el contexto de dos fenómenos. Es razonable suponer que la tendencia antiliberal continuará mientras las economías prosperen. Sin embargo, además de la situación económica, y esto nos preocupa principalmente, un régimen nacionalista necesita basar el presente en el pasado, por lo que una de sus características es distorsionar la historia. Es verdad no solo en Polonia. Otros países se están retractando de admitir la colaboración con la Alemania nazi (o el Japón imperialista), especialmente con respecto al asesinato de judíos, que fue el régimen nazi de la acción más extrema del terror. La colaboración europea, entre otros factores, hizo posible el Holocausto. Los daneses comunes rescataron a la pequeña Dinamarca judía, pero unos 6.000 daneses se ofrecieron como voluntarios para las SS y, por supuesto, hay muchos otros ejemplos. La tendencia antiliberal implica, pues, deformar el pasado. Esto no es acerca de la derecha versus la izquierda. El líder del liberalismo europeo encabeza un partido conservador en Alemania. El presidente francés es un centrista, no un izquierdista. El primer ministro australiano es conservador. En contraste, el primer ministro canadiense está en el centro izquierda, cerca de la socialdemocracia. El gobierno de minoría sueco es una alianza de socialdemócratas y el Partido Verde. La socialdemocracia lucha hoy por los valores liberales. Las divisiones principales están en el derecho mismo. La canciller alemana tiene menos problemas con la socialdemocracia debilitada, e incluso con la extrema derecha que con el brazo radical de su gobierno (encabezado por el bávaro Horst Seehofer). El primer ministro británico está peleando con el ala radical de su partido encabezado por Boris Johnson, mientras que muchas de las batallas que está librando el presidente de Estados Unidos apuntan al establishment republicano, que es más moderado que él. El principal rival del partido gobernante en Polonia, Law and Justice, es la oposición moderadamente conservadora del partido Plataforma Cívica y no la izquierda en desintegración. En Israel, no hay una diferencia sustancial entre Yesh Atid y el bloque de la derecha gobernante, o entre ella y el campo de Avi Gabbay dentro de la Unión Sionista. La lucha principal se centra en la cuestión de quién liderará el país y menos sobre el contenido. En Pakistán, la victoria de Imran Khan llevó al poder una alianza entre el islamismo radical y no territorial y el ejército. La oposición proviene de un partido conservador más liberal. No es necesario exagerar los paralelismos entre todos estos países, pero se puede señalar una tendencia general, que se expresa de diversas maneras en diferentes países. Un anarquista de derecha lidera el país más fuerte del mundo. A pesar de que la historia del anarquismo es un fenómeno de izquierda radical, y el anarquismo de derecha es básicamente una contradicción, el presidente de los Estados Unidos demuestra que es posible. Por un lado, él lucha contra las instituciones que dirige, trata de controlar el poder judicial y la prensa, y representa tanto a personas de clase trabajadora que se sienten alienadas por las instituciones de la sociedad, como a decenas de millones de evangelistas que se oponen al gobierno en Washington y apoyan ideas religiosas delirantes y radicales. Por otro lado, él representa a los multimillonarios que lo apoyan. No tiene una política y no podría tenerla porque los anarquistas solo tienen tendencias generales. La pregunta que nos gusta hacer, si él está a favor o en contra de Israel, es irrelevante. Mientras Israel sirva como un portaaviones móvil de los EE. UU., Una herramienta en manos de las políticas estadounidenses, apoyará a su gobierno. Decenas de millones de evangélicos son muy importantes para él, por lo que trasladará la embajada a Jerusalén. La teología no le interesa, pero su apoyo sí. Ese es el telón de fondo global. La declaración conjunta sobre la ley polaca, que prohíbe atribuir responsabilidad al pueblo polaco por los crímenes del Holocausto, crea una especie de asociación ideológica y antiliberal entre Israel y Polonia. Por supuesto, hay diferencias. Polonia tiene un gobierno de partido único. Se esfuerza por un gobierno autoritario, que linda con el bolchevismo anticomunista. Por el contrario, Israel tiene una coalición de partidos antiliberales en lugar de un partido en el poder, pero los dos gobiernos tienen muchos denominadores comunes. El asunto del Holocausto estaba obstaculizando todo esto, y tenían que desaparecer mediante el blanqueo conjunto. Yad Vashem respondió a la declaración conjunta con un documento de posición, que expresaba una oposición inequívoca. Tres expertos en el tema lo firmaron. Todo el equipo de investigadores de Yad Vashem, salvo la Prof. Dina Porat, apoya el documento de posición. El documento

Internacionales, Medio Oriente

Noche de honor, Noche de la desgracia

Fuente: Editorial de Haaretz Fecha: 12 de AGO 2018 La marcha de protesta del sábado por la noche por las calles de Tel Aviv y la manifestación que le siguió concluyó en una insignia de honor para la sociedad civil en Israel. Decenas de miles de israelíes, judíos y árabes, marcharon codo a codo en una lucha conjunta contra la desgracia de la ley de estado-nación y por la igualdad para todos los ciudadanos del Estado. Esta fue la segunda manifestación masiva semanal consecutiva contra la ley del estado-nación, y tuvo una importancia especial. Su éxito es un buen augurio para vigorizar el campo democrático de Israel y sus capacidades de protesta. La semana pasada, la protesta se centró principalmente en los derechos de una sola minoría, los drusos. Pero el sábado por la noche, las masas marcharon a favor de la igualdad para todos: los drusos y todos los ciudadanos palestinos de Israel. El grupo más excluido y oprimido en Israel, y el más perjudicado por la ley del estado-nación, orgullosamente hicieron oír su voz el sábado por la noche en la Plaza Rabin de Tel Aviv y obtuvo una impresionante solidaridad de los ciudadanos judíos de Israel. No fue solo la comunidad árabe, sino que todos los que valoran la democracia gritaron «no» a la ley estatal nacional. Dicho esto, la posición de los líderes de los dos principales partidos de oposición, Yesh Atid y Unión Sionista, fue particularmente vergonzosa: eligieron boicotear la manifestación. Nadie esperaba nada mejor del presidente de Yesh Atid, Yair Lapid, dada su historia de declaraciones racistas contra la comunidad árabe. Pero cuando Avi Gabbay, Tzipi Livni y la mayoría de los otros miembros de la Knesset de la Unión Sionista se desentendieron de una manifestación masiva contra una ley a la que se oponían públicamente, no cumplieron con su deber como un importante partido de la oposición. Aquellos que se manifestaron justamente contra la ley junto con los drusos en la misma plaza justo una semana antes, pero decidieron boicotear una manifestación similar organizada por el Comité Superior de Supervisión Árabe de la comunidad árabe, desaprovechó una oportunidad importante para expandir la protesta. Ninguna excusa puede ocultar esto. La Unión Sionista merece una insignia de vergüenza por su comportamiento. Los ciudadanos palestinos de Israel y todos los israelíes que desean la igualdad deben saber que, en el momento de la verdad, la Unión Sionista renunció de hacer su trabajo. La protesta del sábado por la noche no debe ser un evento aislado. Su lección clave es que si los judíos y los árabes unen sus fuerzas pueden generar una protesta significativa contra el gobierno nacionalista más derechista en la historia de Israel. La manifestación del sábado por la noche también debería lanzar un nuevo capítulo en la política israelí, en el cual la comunidad árabe deja de ser un grupo excluido y condenado al ostracismo para convertirse en una parte inseparable de un gran frente político capaz de combatir y bloquear al gobierno de derecha. No es necesario ponerse de acuerdo en todo para protestar juntos en nombre de un objetivo conjunto. Ya no deberíamos temer la cooperación entre la mayoría judía y la minoría árabe. Necesitamos pelear juntos. La manifestación del sábado por la noche demostró esto más allá de cualquier  sombra duda. Traducción: Dardo Esterovich

America Latina, Internacionales, Portada

El fixture de atentados contra Maduro

Fuente: Jorge Elbaum | El cohete a la luna Fecha: 12 de AGO 2018 La triple alianza entre el periodismo, las agencias de inteligencia y sectores de la justicia, orientados a conservar o restaurar la hegemonía del Departamento de Estado en la región, se puso nuevamente en evidencia a través de la Operación Bayly. Tres días después del intento de asesinato del presidente venezolano, el presentador peruano describió en detalle el frustrado atentado afirmando que conocía a sus autores y que se había reunido con algunos de ellos en Miami, semanas antes del hecho sucedido el sábado 4 de agosto. En su show nocturno de las 21 a través de Mega TV, el limeño encomió y reivindicó la tentativa (planificada en Colombia y Estados Unidos, según Caracas) y confesó que sus fuentes le habían brindado la primicia: “El sábado vamos a matar a Maduro con drones, hemos probado los drones en Caracas: funcionan”. Según Bayly, él les respondió eufórico: “Hágale, vamos para adelante”. Como sucede habitualmente en el mundo televisivo, una parte de la verdad alcanzó para generar la atracción necesaria que exige la lógica exhibicionista del rating. Sin embargo, los interlocutores del showman no parecen haber sido sus ejecutores –quienes se encontraban todos en Venezuela con anterioridad a la presumida reunión llevada a cabo en Miami— sino sus planificadores y financistas, radicados en Florida y partícipes de todas las desestabilizaciones y golpes militares sucedidos en América Latina desde la década del ’60. Dos semanas antes del atentado, el 17 de julio, Bayly recibió a Otto Reich en su programa, concediéndole un bloque central de media hora. Reich se desempeñó como embajador de Estados Unidos en Venezuela hasta 1989 y fue uno de los más conocidos impulsores del golpe contra Chávez de 2002. Según un documento de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso estadounidense de 2002 –avalada por 14 congresistas—, Reich fue el organizador de dicha intentona, hecho que motivó el pedido de su renuncia, que se concretó en noviembre de ese año. Reich ha introducido a Bayly en los círculos cubano/venezolanos, hermanados por su tirria visceral al chavismo y al castrismo. Uno de los integrantes de este colectivo es Osman Alexis Delgado Tabosky –residente en Florida y habitual contertulio de Otto Reich—, a quien el gobierno venezolano acusa de ser el encargado principal de aportar para la adquisición de los drones y la financiación del atentado. Otto Reich es un cubano que abandonó con su familia la isla luego de la revolución y que se desempeñó en distintas áreas del Departamento de Estado. También se dedicó a representar —en distintos periodos— a la corporación Lockheed Martin, fabricante y comercializadora de aviones de guerra y pertrechos militares. En una pormenorizada investigación realizada por José Sant Roz, referida al rol ocupado por las agencias de inteligencia en Venezuela, se recuerda la repetición que hacía Reich de una fórmula empleada originariamente por Nixon en relación con el gobierno de Salvador Allende: “Hay que hacer aullar de dolor a la economía”.[1] Ese principio ha sido repetido desde la pantalla de Mega TV por el propio Bayly, convocando a boicotear cualquier posibilidad de recuperación económica del gobierno de Maduro. El ex funcionario cubano-estadounidense fue nombrado en 1983 director de la Oficina de Diplomacia Pública en el Departamento de Estado, donde conoció a Oliver North, organizador de la contra nicaragüense. La fiscalía general de los Estados Unidos consideró en 1987 que North y Reich participaron “en actividades de propaganda prohibidas y encubiertas” en apoyo a dictaduras centroamericanas. Documentos desclasificados, además, revelan que Reich contrató personal militar para la realización de “operaciones sicológicas” orientadas a desprestigiar dirigentes políticos y sociales opuestos al rol desarrollado por las delegaciones diplomáticas en América Latina. Según William Goodfellow, analista del Centro para la Política Internacional de Washington, Reich es un “fanático derechista, con un récord bien documentado de negocios sospechosos que se originan en el escándalo Irán-Contras”, en el que su triangularon armas, cocaína y mercenarios para desestabilizar a la Nicaragua Sandinista. Reich ha conectado a Bayly a su red en Miami entre quienes se encuentran Rogelio Pardo Maurer, ex alto oficial de la Contra nicaragüense y ex secretario del Pentágono para el Hemisferio Occidental, que en su libro The Contras, 1980-1989: A Special Kind of Politics reivindica las alternativas de lucha militar en América Latina basadas en la asistencia y la financiación de la CIA. Reich ha sido un crítico de las políticas de Obama referentes a reestablecer relaciones diplomáticas con Cuba y el analista internacional Larry Birns lo considera, junto a Ted Cruz, uno de los máximos exponentes “del proceso de diseño de política hacia América Latina [que permanece en manos] del ala de extrema derecha de la comunidad cubano-estadounidense”. “Esta es una conspiración y vendrán otras, cuyos autores son todos hombres de honor, militares, policías, ex militares, ex policías venezolanos. Esta no es una conspiración de intelectuales o de artistas”, advirtió Bayly en su programa del 7 de agosto. “Es fácil que desde un canal de televisión de Estados Unidos se mande a matar a un presidente —respondió Nicolás Maduro desde Caracas—: ¿Qué pasaría si un periodista fanfarrón como este, desde una televisora de Venezuela, mandara a asesinar al presidente de Estados Unidos?”, se preguntó, retóricamente, el presidente venezolano. El injerencismo de la doctrina Monroe no descansa: sólo que en la actual etapa envía drones con explosivos en vez de capacitadores dispuestos a enseñar las mejores formas de aplicar el submarino. [1]. https://bit.ly/2M6fbsi

America Latina, Internacionales, Portada

El desalojo de “Néstor Kirchner” y la destrucción de Unasur

Fuente: Emiliano Guido | Nuestras Voces Fecha: 11 de AGO 2018 Tras la decisión del gobierno argentino y el llamado Grupo Lima de suspender su participación en la Unasur, el Jefe de Estado ecuatoriano anunció el cierre de la sede central –ubicada en Quito– que lleva el nombre de su primer Secretario General, Néstor Kirchner. Lenin Moreno pretende transformar la nave del bloque en una universidad indígena para reforzar su enfrentamiento con el ex presidente Correa. Mientras tanto, la diplomacia boliviana, a cargo de la presidencia pro témpore, intenta sin suerte convocar a una reunión extraordinaria de Cancilleres para zanjar la crisis. Una de las actividades turísticas típicas en la zona conocida como “la mitad del Mundo”, ubicada en el extrarradio de Quito, es conocer el edificio “Néstor Kirchner”; la nave moderna, vidriada y con jardines verticales, donde cumplen su jornada diaria de labor los funcionarios, cuadros técnicos y administrativos del bloque regional Unasur. “La actividad no ha sufrido ningún cambio a raíz del anuncio del presidente Moreno”, asegura Liset Lantigua, encargada del lugar, ante una enviada especial del diario colombiano El Tiempo que busca saber qué pasa en el supuesto “elefante blanco” de Sudamérica. Los nuevos gobiernos sudamericanos y los medios de comunicación no identificados con el proceso de integración vivido a principios de siglo vienen insistiendo con esa imagen: el coloso de la Unasur como un lugar fantasma, integrado por “okupas” de la burocracia zonal. “En un recorrido que realizó El Tiempo por la construcción de 20 mil metros se sintió el nerviosismo de decenas de empleados, nacionales y extranjeros que aún asisten y desconocen su futuro laboral. Estudiantes y turistas visitan a diario el edificio y algunos compran recuerdos del emblemático lugar en el que todavía funciona activamente la biblioteca Gabriel García Márquez”, detalla el artículo mencionado. En términos informativos, el presidente ecuatoriano anunció semanas atrás en un acto conjunto con la central indígena CONAIE que el edificio escoltado simbólicamente por la estatua de bronce del ex gobernador patagónico, una escultura que lo muestra con el saco abierto y el brazo extendido, será la futura Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblo Indígenas Amawtay Wasi. Además, el oficialismo y la oposición no correísta coincidieron, tanto en el Congreso como en la Alcaldía de Quito, en la intención de remover la estatua de Kirchner en Unasur y un busto del ex presidente situada en un plaza quiteña por considerar que no se debe homenajear a “un símbolo de la corrupción”. Moreno tomó la propuesta de su nuevo Canciller José Valencia, un diplomático de carrera formado en la Universidad de Harvard y ex representante permanente ante la OEA. Es más, el movimiento conservador CREO, liderado por el poderoso banquero Guillermo Lasso, propuso a Moreno realizar una minuciosa auditoría sobre los gastos incurridos por la burocracia asentada en el edificio “Néstor Kirchner”. Pero ninguna institución –o edificio en esté caso– termina casualmente con los músculos de gestión ateridos y vacío por dentro. El estado fallido de la Unasur fue construyéndose en los últimos meses con el auxilio de las administraciones que han adoptado una estrategia de inserción política y comercial diametralmente opuesta al horizonte marcado en su momento por el power trío conformado por los mandatarios Néstor Kirchner, Luiz Inácio Da Silva y Hugo Chávez. Un semestre atrás, la mitad de los miembros de la Unasur, capitaneados en la decisión por la Casa Rosada, determinaron su alejamiento temporal del bloque alegando que la no definición de su Secretario General estaba produciendo una parálisis del organismo. La no concurrencia de seis socios a los Consejos Ministeriales de la Unasur –como el Consejo de Defensa Sudamericano– paraliza el funcionamiento de la entente porque el quórum necesario de dichos brazos coordinativos requiere la participación de la mitad más uno de sus miembros. Luego, Lenin Moreno comunicó su intención de “recuperar” el edificio. Por último, el entrante mandatario colombiano Iván Duque fue por más y propuso directamente un abandono en estampida de la mesa común sudamericana. El profesor de relaciones internacionales Juan Gabriel Tokatlian advirtió en una columna titulada “¿Bye bye South America?” escrita para el diario colombiano El Tiempo que: “No resulta claro el cálculo estratégico que podría subyacer al eventual alejamiento definitivo de Unasur. Un simple análisis de correlación de fuerzas muestra que los gobiernos de derecha y centroderecha constituyen hoy una mayoría evidente y políticamente gravitante. Si Unasur no funciona mejor no es por Ecuador, Bolivia o Uruguay, o por los gobiernos de derecha en Guyana o por el mandatario de origen golpista –ahora reelecto– de Surinam. El problema ha estado en la incapacidad de forjar acuerdos prácticos acerca de la Secretaría General y de crear mecanismos operativos para dirimir desavenencias, a lo cual se suman el elocuente ensimismamiento de Brasil y la refractaria política venezolana en materia de concertación. En todo caso, la responsabilidad del deficiente funcionamiento reciente de Unasur no puede recaer sobre Bolivia, que asumió la presidencia pro témpore hace apenas unos meses”. Mientras tanto, la Cancillería boliviana, a cargo de la presidencia provisional, advierte que el intento de desalojo anunciado por Moreno no es reglamentario y, en paralelo, intenta, o simula, la activación de un canal diplomático para devolverle sangre al bloque multilateral. En el primer punto, el ministro de Relaciones Exteriores de Evo Morales, Fernando Huanacuni, explicó en declaraciones públicas que el edificio “Néstor Kirchner” le pertenece en realidad a los doce miembros del bloque y que, por lo tanto, Moreno no puede pretender disponer del inmueble como si fuera una propiedad a su nombre. En todo caso, advierte Huanacuni, el gobierno ecuatoriano sólo podría abandonar su rol de anfitrión del bloque dando de baja el Tratado Constitutivo de la Unasur ante el Congreso local. Y recalca que una sede opcional a Quito debe suscribirse nuevamente por consenso entre los doce países miembros. En paralelo, el presidente boliviano Morales aprovechó una reunión bilateral con su futuro colega paraguayo Mario Abdo Benítez para remarcar que, ante el intento sin suerte de su Canciller, está dispuesto a tomar con manos propias lo que ya parece una ciclópea misión:

Scroll al inicio