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La oposición redobla la apuesta

Fuente: Atilio A. Boron | Página 12 Fecha: 15 de JULIO 2017 Sólo espíritus ingenuos pueden desconocer que la oposición venezolana está instrumentando una estrategia a dos puntas para derrocar al presidente constitucional de ese país. Un sector optó por desatar la violencia en sus variantes más aberrantes como forma de instalar la imagen de una “crisis humanitaria” –producto del desabastecimiento planificado de productos de primera necesidad y la orgía de ataques, saqueos, “guarimbas”, incendios a personas vivas y atentados con “bombas molotov” a escuelas y hospitales– que sirva como preludio a una invasión no menos “humanitaria” del Comando Sur y, aplicando la receta utilizada en Libia para derrocar y linchar a Gadafi, producir el ansiado “cambio de régimen” en Venezuela. Hay un sector de la oposición que no concuerda con esa metodología porque barrunta que el final puede ser una guerra civil en donde las masas chavistas, quietas por ahora, salgan a dar batalla y pongan fin al enfrentamiento infligiendo una aplastante derrota a los golpistas. Pero esta ala de la oposición, llamémosla institucional o dialoguista (aunque en realidad no sea ni lo uno ni lo otro) estuvo durante estos meses sometida a la intimidación o lisa y llana extorsión de la fracción violentista que juzgaba como una incalificable traición el sólo hecho de sentarse a negociar con el gobierno una salida no violenta a la crisis. Pero ahora las cosas parecen cambiar, y para mal. ¿Por qué? Porque al parecer las estrategias de ambas fracciones se han unificado bajo la batuta que desde Estados Unidos lleva el Comando Sur (el binomio terrorista formado por el Almirante Kurt Tidd y la ex embajadora en Paraguay y Brasil en tiempos de golpe de estado Liliana Ayalde). Debido a ello los sectores “dialoguistas” han convocado, para este próximo domingo 16 de Julio, un plebiscito o “consulta soberana” que no es otra cosa que la antesala de un golpe de estado porque en dicho ejercicio se le preguntará a la ciudadanía si quiere o no un cambio total e inmediato de gobierno y, simultáneamente, decretar la ilegitimidad de la legal y legítima convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente programada para el día 30 de julio y que ha registrado ya más de cincuenta y cinco mil candidaturas en todo el país. Pero la oposición no quiere esperar todo ese tiempo y mucho menos competir en una elección con todas las reglas. Por eso montó este ejercicio absolutamente informal, sin ningún tipo de garantías ni registros; ni padrones electorales ni normas de recuento y fiscalización pública, en un país en donde, según lo asegurara el ex presidente James Carter, el sistema electoral es más transparente y confiable que el de Estados Unidos. Es más, según lo afirmara Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, una vez que las improvisadas mesas receptoras de votos terminaran su recuento y se proclamara el resultado del plebiscito –que obviamente darían el triunfo a quienes votaron derogar de inmediato al gobierno de Maduro– las actas serían quemadas para evitar futuras represalias del chavismo y, de paso, cualquier tipo de verificación independiente. Además, dijo que “el único requisito para poder emitir su opinión en la consulta popular es presentar su cédula de identidad, vencida o no, en cualquiera de los puntos soberanos” y, sin decirlo, dejó entrever que los ciudadanos podrán votar cuántas veces quieran y donde deseen. Va de suyo que el gobierno bolivariano, como cualquier otro, desconocerá esta payasesca pantomima, lo cual provocará la iracunda protesta de los ciudadanos que, atizados por la propaganda de la derecha, se sentirán estafados en su voluntad democrática escalando a nuevos niveles de violencia la confrontación que ya azota al país. Los autoproclamados defensores de la democracia y la república en nuestros países han expresado su simpatía ante este estallido anómico que valoran como si fuera un ejemplar florecimiento del protagonismo de la sociedad civil en Venezuela y que no es otra cosa que una siniestra maniobra para desencadenar una crisis de inéditas proporciones que abra la puerta a una invasión del Comando Sur. Habrá que ver qué sucede este próximo domingo en Venezuela, y también en nuestros países. Pero quienes han manifestado sus simpatías con esta iniciativa de la oposición antichavista deberían pensarlo dos veces. No vaya a ser que haya quienes, inspirados en el ejemplo de aquel país, decidan también ellos convocar a una “consulta soberana” del mismo tipo para preguntarle a la gente, ante la grave crisis que afecta a nuestros países, si Mauricio Macri, Michel Temer o Enrique Peña Nieto deben continuar o no ejerciendo la presidencia. Link Relacionado: Resumen de ocho minutos del discurso del diputado Juan Requesens de Primero Justicia (partido de derecha venezolano) este 5 de julio de 2017 desde la Florida International University (FIU) revelando todos los detalles sobre la «Hora Cero» y el plebiscito o consulta opositora del 16 de julio con el fin de intentar sabotear e impedir las elecciones constituyentes del 30 de julio. Publicado el 6 julio 2017

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El futuro de Brasil depende siempre de Lula

Fuente: Emir Sader | www.alainet.org Fecha: 13 de JULIO 2017 La derecha brasileña ha engendrado el golpe en contra de los gobiernos del Partido de los Trabajadores -PT-, pero ahora no sabe qué hacer con su gobierno. La izquierda ha producido a Lula y la derecha no sabe qué hacer con Lula. La derecha no sabe si intenta seguir con Temer como presidente o si encara la delicada operación de sustituirlo. Muchos sectores da la derecha brasileña ya consideran a Temer un cadáver político, pero su mal olor no ha sido hasta ahora suficiente para que se genere una nueva unidad entre los golpistas para sustituirlo. Con Lula la derecha tampoco sabe qué hacer. Puede intentar condenarlo, con el riesgo de hacerlo todavía más popular y objeto de apoyo aún más generalizado en el país, como víctima de un proceso sin fundamento, ni pruebas. Y con el riesgo de no lograr mantener la condena y que el tiro salga por la culata, de la peor manera para la derecha brasileña. O tener que enfrentar a Lula como candidato, con todas las posibilidades de perder de nuevo. Porque una figura como la de Lula no se elimina así, como le gustaría a la derecha, mágicamente, mediante una sentencia de un juez de quinta categoría. Lula ya está inscrito definitivamente en la historia de Brasil, como su presidente más popular, más importante, de más trascendencia en la vida de todos los brasileños. Asimismo, Lula es el más importante líder político de la izquierda contemporánea a escala mundial. Cualquiera que sea el desenlace jurídico de los procesos en contra de Lula, el seguirá siendo el personaje decisivo para el futuro de Brasil. Sea como candidato favorito y como presidente de Brasil una vez más, sea como dirigente fundamental para las futuras en Brasil. Nada de importante sucederá en Brasil sin la presencia y la posición determinante de Lula, de tal forma su imagen es omnipresente en el país. La derecha, muy incomodada, siempre tendrá que referirse a Lula, como su mayor enemigo. La izquierda, como su líder fundamental. Los medios, como la figura más conocida y reconocida en Brasil. El pueblo brasileño, porque deposita en él su esperanza y la confianza de volver a conquistar sus derechos y su autoestima. La historia brasileña sigue y Lula tendrá en ella siempre un rol fundamental. Si como candidato, tiene todas las posibilidades de ganar de nuevo y, como él dice, hacer más y mejor en el gobierno. Si impedido de candidatearse, dirigir a las fuerzas de la izquierda en sus combates futuros. No se puede aprisionar a la esperanza, no se puede condenar a la voluntad del pueblo de retomar el camino de las trasformaciones democráticas en Brasil. La historia no cabe en una sentencia arbitraria de un juez fantoche de la derecha y del Imperio. El destino de Brasil no cabe en las campañas de los medios oligárquicos. Lula y la izquierda brasileña son resultados de las luchas del pueblo por sus derechos. La miseria, la pobreza, el hambre, la desigualdad, la exclusión social, producidos por la derecha brasileña a lo largo de los siglos, que habían hecho de Brasil el país más desigual del continente más desigual del mundo, han generado también las luchas por la justicia social y por los derechos de todos, el liderazgo de lucha y las fuerzas de la izquierda brasileña. Por más que intenten descalificar a la figura de Lula, por más que intenten condenarlo, aun sin pruebas, la influencia, la capacidad de convencimiento de Lula hacia los brasileños solo aumenta, conforme el gobierno surgido del golpe intenta deshacer todo lo bueno que hicieron los gobiernos del PT. Hoy la gran mayoría ya considera, de nuevo, la cuestión social como la más importante del país. El rechazo al paquete cruel de proyectos del gobierno Temer es aplastante y, con él, el incremento del apoyo a Lula, como contraposición a todos los derechos que se le está quitando al pueblo. La ilusión de que jurídicamente la derecha puede abolir la imagen de Lula de la cabeza de las personas y el propio Lula como líder político y de masas de la historia de Brasil es eso – una ilusión. Él soporta cualquier sentencia, cualquier acusación sin pruebas, pero la vida real es distinta. El país real se hace con conciencia política, con lucha por los derechos sociales y por la democracia. En el país real Lula tiene un lugar fundamental en la historia pasada, presente y futura de Brasil. (Para comprobar, la derechista revista Veja hizo una encuesta entre sus lectores sobre el futuro de Lula y aun ahí el resultado es elocuente: – Será preso – 14 %. Será presidente de Brasil – 86%.)

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Gente que odia también en Venezuela

Fuente: Juan Caros Monedero | blogs.publico.es Fecha: 01 de JULIO 2017 Nunca escarmentamos en cabeza ajena. Quizá por eso los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres. Ya en el siglo XVI se preguntó un joven francés por qué los pobres escogen a sus verdugos. Le echó la culpa a la rutina. En Venezuela rompe la rutina un helicóptero robado y pilotado por un golpista que dispara contra el Tribunal Supremo de Justicia, unos opositores que prenden fuego vivo a un chavista, gente que odia tanto a Maduro que disparan desde las ventanas de las urbanizaciones caras y matan a los suyos, gente que incendia hospitales, escuelas, centros culturales y le prende fuego a toneladas de comida y luego se manifiesta diciendo que faltan alimentos. A ellos nunca. Cuando Ulises y su tripulación llegaron a la isla de la hechicera Calipso, el problema no fue la hermosura del paisaje o la suculencia de los manjares, sino que la búsqueda de la patria había sido derrotada por la desmemoria. La maldición del olvido detiene el viaje. Sin memoria no hay proyecto y sin historia la nave se queda parada en un lugar sin gloria. En Venezuela llevan más de diez años repitiendo un manual de guerra escrito en las cancillerías imperiales. Y porque no entienden que les falle, redoblan el odio. Ocurrió en España en julio de 1936, cuando las potencias occidentales decidieron abandonar a la II República argumentando que se había escorado a la izquierda. Ocurrió en septiembre de 1973, cuando las democracias occidentales decidieron abandonar al Chile de Allende y el Frente Popular porque la guerra fría dictaba sus claves. Lleva pasando en Venezuela desde diciembre de 1998 cuando Hugo Chávez rompió la maldición que condenaba a la soledad a Venezuela y a América Latina y el “mundo libre” entendió que la libertad no se comparte con las mayorías. El modelo neoliberal no aguanta. Por eso cada vez está más violento. Y por eso las victorias cada vez son más luminosas. Ahí está Lenin Moreno en Ecuador y Evo Morales en Bolivia. Ahí está también Jeremy Corbyn en Gran Bretaña, Bernie Sanders en Estados Unidos, Podemos en España, como señales que avanzan frente a la decadencia de Theresa May, la insania de Donald Trump o la corrupción de Mariano Rajoy. Ahí están igualmente los pueblos alzados de América Latina enfrentados al corrupto Temer en Brasil, al envilecido Macri en Argentina, al peluche Peña Nieto en México o al mentiroso de Santos en Colombia. Y también están en las calles de Santiago defendiendo el Frente Amplio o en las calles de Caracas sosteniendo el gobierno de Nicolás Maduro porque saben que los corsarios de la oposición vienen con cuchillo en la boca y pasaporte norteamericano. Claro que hay problemas en Venezuela. También en México, donde asesinan a periodistas pero eso al PP no le importa. En Caracas hay un choque de legitimidades: el Legislativo no reconoce al Ejecutivo, y el Ejecutivo busca salidas constitucionales que todavía tiene que explicar mejor. También en España hay un choque de legitimidades. El gobierno catalán no reconoce la Constitución española ni las órdenes emanadas del gobierno. El gobierno de Rajoy apela a la ley en España. Calla sin embargo cuando la oposición comete actos de terrorismo en Venezuela. La oposición venezolana está buscando un golpe de Estado como en España en el 36, en Chile en el 75, en Venezuela en 2002. ¿Por qué calla la OEA? ¿Por qué calla Estados Unidos? ¿Por qué calla España? Solo hay una explicación: tienen una comunidad de intereses con los terroristas venezolanos. Ni siquiera con la oposición, porque no toda la oposición es golpista. Y por eso tienen que desmarcarse de la violencia. Es impensable que en España alguien contrario al gobierno pudiera impunemente, en nombre de la libertad, robar un helicóptero y lanzar granadas y disparar contra instituciones del Estado. Sería señalado como un intento de golpe de Estado y como un acto de terrorismo. La Unión Europea se pronunciaría. Las policías se pondrían en alerta para detener a los terroristas. Pero Almagro calla, Rajoy calla, Trump calla. Igual se han callado cuando criminales mandan a muchachos a asaltar cuarteles militares en Venezuela. ¿Qué comparten los que callan con los golpistas? Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío no dije nada… Así explicó el clérigo Martin Niemöller el nazismo. Cuando se dieron cuenta era demasiado tarde. Cualquier demócrata que calle ante lo que está sucediendo en Venezuela está comportándose como aquellos temerosos alemanes. Sólo hay una solución en Venezuela: paz, diálogo y respeto a la ley. Y la semana instancias internacionales debieran ser garajes del diálogo. Para que los opositores que están anegando una salida democrática -que no son todos los que se sienten contrarios al gobierno de Maduro-, tengan que saber que en ningún lugar del mundo pueden tener favor ni apoyo. Cada vez que un gobierno recibe a golpistas, cada vez que un gobierno silencia actos terroristas, cada vez que una democracia mira para otro lado ante actos contrarios a la democracia, cada vez que toleramos en Venezuela la quema de instituciones, la violencia callejera, los asesinatos, el asaltos a instalaciones militares, los actos de sabotaje, el desconocimiento de las leyes, nos estamos haciendo un enorme daño a nosotros mismos. Porque esa gente que odia terminará llevando su odio a todos lados. Es legítima y necesaria la oposición a cualquier gobierno. Pero cuesta demasiado levantar una democracia para no darnos cuenta de que hay en marcha un intento claro de tumbarla en Venezuela. Y si cae Venezuela, los autoritarios de siempre en América Latina creerán que les ha llegado la hora de la venganza. Porque siempre han creído que el poder les pertenece. Ha pasado en muchos otros lugares en otros muchos momentos de la historia. Hay gente en Venezuela que quiere salir del gobierno de Nicolás Maduro con un golpe de estado, con una guerra civil como en Libia o en

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La Paz de Colombia, entre el espanto y la ternura

Fuente: José Schulman | Crónicas del Nuevo Siglo Fecha: 28 de JUNIO 2017 En el día de hoy, martes 27 de Junio de 2017, se realizó el acto oficial de dejación de las armas y en palabras del Comandante de las FARC, Timoleón Giménez, la organización político militar más antigua del continente no ha desaparecido sino que ha finalizado su etapa de rebelión armada para pasar a constituirse en una fuerza política así como señaló un cumplimiento muy desparejo de los acuerdos finales por parte de la insurgencia y el Estado Colombiano (acuerdo final que ya era muy, pero muy lejos de lo acordado durante los cinco años de diálogos con participación de importantes sectores del movimiento social colombiano). Puedo dar fe de ambas aseveraciones. En los últimos siete días he visitado un Penal, el de Chiquinquirá, donde se concentran unos trescientos prisioneros de guerra que esperan la amnistía acordada, y votada por el Congreso a finales de diciembre de 2016; también el Veredal Buena Vista cercano a Mesetas en el departamento Meta (el mismo donde se realizó el acto de hoy) que tiene dos sectores: uno, donde están los guerrilleros que dejaron armas y el otro donde están los prisioneros liberados de las cárceles pero que todavía tienen que pasar por el mecanismo de la Jurisdicción Especial para la Paz que decidirá finalmente sobre su libertad o eventual castigo, allí nos recibieron sus jefes compañeros Alduver Morante, Enrique Marulanda (hijo de Manuel) y Julián Suarez (sobrino del Mono Jojoy); acompañado de los compañeros de la Fundación Lazos de Dignidad pudimos dialogar con las organizaciones que componen la Coalición Larga Vida a las Mariposas (una red de organizaciones que defienden los presos políticos en todo el extenso país y sus más que numerosas cárceles de alta “seguridad”), también con el Secretario de la Jurisdicción Especial para la Paz, el Dr. Nestor Correa, con el responsable de derechos humanos de Marcha Patriotica Cristian Delgado que nos entregó un demoledor informe sobre las violaciones a los derechos humanos en el periodo de “diálogos para la paz” y denunció el asesinato de decenas de militantes de Marcha, y con el compañero Jairo Lesmes quien fuera representante oficial de las Farc en Argentina en los 90 y fuera liberado hace un año luego de ocho de encierro riguroso que casi acaba con su vida. También con decenas de presos políticos de Chiquindirá, del penal del Veredal y con militantes de diversas fuerzas liberados en los últimos años. Es mi tercer viaje a Colombia y siempre he venido con la disposición de escuchar todas las voces y no pretender ni saber todo ni dar consejos a nadie. Como integrante de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre he procurado mantener la disposición solidaria de siempre de la Liga como demostraron en sus viajes a Colombia los Dres. Guadalupe Godoy y Hector Trajtemberg y la compañera Graciela Rosenblum. El proceso de diálogos y acuerdos para la paz adquieren una importancia histórica difícil de exagerar, son una conquista de los más de cincuenta años de insurgencia armada como de las luchas realmente extraordinarias del movimiento campesino, sindical, estudiantil, de los afro descendientes, de las mujeres, de la comunidad LGTB, de la Universidad y los intelectuales y de tantas y tantos que sería interminable nombrarlos a todos. La posibilidad de conquistar una paz justa es de por sí, el solo hecho de existir como posibilidad, como proceso acordado entre partes antagónicas que guerrearon por décadas, un logro fantástico que los pueblos y más aún los luchadores por los derechos humanos y los revolucionarios valoramos sin condiciones ni egoísmos. Pero por ello conviene analizar rigurosamente los problemas que enfrenta y la situación real en que el proceso está, justamente por que los cambios en América Latina y el mundo van exactamente en la dirección contraria de lo que se intenta en Colombia. Solo repasar el rol fundamental que tuvieron en el proceso los gobiernos de Venezuela, Brasil y Argentina (y recordar sus graves problemas o su sustitución por personajes tan colonizados como Macri o Temer) debería mirar con inquietud el proceso. Comencemos, como militantes por los derechos humanos que somos, por el tema de los prisioneros políticos. Parte de la estrategia contrainsurgente, ampliada por la intervención imperialista norteamericana con sus Planes Patriota y Colombia, fue encerrar en condiciones infra humanas, sin lugar a dudas constituyendo su solo encierro condiciones de tortura, a todos los que ellos sospecharan que fuera parte de la insurgencia (no solo Farc, también ELN y otros grupos menos conocidos fuera de Colombia), de los que supuestamente colaboraban con la insurgencia, de todo aquel que protagonizara experiencias de organización popular autónomas y resistencias al proyecto neoliberal, extrativista, represor y colonial que se aplicó por décadas, y aún a cientos de simples campesinos que sufrieron causas armadas (como ya había constatado en 2015 cuando me reuní en Ibague, el Tolima, con campesinas encerradas por años sin razón política alguna). Se llegó a calcular unos siete mil presos políticos con la dificultad de que como el régimen penal negaba su calidad política, las cuentas siempre resultan provisorias. Al momento del acuerdo final se pactó lo siguiente (muy grosso modo): libertad a todos los presos políticos por medio de una amnistía irrestricta y un proceso de justicia no penal (reparativa, no punitiva) para todos los participantes en el conflicto armado con la sola (y fundamental) condición de decir la verdad, en caso de así proceder las penas serán de cumplimiento en libertad (trabajo social o de otro tipo) o con un máximo de 20 años de prisión para los que mientan o se nieguen a decir la verdad de los hechos imputados. Para ello se creó una Jurisdicción Especial para la Paz que deberá encargarse de tales tramites. Empecemos por el principio: según denuncia el Comandante Jesús Santrich, en huelga de hambre indeterminada desde el 26 de junio, la Farc reconoció como propios a 3400 prisioneros de los cuales solo salieron un poco más de quinientos y

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Una lección de oportunismo frente al colapso

Fuente: Eric Nepomuceno | Jornada/México Fecha: 18 de JUNIO 2017 Hace dos semanas, con Brasil encubierto por una formidable y terrible sucesión de escándalos que cayeron como avalancha sobre Michel Temer y sus principales cómplices, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso declaró con todas las letras que exigir la anticipación de las elecciones previstas para octubre del año que viene sería un atentado a la Constitución y un golpe inaceptable. El pasado miércoles, dos días después de que su Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) decidiera mantenerse aliado al gobierno nacido de un golpe impulsado precisamente por sus caciques, Cardoso cambió radicalmente de idea. Sin sonrojarse ni un milímetro se lanzó a una luminosa exhibición de un oportunismo descarado, y defendió que el ilegítimo Michel Temer tenga la ‘grandeza de renunciar y que se determine la inmediata realización de elecciones generales. Vale la pena observar para algunos aspectos de ese brusco vuelco de opinión. Es imposible olvidar, por ejemplo, que el golpe institucional que en 2016 destituyó a la malograda Dilma Rousseff y sus 54 millones 500 mil electores, fue armado por el mismo PSDB de Cardoso. Sin su pleno respaldo, la banda encabezada por el entonces presidente de la Cámara de Diputados y actual ocupante de una celda de la Policía Federal, Eduardo Cunha, no hubiese resultado. Sin el comando clarísimo del senador Aécio Neves, presidente del PSDB, y que espera, aislado y ansioso, por una orden de prisión a ser emitida por un juez del Supremo Tribunal Federal, nada ocurriría. Y todo eso ocurrió con el clarísimo aval de Cardoso. Michel Temer, hábil conspirador en las tinieblas, no tiene estatura para nada: sería como pedirle a un pigmeo que barriese nubes. Ahora mismo ese veterano corrupto y permanente traidor está a punto de ser acusado por el fiscal general de la Federación por crímenes de corrupción, formación de pandilla y lavado de dinero, entre otras hazañas similares. Dilma Rousseff cometió una serie de desatinos en la economía. Desconoció claramente las reglas –muchas veces burdas y nada republicanas– del juego practicado en un sistema político de raíces podridas. Dejó claro que dialogar y oír consejos no hacen parte de sus prácticas. No cometió, sin embargo, ninguno de los crímenes de responsabilidad previstos en la Constitución para que un mandatario surgido del voto popular sea destituido. Michel Temer fue su compañero de lista como parte de un espurio –e inevitable– acuerdo: a cambio de apoyo en las presidenciales, ocuparía la vicepresidencia. Y como él mismo se definió, sería un vicepresidente decorativo. Pero traicionó a su presidenta de manera abyecta, mientras que él cometía un sinfín de delitos ya no de responsabilidad, sino crímenes considerados comunes por la legislación brasileña, inherentes a su consolidada trayectoria de corrupto crónico. Luego de haber ocupado el sillón presidencial gracias al golpe diseñado y comandado por el PSDB de Fernando Henrique Cardoso, siguió incurriendo en lo de siempre, es decir, mantuvo su trayectoria de corrupto y corruptor. Fue capturado. Todavía cuenta, o cree contar, con la complicidad de diputados en número suficiente para evitar su destitución y consecuente (e inevitable, si se respetan las leyes) prisión. Pero ya no cuenta con la unanimidad de los medios hegemónicos de comunicación: el empresariado y los dueños de capital quieren deshacerse de él tan pronto encuentren a un substituto aceptable y más que nunca el país está a la deriva. Las inversiones se evaporaron, su credibilidad es nula, y crece visiblemente en la opinión pública un clamor de rechazo irremediable hacia él, sus cómplices y su gobierno. ¿Cuáles de esas razones produjeron el súbito cambio en la posición de Cardoso, quien supo ser el más fuerte avalista del golpe? La principal de ellas: oportunismo desaforado, sin duda alguna. Al pedir a un pigmeo moral como Michel Temer que tenga un gesto de grandeza, Cardoso sabe que no hace más que tirar palabras al viento. ¿A quién quiere convencer? Para la opinión pública, la desmoralización irremediable de Aécio Neves y del mismo PSDB será cobrada en la factura de las próximas elecciones. El llamado sector joven del partido lo sabe, y defendió, en vano, la ruptura con el gobierno que ayudó a instalar. Cardoso, a su vez, conoce bastante bien a Michel Temer, y sabe que él y sus secuaces se aferrarán a sus cargos a cualquier costo. Mantener el llamado foro privilegiado es su única posibilidad de escapar de la cárcel, al menos por ahora. Lo más perverso de todo eso es que, mientras el país se hunde cada día, persiste una pregunta que nadie sabe contestar: ¿cómo impedir que Lula da Silva participe de las elecciones anticipadas, que ahora hasta el mismo Cardoso reconoce como inevitable? Ni el PSDB, ni el PMDB y mucho menos los partidos menores disponen de un nombre capaz de participar en una disputa con Lula. A menos, claro, que Cardoso, que cumple 86 años precisamente hoy, esté empezando a padecer de alguna especie de debilidad que le permita creer que sería un candidato viable.

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Trump en Miami: Regreso a Jurassic Park

Fuente: Iroel Sánchez | Cuba Ahora Fecha: 17 de JUNIO 2017 La retórica de Donald Trump no puede encubrir una realidad: la mayoría de los estadounidenses y de los cubanoamericanos apoyan el fin del bloqueo a Cuba… El 30 de julio es duelo nacional en Cuba. En esa fecha, cada año, las calles de Santiago de Cuba se llenan en una peregrinación espontánea en la que caen desde los balcones pétalos de rosas y el público camina en silencio hacia el cementerio. Se recuerda así la reacción popular con que la ciudad, casi en pleno, respondió en 1957 al asesinato de los jóvenes Frank País y Raúl Pujol por la policía de Fulgencio Batista, pero también a todos los que como ellos fueron víctimas de acciones similares. Al hijo de uno de los asesinos de Frank y Josué escogió el Presidente estadounidense Donald Trump para el storytelling del discurso que realizó en Miami este 17 de junio. Un violín desafinó en manos del vástago las notas del himno nacional estadounidense, y -en un teatro que lleva el nombre de uno de los invasores que a órdenes de la CIA sufrió la muy recordada derrota en Playa Girón- un político entre cuyos adjetivos más socorridos está la palabra “perdedores” prometió lo mismo que ya el mundo entero -y hasta su antecesor en el cargo- reconocen está condenado al fracaso. El público -en su mayoría ancianos miamenses que hace décadas no ponen un pie en Cuba- gritaba “USA, USA”, mientras el Presidente anunciaba que los ciudadanos del país de las libertades seguirán teniendo prohibido hacer turismo en Cuba y si aun así viajan a la Isla deberán hacerlo en grupo y con una bitácora detallada y auditable, de modo que el Gran Hermano pueda controlar adecuadamente si cumplen con la misión que su gobierno les encarga: derrocar al “régimen” que se ha ocupado de que jamás vuelvan a ocurrir en la Isla crímenes como los del 30 de diciembre de 1957. El mismo Presidente que hace menos de un mes firmó un contrato por cien mil millones dólares en venta de armas a la monarquía de Arabia Saudita, firmaba otro ante personas que practicaron el terrorismo, ¿el objetivo?: evitar que llegue un solo centavo estadounidense a las Fuerzas Armadas de la República de Cuba. Insólitamente, para ello ha prometido que impedirá un comercio e inversiones que hoy no existen. Con el reto de cumplir las promesas de su campaña, y amenazado por una investigación congresional a partir de sus presiones sobre el ex director del FBI, James Comey, el Señor Trump parece ha encontrado entre la ultraderecha cubanoamericana de Miami la manera de aparentar que cumple su palabra y es aplaudido. Pero la retórica no puede encubrir una realidad: 73% de los estadounidenses y 80% de los cubanoamericanos apoyan el fin del bloqueo a Cuba, y sus anuncios de este viernes no harán sino aumentar ese rechazo. Vivir para ver, ya en la víspera, Trump logró poner de acuerdo a los analistas del Nuevo Herald de Miami con los de The New York Times. Del lado Sur del estrecho de la Florida no ha habido que esperar mucho. Los primeros resultados del show de Trump en Miami ya están a la vista en Cuba: Se habla más de política y en las redes sociales muchos jóvenes que no suelen aludir a esos temas manifiestan su indignación con el discurso miamense del Presidente norteamericano. Desde los tiempos del secuestro del niño Elián González los cubanos no habían recibido una imagen tan clara del Jurassic Park que mandaría en Cuba si no hubiera Revolución. Understanding the prevalence and impact of parasitic diseases in humans is essential for global health, as these conditions can lead to serious complications, especially in resource-limited settings. These diseases are often transmitted through contaminated water, food, soil, or insect bites, and they can affect various bodily systems. Education, improved sanitation, and access to healthcare are key components in combating these diseases. https://southwestsurgerylhc.com/parasitic-diseases-in-humans/

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«Necesitamos directas ya y de un plan popular de emergencia»

Fuente: Jaoana Tavares | Brasil de fato Fecha: 18 de MAYO 2017 João Pedro Stedile, dirigente del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y del Frente Brasil Popular, analiza en el escenario político brasileño, el papel de Globo, las divisiones en el campo golpista y habla sobre la necesidad de construir un gobierno de transición y la construcción de un proyecto popular para Brasil. ¿Cuál es el interés de O Globo en divulgar esos audios y por qué ellos insisten con elecciones indirectas? La red Globo se transformó en el principal partido de la burguesía brasilera (PBB). Ella cuida de los intereses del capital utilizando su fuerza de manipulación de la opinión pública y articulando los sectores ideológicos de la burguesía, o sea, el poder judicial, algunos fiscales, la prensa en general, etc. Ellos saben que Brasil (y el mundo) vive una crisis económica, social y ambiental causada por el modus operandi del capitalismo. Y eso aquí en Brasil se transformó en una crisis política, porque la burguesía precisaba tener hegemonía en el congreso y en el gobierno federal, para poder aplicar un plan de colocar todo el peso de la salida de la crisis sobre la clase trabajadora. Por lo tanto, O Globo es la mentora y gestora del golpe. Sin embargo, la salida Temer fue un tiro en el pie, ya que su banda, como reveló Eduardo Cunha, era un bando de lumpens, oportunistas y corruptos, que no estaban preocupados con el proyecto burgués de país, sino solo con sus billeteras. La operación carne podrida fue otro tiro en el pie, que ayudó a desacreditar esa banda del Pmdb, pues varios de ellos estaban involucrados y provocaron a un sector de la burguesía agro-exportadora. Ahora ellos necesitan construir una alternativa a Temer. La forma de salir se decidirá en las próximas horas y días, si por una renuncia, si lo detienen en el Tribunal Supremo Electoral o si aceleran el pedido de impeachment en el Congreso. Y en las próximas semanas decidiremos a quién colocar en el lugar. Muchos factores incidirán y el resultado no será algún plan maquiavélico de algún sector, mismo de la Globo, sino que será el resultado de la lucha de clases real, de cómo las clases se comportarán en las próximas horas, días y semanas. ¿Cómo se organiza el campo golpista? El campo golpista está dividido desde 2014. Y eso nos ayuda. Porque en los golpes anteriores, de 1964, y después en el gobierno de Fernando Hernique Cardoso de 1994, la burguesía estaba unida, tenía un comando único, tenía un proyecto de país y tenía una retaguardia importante en la capital estadounidense. Ahora ellos no tienen proyecto para el país. Perdieron la retaguardia gringa pues se alineaban con Hillary Clinton. Quieren salvar sólo sus intereses económicos particulares. Como dice el sociólogo tucano (N.E. por el tucán que tiene el logo del PSDB, el partido de Cardoso y Aécio) Jose de Souza Martins, “la reforma previsional y laboral son las medidas capitalistas que aumentan la explotación de los trabajadores pero son contradictorias con un proyecto capitalista de país”. Ellos no tienen comando único. Están divididos entre el poder económico (Meireles, JBS) el grupo de lumpens del PMDB (Juca, Padilha, Temer, Moreira Franco), que tienen el poder de las leyes, y comienzan a tener fisuras, como el caso de Renan. Y el grupo ideológico de Globo – poder judicial. Hay muchas contradicciones internas entre ellos. Y por eso también ellos no tienen claro, ahora, a quien colocar en el lugar de Temer. Lo ideal para ellos sería proscribir a Lula, tener un gobierno de transición, que fuese aceptado por la mayoría de la población, podría hasta ser la ministra Carmen Lucia (N.E. Presidenta del Supremo Tribunal Federal), hasta octubro de 2018, y ahí intentar ganar las elecciones. Además, esa división aparece también en las candidaturas de ellos, aún no consiguieron construir un FHC, un Collor. Están tanteando a la opinión pública presentando a Doria (N.E. Intendente de San Pablo, empresario perfil Macri), Huck (N.E: Luciano Huck es un presentador televisivo), etc., pero ellos saben por las encuestas de opinión pública que son inviables y sólo pospondría aún más la crisis política. ¿Qué pueden hacer los trabajadores y organizaciones populares en este momento? Nosotros estamos debatiendo, ya desde el año pasado, en el ámbito de los más de 80 movimientos populares y organizaciones políticas que forman parte del Frente Brasil Popular, que la salida que interesa a la clase trabajadora son un conjunto de medidas complementarias. Primero sacar a los golpistas y suspender todas las medidas legislativas que vienen tomando contra el pueblo. Después tener un gobierno de transición, que convoque a elecciones presidenciales para octubre de 2017. Y que se discuta una forma de hacer una reforma política inmediata, que garantice la voluntad del pueblo, y se elija un nuevo congreso. Y el nuevo gobierno, asuma el compromiso, ya en campaña de convocar para 2018 a una asamblea constituyente exclusiva, a parate del congreso, para constituir un nuevo modelo democrático de régimen político – electoral en el país. Paralelamente a eso, construimos un PLAN POPULAR DE EMERGENCIA, que priorizó más de 70 medidas de emergencia que el gobierno de transición y el nuevo gobierno deberían impelemntar, que en nuestra opinión, sacaría al país de la crisis económica, social y política. Y después, durante la campaña electoral, discutir un nuevo proyecto de país, que tome en cuenta la necesidad de reformas estructurales de mediano y largo plazo, como la reforma tributaria, la reforma de los medios de comunicación, la reforma agraria, los cambios en el pago de los intereses y del superávit primario y la propia reforma del poder judicial. Pero para que todo eso suceda, los trabajadores, las masas, necesitan urgentemente ganar las calles. La fuerza del pueblo sólo se ejerce en las calles, en las movilizaciones, ocupaciones y presión de masa. Creo que en las próximas horas y días habrán varios plenarios para debatir fechas concretas de movilización. De nuestra parte, creemos que

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Venezuela: no callar, pero para decir la verdad Fuente: Atilio Borón

Fuente: Atilio Boron | Blog de Atilio Boron Fecha: 12 de MAYO 2017 En varios trabajos recientes diversos analistas y observadores de la vida política latinoamericana han reprochado a los intelectuales y militantes de izquierda su silencio ante lo que está ocurriendo en Venezuela. Ese silencio, dicen, sólo refuerza los peores rasgos del gobierno de Nicolás Maduro. Este reclamo lo hizo hace unas pocas semanas un destacado intelectual venezolano, Edgardo Lander, y más recientemente, en una producción especial de Página/12, lo reiteraron dos colegas de Argentina: Roberto Gargarella y Maristella Svampa.[1] Nadie podría estar más de acuerdo que el autor de estas notas sobre la necesidad de hablar acerca de lo que realmente está aconteciendo en Venezuela. Tras las huellas de los fundadores del materialismo histórico Gramsci decía, con toda razón, que “la verdad siempre es revolucionaria”. Y el aforismo del fundador del PCI es más importante hoy que nunca antes, cuando el virus posmoderno ha instituido a la “posverdad” ¡como un criterio de verdad!, abriendo paso a cuantas tergiversaciones y mistificaciones puedan ocurrírsele a quienes precisamente quieren ocultar tras una cortina de sofismas y falsedades lo que está sucediendo en nuestras sociedades —y muy especialmente en Venezuela— y, de ese modo, favorecer a los planes de la contrarrevolución en marcha. Desafortunadamente las buenas intenciones de Gargarella y Svampa de hablar sobre Venezuela y decir lo que allí está sucediendo termina con una frustración. Y esto es así porque en su nota no hablan de lo que en verdad ocurre en ese país sino que reproducen con pequeñas variantes el relato que la oposición ha construido para decir lo que ella necesita que se diga que está ocurriendo en Venezuela. Esa narrativa tramposa, que desfigura a sabiendas la realidad para promover su agenda restauradora, ha contado con la inestimable ayuda de los sempiternos agentes sociales y políticos de la reacción, que jamás se equivocan al elegir amigos y enemigos: los medios hegemónicos a nivel mundial (vulgo: “prensa libre”), perros guardianes del orden capitalista; la internacional de la derecha dirigida, con dinero de Estados Unidos, por José M. Aznar y Álvaro Uribe y toda su parafernalia de políticos y periodistas comprados y tanques de pensamiento alquilados y, por si lo anterior no bastara, apoyada también por el gobierno de Estados Unidos desde el nacimiento mismo de la Revolución Bolivariana. No sorprende por lo tanto constatar que en las tres o cuatro páginas escritas por nuestros autores se acumulen numerosos errores de apreciación así como llamativas ausencias. Comencemos por estas. Ausencias Primera ausencia: el gobierno de Estados Unidos. Un análisis sobre cualquier país de las Américas que no mencione ni una sola vez —no digamos analice, apenas mencione— al gobierno de Estados Unidos y al imperialismo es insanablemente erróneo. De allí jamás podría brotar un análisis correcto de la situación. Es un error tan grave e irreparable —obliterado empero por el prejuicio que informa al paradigma dominante en las ciencias sociales contemporáneas— como el que cometería un astrónomo que al analizar al sistema solar obviara cualquier mención o análisis del papel de Júpiter en la dinámica global del sistema, haciendo caso omiso del hecho que su masa equivale a casi dos veces y medio la suma del total de los demás planetas que componen el sistema. ¿Qué diríamos de nuestro astrónomo? Que pese a sus buenas intenciones no tiene nada serio para decir; es más, no puede tener nada serio para decir, porque su análisis ha soslayado lo principal. No lo único que importa pero sí lo más importante. A estas alturas del siglo veintiuno me dispenso de la necesidad de explicar, por archiconocido, lo que es el imperialismo y como actúa en lo que amablemente sus agentes y voceros califican como “nuestro patio trasero.” El capitalismo contemporáneo lo que ha hecho es exacerbar hasta lo indecible su carácter imperialista y no sólo en Latinoamérica. Recuerden el escarmiento sufrido por el pueblo griego cuando se “equivocó” al rechazar el brutal programa de ajuste que le proponía la Troika en Europa, “error” que fue corregido en una reunión a puertas cerradas en Bruselas; o la gigantesca multa que el banco francés Paribás tuvo que pagar por transgredir una ley del Congreso de EEUU que penalizaba a cualquier institución bancaria del mundo, estadounidense o no, que mediara en las relaciones comerciales entre Irán, Sudán y Cuba con el resto del mundo. Es decir, la ley estadounidense es la ley del mundo. O las casi mil bases militares que Estados Unidos tienen en todo el mundo, caso absolutamente único en la historia. Eso es un imperio, desde Roma hasta hoy. Y el centro hegemónico del imperio es Estados Unidos, “la nación indispensable” para mantener vivo al capitalismo en la faz de la tierra. Por supuesto, sus teóricos y estrategas prefieren obviar el término imperialista por su desagradable olor, pero la realidad del imperialismo es inocultable y por eso se esmeran en referirse a ella con nombres más amables. Los expertos del Pentágono y del Departamento de Estado, la CIA o el Consejo Nacional de Seguridad prefieren hablar de “primacía”, “superioridad” y, los más audaces, de “hegemonía” porque son conscientes que palabras como imperio o imperialismo son indigestas para el delicado estómago de la opinión pública estadounidense. El eufemismo puede jugar con las palabras e intentar enturbiar la visión de la cosa, pero esta sigue allí. No por casualidad uno de los más incisivos estrategos del imperio, Zbigniew Brzezinski, inicia su más reciente libro sobre la situación actual de Estados Unidos en el sistema internacional con una sorprendente sección dedicada a la “declinante longevidad de los imperios”, tácita asunción de que Estados Unidos lo es pues de lo contrario no se entiende la razón por la cual ese autor se enfrasca en una discusión que es marginal al objetivo de su trabajo.[2] De lo anterior se sigue que los imperios —aunque se autodenominen, como en el caso de Estados Unidos, “líder del mundo libre” o “primacía americana”— forjan una relación radicalmente asimétrica con los países

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Resistencia del pueblo venezolano

Fuente: Adolfo Pérez Esquivel* Fecha: 28 de ABRIL 2017 Venezuela es blanco de agresiones del imperio norteamericano que no cede en su embestida con el objetivo de derrocar al gobierno electo democráticamente. Tarea para la cual cuenta con cómplices, internos y externos, entre ellos, el Presidente Macri de Argentina. La oposición venezolana se niega al diálogo con el gobierno. No han respetado las instancias propuestos por la UNASUR y facilitadas por el Papa Francisco, junto con varios ex presidentes a fin de llegar a acuerdos que garanticen la Paz social, y que ayuden a encontrar soluciones a las dificultades que vive el pueblo, que hoy sufre el desabastecimiento económico provocado por las grandes empresas. Los golpistas están montando una fuerte campaña internacional denigrando y acusando al gobierno venezolano de ser una “dictadura”, pero la realidad venezolana no es un hecho aislado en Latinoamérica. Hay crisis impuestas por los EEUU, que no quiere perder su influencia y control continental, y busca impedir la autodeterminación de los pueblos a través de golpes blandos que hagan retroceder en las conquistas sociales, culturales y políticas que tantos esfuerzos costó alcanzar. Ya pasó en Honduras, Haití, en Paraguay y en Brasil, los golpes blandos exitosos. Los medios de comunicación están al servicio de los grandes intereses económicos y políticos, buscan desacreditar al gobierno venezolano propagando noticias falsas para provocar el deterioro general. Pero el pueblo veenzolano debe reclamar a todos sus represnetantes, del oficialismo y la oposición, que haya diálogo entre ellos y organizaciones sociales, iglesias, partidos políticos, sindicatos, movimientos estudiantiles, organizaciones empresariales, con el objetivo de encontrar alternativas superadoras de la violencia que vive el pueblo venezolano. Diálogo para no perder las conquistas sociales alcanzadas por la revolución bolivariana en las últimas décadas. No hay democracia perfecta, pero toda democracia es perfectible, es el gran desafío en nuestro continente. Si los pueblos participan y son protagonistas de sus propias vidas y constructores de su propia historia, va a encontrar su propio camino sin someterse al coloniaje de la gran potencia. * Premio Nobel de la Paz

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