El tablero político israelí ante el próximo llamado a cuartas elecciones en dos años

Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser

Fecha: 9 de noviembre de 2020

 Finalmente, le cayó la ficha a Gantz. “Yo ya tengo claro que Netanyahu no piensa cumplir la rotación en la función de primer ministro. Yo ya no le creo a Netanyahu”, confesó el primer ministro alternativo que tan solo unos meses atrás firmó un acuerdo de coalición con la promesa de intercambiar con Netanyahu la función de primer ministro elegido a fines de 2021 (Canal 12 TV, 6-11-2020). La mayoría de los analistas políticos coinciden que el llamado a nuevas elecciones a principios de 2021 es la única salida que puede despejar el callejón sin salida al que arribó este gobierno. Un gobierno que se caracteriza, no por sus políticas, sino por la impotencia en la toma de decisiones, resultado de la mutua neutralización de sus componentes.

EL TABLERO POLITICO ISRAELI

No por ser recurrente ni por recientes experiencias, vale la pena acentuar los caracteres muy singulares del tablero político israelí tal como se consolidaron el último año para tener una visión de las posibles, y no ficticias o ilusorias, alternativas de las fuerzas que podrían componer el futuro gobierno israelí.

La conformación de un gobierno en el sistema parlamentario israelí, con una sociedad tan fragmentada políticamente, no depende mayormente de los resultados electorales de un partido en particular, sino mas bien del arte o habilidad de negociar coaliciones por parte de líderes de los partidos mayoritarios.

Para arribar a conclusiones relativamente fundamentadas para estos tiempos, es necesario diferenciar dos aspectos que reflejan la conducta de los votantes y de los partidos políticos israelíes.

El primer aspecto nos permite diferenciar claramente partidos políticos según la lealtad que su electorado tradicional le manifiesta a lo largo del tiempo. En este sentido diferenciamos entre partidos con “patrón de voto fijo” frente a partidos con “patrón de voto cambiante”. Los primeros agrupan mayormente a un núcleo homogéneo de población sobre la base de visiones o intereses muy claramente definidos que los hace diferenciar de los demás y su predisposición a acoplarse a coaliciones se condiciona estrictamente a la materialización maximalista de sus visiones o intereses. En este bloque debemos mencionar a la Lista Árabe Unida, los partidos religiosos ultra ortodoxos, el partido de Liberman que representa mayormente a inmigrantes rusos y el partido Meretz apoyado mayormente por la denominada izquierda tradicional. 

Los partidos políticos con patrón de voto cambiante agrupan a públicos que están dispuestos a ser movilizados por la imagen y mensajes de líderes del momento más que por una visión ideológica clara y definida. La experiencia ha demostrado en reiteradas ocasiones, entre ellas en las ultimas elecciones, situaciones de líderes de este grupo que traicionaron promesas previas a su electorado. Este carácter es el determinante de la permanente movilidad interna de los votantes de este bloque y es lo que centra generalmente las batallas electorales. En vista a las próximas elecciones este bloque comprende el partido Azul y Blanco (Gantz), Yesh Atid (Lapid), Yemina liderado por Bennet y el Likud liderado por Netanyahu. El resto de los partidos no tienen perspectivas de pasar el mínimo exigido por ley.  

La tabla expuesta en la imagen detalla los partidos políticos israelíes según la pertenencia a los dos bloques mencionados haciendo referencia a los resultados de las últimas elecciones y los estimados según un promedio de sondeos de intención de voto de semanas recientes. En los números puede observarse claramente la diferencia de conducta interna entre los dos bloques. En ultima instancia, en un congreso de 120 bancas, la verdadera lucha electoral se centra solamente alrededor de 75. Para los partidos del bloque de patrón de voto cambiante, generalmente líderes en la formación de una coalición gobernante, acoplar algún partido del bloque de patrón fijo se convierte, tal vez, en el desafío mas importante.

DISTRIBUCION DE BANCAS EN LA KNESSET SEGÚN PATRON DE VOTO

PARTIDO/BLOQUEELECCIONES ABRIL 20SONDEOS NOVIEMBRE 20
LISTA ARABE UNIDA1515
RELIGIOSOS ULTRA ORTODOXOS1616
IZQUIERDA – MERETZ77
INMIGRANATES RUSOS – LIBERMAN     77
TOTAL PATRON VOTO FIJO4545
YESH ATID – LAPID1717
AZUL Y BLANCO – GANTZ169
YEMINA – BENNET620
LIKUD – NETANYAHU3629
TOTAL PATRON VOTO CAMBIANTE7575
TOTAL GENERAL120120

Tres acontecimientos de singular importancia fueron los detonantes de cambios significativos en la intención de voto del electorado israelí desde las últimas elecciones en abril 2020 hasta el presente. En primer lugar, un significativo desgaste de Gantz y su partido como consecuencia de haber traicionado políticamente a su electorado a quien prometió no sentarse junto a Netanyahu en un gobierno. En segundo lugar, el resonante fracaso del confrontamiento con la pandemia Covid-19 atribuido principalmente a Netanyahu. En tercer lugar, la impotencia del gobierno de coalición de partidos con posiciones opuestas que prácticamente impide la toma de decisiones importantes en materia de política interna proyectando una imagen de total desidia.

Como se observa en la tabla expuesta, la consecuencia de estos acontecimientos no afectó la intención de voto dentro del bloque de patrón de voto fijo (pese a la participación en el gobierno de los partidos ultraortodoxos), mientras que en el otro bloque se perciben cambios muy significativos. No solo que Gantz y Netanyahu bajaron notoriamente, sino que Yemina liderado por Bennet va en vía de dar un gran salto como consecuencia de sus punzantes críticas al camino elegido por Netanyahu y Gantz en la confrontación con la pandemia. 

Si la configuración descripta se mantiene aproximadamente en esos términos, y si las partes están dispuestas a concesiones, tanto personales como políticas, estamos en presencia solo de dos posibilidades de formación de gobierno.

En la primera, un gobierno liderado por Netanyahu con Bennet como socio privilegiado, y la participación de los partidos ultra ortodoxos. Una combinación que demanda de Bibi, y sobre todo de su esposa Sara, tragar mucha saliva por la posición jerárquica de Bennet y su compañera de lucha Ayelet Shaked. Se trata de un gobierno relativamente homogéneo y de clara tendencia de derecha.

En la otra posibilidad, se formaría un gobierno constituido por una coalición liderada por el triunvirato Bennet, Gantz y Lapid, con la participación de Liberman y sin Netanyahu. Se trata de una alternativa más teórica que práctica, ya que la obtención de mayoría en la Knesset solo se podría materializar si el Likud de Netanyahu se desploma hasta arribar a menos de 22 bancas. Esto se debe a las contradicciones ideológicas e imposibilidad de este posible gobierno de permitir la participación de la Lista Árabe Unida, los partidos religiosos ultra ortodoxos y Meretz

La perspectiva que Netanyahu perdure como primer ministro de Israel por varios años más, hoy se perfila como la alternativa mas probable. No se trata de un liderazgo al que mayormente se le puede asignar un alto calificativo. Gran parte de la sociedad israelí esta convencida que Israel va en marcha de una tragedia histórica, principalmente por la próxima conversión de Israel en un estado binacional con 50% de población palestina como consecuencia de la continuidad de la colonización judía en Cisjordania.

La eternización del liderazgo de Netanyahu es la consecuencia de dos aspectos muy problemáticos de la vanagloriada “democracia israelí”.  El primero de ellos está motivado por la conducta de Netanyahu que lo condujo a ser el único líder capaz de permitir que la población religiosa ultra ortodoxa viva en Israel de facto en una autonomía según sus costumbres, financiada básicamente por el estado y con cumplimiento limitado de leyes israelíes. Por esta vía, los partidos que representan a esta población se convirtieron en escudos de su permanencia como primer ministro.

El segundo aspecto es la consecuencia de la discriminación de representantes de la población árabe en la Knesset. Ningún partido, de aquellos con probabilidad de liderar la formación del próximo gobierno, está dispuesto a hacer participe a representantes del 25% de la población árabe israelí (entre ellos 300 mil nativos que viven en territorio soberano israelí, pero sin ciudadanía), pese a que en más de una ocasión demuestran mayor lealtad al país que ciertos grupos de judíos ultra ortodoxos.

En la oficina de primer ministro, a Netanyahu le queda mucho hilo en su carretel.

Ojalá me equivoque.

Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 9-11-2020

http://daniel.kupervaser.com/

kupervaser.daniel@gmail.com@KupervaserD

1 comentario en “El tablero político israelí ante el próximo llamado a cuartas elecciones en dos años”

  1. Kurt Brainin

    ¿Tiene realmente importancia quién gobierne en Israel? ¿Qué diferencia de fondo hubo entre el «democrático» y «socialista» Ben Gurion y los que supuestamente frustraron un «proyecto maravilloso» como Beguin, Sharon y Netanyahu? Ben Gurion fue casi peor con su lema de «trabajo solo para judíos» durante el Mandato y con la expulsión de no menos del 80 por ciento de la población árabe autóctona en 1947-49.

    Rabin tuvo la lucidez de darse cuenta de que lo mejor para Israel era conformarse con lo logrado hasta 1993 y así le fue. Ni siguiera esto puede esperarse del panorama político de hoy y de una mayoría de judíos israelíes llevados a la locura.

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