Fuente: Daniel Kupervaser | daniel.kupervaser.com
Fecha: 03 de NOV 2018
El sorpresivo ataque a la sinagoga de Pittsburgh sorprendió y conmovió a todo el mundo judío. Bernardo Kliksberg, reconocido economista y pensador judío, no fue la excepción. Con su experimentada lógica analítica, en menos de media página escrita en New York, condensó toda su visión de una nueva realidad en donde comunidades judías del mundo deben enfrentar un repentino resurgimiento del neo nazismo[1].
El asesino de Pittsburgh es un “racista, xenófobo y antisemita”, pero desgraciadamente también es “la expresión extrema de un resurgir de estas tendencias que pasean por el mundo”, afirma este intelectual judío. ¿Qué son esas tendencias en palabras de Kliksberg? “La relectura del nazismo que suponen, junto a los lenguajes racistas, homofóbicos, de ataque a las minorías de color, antigay, proliferantes, implican nuevas formas de negación del Holocausto, y sus aprendizajes. Estos son los vocablos que invocan las nuevas ultraderechas cuando vocean fuera los judíos, los inmigrantes, y los refugiados, abajo los de color, la mujer es un ser inferior, los gays deben ser aplastados, hay que terminar con las formalidades democráticas”.
Kliksberg no se conforma con una descripción general, sino que, en algunos casos dirige explícitamente su índice acusador. Ya no se trata solamente de EE.UU. con el ataque a la sinagoga de Pittsburgh. Se menciona al “dictatorial gobierno de Hungría con su conocido líder Urban y con la participación un partido neonazi que exigió la publicación de todos los nombres de judíos en funciones públicas como en la vieja época”.
En Alemania remarca el sorpresivo fortalecimiento del partido Alternativa para Alemania “que proclama la repulsa a los inmigrantes y abandonar definitivamente el recuerdo y la autocrítica de su pasado nazi. El líder del partido Gauland declaró que la era nazi era como la caída de excrementos de un pajarito en más de 1000 años de historia alemana exitosa”.
Sin entrar en detalles, Kliksberg menciona realidades similares en otros países. Pese a no ser nombrados explícitamente, no se puede pasar por alto a Polonia y Austria. En Polonia, Mateusz Morawiecki, el primer ministro de un gobierno presionado por sus bases con grupos de fuerte tendencia extremista y neonazi, promulgó una ley especial con el objetivo de desligar toda responsabilidad polaca durante la Shoa.
En Austria, los sorpresivos resultados de las elecciones de fines del año pasado llevaron al partido FPO, el Partido de la Libertad, a convertirse en la segunda fuerza política y parte del gobierno. Su líder, Heinz Christian Strache, un político con un frondoso pasado neo nazi, se convirtió repentinamente en Vice Canciller austríaco.
Hasta aquí la imagen internacional mayormente descripta por Kliksberg y tan preocupante para las colectividades judías del mundo. El problema del análisis de Kliksberg, como de muchos otros intelectuales judíos, es la carencia de un adecuado equilibrio entre su refinada capacidad de visualizar las responsabilidades ajenas en contraste a la gran cobardía de enfrentar y criticar los significativos aportes del gobierno israelí y miembros del Likud a este alarmante proceso.
Justamente en base a la descripción de Kliksberg, todos los países mencionados anteriormente se los puede incluir en la lista de las nuevas amistades con fuertes identificaciones y vinculaciones ideológicas con Netanyahu y/o de altos jerarcas del Likud, el partido de Netanyahu. Varias notas periodísticas e investigaciones detallan este problemático giro de la diplomacia de la derecha israelí[2].
Está claro que con Trump se trata de una relación de gemelos ideológicos. Prácticamente no hay diferencias significativas entre el significado que amplios sectores de la población en cada país le da al lema “América para los americanos” y la “ley de estado-nación judíos”. En Israel hay grupos que lo interpretan como supremacía judía con la correspondiente discriminación, que en repetidas oportunidades toma la forma de actos violentos, en contra de otros grupos étnicos y, en EE.UU., como la supremacía blanca que, como se constató, con un incremento significativo de actos antisemitas y un extremista en Pittsburgh que identificó a los judíos como peligro nacional y decidió actuar.
En los últimos años, Netanyahu invirtió muchos esfuerzos en crear relaciones especiales con el grupo Visegrad (Polonia, Eslovaquia, Hungría y Republica Checa) con el objetivo de usarlos como punta de lanza contra la Unión Europea. El carácter dictatorial y la participación de sectores neo nazis en el gobierno húngaro, tal como lo describe Kliksberg, no representó ningún obstáculo para profundizar los cálidos vínculos con Israel. Con respecto a las relaciones con Polonia, el objetivo máximo de Netanyahu le obligó a dar su consentimiento al gobierno polaco para la promulgación de la mencionada ley que adopta la narrativa polaca de la Shoa, pese a acaloradas quejas de distinguidos expertos israelíes. Para el renombrado profesor Bauer, se trató de una traición al judaísmo.
Un trato especial merece los casos de Alemania y Austria. Frauke Petry, parte de la cabecera del partido Alternativa para Alemania, visitó Israel en enero de 2017 en un viaje organizado por personas allegadas a la conducción del Likud[3]. Heinz Christian Strache llegó a Israel en el año 2016 y visitó Yad Vashem invitado oficialmente por el partido Likud de Netanyahu[4]. El Congreso Judio Europeo condenó severamente este acto incomprensible de judíos[5].
La realidad muestra claramente una imagen muy similar de país a país. En todos aquellos países en donde los últimos años tanto Netanyahu como otros miembros de su partido Likud han invertido muchos esfuerzos en profundizar las relaciones con agrupaciones políticas de extrema derecha, allí es donde justamente las comunidades de las diásporas judías comenzaron a palpar la presencia o proximidad del peligro de olas antisemitas.
En marzo de 2017, 18 meses con anterioridad al ataque a la sinagoga de Pittsburgh, este sitio alertó a los judíos locales de los peligros en los procesos que comenzaron a sucederse en la sociedad estadounidense. Estos fueron los términos: “Todo ataque antisemita es inadmisible y como tal demanda un fuerte repudio. Sin embargo, nadie puede dejar de comprender el profundo sentimiento de aversión que con seguridad colmó a distintos grupos de la sociedad estadounidense, esta vez instigados por la campaña de Trump, cuando se dan cuenta que sus líderes son manipulados y hasta subyugados por intereses de Jerusalén. El liderazgo judío nacional no presta suficiente atención a la efervescencia anti judía que día a día se acumula, generaliza y legitima en la sociedad que los circunda como consecuencia de tan clara demostración de preferencia de lealtad a intereses foráneos y no a la nación que les está otorgando ciudadanía”[6].
El objetivo principal de esta nota no es el de ofrecer una visión del accionar de Netanyahu en su diplomacia. La verdadera finalidad es alertar a la comunidad judía de Brasil, la próxima conquista de Netanyahu que, como las anteriores, en un futuro no lejano, con mucha seguridad, correrá el riesgo de sufrir serios problemas, sino peligros muy significativos. Poner el estado brasilero al servicio de los intereses de Israel no es el mejor camino para crear buenas relaciones entre los estados y pueblos. Probablemente, como en EE.UU. esta situación incrementará significativamente dentro de no pocos grupos nacionales brasileros la aversión a Israel y todo lo que representa el judaísmo. Tengan cuidado.
Vale la pena prestar atención a las palabras de Gustavo Guillermé, presidente del Congreso Mundial del Dialogo Intercultural e Interreligioso. En sus palabras: “Lo que pasó en Pittsburgh lo vamos a ver más seguido”[7]
Ojalá me equivoque
[1] “El resurgimiento del neo nazismo”, Bernardo Kliksberg, Iton Gadol, 29-10-18
[2] Véase: “Sabe quienes son tus amigos: Israel y la extrema derecha europea”, Ynet, 4-2-18. “El boicot se desmorona. Las relaciones de Israel con la extrema derecha de Europa”, Blog de Nitzan Horowitz, 27-9-17.
[3] “¿Quién invitó a la líder del partido neo nazi de Alemania? Un miembro del Likud, por supuesto”,
[4] “El Likud invitó: el líder de la extrema derecha de Austria visitó Yad Vashem”, NRG, 12-4-2016
[5] “Judíos de Europa: El Likud está en contacto con la extrema derecha de Europa”, NRG, 27-1-16
[6] “Encender y avivar el fuego antisemita en Estados Unidos”, D. Kupervaser, 1-3-2017
[7] “Lo que pasó en Pittsburgh lo vamos a ver más seguido”, VisaVis, 31-10-18
Me temo que no sea una novedad que a algunos les importe más el estado judío que los judíos de carne y hueso.
Ya Ben Gurion había dicho en diciembre de 1938 que si pudiera salvar a todos los niños judíos de Alemania envíandolos a Inglaterra o solamente a la mitad llevándolos a Palestina elegiría esta última opción. Créase o no es la pura verdad documentada.