Fuente: Editorial de Haaretz,
Fecha: 06 de OCT 2017
El ala derecha israelí había apostado por el descaro políticamente incorrecto del presidente estadounidense Donald Trump, para exponer la postura obstruccionista de los palestinos. Pero parece que el obstáculo que se ha expuesto es en realidad el del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien, dijo Trump al secretario general de las Naciones Unidas el mes pasado, es más difícil que Abbas en avanzar hacia la paz.
En esa reunión de la Asamblea General de la ONU, el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sissi hizo un llamamiento emocional a los palestinos, instándolos a unificarse para no perder la oportunidad. A los israelíes, les dijo que la experiencia de Egipto en hacer la paz con Israel es «maravillosa y única y se puede repetir para resolver los problemas con los palestinos». Sus comentarios siguieron al regreso de una visita a El Cairo de una delegación de Hamas, que llevó a una posterior visita de representantes de la Autoridad Palestina a Gaza y al inicio de conversaciones sobre la reconciliación entre ambas partes, que continuarán la semana próxima en El Cairo.
Sissi ha estado por mucho tiempo decidido a reiniciar el proceso de paz. Pero parece que, como lo observó Trump, no hay un socio serio en el lado israelí. El año pasado Sissi se reunió secretamente con Netanyahu y el presidente de la oposición MK Isaac Herzog, después de lo cual los dos políticos israelíes mantuvieron conversaciones sobre un gobierno de unidad. Todo el mundo recuerda cómo terminaron las «conversaciones»: un giro a la derecha de Netanyahu y el nombramiento de Avigdor Lieberman como ministro de Defensa.
A la luz de la seriedad demostrada por Sissi y de los primeros frutos que sus esfuerzos han logrado, la respuesta del gobierno israelí es vergonzosa: «No aceptaremos falsas conciliaciones», dijo Netanyahu despectivamente de la reunión AP-Hamas en Gaza, como si Israel no usara la brecha palestina para socavar la legitimidad de Abbas. Netanyahu entonces presentó una lista de condiciones; sólo si estas se cumplieran se daría por satisfecho. El ministro de Educación, Naftali Bennett, también pidió que la transferencia de fondos a los palestinos sea detenida.
Mientras tanto los palestinos están cooperando con Egipto en la reconciliación, —la cual, si tuviera éxito, sería enormemente significativa para los líderes palestinos y el futuro de Gaza, donde las condiciones de vida son casi inapropiadas para los seres humanos y ayudaría a renovar el proceso de paz— los israelíes continúan tocando el mismo disco roto y se niegan a dar al cambio una oportunidad real.
Traducción: Dardo Esterovich