Timerman

Comunicados y Declaraciones

La DAIA y el encubrimiento

Autor: Dr Luis Kon / Comisión de Asuntos Jurídicos 10 de ENERO 2017 La reactivación de la denuncia formulada hace dos años por el fiscal Alberto Nisman contra Cristina Kirchner, el excanciller Héctor Timerman y otros acusados, que fuera impulsada con gran empeño por la conducción actual de la DAIA, no tiene como objetivo lograr el esclarecimiento del atentado a la AMIA. Pretenden —junto con otros objetivos relevantes que expondremos más adelante— desviar la atención del público y beneficiar a los acusados de encubrimiento que están siendo hoy juzgados por el Tribunal Oral Federal 2, integrado por los jueces Jorge Luciano Gorini, Néstor Costabel y Karina Perilli. Para llegar al actual juicio oral fue necesario que —luego de diez años— se anularan las diligencias tramitadas por el destituido juez Galeano quien montó un artificio para cerrar la causa acusando a inocentes de la autoría del atentado. Dicha escenificación parece haber contado con la complicidad de todos los que actualmente están siendo juzgados acusados de las diabólicas maniobras. Uno de los implicados es el expresidente de la DAIA, Rubén Beraja, quien está acusado en el proceso que se tramita desde el 6 de agosto de 2015. La imputación que pesa sobre el exdirigente comunitario es el haber encubierto a los autores del atentado construyendo “pistas falsas” y desviando la investigación de modo intencionado, con detenciones arbitrarias, permitiendo la pérdida de diez valiosos años que demoraron el avance del proceso. Los otros exfuncionarios acusados son el expresidente Carlos Menem, el exsecretario de la exSIDE, Hugo Anzorreguy; el comisario Jorge “Fino” Palacios; el exjuez Juan José Galeano; los exfiscales Eamon Mullen y José Barbaccia; el testigo (comprado) Carlos Telleldín y el almirante Juan Carlos Anchezar también integrante de la exSIDE. Se suman a los procesados el abogado Víctor Stinfale y otros personajes menores. Sin estar vinculados, formalmente, buena parte de los miembros de las comisiones directivas de DAIA —contemporáneos y sucesores de Beraja— mantienen indudables compromisos con quien fuera también titular del Banco Mayo. Como titular de esa entidad financiera fue juzgado y condenado por defraudaciones al Estado ejecutadas mediante autopréstamos, maniobras financieras en el exterior y otros delitos que provocaron la desaparición de la institución bancaria. Es en este sendero de caída libre de la autoproclamada “representación política de la comunidad judía” en el que sus inescrupulosos operadores utilizan un suceso político para intentar borrar su trayectoria vergonzante. La polémica decisión del gobierno kirchnerista de intentar avanzar en el proceso judicial firmando un Memorándum de Entendimiento con el gobierno iraní con la intención de lograr la declaración de los sospechosos presuntamente implicados en el atentado, le dio a la DAIA la pretendida oportunidad de disimular su bochornoso presente. El Memorándum ha sido utilizado por la DAIA para victimizarse y generar una actividad judicial destinada, por un lado a lograr la declaración de inconstitucionalidad del tratado y, por otro, para plegarse a la denuncia del exfiscal Nisman contra la expresidente de la Nación. Dicha acción fue ejecutada en oposición a la opinión de las organizaciones de familiares de las víctimas que, sin mucho entusiasmo, apoyaban cualquier medida que sacara la investigación de su estado de parálisis, al tiempo que criticaban la actuación del fiscal Nisman a quien acusaban de (a) viajar mucho sin producir resultados, (b) acumular documentación inútil para el progreso de la causa y (c) dilapidar recursos. La iniciativa de al DAIA se instaló en oposición al Congreso de la Nación que había ratificado el Memorándum para convertirlo en Tratado a pesar que el mismo no resultaba ser tan beneficioso para los propios iraníes quienes nunca llegaron a aprobarlo. En 1996, mientras Beraja, el juez Galeano y el titular de la SIDE, con el aval del gobierno menemista, disponían una pista falsa, Cristina Kirchner integraba el grupo de legisladores —en conjunto con “Chacho” Álvarez y Federico Storani— que conformaron la Comisión Bicameral destinada a fiscalizar la investigación del atentado y evitar que terminara consagrando un estado de impunidad como había sucedido con el atento a la Embajada de Israel. Durante aquel período, Cristina Kirchner firmó un dictamen en disidencia cuestionando la investigación sin referirse a la labor de Galeano por entender que quitarle respaldo supondría hacer caer el proceso. Ese proceder estuvo guiado por una conducta auténtica encaminada a esclarecer el atentado. Es más, dejó de respaldar a Galeano, mientras otros legisladores lo hacían, cuando las diferentes agrupaciones de Familiares de las Víctimas le advirtieron acerca de lo que sucedía en el Juzgado. La DAIA no ignora, ni puede desconocer, cuál fue la actitud de la expresidente y los integrantes de esa Comisión. Tampoco puede eludir el motivo por el que las organizaciones de familiares —en abrumadora mayoría— tomaron distancia de la institución comunitaria y pasaron a denunciarla. No puede ignorar que carece de representación, incluso, en referencia a los familiares de las víctimas, salvo tres o cuatro a quienes usa como propaganda frente a la prensa. No lo ignora pero intenta simularlo una y otra vez y apuntando la mirada hacia otro lado. Como coronación de ese comportamiento, y respondiendo a su actual posicionamiento al que fue arrastrada por una dirigencia cooptada por el oficialismo, con la complicidad de un enorme blindaje mediático, la DAIA se alinea con la derecha republicana de EE.UU. y la política exterior israelí, en consonancia con el flamante presidente Donald Trump y el reposicionamiento del gobierno macrista. La dirigencia de la DAIA decide jugar —con aparente éxito publicitario— una carta que la convierte en denunciante de un encubrimiento inexistente. Frente a esos hechos, desde el LLAMAMIENTO Argentino Judío sostenemos que la DAIA sólo habla en nombre de un reducido número de argentinos judíos, aquellos que se encuentran complotados —únicamente— para desacreditar, escarmentar e inhabilitar políticamente a la expresidenta de la Nación. Dr. Luis Kon Comisión de Asuntos Jurídicos

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La DAIA, el derrotero de la vergüenza

Autor: Llamamiento Argentino Judío 21 de DICIEMBRE 2016 El doctor Santiago Kaplun, hasta hace poco funcionario del gobierno nacional y Secretario General de la DAIA ha solicitado la reapertura de la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Fernández de Kirchner y Héctor Timerman En su presentación ante la Cámara de Casación solicitó la lectura de una carta de la entidad, dirigida al tribunal, situación que fue desechada por los magistrados, pero que terminó siendo difundida por los medios hegemónicos de comunicación. El bochornoso hecho se puso en evidencia al pretender leer, en la audiencia llevada a cabo en día 19 de diciembre en la Cámara de Casación Penal N° 1, un texto en el que se relataba una imaginaria situación política —una ucronía— consistente en una supuesta obtención de la presidencia por parte del Frente por la Victoria. En el texto, sin ninguna argumentación jurídica —hecho que fue señalado por la presidenta del tribunal al prohibirle su lectura— tuvo como objetivo montar un show jurídico-mediático para descalificar al gobierno anterior. Semejante despropósito demuestra por enésima vez que la querella de la DAIA tiene como única orientación las motivaciones políticas partidarias, en obscena consonancia con la ofensiva de la alianza gobernante, de índole revanchista contra todo lo que suene nacional y popular. Kaplun, que es abogado, sabía que el procedimiento de las audiencias orales no le permitiría la lectura de un documento. El dirigente de la DAIA sólo buscaba el efecto político-mediático y para ello se encargó de hacerlo llegar con anticipación a su vocero oficial, el diario Clarín. Dicha estrategia pone en evidencia, una vez más que a los dirigentes de la DAIA no les interesan los muertos en el atentado de la AMIA, ni la verdad, ni la justicia en la Causa. Sólo les importa cumplir de manera cabal su genuflexo rol de alineamiento con el PRO y con el juego geopolítico asociados a la derecha republicana estadounidense e israelí. Las tradiciones judeo-argentinas son mayoritariamente herederas de las luchas por la justicia social, del cooperativismo y de la solidaridad social. La DAIA —por el contrario— sólo representa a quienes buscan construir una identidad empresarial, ajena a los verdaderos orígenes de la historia judía en nuestro país. El LLAMAMIENTO Argentino Judío repudia la conducta de la DAIA en su pretensión de impulsar la reapertura de una causa rechazada y cerrada dos veces en las instancias judiciales y señala taxativamente que la entidad no representa a toda la colectividad argentina judía.

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