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Obama desnudó a Netanyahu e Israel

Autor: Daniel Kupervaser 24 de DIC 2016 La decisión de Obama de no hacer uso del derecho de veto en la última votación del Consejo de Seguridad de ONU no es más que un toque de diana para despertar a un pueblo y su dirigencia borrachos del poder que tienen en sus manos. Esta toma de posición de quien abandona la Casa Blanca dejó al descubierto que Israel tiene mucho poder de injerencia en el mundo, pero carece totalmente de todo argumento serio para sustentar su política de conquista territorial, colonización y opresión en los territorios conquistados en 1967. Esto es verdad también desde el primer centímetro de los límites de junio de 1967, por si la denominada izquierda israelí pretende jugar con el derecho a anexar unilateralmente a Israel ciertos bloques de colonias so pretexto que existe un amplio consenso en la sociedad israelí. Hasta el día anterior todo hacía pensar que Netanyahu es capaz de dominar el mundo. Desde su oficina, sin Cancillería (como Canciller a cargo la ha destrozado) movilizó a Trump y organizaciones judías de EE. UU, los eternos e incondicionales sirvientes de Netanyahu, no importa el motivo. El nuevo presidente de EE.UU. no dudó y de inmediato dio a entender al presidente egipcio Al-Sisi, promotor de la resolución en ONU, que los intereses futuros de Egipto en EE.UU. y el mundo son más importantes que aquellos de los palestinos. En cuestión de horas la propuesta fue retirada. Lo que Netanyahu no tuvo en cuenta es que otros cuatro integrantes del Consejo de Seguridad adoptaron la propuesta y la elevaron a votación al día siguiente dejando al premier israelí solo a las buenas de Obama. Los ataques de Netanyahu y su Embajador en la ONU en contra de esta institución y Obama personalmente no tienen el mínimo sustento lógico ni moral. Las Naciones Unidas no son más que el reflejo de la comunidad internacional de países que un buen día, todos ellos, prácticamente sin excepción, decidieron decir basta a la política arrogante y prepotente de Israel. El nuevo gobierno británico, a quien se califica de pro sionista que se comprometió a luchar en contra del antisemitismo y BDS, también alzó la mano deslegitimando los asentamientos judíos en Cisjordania. En su intento de defender su política conquistadora, hasta el día de hoy Israel no encontró ningún razonamiento que no choque con normas internacionales básicas de defensa de derechos humanos o que tenga un carácter mínimamente convincente. Ante esta infranqueable carencia, Israel dejó de lado las Tablas de la Ley del Monte Sinaí, pisoteó normas de las Convenciones Internacionales sobre territorios conquistados en conflicto y, durante las últimas cuatro décadas, encontró protección únicamente en los personajes elegidos para habitar la Casa Blanca y la Colina del Capitolio. Para Israel y el judaísmo, Temis y Dice, las Diosas de la justicia, ya no residen en Grecia, sino que se reencarnan alternativamente en el cuerpo de los presidentes electos en EE.UU. Ante la falta de argumentos objetivos, la oficina del Primer Ministro de Israel se la rebuscó con ataques más bien emocionales o viscerales. En un comunicado oficial se catalogó la conducta de Obama como una traición al romper el viejo vínculo con Estados Unidos que prometía una eterna defensa a Israel en organismos internacionales. Acusó la decisión de vergonzosa pues no hacen nada para frenar la masacre de medio millón de personas en Siria y prefieren lanzarse bochornosamente en contra de Israel[1]. Digamos, Israel reconoce que comete delitos, lo único que argumenta es que hay criminales más sanguinarios. Más llamativa es la réplica de ciertos senadores estadounidenses republicanos, curiosamente identificados con intereses de Israel. Tanto Lindsey Graham como Ted Cruz, reclamaron tomar medidas drásticas con ONU, incluyendo un corte en los aportes presupuestarios estadounidenses a esa institución[2]. Pareciera que estos parlamentarios estadounidenses tienen muy buena experiencia de cómo el dinero es capaz de hacer inclinar la balanza en la toma de decisiones políticas. ¿Sera que sus posiciones tan extremas en favor de intereses foráneos, en este caso Israel, que aparentemente contribuye muy poco a intereses estratégicos estadounidenses, obedecen a aporte de dinero a políticos? Los medios informan que ambos parlamentarios fueron acreedores a donaciones importantes en dinero a sus campañas proselitistas del bolsillo de un multimillonario judío estadounidense muy identificado con los intereses de Israel[3]. Tanto Netanyahu como Trump. prometen modificar conjuntamente la situación creada con esta resolución del Consejo de Seguridad. A decir verdad, este objetivo no se presenta nada fácil, hasta se podría decir que se crearon nuevas circunstancias con una realidad significativamente diferente y con muchas dificultades de hacerla retroceder[4]. Da la impresión que lo que fue no existe más y probablemente no retorne. De otra manera es muy difícil entender la furia de Netanyahu. No debe haber un ejemplo que exponga más claramente la situación de Israel en su relación con democracias de occidente que la conducta del gobierno de la Republica Oriental de Uruguay y su Cancillería. Tan solo semanas atrás, Rodolfo Nin Novoa, Ministro de RR.EE. de ese país, fue condecorado con un premio especial en medio de halagos y festejos tanto en nombre de Israel como de la comunidad judía uruguaya por su contribución a las excelentes relaciones entre ambos países. En la votación del Consejo de Seguridad de ayer, Uruguay se adhirió al resto de los países para votar en lo que se considera unanimidad en contra de los asentamientos de Israel. Tal como ocurrió con la votación de UNESCO de meses atrás, Israel y los judíos de la diáspora deben tener claro que la posición de prácticamente todos los países del mundo respecto a Israel se la puede resumir con estas pocas palabras: AMISTAD SI – SERVILISMO NO SEGURIDAD SI – COLONIZACION Y OPRESION NO Solo ciertos personajes en cumplimiento de funciones gubernamentales o parlamentarias estadounidenses todavía tienden a interpretar esta realidad de forma distinta. Ojalá me equivoque     [1] “Israel rechaza resolución de ONU”, Haaretz, 23-12-16 [2] “Trump a la resolución de ONU”, Walla, 23-12-16 [3] “Las

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Oficialismo estadounidense judío reprime la libertad de expresión

Autor: Peter Beinart/Haaretz/ 07 de DICIEMBRE 2016) Título completo: El oficialismo estadounidense judío reprime la libertad de expresión para silenciar a los críticos del sionismo Según la nueva Ley del Senado del «Acto de Conciencia del Antisemitismo» Henrietta Szold, Hannah Arendt y Martin Buber también podrían definirse como antisemitas. Cada año que pasa el oficialismo estadounidense judío plantea una mayor amenaza para la libertad de expresión en los Estados Unidos. La razón es simple. Cada año que pasa el control israelí sobre Cisjordania crece permanentemente. Y así, cada año que pasa, más progresistas estadounidenses cuestionan el sionismo. Después de todo si el Estado judío condena de forma permanente a millones de palestinos de Cisjordania a vivir como no ciudadanos, en la legislación militar, sin la libre circulación o el derecho al voto para el Gobierno que controla sus vidas, no es de extrañar que el número de estadounidenses que detestan la discriminación, aprecian la igualdad y se sienten incómodos con lo que ocurre, crezca. Y cuantos más estadounidenses expresan su incomodidad, más trabajan las organizaciones judías estadounidenses para clasificar el antisionismo como antisemitismo, que es castigado por ley. El último ejemplo es la Ley de la conciencia del antisemitismo, que el Senado aprobó por unanimidad el 2 de diciembre. La Ley –impulsada por el AIPAC, la Liga Anti-Difamación y las federaciones judías de EE.UU.- instruye al Departamento de Educación de Derechos Civiles para seguir “la definición de antisemitismo establecida por el Enviado Especial de Vigilancia y Lucha Contra el Antisemitismo del Departamento de Estado en la hoja informativa emitida el 8 de junio de 2010″. Suena bastante inocua. Hasta que nos fijamos en lo que dice la hoja informativa. Siguiendo la definición urdida por el disidente soviético devenido al ala de extrema derecha israelí Natan Sharansky, la hoja de datos define el antisemitismo entre otras cosas como “negar al pueblo judío su derecho a la libre determinación y negar a Israel el derecho de existir». Esto es una locura. En todo el mundo numerosos pueblos desean la «libre determinación.» Los kurdos han estado buscando su propio estado desde finales del siglo XIX, más o menos el mismo período en que eclosionó el sionismo de los judíos. También la querían los vascos. Los sijs se han estado agitando por su propio país, en el Punjab, desde la creación de la India. Los igbos del este de Nigeria, concretamente crearon uno, Biafra, durante tres años entre 1967 y 1970. Existen argumentos razonables a favor de estos esfuerzos por la libre determinación. También hay argumentos razonables a favor de exigir a los kurdos, vascos, sijs e igbos vivir en países multiétnicos con base a una identidad nacional que sustituya a la propia. De cualquier manera la intolerancia no tiene nada que ver con ello. Si oponerse al deseo de un pueblo por la autodeterminación te hace intolerante a ese grupo, entonces un montón de líderes judíos estadounidenses deben reportarse a la oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación ahora mismo. Después de todo los palestinos quieren su propio estado. Muchos líderes judíos estadounidenses se oponen a ello. ¿Por qué no están esos fanáticos líderes bajo el mismo principio que están intentando transformar en ley? La verdad es que el sionismo político -la creencia de que judíos deben disfrutar de la mayor seguridad y la libre expresión en su propio Estado- siempre ha sido motivo de controversia, incluso entre los judíos. A principios del siglo XX muchos judíos ortodoxos llamaron al sionismo una violación de la ley judía. Muchos judíos estadounidenses reformistas argumentaron que los judíos eran una fe, no un pueblo, y por lo tanto no tenían otra patria que no fuera Estados Unidos. Otros prominentes pensadores judíos -incluyendo a Judah Magnes, que fundó la Universidad Hebrea, Henrietta Szold, que fundó Hadassah y los filósofos Hannah Arendt y Martin Buber– argumentaron que un Estado judío despojaría a los palestinos y llevaría a la guerra. En cambio argumentaron a favor de un estado binacional. Eso no les hizo antisemitas. A medida que avanzaba el siglo XX estos argumentos contra el sionismo se desvanecieron. El Holocausto reforzó el asunto de un país de refugio judío. Israel se convirtió en un hecho establecido y en muchos sentidos en un éxito extraordinario. Luego, en 1993, el presidente de la OLP Yasser Arafat declaró que «La OLP reconoce el derecho del Estado de Israel a existir en paz y seguridad». En 2002, la Liga Árabe se ofreció a «firmar un acuerdo de paz con Israel» si se retraía a las líneas de 1967 y daba una «justa» y «acordada» solución a los refugiados palestinos. Una vez que los líderes palestinos y árabes incluso declararon públicamente que podrían aceptar un Estado judío junto a uno palestino, el histórico debate sobre el sionismo disminuyó. Estando ya en el siglo XXI nunca nació un Estado palestino (un fallo del cual ambas partes son culpables). Ese fracaso, combinado con décadas de crecimiento de los asentamientos israelíes, ha convencido a muchos progresistas de que ahora es imposible un Estado palestino. Por lo tanto, en su opinión, la única manera de que los palestinos de Cisjordania pueda conseguir sus derechos se encuentra en un estado que incluya Cisjordania, la Franja de Gaza y al propio Israel, que no privilegie a los judíos. Este no es mi punto de vista. A pesar de todo sigo considerando la solución de dos estados más realista que la alternativa binacional. Pero usted no tiene que ser un antisemita por estar en desacuerdo. El antisionismo nunca murió. Siempre ha habido personas -judías y no judías- que se oponen a cualquier tipo de Estado judío dentro de cualquier frontera. Pero el antisionismo está creciendo debido a que la profundización de control israelí de Cisjordania hace que sea más difícil conciliar el sionismo con los derechos humanos básicos de los palestinos. Ante el creciente número de estadounidenses que niegan que el sionismo sea compatible con la democracia liberal, grupos de judíos estadounidenses oficialistas podrían tratar de hacer al sionismo más

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El látigo de la coalición de Netanyahu llama a revocar la ciudadanía del director de B’Tselem

Fuente: Michael Schaeffer Omer-Man / 972mag / Traducido del inglés para Rebelión por J. M. 29 de OCTUBRE 2016 Un alto responsable del Likud, enojado porque Hagai El-Ad exigió un decreto de la ONU para poner fin a la ocupación, admite que no hay vía legal para despojarlo de su ciudadanía, por el momento. La organización israelí de derechos humanos dice que las amenazas no la detendrán. ¿Cómo reacciona la única democracia de Oriente Medio con activistas de derechos humanos que relatan la realidad del país? Con la amenaza de revocar su ciudadanía, por supuesto. «He examinado si, legalmente hablando, puedo pedir al ministro del Interior revocar la ciudadanía del director ejecutivo de B’Tselem», declaró el presidente de la coalición del Parlamento israelí, David Bitan, quien se muestra como el látigo de la coalición del Likud que gobierna Benjamin Netanyahu. «Que yo sepa, no hay ninguna vía legal para hacerlo hoy», dijo Bitan al Canal 2 de la televisión israelí el viernes (hebreo). «Pero hay que despojarle de su ciudadanía». El Director Ejecutivo de B’Tzelem, Hagai El-Ad, fue invitado la semana pasada a explayarse, en una sesión especial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sobre los asentamientos ilegales de Israel, junto con un representante de Paz Ahora de los EE. UU. En su discurso, publicado aquí en su totalidad, El-Ad dijo que la complacencia internacional ha sido un importante factor que permite a Israel mantener su ocupación militar sobre millones de palestinos durante casi 50 años. «Los derechos de los palestinos deben concretarse», declaró El-Ad en su intervención en el Consejo de Seguridad, exhortando al organismo internacional: «La ocupación debe terminar; el Consejo de Seguridad de la ONU debe actuar; y el momento es ahora». En su llamado a revocar la ciudadanía de El-Ad, el Presidente de la Coalición Bitan censuró, «un ciudadano israelí […] yendo al Consejo de Seguridad y demandando sanciones contra Israel y sus ciudadanos». B’Tselem y su director han sido el blanco de las campañas de perversas incitaciones en los últimos años, la más notoria de los cuales etiquetó a El-Ad y otros como agentes extranjeros, de alguna manera vinculados a los ataques de los palestinos. Otras difamaciones se refirieron a que las organizaciones de derechos humanos israelíes están sirviendo a financiadores europeos antisemitas en detrimento de su propio país. El propio primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se unió a los ataques contra B’Tselem después del discurso de El-Ad en las Naciones Unidas, diciendo que la organización y su director son parte de «un coro de calumnias» contra Israel. El ataque del primer ministro a la organización de los derechos humanos más prominente de Israel le valió una reprimenda por parte del gobierno de Estados Unidos, que salió en defensa de B’Tselem y otros grupos de iguales objetivos. B’Tselem publicó el viernes el siguiente comunicado en respuesta a la declaración de Bitan: “Por casi 50 años los palestinos no han tenido ni ciudadanía ni derechos. Ahora, el presidente de la coalición, el representante del primer ministro, quiere revocar la ciudadanía de cualquier persona que habla en contra de esa realidad. Tales amenazas no detendrán a B’Tselem ni a los cientos de miles de israelíes que se oponen a la ocupación. «Bitan está tratando de acumular un poco más de capital político a expensas de B’Tselem, una organización que durante años ha estado haciendo todo lo posible para garantizar y proteger los derechos humanos en nuestra afligida región», respondió Zehava Galon, líder del izquierdista partido Meretz. «Pero este tipo de declaraciones son peligrosas e invitan a la violencia». Como escribí a principios de este año, -cuando el gobierno israelí aprobó una ley que distingue a las organizaciones de derechos humanos en base a su financiación externa-, el efecto acumulativo de la persecución por parte del oficialismo sobre los grupos de derechos humanos retrata a las personas que trabajan para poner fin a la ocupación, por la lucha por la igualdad, la libertad y los valores democráticos, como disidentes que quieren subvertir el Estado de Israel mismo: “En ausencia de cualquier esperanza para la resolución del conflicto, con estallidos de violencia cada vez más frecuentes y previsibles, y, como el futuro de la región se convierte en terriblemente inestable, los israelíes se han volcado hacia diferentes tipos de políticas de línea dura. En el carácter de la actual política de Israel, el sionismo se ha transformado en una ideología absolutista de la supremacía judía en la que la disidencia debe ser enfrentada con mano de hierro, y quienes se oponen a la ocupación (que mayormente se percibe como preocuparse más por los palestinos que por los judíos) es semejante a algo cercano a la traición. Sin alternativas para ofrecer, la elite política del país se ha puesto a la tarea. Foto: El director Ejecutivo de B’Tselem, Hagai El-Ad  pronuncia un discurso durante una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU, 14 de octubre de 2016. (Captura de pantalla) http://972mag.com/netanyahus-coalition-whip-wants-to-revoke-btselem-directors-citizenship/122741/

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Un debate inusual. El embajador de Palestina y el LLAMAMIENTO

Fuente: Página12 / Por Eduardo Jozami  24 de OCTUBRE 2016 No tengo noticias de que un debate como éste se haya producido anteriormente. El embajador de Palestina y un dirigente importante de la comunidad judía. Dos miradas que uno podría imaginar contradictorias, porque, más allá de las buenas intenciones, un día de noviembre de 1947 llevó a unos a la gloria y a los otros al desastre. La resolución de las Naciones Unidas que recomendaba la partición del territorio terminó en el éxodo creciente de gran parte de la población palestina. Para unos fue la realización de una utopía largamente acariciada, el pueblo errante, discriminado a lo largo de los siglos, volvía 200 años más tarde a constituirse como Estado en un territorio. Después de la Shoah, de las cámaras de gas del nazismo, la culpa de Occidente era demasiado grande como para detenerse en todas las implicancias que podía tener la creación del nuevo Estado, visto fundamentalmente como una reparación más que merecida por el sufrimiento judío. Lo que pocos advirtieron entonces fue que se iniciaba un período de siete décadas que no conocería la paz. La mayoría de los palestinos –el principal grupo ocupante de ese territorio– debió abandonarlo. Para unos, el sueño realizado, para otros, la catástrofe, “la Nakbah” como se la nombra en árabe. Con esta referencia a la fecha que consagraba el anhelo de unos y la desdicha para otros, Luis Kon, el moderador, integrante del Llamamiento Argentino Judío, dio comienzo al debate “Paz en Medio Oriente y convivencia en la Argentina”. Husni Abdel Wahed, embajador de Palestina, se apresuró a señalar que no existía posibilidad ninguna de problemas en la convivencia, que no había condiciones para que el conflicto mesoriental se trasladara a la Argentina. Sin discrepar con esta apreciación de fondo, Jorge Elbaum, presidente del Llamamiento, denunciaría más tarde que no son pocos los que quieren importar a la Argentina –hizo referencia a la posición de la DAIA y la AMIA en el caso Nisman y el Memorándum con Irán– conflictos que no tienen razón de ser en el país. “Somos un pueblo multiétnico, multicultural y multirreligioso”, dijo el embajador definiendo el proyecto palestino de un Estado laico. Y en tanto subrayó el orgullo que sentían los palestinos de que cristianos, judíos y musulmanes formaran parte de su historia, consideró que Israel había instalado un régimen de apartheid en su territorio. “En Hebron –dijo– los palestinos deben llevar un número, lo que no puede sino recordar los campos de concentración del nazismo.” También hizo referencia a las denuncias hechas por varios intelectuales israelíes sobre los síntomas de facistización en la sociedad de su país. En respuesta a una pregunta acerca del crecimiento de la islamofobia en la sociedad francesa y el efecto de los recientes atentados, Abdel Wahed afirmó que la acción de ISIS perjudicada notablemente a los palestinos contribuyendo a una invisibilización de sus reclamos: “Para nosotros, ISIS es como el fundamentalismo israelí. No hay fundamentalismos buenos”. El representante palestino reivindicó los acuerdos de Oslo –con sus defectos y virtudes– que habían abierto una “ventana de esperanza” a comienzos de los años ‘90. Condenó el asesinato de Yzak Rabin, principal gestor del acuerdo, señalando que aunque había luchado duramente contra los palestinos, en su momento tuvo la comprensión necesaria para advertir que el problema requería una solución. Con respecto a Yasser Arafat, el otro artífice del acuerdo, afirmó que hoy no quedan dudas de que fue asesinado, responsabilizando por ello al ex primer ministro Ariel Sharon. Sostuvo que el entonces presidente de los Estados Unidos, George Bush, al sentenciar “hay que deshacerse de los obstáculos” estaba instando al gobierno israelí a seguir ese camino. Más adelante, el embajador cuestionó severamente la instalación de asentamientos israelíes en el territorio asignado por los acuerdos a los palestinos, política que caracterizó como colonial. Aunque su referencia a la cuestión no la incluyó, la información proporcionada por un reciente estudio (Instituto de Investigación Aplicada, de Jerusalén), dice que entre 1990 y 2012 el territorio palestino anexionado por los asentamientos israelíes ha pasado de 69 a 194,7 kilómetros cuadrados, al tiempo que el número de colonos israelíes creció de 240 mil a 693 mil, cifra que representa un incremento del 189 por ciento y que ha ido aumentando desde entonces. Jorge Elbaum no dejó dudas desde el comienzo de que compartía las líneas generales de la intervención que lo precedió: “Yo no soy la contraparte del embajador”. Reivindicó los 1500 argentinos judíos desaparecidos por la dictadura y subrayó el aporte de tantos judíos a las tradiciones nacional populares y progresistas argentinas. Enfatizó la polisemia del término judío, señalando que debían ser considerados como tales aquellos que se sentían unidos a una fe religiosa y también los judíos ateos, como Einstein o Freud: “No hay una única manera de ser judío”. Elbaum resaltó además la tradición humanista del judaísmo que en el texto del Antiguo Testamento manda no olvidar que “fuiste esclavo en Egipto”, lo cual no se concilia con la opresión de otros pueblos: “Hoy existe un millón de árabes sin derechos al interior de Israel”, sostuvo. También reivindicó otra tradición, la de lucha y autodeterminación de los pueblos, en los ejemplos de quienes resistieron hasta el fin en el gueto de Varsovia y de aquellos defensores de Masada que frente a la invasión romana prefirieron morir antes de convalidar la derrota. Y se preguntó entonces “¿qué tiene que ver el ser judío con la política de la derecha israelí?”, señalando que ésta es “la política internacional de las derechas que se sirve de algunos grupos de las comunidades judías”. Luego de destacar la influencia que tiene el lobby de un poderoso sector de capitales judíos sobre la política internacional de los Estados Unidos, destacó que más de 300 mil judíos norteamericanos viven absolutamente ajenos y sin sentirse identificados con quienes se arrogan su representación. “No es diferente a la situación en Argentina –dijo Elbaum– porque sólo una minoría elige a los dirigentes de las organizaciones

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Enviado palestino: el voto de la UNESCO fue sobre la ocupación, no sobre el Monte del Templo

Fuente: diario Haaretz – Israel 16 de OCTUBRE 2016 Por Shirli Sitbon* PARIS – Un representante palestino en la UNESCO defendió este miércoles la omisión de toda referencia al reclamo judío sobre el Monte del Templo en una polémica resolución aprobada la semana pasada sobre Jerusalem. Mounir Anastas les dijo a reporteros en París, donde la UNESCO tiene su Sede principal, que el voto fue “sobre la ocupación.” Israel ha protestado porque la resolución no incluyó ninguna referencia sobre que el lugar dende está erigida la mezquita de Al- Aqsa, es reverenciado como el Monte del Templo, el sitio donde los dos antiguos Templos estuvieron edificados. Elías Sanbar, un segundo represente palestino en la organización, dijo que Jordania hubiera “querido” incluir la referencia judía. Sanar aseveró que esto era “imposible”. Argumentó que la Convención de Ginebra requiere referirse a los sitios por el nombre anterior a la ocupación, o sea el periodo anterior a la captura por Israel de Jerusalén en la guerra de los 6 días en 1967. Sanbar también sugirió, sin embargo, que podría ser posible revisar la resolución para incluir el nombre judío al sitio. “El texto no es sagrado, puede ser cambiado”. Anastasas acusó a los reporteros de girar en círculo sobre este tema. “Ustedes están justamente preguntando la misma cosa una y otra vez”, dijo. “La resolución es sobre la ocupación no sobre el nombre”. Funcionarios de la UNESCO, que ya han emitido aclaraciones a Israel acerca de la resolución, dijeron que hubieran preferido un proceso más consensuado. “La UNESCO ha trabajado siempre sobre la base de consenso, pero esta vez no. 24 estados miembros votaron a favor de la resolución, 26 se abstuvieron y 6 votaron en contra”, dijo Geroge Papagiannis, jefe de prensa de la UNESCO. El embajador de Israel ante la UNESCO, Carmel Shama Hacohen, llamó “brutal” a la diplomacia palestina sobre la resolución. “Esta no fue una resolución con el objetivo de proteger a Jerusalén, sino que fue una iniciativa política destinada a hacer daño a la soberanía de Israel y a reescribir la historia” dijo Hacohen. No es legítima ni moral ni históricamente. “Ningún otro país ha sido tratado de esta manera en la UNESCO”, Hacohen agregó. Hacohen dijo estar esperanzado, sin embargo, que Israel revertirá la decisión algún día, lo mismo que la resolución de las Naciones Unidas de 1975 condenando al Sionismo como racismo, que fue eventualmente revocada. With the prevalence of prostate-related issues in men, it’s vital to have regular check-ups and understand the examination process; the detailed guide on How Does a Doctor Check Your Prostate breaks down the procedure, explaining the steps involved and the importance of each, providing a valuable resource for anyone looking to learn more about maintaining prostate health. https://vitahealthcaregroup.com/how-does-a-doctor-check-your-prostate/ * Corresponsal en Francia

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La UNESCO fue una derrota diplomática para Netanyahu

Fuente: Editorial del diario Haaretz – Israel 16 de OCTUBRE 2016 La resolución de la Junta Ejecutiva de la UNESCO sobre la ciudad vieja de Jerusalén fue una derrota diplomática lacerante para la política exterior del primer ministro Benjamín Netanyahu. En los últimos meses Netanyahu ha dicho a los periodistas y a los ministros del gabinete que la posición internacional de Israel ha cambiado; que “el mundo” está cansado del problema palestino; que el poder militar y económico están atrayendo a los estados árabes conservadores que comparten su temor a Irán y al Islam radical; que Israel tiene una alternativa al apoyo de Estados Unidos configurada en otras potencias mundiales como Rusia, China e India. Netanyahu prometió que la mayoría pro-palestina “automática” en las Naciones Unidas se derrumbaría pronto. En un lenguaje menos eufemístico Netanyahu afirmó que Israel había recibido el permiso del mundo para continuar la ocupación y los asentamientos, y los palestinos podrían irse al infierno. Pero ahora viene la aprobación de una resolución de la UNESCO que describe el Monte del Templo y sus alrededores, de acuerdo con la narrativa musulmana y recordó a Israel que incluso el Muro Occidental es un territorio ocupado según el derecho internacional. De manera humillante, la explanada del muro occidental es llamada Al-Buraq, con el nombre hebreo entre paréntesis. Esta resolución fue apoyada por los nuevos amigos de Netanyahu: Egipto, Rusia y China. También por Chad que ha crecido más cerca de Israel y Vietnam que compra una gran cantidad de armamento israelí. Grecia, con la que Netanyahu se enorgullece de forjar una alianza, se abstuvo al igual que la India. ¿Y quién votó en contra? Nuestros viejos amigos: los Estados Unidos, encabezados por Barack Obama, junto con Gran Bretaña y Alemania. Resulta que el mundo no ha cambiado. Israel puede ser aceptado detrás de la escena, en las relaciones reservadas, pero cuando las luces se encienden la legitimidad les pertenece a los palestinos. Y los viejos amigos de Israel son los únicos que todavía le dan respaldo a pesar de que Netanyahu ha rechazado sus esfuerzos para lograr una solución diplomática. El día después de la votación de la UNESCO el Consejo de Seguridad celebró un debate sobre los asentamientos. Israel boicoteó la reunión para no escuchar las verdades que se hicieron eco de pared a pared: los asentamientos están destruyendo cualquier posibilidad de un acuerdo y están dando lugar a una solución de un solo estado. El gobierno de EE.UU. se debate sobre si debe poner fin a su mandato con una resolución de la ONU que consagrar este mensaje. Netanyahu desprecia a los diplomáticos profesionales y dice que no hay necesidad de ellos, siempre y cuando él esté monitoreando de cerca (Barak Ravid, Haaretz del viernes). Ahora resulta que este es un alarde vacío. Su concepto se ha derrumbado; el sigue siendo vulnerable a la comunidad internacional, que se opone a sus políticas anexionistas; y sólo el apoyo de Estados Unidos protege a Israel de medidas más duras. Este fin de semana, Netanyahu trabajó para aprovechar su derrota en la UNESCO con fines domésticos, con el argumento de que «el mundo entero está contra nosotros.» Pero tal postura no sirve para nada. La mejora de la posición internacional de Israel tiene un precio de etiqueta claro y bien conocido: medidas significativas para moderar la ocupación y negociaciones serias para establecer el estado palestino. Todo lo demás es solamente el primer ministro arrojando arena en nuestros ojos y entreteniéndonos con cuentos de hadas. Among the various inquiries about the side effects of hypertension medications, a frequent question is does Lisinopril cause weight gain. Generally, Lisinopril is not directly associated with significant changes in weight. However, patients should maintain regular follow-up appointments with their healthcare provider to monitor for any potential side effects and ensure the medication is working as intended. https://cabopulmowatersports.com/does-lisinopril-cause-weight-gain/

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