Medio Oriente

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Palestina. ¿Quién pasará a la historia, el carcelero o el huelguista de hambre?

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 13 de MAYO 2017 Al final, la historia juzgará. Y ¿a quién recordará la historia, a Gilad Erdan o a Marwan Barghouti? El comerciante de neumáticos de Ramat Aviv Guimel (antes Savion), que vive, por cierto, en una calle con el nombre de un asesino judío, o el activista del Centro de Detención de Khison (antes prisión de Hadarim)? ¿Al carcelero o al prisionero? ¿Al que ocultó los dulces o a la persona que se los comió? ¿Al ministro o al “archi-asesino”, como le llamó el corresponsal de Canal 2 Moshe Nussbaum? ¿Cuál de los dos lucha por una causa más justa? ¿Cuál de ellos de hecho lucha? ¿Cuál de ellos ha sacrificado algo en el curso de su vida? Y ¿quién es responsable de más derramamiento de sangre? ¿A quién le interesa más la paz? Al final, la historia juzgará. En realidad, la historia decidió hace mucho tiempo. Erdan ni siquiera será una nota al pie de página. Como ministro responsable de la Policía y la policía de fronteras de Israel, también es responsable del derramamiento de sangre que causen. En cuanto a Barghouti, ha trabajado a favor de la paz mucho más que Erdan, hasta que perdió la esperanza y con razón. Erdan lleva el pelo mejor cortado, su traje es de diseño y su reloj de lujo brilla en la oscuridad. La última vez que vi a Barghouti llevaba un Casio barato. Ambos estudiaron ciencias políticas y Erdan también estudió derecho. Ha tenido, sin duda, mejor educación. Erdan fue a una escuela secundaria religiosa y Barghouti no. Erdan trabajó para la Asociación de Constructores, Bargouti, no. Ambos tienen cuatro hijos y Erdan les dedica más tiempo, porque puede verlos. A la misma edad que Erdan estudiaba en su yeshiva, Barghouti se sumó a la lucha palestina. A la misma edad que Erdan era un oficial adjunto, Barghouti ya había sido detenido por primera vez. Cuando Erdan condenó los Acuerdos de Oslo, Barghouti llamaba a las puertas en Israel y trataba de convencer a la gente de la importancia de la paz. Erdan puede ser el “hombre de la década en la lucha contra los accidentes de tráfico” (como la organización de la seguridad vial O Yarok le ha llamado), pero el hombre de la década en la lucha de verdad es Barghouti. Erdan nunca ha luchado por nada en su vida, a excepción de su puesto en las listas de la Knesset. Diputado de la Knesset en cinco legislaturas y ministro de tres gobiernos, nunca ha sacrificado nada en el altar por una idea. Ni siquiera ha luchado por la radiotelevisión pública que tanto le costó crear; se plegó, se quedó en silencio y débilmente sucumbió, intimidado por el primer ministro Benjamin Netanyahu. Erdan no es del tipo de los que están dispuestos a pagar un precio personal por nada. Barghouti ha sacrificado su vida, su familia y su destino por las ideas más elevadas. Barghouti es un luchador por la libertad. Erdan lucha en las primarias de su partido. Barghouti es un gato callejero. Erdan es un perrito faldero. Barghouti está en huelga de hambre, y Erdan le tendió una trampa. Hay que atribuirle el mérito a Erdan y al Servicio de Prisiones de Israel. No tienen vergüenza, ni siquiera la más mínima. Adelante carceleros, grabarle, vosotros que os hacéis los héroes a costa de los más débiles. Seguir grabando en los retretes, en los cuartos de baño y debajo de ellos, y transmitir los cortes en horario de máxima audiencia. Poner una trampa de ratón y publicitar todas vuestras capturas, almas miserables. Les va a encantar en las agrupaciones del partido Likud. Erdan vs Barghouti. “No puedo dar detalles sobre quién la puso [la cámara]. Cuando me jubile podré revelarlo”, dijo el ministro Tortit, como estuviera guardando un secreto. El John Le Carré israelí también elogió el “trabajo de inteligencia” del Servicio de Prisiones de Israel. ¡Menudo trabajo de inteligencia! No puede haber nada más patético, ni lo habrá. El hombre que es responsable de una fuerza policial que enseña a los niños a asegurarse de la muerte de un hombre herido indefenso o cómo lanzar a perros contra seres humanos está, naturalmente, también orgulloso de la labor heroica del Servicio de Prisiones en la Operación Tortit. 1-0 a favor de Erdan. El archi-carcelero venció al archi-terrorista. Barghouti se comió la oblea; la batalla está decidida. Barghouti no está en huelga de hambre, porque dio un mordisco. Pero en un día de huelga de hambre, incluyendo la de Tortit, Barghouti ha sacrificado más que Erdan en toda su vida por algo. Y en un solo día de huelga de hambre Barghouti está luchando por una causa más justa que cualquier problema sobre el que Erdan haya pensado, incluyendo su lucha contra los accidentes de tráfico. ¡Salud, Erdan, el héroe del momento! La historia se acordará de Barghouti. Traducción: Enrique García

Internacionales, Medio Oriente, Portada

B’Tselem no obedece a Netanyahu. Ni tampoco el mundo

Fuente: Hagai El-Ad* | SinPermiso.info Fecha: 27 de ABRIL 2017 El pasado 25 de abril, el primer ministro Netanyahu situó al ministro socialdemócrata alemán de asuntos exteriores, Sigmar Gabriel, ante un ultimátum durante su visita a Israel: o se reunía con B’Tselem o con Netanyahu, pero que con ambos era imposible. Gabriel se reunió con B’Tselem, convirtiendo a la pequeña ONG israelí en una alternativa de igual a igual con Netanyahu o, si se quiere, optando entre la ocupación o un acuerdo de paz que respete las fronteras de 1967. El director ejecutivo de B’Tselem explica de que se trata. SP Todo un ejército de políticos y jueces, de agentes de relaciones públicas y diplomáticos, de agentes penitenciarios y del servicio de seguridad Shin Bet, de policías y soldados, de burócratas y funcionarios para mantener la ocupación. Y a pesar de todo, Netanyahu tiene miedo. El primer ministro Benjamin Netanyahu no pudo impedir que el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania escuchará de B’Tselem algunos hechos sobre la ocupación esta semana. Este fracaso se suma al anterior de Netanyahu con el primer ministro de Bélgica, que también quiso ser informado de estos hechos hace unas semanas, ni tampoco pudo impedir su denuncia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hace unos meses. El mundo ha escuchado, oye y seguirá oyendo hablar de la ocupación, y sólo hay una cosa que el gobierno israelí puede hacer al respecto: poner fin a la ocupación. Los hechos son conocidos desde hace mucho tiempo. Menos de dos meses antes del 50 aniversario de la ocupación, todo el mundo sabe que Israel controla todo el territorio y a toda la población entre el mar Mediterráneo y el río Jordán. Saben que este control violento de millones de personas en Cisjordania (incluida Jerusalén oriental) y en la Franja de Gaza se concreta en una cruel rutina diaria de despojo, destrucción, matanza y subyugación de los palestinos, cada minuto de cada día durante medio siglo, a capricho de sus amos israelíes. Durante la mayor parte de su historia, y cada día que amanece, el estado ha optado por seguir controlando a los palestinos. Todas las instituciones administrativas, legales, de planificación y militares israelíes son complaces de ello. Pero no hay encubrimiento ético o legal que pueda ocultar las profundas implicaciones de esta violencia diaria. La gente decente hará todo lo que esté en su poder para acabar con esta injusticia. Si los hechos son conocidos, ¿de qué tiene miedo Netanyahu? El primer ministro y sus colegas de la coalición, junto con la mayoría de los partidos de la «oposición», no tienen ninguna intención de terminar con la ocupación. Se han acostumbrado a la situación imperante en el último medio siglo, en la que Israel gradualmente avanza sus intereses a espaldas de los palestinos sin pagar un precio internacional por ello. Es un «Israbluff» de proporciones históricas; Israel no cumple con los requisitos más elementales de una democracia, pero se beneficia de ser miembro del club de las naciones democráticas. Esto nos permite seguir gobernando sobre otro pueblo, desafiando los principios morales fundamentales y el derecho internacional. Como israelíes, no podemos resignarnos a la continuación de esta ocupación que dura ya 50 años y a las violaciones de los derechos humanos que implica. Pero mientras el mundo permanezca indiferente ante la situación y se abstenga de actuar, el Israbluff seguirá prosperando. Por esa razón, la comunidad internacional debe ser firme a la hora de explicar a Israel que sus acciones más allá de la línea verde cruzan líneas rojas. A lo que tienen miedo Netanyahu y todos los que apoyan el status quo es que esta linea de conducta internacional se concretice. Y ello debe alentar, y mucho, a los israelíes que se oponen a la ocupación. Los funcionarios internacionales que están ponderando sus políticas deben prestar mucha atención a estos hechos. Después de todo, B’Tselem es una organización pequeña, cuyo presupuesto anual apenas representa una décima parte de lo que se gasta en la seguridad de los colonos que viven en el corazón de los barrios palestinos de Jerusalén Este. El Estado, por otro lado, ha gastado durante 50 años miles de millones para preservar y mantener la atrocidad moral de la ocupación. La ocupación necesita un ejército entero de políticos y jueces, agentes de relaciones públicas y diplomáticos, agentes penitenciarios y del servicio de seguridad Shin Bet, de policías y soldados, de burócratas y funcionarios. Y a pesar de todo, Netanyahu tiene miedo. Fomentar esa ansiedad de los partidarios del status quo debe ser parte de nuestro plan de trabajo. El camino no violento para acabar con la ocupación depende de que se pueda persuadir al mundo, y especialmente a los amigos de Israel, que deben dejar claro a Israel que lo que fue no será y que la continuación de la ocupación provocará medidas internacionales. No obedecemos a Netanyahu. Tampoco el mundo. Sobre todo, no se puede ordenar que los hechos desaparezcan, ni tampoco se puede decretar que el mal se disfrace de justicia. Hoy, pocas semanas antes del 50 aniversario de la ocupación, existe la esperanza de que, manteniendo resueltamente la lucha aquí, en Israel, y en cualquier escenario internacional importante, se pueda acabar con la ocupación. * Director Ejecutivo de B’Tselem (Centro de Información Israelí para los derechos humanos en los Territorios Ocupados)

Internacionales, Medio Oriente, Portada

¿Cui bono?

Fuente: Uri Avneri | Gush Shalom Fecha: 15 de ABRIL 2017 Cui Bono —«quién se beneficia»— es la primera pregunta que un detective experimentado hace al investigar un crimen. Desde que fui detective durante un corto tiempo en mi juventud, sé el significado. A menudo, la primera y obvia sospecha es falsa. Te preguntas «¿cui bono?», y otro sospechoso, en quien no pensaste, aparece. Desde hace dos semanas la pregunta me da vueltas por la cabeza. No me abandona. En Siria, se ha cometido un terrible crimen de guerra. La población civil en un pueblo rebelde llamado Idlib fue golpeado con gas venenoso. Decenas de civiles, entre ellos niños, tuvieron una muerte miserable. ¿Quién podría hacer semejante cosa? La respuesta era obvia: Bashar al-Assad, ese terrible dictador. ¿Quién sino él? Y así, en minutos (literalmente) el New York Times y un buen número de excelentes periódicos de todo Occidente proclamaron sin titubear: ¡Assad lo hizo! No se necesitan pruebas. Ninguna investigación. Es evidente. Assad, desde ya. En cuestión de minutos, todo el mundo lo supo. Una tormenta de indignación atravesó el mundo occidental. ¡Debe ser castigado! El pobre Donald Trump, que ni idea tiene, sucumbió a las presiones y ordenó de inmediato un ataque de misiles sin sentido a un aeródromo sirio, después de haber predicado durante años que los Estados Unidos no debían bajo ninguna circunstancia involucrarse en Siria. De repente, se desdijo. Sólo para darle una lección a ese bastardo. Y para mostrarle al mundo lo que él-él-él hombre, él, Trump realmente es. La operación fue un éxito inmenso. Durante la noche, el Trump despreciado se convirtió en un héroe nacional. Incluso los liberales lo reverenciaron. Pero después de todo, la pregunta siguió sacudiendo mi cabeza. ¿Por qué lo hizo Assad? ¿Qué tenía para ganar? La respuesta es simple: nada. Absolutamente nada. (En árabe «Assad» significa «león», y a pesar de lo que los expertos y estados de occidente creen, el énfasis está en la primera sílaba Con la ayuda de Rusia, Irán y Hezbolá, Assad está ganando, lentamente, la guerra civil que viene golpeando a Siria desde hace años. Domina casi todas las ciudades importantes que constituyen el corazón de Siria. Tiene suficientes armas para matar a tantos enemigos civiles como su corazón desee. Entonces, ¿Por Dios, por qué habría de usar gas para matar algunas decenas más de enemigos? ¿Por qué despertar la ira de todo el mundo, invitando a una intervención norteamericana? No hay manera de llegar a otra conclusión: Assad no obtuvo ningún beneficio del detestable operativo. En la lista de «beneficiarios», está en el último puesto. Assad es un dictador cínico, incluso cruel, pero está muy lejos de ser un tonto. Fue adiestrado por su padre Hafez al-Assad quien fuera su antecesor y también dictador durante mucho más tiempo que el mismo Bashar. Aún si pensásemos que fuera tonto, tiene como asesores a algunas de las personas más hábiles del planeta: el ruso Vladimir Putin, Hassan Rouhani de Irán y Hassan Nasrallah de Hezbolá. Entonces ¿quién tenía algo para ganar? Bueno, por lo menos una media docena de sectas y milicias sirias que luchan contra Assad y se enfrentan en la loca guerra civil. También sus aliados árabes suníes, los saudíes y otros jeques del Golfo. E Israel, sin dudas. Todos ellos tienen interés en incitar al mundo civilizado contra al dictador sirio. Simple lógica. Una acción militar debe tener un objetivo político. Como lo aseguró el famoso Carl von Clausewitz hace 200 años: la guerra es la continuación de la política por otros medios. Los dos principales contendientes en la guerra civil siria son el régimen de Assad y Daesh (ISIS o Estado islámico). Y entonces ¿cuál es el objetivo de los EE.UU.? Suena como una broma: Estados Unidos quiere destruir ambos lados. Otra broma: primero quiere destruir a Daesh, por lo tanto bombardea a Assad. La destrucción de Daesh es sumamente deseable. Existen en el mundo pocos grupos tan detestables. Pero Daesh es una idea, más que una simple organización. La destrucción del Estado Islámico dispersaría a miles de devotos asesinos por todo el mundo. (Curiosamente, los asesinos originales, hace unos 900 años, eran fanáticos musulmanes muy similares a los de Daesh ahora.) Los socios de Estados Unidos en Siria hoy inspiran lástima y están casi vencidos. No tienen la más mínima posibilidad de éxito. Hacer daño a Assad ahora significa prolongar una guerra civil que ahora tiene menos sentido que antes. Para mí, como periodista profesional de larga experiencia, el aspecto más deprimente de todo este asunto es la influencia de los medios de comunicación estadounidenses y occidentales en general. Leo regularmente el New York Times y lo admiro. Sin embargo, destrozó todos sus estándares profesionales publicando una verdad revelada, sin verificación alguna. Después de todo, tal vez Assad sea culpable. Pero, ¿y la evidencia? ¿Quién investigó y cuáles fueron los resultados? Peor aún, la «noticia» inmediatamente se convirtió en una verdad mundial. Millones la repiten sin reflexionar, como que el sol sale por el este y se pone por el oeste. Es muy deprimente que nadie pregunte, que nadie pida una prueba. Pero volvamos al dictador. ¿Por qué Siria necesita un dictador? ¿Por qué no es una bella democracia al estilo estadounidense? ¿Por qué no acepta con gratitud el «cambio de régimen» diseñado por Estados Unidos? La dictadura siria no es un fenómeno accidental. Tiene raíces muy concretas. Siria fue creada por Francia después de la Primera Guerra Mundial. Más tarde una parte de se separó y se convirtió en el Líbano. Ambas son creaciones artificiales. Dudo que aún existan auténticos «sirios» y verdaderos «libaneses». El Líbano es un país montañoso, ideal para pequeñas sectas que necesitan defenderse. A través de los siglos, muchas pequeñas sectas encontraron refugio allí. Como resultado, el Líbano está lleno de sectas que desconfían entre sí: musulmanes sunitas, musulmanes chiítas, cristianos maronitas, muchas otras sectas cristianas, drusos y kurdos. Siria es casi lo mismo, con la mayoría de las mismas sectas, sumado a

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Hamas se prepara para aceptar fronteras anteriores a 1967

Autor: Jack Khoury / Haaretz 09 de MARZO 2017 Título completo: Por primera vez, Hamas se prepara para aceptar fronteras anteriores a 1967 para el Estado palestino Hamas está formulando un nuevo perfil político, dentro del cual incluiría una aceptación en principio de Palestina dentro de las fronteras de 1967, aunque no un reconocimiento de Israel. Según los informes, el documento además declararía que la organización no fue parte de la Hermandad Musulmana. Según el diario Asharq al-Awsat, con sede en Londres, fuentes de Hamas aseguran que funcionarios del buró político de la organización —el presidente Khaled Meshal y su segundo Ismail Haniyeh— y otros funcionarios del ala militar y político, participaron en la formulación y modificación del documento, que todavía está en la fase preliminar. La aprobación final se espera a finales de este mes o a principios del próximo, una vez concluídas las elecciones internas para el buró político y el Consejo Consultivo (N de R: órgano religioso para dirimir y/o resolver conflictos) El informe dice que el documento dejará claro que Hamas es una organización independiente, que no está vinculada a la Hermandad Musulmana, lo que le ayudará en sus contactos con las autoridades egipcias que le exigen que la organización esté completamente desconectado de la Hermandad Musulmana, prohibida en Egipto. Funcionarios de Hamas creen que la aceptación del principio de un estado palestino con las fronteras de 1967 ayudará a romper el boicot de países extranjeros y organizaciones internacionales. Fuentes de la organización aseguran que el documento definirá la lucha contra Israel como una lucha contra la ocupación y no contra los judíos, mientras que la plataforma de la organización —que fue aprobada hace 29 años— definió a Hamas como una extensión de la Hermandad Musulmana en Palestina, definió la cuestión palestina como un asunto religioso y declaraba que la lucha era contra los judíos. Un miembro del ala política declaró a Haaretz que el documento que será aprobado en las próximas semanas no presentará nuevas posiciones, sino que resumirá las posiciones y principios que surgieron en los últimos años en las conversaciones para la reconciliación y entendimiento con las otras diversas facciones palestinas y en las conversaciones con Egipto y otros países árabes. «Cualquiera que haya seguido las declaraciones de Khaled Meshal y los líderes de Hamas no encontrará nada diferente, pero a la luz de los grandes cambios que han ocurrido en la región y dentro del campo palestino, Hamas ha formulado este documento como una tarjeta de presentación del movimiento y sus principios», dijo el funcionario. El mes pasado, la organización llevó a cabo elecciones internas en Gaza, incluyendo la victoria de Yahya Sinwar como «cabeza de Hamas en Gaza», y a principios del próximo mes debería completar su proceso electoral en el extranjero. En Cisjordania no existen certezas con respecto a la realización del proceso eleccionario debido a las trabas presentadas por Israel y la Autoridad Palestina. Se espera que Haniyeh sea elegido jefe del buró político en lugar de Meshal, que está renunciando, y Hamas tratará de presentar una agenda que favorezca sus relaciones frente a la comunidad internacional y los países árabes, principalmente Egipto. En esta etapa no está claro en que medida Hamas desea poner fin a su ruptura con Fatah y la Autoridad Palestina, pero es posible que su acuerdo a un estado palestino en las fronteras de 1967 y la definición de la lucha contra la ocupación en términos de una resistencia popular junto con la lucha militar, podría servir de base para un acuerdo nacional con las otras facciones, y con Fatah en particular.

Internacionales, Medio Oriente, Portada

La era de la pureza de las armas ha terminado

Autor: Nota Editorial de Haaretz 22 de FEBRERO 2017 Hay muchas diferencias significativas entre el sistema legal y el sistema político. Uno de ellos es que en la corte, se supone que se deben presentar argumentos racionales, libres de fanfarronería, que ayuden a los jueces a llevar a cabo un juicio justo basado en hechos debidamente probados y en las normas legales pertinentes. Pero la sentencia excepcionalmente indulgente dictada el martes (21/2) en el caso del soldado Elor Azaria —18 meses de cárcel, más una sentencia suspendida y una degradación de rango— representa una seria desviación de las esperadas normas del sistema legal por el tribunal militar que intervino en el caso. Mientras que el veredicto, en el cual el tribunal condenó a Azaria por homicidio, fue construido de manera ejemplar con las normas fundamentales del estado de derecho, la sentencia del martes parece que fue adaptada como una especie de compromiso político y mancha las normas fundamentales que guían al sistema de justicia militar. Un ejército que impone una sentencia de apenas un año y medio en la cárcel a un soldado que mató a un terrorista que ya estaba mortalmente herido no sólo envía un mensaje de desprecio por la vida humana, sino también uno que amenaza a la población palestina de los Territorios, porque los soldados que llevan a cabo funciones policiales allí son ahora propensos a tener los dedos ligeros en el gastillo, y el ejército se abstendrá de demandarlos a pagar cualquier cuenta verdadera. El tribunal militar no es el único culpable en la parodia del acorde final del caso. Para empezar, la acusación militar, que se limitó a buscar una condena indulgente, además de una larga lista de políticos de derecha que intentaron incitar al público contra el sistema legal, también influyeron en el resultado final. Y ahora, aquellos que ven a un héroe en cada soldado que dispara el gatillo sobre un palestino, independientemente de si lo hizo legal o ilegalmente, están instando a que incluso esta sentencia nominal impuesta a Azaria sea suavizada, y que el soldado sea indultado o que su sentencia sea conmutada. Sin embargo, el daño causado por la mancha que el tribunal militar ha vertido sobre generaciones de juristas que se esforzaron por inculcar los principios del estado de derecho en las filas de las Fuerzas de Defensa de Israel no termina ahí. La sentencia no se limitó a capitular al populismo de la derecha política al incluir consideraciones irrelevantes. También, en gran medida, constituyó una declaración de que la era de la pureza de las armas ha terminado en las FDI, la pureza misma de las armas que lleva a los políticos a jactarse de las FDI y lo llaman «el ejército más moral del mundo». Traducción: Dardo Esterovich  

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Miles de palestinos y judíos protestan en Tel Aviv contra el racismo

Autor: Haggai Matar / 972mag  05 de FEBRERO 2017 Más de 5.000 personas marcharon en Tel Aviv en una de las mayores manifestaciones árabes-judías que la ciudad ha visto en años. Más de 5.000 manifestantes árabes y judíos de todo el país marcharon juntos el sábado por la noche en Tel Aviv contra las demoliciones de viviendas y en apoyo de la igualdad para todos. Los manifestantes pidieron al primer ministro Benjamin Netanyahu y al ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, que dimitan, tras meses de incitación contra ciudadanos palestinos de Israel. La manifestación, organizada por una gran coalición de organizaciones y partidos políticos, entre ellos «Standing Together», Hadash, Meretz, «Yad B’Yad», «Sikuy» y otros, fue la mayor protesta árabe-judía que Tel Aviv había visto en años. Los manifestantes marcharon a lo largo de la avenida George St. mientras coreaban consignas como «judíos y árabes se niegan a ser enemigos», hasta que llegaron a la calle Dizengoff, donde celebraron un gran mitin. Entre los oradores estuvieron el líder de la Lista Conjunta Ayman Odeh, la diputada de Meretz Michal Rozin, la presidenta de Meretz Zehava Galón. Los representantes de la Unión Sionista, que se suponía que debían asistir, estuvieron ausentes. La doctora Amal Abu Sa’ad, viuda de Yacoub Abu al-Qi’an, quien fue baleado y asesinado por la policía en el pueblo beduino de Umm el Hiran el mes pasado habló de la muerte de su esposo a manos de la policía, de la lucha para obligar al Estado a entregar su cuerpo y borrar su nombre de toda conducta ilícita, así como de la trágica muerte de Erez Levy, el policía que murió también en los enfrentamientos en Umm el-Hiran. «Es importante para mí enviar un mensaje al primer ministro y su gabinete: a pesar de su incitación, racismo y discriminación en la legislación, la aplicación de la ley, la infraestructura y los servicios del Gobierno, ustedes no serán capaces de dividir a los ciudadanos de este país. Abu Sa’ad también llamó a establecer una comisión gubernamental para investigar los hechos de Umm el-Hiran. «Hagamos que en este lugar valga la pena vivir, por respeto a Yacoub y Erez». Odeh, que habló a continuación, reiteró su llamado de hace un año a construir un campo democrático árabe-judío que se oponga tanto a la derecha como a la izquierda sionista, exigiendo la plena igualdad y la democracia. El doctor Meir Buzaglo, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Hebrea, invocó la historia compartida de judíos y musulmanes en Marruecos para promover la convivencia en Israel, mientras Bar Itamari y Fátima Yahiye, dos estudiantes de la escuela bilingüe árabe-judía «Mano a Mano – puente sobre el Wadi», describieron tanto el desafío como el privilegio de estudiar juntos. Muhammad Barakeh, que encabeza el Superior Comité Árabe de Seguimiento, pidió a los manifestantes que regresen a Tel Aviv este mes para otra manifestación, advirtiendo contra la creciente asociación entre el Gobierno de Netanyahu y los partidos fascistas en Europa y Estados Unidos. El diputado Dov Khenin (Lista Conjunta) agregó que es «irritante ver a Netanyahu copiar a los antisemitas en Europa. En Europa los partidarios del zar decían «golpear a los judíos y salvar a Rusia». El primer ministro dice «atacar a los árabes y salvar a Netanyahu». Traducido del inglés para Rebelión por J. M. https://bestlasikphoenix.com/cialis-online/ Many individuals seeking convenient and discreet options for obtaining erectile dysfunction treatment are turning to Cialis online, as it provides a way to consult with healthcare professionals and receive medication without the need for a physical doctor’s visit, ensuring privacy and ease of access. It’s important, however, to verify the legitimacy of the online pharmacy to ensure the safety and effectiveness of the medication.

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Mapeo de los pueblos palestinos borrados y reemplazados por ciudades judías

Autor: Tom Pessah* / 972mag 29 de ENERO 2017 Un nuevo mapa busca proporcionar nueva información sobre las ciudades, pueblos y aldeas palestinas arrasadas y sustituidas desde el inicio del movimiento sionista. Es probable que los inmigrantes que vienen a Israel ignoren el nombre de «Mlabes», pero los israelíes están más familiarizados con él. Después de todo es el nombre de un periódico local, un joven cantante, un shawarma mixto y ??una división del movimiento de los exploradores israelíes. Sin embargo todo esto tiene algo en común: los distintos significados están asociados con la ciudad de Petah Tikva, al noreste de Tel Aviv. De acuerdo con la página web del archivo de la ciudad de Petah Tikva, Mlabes era el nombre de un pueblo que existía mucho antes del establecimiento de la ciudad. Aparece en un mapa elaborado por el ejército invasor de Napoleón alrededor de 1799. Hay evidencia arqueológica de colonización en el mismo lugar durante la época bizantina, así como por los cruzados. Una canción famosa del icónico cantante israelí Arik Einstein menciona que el pueblo fue visitado por los pioneros sionistas en 1878. De acuerdo con la canción no había pájaros que cantaban en este pantano, pero los pioneros perseveraron y fundaron Petah Tikva, la primera moshava (en hebreo «colonia») sionista. ¿Y Mlabes? El citado archivo dice que los propietarios querían deshacerse del lugar debido a las malas condiciones climáticas, inundaciones y pantanos. Lo vendieron, dice el sitio, y luego Mlabes desaparece de la narración. Un avance rápido hasta enero de 2017. En 1956 se estableció el pueblo beduino de Um el-Hiran, al este de Beer Sheva, después de que sus habitantes fueran desplazados de sus tierras originales por el Gobierno militar israelí. Ahora Israel está una vez más tratando de desplazarlos con el fin de reemplazar a su pueblo por una población judía. La policía llegó al pueblo totalmente armada, disparó al amado profesor de matemáticas del pueblo Yacoub Abu al-Qi’an porque, según los informes, trató de rescatar sus pertenencias personales de su casa a punto de ser demolida. Al-Qi’an, aparentemente, perdió el control del coche después de que le llegaron los disparos, golpeando a un policía. Tanto el agente de policía como al-Qi’an murieron, este último después de que le negasen tratamiento médico. ¿Qué tienen en común Mlabes en 1878 y Umm el-Hiran en 2017? Ambos son parte de un proceso gradual, a largo plazo, de la sustitución de las localidades palestinas por las designadas para judíos, todo ello dentro del marco del sionismo. Gracias a las actividades de la ONG israelí Zochrot -que se esfuerza por aumentar la conciencia de la Nakba- los israelíes son algo más conscientes hoy de una parte clave de este proceso que se produjo durante la guerra de 1948. Sin embargo hay una tendencia a ver la Nakba como una «catástrofe» aislada nacida de la guerra, de modo que el proceso de despojo a largo plazo se oscurece. Incluso Palestine Remembered -un sitio web que ofrece detalles de las ciudades palestinas, pueblos y aldeas que limpiaron de sus habitantes árabes – se centra casi exclusivamente en las localidades destruidas en 1948. Un nuevo mapa, confeccionado por la ONG israelí “Des-colonizar”, pretende llenar ese vacío. El mapa incluye varias etapas, cada una marcada por puntos de diferentes colores. En azul son las 57 localidades palestinas destruidas entre 1878 y 1948, cuando los sionistas compraron la tierra y se la sacaron a sus arrendatarios palestinos con el fin de despejar el camino a los colonos judíos. Algunos de estos agricultores recibieron una compensación; muchos fueron expulsados de la tierra por las autoridades estatales después de que los compradores sionistas hicieron acuerdos con los propietarios de tierras que no eran locales. Un grupo adicional de sitios en azul marca las 18 localidades judías destruidas en los disturbios que estallaron periódicamente en reacción al asentamiento sionista, especialmente en 1920, 1929 y 1936. De este modo el mapa demuestra que el proceso de destrucción también afectó a judíos, incluidos los miembros de comunidades judías anteriores al sionismo, como los judíos de Hebrón. Estos estratos también incluyen una intrigante serie de flechas que marcan una de las pieza más olvidadas de la historia: las 46 iniciativas de no agresión entre las localidades judías y palestinas entre 1947 y 1948. Estos acuerdos estaban destinados a proteger a ambos lados del conflicto y el desplazamiento. Por ejemplo los aldeanos chiítas de Hunin se opusieron al ataque contra sus vecinos en el kibbutz Manara y se negaron a cooperar. A pesar de esto el pueblo, junto con otras ciudades y pueblos de la Galilea oriental, fue limpiado cuando las fuerzas del Palmach comandadas por Yigal Allon llegaron a la zona en mayo de 1948. Según el historiador israelí Benny Morris, la toma de Hunin incluyó matanzas y violaciones. La historia de Hunin ejemplifica la segunda etapa en el mapa, las localidades marcadas en rojo. Fueron 615 localidades palestinas destruidas entre 1948 y 1952 por las fuerzas sionistas, en lo que se llegó a conocer como la Nakba, cuando la mayoría de la población palestina del país fue impelida a huir bajo el pretexto de una guerra. Esta capa también incluye 26 localidades judías destruidas durante la guerra por los ejércitos árabes invasores. Las localidades marcadas en verde, destruidas durante la guerra de 1967 y después, se compone de un capítulo poco conocido de la historia: las 194 localidades sirias destruidas durante la limpieza de los Altos del Golán, días después de su conquista en 1967. La expulsión resultante de 130.000 sirios hoy se considera tabú en Israel, al igual que pasaba con la Nakba. Pocos conocen los nombres de los pueblos cuyas ruinas aún pueden verse hoy en el Golán. Esta etapa también incluye 11 pueblos palestinos destruidos durante la guerra y después, así como 54 localidades palestinas en el valle del Jordán y en el sur de las colinas de Hebrón que, según la organización israelí de derechos humanos B’Tselem, se enfrentan a la expulsión. Otras 64 localidades

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Sí, podemos

Autor: Uri Avneri/Gush Shalom 7 de ENERO 2017 Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los bombarderos alemanes aterrorizaron a Gran Bretaña, un pequeño grupo de valientes aviadores los enfrentaba todos los días. Su esperanza de vida estaba numerada en días. Una vez, un genio en el ministerio de propaganda ideó un cartel: «¿Quién tiene miedo de la Luftwaffe alemana?» Cuando se colocó en una de las bases de la Royal Air Force, una mano anónima escribió debajo: «Firmar aquí». En cuestión de horas, todos los aviadores habían firmado. Éstos eran los hombres sobre los cuales Winston Churchill dijo: «¡Nunca tantos debieron tanto a tan pocos!» Si alguien hoy diseñara un cartel preguntando «¿Quién tiene miedo de los colonos?» Yo sería el primero en firmar. Tengo miedo. No por mí. Por el Estado de Israel. Por todo lo que hemos construido durante los últimos 120 años. Últimamente, más y más personas en Israel y en todo el mundo han estado diciendo que la «solución de dos Estados» está muerta. Finito. Kaput. Los colonos finalmente la han matado. La paz ha terminado. No hay nada que podamos hacer al respecto. Sólo podemos sentarnos en nuestro cómodo sillón delante del televisor, suspirar profundamente, beber nuestra copa y decirnos: «¡Los asentamientos son irreversibles!» ¿Cuándo lo escuché por primera vez? Hace unos 40 años —o hace 50 años—, el conocido historiador israelí Meron Benvenisti lo usó por primera vez. Los asentamientos, proclamó, han dado lugar a una situación «irreversible». No hay solución de dos estados, sobre la que mis amigos y yo estábamos insistiendo. Lo sentimos, es irreversible. En ese momento, había menos de cien mil colonos en Cisjordania, la Franja de Gaza e incluso algunos en el Sinaí. Ahora, este eslogan se puede escuchar en todas partes. Irreversible. La gran masa de los colonos ha hecho de la solución de dos Estados una ilusión. Se dice que ahora hay unos 450 mil colonos en Cisjordania y otros 150 mil en Jerusalén Oriental ocupada. No pueden ser removidos sin una guerra civil, de judíos contra judíos. Así que dejemos de hablar de la solución de dos estados. Pensemos en otra cosa. ¿Una solución de un solo estado? ¿Un estado del apartheid? ¿Ninguna solución en absoluto? ¿Un conflicto eterno? No creo que haya un problema humano que no tenga solución. No creo que la desesperación sea una buena consejera, aunque puede ser cómoda. No creo que nada en la vida sea «irreversible». Excepto la muerte. Si uno se enfrenta a un problema que parece irresoluble, uno tiene que mirarlo, analizarlo y considerar las posibles salidas. Se dice que el general Bernard Montgomery, comandante británico en el norte de África, tenía una foto de su adversario, el legendario general alemán Erwin Rommel, en su escritorio de su cuartel general. Para sus asombrados visitantes, explicaba: «Quiero preguntarme a cada momento: ¿Qué estará pensando?» Si tratamos de imaginar a los colonos, vemos ante nosotros una masa de 650 mil fanáticos, creciendo en número cada día. Realmente espantoso. Pero no es aterradoramente real. No existe una masa de colonos. Hay varios tipos de colonos. Si queremos idear un medio para superar este problema, primero tenemos que desmontarlo. Veamos los diversos grupos, uno por uno. Primero están «los colonos de calidad de vida». Ellos van a Cisjordania, encuentran un lugar rodeado de pintorescos pueblos árabes y se establecen allí en tierras que probablemente pertenecen a algún aldeano árabe. Miran por la ventana a hermosos minaretes y olivos, escuchan el llamado a la oración y son felices. Consiguen la tierra por nada o casi nada. Vamos a llamarlos “Grupo 1”. Puesto que no son fanáticos, no será demasiado difícil reasentarlos en Israel. Encontrar un lugar agradable, darles un montón de dinero, y se mueven sin demasiados problemas. Luego están los «asentamientos de la frontera». Allí los colonos viven en pueblos y aldeas muy cerca de la antigua Línea Verde, la frontera pre-1967 que sigue siendo la frontera legal del Estado de Israel. La mayor parte de los colonos viven allí. Existe un acuerdo tácito entre Israel y los palestinos de que estos asentamientos serán incluidos en el «intercambio de territorios» previsto por prácticamente todos los que se ocupan de la «solución de dos Estados». La base es un intercambio de 1 a 1, de igual valor. Por ejemplo, a cambio de los «bloques de asentamientos», Israel podría ceder territorio junto a la Franja de Gaza. Los hijos e hijas de las familias dentro de la Franja, el área más abarrotada del mundo, recibirían la oportunidad de construir sus hogares allí, cerca de sus familias. Llamemos a este tipo de colonos «Grupo 2». A este grupo pertenecen muchos de los colonos ultra-ortodoxos, que realmente no se preocupan por la locación. Sólo tienen familias muy grandes, siguiendo el mandamiento de Dios. También necesitan vivir juntos en comunidades atestadas, ya que muchos mandamientos de su credo exigen que se agrupen en instituciones específicas. Los ultra-ortodoxos («haredim» en hebreo, que quiere decir los «temblorosos» ante Dios) viven en ciudades terriblemente superpobladas en Israel, Jerusalén Oeste, Bnei-Brak, etc. Necesitan más tierra y el gobierno está dispuesto a complacerlos, pero más allá La Línea Verde. Uno de estos lugares es Modi’in Illit, frente a la aldea árabe de Bil’in, donde durante muchos años sus habitantes han maniafestado cada viernes contra la toma de tierras. Por último, pero no menos importante, están los colonos ideológicos, los fanáticos, los que fueron enviados allí por Dios mismo. Vamos a llamarlos “Grupo 3”. Constituyen el corazón del problema. Eliminar este núcleo duro es un trabajo muy difícil y peligroso. Lo difícil depende de varios factores. En primer lugar: la opinión pública. Mientras estos colonos sientan que el grueso del público en general israelí los apoya, sólo podrán ser removidos por la fuerza bruta. Pero la mayoría de los soldados y policías pertenecen precisamente al mismo público en general. Esta batalla sólo puede ser ganada si es precedida por un cambio en la opinión pública. Para lograr esto, se necesita mucho trabajo

Internacionales, Medio Oriente, Portada

Kerry se confiesa y el pueblo judío se envilece

Autor: Daniel Kupervaser 30 de DICIEMBRE 2016 El duelo mediático entre John Kerry y Benjamín Netanyahu que prosiguió a la votación en el Consejo de Seguridad de ONU se convirtió en el canto del cisne de los interminables roces entre los gobiernos del Primer Ministro israelí y Obama durante los 8 últimos años. De esta batalla entre “caballeros” se pueden obtener algunas conclusiones muy interesantes. Paradójicamente, todo comenzó como en un idilio repleto de coincidencias a principios del año 2009. Discursos de los máximos dirigentes de ambos países, ámbitos académicos de prestigio internacional y, finalmente, un objetivo idéntico: solucionar el conflicto palestino-israelí por medio de la formula “dos estados para dos pueblos”. Pese al optimismo que reinaba en el ambiente, este autor pronosticó desde un principio que esa fantasía utópica seria sepultada a poco tiempo de su concepción y antes de su parto. “Hoy, a cuatro meses de los famosos discursos que crearon tantas expectativas, a tan solo un mes de la Asamblea Anual de las Naciones Unidas, marco programado para la apertura de las negociaciones palestino-israelíes, se puede afirmar sin mayores riesgos de equivocación que el estado palestino es un mortinato. Murió sin conocer el mundo. Le dieron tantas cachetadas y lo asfixiaron hasta que lo mataron antes que nazca”[1]. En estos días, como lo dice un reconocido analista de Medio Oriente, “Kerry se acordó un poco tarde. La solución de dos estados no está en peligro, ella ya murió”[2]. A esto se le puede agregar que, solo por conveniencia, algunos de los actores centrales de esta farsa se esfuerzan por demostrar que agoniza en sus últimos momentos de vida, pero el corazón aun late. La performance de Kerry en representación del gobierno de Obama fue patética en su aparición en conferencia de prensa destinada a dejar como herencia histórica los principios prácticos de la implementación de la solución de dos estados. La imagen que se proyectó no puede ser interpretada de otra manera más que la de un pobre feligrés que se arrodilla en el confesonario frente a su párroco para confesarle que pecó durante 8 años defendiendo y protegiendo a delincuentes internacionales que se ocuparon de usurpar tierras a campesinos que tenían bajo su dominio por la fuerza de las armas. Más vale tarde que nunca. Al menos se debe admirar su sinceridad. Está reconociendo delante todo el mundo que durante 8 años todas sus peroratas estaban destinadas a servir intereses israelíes escondiendo los verdaderos acontecimientos detrás de las bambalinas. El canciller Kerry, tácitamente, da a entender que el silencio hasta ahora de la administración de la potencia número uno del mundo es el resultado de la dominación por parte del poder de Jerusalén que tiene la suficiencia de manipular su país con la inmensurable capacidad de injerencia de instituciones judías locales. La aparición de Netanyahu ante las cámaras, como réplica a la de Kerry, se convirtió en uno de los mejores ejemplos de implementación de la estrategia de disuasión de Israel. Lejos de refutar las claras acusaciones de campaña oficial de rateo de tierras, la furia del Primer Ministro de Israel se encargó de desbaratar todo intento futuro que esta actitud de Obama pueda en alguna oportunidad futura convertirse en antecedente de algún otro sirviente de Israel que habitando la Casa Blanca no entienda bien las reglas de juego. En su réplica, Netanyahu se basó en dos argumentos básicos. En el primero afirmó que “El discurso de Kerry fue una gran decepción. Se ocupó obsesivamente de las colonias israelíes en vez de ocuparse de la raíz del conflicto: el rechazo palestino a reconocer Israel como Estado Judío bajo los límites que sean”[3]. Como segunda motivación, Netanyahu no admite que se critique a Israel. “Medio Oriente entero arde en llamas, países enteros se desmoronan, el terrorismo arrasa con todo, y durante toda una hora el Canciller Americano ataca a la única democracia en Medio Oriente que se mantiene estable en la región”[4]. Como se mencionó en artículos anteriores, el segundo argumento es ridículo pues asume a Israel como delincuente, solo que hay otros más sanguinarios. El primero es más disparatado aún. Es inadmisible la exigencia de reconocer a Israel como Estado Judío, desde el momento en que los Tratados de Paz firmados con Egipto y Jordania se firmaron solamente con el Estado de Israel sin ningún agregado. Está claro que esa condición de Netanyahu esconde oscuros propósitos racistas respecto de ciudadanos israelíes no judíos, o simplemente es un pretexto para eternizar el status quo. Netanyahu y el liderazgo del pueblo judío propone esperar pacientemente otros 20 días para poner todo el peso de su futuro en manos de Donald Trump, “nuestro maestro, rabino y Rey de los Mesías, por siempre jamás”. El pueblo judío ya no necesita las Tablas de Moisés. Ahora dispone de un nuevo manantial divino que alimenta de justicia la nueva escala de valores del judaísmo moderno. Un nuevo presidente estadounidense que asume los próximos días con un oscuro curriculum de racismo, xenofobia, sexismo, machismo y dudosas relaciones con grupos neo nazis. Las direcciones comunitarias judías de la diáspora no pueden quedar fuera de este juego sucio. El mismo Congreso Judío Mundial aprovecha la condición de ciudadanos judíos estadounidenses de sus miembros para convertirlos en agentes de intereses foráneos y así movilizarlos detrás de este objetivo israelí. “Toda la comunidad judía y el establishment judío están luchando activamente en contra de cualquier nuevo paso que todavía el gobierno norteamericano este decidido a dar sobre este tema. El asunto no se terminó con la última resolución”[5]. Desprecian a Trump, pero para cuidar los intereses de Israel en su conquista de Cisjordania no tiene ningún problema en codearse con el nuevo presidente tapándose la nariz. Si se pudiera adjudicar esta problemática conducta a Netanyahu y su coalición, siempre existiría una alternativa de cambio. Esto es una ilusión. Lamentablemente, se trata de un problema que afecta a la gran mayoría de la sociedad israelí y el pueblo judío, probablemente, por muchos años, y tal vez generaciones.

Scroll al inicio