Por: Héctor Gurvit (miembro de la Comisión del boletín) | 22 de nov. de 2021
Suponer que el FMI se ha vuelto una organización de beneficencia es una utopía. Algún comunicador habló de realismo mágico. De cómo se deben pagar las distintas cuotas al organismo permite visualizar cuales son los próximos compromisos. El panorama parece no ser muy alentador. Y una recomposición implicaría una suerte de condicionamientos a los que la Argentina debería acatar y acomodarse.
Seguiremos los lineamientos oficiales en cuanto al acuerdo o desacuerdo con el FMI. Antes, hagamos un poco de historia. En los tiempos de los Kirchner (y Duhalde) la deuda con el FMI se pagó sin ninguna modificación de los acuerdos. Hasta que se saldó.
Lo que fue en aquel tiempo (el acuerdo) con los acreedores privados, que se llegó al alrededor de un 93% quedando pendiente los famosos fondos buitres. Que luego el macrismo pagó, incluso más de lo que se debía. Esto lo dicen los expertos.
En la crisis del 2001, si bien fue un golpe duro para los argentinos por la escasez de divisas, los plazos de pago de la deuda con el FMI no eran acuciantes como lo son ahora.
Es muy difícil hacer comparaciones con ese tiempo. Acaso con cualquier tiempo.
En este momento, al igual que en el 2001 se llegó a un acuerdo con los privados, pero el conflicto con el FMI es complejo, porque los plazos para los pagos son irrealizables.
De acuerdo con lo pactado hace tres años, Argentina debería pagar al Fondo, entre capital e intereses, 19.020 millones de dólares el próximo año, 19.270 millones en 2023 y 4.856 millones en 2024.
En noviembre, está programado el pago por US$640 millones en concepto de intereses y recargos. Y el 22 de diciembre, se debería cancelar otro vencimiento de capital por US$1870 millones. Si luego de las elecciones, el Gobierno avanza con una renegociación con el FMI, el segundo pago de capital podría ser postergado para incluirlo dentro de la reestructuración.
Otra de las cosas que se pide al FMI y está en discusión son los sobrecargos. ¿Qué son?
Se trata de la política de sobretasas. El FMI debería corregir el carácter regresivo y procíclico de la política de sobretasas que no son los que se les brinda a otros países, o al menos a reducirlos sustancialmente. Pensar en el FMI en ese sentido es muy poco probable.
Hay un fondo que acumula el FMI que son los Derechos Especiales de Giro (DEG), que es dinero del Fondo. Se trata de un activo creado en 1969, que complementa las reservas oficiales de los países miembros, da liquidez, pero no constituye una moneda en sí misma en el sentido estricto. Es un derecho potencial sobre un conjunto de monedas. En la actualidad esta canasta son el dólar estadounidense (41% del total), el euro (31%), el renminbi chino (11%), el yen japonés y la libra esterlina. El precio del DEG está determinado por el valor ponderado de dichas monedas.
Esos DEG fueron recibidos no hace mucho y que fueron unos 4.000 millones que se utilizó para pagar deuda al FMI. Iban a quedar como reserva, pero se utilizaron. No en su totalidad. El FMI distribuyó USD 650.000 millones para apuntalar la liquidez mundial que se distribuyó según el peso de cada socio. Por ejemplo, a EEUU le dieron 100.000 u$s. Ese dinero se transfiere al Ministerio de Economía, quién se lo vende al Banco Central (a cambio de pesos) para fortalecer sus reservas. Y los pesos son circulantes.
El G24 también pidió el redireccionamiento de los Derechos Especiales de Giro (DEG) emitidos por el FMI hacia los países de ingresos bajos y medios que más necesitan asistencia para lidiar con los efectos económicos de la pandemia.El G24 sin Argentina, está integrado por Argelia, Brasil, Colombia, Congo, Costa de Marfil, Egipto, Etiopía, Filipinas, Gabón, Ghana, Guatemala, India, Irán, Líbano, México, Nigeria, Paquistán, Perú, Siria, Sri Lanka, Sudáfrica y Trinidad y Tobago. Además, cuenta con la participación de países observadores y una filiación especial de China.
El tema Grecia, Con Tsipras, fue un ejemplo de como no hubo arreglo con el FMI y las políticas que aplica hoy son las del fondo con pobreza y desocupación. Esperemos que no nos pase lo mismo. El ministro de Economía hizo un llamado a la oposición para que se sumen al reclamo para que el FMI elimine los sobrecargos (léase sobretasas) que cobra por la deuda. Que se estima en unos 1.000 millones de dólares por año. Por ahora, no hubo eco. El Grupo de los 20 también pidió la revisión de los sobrecargos. El Gobierno ha dado pasos importantes con el objetivo de llegar a un acuerdo que sea bueno para la Argentina. Lo que hace falta es que los distintos factores de poder de la Argentina actúen en favor de la Argentina.
EEUU emite billetes y los vuelca al mercado generándose deuda interna. Como son ellos los que pueden emitir dólares la pregunta es ¿por qué nosotros no podemos emitir pesos? Vidal afirmó que emitiendo se crea más deuda en dólares lo cual es un error. En todo caso se crea deuda interna. Acaso inflación.
Igualmente, la emisión de moneda nacional no implica necesariamente inflación. Durante el macrismo no se emitió y la inflación incluso se potenció. En cuanto se tengan tasas positivas de PBI se puede emitir sin generar inflación. Esto se puede leer con mas detalle en el libro de Alfredo Zaiat – Economía a contramano.
Según comenta Alicia Castro, que fue entrevistada en Radio Del Plata por Tomás Méndez estas son las Imposiciones del FMI sobre la deuda de 44.500 millones del gobierno de Macri.
Los importes son “del orden de”. Las tratativas con el FMI son reservadas. Alicia Castro, a quien respetamos, debe tener buenos informantes. El FMI no hace beneficencia. Y si en algún momento nos apoyó con los acreedores privados fue porque pensaba en la deuda al FMI. ¿Se entiende? Los peligros del default serán para otra ocasión.
- La Argentina tendrá que pagar la deuda en 10 años. Comenzando en el 2024 hasta 2033 a razón de 6.000 millones por año.
- O hasta 11 años, pero pagando por ese año adicional otros 6.000 millones.
- No habrá retoque ni reducciones de tasa. Sobrecargos. Se rechazó lo de modificar las sobretasas con los votos de: EEUU, Alemania, Japón y Francia.
- Pagaríamos entonces: 44.500 millones de dólares más 13.000 de intereses è 57.500 millones.
- No admiten quita alguna.
- Proponen tres revisiones anuales y una oficina permanente en Argentina durante el tiempo que dure el acuerdo. Invocando el artículo 4, que habla de una sola revisión.
- La brecha entre el dólar oficial y el blue no podrá pasar del 30%. Esto implica una fuerte devaluación del orden del 70%. Se habla de un dólar a unos 350 $ (para reducir salarios).
- La devaluación se debería hacer en dos tramos. La primera 30 días después que el Congreso apruebe el acuerdo, el cual tiene que ser votado por unanimidad por el Frente de Todos. En un intento por pulverizar al Kirchnerismo.
- Un seguro complementario privado de retiro (o sea volver a las AFJP). Con otra estructura, posiblemente.
- El libre giro de ganancias al exterior de las multinacionales. De modo de producir con bajos salarios y girar al exterior libremente.
- Las jubilaciones no podrían superar los 140 dólares y la mínima de 100 dólares. (100×350=35000) y el máximo (140×350=49.000).
- Afirma el FMI que, todo esto ya fue informado a Guzmán, Beliz, Massa, Fernández y Manzur.
- Joe Biden rechazó la reunión bilateral hasta tanto Argentina no firme el acuerdo.
El FMI está manejado, por su incidencia económica, por EEUU. Los de JUNTOS dicen que no nos conviene negociar ni con Rusia ni con China. Por lo pronto China no tiene bases militares fuera de China y con EEUU nos va bastante mal.
Marc Stanley (embajador de EEUU en Argentina) expresó su compromiso para ayudar al gobierno argentino en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para resolver «el gran problema» de la deuda” hasta aquí todo bien. Pero luego agrega: «Argentina aún no se ha unido para presionar por reformas significativas en países como Venezuela, Cuba y Nicaragua». Mas condicionamientos.