Se cumplen 20 años de la llamada “crisis del 2001” cuyo desenlace fue una revuelta popular y la renuncia del presidente Fernando de la Rua, con el penoso saldo de 38 muertos por la represión policial. Fue la culminación de un proceso de deterioro que comenzó con el agotamiento del llamado Plan de Convertibilidad de Domingo Cavallo y que se catalizó durante el gobierno de la Alianza hasta llegar a la incautación de los ahorros en pesos y la pesificación de los ahorros en dólares a través del tristemente recordado corralito.
Desafiando el estado de sitio, los sectores populares se constituyeron en la calles de todas las ciudades del país, exigiendo la renuncia del presidente y dando nacimiento a la consigna “que se vayan todos”, expresando de esta manera su desconfianza en las soluciones que podría aportar la clase política.
Es importante recordar también que la colectividad judía argentina no era ajena al proceso de deterioro económico. Según el informe de un funcionario del American Jewish Comitee, realizado en abril del 2002, el 30 % de los judíos argentinos estaba desocupado y alrededor de 44 mil vivían debajo de la línea de la pobreza. Existía lo que se dio en llamar “pobreza puertas adentro”: familias que habitaban casas o departamentos en los barrios más caros de la ciudad y no podían pagar las expensas ni los servicios.
Con el resultado de una fuerte campaña de recaudación en Estados Unidos y con donantes locales, se montó un formidable dispositivo solidario: desde ayudas para pagar alquileres e impuestos, la entrega de bolsones de comida, colonias de vacaciones gratuitas para los más chicos, hasta la creación de los bancos de medicamentos en varias instituciones, cada una de las cuales llegaba a atender a más de 100 personas por día.
Al mismo tiempo, por el proceso de expulsión económica, muchas familias eligieron Israel como destino para rehacer sus vidas: entre 2002 y 2003 emigraron con ese destino 8000 personas, que recibieron todo tipo de alicientes y facilidades.
Cabe recordar quienes integraban aquel gobierno: Patricia Bullrich (quien como se recordará propuso rebajar las jubilaciones el 13 %) Hernan Lombardi, Ricardo López Murphy, el negacionista Darío Loperfido y Federico Sturzeneger, los mismos que hoy desde la oposición se pretenden mostrar como la alternativa “republicana” cuando en verdad cabalgan sobre los olvidos que en el imaginario popular pueden generarse a través de la asistencia mediática hegemónica que los respalda.
Por eso desde el LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDIO, convocamos a evocar los desgraciados sucesos de diciembre de 2001, rendir homenaje a sus víctimas y alertar sobre que quienes produjeron esos terribles desenlaces, hoy pretenden hacer de esas fechas simples menciones del calendario y no la marca registrada de la reciente historia que los condena.
Marcelo Horestein Presidente
Pablo Gorodneff Secretario