Fuente: Hugo Presman* | La Tecl@ Eñe
Fecha: 13 de febrero de 2020
A cinco años de la muerte del fiscal Alberto Nisman y a más de 25 años del atentado a la AMIA, las mentiras ya constituyan un verdadero Aconcagua, los encubridores y cómplices se presentan como los adalides de la verdad y siguen intentando convertir a Nisman en un héroe del cual, al desentrañarse los hechos y revelarse la tortuosa trayectoria del fiscal, si alguna vez se produce, lo dejarán desnudo ante la historia.
El sábado 18 de enero una concentración de alrededor de 10.000 personas se reunió en la Plaza Vaticano, convocados por presuntos “republicanos” de las redes sociales y con la presencia de figuras del PRO y algunos radicales que mucho más que intentar homenajear al fiscal muerto, se sumaron a un acto furiosamente opositor. “No fue suicidio, fue un magnicidio” fue la consigna reiterada y “Cristina asesina” y “Argentina sin Cristina”, slogans entonados por los asistentes.
Ese “héroe” que los concurrentes vitoreaban seguramente ignoraban lo que Memoria Activa, una de las tres agrupaciones de familiares de las víctimas, muy crítica del fiscal sostenía dos años antes de su muerte, escribió en noviembre del 2013: “Nos engañó, nos mintió, nos intenta embarullar con centenares de fojas que cuentan historias que ojalá que algún pueda probar. Tenía la posibilidad de demostrar que todos estos años invertidos por usted podían sostenerse en una indagatoria, pero sus acciones demuestran lo contrario………Su falta de compromiso e inacción en la causa que investiga el encubrimiento ya nos hace dudar. El hecho que haya sacado un dictamen tan superpoblado de adjetivos, con una selección arbitraria del mismo, con argumentación jurídica pobre y forzada, llena frases huecas al que consideramos impropio de un funcionario judicial, nos demuestra que usted es funcional a los intereses de los que siempre nos quieren alejar de la verdad. Es por todo esto que, para nosotros, usted ya es el ex fiscal de la causa AMIA”.
Al día siguiente del acto en la Plaza del Vaticano, en un acto privado en el cementerio de la Tablada, el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, afirmó: «Yo estuve con Alberto dos días antes del asesinato y quiero darles certezas. En la actualidad tengo la certeza que Alberto fue asesinado porque el Derecho otorga certezas… investigó la causa más contaminada de la Argentina, atravesada por servicios de inteligencia y políticos»
Se quedó corto Knoblovits: aquí hay estados cómplices de la contaminación (el norteamericano, el israelí y el argentino de los gobiernos de Menem y Macri), jueces y fiscales impresentables, medios sesgados para tapar y distribuir las mentiras, periodistas funcionales, y dirigencia comunitaria que representa Knoblovits (entre otros), a los que jamás les importó saber lo que pasó, y cuya actuación es una prolongación de los intereses de política exterior del Estado de Israel y simultáneamente ser la cobertura de protección de aquellos dirigentes que presidian AMIA y DAIA al momento del atentado.
LOS DOS JUICIOS
La investigación se inició en el año 2001 para determinar los autores externos y contra 22 acusados de ser la conexión local del atentado y haber facilitado la camioneta con explosivos. Durante ese juicio que corrió entre 2001 y 2004, el presidente Néstor Kirchner eximió a los agentes de inteligencia de su deber de guardar el secreto de las operaciones al momento de declarar como testigos, dejando al descubierto un amplio encubrimiento. Al respecto cito lo que escribí en la nota “Héroe imprevisto” del 26 de enero del 2015: “Recordemos algunas de las múltiples irregularidades: al procesado Telleldín le pagaron 400.000 dólares con fondos de la SIDE, para que señalara a un grupo de policías de la Provincia de Buenos Aires como ejecutores del atentado. Desaparecieron todos los casetes de las grabaciones de los teléfonos intervenidos, entre ellos el del propio Telleldín. Se construyó el relato de un coche bomba, visto por una sola persona muy corta de vista al tiempo que todos los libros escritos sobre el tema desecharon esa posibilidad. En el libro “Cortinas de humo” de los periodistas Jorge Lanata y Joe Goldman publicado poco después del atentado en diciembre de 1994, puede leerse: “Ninguno de los diez testigos que estaban en el lugar del hecho, en posición de ver la Trafic, la vio (más de la mitad de estos testigos no fueron citados a declarar por el juez Galeano…)” Casi nada quedó de la presunta Trafic, salvo un impecable motor encontrado por el servicio de inteligencia israelí, varios días después del atentado. Gabriel Levinas en su libro “La ley bajo los escombros. AMIA lo que no se hizo”, escribió: “Todo hacía dudar de la teoría de la existencia de una Trafic que habría hecho las veces de coche-bomba que hasta hoy marca los rumbos de la investigación. Entre los escombros del edificio de la AMIA se había encontrado el motor con un número claramente legible. Ésa era la gran prueba, la que había llevado a la detención de Telleldín primero y Ribelli después. Sin embargo, no podíamos más que sorprendernos por el hecho de que justamente en un atentado de esta magnitud no se hubiera borrado el dato que llevaba a los culpables. Cualquier reducidor de autos sabe cómo eliminar un número de motor, por lo que resulta sospechoso ese desliz de los especialistas como los que intervinieron en la voladura de la AMIA. Por otra parte, ni entre los heridos ni entre los que circulaban por la calle Pasteur a esa hora había quien recordara haber visto pasar la famosa Trafic blanca. Sólo una mujer, de nombre Nicolasa Romero recordaba que el vehículo, manejado por un hombre de rasgos árabes, había doblado por Pasteur rumbo a la AMIA segundos antes de la explosión. Una sola persona, entre las decenas que estaban en el lugar del hecho. Escasez de testimonios por un lado, prueba demasiado evidente, por el otro. A esto había que sumar “la casualidad” de que los policías que hacían guardias ante la puerta de la AMIA se hubieran retirado de su puesto unos pocos minutos antes de la explosión.” Tampoco en la embajada estaban al momento de la explosión los policías de custodia.
Por conveniencias políticas de los gobiernos argentino, norteamericano e israelí, se determinó y de ahí se partió, que Irán era el culpable y se buscaron o se forzaron las pruebas para demostrarlo. Se desecharon otras pistas como la siria que implicaba al gobierno de Carlos Menem. La misma fue eludida porque en ese momento entorpecía el acercamiento de Israel con Siria, al tiempo que se barajaba la posibilidad de bombardear el desarrollo nuclear iraní desde ese estado. A su vez EE.UU había sindicado a Teherán como el enemigo a destruir. El periodista Horacio Verbitsky el 18 de julio del 2004, a 10 años del atentado escribió: “A pocas horas de producido el atentado, a las 9,53 del 18 de julio de 1994, el gobierno israelí del general Yitzhak Rabín propuso al gobierno de Carlos Menem coordinar una interpretación unificada que conviniera a los intereses políticos de ambas administraciones. Así lo informó el embajador argentino en Israel José María Valentín Otegui, en cable emitido a las 2.50 horas del 19 de julio de 1994, apenas 17 horas después del estallido que costó la vida a 85 personas y heridas a 300. De este modo ambos gobiernos condicionaron la investigación a las respectivas ventajas que cada uno pudiera obtener y sin mayor interés por el descubrimiento de la verdad y el castigo de los responsables.” Lo mismo afirma el abogado Horacio Lutzky en su libro “Brindando sobre los escombros” informando que el funcionario israelí enviado fue Dov Schmorak. A su vez Horacio Verbitsky agrega: “Schmorak llegó la noche del martes 19. Tal como se había solicitado fue recibido por Menem y en un reportaje concedido al diario Clarín al salir, dijo que “el número uno en la lista de los sospechosos es Irán. En el mismo sentido se orientaron los dirigentes de DAIA y AMIA.”
Poblada de hechos bochornosos, la dirigencia formal de los argentinos de origen judío, llegó a concurrir a la Casa Rosada a pedir disculpas cuando en el acto de la calle Pasteur Laura Ginsberg, entonces en Memoria Activa, realizó un potente discurso denunciando de complicidad y ocultamiento al gobierno de Carlos Menem.
La misma dirigencia de la DAIA, entre ellos José Hercman y Aldo Donzis llegaron a homenajear al comisario Jorge “Fino” Palacios, el mismo que hizo desaparecer pruebas o hacer una parodia de allanamiento a un posible cómplice del atentado vinculado a la pista siria, Alberto Jacinto Kanoore Edul. En algún momento hubo interrogantes nunca contestados dentro del lineamiento de la versión oficial, tales como: ¿por qué Kanoore Edul llamó al reducidor de vehículos Carlos Telleldín preguntando por la misma Renault Trafic que ocho días después explotaría frente a la mutual judía? ¿por qué en un primer momento negó haber hecho ese llamado? ¿por qué en su agenda figuraba el nombre del agregado cultural iraní Mohsen Rabbani, señalado como uno de los ideólogos del atentado? ¿por qué, Palacios mediante, desaparecieron los casetes y las transcripciones de las escuchas hechas a los números de Kanoore Edul, y por qué Galeano, a los pocos días de la voladura dejó de intervenir los teléfonos del empresario?
¿Por qué el padre de Kanoore Edul llamó y fue recibido en la Casa Rosada por la secretaria del hermano presidencial Munir Menem, quien le dio explicaciones sobre la situación de su hijo?
La “desinvestigación” de Galeano con la participación secundaria de Nisman fue desestimada por el Tribunal Federal Oral número 3, que consideró nulas las actuaciones y liberó a todos los acusados que estaban presos.
Posteriormente la Corte Suprema atenuó la nulidad y determinó reabrir lo atinente al atentado.
El presidente Néstor Kirchner propuso la creación de una fiscalía especial habiendo la Procuraduría General de la Nación designado a Alberto Nisman, con un generoso presupuesto y dotación de personal. Para colaborar y por sugerencia presidencial continúo el mandamás de la SIDE, el Director de Asuntos Externos conocido como Jaime Stiusso”.
En el segundo juicio por encubrimiento, iniciado en agosto del 2015, muerto ya Nisman, estuvieron sentados en el banquillo de los acusados: el ex Presidente de la Nación Carlos Menem; el ex jefe de los servicios de inteligencia Hugo Anzorreguy; el ex Presidente de la DAIA ( la organización política de los argentinos judíos); el ex jefe de Policía Metropolitana Jorge “el Fino” Palacios; Jorge Telleldín (presunto entregador de una fantasmal Trafic con la que se habría perpetrado el atentado); su mujer Ana Boragni; Víctor Stinfale, abogado de Telleldín, acusado de peculado; el juez y los fiscales que realizaron la investigación Juan José Galeano, Eamon Mullen y José Barbaccia; los ex agentes de inteligencia Patricio Finnen y Juan Anchezar; y el ex policía Carlos Castañeda (éste es el ex jefe de la División Protección del Orden Constitucional (POC) de la Policía Federal, condenado en el año 2005 a cuatro años de prisión por la desaparición de 66 casetes de escuchas telefónicas, 13 disquetes y tres videos, además del borrado del contenido de la agenda de Carlos Telleldín y otras pruebas que se recogieron en los días inmediatamente posteriores al atentado, especialmente en el domicilio del armador de autos truchos.)
El juicio tuvo escasa cobertura de la prensa. El 28 de febrero de 2019 se dictó sentencia
- Juan José Galeano, ex juez del caso, fue condenado a seis años como partícipe necesario del delito de peculado.
- Hugo Anzorreguy, ex jefe de la SIDE, cuatro años y seis meses de prisión.
- Carlos Telleldin, último dueño de la Traffic, tres años y seis meses de prisión.
- Juan Carlos Anchezar, ex subsecretario de la SIDE, tres años de prisión.
- Carlos Antonio Castañeda, ex comisario de la Policía Federal, tres años de prisión.
- Emon Gabriel Mullen, ex fiscal del caso AMIA, dos años de prisión de prisión de cumplimiento condicional.
- José Carlos Barbaccia, ex fiscal del caso AMIA, dos años de prisión de cumplimiento condicional.
- Carlos Saúl Menem, absuelto.
- Víctor Stinfale, abogado de Carlos Telleldin, absuelto.
- Rubén Beraja, ex presidente de la DAIA, absuelto.
Es preciso señalar que el Ministro de Justicia Germán Garavano, con el apoyo del Secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj y de la dirigencia comunitaria, hicieron todas las gestiones y presiones para que fueran absueltos o condenados a penas leves Rubén Beraja, los fiscales Mullen y Barbaccia, y Jorge Alberto Palacios (en la absolución de este policía estaba muy interesado Mauricio Macri)
El ministro de justicia German Garavano, dio instrucciones a los fiscales que no actuaran como querellantes.
El radical Mario Cimadevilla quien presidía la Unidad de Investigación AMIA, declaró: «Revocar la denuncia contra los fiscales fue una orden de Garavano».
La abogada Mariana Stilman, integrante de la fiscalía y cercana a Elisa Carrió, le envió una segunda carta al ministro Gemán Garavano explicándole que su renuncia se debe a diferencias que llegan a lo ético y moral: ahí considera que tiene que tener un papel activo para buscar la verdad de las graves irregularidades cometidas por funcionarios del gobierno y judiciales hace 20 años. Sin embargo, por expresa orden de Garavano, al lado de Mariana Stilman, “pusieron a un nuevo abogado que se opone a tener un papel activo como querellante y como acusadores”, escribió el periodista Raúl Kollman.
Para sumar más confusión, dos embajadores de Israel en la Argentina sostuvieron que Israel sabía quiénes habían perpetrado los dos atentados y que habían dado cuenta de ello.
El 14 de marzo del 2010 el bisemanario Perfil bajo el título “Israel eliminó a los autores del atentado a su Embajada”, se transcribe: “El embajador israelí, Daniel Gazit, reveló al diario Perfil que su país ya identificó y “se ocupó” de la conexión internacional del ataque…”
El 3 de enero del 2014 el diario La Capital consigna: “Los responsables de los atentados en la Argentina contra la embajada de Israel y la Amia fueron eliminados por Israel, reveló ayer Itzhak Aviran, embajador de ese país en la Argentina entre 1993 y 2000.
«La gran mayoría de los culpables ya está en el otro mundo y eso lo hicimos nosotros», fue la sorprendente revelación que realizó Aviran, en declaraciones vertidas durante una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN).
NISMAN PODEROSO
Posiblemente la mejor descripción de las ventajas para llevar adelante las investigaciones y que “el héroe” malversó, lo brinda Gerardo Young en su libro “Código Stiuso. La SIDE, la política desde las cloacas y la muerte de Nisman”: “Alberto Nisman era un fiscal distinto a los demás. Tenía oficinas grandes y luminosas frente a Plaza de Mayo y a metros del Cabildo, lejos de Tribunales. Contaba con un presupuesto anual que le giraba la Procuración y que él podía administrar a su criterio, además de un sueldo superior al de un juez o al de casi cualquier gerente de una empresa internacional. Tenía además cuarenta empleados de planta y otros colaboradores externos a su fiscalía, como su asesor legal Claudio Rabinovich y un experto en informática, de nombre Diego Lagomarsino, al que contrató por su cuenta para encriptar sus archivos y sus computadoras. ( Lo de por su cuenta disiente con otras fuentes). Había cambiado mucho su modo de vida y su aspecto, tanto que resultaba irreconocible al fiscal de años atrás cuando usaba bigotes y parecía excedido de peso… empezó a usar lentes de contactos de diferentes colores, adelgazó unos cuantos kilos y empezó a gastar en ropa y en cremas…. Había cambiado mucho Nisman. Ahora vivía en el lujo, hacía escapadas de vacaciones al Caribe….Viajó por el mundo…. dando informes y conferencias. Viajó a Detroit, a Nueva York, a Washington, a Lyon, a Israel. En todos sus viajes se había codeado con jefes de los servicios de espionaje, con congresistas, con magnates, jefes de policía, ministros y jueces cortesanos.
¿Quién iba a decirle algo a Nisman? Tenía el respaldo de la SIDE, tenía el apoyo del gobierno…….y se sentía protegido por la dirigencia judía…”
Jorge Elbaum en su libro “Efecto Nisman” al respecto escribió: “Los vínculos de Nisman a nivel internacional fueron claves para poner en evidencia la desesperación que provocó su suicidio. En los últimos cinco años de vida estuvo fuera del país, cuatrocientos once días, ciento cincuenta de los cuales estuvieron vinculados a diecisiete viajes que hizo a EE.UU. El pretendido vínculo con el FBI, la CIA y Mossad ( que luego desconocieron su relación) se enmarcaba en la supuesta investigación de los aspectos “externos” del atentado. Esta opción supuso- de manera progresiva- un creciente abandono de los indicios locales y, al mismo tiempo, la ruptura de toda relación cooperativa con el juez Canicoba Corral. Ambos procesos devinieron en una alianza enceguecedora (con sintomáticas evidencias de subordinación) con Stiuso”.
LAS MENTIRAS DE NISMAN
Nisman continuó y prácticamente suscribió la desinvestigación por la cual Galeano Mullen y Barbaccia fueron condenados. Sus aportes pueden reducirse a haber señalado quién era el conductor de la fantasmal Trafic blanca que terminó en un fiasco y el haber obtenido nuevamente las alertas rojas de Interpol, sobre los iraníes inculpados.
En el 2005 los fiscales Alberto Nisman y Marcelo Martínez Burgos informaron que habían identificado al conductor suicida Ibrahim Hussein Berro. Sus hermanos le informaron que había muerto en un combate en El Líbano. El dato debía ser confirmado mediante análisis de ADN de uno de los hermanos de Berro y los restos humanos sin identificar recogidos en la AMIA, tarea pendiente desde 2005. Los estudios los realizó en el 2017 el FBI con resultados negativos. Tal fue la ineficacia de Nisman que el muerto 85 recién fue identificado después de su propia muerte, y ello a pesar de que se conservaban restos humanos. Se trataba de un joven de 20 años de nombre Augusto Daniel Jesús, que asistía a un curso para el cuidado de enfermos.
La firma del endeble Memorándum de entendimiento con Irán, en enero del 2013, significó la ruptura de la alianza Nisman-Stiuso con el gobierno. Ambos se habían jugado a la culpabilidad de Irán en consonancia hasta entonces con Israel y EE.UU.
En noviembre del 2013 Irán y seis grandes potencias llegan a un acuerdo nuclear. Teherán aceptó frenar su trabajo nuclear a cambio de un alivio limitado de las sanciones. En 2015 se firma el acuerdo EE.UU-IRÁN, que impone restricciones a Irán que le impiden fabricar una bomba, a cambio de la eliminación de la mayor parte de las sanciones norteamericanas e internacionales.
Netanyahu, primer ministro israelí de ultraderecha, es invitado, en marzo del 2015 por los republicanos y en Congreso norteamericano, advierte a los diputados, en una jugada diplomática sin antecedentes, de los riesgos de un supuesto «mal negocio» de la administración de Obama con el régimen de Irán, sobre su programa nuclear, y hace referencia al atentado a la AMIA, por lo que la denuncia de Nisman y su posterior muerte le vienen como anillo al dedo.
El viraje del gobierno argentino y el de EE.UU dejaba descolocados a la dupla Nisman-Stiuso. En diciembre del 2014 es expulsado Stiuso y su grupo de los servicios de inteligencia por Cristina Fernández. Nisman sospecha que su suerte está jugada. Vuelve, se dijo intempestivamente el 12 de enero de un viaje que emprendió el 1 de enero del 2015 con su hija en Europa a la que deja sola en el aeropuerto de Barajas. En Feria Judicial, el 14 de enero presenta una pirotécnica denuncia contra la presidente argentina y su canciller y otros referentes menores del presunto encubrimiento de los iraníes imputados por la justicia argentina. María Servini sostiene “que el caso no es de aquellos supuestos que habilitan ser tratados en el transcurso de la feria, “… en razón que no se han acompañado pruebas que le otorguen sustento a sus solicitudes”.
Tres de las cuatro agrupaciones de familiares de las víctimas de la AMIA fueron siempre muy críticas de la dirigencia comunitaria y del fiscal Nisman. Sobre la denuncia de Nisman, por ejemplo, Memoria Activa emitió un documento con la firma de la presidenta Adriana Reisfeld y su secretaria general Diana Malamud donde atribuían la misma a “una interna dentro de los servicios de inteligencia y reclamaba que la causa AMIA necesitaba de un fiscal competente, que representara los intereses de las víctimas y no de los encubridores”
Hay una demolición de la denuncia por su insustancialidad. El director de Interpol, Ronald Noble desmiente que se iban a levantar las alertas rojas. Bullrich y Alonso lo presionan para ir al Congreso. La ex mujer lo insulta. Las hijas no le hablan. Los diputados oficialistas lo esperan el lunes para hacerle pasar un papelón en el Congreso. Allan Bogado, el espía dudoso, nexo presuntamente con la Presidencia, había sido denunciado por Stiuso, como un mero intermediario de influencias. Nisman percibe que su fama y su carrera se desmoronan. Stiuso del que esperaba más pruebas, no lo atiende. El derrumbe lo deja expuesto a sus turbios manejos financieros, su vinculación con los fondos buitres, su tumultuosa vida privada. El suicidio es la única salida para salir de un callejón que inesperadamente lo convertirá en héroe.
Por otra parte, su regreso de España a Buenos Aires no fue intempestivo. Había sido planificado desde el momento de la partida de la Argentina. Lo describe muy bien Gerardo Young en su libro “Código Stiuso”: “En la Unidad Fiscal había informado de su viaje y había puesto una fecha de regreso para el 19 de enero. Pero el último día del año les dijo a sus secretarias -eran tres- que pensaba volver antes, el día 12 de enero.” Le sacaron pasajes para su retorno ese día.
Escribió Horacio Verbitsky en Cohete a la Luna: “Fueron los servicios israelíes los que alimentaron la disparatada denuncia de Natalio Alberto Nisman. Además el principal aportante a los esfuerzos proselitistas de Netanyahu y de Trump, el empresario de casinos Sheldon Adelson, financió en forma generosa e ilegal al ex fiscal. Adelson es socio del principal fondo buitre, Elliot Management de Paul Singer y juntos financiaron la Fuerza de Tarea Argentina, que se encargó de difamar al gobierno argentino de CFK”
Un viejo proverbio judío explica: “Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver”
EL CURRÍCULUM DEL FISCAL
Nisman inició su carrera judicial en Morón. Treinta años después, en la tercera audiencia del juicio por La Tablada, un militar se quebró y denunció que tres décadas atrás lo obligaron a mentir. Firmó una falsa declaración que lleva la firma de Alberto Nisman, vinculado al asalto del cuartel de la Tablada, del 23 de enero de 1989. Declaró que Iván Ruiz y José Díaz fueron capturados con vida, torturados y desaparecidos.
En ese juzgado, Facundo Pastor en su libro “Nisman ¿Crimen o suicidio? ¿Héroe o espía?”, escribió: “Metódico como siempre, revisó una y mil veces el grabador que escondía en su saco príncipe de Gales. Decidido, ingresó en el despacho del prosecretario del juzgado. Carlos Olita lo recibió con una sonrisa, aunque era consciente de que Nisman estaba dispuesto a cualquier cosa por sentarse en su sillón y quedarse con su cargo. Así son las despiadadas reglas del mundo judicial.
– Sentate, Ruso, vení, vení, pasá ¿Qué necesitás? – le preguntó Olita.
– Nada, Carlitos, nada, simplemente pasaba a ver como estabas- empezó Nisman, atento a lo que estaba a punto de hacer. A Olita le llamó la atención que el Ruso se mostrara más amable que de costumbre pero entabló una charla sin imaginar las consecuencias.
Durante media hora conversaron largo y tendido. Olita despachó toda su bronca contra el secretario del juzgado, Gerardo Polllicita. Lo criticó con dureza sin advertir que cada palabra estaba siendo registrada por el grabador oculto que Nisman llevaba en su saco con hombreras. A las pocas semanas, Olita dejó su cargo. Nisman se convirtió en el flamante secretario del juzgado”.
En marzo de 1991, cuenta Pablo Duggan en su minucioso libro “¿Quién mató a Nisman?”: “María Laura S, una abogada de 26 años se presentó en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Federal número 5 para realizar una denuncia. Frente al juez declaró que hacía ocho años recibía ininterrumpidamente llamadas telefónicas anónimas. …Quien llamaba se negaba a cortar la comunicación y el teléfono de la casa quedaba bloqueado…Eran alrededor de quince o veinte llamadas por día. … El juez Martín Irurzun y el fiscal Gabriel Cavallo solicitaron la intervención del teléfono” Sintetizando: en el libro están las llamadas hot y la conclusión es: “En noviembre de 1991 llegaron las planillas de las llamadas, surgió que era el domicilio en donde vivían Alberto Nisman, su hermana Sandra Nisman y su madre Sara Garfunkel. Su padre ya había fallecido para esa fecha.”.
Su trato con los custodios y muchos de sus colaboradores tenía rasgos despóticos. Diferente era su posicionamiento ante los poderosos. Santiago O`Donnell en su libro “ArgenLeaks” escribe: “Los funcionarios estadounidenses de la embajada le dijeron a Nisman que se dejara de embromar con la llamada “pista siria” …Al advertir el malestar de los diplomáticos estadounidenses por el pedido de captura de Menem, Nisman les aseguró que no iba a insistir con sus averiguaciones acerca de la “conexión local.” Dijo que le había entregado esa investigación al juez Lijo y que de ahora en más se dedicaría a seguir la recomendación que le habían hecho los funcionarios de los Estados Unidos. Escribió el embajador Wayne: “Nisman aseguró que ya no tendría ningún rol en ese aspecto del caso (la investigación de la conexión local) y que continuaría enfocado en descubrir nuevas pistas y fortalecer las pruebas contra los iraníes” (Páginas 38 y 39) Los Wikileaks revelan cómo Nisman le adelantaba a la embajada de los EE.UU en Buenos Aires las medidas judiciales que iba a tomar la Fiscalía o el juzgado en torno a la causa. También alcanzaba a la sede diplomática los borradores de las resoluciones para recibir las correcciones que fueran necesarias. El fiscal llegaba incluso a disculparse por no avisar a tiempo alguna medida judicial que había tomado.
En el ejercicio de la fiscalía tuvo un nivel de vida que multiplicaba por tres a sus ingresos oficiales. Tal vez por eso cobra verosimilitud la denuncia de Diego Logomarsino, el técnico informático al que le pedía la devolución de la mitad de lo que cobraba y que, como es sabido, fue quien le entregó el arma con la cual apareció muerto el fiscal.
Cuentas sin declarar en EE.UU, terrenos en la misma condición en el Uruguay en los que su madre era una de las que actuaba como testaferro, vida dispendiosa poblada de jóvenes modelos. Todo es oscuro alrededor del “héroe”. Y una consideración elemental para los que sostienen la hipótesis del homicidio. En los boliches nocturnos a los que concurría con la custodia, la misma se quedaba afuera, por lo que era fácil originar un tumulto en donde un balazo accidental mataba al fiscal. En sus reiterados viajes al Caribe y a Europa, sin custodios, era un blanco accesible si alguien hubiera pretendido efectivamente asesinarlo.
EXPLICACIÓN POSIBLE DE SITUACIONES INEXPLICABLES
Se ha afirmado que no había señales de la detonación que un disparo deja en las manos del que dispara. Los especialistas del Servicio de Ingeniería y Química Forense de Salta donde está la más avanzada aparatología del país para estos estudios determinó “que fueron encontradas partículas consistentes con residuos de disparo y eso ocurrió en ambas manos del fiscal”.
La ex pareja de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado impugnó la pericia de Cuerpo Médico Forense, porque no esperaron la llegada de los peritos de su parte. Pablo Duggan lo desmiente en el libro citado. Escribió: “La instrucción de Sandra Arroyo Salgado es clara: Elazar (su pareja) debe presentarse a primera hora en el Juzgado- en el escrito dice solo primera- ; sin embargo no lo hace, se presenta recién a las 9 y 50, tal cual queda indicado en el sello con la fecha y hora de recepción del escrito. Elazar es abogado y sabe que los tribunales atienden al público desde las 7 y 30 de la mañana. De haberse presentado a esa hora, según la indicación de su pareja, la autopsia se hubiera detenido. Por eso no ocurre. Este punto es de real importancia. A lo largo de todo el tiempo transcurrido desde la muerte del Nisman, son numerosas las ocasiones en que Sandra Arroyo Salgado reclama que no le ha permitido a sus peritos participar en la autopsia”.
No fue la única mentira de la jueza y sus abogados. La expareja de Nisman mintió premeditadamente sobre el lugar en que entró la bala, para direccionar los hechos y su explicación indubitable de que fue un homicidio. Sus abogados desvirtuaban los que sus propios peritos habían afirmado, mientras arrojaban contra la fiscal Viviana Fein descalificaciones soezes, afirmando que “había hecho una investigación para el culo.”
¿Qué llevó a Arroyo Salgado a una actitud tan poco decorosa, agravada por su condición de jueza?
El sociólogo Jorge Elbaum en su libro “Efecto Nisman”, da una explicación posible: “El 15 de enero Nisman empezó a llamar con insistencia a las hijas, que continuaban en Europa junto con la madre. Arroyo Salgado, ante las reiteradas comunicaciones, les pidió a las niñas que no lo atendieran para demostrarle el disgusto por el abandono de la mayor de las hijas en el aeropuerto de Madrid. Esto originó que las hijas del fiscal le expresaran a la madre, el lunes 19 de enero, luego de la muerte de su padre, un fuerte sentimiento de culpa. Ambas elucubraron que una de las razones del suicidio de su padre, podría haber estado generada en la no respuesta. Poco tiempo después, la jueza de San Isidro declaró: “Hoy siento la tranquilidad de haberles dado una respuesta a mis hijas”. Esta trama familiar brindaría en los meses sucesivos algunas pistas relevantes acerca del particular interés de Arroyo Salgado en reconvertir el suicidio en un asesinato. La respuesta “que le debía a sus hijas”. El 9 de julio del 2017 en el reportaje del diario Clarín a Arroyo Salgado, ésta declaró: “Mis hijas ya saben que fue un homicidio.”
Finalmente, y en un inventario pequeño, de situaciones aparentemente inexplicables, está la actitud de Sara Garfunkel, madre del fiscal. No es juzgable la respuesta ante la muerte de un hijo, sin dejar de ser llamativa. Pero lo que sí constituye un misterio es lo que cuenta Facundo Pastor en el libro citado: “Tras la muerte del fiscal, Sara Garfunkel mostró un comportamiento extraño, similar al que tuvo con los secretos guardados en la caja del Banco Ciudad. Otra vez se lanzó con desesperación a vaciar el cofre privado. Fueron tres jornadas agotadoras donde concurrió al centro para llevarse todo lo que su hijo había guardado. El martes 3 de febrero ingresó sola y estuvo en la bóveda unos pocos segundos. La misma acción la repitió el 5 de febrero…concluyendo el vaciamiento el 9 de febrero por la mañana. ¿Que sacó Sara Garfunkel de este cofre? ¿El contenido de la caja era tan pesado como para concurrir tres días a vaciarla de a poco? ¿Se llevó dinero o documentación? Preguntas frente a las que la madre del fiscal volvió a titubear cuando fue consultada por los investigadores”.
LA SOMBRA DE STIUSO
Stiuso entró en los servicios de inteligencia en 1972. Atravesó las dictaduras y todos los gobiernos democráticos. Un hombre estrechamente vinculado a la CIA. Su debilidad con el Mossad. Toda la investigación de la AMIA y la denuncia de Nisman es un trabajo de los servicios de inteligencia. Luego los respectivos fiscales le dan estructura jurídica. Gerardo Young afirma textualmente: “Sabemos sus vínculos con la CIA y el Mossad. Sabemos que con ellos viajó por el mundo. Sabemos que con ellos se obsesionó con el caso AMIA. Y con una solución de cualquier manera al caso AMIA. De Jaime sabemos que tiene empresas, un departamento en Recoleta, que seguramente será millonario. Que ya pasó la barrera se los sesenta años.”
Entre 1994 y 1999 fue Subdirector de Contrainteligencia. Ascendió a director del área en el 2001. En el 2002 llegó al cargo más alto: Director General de Operaciones.
UN LABERINTO DE DUDAS, FALSEDADES Y PARADOJAS
En un atentado de la envergadura como el de la AMIA, no hay certeza de la existencia de la famosa Trafic blanca. Un investigador de indudable solvencia como Horacio Lutzky, autor de varios libros sobre el tema como “Brindando sobre los escombros”, “La Explosión”, “Iosi, El espía arrepentido” (éste junto a Miriam Lewin), sostiene en recientes declaraciones a la Agencia Paco Urondo: «Básicamente, considero que no existe, en absoluto, prueba suficiente de la existencia de una Trafic- bomba». Juan Salinas, también con varios libros sobre el tema, en la misma oportunidad y a la misma agencia expresó: «No hay ninguna prueba de que haya intervenido en la voladura de la AMIA (dos explosiones) ningún vehículo-bomba. Como en el caso de la Embajada de Israel, nadie vio ninguna camioneta-bomba y, por cierto, los vehículos que sirven como vectores de explosivos no se evaporan en el aire».
Está claro que en la investigación sobre el atentado a la AMIA, primero se determinó a los culpables y luego se buscaron encontrar pruebas que justifiquen la hipótesis.
Eso no implica la inocencia de Irán, sino que la misma no surge de la investigación.
Es paradojal que prácticamente la misma investigación que llevó a ser juzgados y condenados al juez Juan José Galeano y los fiscales Mullen y Barbaccia, convirtieron a Nisman, después de su muerte y junto a la denuncia por el Memorándum, en héroe. Nisman, oportunamente, había sido invitado por los fiscales Mullen y Barbaccia a colaborar en el primer juicio oral de la causa AMIA y a los cuales traicionó cuando los mismos fueron expulsados por el tribunal cuando se conoció el video de soborno de Telleldín. Nisman no se solidarizó con ellos y ni siquiera apeló la sentencia del Tribunal.
Tres de las cuatro agrupaciones de familiares de las víctimas de la AMIA, fueron muy críticas de Nisman. La única agrupación de familiares que actúa en consonancia con las autoridades comunitarias, los que creen la versión oficial, afirman que ante la declaración de Alberto Fernández de buscar la verdad, eso no es lógico porque “… La verdad la determinó la Justicia. Ahora hay que juzgar a los imputados.” Sobre la investigación trucha de gendarmería, encomendada con la misma metodología que la de la AMIA, fijar de inicio los culpables y buscar luego las pruebas, aquí se determinó previamente que debían demostrar que Nisman fue asesinado. Los que se rasgan las vestiduras presuntamente preocupados para llegar a la verdad, la dirigencia comunitaria, familiares que le creen, el PRO, Carrió, se oponen a la revisión de la pericia y también que de ninguna manera declaren el ex titular de Interpol Ronald Noble y el ex responsable legal de ese organismo Joel Sollier.
La dirigencia comunitaria, mayoritariamente simpatizante del PRO, actuaron en el juicio de encubrimiento del atentado de la AMIA, como encubridores de varios de los encubridores, desde el presidente de la DAIA de aquel entonces Rubén Beraja a los dos fiscales y al comisario Palacios.
Sergio Burstein, referente de la Agrupación de familiares de las víctimas de la AMIA, 18J, cuya esposa murió en el atentado declaró: “Si la DAIA no hubiera metido la cola en la causa AMIA, hoy los responsables estarían presos”
Las mentiras de la jueza Sandra Arroyo Salgado y sus abogados ya fueron transcriptas. Y para cerrar un laberinto de dudas, encubrimientos y falsedades: mientras Israel exige que se persiga a Irán por ser el autor de los dos atentados y en esa interpretación posiblemente del asesinato de Nisman, dos embajadores de Israel en la Argentina sostienen que los terroristas ya pasaron a otra vida porque fueron ejecutados clandestinamente.
El juez Claudio Bonadío que cajoneó cinco años el caso AMIA, ahora cajonea cinco años la investigación de las cuentas de Nisman.
Paradojalmente, Cristina Fernández y Mauricio Macri referentes de dos modelos antagónicos coinciden sobre la muerte de Alberto Nisman.
Ambos consideran que fue homicidio. Macri afirmó sin la menor duda: “A Nisman lo mataron, necesitamos saber quién fue” Cristina Fernández tuvo marchas y contramarchas, habiendo especulado por las redes sociales, al poco de la muerte de Nisman en forma muy criticable porque no debía hacerlo al estar involucrada en la denuncia, sosteniendo en principio el suicidio y luego el homicidio. Llegó a afirmar: “Di mi hipótesis y lo sigo sosteniendo. Lo hice cuando era mi responsabilidad hacerlo. Mencione la posibilidad que la muerte no fuera voluntaria”
A su vez el Presidente Alberto Fernández en el pasado se inclinó por el asesinato y hoy por el suicidio.
En cuanto al Memorándum hay una autocrítica de Cristina Fernández en su libro “Sinceramente”: “Había que destrabar la situación. Creo que la voluntad mía y la omnipotencia de pensar que podíamos arreglarlo terminaron jugando en contra. Fueron esos componentes que se condensaron en el Memorándum: una mezcla de ingenuidad, omnipotencia y creo, mirándolo en retrospectiva, mucho voluntarismo”. (Página 481) Más adelante compara lo que sucedió en EE.UU y en nuestro país: “Donald Trump no quiere meter preso a Obama, ni lo acusa de traidor a la patria por haber firmado nada menos que …. ¡Un acuerdo nuclear! ….no se inventó nada para difamar a Obama. Finalmente el Memorándum de entendimiento con la República Islámica de Irán fue debatido y aprobado por el Parlamento argentino el 27 de febrero del 2013, luego de una discusión que duró más de catorce horas. Sin embargo el Memorándum nunca entró en vigencia: el parlamento iraní ni siquiera lo trató”.
AMIA Y NISMAN: DE MENTIRAS Y ENCUBRIDORES
El disparo que mató a Nisman hirió duramente al kirchnerismo. En mi nota “Héroe imprevisto” del 26 de enero del 2015 lo señalaba: “La muerte de Alberto Nisman es una bomba de profundidad que atravesará por mucho tiempo a la sociedad argentina. La percepción popular de que el fiscal del caso AMIA ha sido víctima de un asesinato, difícilmente se disipará aún en el hipotético caso que se encontrara una carta del fiscal anunciando su decisión de suicidarse.”
Macri que en enero del 2015 estaba tercero en las encuestas subiría en las preferencias sobre la ofensiva de hacer pasar un suicidio por asesinato y llegará a la presidencia 9 meses después. Recorrió un camino similar al que le permitió llegar a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires montándose sobre la tragedia de Cromañón.
La fiscal Viviana Fein que intuía por su investigación que era un suicidio, resistió a todas las descalificaciones que la presionaban para que recorriera el camino del homicidio. Los peritos de la Corte, el CMF (Cuerpo Médico Forense) descartaron la presencia de terceros en el departamento. Las puertas cerradas, las cámaras que no detectaron nada extraño, el cuerpo que obstruía la entrada al baño, sin huellas de terceros en esa habitación, donde la sangre cubría parte del piso, sin marcas de lucha en el cuerpo del fiscal.
Reitero, porque son tantas las incongruencias, que si no se repiten puede suponerse que hay errores en esta nota. El homicidio no cerraba. En mayo del 2016 Bullrich le encarga la pericia a gendarmería con conclusiones a medida. Clarín adelanta los resultados antes que se inicie la misma. El documental de Netflix entrevista a los peritos de gendarmería que determinaron por ecuaciones matemáticas que la muerte fue a las 2,46 del sábado para el domingo. Que lo mataron tres personas en el baño, que le dieron ketamina y que tenía quebrado el tabique nasal. Todo ello por fotografías y en un baño construido con ese fin Son impresentables. Con sólo un par de medidas todo se derrumba: careo público entre los peritos de cuerpo médico forense de la corte y los de gendarmería. La segunda: que se lo llame a declarar a Ronald Noble.
Si faltaba algo, la pericia trucha hace referencia como base de su investigación al perito forense peruano Juan Santos Lovatón, quien desmiente a sus admiradores sosteniendo: “Nisman estaba sólo en el baño. La disposición de las manchas de sangre en las manos del fiscal demuestran que el sostuvo el arma”
Es entendible el temor de Clarín, de Elisa Carrió, de Patricia Bullrich, de la dirigencia comunitaria que lo elevó al nivel de héroe, de los peritos de gendarmería con destino de pasarse unos años tras las rejas.
Mentiras y más mentiras. Encubrimiento y encubridores. En el primer juicio el tribunal oral en su sentencia dictaminó: “Fue una investigación de pistas falsas, armada al servicio de políticos inescrupulosos”
Un ex jefe de la estación de la CIA en Buenos Aires, Ross Newlands, aclaró sobre el Caso Amia: “Nunca tuvimos ninguna información que indicara que Irán lo hizo. Que lo hayan hecho porque frenaron el desarrollo de su tecnología nuclear es apenas una especulación.
No quiero ser teórico conspirativo pero si lo intentaras, no podrías arruinar más esta investigación para que quedara así. Me hace pensar que a nadie le interesaba resolver este caso”
En el caso de Nisman, su evaluación actual por el establishment y sectores antikirchneristas, queda expuesta en una frase de Jorge Luis Borges, pronunciada mucho antes de su muerte: “Nada como una muerte para embellecer una vida”.
*Coconductor del programa radial EL TREN, con más de 16 años en el aire. Contador Público recibido en UBA. Fue profesor de Economía Política en la Facultad de Ciencias Económicas de la misma Universidad. Es Periodista. Sus trabajos son publicados en diversos medios nacionales e internacionales. Es autor del trabajo de investigación “25 años de ausencia” y participó con trabajos en los libros “Damián Carlos Álvarez Pasión por el libro” e “Insignificancia y autonomía”. Debates a partir de Cornelius Castoriadis.
Además es coautor del libro “Bicentenario de la Revolución de Mayo y de la Emancipación Americana»