Fuente: Jorge Elbaum | El cohete a la luna
Fecha: 14 julio 2019
Los laboratorios del macrismo han decidido implementar una campaña electoral de tono desesperado y ofensivo utilizando en forma irresponsable dimensiones ligadas a la violencia, el terrorismo y los conflictos geopolíticos ajenos a la realidad de América Latina. En ese marco, con la clara intención de motorizar niveles crecientes de polarización, el gobierno ha decidido sumarse al pedido de Washington y Tel Aviv de nominar como grupo terrorista a una organización político-militar del Líbano, Hezbollah (cuya traducción es Partido de dios), que forma parte permanente del gobierno de ese país.
La señal enviada por el macrismo será aplaudida durante la semana que se inicia en la sede de la AMIA y la DAIA, por el ex jefe de la CIA, Mike Pompeo, hoy devenido jefe del Departamento de Estado. El delegado de Donald Trump también retribuirá el apoyo recibido de Mauricio Macri en relación a Venezuela a través del Grupo de Lima, orientado a legitimar el bloqueo contra Caracas. Pompeo también utilizará su estancia en Buenos Aires para referirse a la potencial guerra en ciernes contra la República Islámica de Irán, hecho que los medios hegemónicos locales relacionarán con el caso de Natalio Alberto Nisman, tanto en referencia a su muerte como a su denuncia por el Memorándum de Entendimiento.
La denuncia realizada por el fiscal ha sido elevada a juicio oral pero aún no tiene fecha de inicio. Dicha situación le permite al entramado tribunalicio-mediático la oportunidad para darle continuidad a la persecución contra la ex Presidenta y al resto de los acusados, sometidos al limbo de la imputación permanente.
La presencia de Pompeo incluirá un homenaje a Nisman. Y buscará, además, revalidar el galimatías jurídico estrafalario por el que se encuentra encarcelado desde hace más de un año Fernando Esteche. Bajo esa misma imputación se logró la detención de Carlos Zannini y se le impidió a Héctor Timerman realizar tratamientos oncológicos, situación que aceleró su muerte. El mismo entramado es el que viabilizó la ofensiva contra el juez Daniel Rafecas, impulsada en 2015 por la DAIA y continuada por el diputado Waldo Wolff mediante una denuncia realizada ante el Consejo de la Magistratura. Todos esos movimientos fueron coetáneos a la operación llevada a cabo por los republicanos desde Washington, quienes socavaron su propio acuerdo con Irán y se retiraron del mismo una vez que Donald Trump asumió la presidencia. El fracaso de Wolff ante Rafecas no impidió que el legislador intentase una acusación por antisemitismo contra el diputado Leopoldo Moreau, imputación que también fue desestimada. La consiguiente sensación de fracaso, sufrida por el ex dirigente de la DAIA, no le impidió alternar su banca con sus persistentes presencias televisivas, abonado como panelista en todos los programas donde la política se degrada en el barro del show mediático.
Cambiemos le dará continuidad a su puesta en escena electoral en la conmemoración del 25° aniversario del atentado. Utilizará la muerte de las 85 víctimas y los 300 heridos para obviar que la causa tramitada en Comodoro Py continúa con el mismo status de estancamiento y sordina con el que se observa la tramitación del expediente referido al atentado a la embajada del Estado de Israel. En este última instrucción, la Corte Suprema suma 27 años de mutismo y burocracia ininteligible.
Ambas causas mantienen, sin embargo, una íntima relación con el reciente fallo del Tribunal Oral Federal N° 2, de febrero de este año, en el que se dio por probado el encubrimiento efectuado durante la investigación del atentado de 1994. Sus fundamentos, difundidos en mayo de este año, dan cuenta de la operación realizada por el menemismo, con la complicidad del juez Juan José Galeano, para ocultar los lazos que articulaban al entonces entorno presidencial con el sospechoso Kanoore Edul, definido como eslabón de la denominada pista siria [1]. El operador de aquella desviación fue el comisario Jorge Fino Palacios, luego imputado por las escuchas telefónicas ilegales requeridas por la familia Macri para espiar a familiares de las víctimas, a empresarios competidores de sus corporaciones y al cuñado del actual Presidente.
A pesar de la palmaria connivencia entre AMIA, DAIA y el PRO, el juicio por encubrimiento terminó sumando una nueva denuncia de encubrimiento. Pero esta vez provino del propio núcleo gubernamental. El Titular de la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA, Mario Cimadevilla, quien había sido designado por Mauricio Macri en enero de 2016, fue el encargado de señalar a sus superiores. Cimadevilla, dirigente radical y ex senador por la provincia de Chubut, consideró a German Garavano como responsable de impedir la acusación contra los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia.
El decreto gubernamental que cataloga a Hezbolah, anunciado entre otros por el diputado oficialista Waldo Wolff, etiqueta a la organización libanesa con el mote de terrorista bajo la misma lógica de presión impuesta durante la etapa de las relaciones carnales que llevaron al país a sufrir los dos atentados del ’92 y del ’94[2]. En aquella oportunidad, los vínculos entre Menem y Bush provocaron inicialmente el desmantelamiento del misil Cóndor (que el riojano había comprometido vender a varios países árabes y a los ayatolas persas), además de la interrupción intempestiva de los contratos firmados por el gobierno de Raúl Alfonsín con Teherán, para sustituir el núcleo de un reactor nuclear y convertir uranio natural en dióxido de uranio [3].
Usar a los muertos
Ningún analista —ni siquiera los actuales funcionarios de la cancillería— logra explicar la declaración de guerra a una organización político-militar libanesa ni los beneficios que esta decisión supone para Argentina. Su aplicación, explican, no tendrá impacto en el posicionamiento estratégico ni conllevará mejoras en los niveles de cooperación y/o el comercio con bloques o con país alguno. De hecho, la concesión a los gobiernos de Estados Unidos e Israel se institucionalizará mientras estos dos últimos Estados continúan apoyando al Reino Unido de Gran Bretaña en relación al eje central de la política exterior argentina (hoy abandonada): la cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas.
La DAIA y la AMIA, en los últimos años, han ahondado la deriva hacia una partidización política indudable. Ambas instituciones abandonaron las misiones estatutarias por las que fueron fundadas y se sumaron a los programas de exclusión neoliberal (liderada por el macrismo) y a la agenda geopolítica requerida por el gobierno del Likud israelí, comandando por Bibi Netanyahu. Ambas organizaciones, además, continúan adulterando su representatividad, mediante la recurrente afirmación de que expresan a la totalidad de dicha colectividad. En términos porcentuales, sin embargo, sus dirigentes no expresan más que al 30 % de los argentinos judíos. Gracias a los medios hegemónicos, que insisten (y blindan) tal representatividad inexistente, perpetúan el designio de invisibilización de los agrupamientos (como el Llamamiento Argentino Judío) que figuran en las antípodas de sus declaraciones y posicionamientos políticos.
La escenificación que compartirá el gobierno junto a Mike Pompeo la semana entrante fue prologada por la visita el último jueves del candidato a vicepresidente Mickey Vainilla a Pasteur 633. En esa oportunidad, afirmó un testigo, no se hizo referencia a los dichos del senador pronunciados en 2013 en los que afirmó que “el atentado les costó la vida a argentinos de religión judía y a argentinos que estaban en ese lugar». Tampoco hubo referencia alguna, pese a que la DAIA asevera luchar contra toda forma de discriminación, sobre su declaración referida a los migrantes africanos: “El país está lleno de senegaleses. Ninguno en una actividad lícita” [4].
La contrapartida de los actos que llevarán a cabo AMIA/DAIA se focalizará en la convocatoria impulsada por Memoria Activa, bajo el lema “25 años de probada impunidad”. Ese encuentro tendrá lugar el 18 de julio a las 9.30 en Plaza Lavalle, Ciudad de Buenos Aires. Estela de Carlotto, Taty Almeida, Alejandra Darín, Ivan Schargrodsky y Diana Malamud serán sus oradores. Además Sandra Mihanovich compartirá unos temas musicales en homenaje a quienes sostuvieron la memoria, en forma indeclinable, sin negociaciones de ningún tipo, durante el último cuarto de siglo.
El verdadero sentido de los apotegmas macristas referidos al regreso al mundo, y/ o la inserción inteligente a nivel global, parecen expresarse mediante el endeudamiento soberano, el alineamiento acrítico con las políticas de Washington, el abandono de la integración regional y la exposición a nuevas hipótesis de conflicto bélico global. Con la característica particular de que Macri no parece contar con los mismos medios que Washington y Tel Aviv para enfrentar los desafíos de seguridad devenidos de esos posicionamientos. La conducta del actual gobierno podría caracterizarse como una suma de sandeces e irresponsabilidades. Un combo fatal.
[1]. Fundamentos de la sentencia del juicio oral por encubrimiento en la investigación del atentado a la AMIA. Disponible en http://bit.ly/2JKnxSm . Ver Págs. 38-45
[2]. http://bit.ly/2XJyQiR
[3]. De León, Pablo: El proyecto misilístico Cóndor. Su origen, desarrollo y cancelación. Tesis de doctorado, UDESA, Buenos Aires, 2015. Disponible en http://bit.ly/2JvjCtK
[4]. http://bit.ly/2JFSDL6
Notas relacionadas
Campaña sucia y caza de brujas (https://www.pagina12.com.ar/206143-campana-sucia-y-caza-de-brujas)