El padrino de Borinsky

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna

Fecha: 18 de abril de 2021

Mariano Borinsky y Germán Garavano, dos días después de que el primero confirmara la condena contra Amado Boudou.

En la Justicia federal existe una opinión unánime acerca de quién apadrinó a Mariano Borinsky a la Cámara de Casación. Quienes frecuentan los pasillos del edificio de Retiro señalan a Horacio Antonio Stiuso como el gran influencer que logró ubicar al actual magistrado mientras cumplimentaba su especialidad de silenciar a otros mediante los denominados carpetazos. “Jaime” –o El Ingeniero– desplegó su ascendencia y señorío en los ámbitos tribunalicios durante la primera década y media del siglo XXI, hasta que su estrella se apagó en diciembre de 2014 cuando Cristina Fernández de Kirchner lo despojó de la botonera con la que ejercitaba su poder. Borinsky fue designado en la Cámara de Casación en 2011.

El actual vicepresidente segundo de la Cámara de Casación tuvo varias oportunidades para gratificar el aval recibido en sus primeros pasos en Comodoro Py. Algunas de esas retribuciones quedaron expuestas de forma sugestiva en dictámenes en los que Borinsky buscó salvaguardar el buen nombre y honor de su promotor. En 2011, Gustavo Beliz –actual Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia– había sido absuelto por el Tribunal Oral Federal 3 en la imputación –promovida por Stiuso– de violación de secretos de Estado, por haber exhibido una imagen del espía en el programa de TV de Mariano Grondona. Borinsky, integrante de la Sala IV de Casación, consideró junto a Gustavo Hornos y Juan Carlos Gemignani que el Tribunal Oral Federal 3 había actuado con parcialidad, y dictaminó en 2012 que se volviera a juzgar a Beliz. El escándalo por la salvaguardia del espía generó tanto revuelo que la Corte Suprema revocó el fallo de la Sala IV, y Beliz fue definitivamente absuelto.

Muchos operadores judiciales consideran que el vínculo entre Borinsky y Stiuso supone algo más que una devolución de favores. En 2019, cuando todavía estaba operativa la Mesa Judicial bifronte gestionada por Fabián Rodríguez “Pepín” Simón y Daniel “El Tano” Angelici, la jueza federal María Romilda Servini desestimó una nueva denuncia promovida por Stiuso, dirigida contra el titular de la asociación La Alameda, Gustavo Vera, y los jueces Daniel Rafecas y Sebastián Casanello. Según la presentación promovida por el ex espía, los tres se habrían reunido de forma secreta en una quinta de Moreno para confabular contra su persona. El motivo real de la reunión, que no fue clandestina y de la que participó también el sacerdote Marcelo Sánchez Sorondo, fue la organización de unas jornadas antimafia en la legislatura porteña.

La operación mediático-jurídica de la que se hizo eco Stiuso fue iniciada por el matutino Clarín con una nota publicada el 19 de noviembre de 2016, titulada “Casanello, Rafecas y Vera y una reunión secreta”, en el marco de una ofensiva contra los dos jueces de Comodoro Py, que en tiempos macristas no aceptaban someterse a los mandatos de la mesa judicial diagramada por “Pepín” y “El Tano”.

A pesar de que la Cámara Federal y el fiscal actuante habían coincidido con Servini en que debía archivarse la causa contra Vera, Rafecas y Casanello, los camaristas de Casación Borinsky y Javier Carbajo decidieron anular la resolución y le ordenaron a la magistrada que dispusiera un nuevo pronunciamiento, acorde a los cuestionamientos planteados por Stiuso.

Un tercer expediente en el que el juez de Casación evidenció su afinidad sinuosa con el ex espía es el que tiene como imputado e Juan Sebastián “El Enano” De Stéfano, director del área jurídica de la central de inteligencia dirigida por Gustavo Arribas y Silvia Majdalani hasta 2019. Según conocedores del submundo de la AFI, De Stéfano recurrió en varias oportunidades al consejo de Stiuso para planificar, diseñar y ejecutar el espionaje contra aliados díscolos, empresarios, periodistas y dirigentes opositores. Las prioridades de las operaciones de espionaje tuvieron como propósito central el contribuir a deteriorar la imagen pública de Cristina Fernández de Kirchner, asegurar su proscripción política y/o promover su detención.

Borrar las huellas

Esa colaboración entre “Jaime” y “El Enano” es la que Borinsky se empecina en invisibilizar cuando impulsa el pase de la causa de Lomas de Zamora –donde está imputado De Stéfano– a los tribunales de Comodoro Py, en connivencia con el ex secretario de Mauricio Macri, Darío Nieto. Esta es la razón además por la que el casador rechazó apartarse de la misma causa pese a que uno de los defensores de “El Enano” es Darío Rubinska, hermano de su concuñado. Ramiro Rubinska está casado con Ingrid Meischenguiser, y la hermana de esta última, Evelyn, es la esposa de Borinsky. El entramado que rodea al juez Borinsky incluye al padre de los Rubinska (Jorge), quien compartió variados patrocinios junto a Julián Subias, socio de Santiago Blanco Bermúdez. Los dos últimos son los históricos abogados de Antonio Horacio Stiuso.

De Stéfano está procesado por el juez de Lomas de Zamora, Juan Pablo Augé, en el marco de la megacausa de espionaje de la que fueron víctimas la ex Presidenta, presos políticos detenidos en instalaciones del Servicio Penitenciario Federal, jueces, periodistas y legisladores, entre otros. La falta de recato del juez, sin embargo, tuvo etapas menos bochornosas: en 2013 Borinsky solicitó su inhibición de una causa debido a que el abogado patrocinante era Ramiro Rubinska. En aquella ocasión, su pedido fue concedido debido a “razones de decoro y delicadeza, atento el parentesco que el señor juez guarda respecto del defensor particular de la imputada”.

Según los periodistas que transitan los pasillos de Comodoro Py, el casador reincidió en una falta absoluta de decoro al votar in límine contra su apartamiento de las causas ligadas al espionaje, solicitado por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal a través del abogado querellante Mario Filozof. El pedido de inhibición se planteó luego de que trascendieran sus quince visitas a la Quinta de Olivos y su ligazón con el dirigente de la DAIA Santiago Kaplún. Para superar dicho pedido de apartamento, Borinsky se vio conminado a definir la votación a favor de sí mismo: ante la paridad de sus colegas Javier Carbajo y Ángela Ledesma, desempató para impedir que se siga investigando en Lomas de Zamora.

Stiuso promovió y protegió a varios jueces de Comodoro Py. Tal fue su contribución al Partido Judicial que Ricardo Lorenzetti le concedió un empleo jerárquico a su hija, Silvia Natalia, la misma semana en que el director general de la Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli, le exigiera la renuncia a Stiuso después de cuatro décadas de operaciones dentro de “La Casa”. El supremo y el casador no son sus únicos contactos en los despachos del Palacio de Justicia y en el edificio de Retiro: el juez Luis Rodríguez es el padrino de otra de las hijas de “Jaime”.

La solidaridad de Ricardo Lorenzetti hacia el despedido espía Antonio Horacio Stiuso.

A Natalio Alberto Nisman, Mariano Borinsky y Antonio Stiuso los une una predilección geográfica: Estados Unidos. En el caso del suicidado fiscal, sus nexos aparecían mediados por las organizaciones del Partido Republicano enemigas de los acuerdos con Irán, los fondos buitres y los recursos obtenidos a través de uno de sus más importantes accionistas, Sheldon Adelson. En el caso del ex espía, su afinidad quedó en evidencia en 2015, cuando recaló en Miami para esperar el triunfo del macrismo. Regresó en febrero de 2016, dos años antes de que su apadrinado Borinsky solicitara el de Washington para aprobar una reforma del Código Penal argentino. En la capital de Estados Unidos –informó el corresponsal del diario La Nación, Rafael Mathus Ruiz– el casador “discutió la reforma con funcionarios del Departamento de Estado y el Departamento de Justicia”. Los funcionarios del gobierno de Donald Trump disfrutaron de una primicia, dado que la propuesta de reforma fue expuesta con posterioridad en la Argentina.

En la presentación sintética del curriculum vitae exhibido por Borinsky en forma previa a una de sus exposiciones en el Wilson Center se pueden leer algunos de sus pergaminos académicos más destacados: “Ha sido difundido [por los diarios] Clarín, Infobae y La Nación en temas que van desde la reforma del derecho penal hasta los delitos financieros y el lavado de activos”. Dime de qué te jactas y te diré quién eres.

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