Juez y Parte

Fuente: Graciana Peñafort | El cohete a la luna

Fecha: 1º de junio 2019

El 29 de mayo de 2019 hubo un fenomenal paro general. El fin de la larguísima siesta de la CGT durante la presidencia de Mauricio Macri. Al margen de dicho paro, también se celebró el Día del Ejército Argentino.

En oportunidad de esa celebración, los argentinos tuvimos la posibilidad de ver al fiscal Carlos Stornelli, aún rebelde, como invitado de honor, riendo y departiendo amablemente con el mismísimo Presidente de la Nación. Cerca de ellos, menos sonriente pero sabiendo lo que significaba esa foto, estaba ni más ni menos que Mario Montoto, uno de los empresarios más importantes del país. Esa mañana había tres abogados en Comodoro Py, y desafortunadamente yo era uno de esos tres abogados, razón por lo cual no vi el acto en vivo, sino que me enteré varias horas después cuando leí y sobre todo, vi la foto en el portal del Destape. [1]

Y me quedé pensando frente a esa foto. Porque en política las fotos nunca son casuales. Están las fotos accidentales que nadie quiere sacarse, las emotivas y las fotos deliberadas. Las que se buscan con empeño de trasmitir algo que no se puede decir en palabras, pero que es necesario decir de todas formas. Y entonces aparece la foto que lo enuncia.

Me preguntaba qué quería decir la foto que se habían sacado Montoto, Stornelli y Macri. ¿Por qué esa foto? Lo de Macri era sencillo: en tanto Presidente que aún es, resulta ser el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, conforme lo dice la Constitución Nacional. Era bastante lógico que estuviese en esa foto. Mario Montoto es un empresario y ex militante del peronismo, que tiene múltiples –e impensados— contactos políticos. Una de sus actividades más destacadas refiere al rubro de seguridad, vigilancia y armamentos. Business are business. Su presencia allí también era bastante lógica.

¿Pero cuál era la lógica de la presencia de Stornelli en ese acto y en esa posición privilegiada para la foto? Stornelli es un fiscal que está en rebeldía desde hace más de dos meses. Es decir que no se ha presentado a dar las explicaciones que le exige el Poder Judicial. ¿Y sobre qué debe dar explicaciones? Carlos Stornelli está imputado, junto con muchos otros funcionarios, de formar parte o tributario de una fenomenal organización paraestatal de inteligencia ilegal. En esa presunta organización se ha señalado la participación de legisladores nacionales, funcionarios judiciales tales como el propio fiscal Stornelli y Juan Ignacio Bidone, funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional tales como la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el Ministro de Justicia German Garavano, los jefes de la Agencia Federal de Inteligencia Gustavo Arribas y Silvia Majdalani y una lista hoy difícilmente cerrada de partícipes de la organización. Incluyendo operadores, periodistas y espías que tocan timbre y público en general. Al parecer, las actividades de la organización —a la que me muero de ganas de llamar Kaos, como en El superagente 86—, son múltiples y van desde un capítulo bastante importante de “armado de causas judiciales” con un especial énfasis en armar causas contra personas señaladas por su pertenencia ideológica al anterior gobierno. Los subcapítulos de esta sección incluyen “arrepentimientos guionados”, “puesta en emergencia de personas para que declaren”, etc. También tienen en Kaos un capítulo de “recaudación por medios espurios”. Y otro de operaciones políticas contra opositores. Hasta un curiosísimo capítulo de “asistencia al cónyuge celoso”. Por lo que se va conociendo, Kaos es una multidisciplinaria organización, de evidente y atractiva capacidad de diseñar e implementar estrategias complejas. Una oferta irresistiblemente atractiva de servicios múltiples. El único defecto que tiene Kaos es que es ilegal. Por completo ilegal. Formar parte de ella es delito. Requerir sus servicios también es delito.

Carlos Stornelli está acusado de pertenecer o bien por utilizar los servicios de Kaos. Cuestión compleja, porque en principio dice la Constitución que el Ministerio Publico Fiscal debe promover la actuación de la Justicia en defensa de la legalidad de los intereses generales de la sociedad en coordinación con las demás autoridades de la República… pero a decir verdad, Stornelli parece haber actuado más en coordinación con otras autoridades de la República que en resguardo de la actuación de la Justicia y la legalidad de los actos.

Por esas conductas, hace más de dos meses Stornelli debió haber dado explicaciones ante el juez Alejo Ramos Padilla, que es quien investiga a Kaos. Pero Stornelli, utilizando la inmunidad que le da ser fiscal, decidió no concurrir ante Ramos Padilla. Y ha sido declarado “rebelde”, y se ha solicitado su juicio político.

Curiosa compañía eligieron Montoto y Macri para que los acompañe en esa foto. Un fiscal que está en flagrante violación a la ley que ese mismo fiscal debe hacer cumplir.

Pero todo lo que dije hasta acá no explica la foto. Que Stornelli es Boca como es Boca el Presidente, no hubiese requerido el Día del Ejército para la foto. Ni lo hubiese requerido a Montoto. La foto, ¿es un mensaje de que tocarlo a Stornelli es tocar a Macri, símbolo del alicaído poder político?  ¿Tocar a Stornelli es tocar a Montoto y su dinero y sus impensados vínculos políticos? ¿Ese es mensaje que intentaba dar la foto? Mensaje horrible, claro. Mensaje mafioso, también.

Pero, sobre todo, mensaje patético. Como señaló Alberto Fernández, a quien cito no tanto por su condición de candidato sino por su condición de conocido de larga data de Stornelli, “lo de Stornelli es una vergüenza, indignante. El único operativo impunidad que se ha desatado en la Argentina es el que tiende a defender a Stornelli. Eso explica todo: la actitud que tienen respecto de (el juez Alejo) Ramos Padilla, cuando tienen el tupé de sentarlo detrás del Presidente (Mauricio Macri) en el Día del Ejército”

Y en honor a la verdad, cuando se hizo pública la causa de Dolores, donde Stornelli estaba acusado de participar de una extorsión, recordé una charla que tuve con Alberto, en el marco de la cual le pregunté si la noticia sería o no cierta. Y él me dijo que no la creía cierta. Yo le dije que para mí Stornelli era un pésimo fiscal, porque me constaba en carne propia, que sistemáticamente vulneraba las garantías de las personas que atravesaban los procesos en los que intervenía como fiscal. Que eso lo hacia un pésimo fiscal. Pero que no podía convertir mi certeza sobre el deplorable comportamiento de Stornelli como fiscal, en la certeza de que era un extorsionador.

Aún no puedo. Por tres motivos. El primero es que el juez de la causa de Dolores señaló que probablemente Stornelli no haya participado en la extorsión que llevaba adelante el inclasificable Marcelo D’Alessio. Pero sí habría participado de presuntas operaciones de Kaos. El segundo, porque no se ha prestado a declarar y no conocemos su versión de los hechos. Por trascendidos conozco las versiones que le ha ido contando a sus más cercanos. Algunas más verosímiles que otras. Y en tercer lugar, porque de nuevo la Constitución ordena que todos son inocentes hasta que una sentencia firme declare lo contrario. Y yo me abstengo de jugar a ser juez con las personas.

Lo que sí sé son dos cosas. La primera, que como es obvio que Stornelli no ha ido a declarar, eso nos priva de su versión y lo pone en rebeldía (situación en la que están por ejemplo los acusados del atentado de la AMIA, que nunca se presentaron ante la Justicia argentina) y por lo tanto lo vuelve pasible de remoción, la quita de fueros o juicio político. Algo que señaló la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata que requiriese el juez de Dolores. Y que ya fue solicitado. Eso sí, no contaron con el parsimonioso Eduardo Casal, Procurador interino, que al notificarse de la solicitud determinó un plazo que ya quisiéramos la mayoría de los abogados en nuestros juicios. Porque ustedes no saben la rapidez con que avanzan los juicios sobre —por ejemplo— funcionarios del anterior gobierno. Sin parsimonia alguna, también sin pruebas (pequeños grandes detalles), pero eso lo contaré en otra nota. Alguna vez Borges dijo en referencia a Roberto Arlt que el día que Arlt muriese, tanto el cielo como el infierno no lo iban a dejar atravesar sus puertas. No por bueno ni por malo. Por pusilánime. A diferencia de Borges, a mí me encanta Arlt, pero sospecho que Casal pasará su gestión, en el mejor de los casos. con la suerte que presagiaba mi querido Borges a mi querido Arlt. Digo en el mejor de los casos, porque habría que estudiar si la parsimonia en este caso no implica, además, alguna clase de conducta penalmente relevante.

La segunda cosa que puedo asegurar es que la estrategia defensiva de Stornelli es aún más patética que el discurso que Mauricio Macri intentó dejar claro con la foto. Igual es justo señalar que la foto posee una claridad de la que adolecen los discursos del presidente.

La defensa de Stornelli, al menos la que ha esgrimido hasta ahora, se generó en la cárcel. Mediante escuchas a los presos. No a cualquier preso, a los presos kirchneristas. Son las que escuchamos en el programa de Lanata y las actuadas en el programa de Majul. Las escuchas en sí no prueban delito alguno, salvo en su difusión, porque eso sí es delito. Lo mas curioso es quién tiene esas escuchas. Sólo las tiene un juez. Se llama Claudio Bonadío. Curiosamente, el juez de la causa «Cuadernos”. Ello porque está acreditado en los expedientes que el juez que las ordenó, las destruyó.

Y por cierto, Bonadío no tiene las escuchas en el expediente de la denuncia que junto con Morales Sola, hicieron judicialmente Paula Oliveto y Mariana Zuvic.

Lo curiosísimo del caso es que Bonadío reclamó las escuchas en la causa «Cuadernos»…causa de la cual Stornelli es fiscal. De hecho, constan en el expediente. Hace unos días, buscando otra cosa ya que soy abogada en esa causa, me encontré esa certificación y casi me caí de culo.

Es decir que en una causa donde Bonadio es juez y, sobre todo, donde Stornelli es fiscal, están las escuchas que Stornelli está usando para su defensa. Tanto es así que hace unos días Stornelli señaló que no iba a presentarse en su quinta convocatoria a declarar porque existían esas escuchas. Verán que algún tipo de conflicto de interés hay entre que el fiscal de una causa use elementos de esa causa para defenderse a sí mismo en otra causa.

Cuando superé el soponcio que me dio, empecé a pensar y me di cuenta de algo bastante básico que no entiendo cómo se me había pasado por alto. El 11 de febrero el diario Clarín [2] publicó una nota denunciando lo mismo que denunciaron Morales Solá y Carrió. Que la denuncia de extorsión contra Stornelli era una operación contra la causa «Cuadernos». En dicha nota se daba cuenta de que la Coalición Cívica había recibido en forma anónima unas transcripciones de escuchas. Una de esas transcripciones correspondía a una charla que  habría tenido «el ex embajador ante el Vaticano, el peronista Eduardo Valdés, en este caso con otro preso K, el ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi (preso por la tragedia de Once), a quien le comenta que ‘va a haber novedades, quedate tranquilo… Operativo Puf… Bonadío y Stornelli Puf…» Y luego continúa: “¿Viste que te avisé que iba a haber novedades, este domingo o el otro? Puf es Puf (sic), no este domingo, el otro domingo… Stornelli y el otro (se refería a Claudio Bonadío) se van a la concha de su madre”.

La denuncia en cuestión curiosamente cayó en el juzgado de Bonadío. Quien aparece mencionado en las escuchas. Razón por la cual debió apartarse de inmediato. Porque no se puede ser juez y parte. Y si Bonadío esta mencionado en las escuchas, es claro que Bonadío no puede investigar esas escuchas.

Pero más aun, hace un tiempo el juez de Dolores Ramos Padilla señaló en uno de sus escritos que tanto Bonadío como Stornelli están imputados en la causa de Dolores. Y como no se puede ser juez y parte, si están imputados es claro que no pueden investigar escuchas que refieren a la causa de Dolores.

Pero menos aún puede Bonadío pedir en la causa en la que es juez y en la que Stornelli es fiscal pedir escuchas que refieren a …Bonadío y Stornelli. Es literalmente una locura. No hay juez ni fiscal en ninguna parte del mundo que puedan investigarse a sí mismos. Y en nuestro país hacer eso es causal de juicio político. Porque reitero no se puede ser juez y parte.

Una denuncia similar a la que hicieron Zuvic y Oliveto fue sorteada y recayó en el juzgado de Luis Rodriguez, quien se declaró incompetente y se la envió al juez de Dolores. ¿Y qué hizo el juez de Dolores? La rechazó, por la sencilla razón de que no puede investigar esa causa, pues aparece en ella.

Mi siguiente pregunta es: si tanto Bonadío como Stornelli tienen las escuchas… ¿por qué no las presentaron antes, sobre todo Stornelli? ¿Y por qué Stornelli presentó las escuchas que se difundieron públicamente y no las que tenía en cuanto es fiscal de la causa «Cuadernos» y tiene conocimiento y acceso a ellas cotidianamente?

La respuesta es simple. Porque sólo hay un juez y tres fiscales que tienen acceso a la única grabación de esas escuchas que existen. Ese juez es Bonadío. Esos fiscales son el propio Stornelli, el doctor Rívolo y la doctora León.

Entonces, a alguno de los cráneos que siempre abundan como la salsa, se le ocurrió que debían hacer que alguien más tuviese esas escuchas, legalmente para que nunca se pudiera determinar quién las había filtrado. Y apareció un muy oportuno pedido de esas escuchas a Bonadío, que hizo el Consejo de la Magistratura. En esos pasillos me dijeron el nombre de quien las solicitó. Escribo esta nota sin haber podido chequear en los documentos del Consejo la identidad del consejero que promovió ese pedido, y por ello no considero correcto decirlo acá. Nobleza obliga.

Recibidas las escuchas, se filtraron a la prensa y usando como fundamento los audios difundidos por la prensa, Stornelli nuevamente encontró otra mala excusa para no concurrir a declarar a Dolores. Tal vez por eso sonreía tanto en la foto que se sacó con Macri.

Ni Stornelli ni Bonadío pueden seguir haciendo lo que están haciendo. El festival de escuchas que miramos estupefactos los ciudadanos de este país es un escándalo generado para intentar diluir que se filtraron deliberadamente escuchas ilegales para la pésima defensa de un fiscal que se niega a cumplir la ley. Es simple. Lo que hacen Stornelli y Bonadío esta mal. Y es ilegal.

Ni Bonadío ni Stornelli podían solicitar esas escuchas porque las noticias periodísticas de la misma fecha en que las solicitaron, (11 de febrero) daban cuenta de que ellos mismos aparecían mencionados en esas escuchas.

Tampoco podía Bonadío aceptar la denuncia que presentaron las chicas de la Coalición Cívica, porque remitían a transcripciones ilegales que mencionaban específicamente a Bonadío y Stornelli.

Y ninguno de los fiscales de la causa «Cuadernos», que vieron esos pedidos, podían ignorar que Stornelli estaba siendo denunciado en Dolores.

Porque, voy a reiterar, no se puede ser juez y parte. No se puede ser fiscal y parte. Porque no se puede usar el poder que da ser un funcionario judicial para amañar prueba de los delitos de los que esos mismos funcionarios judiciales son acusados. Porque hacer eso es delito. Lisa y llanamente delito. De los funcionarios judiciales.

Y porque rara vez digo esta frase, pero es justo decirla ahora: tiene razón Alberto Fernández cuando dice que “el único operativo de impunidad que se ha desatado en la Argentina es el que tiende a defender a Stornelli”.

Para que no quedaran dudas, al operativo en cuestión le sacaron una foto.

Nota relacionada:

OPERACIÓN TE ESCUCHO

https://www.elcohetealaluna.com/operacion-te-escucho/

[1] https://www.eldestapeweb.com/nota/mario-montoto-presunto-jefe-de-d-alessio-junto-a-macri-y-stornelli-2019530123929

[2] https://www.clarin.com/politica/coalicion-civica-denuncio-operacion-stornelli-armada-presos_0_r6ZBqGrrK.html

Scroll al inicio