Fuente: Juan Alonso | Nuestras voces
Fecha: 09 MAR 2019
El juez Ramos Padilla señaló que el fiscal Carlos Stornelli está acusado por espionaje ilegal. En un detallado informe enviado al procurador general de la Nación, Eduardo Casal, indica varios delitos cometidos por Stornelli conjuntamente con Marcelo D’Alessio: operaciones de inteligencia ilícitas, investigaciones paralelas, cámaras ocultas contra abogados e imputados en causas propias, y extorsiones. El presunto espía de la DEA continúa detenido y acusado de integrar una asociación ilícita. El laberinto del fiscal federal. Los detalles del informe.
El fiscal federal Carlos Stornelli, el preferido de Mauricio Macri, creyó que de los laberintos se salía por arriba, pero está cada día más cerca del pasto y no se trata precisamente de la cancha de Boca. El juez Federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla envió un informe de 20 páginas al Procurador General de la Nación, Eduardo Casal, señalando varios delitos graves (entre ellos, espionaje ilegal e investigaciones paralelas con coacciones) presuntamente cometidos por el fiscal icónico de Comodoro Py.
Mientras cruje el mecanismo del armado de causas contra opositores políticos y el aparente espía de la DEA, Marcelo Sebastián D’Alessio continúa detenido y acusado de integrar una asociación ilícita que se dedicaba a extorsionar a empresarios amenazados con la foto de un cuaderno, y de espiar a periodistas “Animales”; el juez Ramos Padilla sumó más de mil fojas de prueba fáctica (sin arrepentidos), que Stornelli se niega a responder eludiendo la Justicia.
La ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, quien fuera diputada y senadora votada por millones de argentinos resultó indagada por ocho delitos en una sola mañana, pero el fiscal Stornelli, que no lo votó ni su tía, le hizo una gambeta torpe a la requisitoria del juez Ramos Padilla. Se negó a recocer su competencia y pretende continuar haciendo uso y abuso de indagados colaboradores llevados a la rastra por su amigo servicial, Marcelo Sebastián D’Alessio, que se cansó de enviarle mensajes telefónicos, gestionó una coima de 300 mil dólares de la cual cobró más de 14 mil y lo embarró con delaciones propias de una saeta de la maldad.
Las filmaciones, fotografías, capturas de pantalla, audios de voz, y otras vituallas, que aportó el extorsionado exiliado Pedro Etchebest, más la prueba colectada por el juez Ramos Padilla, conforman el peor escándalo político institucional y jurídico de la historia democrática desde 1983. Veamos por qué.
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Cuentan quienes lo conocen desde que era un pésimo estudiante de Derecho, que el fiscal Stornelli combate el estrés mirando relojes antiguos con paciencia de orfebre. Hasta en eso coincide con el imputado D’Alessio, quien tenía 50 relojes carísimos en su casa del country Saint Thomas del partido de Esteban Echeverría, además de una docena de autos de alta gama parecidos a los que gusta el fiscal de Comodoro. Eso no sería grave. Lo anticonstitucional, antidemocrático, y rayano con la criminalidad organizada y el abuso de la toga y el martillo, es lo que le enrostró el juez Ramos Padilla.
A saber:
- Presuntas maniobras de espionaje ilegal incluso valiéndose de esos supuestos métodos para causas que están a su cargo.
- Ser supuesto partícipe en la maniobra coactiva en perjuicio del ex gerente de Logística de PDVSA Argentina, Gonzalo Brusa Dovat junto a su amigo el imputado Marcelo Sebastián D’Alessio (presunto agente de la DEA), a quien conoció por medio del periodista de Clarín, Daniel Santoro, con ese cartel de presentación a cuestas. En este caso el mecanismo fue el siguiente: D’Alessio le envió mensajes diciendo que iba a “quebrar” a un empresario de “PDVSA residual”, lo presionaría para que Brusa Dovat le diese una entrevista a Santoro y luego se lo llevaría al despacho en una camioneta de la embajada de EE.UU, con dos sujetos que serían extranjeros. Y lo peor, según el juez Ramos Padilla, sabiendo que Brusa Dovat había sido víctima de maniobras ilícitas por parte de D’Alessio; el fiscal le tomó testimonial con el tono de una indagatoria relámpago. Poco antes, el 30 de enero, el periodista Santoro entrevistó a Brusa Dovat “en exclusiva” para Clarín en un restaurante árabe del barrio de Palermo. La gestión la hizo el experto D’Alessio. La nota salió en la web el 2 de febrero y en papel el 3. La noticia se presentó así: “Denuncian maniobras de lavado de dinero en PDVSA Argentina”. “En complicidad con funcionarios K”. “Un ex directivo de la empresa venezolana afirmó que varios de sus ex presidentes robaban combustible para sacar plata al exterior”. ¿Por qué el apuro y la anotación de “prioridad” de la “operación PDVSA” del presunto agente de Estados Unidos, D’Alessio? Porque el Gobierno de Donald Trump ordenó el decomiso de los fondos de Venezuela el 29 de enero. El supuesto agente de la DEA y supuesto numerario free lance de la AFI, Marcelo Sebastián D’Alessio le escribió a su conocido fiscal Stornelli un mensaje curioso. “Mañana voy a hacer que se arrepienta un actual director de PDVSA que sigue operando en el país. Si es lo que imagino, además del informe que tengo que armar para Maine (sede de la DEA en EE.UU) y enviarlo por valija diplomática, está el factor argentino, que seguro le vas a sacar provecho”. ¿Qué significaba eso? Afianzar la alianza con la embajada de EE.UU y su carrera intervencionista regional comenzando por la República Bolivariana de Venezuela. En otra comunicación con un interlocutor distinto, D’Alessio le contó que llevaron a Brusa Dovat en una camioneta que sería de la embajada de EE.UU y una vez dentro del despacho de Stornelli, él lo filmó declarando. D’Alessio no es abogado. Nótese la acusación de “lavado de dinero”. ¿Por qué D’Alessio influyó a Brusa Dovat y a Santoro para que escribiese eso? Porque el FBI acaba de abrir una oficina en Miami para investigar presuntos hechos de lavado de dinero producidos en América Latina. ¿Qué hacía D’Alessio? Cumpliría órdenes de sus presuntos mandantes de EE.UU de Norteamérica. Pese a ello, el periodista Juan José Salinas logró entrevistar a Brusa Dovat y la grabación fue incorporada a la causa que investiga Ramos Padilla. ¿Qué habría dicho Brusa Dovat? Describió la pavura que sintió al ser llamado por Marcelo Sebastián D’Alessio.
- El pedido de una cámara oculta a su colega de la matrícula, el abogado José Manuel Ubeira, con la intención de acusarlo de un hecho presuntamente ilícito, a través del inefable Marcelo Sebastián D’Alessio. “Se le imputa haber reclamado a Marcelo D’Alessio que lleve a cabo una filmación a través de una cámara oculta al doctor José Manuel Ubeira, letrado defensor de Oscar Thomas, imputado en el marco de la causa Nro. 9608/2018 denominada ‘Cuadernos’, cuya investigación está a cargo del propio Stornelli”, apuntó el juez Ramos Padilla.
- Y a eso se sumó una imputación por haberle solicitado a D’Alessio que realizara “de manera paralela una investigación” vinculada a la causa de los encuadernados. “En particular, una operación de inteligencia mediante medios extorsivos y de intimidación para investigar la posible participación de Pedro Etchebest en posibles maniobras ilícitas en las que pudiera hallarse vinculado”, recordó el juez.
- Tan lejos habría llegado Stornelli con el supuesto pedido de la cámara oculta, que el abogado Ubeira (su ex amigo y defensor en una causa penal) lo denunció por intento de homicidio y se presentó como parte querellante en la causa que instruye el juez Ramos Padilla. En el fuero federal se conoce a Ubeira por su estrategia meticulosa y pragmática. Su escrito de cinco carillas es demoledor contra Stornelli: “Este hecho me conmocionó como imaginará desde lo personal, cosa que superé. Pero a lo profesional se ha agregado un acto de gravedad institucional, insuperable, en su dañosa trascendencia. (…) Un fiscal federal le encomienda a un esbirro del sistema de inteligencia el hacerle una cámara oculta a un abogado defensor, con fines de utilizar el producido para perjudicarle tanto a él como a los intereses que representa en la que causa que oficia de acusador”.
- La presunta investigación paralela en la causa de los encuadernados con la foto de un cuaderno, mediante medios extorsivos en el caso del denunciante exiliado y aterrado Pedro Etchebest. A propósito: el Programa de Protección de Testigos del Ministerio de Justicia de la Nación se habría negado a proteger a las víctimas de Marcelo Sebastián D’Alessio y los comisarios bonaerenses Aníbal Degastaldi y Ricardo Bogoliuk (a quien D’Alessio señaló como su jefe en la AFI), detenidos y acusados por el juez Ramos Padilla de integrar una asociación ilícita, con métodos de espionaje ilegal, coacción, seguimientos y extorsiones.
- La supuesta persecución con filmaciones e informes de inteligencia del abogado Javier Landavuru, que representa a los empresarios Paola Rocca y Carlos Wagner, entre otros.
- La omisión de investigar la denuncia de extorsión y chantaje que realizó el ex secretario presidencial, Pablo Barreiro, el 8 de octubre de 2018 ante el propio Stornelli. En aquel momento, Barreiro denunció que estaba siendo extorsionado por D’Alessio y el fiscal Stornelli no movió un dedo. Al mismo tiempo, el juez Ramos Padilla evaluó que el presunto accionar del abogado Rodrigo González y Carlos Liñani pudieron haber perjudicado a Barreiro con métodos supuestamente irregulares. Por lo pronto, el doctor González fue visto muy activo en el Juzgado de Dolores. El juez Ramos Padilla le habría aclarado cara a cara que no fue elegido juez “para arruinarle la vida a las personas”. Toda una diferencia con sus colegas de Py. Y a pesar de que en la causa que instruye con D’Alessio como protagonista estelar habría una serie de comunicaciones entre el lobbista del espionaje y un famoso magistrado de nombre “Claudio”.
Todo indica que el castillo de los jerarcas de Py se cae a pedazos y los abogados Ubeira y Maximiliano Rusconi presentarán la nulidad de la causa de gas licuado y los encuadernados. En la primera, el ex ministro de Planificación, Julio De Vido, lleva 500 días preso, con el aval de una pericia considerada falsa de Ariel Cohen. El fiscal Stornelli le tomó declaración a su contacto D’Alessio en noviembre de 2018, pero esa testimonial habría sido incorporada recién en febrero a la causa. Así y todo, con semejante “prueba” balbuceada por un abogado sin matrícula en el fuero, una ex presidenta fue indagada. Insólito.
“La verdad levanta tormentas contra sí que desparraman su semilla a los cuatro vientos”, dijo Rabindranath Tagore, poeta bengalí.
El fiscal Stornelli no lo leyó.
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