Fuente: Graciana Peñafort | El cohete a la luna
Fecha: 14 de JUL 2018
El fin de semana pasado estando en San Juan para abrazar a mis padres, sufrí el ataque de un tiburón blanco descomunal. Hacía una excursión en los abismos del océano, para explorar una misteriosa nave sumergida allí. Cuando descendía en una controlada expedición, el tiburón me atacó. Estaba en una suerte de jaula de seguridad y al principio me sentí segura, hasta que el tiburón arrancó con su poderosa dentadura uno de los lados de la jaula y se abalanzó sobre mí. Grité aterrada, presa del pánico. y me saqué el dispositivo de realidad virtual que mi hermano menor me estaba enseñando a usar.
En San Juan, bella –y muy mía— ciudad entre montañas, no hay océanos ni misteriosas naves sumergidas. Lo sé porque ahí crecí y no he dejado de volver llamada por los afectos y los infinitos tonos de amarillos, rojos y ocres que sólo existen allí luego de la vendimia.
Pero precisamente en San Juan me atacó un tiburón blanco. Que sólo existía en un dispositivo de cables, pero cuya existencia mis sentidos dieron por cierta.
Me quedé reflexionando y llegué a la conclusión de que con la realidad —que los peronistas sabemos que es la única verdad—, hoy pasa en la Argentina y en buena parte de la región algo similar al ataque de tiburones blancos que no existen.
Los autores de esos ataques son múltiples. Los medios de comunicación y el imperio de las fake news o noticias falsas. Recuerdo el testimonio de una ex secretaria de Néstor Kirchner que recorrió infinitos canales de televisión contando que había visto circular bolsos con dinero. Pero cuando fue llamada por el Poder Judicial a declarar al respecto, reconoció no haber dicho la verdad, y sólo haber hecho una formidable operación de prensa para publicitar su libro. Cuando la verdad se supo, no la invitaron de los canales de televisión a contarla. Porque la verdad parece no importarle a casi nadie. Al menos en la TV.
De ello da cuenta el deliberado ocultamiento de lo real que sucede día a día. Y al escribir esto pienso que el joven periodista Juan Amorín investigó e hizo público un estrafalario y fraudulento sistema de aportes dinerarios para las elecciones llevado adelante por Cambiemos, el partido político que actualmente gobierna este país: alguien tomaba personas beneficiarias de planes de asistencia social, usaba sus datos para afiliarlos al PRO y luego registraba a su nombre aportes económicos para la campaña 2017. La investigación fue creciendo, más de mil personas ya identificadas resultaron víctimas de la maniobra. Personas que contaron estrecheces económicas cotidianas y crueles y que no estarían nunca en condiciones de hacer aportes económicos a ningún partido político. Que jamás se afiliaron al PRO, partido al que muchas de esas personas señalan como el responsable de medidas que han hecho aún mas acuciante su situación de pobreza.
Hay testigos, pruebas, causas judiciales, papeles infinitos. Conforme a la ley 26.215 que regula el financiamiento de los partidos políticos, la investigación podría afectar incluso el destino político de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Porque ella es la presidenta del PRO en la provincia, lugar donde habitan las personas afectadas. La ley 26.215 establece en su artículo 63 que el presidente y tesorero de un partido político y los responsables políticos y económico financiero “serán pasibles de inhabilitación de seis (6) meses a diez (10) años, para el ejercicio de sus derechos de elegir y ser elegido en las elecciones a cargos públicos nacionales, y en las elecciones de autoridades de los partidos políticos y para el ejercicio de cargos públicos y partidarios, cuando: …b) no puedan acreditar debidamente el origen y/o destino de los fondos recibidos”.
El principal y hoy más oligopólico grupo de medios de la Argentina, el Grupo Clarín, no ha publicado una sola línea de esa investigación. Porque parece sostener el Grupo Clarín que el sol se puede tapar con la mano y la realidad disimular con maquillaje, superchería y titulares falsos.
¿Pero qué pasa cuando el que decide tapar o hacer tapa la verdad es el Poder Judicial?
Déjenme contarles un caso. El de Angelina Abbona, ex Procuradora del Tesoro de la Nación. Una de las personas más dignas que conozco. Durante su gestión enfrentó a fondos buitre, reclamos en el CIADI, demandas judiciales. Feroces jornadas de trabajo le dedicó a cuidar los intereses del Estado Nacional. Con humildad, sin prensa, con todos en contra.
El poder económico la odia por eso y hoy la persigue con inverosímiles denuncias, para disciplinar a cualquiera que ose alguna vez volver a enfrentarlos. Hace un tiempo surgió la noticia de que Angelina había ocultado prueba de Lázaro Báez. La información surgía, supuestamente, de una auditoría del disco duro de su computadora. Un juez remitió al doctor Casanello, juez que investiga a Báez, la causa por el supuesto borrado de archivos de la computadora de Angelina, sosteniendo que el peritaje sobre archivos borrados demostraba la afectación “a documentos en los cuales obraba información relacionada con Lázaro Báez”.
El peritaje se hizo en base a la búsqueda de palabras claves en los documentos borrados: “Lázaro Báez”, “Báez”, “NML”, “Paul Singer”, “Santa Cruz” y “Mosack Fonseca”.
Casanello, a quien parece importarle un poco más la Verdad que a otros jueces que conozco, analizó lo supuestos documentos alterados. Llegó a estas conclusiones: del archivo “imágenes” hay, entre otros, una foto de ocho mujeres vestidas de azul, una mujer con un pincel y una publicidad de Frávega. También una foto del debate Scioli- Macri, una foto de un festejo de Macri y los globos y una foto de CFK. Y por cierto una publicidad de la Trump Tower.
Entre los supuestos documentos borrados hay un texto de la demanda presentada ante un juez argentino, aparentemente con competencia contencioso administrativa federal, donde se señala que el objeto de la demanda es “promover acción declarativa de inconstitucionalidad contra la estipulación y orden del 20 de marzo de 2015, emanada de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos de América, en la causa “NML Corp. Ltd. V. Republic of Argentina”, que homologa el acuerdo arribado entre los demandantes y el CITIBANK, NA”.
También y como resultado de la búsqueda se encontró lo que parece versión final de una audiencia llevada a cabo en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativa a Inversiones (CIADI), el 3 de mayo de 2011, en el marco del litigio “TEINVER S.A., TRANSPORTES DE CERCANÍAS S.A. Y AUTOBUSES URBANOS DEL SUR S.A. Demandantes Contra LA REPÚBLICA ARGENTINA Demandada (Caso N.º ARB/09/1)”.
Además se encontró un texto sobre Aerolíneas: “¿[Q]ué es esto de la conectividad? Los hombres y mujeres de la Argentina profunda lo sabemos. Cuando los destinos no son rentables y las empresas son privadas y comerciales obviamente dejan de volar a los destinos no rentables pero donde vivimos argentinos, como en Santa Cruz, en Catamarca, en La Rioja, en Mendoza, como en Misiones, como en tantísimos lugares, y entonces sucede lo que acontece, es decir la desconexión de un país”
Sumado a esto habían también un reporte anual para el período fiscal culminado en diciembre de 2008, presentado ante la United States Securities and Exchange Commission por la empresa de líneas aéreas TAM, donde menciona que operan en Santa Cruz de la Sierra. Un capítulo titulado “Principales escuelas del pensamiento jurídico en Occidente”, del libro Introducción al Pensamiento Jurídico Crítico, de Antonio Carlos Wolkmer, donde hay una cita al pie: “[E]l último encuentro de la Almed (VII Jornadas Latinoamericanas) fue realizado en 1988, en la ciudad de Santa Cruz do Sul”. Y una sentencia descargada del CIJ señala que hay “once cámaras federales (Catamarca, Formosa, Jujuy, La Rioja, Neuquén, San Juan, San Luis, Santa Cruz, La Pampa, Santiago del Estero y Tierra del Fuego) (ley 25.269)”.
Ninguno de los documentos refería ni remotamente a un supuesto borrado de datos para encubrir a Lázaro Báez. Ninguno.
En otros casos la verdad no le importa a casi nadie. El juez Bonadío es uno de esos ejemplos de intolerancia a la verdad. En el caso “Memorándum”, no solo declaró una guerra imaginaria, sino que en contra de toda evidencia documental aseguró que la firma del Memorándum con Irán puso en riesgo la vigencia de las alertas rojas.
La indemnidad de esas alertas rojas fue afirmada por la propia Interpol, que es quien las determina. Bonadío no dejo declarar al ex Secretario General de Interpol, Roland. Noble, quien ha enviado cartas, dado entrevistas, escrito en redes sociales que jamás estuvieron en peligro las alertas rojas y solicitado declarar ante la Justicia argentina, sin que nuestro Poder Judicial haya siquiera considerado a la fecha tal posibilidad.
Héctor Timerman, muy enfermo ya, declaró el viernes 13 ante el tribunal que llevará adelante ese juicio infame. Para que alguien lo escuche. Para que todos sepan la verdad, la que quería decir antes de ya no poder hacerlo. La que ya dijo ante Bonadío y ante Irurzun y ante Farah y que nadie, nadie escuchó.
Un respetuoso fiscal le preguntó a Héctor, a propósito de la notificación a Interpol de la firma del Memorándum antes de que el mismo fuese ratificado por los dos países el porqué de esa notificación. Timerman explicó que Interpol había sido el promotor del acuerdo entre Argentina e Irán. Colombo, el fiscal de la causa, repreguntó: “¿Usted tiene suficientemente claro que una de las imputaciones que se le dirigen tiene que ver con que esa notificación previa podría haber funcionado como el disparador del levantamiento de las alertas rojas?
Héctor Timerman contestó: “Pero su pregunta no es una pregunta, es una suposición. Usted supone que yo lo hago para levantar las alertas…. ¿Por qué no mira todo lo que hice para mantener las alertas… y se va a dar cuenta de que es mucho mas contundente?”
Y esa es la verdad. Interpol afirmó hasta el cansancio y por escrito que el Memorándum no ponía en riesgo las alertas rojas.
Alertas que jamás estuvieron en peligro. Que jamás se vieron afectadas.
Cuesta entender que el Poder Judicial siga sosteniendo hasta el absurdo lo que está probado documentalmente que no es cierto.
Porque hay dos verdades que debo señalar: en San Juan no hay tiburones blancos es una. Nunca estuvieron en peligro las alertas rojas por la firma del Memorándum es otra.
Paco Urondo escribió alguna vez que:
“…las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad,
como
la esperanza rescatada de la pólvora…”
Mi esperanza es que la masacre del atentado de la AMIA encuentre su verdadero culpable. Son muchos argentinos muertos como para hacer política con su memoria. Ellos y sus familiares merecen Justicia.
También espero que algún día alguien escuche a Héctor Timerman. También merece Justicia.
Porque ambas situaciones pertenecen al orden de lo real.
Esa es la redención que espero del Poder Judicial, tan cruel, tan inhumano, tan lejos de la Verdad. Ese Poder Judicial a que a veces sólo provoca espanto.
Qué así sea valiente Graciana y un enorme abrazo a Héctor Timmerman a quien admiro y deseo que lo dejen vivir en paz de una vez por todas y para los muertos en el atentado JUSTICIA!!!!