Sexo, mentiras y video

Fuente: Jorge Elbaum | El cohete a la luna
Fecha: 17 de JUN 2018

El gobierno del presidente Mauricio Macri ha hecho del engaño y el fraude una práctica reiterada, expresada tanto en sus promesas de campaña como en su abierta búsqueda de tergiversación electoral, a través de la utilización de dispositivos tecnológicos provistos por empresas extranjeras. Las denuncias contra Cambridge Analítica (CA) y la asunción de su CEO de que desarrolló actividades en Argentina –negándose a nominar a su “cliente”— cierran cada vez más el círculo sobre los sistemáticos artificios orientados a manipular a la ciudadanía.

El titular de Cambridge Analítica (CA), Alexander Nix (AN) aceptó el último 8 de junio, frente a la comisión investigadora del parlamento británico, que su empresa realizó tareas de asesoramiento político en Argentina y que existieron contactos para sumarse a una campaña electoral de contenido antikirchnerista. El segmento textual del diálogo entre Damian Collins (DC) –integrante de la Comisión de Asuntos Digitales del parlamento británico— y Nix incluyó este contrapunto:

DC: ¿Trabajó en Argentina?

AN: Sí, trabajamos en Argentina.

DC: Estoy viendo una nota que alguien compartió conmigo de una reunión del grupo SCL (la empresa madre de Cambridge Analytica) del 27 de mayo, donde hay una nota que dice: “Campaña antikirchnerista presentada al tomador de decisiones, esperando devolución”.

AN: Correcto.

DC: Pero para ser claro. Las reuniones giraban alrededor de esa premisa, que era una campaña antikirchnerista, entonces estaban trabajando para un partido de la oposición u otra persona interesada en influenciar la política en Argentina, que no estaba apoyando al Gobierno.

AN: Esa sería la apariencia.

Ambos asentimientos de Alexander Nix suponen que: a) Existieron reuniones con clientes en Argentina, y b) Que dichos contactos incluyeron una campaña “antikirchnerista”. Las consultas realizadas a los responsables de la Secretaría de Comunicación Pública, cuyo titular es Jorge Miguel Grecco —funcionario dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros— no han dado respuestas a esas aseveraciones del CEO de CA, integrante de SCL: aún no han dado explicaciones acerca de las reuniones llevadas a cabo ni del tenor de la manipulación sugerida /contratada / implementada. El silencio –según una fuente de la Jefatura de Gabinete— obedece a posteriores investigaciones que dejan descubierta una trama de contactos que supera a CA, de la cual Jaime Durán Barba ha sido partícipe.

El amigo británico

Según información recabada de la Dirección Nacional de Migraciones, dependiente del Ministerio del Interior, uno de los ejecutivos de CSCL que ingresó a través del aeropuerto de Ezeiza en dos ocasiones, en 2014 y 2017, fue el responsable del data mining (minería de datos) de CA, Alex Tayler. La minería de datos es el conjunto de tecnologías que permiten examinar grandes bases de información con el objeto de encontrar patrones, detectar tendencias, elaborar diagnósticos y orientar conductas. La minería de datos no es ilegal. Lo es –como en el caso de la denuncia hecha sobre CA— cuando las bases han sido obtenidas sin la conformidad de sus propietarios. Alex Tayler fue uno de los integrantes de CA, filmados por la cámara oculta de Canal 4 de Londres, que ofrecía la manipulación a su interlocutor, un potencial cliente de Sri Lanka.

En ambos casos, sus ingresos fueron previos a procesos electorales. En marzo de este año –luego de que se difundiera la cámara oculta a integrantes de CA en Londres— la diputada Graciela Camaño solicitó informes sobre la presencia en nuestro país de integrantes de CA. Por su parte, el periodista Marcelo Bonelli del Grupo monopólico Clarín –de conocido acceso a la información proveniente del macrismo— afirmó: “Funcionarios de máximo nivel del gobierno de Mauricio Macri habrían mantenido negociaciones con directivos de CA antes de las elecciones legislativas de 2017”. Según los relevamientos realizados, aun no existe una respuesta formal a dicha requisitoria.

La fragilidad de la privacidad virtual, orientada a la manipulación electoral, fue expuesta internacionalmente luego de la difusión de la filtración de cuentas para ser utilizadas por CA en programas de direccionamiento electoral. Decenas de millones de cuentas de Facebook (FB) fueron derivadas para ser utilizadas por Nix, hecho que fue reconocido públicamente, el último 10 de junio, por parte del CEO de FB, Mark Zuckerberg.

La sesión especial de la comisión de investigaciones de la Cámara Alta de los Estados Unidos fue presidida por el senador Charles Grassley el último 11 de junio. En ese encuentro de diez horas Zuckerberg aceptó que fueron entregadas / vendidas 87 millones de cuentas y que FB “no había hecho lo suficiente” por evitar la fuga de información. El escándalo internacional se hizo público en marzo de este año cuando el Canal 4 inglés difundió una cámara oculta en la que CA se jactaba de haber influido en 200 elecciones en todo el mundo, incluidas “Nigeria, Kenia, República Checa, India y la Argentina”.

La utilización de la manipulación electoral vía virtual, la recurrencia de “carpetazos” utilizados contra jueces y la difusión de falacias a través de la utilización engañosa de las redes sociales han sido prácticas usuales y sistemáticas del macrismo en toda su historia de su construcción política, desde que Marcos Peña instauró el primer laboratorio de redes sociales (denominados espacios de “comunicación 3.0”) con sede en la Jefatura de Gabinete de la Ciudad de Buenos Aires.

Según la Encuesta Nacional sobre Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (ENTIC), con datos del año 2015, casi el 90 por ciento de los mayores de 10 años tiene perfil de redes sociales a partir de por lo menos uno de los soportes tecnológicos (celular, computadora o tablet). El impacto sobre estas cuentas ha sido motorizado políticamente desde que Macri asumió como Jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires.

En una nota de investigación de Javier Borelli, de enero de este año, para el diario Tiempo, se describían las tareas que algunos empleados realizaban –en formato de teletrabajo— para agencias contratadas por el macrismo: “(…) había diseñadores gráficos que hacían memes, community managers que manejaban cuentas más importantes y algunos chicos que creábamos contenidos para el batallón de trolls”. Los dispositivos –señala Borelli— incluían la promoción de usuarios “influenciadores” (cuya construcción era más artesanal) y a la vez sustentados por trolls (compuestos por perfiles ficticios) que replicaban a influenciadores. [1]

El vínculo de Nix con Argentina se remonta a fines de los años ’90, cuando vivió un periodo en Buenos Aires y entabló vínculos económicas y deportivos que mantiene hasta la actualidad. En lo comercial, la empresa SCL tenía una sede inscripta en la calle Arenales 941, 5to piso, departamento A, que fue revelada por los periodistas Mariana Escalada y Agustín Ronconi del portal El Disenso en marzo de este año. En esa misma dirección tienen sede las oficinas de Black Soil, cuyo CEO es Lucas Carlos Talamoni Grether, quienes comparte con Nix la pasión por el polo: ambos han realizado giras competitivas por Sudáfrica, Reino Unido y Argentina. Son socios, además, de una empresa radicada en Panamá, bajo la razón social de Black Soil Global Coorp.

Sus contactos, además, se relacionan con el pampeano Juan Pepa –que tiene residencia en Londres y Santa Rosa— de quien Nix fue socio entre 2007 y 2010, en la empresa Rubirosa Ltd. Dicho emprendimiento se dedicaba, entre otros menesteres, a “las comunicaciones estratégicas”, eufemismo con el que se presentan, en muchas oportunidades, las ofertas de intervención política virtual. Nix y Pepa comparten además su pasión por las actividades caritativas: han fundado la ONG Pro Alvear, consustanciada con la recaudación de fondos para fines benéficos. Sus actividades han consistido en brindar espectáculos de polo en Londres y Saint Tropez. El padrino de Pro Alvear es Mauricio Macri.

Geopolítica virtual

En su declaración ante el parlamento británico, el director ejecutivo y mayor accionista de CA acusó a los medios de comunicación liberales y progresistas –en la sesión desarrollada el último 8 de junio— de hundir su empresa a través de la cámara oculta difundida en marzo último y de contribuir a la deslegitimación de los gobiernos de Theresa May y Donald Trump. Nix consideró que dichos medios, junto a The Guardian y el New York Times, estaban únicamente interesados en cuestionar el triunfo del Brexit (abandono del Reino Unido de la Comunidad Económica Europea, CEE).

Las investigaciones del NYT y The Guardian, sin embargo, permitieron relevar que el socio de CA en Estados Unidos fue uno de los jefes de campaña de Trump (el supremacista Steve Bannon), entonces titular del portal racista Breitbart News. La campaña electoral en la que CA tuvo un rol prioritario, en Washington, durante 2016, identificó grupos sensibles a determinadas cuestiones segmentadas, con el objeto de orientar anuncios por “espacios de debilidad”. Esos contenidos fueron orientados a generar animadversión hacia Hilary Clinton mediante simulaciones y falsedades: a los desempleados detectados se les enviaba campañas publicitarias que mostraban el desinterés de Hilary por la producción de puestos de trabajo. A los veteranos de guerra –población sensible para la propaganda patriótica estadounidense— se los comunicaba potenciales medidas de Clinton en relación con futuras licuaciones de financiamientos hacia esos ex combatientes.

En 2013 Bannon viajo a Londres para promocionar su sitio Breitbart News y apoyar la campaña de Nigel Farage, titular del partido político eurófobo UKIP, quien terminó convirtiéndose en el triunfador del Brexit. La salida de la CEE fue apoyada tanto por Bannon como por Robert Mercer, uno de los multimillonarios que financió la campaña de Trump. En 2013 Bannon y Mercer conocieron a Nix e invirtieron en su empresa 15 millones de dólares. En las primarias del partido republicano, Nix y Mercer trabajaron inicialmente para Ted Cruz. Cuando este fue derrotado por Trump se sumaron al magnate neoyorquino. En esa etapa Bannon figuraba como vicepresidente de Cambridge Analytica en EE.UU. (desde junio del 2014) y se reconvirtió en jefe de campaña de Trump en 2016, cuando Jared Kushner, yerno de Trump, decidió sumar los servicios de CA a la campaña del actual presidente. John Bolton, el actual titular del Consejo Nacional de Seguridad, fue también un inversor de CA: en 2014 aportó un millón de dólares a las arcas de Nix.

Las diversas ofertas divulgadas por Nix en esa cámara oculta incluían un amplio menú de servicios políticos, orientados a generar climas políticos y ser utilizados en contiendas electorales. Sus especificaciones contenían desde cartografías de datos personales utilizables para monitorear y orientar campañas personalizadas hasta dispositivos capaces de fotografiar (en situaciones comprometedoras de índole romántica y/o sexual) a posibles candidatos opositores. Estas “trampas de miel” –así se le denomina a la utilización de imágenes de la vida privada y sexual para ser utilizadas como extorsión política— podían, según Nix, ser muy útiles a la hora de desacreditar posibles contendientes electorales.

La cámara oculta realizada por Channel 4 News se pudo llevar a cabo gracias a la colaboración de un ex integrante de CA, el analista de información Christopher Wylie, quien luego de la divulgación del video se presentó ante la justicia para detallar las tareas realizadas por CA mientras él mismo se desempeñaba como funcionario dentro de la corporación. El último 8 de junio el portal WikiLeaks divulgó que Wylie además compartía informes con el MI5, el servicio de seguridad británico, hecho que The Guardian no reveló –probablemente— por un acuerdo con los propios servicios de inteligencia. [2] Es decir que la minería de datos no solo tenía utilidades electorales. Sus insumos fluían hacia los espías del Reino Unido, que seguramente veían con agrado la información militar sensible ligada con las islas Malvinas.

Una de las frases pronunciada por el CEO de CA ante la cámara oculta, aconsejaba: “No vayas a una elección con hechos. Lo que importan son las emociones. Sobre todo, los miedos”. Jaime Durán Barba, en su libro El arte de ganar. Cómo usar el ataque en las campañas electorales exitosas, repetía esas mismas sugerencias cortoplacistas (que no tardan en chocar contra la realidad) cuando sugería en 2014 al recientemente despedido Federico Sturzenegger que no debía decir la verdad. Su menú (probablemente consensuado con CA) consistía en: (1) No se debe proponer nada; (2) No se debe explicar nada; (3) No se debe hablar de la inflación. Frente a este último consejo, el economista preguntó: “¿Qué digo entonces?” A lo cual le respondieron: “Solo decí que están mintiendo con la inflación, o decí cualquier cosa, hablá de tus hijos, de cualquier cosa”.

El 98 por ciento del tráfico de internet entre América Latina y el mundo circula por servidores instalados en EE.UU. El 75 por ciento de la información que transita por el interior de nuestro subcontinente tiene sede “física” en “nubes” radicadas fuera de la región. A pesar de que internet se ha convertido en el operador de información central del sistema económico, los países reniegan de su soberanía al depositar todos sus datos en localizaciones remotas a su lugar de proveniencia. El creciente peso del comercio por internet y la deslocalización de los circuitos de monetización y distribución de bienes y servicios han permitido a las trasnacionales nuevas formas de evasión impositiva y afianzar, desde esa lógica, patrones de concentración económica beneficiosos para quienes administran los nodos estratégicos de las redes.

Para hacer más evidente la vulnerabilidad y la perdida de la soberanía que implica al entrega de datos a proveedores extranjeros –que obviamente siempre utilizarán al servicio de sus intereses estratégicos—, en esta última semana se conoció el decreto del gobierno de los Estados Unidos que avala el fin de la neutralidad virtual. Eso significa que sus servidores (donde los argentinos radican la inmensa mayoría de sus datos) pueden retacear legalmente información, canalizar lo que prefieren, limitar arbitrariamente u ofrecer comercialmente el tránsito de bits. Eso significa que pueden brindar trato preferencial a países, empresas o clientes y paralelamente retacear acceso a quienes prefieran. Casi, casi el sueño de Cambridge Analytica y del macrismo: hacernos consumir sólo lo que ellos quieren. Otra que el Big Brother.

 

[1]https://bit.ly/2l8SMdZ

[2]https://twitter.com/wikileaks/status/1005863260434952192

 

 

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