Fuente: Benjamín Malamud Lerner* | Ecos de Punilla
Fecha: 01 de NOV 2017
Retornan gracias a una hasta ahora saludable memoria, hechos, acontecimientos de lo vivido, especialmente aquellos que por su trascendencia marcaron en cada uno de nosotros, una impronta o generaron una respuesta que los hace imborrables, configurando o que “decidimos ser” en lugar de parecer. Por la magnitud de los conflictos, que se generaron y el componente emocional que las rodeó, uno no desearía que se reiteraran, pero la historia de idas y vueltas en cuanto a derechos y deberes sociales, tiende a reiterarse y retorna, “ya no como tragedia sino como farsa o comedia” –al decir Carlos Marx –, y ese retorno es lo que me impulsa a esta nota.
Transcurrían los primeros meses de la dictadura militar en el 76, cuando un representante de la administración de la Clínica donde ejercía mi función de Pediatra, me exigiera que renunciara a un derecho logrado gracias a una decisión del Colegio Médico de Punilla (CMP), por el cual, los médicos que nos desempeñábamos en el ámbito privado y atendíamos las Obras Sociales y mutuales con convenios con nuestro CMP, receptáramos nuestros honorarios a través del sistema bancario y no por las clínicas. Mi no renunciamiento trajo como consecuencias por un lado la negativa a que se le hicieran estudios a un lactante internado, razón por la cual elevé una nota al CMP, en ese entonces intervenido como todas las entidades gremiales. Por otro lado que llegara al gobierno de la Intervención Militar de Córdoba una denuncia de mi presunta condición de terrorista. Gracias a la gestión del Director de la Clínica, el Dr. Enrique Castelli, la denuncia fue desestimada.
Retorna en el presente, al igual que durante las administraciones neoliberales de la dictadura y de gobiernos legítimamente elegidos, como el de Menem y De la Rúa, una reforma del sistema laboral que entre otras “desvirtudes” impone “el renunciamiento a conquistas laborales sensiblemente relacionadas con la calidad de trabajo y de vida de los trabajadores, aunque también con efectos indirectos que se manifiestan en sus familias. En ellas si bien lo peor que puede ocurrir es encontrarse desocupados, también la “sobreocupación”, incluso sin reconocimiento de horas extras, priva a los hijos en momentos especiales del desarrollo de su personalidad, de la presencia de las figuras y modelos parentales y a su vez ese tiempo es ocupado por las imágenes televisivas o mediáticas, cargadas de consumismo, violencia, banalidades y una transculturización, donde hasta nuestro idioma se hace añicos. Otros efectos indeseables surgen especialmente, cuando la trabajadora es la mujer, con “mecanismos socializadores infantiles debilitados, incremento del divorcio y familias monoparentales, de depresión, de estrés laboral y de suicidio”.(1)
Según la ley de contratos de trabajo, bajo este principio de irrenunciabilidad, “el trabajador está imposibilitado de privarse, voluntariamente, de las garantías que le otorga la legislación laboral, aunque sea por beneficio propio. Lo que sea renunciado está viciado de nulidad absoluta”. “Ni la dictadura, con Alfredo Martínez de Hoz, se animó a tanto”, según el presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, M. Cremonte. Y es solo un aspecto de una “reforma” por la que se “retorna” a modelos abusivos de siglos pasados en la relación laboral.
Otra irrenunciabilidad a la que no deberíamos someternos es a la búsqueda de la verdad, incluyendo de fuentes de información confiables, en momentos que la monopolización autoritaria mediática procura que aceptemos las seudo verdades o mentiras como una realidad inobjetable. Hasta el Papa se ha mostrado alarmado por «noticias falsas, esa información infundada que contribuye a generar y alimentar una fuerte polarización de opiniones». La desinformación acerca de donde estaba Santiago Maldonado, no es solo una muestra de ello, sino también del gran objetivo del modelo neoliberal convertido en neocolonial: procurando colonizar, atemorizar, desgastar y adormecer nuestras propias conciencias.
Que en la acosada Página 12, prestigioso medio condenado desde el ejecutivo por revelar sus inconcebibles transgresiones o delitos impositivos, no haya publicado el tradicional editorial de Horacio Verbitzky este domingo, nos sirvió como alarma del avance del poder hacia la libertad de expresión. Sin embargo otro censurado periodista (Roberto Navarro) le dio un lugar para que podamos ver y escuchar ese mismo domingo desde nuestra computadora o celular, no desde el televisor, la denuncia de la incorporación en nuestro país del sistema Israelí Pegasus, por el cual ese mismo celular le permite al biopoder, saber todo o casi todo de nosotros (sí, espiarnos) y especialmente de los propios periodistas, tal como lo denuncia quien fuera la “entrevistadora estrella” de la CNN Carmen Aristegui. (2). Las libertades individuales son irrenunciables.
Concluyo, para señalar que como defensores de la Vida, “del bios” no podemos renunciar de recordar a quienes por salvaguardar la naturaleza y los pueblos nativos de quienes de ella dependen, en lo que llamamos Patria Grande Latinoamericana, han pagado con su vida ese atrevimiento. Los nombres de 3 irrenunciables mártires, me convocan a hacerlo: Chico Méndez, Berta Cáceres y Santiago Maldonado.
Chico Méndez fundó la «Unión de los Pueblos de la Selva», una especie de sindicato que pretendía luchar por las reivindicaciones de los indígenas, los «siringueros», y otros habitantes de la región (La Amazonia) que viven de la caza y pesca.(3) Incluso recibió el premio «Global 500», de las Naciones Unidas por la defensa incansable de los recursos naturales. Su asesinato el 22.12 88 por hacendado Darly Alves da Silva y su hijo Darci, luego condenados o absueltos “ no cambia para nada la triste realidad de Brasil”. Es en esta Amazonia donde Temer autoriza la instalación una poderosa base militar de EEUU: el enemigo, Venezuela.
Berta Cáceres, una líder de los pueblos originales hondureños, es asesinada el 3.3 16 siendo los culpables los ejecutivos de una empresa hondureña a cargo de una hidroeléctrica, a la que la activista se oponía (4) y con fuertes relaciones con el corrupto poder estatal, tal como venían denunciando sus familiares con escaso éxito hasta hace muy poco tiempo. Coordinaba el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh). Casualmente allí cerca existe una base militar de EEUU. En todo el mundo fueron asesinados 185 ecologistas en el 2015.
Nuestro Santiago Maldonado, su familia, sus amigos de la comunidad mapuche y los ciudadanos argentinos que no nos prestamos a los “trolls” y la desvergonzada campaña contra su persona, su familia y los pueblos originales, esperamos el esclarecimiento de ese crimen, donde otra vez el biopoder, el de los verdaderos usurpadores de las tierras patagónicas, los Benetton, los Lewis utilizando las fuerzas de seguridad para imponer con dureza extralimitada su dominación.
Escribo como profesional de la salud, convocando a una reflexión dentro de una perspectiva histórica, respecto al futuro que estamos construyendo para nuestros hijos y las futuras generaciones. Cuáles son los límites del odio, de las grietas, los endeudamientos (30% del presupuesto nacional destinados al pago de intereses) y enajenaciones de bienes públicos; de los revanchismos, de las detenciones sin juiciosconsumados previos, reales violaciones de los derechos constitucionales; de un “estado espía” de sus ciudadanos, donde se desoyen reclamos de organismos internacionales pidiendo el respeto de los DDHH, como es el caso de Milagro Sala por ejemplo; todo ello, sin que el abismo nos lleve a nuevas víctimas.
Aprendí que la mejor medicina es la que previene, no la que cura. Y que la Política, es la medicina de la sociedad. Y no deseo renunciar a esta opción junto a la lucha por la paz y la justicia con equidad.
*El autor es compañero del Llamamiento con una extensa trayectoria de lucha como médico pediatra y periodista.
(1) Andrés Jiménez Figueroa, Emilio Moyano Díaz, Revista Universum Nº 23 Vol. 1: 116-133, 2008
(2) https://www.google.com.ar/amp/s/www.bbc.com/mundo/amp/noticias-america-latina-40336088
(3) http://www.semana.com/mundo/articulo/quien-mato-chico/14464-3