La acusación que preocupa a la dirigencia judía

Fuente: Horacio Lutzky | pucheronews.com
Fecha: 06 de FEB 2018

Frente a la gravedad de los sucesos recientes en el juicio por encubrimiento en la causa AMIA, nos urge publicar una trilogía sobre qué se encubre, qué se juzga y porqué la acusación molesta a la dirigencia judía.

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El jueves 1 de febrero de 2018, el Ministro de Justicia Garavano tras mucho presionar al titular de la Unidad AMIA, el radical Mario Cimadevilla, y pese a la opinión de éste último en contrario, ordenó desplazar al abogado que ese mismo día iba a leer el alegato acusatorio del Ministerio en el juicio por el encubrimiento del atentado, y reemplazarlo por José Console, un abogado «del Tribunal de Disciplina de Boca Juniors»,  entidad que preside el operador judicial de Macri, Daniel Angelici. 

El gobierno cómplice del encubrimiento

Lo esencial no era la voz de quien leería el alegato, sino el contenido de esa pieza que había sido elaborada por la Unidad AMIA del Ministerio, en la misma línea de la acusación formulada por los fiscales de la UFI AMIA en diciembre del año pasado . La nueva orden del gobierno -que trascendió con intercambio de misivas incluido- era eliminar la acusación contra los colaboradores del ex juez Galeano: sus entonces fiscales Mullen y Barbaccia, imputados de colaborar en la maniobra consumada con en el pago de U$400.000 al preso Telleldín para comprarle una declaración con la cual se desvió la causa. Ya en marzo 2017, los abogados Stilman, Strajman y Ferrari renunciaron a seguir representando la querella del Ministerio, denunciando las presiones de Garavano para “sacar el pie del acelerador” con las acusaciones.

El abogado José Console, siguiendo instrucciones de Garavano, el 1º de febrero de 2018 cambió sobre la marcha el contenido de la acusación que había preparado la Unidad AMIA, y, en lugar de acusar, pasó a defender a los ex fiscales colaboradores del procesado Galeano,  Mullen y Barbaccia, desautorizando el trabajo de la Unidad, y contradiciendo el pedido de penas de 8 años de prisión planteado por el Ministerio Público Fiscal en diciembre. Tampoco acusará al Comisario “Fino” Palacios.

Los ex fiscales Mullen y Barbaccia, así como el “Fino” Palacios, mantienen desde hace años fuertes lazos con el macrismo, y los tres con la dirigencia judía desde la época del atentado. Palacios, además, fue el elegido por Macri para dirigir la recién formada Policía Metropolitana.

En el desprolijo recorte de último momento, no obstante sacar del escenario encubridor a Palacios, Mullen y Barbaccia, en el alegato del Ministerio quedó en pie la acusación por el encubrimiento de la “pista siria”, siempre negada por la DAIA-AMIA y la historia oficial,  y la acusación contra el propio Beraja, ex presidente de la DAIA.

Déjà vu: AMIA y DAIA apoyan a los encubridores

Es entonces la hora de acudir a los viejos operadores de DAIA-AMIA para embestir contra la Unidad especial de investigación, tarea que en este caso asume uno de los mismos protagonistas que se encargaron de similares tareas hace años, el actual titular de AMIA Agustín Zbar.

En twitter,  Zbar define la investigación del encubrimiento como “delirios interpretativos” y “teorías inverosímiles”, y ese tuit fue avalado por Garavano, que lo reenvió.

Zbar finalizó el comunicado en el que niega la existencia de encubrimiento alguno y defiende enfáticamente a los ex fiscales y a Beraja, interpelando a la DAIA para que fije  posición. El comunicado de DAIA apoyando a Beraja llegó apenas horas después:

La asombrosa liviandad de Agustín Zbar

Desde hace muchos años Zbar despliega denodados esfuerzos en neutralizar la investigación del encubrimiento que quita el sueño a la dirigencia judía de la década menemista. El infatigable padre de una de las víctimas del atentado a la Embajada, Carlos Susevich, a sus 82 años de edad fue infructuosamente hostigado por Zbar para que bajara el tono de sus reclamos.

El fiscal Alberto Nisman en su momento decidió querellar penalmente a Zbar porque afirmó haber sido por él coaccionado el 22 de mayo de 2009 para que no continuara investigando esa turbia historia.

Según refirió Nisman, Zbar lo habría amenazado telefónicamente, diciéndole que si no paraba de investigar a Beraja, al destituido juez Galeano y a los ex fiscales “te tiro la comunidad encima”.

Ante la querella promovida, se presentaron como defensores de Zbar los abogados Jorge Kirszenbaum (ex presidente de DAIA, asesor de Beraja, defensor penal además de Fernando de la Rúa) y Juan José Ávila. Este último actuó en el juicio oral por el atentado,  defendiendo en nombre de la AMIA lo realizado por el ex juez Galeano y sus adláteres,  codo a codo con la abogada Nercellas. Las pruebas de Nisman resultaron insuficientes y la querella no prosperó, pero el conflicto quedó en evidencia.

Zbar intentó en el 2009 convertirse en presidente de DAIA, pero a último momento retiró su candidatura al no reunir los apoyos suficientes, aunque acusando al fiscal Nisman de ser el causante de su defección. «No es la primera vez -ni será la última- que la mala fe y la mezquindad, llevan a una persona a colocar todas las culpas en otro», replicó Nisman respecto de Zbar en un comunicado.

Como parte de la polémica, en diálogo con La Nación Zbar además acusó a Nisman de «haber consagrado la impunidad de la conexión local del atentado» terrorista de julio de 1994. Y en una gacetilla, sostuvo que a horas de la votación para la DAIA «el señor Alberto Nisman insistió en afirmar falsedades en mi contra solicitando mi procesamiento y mi prisión en una causa que él mismo inició por un delito que sólo existe en sus maquinaciones».

«Utilizando su investidura de funcionario público, el señor Nisman se dedicó en la última semana a difamarme públicamente, con una asombrosa liviandad y sin el aval de ningún elemento probatorio«,  agregó.

Probablemente los dos tuvieran razón.

«Delito que solo existe en sus maquinaciones»,  «asombrosa liviandad», y «sin el aval de ningún elemento probatorio»,  decía Zbar cuando la acusación era contra él por coaccionar para frenar la investigación sobre Beraja, Galeano y los fiscales Mullen y Barbaccia.

En cambio, años después, luce la firma de Zbar al pie de la indignada solicitada en apoyo de la denuncia de Nisman contra Cristina, para tapar el verdadero encubrimiento.

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